Huascar Cajias - CRIMINOLOGIA Mejorado - Free Download PDF Ebook (2024)

Report this link

Description

HUASCAR CAJI AS K. CATEDRATICO EN LA UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRES CRIMINOLOGIA QUINTA EDICION DECIMA SEGUNDA REIMPRESION Librería Editorial JUVENTUD. La Paz, Bolivia 1 997 Registro Legal 4 - 1 - 1 2 8 - 82 L a presente edición es propiedad del editor. Quedan reservados todos los derechos de acuerdo a Ley. Serán perseguidos y sancionados quienes comercien con textos fotocopiados de esta obra, ya que esa acción es un delito tipifleado en el Código Penal, Capítulo X, Art. 362 Impreso en Bolivia — Impresores: Printed In Bolivia Empreaa Editore “URQUIZO" S. A. Calle Puerto Rico N? 1135 Caallla 1489 — Telf.: 242470 La Paz • Bolivia PROLOGO El favor dispensado por profesores y estudiantes a esta obra ha hedió necesaria esta cuarta edición que a ellos va ¿•Mrpfa con ei mayor agradecimiento. En esta edición, se han introducido numerosas modificacio­ nes respecto a las anteriores. Ellas eran requeridas por varias ra­ zones, entre otras por la evolución de la Criminología en loe últi­ mos años y por las constructivas observaciones que me plantearon algunos colegas. Primera Parte INTRODtJCCION GENERAL C A P IT D LO I LA CRIMINOLOGIA: DEFINICION Y CONTENIDO 1.— EL D E L IT O .—: Hay un hecho que, en todos los tiem­ pos y lugares, ha llamado justamente la atención: el delito. Es indudable que st ha presentado de distintas formas y ha sido en­ juiciado de diferentes maneras; pero todas las sociedades, inclu­ sive las menos evolucionadas, han tenido un concepto de él, han intentado determinar sus causas y las reacciones que considera­ ban más adecuadas. . Es que, frente al delito, no cabe la indiferencia. Ha sido visto siempre como una conducta que atenta cpntra las creencias, las costumbres, los intereses de la comunidad. Constituye un peligro para ésta ya sea por las repercusiones naturales, como en el caso de un homicidio, o por las sobrenaturales, como cuando se piensa que el delito viola mandatos divinos y que provocará sanciones contra el grupo si éste se muestra indiferente, si no reacciona ahte el culpable. De ahí la necesidad de definir el delito, sea de mane­ ra estricta y autónoma, como es regla que hoy suceda, o aunque sea de modo vago, confundiéndolo con el pecado o con faltas con­ tra las normas sociales en general. Siempre ha habido una noción del delito, por imprecisa y extraña que fuera. Si analizamos lo que entendemos por delito, advertiremos que la palabra no es unívoca. Sirve para designar aspectos relaciona­ dos, pero distintos y que no deben confundirse, de la misma rea— 11 — lidad. Por una parte, llamamos delito a una figura jurídica defi­ nida por la ley. un decreto o la costumbre. En este sentido, habla­ mos de las notas que caracterizan al delito de robo] homicidio, conspiración, etc. Pero también llamamos delito a un hecho con­ creto, perteneciente al mundo de la realidad, a un fenómeno que surge por acción de causas naturales, que operan con independen­ cia de las normas jurídicas. Entonces, nos referimos a este robu, a aquel homicidio concretos. En el prim er caso, estamos ante una fórmula abstracta, anle un concepto en el sentido lógico, ante una definición creada por­ que cierta saciedad — o los intereses predominantes en ella— con­ sideran inmoral, perjudicial, jurídicamente sancionable, algún tipo de conducta. En el segundo caso, tratamos con fenómenos naturales, efec­ tos de determinadas causas, que se sitúan en una cadena de acon­ tecimiento causalmente ligados entre sí. Pero si calificamos de delictivo a un hecho concreto no es porque éste, en sí mismo, entre sus caracteres naturales tenga el de ser “delito” como tiene, por ejemplo, el haber sido cometido en tal momento y lugar, por un varón o mujer, un normal o anor­ mal, con un puñal o una pistola, a raíz de esta o aquella influen­ cia social. La palabra “delito” no se aplica a los caracteres natu­ rales de una conducta sino la relación que ella guarda con un tipo jurídico. Así, si una conducta es calificada como robo, eso no depende de que el autor no conseguía trabajo, de que había crisis económica, de que se presentó una necesidad apremiante, etc., sino de que tal conducta es definida como robo por el orde­ namiento jurídico vigente. Por eso, para saber cuál persona es delincuente y cuál con­ ducta es delictiva hay que establecer previamente lo que dice el derecho de cada país. Es obvio que el derecho tampoco puede prescindir de los conocimientos naturalísticos pues, si así obrara, se movería en un terreno de abstracciones alejadas de la realidad. La Criminología estudia el lado naturalístico, fenoménico del delito. El Derecho Penal se ocupa preferentemente del lado valorativo, axiológico. Ambos aspectos, decíamos, aunque diferentes, son complementarios. Hoy no es posible operar en un campo pres­ cindiendo del otro. Las influencias son mutuas e inevitables. Cabe advertir, sin embargo, que la noción de delito que el criminòlogo maneja no es la misma que aquella con que opera el juez. Este se atiene a definiciones estrictas, de las que no puede salirse; está sometido a la norma vigente con sus limitaciones de tiempo y espacio. El criminòlogo no se halla sometido a las deter­ minaciones normativas sino de modo general; no se atiene sólo a definiciones legales sino también a las que dan sociólogos y mo— 12 raiistas. Por ejemplo, si en un país la prostitución no es delito, ;l juez no puede sancionarla; pero el criminòlogo la estudiará siem­ pre, como se advertirá al leer cualquier texto de la materia. La legislación penal tiene vigencia limitada generalmente a un país. La Criminología, precisamente por su carácter predominantemen­ te naturalístico, tiene alcance más amplio. Por eso, los estudio; y conclusiones de un país pueden servir en otro, si hay condiciones análogas; por eso, las variaciones leg islativ i suelen tener conse­ cuencias sólo relativas en el campo criminológico. 2.— CULTURA Y D E L IT O .— Pese a lo recién dicho, 110 puede negarse que son las concepciones jurídicas las que. de una manera general, determinan cuáles son las conductas que la Cri urinología tiene que estudiar como de su propia competencia. Hay que aclarar, sin embargo, que el Derecho Penal no de­ fine delitos por capricho o arbitrariamente. El no es sino un re­ sultado de las concepciones, de la cultura de determinada sociedad. Las normas jurídicas suponen una sociedad que las engendra y a la cual se aplican. La sociedad es fuente y destinataria de las normas. La sociedad con sus creencias religiosas y morales, sus concepciones políticas, económicas y jurídicas, su ciencia, su téc­ nica y su filosofia, en una palabra, con su cultura, es la que deter­ mina, en fin de cuentas, lo que ha de entenderse por delito. Como la cultura varía, lo mismo sucederá con las ideas rela­ tivas a las conducta:' criminales, a la forma de definirlas, expiicarh s. prevenirlas v reprimirlas. Los ejemplos que podrían citarse son muchos: bastarán al­ guno:.. Así. la brujería y la hechicería eran, hasta hace pocos si­ glos, consideradas delitos y de los más graves; hoy, ya no, por I > menos en los pivblos civilizados. Lo mismo dígase de la blasfemia y el adulterio. 1:1 aborto, basta hace pocos años, era un delito; ahora, paulatinamente, se va conviniendo en conducta lícita, en ciertas condiciones. Pero si algunas conductas han salido del campo criminal, otras han ingresado en él. Han surgido nuevos delitos. Tal suced*. por ejemplo, con el espionaje económico, el contagio venéreo, 2I abandono de familia o de mujer embarazada, etc. Esto, si nos re­ ferimos a conductas que han podido darse siempre. Mas ocurre que los avances técnicos, científicos, económicos, etc., llevan a la aparición de delitos nuevos como el robo de electricidad, corrup ción electoral, giro de cheques sin fondos, fabricación y tráfico de estupefacientes o drogas prohibidas, infracciones de tránsito y otros similares. Por lo visto, se inferirá que la cultura no sólo cambia las nor­ mas jurídico - penales sino que engendra causas de nuevos delitos — 13 — o hace desaparecer las condiciones propicias para otros, como ha ocurrido con la piratería clásica ('). 3.— R E A L ID A D Y V A L O R .— Hay, pues, en todo delito, una faz eminentemente cultural y otra eminentemente natural. Ha sucedido, dentro de las ciencias penales, que unas veces se dio excesiva importancia a una de las faces en detrimento de la otra, lo que condujo a errores de los que no nos hemos librado comple­ tamente todavía Cuando se da primacía, como lo hizo la Escuela Clásica, a lo formal, a lo abstracto, a lo jurídico, se puede crear una bella sistematización teórica, conceptual, pero se cae en generalizacio­ nes inhumanas e irreales, se dejan de lado las características pr.v pias de cada delincuente para subsumir su conducta y personali­ dad en categorías generales, carentes de flexibilidad suficiente pa­ ra adecuarse a los casos concretos. Es innegable que hasta la Es* cuela Clásica se vio obligada a introducir algunas distinciones; por ejemplo, habla del alcoholismo, de los menores de edad, etc.; pero eso no es suficiente pues el alcoholismo, la minoridad y otros rasgos análogos adquieren, en relación con cada delito real, tan tas formas distintas como delincuentes alcohólicos o menores exis­ ten. De cualquier manera, se trata siempre de distinciones abstrac­ tas a las que escapa lo irreductiblemente individual. Las sanciones, en consecuencia, carecen también de flexibilidad en cuanto a su especie, duración y hasta forma de ejecución. En el otro extremo, la Escuela Positiva dejó de lado la consi­ deración del delito como tipo jurídico y se abocó, sobre todo en Lombroso, a la consideración exclusiva del aspecto naturalístico del delito. El delincuente concreto ocupa el centro de la atención. Lo que se desea es explicar, es decir, hallar las causas del fenó­ meno delictivo. Como consecuencia, llegó a concebirse al delin­ cuente como un anormal y aparecieron conceptos nuevos, com.) los de criminal nato — determinable por lo que es y no por lo que hace— , de defensa social, de peligrosidad, resultantes de una con­ sideración puramente naturalística del delito. Es indudable que, por este camino, se alcanzó una mejor comprensión del delincuen­ te, se creó la Criminología, se establecieron bases más firmes pa­ ra la Penología y la Política Crim inal; pero se destruyó la sistemá­ tica jurídica y se desconoció la valoración que ella implica. No se advirtió que no podía hablarse de delincuente si no se admitía al guna definición de delito hecha por el Derecho Penal. (1) Un buen resumen en Branham y Kutash: Encyclopedia oí CrtmlHolofT, pp. 47 • SS; art. Changing concepta of crime, por Albert Moms. — 14 — La superación de ambas posiciones, erróneas por lo exage­ radas, es hoy la regla. Se consideran los dos aspectos del delito: no sólo la ley, con toda su fría rigidez generalizado», ni sólo los hechos naturales que pueden llevar a la anarquía y destrucción del derecho, sino normas que, dándose como tales, poseen la flexibili­ dad suficiente para admitir una racional individualización en lo que toca al delincuente y a las medidas que se le pueden aplicar (•). Este compromiso no es resultado de una mera transacción para dejar oontentos a todos; obedece a lo que la realidad presenta. El delito es un acto humano. Pero todo acto hum ano supone, por un lado, la actuación causal de fenómenos biológicos, psíqui­ cos y sociales; por otro, tal acto es inevitablemente pueMO en re­ lación con valores, con fines y consiguientemente calificado. Una cosa es explicar una conducta, conocer sus causas, y otra, justificarla, hallarla conforme con ciertos valores. De ahí la falsedad del aforismo tout comprendre c'est tour pardonner sobre todo si se lo entiende como es usual, en sentido de que es suficien­ te conocer las causas de algo para justificarlo. Por ejemplo, no es muy difícil, a veces, explicarse las razones por las que una mujer soltera y de buena fama mata :i su hijo recién nacido; pero el co­ nocer esas razones casi nunca será suficiente para justificar lo que se ha hecho. Quizá, conocidas las causas de una ofensa, ños sinta­ mos inclinados a perdonarla; pero la ofensa sigue siendo una ofensa. Explicación y justificación, análisis de causas eficientes y de causas finales, son, pues, puntos de vista complementarios acerca de una realidad única. Son necesidades sistemáticas y escolásticas las que conducen a separarlas. Pero el conocimiento total de la conducta humana no puede alcanzarse sino tomando en cuenta los dos aspectos. Obviamente, lo mismo ocurre cuando deseamos conocer una conducta delictiva: por una parte, buscamos conocer sus causas eficientes y, para ello, emprendemos un estudio crim<* nológico; por otra, pretendemos conocer su valor jurídico y, en­ tonces, recurrimos, al Derecho. Cada aspecto influye en el otro. Por eso es posible y no con­ tradictorio que, 'como ha sucedido frecuentemente, las valoracio­ nes cambien en vista de las conclusiones alcanzadas p o r las cien­ cias naturales explicativas. Por ejemplo, en los dos últimos si­ glos ha habido radicales transformaciones en la consideración ju­ rídica sobre conductas de menores y de anormales, en base a lo que la ciencia ha descubierto, sobre todo en materia de biología y psicología. Por otra parte, el que una conducta antes jurídica­ mente permitida se tom e prohibida — digamos, la fabricación y tráfico de drogas dañinas— introduce un nuevo tipo de causa en (2) V. López Rey: Introducción al estadio de la Críalasla gio, p. 20. — 15 Por ello. con las consideraciones prece­ dentes. y para el caso de la Criminología. Defi­ nir-la Criminología equivale. te­ mas propios de la siempre discutible y discutida Filosofía.. pero sobre to­ do en la nuestra que. esa posición tendrá siempre ca­ rácter filosófico. «& fijar su contenido. Así considerada. Puestos en el caso de un conflicto momentáneo entre la justi­ ficación y la explicación. para unos..la determinación de la conducta. contéñidó que. cienciasnaturales y ciencias cul­ turales no se excluyen sino que se complementan cuando se trate del hombre. Esta ta­ rea es necesaria sobre todo porque hay variadas y hasta contra­ puestas posiciones que conducen a dudar acerca de lo que debe ponerse bajo el nombre de Criminología. la tarea de definir es imprescindible en toda ciencia. algunas para aplicarles la calificación de delictivas. No faltará quien arguya que. Ley natural y norma de conducta. aunque se asuma. si eso no sucede hoy no -í» porque no haya herejes ni hechiceros sino porque tales conductas han dejado de ser valoradas como delictivas. el explicar las causas de la herejía y la hechicería. habría tenido como uno de sus objetivos principales. equivale al di: todas las ciencias penales causal • explicativas y hasta un poco más. realidad y valor. a establecer qué es lo que ella estudia y qué lo que debe quedar fuera. deterininismo. ellas son esencialmente filosóficas. 4. causalidad. lo que él incluye y lo que excluye.penal. ser y deber ser. Esa calificación tiene que ser aceptada por ia Cri­ minología.. por ejemplo. Es ésta la qué aparta. Piénsese. sin un análisis adecuado. todavía tiene fronteras muy imprecisas. es indudable que debemos dar primacía a la valoración jurídico . para otros. Definir es lo mismo que determinar los límites de un concep­ to. como luego se verá.— D EFINICIO N DE C RIM IN O LO G IA — Tratemos aho­ ra de concretar lo anteriormente dicho en una definición. se corre el riesgo de introducir en el campo científico. de entre todas las acciones humanas. La definición se reflejará enseguida en el campo que se reconoce como propio de la Criminología. se quiera o no. por tanto. etc. Así es: la Filosofía se introduce en ti campo de la ciencia. pero imprescindibles p i ­ ra construir nuestra ciencia. causas eficientes y causas finales. es restringido mientras que. — 16 / — | í . de haber existido esta liace trescientos años. Pero ese no es simple riesgo sino una necesidad pues no existen conocimiento o conducta alguna que no supongan una implícita o explícita toma de posición frente al mundo y 'a vic!. Hay entre explicación y justifi­ cación una continua tarea de corrección y complementación. en las concepciones acerca de lo que debe entenderse por libertad. muchas veces y lamentablemente. la Crimi­ nologia es la ciencia general del Derecho Penal y. significan ciencia del delito. por lo demás. p. Niceforo y Pende: Dizionario di Criminologia. considerado en sus varios aspec­ tos: el natural (factores o causas del delito. se han presentado tam bién retro­ cesos y confusiones. Ellas requieren de cierto plazo para delimitar con exactitud.Leipzig. llevan a conseguir mayor precisión. Algunos tratadistas latinoamericanos han seguido esta direc­ ción (*). por ejemplo. entre los que mantienen a la Cri­ minología con tamaño alcance. (4) Oxamendi. Florian. (5) Asi sucede con la Encyclopedia of Criminology. sin tomar en cuenta algo tan importante como es el ir contra la lógica. 716. Ingenieros. difundidor del nombre (3) quiso darle por contenido. De esta mezcla. la necesidad de introducir distin­ ciones entre el sentido amplio y el restringido de esa palabra. el jurídico-penal.Esta falta de precisión es un riesgo que corren todas las cien­ cias nuevas. Milán. 1943. Ha sido co­ rriente que las ciencias comenzaran tratando como propio a uu campo vasto y más o menos informe de hechos. Eso implica algo muy serio: que estamos continuamente en el riesgo de malentendevnos al dar a la misma expresión dos contenidos dis­ tintos. “en su sentido lato. 1933. de alto valor (5). la tornamos. al pretender que haya dos conceptos esenciales distintos sobre la misma cosa y desde el mismo punto de vista. Podemos partir de la definición etimológica. que ya ha sido citada. Elster y Lingemann: Handwoerterbnch der Criminologie. Entendida así. Criminologia. Es también el criterio de algunas enciclopedias. La “Criminología” de Garófalo contie­ ne una amplia ciencia del delito. (3) Ya lo había creado Topinard. la Criminología era la cien­ cia universal del delito sin que se distinguieran variedades de te­ mas y hasta de métodos que tenían que emplearse.que Garófalo. y también puntos de Criminalística). derivada de una voz latina y otra griega. junto a los avances. contra el ideal que per­ sigue toda ciencia. el penológico y el político-crim inal. — 17 — . una críti­ ca selectiva y el surgimiento de especialidades. el objeto de su estudio. Eso ha sucedido también con la Criminología en la que. dirigida por Branham y Kutash. en su conocida obra. comprende el estudio científico de las causas del delito” . en su sen­ tido estricto. Tal definición etimo­ lógica corresponde a lo . . el procedimental. siquiera relativa.Criminología ¿s una palabra híbrida. tenían que resultar dificultades cada vez más evidentes y que han originado. vaga e imprecisa. unidas ambas. luego. Berlin . daba también un contenido muy amplio a la Criminología. así. dice que. Eso. sostengan que la Criminología es el estudio de las cr.No es admisible seguir este camino. Ciertos actos que son considerados in­ deseables son definidos como delitos por la sociedad política.— Consiguientemente. de in­ fracción de las leyes y de reacción contra tales infracciones. tal ocurre en autores de lengua española e in­ clusive en modernos autores alemanes en los cuales la influencia de la Criminología norteamericana parece clara. en cambio. por tan­ to. si bien se excluyan las cien­ cias jurídicas. Pero ese objeto es di­ visible en partes muy dispares cuando en un capítulo se estudia la influencia de la familia en la criminalidad y. Lo que caracteriza a una ciencia es la unidad de objeto y de método. el tratamiento o la prevención.— y especialmente todo lo que corresponde a Penología y Política Criminal. Lo mismo ocurre con el método pues. en general. Es frecuente que los más variados autores. Tal tendencia puede explicarse cuando tiene una larga tradición detrás. Pero en otros casos. b) etiología criminal y. hay gente que persiste en su conducta y. en el caso de las ciencias eminentemente naturalísticas.usas del delito. sobre todo lo que atañe al pro­ ceso judicial — desde la intervención policial. la sociedad política reacciona mediante el castigo. haya todavía quienes piensan que ésta abarca un campo mucho mayor que el señalado. etc. Sin embargo. incluyendo. p. como algo ajeno a la Criminología.objeto de la Criminología” (6). Incluye den­ tro de sus objetivos los procesos de formación de las leyes. en el terreno ju­ rídico. tiene que ser deductivo. Esta secuencia de interacciones es la materia . 3. resulta instructiva la definición que dan Sutherland y Cressey: “Criminología es el cuerpo de cono­ cimientos tocantes al delito como fenómeno social. la natu­ raleza de la ley penal. — 18 — . en otro. Pero es aceptada también por obras en len­ (6) Principies of Criminology. es curioso. las tres partes constitutivas de la Criminología son: a) Sociologia Ju ridica. tiene que ser inductivo. lo que usualmente se acnomina Criminalística. Lo que sucede es que se pretende mostrar como objeto pro­ pio de la Criminología no sólo las causas del delito sino todo el saber penal de tipo naturalístico. pomo ocurre. hasta el siste­ ma de jurados. con los autores estado­ unidenses e ingleses. co­ mete delitos. ibidem). Esta definición es aplicable a la mayoría de los libros escri­ tos en lengua inglesa. Estos procesos constituyen tres aspectos de una secuencia relativamente unificada de interacciones. para decir lo menos. basado en la experiencia. se puede hablar de un auténtico retroceso. el propio de lo abstracto. Dentro de este criterio. la psicología de lo» jueces. así. c) Penologla (V. Pese a esta definición. que. la que no debe ser perdida de vista nunca. — 19 — . los factores individuales y sociales que funda­ mentan la conducta crim inal” (10). cada ciencia tiene sobre las otras.explicativo del delito. Seelig sostiene que "la Criminología es la teoría de las formas reales de comisión del delito y de la lucha contra el delito” (8). sin duda. . en este campo. delincuencia juvenil. (9) El subtitulo del primer volumen. en la que previamente primaba una concepción res­ tringida. la Criminología es “aquella parte de la ciencia criminal que pone de relieve los factores de la criminalidad mediante la investigación empírica. algo de muy sólido: la nece­ sidad de reconocer la interacción. (7) Criminología. p. tiende a hacer la Criminología demasiado vaga y heterogénea” (u ). Así. y la Política Criminal " . (11) Ibidem. ha llegado a constituirse una ciencia que se ocupa sólo del aspecto causad. En esta línea se halla casi toda la Criminología latinoame­ ricana reciente y también textos escritos en otras regiones. único que ha aparecido hasta el momento. Sin embargo. Ha habido. el mismo proceso que se ha dado en otras disciplinas: se parte de conocimientos ge­ nerales que paulatinamente se dividen en secciones cada vez más autónomas. prefiere aquél según el cual. el criminòlogo danés Hurwitz reconoce que "criminología” es pala­ bra que tiene varios significados. parece evidente que lo previo a cualquier tarea de coordinación es el distinguir claramente aquello que ha de ser coordinado a fin de dar a cada parte la función que le correspon de en el todo. 1. la comisión y ¡a evitación del crimen. es decir. (10) Criminologia. Hay. Tal es. 17. Por su lado. Muchos son los perjuicios que hay que evitar y que derivan d¿ una exagerada cspeciatización. Por ejemplo. (8) Tratado de Criminología. p. Goeppinger dice que la Criminología "se ocupa de las circunstancias de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento. de no tomar en cuenta las influen­ cias que. 23. aunque es lógico que deban conservar los aspectos co­ munes iniciales.gua alemana. como dicen Sutherland y Cressey. pre­ vención. así como del tratamiento de los violadores de la ley” (7). predicción y tratamiento. p. es el siguiente: “Teoria. Por esa vía de evolución. pero que tiene conciencia de que ése no es sino un aspec­ to de una totalidad. el criterio que sigue López Rey en su obra “Criminología” (9). . entre todas las ciencias penales — no sólo las causal explicativas— . Agrega que el inclüir la Penología. también. en esta posición. en la Criminología. es de 1960 y. Esta distinción es necesaria porque hay causas muy importantes en ¡a conducta criminal de un individuo. hace ya más de cuarenta años. el funcionamiento de la policía. Crlme. Tal definición no menciona ni tiene por qué hacerlo las re­ laciones e interacciones de la Criminología con otras ciencias pe­ nales o no penales ni las aplicaciones que puedan dársele. obra dirigida por Radzinowicz y Wolfgang. por eso. pero que pueden no haberla ejercido en el caso con­ creto de que se tra te . del nombre de Criminología (n ). ya que la Criminología lo hace. de 1959. etc. dirigida por Sheldon Glueck. — 20 — . los sustitu­ tos de las penas privativas de libertad.Es evidente que esta vaguedad es inevitable cuando bajo la misma designación se trata de asuntos tan variados como la gé­ nesis de la ley. Cum­ ple el requisito de haberse hecho por género próximo y diferen­ cia específica. los tribunales de menores. (13) La necesidad de reconocer distinciones. Quizá. Es también sin­ tomático que se juzgue necesario dar explicaciones acerca de que. se ha preferido prescin­ dir en los títulos. porque ése es asunto aparte. de Tappan. esa ciencia se ocupa de los factores del delito (n ). si bien designan a sus obras como de Criminología. De cualquier manera. Ella contiene todo y sólo lo que es tema de esta ciencia.. nos parece adecuada la siguiente definición: Criminología es la ciencia que estudia las causas del delito como fenómeno individual y social. San varios los autores norteamericanos que. Jnstice and correettoo. la diferencia es­ pecífica resulta al mencionar las causas del delito. reconocen que tal designación debe darse especialmente a la parte destinada a estudiar los facto­ res del delito. Por lo anterior. Crime and jnstice. A la inversa. llevó. de 1974. Criminology and Public Policy. The problem of deUnqnency. edición dirigida por Hood. los sistemas penitenciarios. (12) V. parece inadmisible poner como fin propio de la Criminología “la lucha contra el delito": ese es el objetivo de todas las ciencias penales. El genero próximo es el es­ tudio del delito. en li­ bros estadounidenses e ingleses recientes. la Criminalística. hay causas cuya influencia general es innegable. Crlme. pero de escaso relieve en la totalidad. con tal título. mientras otras ciencias penales estudiarán otros aspectos. de 1971. La definición se refiere tanto al delito individual como a la criminalidad o conjunto de delitos cometidos en una sociedad. designa el contenido de su obra. a que en los {»opios Estados Unidos. Glllin y Gillin denominaran a su obra Crimlnology and Penology. estrictamente. como exige la Lógica. Según Exner. Ferri dio a su obra un contenido muy semejante al que propugnan los partidarios de una concepción amplia de la Cri­ minología. acerca de cómo hay que solucionar o explicar el fenómeno delictivo. origina factores que hacen que ella apa­ rezca. costumbres.). los factores externos no actuaban decisivamente sino en quienes no eran verdaderos delincuentes. Se advierte la distinción entre el delito individual y la criminal!(14) Sobré. Nos vamos a referir sólo a cuatro de los nombres más común­ mente usados: Antropología Criminal. Se ha tratado también de usar la expre­ sión Antropología Criminal para designar el estudio del individuo delincuente. la Biología Criminal es "la teoría del delito como aparición en la vida del pueblo y en la vida del particular* (l5). (15) Biología Criminal. cuando ambos fenómenos se hallan íntimamen­ te unidos y son dependientes (M). En suma. El nombre ha tenido for­ tuna y seguidores y no sólo en Italia. Niceforo. suele suponer. Inclusive en relación a si la! Sociología Criminal ha de entenderse como simple aplicación de la Sociología General.su obra capital. — 21 — .5. distinguible morfológicamente del hombre honrado. Sociología Criminal. etc. p. Hay también quienes consideran que la Sociología Cri­ minal debe estudiar al delito como fenómeno de masas aunque no se advierte la solidez de un argumento tal. la sociedad establece qué conductas son delictivas. este tema. aunque Lombroso analizó también las causas exteriores del deli­ to (clima. rri quien denominó así a . de la que no se puede prescindir. I. Ella era la ciencia específicamente llamada a estudiar el hombre delincuente como una species ge­ neris hum ani.93. donde la obra di Tullio ha tenido vasta difusión. grados de civilización. T. extensamente.— El problema de la denominación de nuestra ciencia no es puramente formal.— EL NOM BRE. pp. que llevaría a indepen­ dizar el estudio del delincuente individual del propio d6 la cri­ minalidad general. Bio­ logía Criminal y Criminología En "El hombre delincuente" de Lombroso ya se halla el nom­ bre de Antropología Criminal. El título se explica por­ que Ferri trató del delito como fenómeno social — en que la socie­ dad es una condición sine qua non— . El nombre se adecuaba precisamente a la solución propuesta pues. que designó así a su conocida obra. eran los facto­ res antropológicos los que impulsaban al delincuente verdadero (nato). Criminología. determina un sistema de reacciones punitivas y preventivas. 75 . 15. en su ini­ cio y hasta actualmente. El nom bte de Sociología Criminal fue universalizado por F e-. una toma de posición. Biología Criminal ha sido un nombre que tuvo su momento de boga en lengua alemana. — El contenido de la Criminología está íntimamente ligado ron el concepto que de ella se ténga. “estudia la criminalidad como fe­ nómeno social" (T. Pero usar el término “Biología” cuan­ do se habla de la “vida” de un pueblo equivale a dar a tales p a­ labras sentidos que no son corrientes ni exactos. precisión y exactitud. Grispigni recuerda que Mezger — 22 — . Por consiguiente. Por fin. los autores latinoamericanos em­ plean con mucha uniformidad esta designación con el significa­ do a que nos referimos. a menos que pretenda incluir los estudios de antropología y sociología criminales. Véanse las obras de Mayorga. pero no si se quiere observar la realidad tal co­ mo es. p. en su Dirltto Penale Italiano. I. (17) Grispigni. La de­ puración de casi un siglo.desig­ nar la totalidad de la ciencia de que nos ocupamos. el nombre de Biología Criminal no puede ser considerado apto para . con el nombre de Criminología. Eso está bien si se estable­ cen algunas comparaciones muy parciales y se tiene gusto por el uso de alegorías. sobre todo e<i relación con algunas obras. Gómez Grillo. Defini­ da como lo hemos hecho. Este nombre es preferi­ ble porque hay una costumbre creciente favorable a su uso. una evolución admitida en cuanto a su significado y precisiones esta­ blecidas por definiciones que generalmente se incluyen en los li­ bros de texto o son fácilmente deducibles a través del contenido de ellos (17). desde que fue difundido por Garófalo.— C O N TEN ID O . debe designarse lo que se denomina Política Criminal. pero adquiere claridad. en cuyo caso perderá su autonomía. en las ediciones postumas de la obra de Exner . como el racial. etc. La Socio­ logía Criminal. considera que. podemos hablar del nombre “Criminología”. De cualquier modo. 36). no queda nin­ gún campo propio para la Criminología. 6. Drapkin. a menos que vol­ viéramos a cierto organicismo del siglo pasado que consideraba a las sociedades como seres vivientes. No carga ningún prejuicio en cuanto a las solucio­ nes y tiene la amplitud suficiente para englobar los diferentes ca­ pítulos que deben tratarse en su estudio. por su parte. salvas las excep­ ciones anotadas. (16) El más apto y el más umversalmente usado. lo hace el más apto para designar a la ciencia causal • explicativa del delito (16). No debe olvidarse tampoco que la designación puede servir y ha servido para poner énfasis en aspectos biológicos. La Antropología Criminal —dice— busca ex­ plicar la génesis de los hechos delictivos individuales.dad total de una comunidad. por tanto.se ha tomado a la tradicional designación de Cri­ minología. La asimilación parece inadmisible y. sino una de sus partes y con un sentido distinto al que le da Exner. el contenido se restringe. bajo el nacismo. Por ejemplo. Es preciso anotar que si la Criminología engloba a Antropología y Sociología crim inales. no es aquéUa ¡a que pier­ de su autonomía sino éstas. Pero no es muy convincente el cam biar tanto el significado de una palab ra sim plem ente porque no se cree que haya un objeto cierto al cual aplicarla: p ara Grispigni no existe ese objeto pro­ pio y cierto. El que esas ciencias se dirijan al estudio del delito hará que tomen un matiz. P o r ello. De acuerdo con el tratad ista italiano. ner­ vioso. siquiera por el momento. (18) En el fondo. la alimentación. etc. la situación económica. no se estudiarán esas ciencias de una manera general sino que las conclusiones a que ellas hubieran llegado se aplicarán al estu­ dio de las causas del delito. con lo cual. la prim era ab a rc a ría lo propiam ente biológico y lo psíquico. cit. norm al y an o r­ m al. Desde lue­ go. un acto volitivo pueda ¡ser considerado como objeto de la Biología. como resultante de algunos factores psíqui­ cos: inteligencia. Pero. etc. encontraremos otros factores previos. por ejemplo. Las tendencias biológicas son sólo eso: tendencias o disposiciones. Es tam bién la m ás corrientem ente adm itida.. 25 . condicio­ nantes de los psíquicos. es una distribución distinta de aquella que propug­ nan los que hablan sólo de factores individuales y sociales o am ­ bientales. el sistema endocrino. La unificación es lógica y útil ya que no hay necesidad de se p arar el estudio del delito individual del estudio del mismo como fenómeno social.. !a m ás adecuada. voluntad. de manera indudable. ella se nos presentará. tendrán que analizarse los factores delictivos acu­ diendo a la Biología. — 23 — . sentimientos. "sobre la base de las conclusiones de la antropología y sociolo­ gía crim inales. Por tanto.. se llam aría Criminología a la ciencia que. en un prim er momento. También habrán de lomarse en cuenta las influencias del me­ dio ambiente. luego. pp. etc. percepción. Se convierten en realidad por su confluencia con las causas y oportunidades que brinda el ambien­ te. la habitación. P ero nos parece difícil que. sugiere los medios más idóneos que han de adop ta rse para la prevención y represión del delito".Si investigamos una conducta criminal. por ejemplo. la inteligencia está condicio­ nada por la herencia. La familia. la Sociología y la Psicología (!S). (ob. h ab ría sólo dos partes en la Criminología sistem ática. influyen en la determinación de la con­ ducta.26) divide el contenido en dos ram a s: Biología Crim inal y Sociología Crim inal. el grado de educación. algo similar puede decirse de las demás funciones psí­ quicas. um versalm ente famosa: "P o lítica crim inal sobre base crim inológica". Hurwitz. (T. I. El suelo carente de yodo puede concluir deteniendo el desarro­ llo intelectual. natural y social. 30). la distribución trip a rtirá nos parece. p. especial y se coordinen de manera también espe­ denominó a una de sus ohras. éste resu lta lógi­ cam ente del primero. (la traducción castellana lle­ va sim plem ente el título de “ Crim inología"). también muchas de las diferencias psíquicas se deben a factores sociales.Biología Criminal ya que el sexo es determinado hereditariamente y se liga con caracteres corpora­ les. sociales y psíquicos sólo responde a una necesidad sistemática y didáctica no siempre debidamente satisfecha. sociales y psíquicos en un capítulo primordialmente des­ tinado a tratar un sólo tipo de ellos. Es claro que podemos estu­ diarlo en el capítulo destinado de. — 24 — . Un ejemplo. dedicada a los fenómenos biológicos propios de las personas honradas y otra Biología. Son fe­ nómenos que no pueden ser separados en la realidad. Más de una vez será cuestión de decidirse por el aspecto más destacado. que cada vez serán más amplias y que posibilitarán o (19) Na sólo el matiz sino la extensión. En consecuencia.cial (w). ya desde el seno materno. se tendrán que considerar factores bio­ lógicos. Sociología Criminal y Psicología Criminal como se habla de Psicología Pedagógica cuando esa -ciencia es aplicada al estu­ dio del fenómeno educativo. El adjetivo “crim inal” que se adjunta al nombre de tales cien­ cias no tiene p or finalidad establecer una diferencia específica co­ mo si hubiera. Luego. Además. pero también muchas e importantes diferencias sexuales son de tipo psíquico. Son tan interdependientes que resul­ ta frecuentemente difícil determinar en qué capítulo se colocará cada tema. No es ese el objetivo que se busca al usar el adjetivo "crim inar’ pues implicaría admitir diferencias biológicas entre criminales y no criminales como si pertenecieran a especies distintas y biológicamente diferenciables.'El adjetivo “crim inal” quiere decir simplemente que las ciencias mencionadas son aplicadas al estudio del delito. tenemos influencias am­ bientales. Esta aplicación justifica el que se hable de Biología Cri­ minal. que es asunto largamente analizado por la Criminalística. En cuanto ¿ cuál es la disciplina que debe estudiarse prime­ ro. pero que no es el único. tal lugar corresponde a la Biología Criminal que se ocupa de los primeros fundamentos de la personalidad. la distribución en distintos capítulos de los fenóme­ nos biológicos. De cualquier modo. Por ejemplo. Lo mismo po­ dríamos dccir de la Psicología y la Sociología. será difícil determinar a plena satisfacción dónde estudiar el sexo. que se ocuparía de los fenómenos biológi­ cos propios de los delincuentes. para evitar repeticiones. un médico co­ rriente pasa rápidamente sobre el tema de las papilas digitales. de los que estable­ cen límites más allá de los que esa personalidad no podrá desarro­ llarse. sociales o psíquicos atribuibles exclusivamente a los crim inales. una Biología n o-crim inal. que se influ­ yen e implican mutuamente. por ejemplo. el del sexo. la “crim inal'’. No existen caracte­ res biológicos. sobre todo hace algunos decenios. Hoy. dice que “si por ciencia hemos de entender ia relación sistemática entre todos los hechos del objeto estudiado. Es el problema que suscitan ca»i todas las ciencias sociales. Crlme and Soelety. En tercer lugar. 133. 11 -11. el conocimiento cierto sobre la totalidad deLgbjeto de que se ocupB. Ambos puntos son falsos. cada vez más discutido. 53. 7 — C ARAC TER CIENTIFICO DE LA C R IM IN O LO G IA . aunque es científica hasta donde intenta usar métodos científicos” (“ ). La respuesta la hemos de hallar recurriendo a una definición de ciencia. la respuesta es definitivamente: n o ” (B). acerca de si la Criminología es ciencia. La posición a que nos referim os'se fundaba en la creencia de que es posible descubrir leyes de validez absolutamente universal v de que el ideal de ciencia es el ofrecido por el conocimiento de la Física. metódicamente fundados y sis­ temáticamente dispuestos según los grupos naturales de objetos” (24).ayudarán a que las potencias o tendencias biológicas se tom en rea­ lidades. p. Id. pp. 43. p. afirma: “La Criminología no es ciencia y nun­ ca podrá serlo en el sentido de que pueda descubrir leyes de apli­ cación universal” (21).Mucho se ha discutido. p. Crimínalofia. Francisco Romero nos dice: "La ciencia es un conjunto de conocimientos ciertos y probables. Anota enseguida que ninguna de las ciencias ha logrado. has­ ta el momento. En cuanto a su carácter científico. ha llegado a crear sólo algunas hipótesis de trabajo. Este libro elemental ofre­ ce material muy útil para el alumno en lo tocante a las diferen­ cias entre ciencias naturales y ciencias del espíritu y el concep­ to de causalidad. En el mismo sentido se pronuncia von Hentig (“ )■ Cantor. Taft considera que “la Criminología no es todavía ciencia. Insiste en algo que ha comprobada y admitido (10) (11) (21) (23) (24) Crimínalo(i«. seguramente no habría ciencia alguna. Id. como ocurre con el de ley natural. p. afirma que la Criminología no ha des­ cubierto hasta el momento ninguna ley de validez universal. como consecuencia.. si aplica­ mos el criterio de que sólo es científico el saber que se base en leyes de validez universal. aparecerá la persona­ lidad con todos sus caracteres. entonces sabremos si la Criminología se adapta a ella. Estas posiciones negativas provienen de una concepción exa­ geradamente exigente acerca de lo que es ciencia. por su parte. 27. poco después. Romero y Puedan i: Lógiea. temas de la Psicología. — 25 — . — 26 — . unificado por el ob­ jeto propio de ella. sólo será posible cuando se conozcan todos los aspectos del objeto investigado. no se contenta con tener conocimientos aislados sino que busca disponerlos en cierta orden. incluye campos que tocan a otras cien­ cias. Cuando el hombre actúa como tal. en algunos casos. que ella es un saber multidiscipfínario o interdisciplinario. como la exigida por Cantor. La Criminología ha sistematizado sus conocimientos. La sistematiza­ ción total. se debe a que opera sobre la conducta humana. Esa probabilidad es. inclusive en su concepción restringida. De ahí por qué se ha dicho. lo valorativo que tienen? 8. no bastará el conocimiento de las causas eficientes. La ciencia. es ciencia. sin duda. la condición de contar con métodos científicos y de poseer un objeto propio. Por ejemplo. por objetivos. los fines perseguidos. Si buscamos conocerla completamente.la ciencia moderna: la inducción. muy alta. Es impulsado no sólo por causas eficientes sino también por causas finales. dentro de lo que es posible. Pero también surge un grave peligro: el de la dispersión e inconexión de ideas. constituye un saber sumamente complejo. El acto humano es in­ comprensible cuando sólc consideramos las causas eficientes o na­ turales que lo han producido y dejamos de lado los objetivos. El hombre no está sometido a ellas como una piedra lanzada al air^ o como dos sustancias químicas puestas en contacto. ¿hasta qué punto comprenderemos esas conductas si prescin­ dimos de lo moral. Si sé mata para robar o para defender a su pa­ tria. con toda razón. lo jurídico. se aleja del ideal de los físicos. cada uno de los cuales posee su particular punto de vista. resulta que la Cri­ minología. Así se explica mucho de lo que sucede en la Criminología con­ temporánea. Ese ideal no es exigible por ser irrealizable. dentro de una jerarquía que es lo que constituye un sistema. Por tanto.— LA C R IM IN O LO G IA . sólo parcialmente salvadas por los directores de edición. método de las ciencias natura­ les. del aspecto puramente naturalístico. éstos no pueden imponer su propio criterio al de los contribuyen­ tes parciales. que varias de las obras fundamentales. pero nunca llega a la certeza absolu­ ta. Esta cumple. toma en consideración valores a cuya con­ secución tiende. contengan capítulos re­ dactados por numerosos especialistas. En tal situación se halla también la Criminología. como otras disciplinas. Esa es una ventaja porque cada uno conoce profundamente el campo que le compete.— De lo que hasta aquí se ha expuesto. aunque dirigidas por una o dos personas. además. sólo alcanza conocimientos probables. que es el indicado por su definición. Si la Criminología. SABER M ULT¡DISCIPLINA R IO . Eso sucede en toda investigación. co­ mo en el práctico. Victimology: Thè victim and his criminal. a este respecto. ha de ser muchas veces imposible entender un delito si sólo analizamos a su autor y no a la víctima que. aun desde un punto de vista puramente didáctico. Debe abrirse hacia todas las otras ciencias con las que tienen objetivos comunes. En cuanto a la enseñanza. Ha de influir en ellas y. (25) V. Aun sin necesidad de considerar esas ciencias afines.9. entre ios tipos de Criminología.: Schafer. pp. particularmente al tipo académico y al científico o de investigación. recibir influencias. ia instructiva distinción que. Por ejemplo.Es hoy imposible pretender que una sola persona tenga la ca­ pacidad suficiente para ocuparse de investigar los problemas bio­ lógicos. Esos profesores provienen de las más diversas espcciaiizaciones si bien se presenta predominio de los juristas — so­ bre todo en América Latina— . sobre todo a nivel de licenciatura. ha surgido un nuevo y promi­ sor campo: el de la Victimología (25). sociales y psíquicos — normales y anormales— que se re­ lacionan con la conducta criminal. — 27 — . tanto la que se lleva a ca­ bo en el campo teórico. (26) Véase. 3 . psicólogos. a su vez. como ser la lucha contra la criminalidad. por sus particulares características. de los trabajos prácticos y de in­ vestigación. pién­ sese que el análisis de la conducta criminal lleva enseguida a en­ contrar conexiones inevitables. es fre­ cuente que sea una causa fundamental del delito. médicos psiquiatras y psi­ coanalistas (w) . Es evidente que. cuando se trata de dictaminar sobre el trata­ miento aplicable a un delincuente o las medidas adoptables para combatir la delincuencia como fenómeno social. él no puede prescindir de la investigación. lo corriente es que esté a cargo'de un súlo profesor que aprove­ cha las conclusiones a que han llegado los investigadores proce­ dentes de todos los campos de especialización. para alcanzar conclusiones generales. Esta característica multidisciplinaria se muestra en toda su complejidad cuando se piensa que la Criminología no puede en­ cerrarse en sí misma. De esta com­ probación continua en la práctica. señala López Rey en su obra de igual nom­ bre. los sociólogos — situación muy co­ mún en Estados Unidos— . El trabajo tiene que ser reali­ zado por equipos cuyos componentes contribuyen al saber inte­ gral. . nada mejor que insistir en el hechj de que la Criminología guarda estrccha relación de interdependen­ cia con otras ramas del saber. Ep el capítulo anterior. sobre las que influye y por las que es influida. De la especialización exagerada resultan defomiaciones. económico. Pero si ésta ha traído beneficios claros. cuántos errores se cometieron ai en­ carar todo el problema delictivo sólo desde el punto de vista he­ reditario. po­ siciones unilaterales que más perjudican que impulsan el avance de la ciencia. Cada disciplina representa un papel en el todo. como la mayor profundidad de las investigación y la dis­ criminación de los métodos que deben emplearse. veremos cuánto tiempo se ha perdido. endocrino. es también evi­ dente que hay el peligro como en toda especialización. Al tratar de la historia de la Criminología.— IM P O RTAN C IA DEL TEM A. vimos que hoy es imposible pensar en una ciencia única del delito. de sólo es­ tudiar y concebir el delito desde un ángulo. Si eso ocurrió en algún momento pasado. etc. hoy es una imposibilidad teórica y práctica. psiquiátrico. Para huir de este peligro. — 29 — .— Aunque la Crimino­ logía es una ciencia autónoma. olvidando o tomando a menos los demás.CAPITULO II LA CRIMINOLOGIA Y SU RELACION CON OTRAS CIENCIAS 1. Ha surgido una especialización creciente. se halla íntimamente Relacionada con todas aquellas que estudian el delito y tienen por fin último luchar contra él. tendría muy po­ co de útil. Las definiciones de Marc Ancel y de Goeppinger. (1) Cfr. 269. Una Política Criminal que prescinda de la Criminología es inconce­ bible (2). Pero éste es asunto que trataremos en nuestra materia. El prime­ ro caracteriza a la Política Criminal como “las instituciones c ideas tocantes a la prevención y represión del delito” . ias encontraríamos hasta en los aspectos más insospechados y lejanos. jastice and pnblic policy. se puede definir la Política Criminal como una ciencia que se ocupa de la política de refor­ ma del Derecho Penal (en sentido amplio) y de la ejecución de la lucha contra el crimen por medio del Derecho Penal" (Cri­ minología. pa­ ra luchar contra el delito.— LA PO LITIC A C RIM IN AL.Desde luego. — 30 — . Esta definición nos parece exageradamente ligada con lo jurídico penal. entre ellos Seelig. tienen las distintas ciencias penales. por ejemplo.a el delito. p. V. Tarea tan amplia es Imposible y. Está todavía sujeta a discusión la cuestión de si la Política Criminal debe aceptarse como disciplina autónoma o simplemente como la consideración general de las normas y principios que. Ape­ nas habrá descubrimientos importantes en la Biología. que no tengan alguna repercusión en la Crimi­ nología. Goeppinger dice: “Desde el punto de vista de la estricta deli­ mitación frente a la Criminologia. la Sociolo­ gía y la Psicología. Por un lado. incluido en la obra Crime. La conexión se manifiesta enseguida. ellas existen con las ciencias que integran la Cri­ minología al ser aplicadas al estudio de las causas del delito. llaman Política Penal. artículo The relationship between Criminologie and “Politiqoe CrtmlneHe” . Nos hemos de limitar a las relaciones más próximas. probablemente. (2) Recordemos el caso en oue esta relación es más acentuada: el primitivo nombre de la Criminologia de Mezger era: Política Criminal sobre base ci lmtnológica. publicada bajo la dirección de Roger Hood. Es evidente que. si se pretende luchar cont. Quedan las relaciones con las demás ciencias penales. 26). de las medidas que se toman respecto a de­ terminados delincuentes: su corrección supone eliminar las cau­ sas que anteriormente los llevaron al crimen. p.— Es el conjunto de me­ didas de hecho y de derecho que sirven para prevenir y reprimir el delito ('). p. cuando hay otras medidas que co­ rresponden a campos distintos. cuando se trata de la Penología. si fuéramos a buscar las últimas relaciones. hay que conocer sus causas para poder evitar las consecuencias. (Tratado de Criminolo­ gía. Probablemente la definición de Goeppinger corresponde mejor a lo que algunos autores. 2. 19). etc. sanitaria. analiza y valora las disposiciones que éste toma para prevenir y reprimir el delito. Citemos un caso en que tedas las medidas legales dispuestas son. otras relaciones son estrechas. ade­ cuados para combatir el delito. con una buena organización policial. la Política Criminal se relaciona con el Dere­ cho Penal. sobre todo en vista de la experien­ cia recogida por la Criminología y la Penología. el cultivo y comercio de la coca son li­ bres por lo cual esta materia prima es barata y fácil de adquirir. desde fuera del Derecho Penal. aunque en un primer momento no lo parezcan. Con tal oportunidad. etc. preventivos y represivos. Otras relaciones son también claras. con la so­ cial. Las leyes son cumplidas con rnayor rigor y se toman las primeras medidas pa­ ra controlar el cultivo y la venta de coca. Pero esta rea­ lidad no debe llevarnos a confundir la Política Criminal. inadecuadas para evitar y reprimir el delito.. la construcción de viviendas baratas. Bo­ livia es conocida como país productor y distribuidor de cocaína a los mayores mercados del mundo. esta medida no fue tomada por lo que resultaron casi inútiles —o sin el casi— las penas establecidas. la situación cambiará. (4). baste pensar en las que sugirió Ferri bajo el nombre de "sustitutos penales". La influencia de aquélla tiene que ser recogida en toda reforma penal (]) . (4) Si se quiere upa lista de estas medidas. — 31 — . Ya la ley de estupefacientes de 1961 disponía el control de los cultivos y del comercio de la coca. Durante este tiempo. Por ejemplo. Si considerára­ mos admisible el que se tome cualquier medida apta para preve­ nir o reprimir el delito. Sin embargo. la creación de instituciones sanita­ rias. la Politica Criminal lleva a cabo una critica "externa". por sí solas. en lugar de disminuir (5). b) Trata de plasmarlos en medidas legislativas. la fabriedción de cocaína aumentó. (3) La dogmática realiza una critica en el seno de las propias nor­ mas. Tal sucede con las que debe man­ tener con las concepciones filosóficas y morales. hasta campesinos analfabetos aprenden la técnica para producir cocaína. Podemos resumir los fines de la Política Criminal de esta manera: a) Busca los medios de hecho. entre nosotros. (5) Parece que. al presente. Tal hecho proviene básicamen­ te de que. pronto llegaríamos a atentar contra dere­ chos humanos irrenunciables. porque estas tocan sólo indirectamente a aqué­ lla y tienen sus fines inmediatos propios.Por otro lado. de hecho. si se prefieie esta denominación (f). excluyentes de toda influencia criminológica. en todo lo que toca a la individualización de ¡a pena. Nuestro nuevo Código Penal tiene ■—val­ ga el ejemplo— una disposición según la cual. Los dictámenes de personas que opinan desde el ángulo naturalístico no siempre son bien re­ cibidos (7). (6) Todas las buenas intenciones legislativas corren el riesgo de quedar en muy poco ante el hecho de que no se han tomado me­ didas para crear instituciones criminológicas para apoyar.— EL DERECHO PEN AL Y O T R A S R A M A S JU RIDI­ CAS. en general. co­ mo el Código determina. Ha habido corrientes que buscaron excluir completamente del Derecho Penal. tiene que tomarse en cuenta la personalidad del autor. la imputabilidad de los anormales permanentes o transito­ rios: la edad.— El Derecho Penal constituye la espina dorsal de las cieacias penales al determinar qué es lo que debe considerarse como delito. al imponer la pena. abre inmediatamente el curso a la cooperación entre Derecho Penal y Criminología y en­ tre ésta y otras ciencias jurídicas. son numerosos los congre­ sos internacionales que han insistido en que los magistrados que administran justicia en materia penal tengan una sólida forma­ ción en Criminjlogfa /^disciplinas relativas. se han presentado en toda la historia del Derecho Pe­ nal. una actitud de prevención contra la intervención. por ejemplo. el sexo. hay que anotar que es corriente que los medios judiciales tengan. ocupa lugar central la dogmá­ tica jurídica que estudia las normas como algo dado y establecido. sin perder en nada su carácter jurídico. hoy. cualquier consideración que no fuera jurídica. etc. como el Derecho Procesal Cri­ minal y el Derecho de Ejecución de las Penas o Derecho Peniten­ ciario. de elementos o factores extrajurídicos en el proceso. Dentro del Derecho Penal. Este tiene que estar atento a lo que las ciencias naturales des­ cubren a fin de llevarlo a la legislación vigentes y a la teoría. — 32 — . No puede negarse la necesidad de que el Derecho Penal ■ —y las otras ciencias jurídico . de lo que hay que partir ineludiblemente. Sin embargo. (7) En vista de estos prejuicios y daños. por considerarla perturbado­ ra. Hay asuntos en que. un adecuado funcionamiento de la jus­ ticia penal.penales— utilicen sus propios métodos y no estén continuamente sujetas a Ips variadas opiniones prove­ nientes de las ciencias penales de tipo naturalístico.3. la correlación se tiene que manifes­ tar. Puede llegarse así a posiciones extremas de rigidez formal. Pero es innegable que esas relaciones tienen que presentarse y. Tal norma. fácilmente calificada de excesiva. aunque sea dentro de ciertos lími­ tes. y es el lógico fundamento de la imputabilidad. y las condiciones biológicas. Grispigni. 11. ni aun el recién llegado. . el buscar sólo en las condiciones orgánicas y ambientales las cau­ sas del delito(. nos inducen a formar un criterio natural del delito. como se ve.La colaboración íntima entre Derecho Penal y Criminología comenzó especialmente con la escuela positiva y. por una parte. Ambas son razones extremadamente ligadas al positi­ vismo primitivo. en el sentido de que. como cualquier otro fenómeno. Las razones. . La responsabilidad penal de los indlgeus. social y biológicamente considerado(. . el estado de civilización y las diferentes latitudes de la tierra. . entre los carac­ teres naturales de una conducta. Contra tal distinción van principalmente los que sos­ tienen la existencia de un delito natural o piensan que la Crimi­ nología concluirá “tragándose” al Derecho Penal. por otra. es evidente que.I.) o atribuirle que niega actualmente el libre arbitrio(. Por otra parte. Ella no podrá lograrse. . para sostener la tesis del delito na­ tural son fundamentalmente dos: 1) El delito es un fenómeno na tural que resulta de causas también en absoluto naturales. p. sino distinguiendo am ­ bos saberes. en el sentido de que ellos sean propios de las ciencias naturalís­ ticas. ella existe. pue­ de ignorar las causas de la delincuencia y las diferentes formas en que se presenta según el tiempo. mucho menos negar que el delito es un fenómeno natural. aunque no se puede sostener que la libertad humana sea absoluta e incondicionada.) Hace rato que la escuela positiva no lo niega sino que (8) M edrano Ossio. en los hombres normales. la fatalidad del delito. Medrnno Ossio. ha de crecer con el tiempo. la humanidad civilizada” (s). No hay delito natural. es tan ajeno a la libertad. En su momento. 2) Está tan determinado. nos dice: “El complejo social. El Dr. — 33 — . vimos que toda conducta tiene aspectos que no son puramente naturales. nos advierte que es erróneo atribuir a la escuela positiva una “interpretación exclu­ sivamente patológica de la criminalidad. haya alguno que sea propiamen­ te delictivo o que permita calificarla como civminal. casi por completo. Estas bases nos parecen insostenibles. sin duda. a quien se ha considerado el máximo representante del positivismo criminal en los últimos tiempos. nadie. . sin embargo. Los conceptos de libertad de indiferencia y de responsabilidad mo­ ral no pueden imponerse más en la actualidad porque constituyen el resultado de un lejano pensamiento metafísico del que ya se ha despojado. respecto a ellos. tenga algo de criminal s i r j en que guarda una relación de contraposición c o j las norma1 penales. del delincuente. 15. pp. "No hav ninguna con­ ducta que sea delictiva por su propia naturaleza” (i0)..se limita a afirmar que es inidóneo para servir de base a una efi­ caz y racional defensa contra el delito” Hemos preferido citar a Grispigni porque sus palabras mues­ tran hasta dónde el positivismo ha tenido que corregir sus exage­ radas afirmaciones primitivas. p. etc. habrá hospitales o casas de cura para tratar a las personas antisociales (que. En cuanto a que el Derecho Penal será “ tragado” por la Cri minología. Habría Hí­ gado el momento de perdonarlo todo porque se habría entendido todo. Especialmente en las conferencias que dictó en la Universidad de La Paz. Llegará el momento en que aquel al que hoy llamamos delincuente será incluido en clasificaciones es­ (9) (10) (11) (12) Grispigni: Diritto Penale Italiano. apoyada por Medrano Ossio (n ) e. implícita­ mente. hoy no lo son. pero es falsa cuando se piensa haber excluido uno u otro aspecto como si al estudiar al delincuente pudiera prescindirse completamente de lo valorativo. ob. Cantor: Crime and Society. 17. I. — 34 — . T. el tratamiento de los dementes o de los menores. por ejemplo.. en un futuro más o menos lejano. V. curativas. cuando come­ ten conductas antisociales. ni si­ quiera se llamarán delincuentes). pero ya no penitenciarías ni nada semejante para tratar a quienes vulneren las normas penales — que ya no existirán— . lo mismo que correccionales. López Rey: Introdncclón al estadio de la Criminología. por quienes parten de iguales supuestos. p. sin que por eso dejen de tomarse. 78. que el Derecho Penal se ocupa del delito y la Cri­ minología. en su propia na­ turaleza. p.3R. 37 . entonces. Dense al argumento todas las vueltas que se quiera y siempre lle­ garemos a la misma conclusión ("). Esa es una afirmación sólo en parte verdadera. quien luego la abandonó. en 1942. La evolución se realizaría dentro de la línea que ha seguido. considerados como delincuentes hasta hace relativamente poco. fue una tesis sostenida por Jiménez de Asúa (u ). per sí misma. La tesis del delito natural es ciega al aspecto cultural y valorativo que es el que constituye al delito en cuanto tal. Se llama delincuente sólo a la persona cuya conducta entra en conflicto con la norma penal. La tesis afirma que. medidas preventivas. Es también erróneo decir. pero lo que permite calificar como delictiva a una conducta no consiste en que ella. para crear campos de estudio in­ dependientes. clt. reeducativas. (13) V. No puede negarse la importancia de las causas naturales que llevan al delito. del de­ lito. Si ha de desaparecer el Derecho Penal. comercial. conforme a la cul­ tura. Es evidente que los progresos alcanzados por la Criminolo­ gía ayudan al Derecho Penal en la comprensión del delincuente. precisamente en los casos en que las violaciones son más dañinas a la sociedad. pero ésta no puede prescindir del Derecho Penal. Siempre será necesario que la sociedad se p ro ­ teja de modo particularmente eficaz contra ciertas conductas. Por tanto.trie lamente naturales: el Derecho Penal habrá desaparecido pues carecerá de sentido. declaran y protegen. Siempre habrá delitos. de su conducta y hasta en las concepciones generales acerca del — 35 — . civil. Sanciona las faltas más graves contra los bienes que aquéllos. implican exigencias que pueden o no ser segui­ das por los hombres. ex­ plícita o implícitamente. la historia ha de experimentar un vuelco fundamental. es decir. pero no lo que la sanción tiene de esencial. Es de esencia de los valores >la posibilidad de no ser cumplidos. b) Otra filosófica: La vida se regla por valores. c) Otra sociológica: Toda sociedad precisa. Podrán variar las modalidades de la sanción. confor­ me a los tiempos. Pero la desaparición del aspecto valorativo. represión penal. Podemos también señalar un argumento al que denominare­ mos por reducción del absurdo. entre los que están los jurídicos. variarán las sanciones a medida que la sociedad evolucione. etc. siempre habrá violaciones que lle­ varán. jurídico. a im­ poner una sanción jurídica adecuada. Todo el sistema jurídico se implica y supone de modo nece­ sario. No se han dado argumentos sólidos para pensar que. La protección penal es necesaria a las demás ramas del derecho. es imposible por las siguientes razones: a) Una histórica: Siempre ha existido Derecho Penal y nada deja sospechar que dejará de haberlo en el futuro. un marco jurídico que tiene que ser salvaguardado por me­ dio de sanciones. los sostiene llegando hasta donde ellos no llegan. eso los hace capaces de defenderse hasta cierto punto. no vemos razón para que no ocurra lo mismo con todas las demás ramas del derecho: constitucional. en este aspecto. El Derecho Penal los apuntala. De allí surgirán valoraciones jurídicas de acuerdo a las que se reac­ cionará de modo tan eficaz como sólo el Derecho Penal puede hacerle. admi­ nistrativo. Estos suponen valoraciones y tienen sanciones pro­ pias para el caso de que sus disposiciones sean violadas. es absurdo pensar que éstas persistirán y que sólo ha de desa­ parecer el Derecho Penal que las garantiza de la manera más só­ lida. Por eso. Varia­ rán las conductas que se consideren delictivas. como la contenida en el De­ recho Penal. en los casos más graves y dañinos para la sociedad. para desenvol­ verse. sin embargo.— Es la ciencia que estudia los me­ dios para la investigación y descubrimiento del delito y del delin­ cuente. contengan también conocimientos penológicos. Eso ha sucedido ya y es seguro y deseable que suceda con mayor intensidad en el futuro. en buena medida. parece inadecuada la denominación de Ciencia Pe­ nitencia. puede considerarse falso el dilema o Derecho Penal o Criminología. cada cual en su campo específico <H). tal fin no po­ drá alcanzarse sin previo conocimiento de la personalidad del reo y de las causas que lo.— Es la ciencia que estudia la ejecución de las sanciones tanto en su faz preventiva como represiva. Pero el nombre tendrá que ser utilizado mientras no se encuentre otro. De ahí resulta la estrecha colaboración que debe existir entre Criminología y Penología. llevaron a delinquir.delito. Se trata de disciplinas complementarias. pero no excluy entes. como dice López Rey. la Criminología no halla sujeto de estudio mientras la (14) V. Ahí se encuentra una de las ra­ zones para que muchas obras. a veces. Por lo demás. Introducción. Pero dé la colaboración y ayuda no puede inferirse una sustitución: no-se ve la lógica de tal racio­ cinio. queda en suspenso el proceso penal. suele denominarse a esta ciencia Policía Científica. 4. realiza ex­ perimentos. — 36 — . 21. las penas no tienen a quién aplicarse. Por lo tanto. La teoría y la práctica penológicas requieren una base cri­ minológica pues si se busca corregir con la sanción. p. Dada esta amplitud. Sin embargo. La Penología es de tipo eminentemente naturalístico pues se dedica al análisis de hechos. ai estadio de la Criminología. hay que eliminar o siquiera disminuir sus pausas. evaluar sus resulta­ dos y condiciones y. 5. hasta donde sea posible y debido. la palabra “penología” tiene como deficien­ cia la connotación punitiva que deja de lado la finalidad correc­ tiva propia de la sanción.. a estudiar datos. La aplicación de las ciencias penales al caso concreto depen­ de. Para prevenir y repri­ m ir la delincuencia.— FE N O LO G IA. Las conclusiones a que llega la Penología son trad jcidas en las normas jurídicas que se integran bajo la designación de Derecho Penitenciario o de la ejecución penal. el mismo problema se presenta con leí nombre de Derecho Penal. del éxito que haya alcanzado la Criminalís­ tica. Ambos. bajo el general nombre de Crimino­ logía. El nombre fue inventado por Hans Gross y ha logrado aceptación casi universal. Gran parte de lo que se dijo en el acápite sobre Política Cri­ minal puede aplicarse también al presente.— C R IM IN A L IST IC A . La amenaza del Derecho Penal no puede hacerse efectiva. No se trata de consideraciones puramente teoréticas sino que ellas se proyectan inmediatamente en juicios y aplicaciones rela­ cionadas con la práctica. Si tratamos del delincuente y del delito. puede mencionarse a la Medicina Legal. químicos. cuya base es materia de la Lógica. Todas las ciencias penales tienen limitaciones que proceden no sólo de sus particulares dificultades sino de las concepciones que se tengan acerca del hombre. en cuanto a métodos. a veces. se vale de muchos medios. no podrá actuar en sus investigaciones con delincuentes. La Penología no podrá eje­ cutar las sanciones tomando en cuenta sólo lo que es más eficaz. etc. Tal sucede. se trata de conocimien­ tos científicos físicos. no admitirá operaciones cerebrales que destruyan al ser humano con la excusa de que así el criminal más violento se toma un ser pacífico. como se advierte. el criminólogo nunca podrá prescindir de la na­ turaleza propia del sujeto sobre el que opera. por ejemplo. gene­ ralmente constituidos sobre sólidas bases experimentales y que han conseguido otras ciencias. lo que equivale a decir de todas las ciencias penales. Entre éstas. Lo que ocurre es que los temas pertinentes han sido ya subsumidos en los propios de las ciencias penales y. — 37 — . En casi todos los casos.— Es la rama de la Filosofía Jurídica específicamente llamada a considerar desde el punto de vista filosófico. la Metafísica. tiene como uno de sus obje­ tivos el reunir las pruebas que serán utilizadas durante el proce­ so penal. Por ejemplo. Todos estos temas son propios de la Filosofía. médicos. Es un aspecto imprescindible en todo el quehacer del pena­ lista.Criminalística no pruebe la existencia de un delito e identifique a su autor. concluiremos inevitablemente en problemas propios de la Antro­ pología Filosófica. que son aplicados a la investigación del delito y la identificación del delincuente. 6. por ejemplo... Esta ciencia. del mundo y de la vida. psicológicos. si bien frecuentemente no parece que se haga un análisis pro­ piamente filosófico. El Derecho Penal no podrá coartar la libertad más allá de lo indispensable a título de que hay que pro­ ceder con máxima eficacia y sin considerar sino los intereses de la defensa de la sociedad. la Axiología y la Etica. con la misma libertad con que el biólogo opera con conejillos de Indias o el psicólogo lo hace con ratas o con monos. no podrá propugnar la pena de muerte sólo con el argumento de que es el medio más con­ veniente para evitar la reincidencia.— FILOSOFIA JURIDICO . por ejemplo. no se advierte su naturaleza filosófica. los problemas del Derecho Penal. Para lograr este objeto.PENAL. . Lógica.— Vimos en un capítulo anterior que el proceder metódico es el. El método científico supone una serie de actividades lógica­ mente llevadas a cabo y concatenadas de modo de integrar una estructura. Esta objetividad no es fácil de alcanzar en Criminología. Un método de conocimiento que sólo pudiera ser utilizado por una persona no podría nunca ser reconocido como científico. Co­ mo señala iGoeppinger. "Cada método consta de una serie de operaciones re­ gulares. en estos casos. concebido de manera tan am plia. p. el método no es sólo necesidad de la ciencia sino también condición del saber vulgar y aun de la práctica i’jiria. puede ser alterada por las valoraciones per(1) Romero y Pucciarelli.— E L M ETODO EN C R IM IN O LO G IA . De donde se desprende otro carácter del método: su objetividad. Una serie de tan­ teos sin plan. las verdades descubiertas deberán ser controladas mediante riguro­ sos métodos de prueba y sólo entonces adquieren firmeza: la defi­ ciencia metódica en el hallazgo será compensada con la precisión metódica en la comprobación” (’). al azar. No hay que considerar ai método científico simplemente como el camino que hay que re­ correr para llegar a un 'fin. 147.único que puede bonducir a un conocimiento científico. no componen un método ni aun en el caso de que conduzcan a descubrir verdades nuevas. es decir.CAPITULO III LOS METODOS 1. de supuestos y alcances bien definidos. — 39 — . aunque vayan inspirados en una segura in­ tuición científica. su posibilidad de ser usado por cualquier investigador ante los mismos objetos. tenemos que recoger muchos datos. — 40 — . a los métodos propios de las ciencias tintúrales que son los adecuados para tratar con hechos. pero pasan inadvertidas ante el lego en la materia. Esta necesidad puede llevar a que los datos sean incompletos y. no faltan quie­ nes las hacen con plena seguridad basándose sólo en alguna ob­ servación que. Es preciso inducir algunas conclusiones generales y tratar de sistematizarlas a fin de lograr conocimientos científicamente estructurados. Será preciso formular hipótesis generalizadoras que luego serán confirmadas o rectificadas por investiga­ ciones posteriores. El investigador se ocupa de varios. la Química. los métodos propios de las ciencias componentes de la Crimi­ nología. mientras el primero suele proceder con cautela en sus afir­ maciones. Criminología. (3) Estas dificultades son inmediatamente captadas por el especia lista. Aunque se llega­ ra a conseguirlos en gran cantidad. hasta extraer algunas reglas. 65 . Dado el carácter eminentemente natural de la Criminología. Pero no puede.69. Estas di­ (2) V. pero lo usual es que ese detenimiento sea imposible. Ciertamente y como ejemplo. en alguna medida. superficiales. en lo fundamental. por sí solos no constituirían sino un conjunto informe. muchas veces. suele tener de antemano sus particulares con­ cepciones desde las cuales intentará interpretar los datos. En este aspecto metodológico. la Medicina si no tienen una preparación adecuada. buscarse simplemente la acumulación de datos. También debemos tener en cuenta que. Pero habrá que considerar que las dificultades en ésta son mucho mayores que en aquéllas porque se ocupan de algo muy complejo — el delito— que además no puede ser analizado desde el ángulo puramente naturalístico. Criminolo­ gía y Derecho Penal se contraponen radicalmente. De manera excepcional. especialmente en sus generalizaciones. podrá el investigador detenerse largamente en esta tarea. pero en Criminología si lo hacen y con toda tranquilidad : ¡nconciencia. las investigaciones tendrán que atenerse. La unilateralidad es un riesgo contra el que hay que prevenirse. Por eso. cada investi­ gador criminológico. especialmente las pp. es menos difícil investigar el sistema endocrino o la inteligencia de una persona que establecer la forma en que esos factores con­ tribuyeron para determinar una conducta delictiva (’>. Ciertamente sé han de tomar en cuenta y de modo fundamen­ tal. No debemos olvidar que cada persona. Pocos se animan a incursionar en la Física.sonales (:). casos y tie­ ne que cumplir su tarea en tiempo limitado ya que sus informes han de servir de base a la sentencia y es de desear que ésta se dicte sin que haya un censurable retardo en la acción de la justi­ cia. a veces numerosos. es sumamente incompleta y a ojo de buen cubero. al tratar de explicar una conducta delictiva. en el delito.— EL M ETODO E X P E R IM E N TA L. Así. Pero eso supone dificultades insalvables. es decir. como los de la Medicina. Si este método ha conseguido muchos éxitos en materias afi­ nes a la Criminología. Menores son todavía los éxitos en Psicología y Sociología. En efecto. hay que partir de datos de hecho. es característico del experimento que haya un análisis de los facto­ res. tenemos el estudio del caso. pero sin duda no con tan buenos resulta­ dos como la Física y la Química. etc. como la Física y la Química. pero imposible en la conducta humana y.— En las ciencias na­ turales puras. por tanto. El método experimental consiste en observaciones. la Pedagogía. Todo experimento supone un análisis que es posible en Fí­ sica. podría pensarse que es fácilmente aplica­ ble en ella. . tenemos dos aspectos que estudiar: el deli­ to como hecho individual y la criminalidad como fenómeno de masas. 2.ficultades no deben paralizar o excluir la acción de la Crimino­ logía hasta el momento en que todo se conozca y sea fácil de al­ canzar alguna conclusión práctica pues entonces tendría que m an­ tenerse la inmovilidad para siempre: se tiene que aprovechar lo que es posible en el momento y dadas las circunstancias. Química. Podíamos llegar a esta conclusión observando el éxito que ej experimento tiene en las ciencias componentes de la Criminología. a falta de algo mejor. se hace variar uno mientras los demás se mantienen inmuta­ bles. ^temperatura. Con situaciones semejantes nos enfrentaremos en la Criminología aplicada. En la práctica. tenga que operarse en base a probabilidades ni siquiera muy altas. en ciencias que tratan aspec­ tos más complejos y con mayor ingerencia de lo que no es pura — 41 — . si se desea determinar la influencia de la presión atmos­ férica en la ebullición.).. se han conseguido los mayores logros con el empleo del método experimental. la Psiquia­ tría. etc. Ningún oncólogo estará justificado de cru­ zarse de brazos simplemente porque todavía es mucho lo que se ignora acerca del cáncer y el diagnóstico y la cura tienen muchos aspectos dudosos. En ambos casos. es frecuente que. Eso es lo que ocurre en otros campos. pero no de los hechos tales como se presentan de por sí sino provocados intencionalmente y en circunstancias en que la captación de los datos es facilitada al favorecerse el análisis de los elementos y causas de un fenómeno. se introducirán cambios en este factor de­ jando invariables los demás (naturaleza del líquido. En Criminología. El método fundamental para el estudio de la criminalidad como fenómeno social es la estadística. etc. La Biología lo emplea. Como método principal en el delito individual. el experimento servirá para deter­ minar el biotipo. sino muchos otros que se relacionan con el. Si la corrección se produce. p. Esta razón perdería peso si experimen­ táramos con delitos ficticios. Fuera de lo anterior. p. al mismo tiempo. Si bien no cabe el experimento para estudiar el delito como tal. dentro de un sistema de valoraciones propias de lo delictivo. Pero aun entonces. (4) En tal sentido. ha­ brá limitaciones morales y jurídicas que impidan hacer inclusive todo lo que es admisible en el campo puramente curativo.— EL METODO DEL CASO IN D IV ID U A L. Por ejemplo. quedan inmediatamente comprometidos los supuestos en que se basa el experimento (4). 3. !o colocamos en un hogar de buenas condiciones. aun admitida la posibilidad — lo que es mucho admitir— de que las dificultades de tales experi­ mentos fueran vencidas. el hogareño. 43. Bonger.— Este mé­ todo debe su importancia actual principalmente al impulso de los criminólogos estadounidenses. — 42 — . Tal sucede en el método que algunos llaman tera­ péutico.analizar los hechos producidos y las consecuencias de las medidas que se les aplican. Supongamos el caso de un menor cuyos delitos se deben principalmente a causas hogareñas. p. los sentimientos. Si examinamos la esencia del delito y consi­ deramos al delincuente. Por tanto. como hace notar Taft (5). a veces se obtiene un cierto aislamiento de los factores en grado cercano al que existe en el experimento.: Taft. tendremos que limitarnos a. V. el grado de desarrollo mental. la memoria. Crime and Society. cit. 35. Pero nunca habrá de olvidarse qu?. es decir. Pero. el tratamiento dará una prueba de ello y. Introduc clón a la CrUnln-'logia. llegaremos a afirmar con mayor fuerza las dificultades: en el delito es imposible variar un sólo factor de­ jando inmutables los demás. Criminology. p. Fue fundado por William Healy. pero sin provocarlos expresamente.mente naturalístico. Í5) Ob. etc.. es de carácter social y moral: no se puede provocar el delito por si mero afán de estudiarlo. las hormonas. se podrá afirmar que no se ha variado un solo factor. la variación en uno arrastra modifi­ caciones en otros y en la estructura total de la conducta. ¿será lícito llevar las conclusiones así ob­ tenidas hasta aplicarlas a los delitos verdaderos? Pero. Cantor. en general. 50. debemos tener en cuenta otro hecho. con conductas que se parecen a las delictivas. pero que el experimentador se preocupa de que no lle­ guen a serlo realmente. se ha­ brá aislado uno de los factores del delito. podremos acep­ tar que fue realmente el hogar la causa troncal de la delincuencia. 43. puede utilizárselo en cada una de las ciencias componentes de la Criminología. (8) Ob. la imposibilidad de que sea llevada a cabo por una sola persona. Este defecto es tan corriente que. Dentro del método del caíso individual. por amante que sea de la ciencia. a la posición propia del investigador. a) Autobiografía del delincuente. de entre tos datos obtenidos. la falta de control de los mismos. dt. 51 52. opiniones diferentes a las ajenas lo que los predispone a explicar sus puntos de vista. Citemos algunos de los más corrientes. El autor insiste en la forma en que. en Reckless. concepcio­ nes para las que buscan confirmación en los nuevos caso« (7).— Los criminales suelen te­ ner acerca de su conducta. es corrien­ te que acojan sugestiones para escribir su autobiografía. psiquiatras. (7) Un buen resumen del método y de las criticas que merece. se recurre a los informes técnicos de psicólogos. usando criterios que corresponden más a los prejuicios. sobre todo si el delincuen(6) Se advierte enseguida el carácter multidisciplinario de la in­ vestigación criminológica.pp. eso ocu­ rre no sólo porque en algunos aspectos hay que estar a las decla­ raciones del delincuente y éste puede tener interés en no decir la verdad sino también porque. Crtariaal Behavtor. — 43 — .. a los que Taft reconoce cierta autonomía (8). etc. para inferir luego la impor­ tancia de los distintos factores en la determinación del delito (6). Suelen conseguirse así datos muy interesantes. aun suponiendo la mejor voluntad en cuantos intervienen en la investigación. Esta últim a labor es quizá la más importante y difícil ya que no se busca úna mera acumulación de datos. no son remediables el olvido de algunos datos. etc. por numerosos y signi­ ficativos que sean. se seleccionan al­ gunos como supuestos factores principales del delito. oedagogos. por eso. sino precisamente por­ que los investigadores suelen tener sus concepciones generales acer­ ca de la importancia relativa de las causas del delito. que a su real importancia. médicos. 2) El material debe ser interpretado lejos de todo prejuicio. pueden considerarse procedimientos numerosos destinados a la adquisición de datos y de informes.. a él no escapó ni siquiera Healy. Las ventajas del método no pueden ser puestas en duda..El busca reunir todos los datos individuales que pueden con­ tribuir a comprender el acto delictivo. se investiga su ambiente físico y social. lo que linda en lo imposible y no sólo por flaquezas propias de todo ser humano. Se toman las declaraciones del delincuente y de quienes lo conocen. sino coordinarlos c interpretarlos para inferir una explicación. pp. pe­ ro tiene limitaciones que dependen fundamentalmente de dos r i ­ zones:. se m Reckless. 173 -181.1) es imposible conocer todos los datos necesarios. varias quedarían anuladas si se utilizara el método que Taft sugiere y que podemos denominar de “ regis­ tro de actividades" (. 104 -109. Por ejemplo. en cuyo caso pue­ de torcerse el resultado con la introducción de los propios prejui­ cios o abrir al delincuente el camino a procesos de racionalización que perturban la veracidad de los datos y la interpretación espon­ tánea del autor (9). especialmente en el caso de niños y de jóvenes. sin las deformaciones o inhibicio­ nes que muestra cuando se encuentra ante extraños.— El investigador o una perso­ na de su confianza adopta lá forma de vida del delincuente para poder estudiarlo “al natural”. si es decubierio y considerado un delator o si es arrastrado por el espíritu de la pandilla. Crimino­ logía. delación.53. en von Hentig. desconocedor de la Criminología. sobre todo en estos dos últimos casos en que es corriente un falso sentido de lealtad que dificulta la obtención de informaciones fidedignas. (9) Datos y bibliografia muy interesantes. El investigador corre riesgos.le está ya definitivamente condenado y no tienen interés en ocul­ tar datos. pierde datos importantes.— Los métodos anteriores tienen las deficiencias anotadas. 52 . pp. Asimismo. por consiguiente. la estructura y funcio­ namiento de las pandillas de adultos. o sugiere cuáles son Íqs temas que deben ser extensamente expuestos. Así. se pue­ den recoger informaciones útiles.). cit. el criminólogo se enfrenta con un dilema: o permite que todo quede librado a la iniciativa del delincuente y. jóvenes y niños. entonces. Las limitaciones y ventajas del procedimiento son claras. pp. por ejemplo en cuanto a las reacciones del criminal frente a la vida carcelaria — el investiga­ dor asume el papel de un detenido más— . lo que está lejos de ser raro. (10) Ob. La actitud suele ser distinta cuando se trata de simples procesados que tienen interés en mostrar hechos que los favorez­ can en la sentencia. Por sinceras que sean la buena voluntad y la buena fe del escri­ tor.0). como los de hom*osexualismo. violación. b) El observador participante.. dejará de lado todo lo que olvidó así como todo lo que no co­ noce por ser de naturaleza inconsciente. Taft hace no­ tar que. Só­ lo es aplicable en criminales de cierto nivel cultural e intelectual y en relación con ciertos delitos (la negativa es regla en algunos delitos. o se detendrá en detalles útiles. deje de lado hechos aue considera sin importancia y que la tienen. etc. — 44 - . sucederá qus el criminal. c) El registro de actividades. a los que considera fundamentales. para evitar olvidos o deformaciones posteriores. se inscribirían ios datos importantes en el momento de producirse.— LA ESTA D ISTIC A C R IM IN A L — Método por excelen­ cia para el estudio de la delincuencia como fenómeno 60cial o de masas. Al cabo. si contuvieran todos los delitos cometidos. tomando toda precaución para que aquellos sean exactos. con mil individuos to­ mados desde su infancia. Las limitaciones del método del caso individual se reflejan en las estadísticas. La recolección de datos proseguiría hast­ ía que cumplieran treinta años. sobre número de reclusos. 2) Los cambios ambientales inesperados y extraordinarios. tal el ca­ so de la que llevaron a cabo los esposos Glueck sobre carreras criminales seguidas por varios aftos. H abría m u­ chas dificultades. Taft considera que este su mé­ todo debe ser visto más como una meta lejana a la que debe ten­ derse que como un objetivo de inmediata realización (u). Eso no sucede. las penales (11) Los frutos que puedeti recogerse se advierten en inVeáttgaciones en que se ha seguido por un tiempo a loa delincuentes. FigHo y Seüin. 4) Las objeciones de los padres de los niños “buenos” que se opondrían a que éstos fueran sometidos a un es­ tudio sobre su posible delincuencia. que obligarían a seguirlos hasta sus nuevos domicilios. En general. son más com ún« las estadísticas carcelarias. resultarán diferencias y conclusiones valiosas en or­ den a las causas del delito. para sostener al personal investigador. por lo menos en todo su alcance. se compararían los registros de las personas honestas con los de quienes han delinquido. Lo primero que puede señalarse es que las estadítfficas pro­ piamente criminológicas son raras. que pueden complicar la interpretación y las posibilidades de aplicación a circunstancias corrientes. Las estadísticas serían fiables y base segura para los estudios criminológicos. 4. Pero el propio Taft duda de que este método se lleve total­ mente a la práctica.En él. Pese a la intervención de las matemáticas en la elaboración de las estadísticas. de la que son auto­ res Wolfganf. La experiencia se llevaría a cabo. Algo semejante se advier­ te en la obra DeUnqnency la a blrth cohort. como sería una guerra. Inclu­ sive serían muy fiables si sólo escapara de ellas una mínima parte de los hechos criminales. supongamos. que serían enormes. entre las cuales se destacan: 1) Los gaatos. Es uno de los fundamentos de 'a Política Criminal. ellas tienen graves deficiencias contra las que es necesario precaverse. — 45 — . Indu­ dablemente. 3) Los desplazamientos de los sujetos investigados. Tampoco podttaos estar seguros de que todos los datos relacionados con los delitos y los delincuentes son verdaderos. . entre los cuales están muchos hurtos. abusos de confianza.— Esto sucede con la mayoría de los delitos contra el pu­ dor pues los padres suelen preferir un honorable silencio al escán­ dalo resultante de un juicio público. los arrestos ile­ gales a los secuestros (l3). 46. Sutherland y Cresscv ponen de relieve sobre todo los delitos cometidos por la policía y asimila. entonces. abortos. y las policiales. además. allí donde la democracia es un (12) V : Principies of Criminology. denuncias c investigaciones. debemos destacar de modo especial los delitos come­ tidos por la policía política. b) Los delitos descubiertos. — 46 — . se podríe esperar hasta que todos o la mayoría de los delitos cometidos en cierto año sean condenados — o no — . surgiría. pero no denunciados a las auto­ ridades. tales. En Bolivia y varios otros países latino­ americanos. pero de los que no se tiene conocimiento. por tanto. p.u judiciales. los datos se consignarán en las estadísticas del año en que se produjo la condena y no del año — o mes— en que el hecho se realizó. En todos estos casos. altas autoridades políticas y administra­ tivas y hasta dirigentes políticos. Pueden resultar también errores en cuanto al tiempo en qu? be produjeron los delitos sobre todo si se sigue el criterio legal de que es criminal sólo quien ya ha sido definitivamente sentenciado como tal. pero eso traería un per­ manente v considerable atraso en los datos. presentarse una ola de ro­ bos en 1978 cuando en verdad ella apareció dos años antes. los casos en que hay que pro­ ceder contra la policía. infan­ ticidios. El pe­ ligro de inexactitud será particularmente grande en países como el nuestro. asesinatos cometidos por medio de veneno u otros medios no violentos. También los casos en que no se confía en la magistratura o en la ejecución adecuada de las sen­ tencias. sobre arrestos. Podría. sobre causas llevadas a los tribunales y sus resulta­ dos. que van desde arrestos ilegales hasta homicidios. se piensa que la denuncia no llegará a nada con­ creto e inclusive que ella traerá represalias contra las que será im­ posible cubrirse. estafa. Entonces. se da mayor importancia al tipo delictivo o a la canción impuesta que a las causas de la criminalidad. pasando por los numerosos de torturas graves y leve'. especialmente. con toda razón. escapan a ellas: a) Los delitos cometidos y no descubiertos. Como alternativa. la permanente duda de si se han consignado todos los delitos o si no aparecerán otros que obliguen a permanentes rectificaciones. por ejemplo. donde muchas veces pasan años y hasta lustros entre la comisión de! delito y su condena final. Hay que admitir. que no todos los delitos son consignados en las estadísticas. sin duda. sólo en Bolivia. ninguna causa criminal que hubiera concluido con la condena de las autoridades culpables. ciertamente. Particular re­ lieve tienen. de los cuáles los abo­ gados conocen muchos. los que cometieron el deli­ to no pueden ser incluidos legalmente. De cualquier modo. ha habido numerosos casos en que se conocen arrestos ilegales y torturas. en cuanto a facilidad para eludir las estadísticas. en las estadís­ ticas. pero. al archivo de la causa inclusive en los delitos de acción pública. se denuncian fre< entemente entre cinco y quince robos diarios de vehículos. (15) En La Paz. ¿asi nunca los autores son descubier­ tos por lo cual la iniciación del juicio es imposible desde el pun­ to de vista legal. por ineficiencia de la policía o los jueces. Esta si­ tuación no se da.mito o poco menos. pero son muy escasos los juicios que se incoan al respecto. la causa del silencio es la plena convicción de que los tribunales harán muy poco (14). Sólo llega algún caso espedalmente agravado por la muerte o graves lesiones descubiertas. — 47 — . En Bolivia. no sabemos de ningúti caso que hubiera sido sentenciado definitivamente desde ta fundación (13) La Comisión de Derechos Humanos de Bolivia tiene varias pu­ blicaciones en que consigna denuncias sobre este tipo de deli­ tos por excesos de represión. por dificultades especiales de al­ gunos juicios. denunciados. como tales. por desistimiento en los delitos de acción privada (n ). salvo casos particularmente gra­ ves. pero no se inician juicios criminales porque las consecuencias serán peores para los deteni­ dos y hasta sus familias (13). Varios informes sobre hospitales es­ pecializados en ginecología. no son puestos en conocimiento sino de la policía. hablan de millares de abortos. Sin embargo. a la larga. etc.— La situación puede presentarse por falta de pruebas convincentes. que sepamos. Se han intentado recursos de habeas corpus. Hay veces en que el delito existe. siempre quedarían muchos bien fundados. los delitos cometidos por profesionales (1É). es decir. pero las sanciones a los infractores quedan reducidas a las impuestas por los or­ ganismos rectores de cada deporte. que. pero no de los tribunales. En otros casos. (16) Todos conocemos delitos cometidos por médicos y abogados en el ejercicio de la profesión. c) Delitos descubiertos. entre nosotros. El primero toca a los delitos de quiebra.5). aunque varios de los casos no tu­ vieran asiento en la realidad. (14) Tal el caso de los abortos. el desistimiento lleve. pero la causa penal no se lleva a cabo porque no ha sido identificado el autor (. pero judicialmente no comprobados o que no concluyen con sentencia condenatoria. Inclusive es frecuente que la prensa informe de la comisión de delitos deportivos. No se va más ali&. (17) No es raro. Pero ellos no son llevados ante los tribunales porque éstos no tendrían ni tiem­ po para considerarlos todos. muchos de tipo criminal. Citemos algunos ejemplos. en­ tre los cuales. En la mayoría de los juicios. Radzinowicz sugiere que sólo el 15% de los delitos co­ metidos en Inglaterra quedan en los registros. Los acreedores preferían salvar lo que se pudiera y luego aban­ donaban la causa. el 65% de los delitos (18V Esta afirmación. Desde luego. I.i y.. pese a todos estos anteceden­ tes. a las estadísticas. que no todos los delitos conocidos por las autoridades son registrados por la policía o por los tribunales. 266. toman como punto de comparación algo inasible y desconocido: precisamente el núme­ ro de delitos realmente cometidos.1 delitos de violación y seducción cometidos contra menores. — 48 — . T. Ferri consideraba que escapan a la sanció. Estos hechos. salvo casos excepcionales. ni siquiera en los países que tienen mejor organiza­ das sus estadísticas. en general. Las causas eran antes tan complejas que una sentencia se hu­ biera producido sólo después de varios lustros y enormes gastos. Así. se producía el desistimiento y. p.de la República y no porque nuestros comerciantes sean muchísi­ mo más honestos que sus colegas del resto del mundo. ¿A qué porcentaje llegan los delitos que escapan de éstas y que constituyen las llamadas “cifras negras” de la criminalidad o la delincuencia que permanece oculta? Ya en su tiempo. los padres incoaban las acciones para conseguir una reparación económica o para forzar al delincuente a que contrajera matrimo­ nio cón la víctima. En investigaciones hechas como trabajos prácticos en la cá­ tedra de Criminología. las cifras tienen qu? ser tomadas Como valores sumamente relativos. no pasan a las estadísticas. conseguidos estos objetivos. Hoard Jones piensa (18) Sociología Criminal. hasta la reciente codificación nue­ va. al cabo sólo quedaban en tal condición 14 y los juicios languidecían. consiguientemente. el olvido de ia causa. además. los medios de información llamaron la aten­ ción pública sobre un hecho escandaloso: pese a que los delitos de fabricación de cocaína eran numerosos. luego. por consiguiente. Eran escasos los juicios con finalidad estrictamente penal. Esta era archivada y libertado el culpable. que era necesaria una represión eficaz y que había prohibición expresa de conceder a los sindicados libertad provi­ sional si había pruebas contra ellos. La razón fundamental era de orden legal. Por tanto. se dio una situación muy especial: de 214 fabricantes deteni­ dos en un semestre. se comprobó otro caso raro en cuanto . Hace cuatro años. como otras que se citen. Hay que tomar en cuenta. que generalmente ha­ bía pruebas convincentes porque los culpables eran descubiertos in fraganti. la impunidad era la regí» y las estadísticas ocultaban casi completamente la realidad. resultó que alrede­ dor de un tercio de los datos proporcionados por los criminales era falso (u ). 22. entre otros: von Hentig. Simplemente — y no es poco— que hay que usarlas con mucho cuidado a fin de evitar conclusiones precipitadas como aquellas en que frecuentemente incurrieron los fundadores de la Criminología. pp.. defraudaciones de impuestos.99. Mayer y Wehner admiten cálcalos similares (19). p. Por ejem­ plo. 22. Para Alemania. abortos. puede suponerse lo que ocurre en las subdesarrolladas. (20) Ob. Si eso sucede en naciones al­ tamente desarrolladas. (22) V. con muchas recomendaciones prácticas muy útiles. pp. y. ob. Las estadísticas no son igualmente inexactas en relación con todos los delitos.que esa cifra llega si 25 por ciento. — 49 — . se logró que se registrara ei 40% de los delitos (^). violaciones. ett. Véanse. no. —con referencia a toda la metódica—. (21) El importante asunto de las fallas estadísticas es largamente tratado en las obras de Criminología. pp. “la cri­ minalidad no revelada” . p. pp.Crlme and jos tice. los crímenes cometidos por medios fraudulentos (zt)En cuanto a los datos tocantes a los delincuentes. ob. Uno de los beneficios que puede extraerse es el establecimien­ to de correlaciones entre distintos grupos de fenómenos. después de muchas y especiales recomendaciones. hurtos menores. las guerras. Goeppinger. robos a ma­ no armada y otros semejantes. en un caso en que se procedió a una verificación. la comprobación implicaría in­ gente inversión de dinero. toda la segunda parte del tomo primero. 69 . Hood y Sparks. tiempo y esfuerzos. En los casos de homicidio violento. 15 -16.. Según Taft.45. hay que estar muchas veces a lo que ellos declaren. ¿Significa lo anterior que hay que descartar el uso de estadís­ ticas en Criminología? Ciertamente. la posibilidad de una verificación suele ser anulada no sólo porque muchos de tales datos sólo pueden ser proporcionados por el sujeto al que se pre­ gunta sino porque. 121 • 240. 11 .. en otros casos. Radzinowicz y Wolfgang. ett. pp. eit. fraudes. A veces. etc. ob. entre el delito y las crisis económicas.: ob. seducción. Lo contrarío ocurre en estafas. se insiste en el problema por medio de títulos como "delitos ocultos” . e it. se hallan en Hood y Sparks Key issnes in Criminology. en general. Taft dice que. la desorga­ (19) Estos y otros datos.. las cifras se acercan más a la rea­ lidad. el agudo análisis de Sellin. clt. en Chicago pudo comprobarse que sólo el 7% de los delitos graves eran registrados en las instancias supe­ riores. The meaSHrement of crinünality en geographlc arcas. pero son menos inexactas que las apreciaciones he­ chas por otros medios. Las estadísticas no son exactas. 62 -136. como promedio. podrían ser des­ cuidados. es recomendable no deducir de una simple correlación estadística una relación de causalidad en­ tre dos variables. el grado de instrucción escolar. ellos son la causa de la criminalidad. cuan­ do. pero. Se incurre en error. de otro modo. Descubren aspectos que. pero puede ser tam­ bién que no. se comprueba que. etc. Puede ser que eso ocurra. pero no concluidos sin causal justificativa. los criminales tienen menor inteligencia que los no criminales y se da excesiva Importancia al factor intelectual en la causación del delito. como principio metodológico. son más capaces de eludir la justicia. Así. por ejemplo. habrá siem­ pre que andar con cuidado. en base las estadísticas. Sin embar­ go. por lo que cuen­ tan con una defensa más adecuada. — 50 — . como la importancia criminológica de los estudios co­ menzados.nización familiar. Hay que recordar el viejo principio según el que post hoc no equivale a propter hoc. cometen delitos más difíciles de descubrir y de probar. ellas pueden proporcionar muchos cono­ cimientos. si se desea sacar conclusiones valederas. Muchos casos similares al ci­ tado han de presentarse a lo largo de esta obra. SI se tienen en cuenta las limitaciones de las estadísticas y «c proceden con prudencia. Las estadísticas permiten también comparar los caracteres de los criminales tomados en conjunto y los similares de los no cri­ minales. Se suele olvidar que los inteligentes lo son inclusive cuando delinquen. generalmente están en mejor situación económica que los inferiores. el tipo criminal de Lombroso resultó del error de inferir que pues ciertos caracteres antropoló­ gicos se encuentran en mayor cantidad entre los delincuentes que entre los no delincuentes. SEGUNDA PARTE HISTORIA . . al lado de apreciaciones valorativas y de reacciones. como en sus errores. estas enseñanzas no son siempre aprovechadas al extremo que es continua la resurreción.— IM P O R TA N C IA DE L A H IST O R IA DE L A C R IM I­ N O L O G IA . a ve­ ces muy acertadas. con ropaje nuevo. lo que ella es hoy. Por otra pai­ te. están entre las que más han tardado en constituirse y en desarro­ llarse lo suficiente como para que sus aplicaciones fueran acep­ tables. sin antecedentes. El estudio científico de éstas apenas tiene algo más de un siglo. — 53 — . pero parciales y basadas en observaciones em­ p írica s^ en consideraciones religiosas. de errores viejos que se creía sepultados para siempre. Lamentablemente. es siempre muy instructivo conocer cómo se formó una ciencia. en buena parte. a concepciones que no fueron fá­ ciles de vencer y también a que las tres ciencias que son su base. el delito (ia despertado. morales o filosóficas. de las cuales se destacan dos.— Desde tiempo antiguo. cómo llegó a ser lo que hoy es: ninguna ciencia ha surgido de repente. son éstos los que explican. que hay que evitar. en Criminología. Por una parte.C AP I T U L O I PRECURSORES Y FUNDADORES 1. tanto en sus aciertos. que hay que profundi­ zar. es mucho lo que se aprende del pasado. La importancia de dedicar un estudio a la historia de la Cri­ minología reside en varias razones. como de la nada. La tardía constitución de la Criminología se debe a la larga duración de algunos prejuicios. como en otras ciencias. interés por co­ nocer sus causas. Lo que antes hubo fueron consideraciones generales. ob. Concepcio­ nes de este tipo se hallan en el fondo de instituciones como los juicios de Dios. 46 .2. infringirlas equivalía a oponerse a Dios o los dioses. frente a los dioses buenos había espíritus malignos que se posesionaban de los hombres psfra llevarlos al mal — pecado.— Las primeras explicaciones del delito tuvieron carácter básicamente religioso. Historia de la psicología médica. salvo en círculos muy incultos. aparecieron pensadores más inclinados a las explicaciones de tipo natural. Zilboorg y Henry. incluido en las pp. Esta posesión diabó­ lica nos permite entender las extrañas — para nosotros— reaccio­ nes que el delito provocaba en el cuerpo social. Guthrie. como esas normas tenían fundamento religioso. Era frecuente que se creyera que. Aristóteles insis­ tió mucho en la correlación entre fenómenos corporales y psíqui­ cos (J) mientras Platón analizó la influencia de las causas socia­ les sobre la delincuencia y otras conductas. law and order fn. ‘Hipócrates dio bases empíricas a la medicina griega. pp. paralelas entonces a las demonológicas. dirigida por Bran­ ham y Kutash. Tal el caso de los exorcismos y la actitud dura contra brujos y hechiceros. delito— . 339 .. evitar los castigos — pestes. Ya en vigencia el Im­ (1) V. no obstante la oposición de los teólogos (:). inundaciones. el desagraviar a' la divinidad sino también. describió los síntomas de varias enfermedades mentales. causarles enfermedades cor­ porales y psíquicas y daños de todo tip o ('). desde el ángulo del propio interés. (3) V. — 54 — . con­ sideraba que la epilepsia. El delito constituía una infracción a las normas que regulaban la vida social.30. era simple­ mente una enfermedad natural. El articulo Primttlve Society. fundó la teoría de los humores y analizó su influencia en el carácter.— LOS PRECURSORES. No faltan ni en la edad moderna ni en la contemporánea retornos a las viejas creencias y hasta delitos debidos a ellas. el célebre “mal sagrado”. cuya reacción era el castigo. pecadores y enfermos corporales v mentales. Los castigos impuestos por la colectiv’dad no tenían sólo. practicados hasta en la edad media. de Cantor. provenían de man­ dato divino. como la histeria. Estas concepciones explican la similitud del tra­ tamiento dado a criminales. 30 y 40. pp. inclusive en las naciones m&s adelantadas. d e rri­ tas militares— que se enviaban contra el pueblo que no reaccio­ naba ante las infracciones o hacía sufrir al inocente. dt. por causa. Historia de la medicina.343 de la Encyclopedia of Crimtnology.50. algunas de las cuales difícilmente pueden calificarse como penas. pp. En Grecia y Roma. 29 . (2) No pensemos que estas concepciones han perdido totalmente au vigencia. 4. Zilboorg y Henry. pero. con pretensiones cien­ tíficas. no hay dis­ tinción radical entre delincuentes y no delincuentes. Sorano criticaba el que los anormales mentales fueran tratados a base de golpes. gri­ llos. el español Miguel Servet descubre la circulación menor de la sangre. Areteo de C apad j cia describió la manía y la melancolía como variantes de la misma enfermedad. Los escolásticos se refirieron también a la influencia del ambiente. con la línea de la mano. la astrología. encierro. 78 -91. etc. de las plantas de los pies. La edad media fue esencialmente teocéntrica. Weyer realiza estudios que lo conducen a ser consi­ (4) Id. no habrá pecado —delito— en la acción puesto que no hubo libertad para escoger. — 55 — . la quiromancia. po. pero habrá pecado porque uno se puso en la ocasión si el mal era previsible y evitable.. todos se hallan inclinados al mal. como se ad­ vierte en el llamado pecado de ocasión en el eral el libre albedrío no existe o tiene fuerza muy relajada frente a las circunstancias en que el hombre se ha colocado voluntariamente. Paracelso y Comelio Agripa socaban las bases de la demonología y propug­ nan una interpretación naturalística de los fenómenos de que aqué­ lla se ocupa. Hay figuras importantes en las ciencias naturales. la podomancia. La base gene­ ral del delito se halla en el pecado original que desordenó al hom­ bre y le abrió las puertas del mal. existe influencia mutua entre lo físico y lo psíquico. la posición de los astros. (5) Pero subsistieron paralelamente y con enorme fuerza las con­ cepciones demonologicas. Luis Vives echa las bases para una psicología empírica. por lo que se muestra como lejano precursor de Pinel (4). Vesalio ini­ cia la anatomía moderna basada en la observación. El renacimiento toma una actitud opuesta a la edad m edh: es antropocéntrico y no teocéntrico y pone su atención en este mundo y la naturaleza (5). por ejemplo. Junto a estas concepciones escolásticas. Como ese pecado es propio de todos los hombres. Los siglos XV. casi al mismo tiempo (siglo I).. XVI y XVII vieron m&s quemas de brujas y hechiceros que la propia edad media y mos­ trataron mucha mayor intolerancia religiosa.peño Romano. de ahí que se acogiera la teoría de los humores y de los cuatro temperamentos. fundada por Hipócrates. id. Galeno impulsó la medicina. impidió que este avance de las cien* cias naturales siguiera su curso. que echó por tie­ rra toda la cultura clásica. Como el hom­ bre es una totalidad. La destructora invasión de los bárbaros. hay otras que ligan la conducta humana a un cerrado determinis­ mo cuya acción puede conocerse por las más variadas conexione1. de donde nacieron. derado por muchos como precursores de la Psiquiatría moderna: las brujas y hechiceras son enfermas mentales y no delincuentes. Lavater publicó en 1775 una obra de ciencia fisiognómica. Rousseau afirma que el hombre es bueno por su naturaleza y que es la sociedad la que lo corrompe. cuando era estudiante creyó haber comprobado que aquellos de sus colegas que tenían rasgos caracterológicos más acentuados se distinguían también por la forma especial de la cabeza. a su vez. incluyendo caracteres que aún hoy llaman la aten­ ción. Sus descripciones se consideran parcialmente valiosas dada la agu­ — 56 — . Estas ideas. Juan Bautista della Porta estudia la fisiognomía. localizaciones del robo. De los delitos y de las penas.I tiempo. si bien estudia aspec­ tos como el alcoholismo. Montesquieu y Rousseau analizan las rela­ ciones entre las ideas políticas y las penales. Su obra. En el siglo XVII. Esta preocupación penitenciaria se advierte también en Bentham que propugnaba que la pena se convirtiera en medio de rehabilitación de los criminales. Harvey descubrió la circulación mayor de la sangre. que pusieron el acento en las causas sociales. se ocupa más de temas penales que criminológicos. presunta ciencia que pretende establecer las relaciones entre la expresión corporal especialmente del rostro. Insisten en los fac­ tores sociales del delito. Es fundamental la contribución del mar­ qués de Beccaria. creyó posible reducir las funciones psíquicas a localizaciones ce­ rebrales deducibles. en su “Utopía". y el carácter. desastrosa en la Europa de aqu*. da una magnífica descripción de las causas sociales del delito en la Inglaterra del siglo XVI. el sexo. Beccaria originó en Derecho penal una etapa de rigidismo exagerado que habría de convertirse más en una di­ ficultad que en un impulso al nacimiento y desarrollo de la Cri­ minología. Tomás Moro. etc. El siglo X V III es llamado el de la “ilustración”: la razói debe iluminarlo todo. la edad. describió muchos rostros de delincuentes. de la conformación craneana ya que el cráneo no es sino la bien adaptada caja en que se encuentra el cerebro. que tienen mucho de criminológico. Gall pretendió fundar la nueva ciencia de la Frenología. con todo lo que significa en la Fisiología. Lavater y Pinel fueron figuras destacadas a fines de siglo. La lucha contra las concepciones antiguas es llevada a cabo por varios penalistas. mereció mucho aprecio de parte de Lombroso. existirían. etc. No faltaron agudas observaciones criminológicas en los deno­ minados utopistas. según Gall. después. el homi­ cidio. Gall. no resistieron mucho tiempo a la crítica.. lohn Howard complementó la tarea de Beccaria al ocuparse de la situación de las prisiones. aunque anticipan los descubrimientos de Broca. logró imponer sus ideas en sentido de considerar a los insanos mentales como simples E n ­ fermos merecedores de tratamiento humano y no de sanciones. En Psicología y Psiquiatría se destacan Herbart. propugnaba atenerse a los hechos y deshacerse de las explicaciones metafísicas y religiosas. Ferrus y Esquirol investigaron a los d lincuentes alienados. en ese sentido. el mismo hombre es parte de la naturaleza y se halla sometido fatalmente a las leyes de ésta La Sociología como ciencia empírica. el hombre ha degenerado paulatinamen­ te. que serían aceptados por Lombroso. El determinismo supone la negación del libre albedrío y tí cerrada sujeción a las leyes naturales. atribuía la delincuencia a las anor­ malidades del sentimiento. Las ciencia: biológicas se comenzaron a mover dentro de las líneas que aúr ahora las caracterizan. especial mención merecen los difundidores de las teorías evolucionistas — Lamarck Darwin y Spencer— que tuvieron enormes influencias sobre lo. la teoría de la degeneración como cau­ sa de la delincuencia y de las enfermedades mentales.da intuición del autor. el alemán Henle fundó la Anatomía mo dem a. Despines hizo muchos estudios en delincuentes menores en los que descubrió rasgos. de hechos. se ha ido separando del modelo ideal primitivo. Persiste como sólida su afirmación de que la corrección del delincuente debe intentarse a semejanza de la terapia sobre los enfermos. Pinel. Pero ha sido en los tres primeros cuartos del siglo XIX cuan­ do las ciencias componentes de la Criminología avanzaron lo su­ ficiente como para que ésta pudiera ser creada. fundada por Comte. Mendel. Virchow investigó la Antropolo gfa y la Patología. de modo que puede afirmarse que el delito es hereditario. fue fundada tam bién por Comte y pronto alcanzó un alto desarrollo. en Inglaterra. de la Psicología moderna. von Helmholtz y Claudio Bemard hicie ron lo mismo con la Fisiología. la tendencia degenerativa es transmisible por herencia. Broca descubrió las localizaciones cerebrales. Johannes Müller. las leyes fundamentales de la genética. Se fijó especialmente en la llamada lo­ cura mbral que consiste en la incapacidad de tener sentimientos — 57 — .primeros criminólogos. La filosofía po siiiva. Mo­ re! que creó. Entre tales ante­ cedentes se hallan varios que son fundamentales. fundador. sobre todo la locura moral. según él. en plena revolución francesa. pero Morcl no pudo comprobar la lógica consecuencia de su tepría: que todu degenerado es demente o criminal y que todo criminal o demente es un degenerado. Maudsley. esta filo sofía creó la actitud mental propia de los primeros criminólogos que no en vano integraron la escuela positiva de las ciencias pe nales. en Psiquiatría. a causa del pecado original. según muchos. relacionó las variaciones criminales con la tempera­ tura — las llamadas "leyes térmicas de la criminalidad”— . en­ tre los hombres primitivos y los salvajes actuales — que son pri­ mitivos que todavía existen— se nota indiferencia moral ante el delito: lo cometen sin sentir remordimientos. de sus semejantes. etc. en algunos aspectos. propios del criminal natural. Estas relaciones. todavía tienen validez. sin embargo. la ra­ za. anormalmente y que se distinguen por algunos rasgos-físicos. 3. Lo mismo sucede entre los hombres: su constitución determina su conducta. inclusive los apa­ rentemente más imprevisibles. han sido rechazadas. por hambre. que engañan. Lo mismo sucede en­ tre los niños — amorales y crueles— ya que la ontogenia no es sino la filogenia abreviada. por ansia de poder. sus teorías. Es un hombre primitivo que. Surgió también. sobre to do anatómicos y funcionales. en el cuarto decenio del siglo. Lombroso creyó hallar esos rasgos constitucionales.— LOMBROSO (1836.: como los hombres. sus inferencias más generales. al — 58 — . y especialmente de Quetelet.— Médico italiano al que generalmente se considera fundador de la Criminología. se repiten de año en año. al parecer ajenas a la liber­ tad. pero hay otros que obran contra el grupo. por ejemplo. Quetelet no se limitó a mostrar cifras sino que sacó conclusiones de ellas. la estadística criminal por obra de Guerry. hay quienes consideran a este último fundador de la Sociología Criminal. Se dedic1) al estudio de los reclusos y extrajo conclusiones que. como los pasionales. la profesión. Lombroso afirma que el delito es un fenómeno natural que se da entre los animales y hasta entre ios vegetales pues no es propio sólo del hombre. El tigre mata porque es carnívoro. etc.1909).morales pese a que el desarrollo intelectual es normal. pero también psíquicos y sociales. Hay animales que roban. La primera explicación lombrosiana fue que el criminal na­ tural lo es por causns atávicas. contribuyeron a afirmar la creencia de que el delito era un fenómeno natural completamente determinado. podríamos decir honrada. También en los primeros grados de la evolución humana. que se atienen a lo que es usual en el grupo. que m a­ tan. Lo que ocurre es que cada ser obra conforme a su constitu­ ción. fue el primero en llamaT la atención sobre la constancia con que los delitos. lo hacen por ambición. por espíritu sanguina­ rio. en Francia. Mostró la j>ran difusión de la epilepsia entre los criminales. La> colectividades animales reaccionan contra estos elementos pertur­ badores. en Bélgica. En las mismas manadas animales hay algunos de conducta normal. La obra. Estos criminales lo son por su propia naturaleza. no era suficiente para explicar todos los casos. Posteriormente. su emo­ tividad exagerada los acercan a la epilepsia. en general. choca contra la sociedad actual integrada. m ás de veinte años después. que se dedica al estudio del hom bre norm al. Esta concepción primera llevó a distinciones que luego. Al seguir investigando. en un volumen.obrar conforme a ¿u constitución. Apa­ reció así la locura moral como tercer pie del trípode de la teoría lombrosiana acerca del criminal. apareció en 1876. et. tatuajes. en la que se expone una A ntro­ pología Criminal distinta de la Antropología General. etc. — 59 — . pero los delincuentes epilép­ ticos tienen muchos rasgos atávicos. es un anor­ mal con caracteres propios. es exacta la denominación de la principal obra de Lom broso: El hombre delincuente. por excesivamente rígida.de criminalidad natural. es una especie aparte dentro del genero humano (6). en cambio. como un primitivo y un salvaje actual. muerde. son crimi­ nales aunque. 3) criminales locos. el criminal es distinto del hombre honesto o normal. analgesia. dijo que el criminal es también un epiléptico. designación que incluye tanto a los anormales (6) P o r eso. sobre todo por influencia de Ferri. el quo tiene por excelencia. crueles. el epiléptico aúlla. hay quienes cometie­ ron delitos.. los caracteres lombrosianos.. poca inclinación por el trabajo continuo. la amoralidad es. pero estos crimi­ nales no son totalmente normales pues su explosivídad. a ve­ ces. huesos wormianos. por hombres evolucionados. por circunstancias extremadamente favorables no hayan cometido ningún delito. el rasgo más notable. así sucede con la foseta occipital media. lenguaje de bajos fondos — argot— . la edición final constaba de tres volúmenes y un atlas. Por tanto. comprobó que es característica en el crimi­ nal natural la carencia de sentido moral. Lombroso se dio cuenta de que la teoría atávica. 2) criminal pa­ sional o de ímpetu. que carece de los rasgos anatómicos lombrcsianos y opera a causa de sentimientos comprensibles y hasta no­ bles como el sentido del honor y el patriotismo. concluyeron en una clasifica­ ción de los delincuentes en estos grupos: 1) criminal nato. por eso. pero no tienen aquellos rasgos: éstos son falsos cri­ minales. aunque sea larvada. sin ouc el autor sienta compasión ni remordimientos. se cometen delitos atroces. la nueva teoría m sustituyó sino que complementó a la del atavismo. por eso. Señala cómo algunos rasgos propios de los monos antropoides y de los primi­ tivos existen frecuentemente entre los criminales. por eso. frente estrecha. es violento y explosivo. at­ eos superciliares prominentes. tanto los naturales. individuales v psíquicos les sean extraños. Lombroso en­ caró el problema planteado por el hecho de que. que tienen rasgos criminales. tanto que los observadores más sabios quedan en un comienzo indecisos acerca de las verdaderas influen­ cias específicas” (7). es decir. a la tercera parte de L’uomo delin­ quente. hay otros. Lombroso pensó que el varón que tiene rasgos criminales tiene una sola salida.graves como a aquellos que se encuentran en situaciones límites. en virtud de necesidad escolásticas y de lenguaje. en la terminología lombrosiana). aversión al trabajo continuado. la tifus. hubiera cinco varones por cada mujer. higiénicos. por ejemplo. que es el delito. podemos distinguir dos variantes: los criminaloides. pero nadie osará soste­ ner que los fenómenos meteorológicos. y si frecuentemen­ te las causas se encadenan y confunden. Así. como el clima. baste citar lo que dijo: "Todo delito tiene por origen causas múltiples. — 60 — . indiferencia mo­ ral. Este esfuerzo permite af u­ mar que son injustas las críticas de quienes acusan a Lombroso de ser excesivamente unilateral. Todos saben que el cólera. como los sociales. En su obra La mujer prostituta y delincuente. p. frigidez. Es también aguda la observación sobre las contradictorias influencias de las causas sociales: “Casi todas las causas físicas y morales del crimen se presentan con una doble faz. Como prueba. si existen delitos favorecidos por la densidad de población. en las cárceles. la tu­ berculosis derivan de causas específicas. y los pseudocriminales. Lombroso también analizó. el delito y la prostitución y ge­ neralmente prefiere ésta. los semilocos (mattoidi. pero muy atenuados por lo que no delinquen si no se hallan en situaciones muy propicias. de conside­ rarlas aisladamente como se hace con todos los fenómenos huma­ nos a los cuales casi nunca se los puede atribuir una causa única sin relación con otras. la mujer tiene dos salidas. la rebelión.que delinquen principalmente por influen­ cia de factores externos. causas que pesan en los delin­ cuentes aunque en distinta proporción. 1. que no acarrea sanciones y es un medio de vida. no sólo admitida sino loable— . los factores ambientales del delito. codicia. no por eso debemos de­ jar. 4) cri­ minales ocasionales. . Estas prostitutas natas tienen todos los caracteres de los criminales y müestran costumbres propias del primitivismo y el salvajismo. en completa contradicción. imprevisión. aunque les diera importancia se­ cundaria. etc. Este es el hombre que se dio en la traducción francesa. (7) Le crüne: causas et remedes. en los que no existen rasgos del criminal nato. tales como la promiscuidad — hubo una prostitución sagrada. el que le dio este nombre para distinguirla de la que. (8) Id. “en realidad. Sin duda. a ser un profesor de universidad o un malvado presidiario" (9). no podían prescindir de las conclusiones a que había llegado la Criminología. p. pero no a las libres y de “alta sociedad”. — 61 — . por ejemplo.. el Derecho Penal. al operar con autores de delitos graves. Insistió en la conexión entre todas las disciplinas penales. que son pro­ vocados por una menor densidad. hay otros que son favorecidos por la extrema rique­ za” (8). por ejemplo los relativos a la endocrinología.— Es el más alto representante de la escuela positiva. S.( 1856. con mucho de despectivo. Id. dedujo que las anormalidades de éstos eran la causa de la delin­ cuencia cuando.1929). Usó mal su material.— FERR! . el psicoanálisis. con frecuencia. que vaticinar si llegará. etc. etc. Pero ya nadie admite la exis­ tencia de un criminal nato. nadie sos­ tiene ya que los primitivos o salvajes — cuya identificación es fal­ sa— carecieran de normas jurídicas y morales. Sus ba­ ses científicas eran también. Introducción a la Criminología. calificó como^ clásica y el que amplió las consecuencias del positivismo a todas las ciencias penales. inclusive el Derecho Penal. del solo conocimiento de las medidas encefálicas de un estudiante sin graduar. pero hay otros que ya existían. publicadas en 1913 bajo el nombre de The english convict. por ejemplo. de haberse dado cuenta de la ne­ cesidad de clasificar a los criminales.. falsas. p. fueron convincentes para descartar la teoría lombrosiana sobre el criminal natd. la acusación sería injusta si s: refiriera a conocimientos que era imposible exi­ gir a Lombroso en su tiempo. (9) Citado por Bonger. 130. es más fácil deducir si pertenece a una universidad inglesa o escocesa. las teorías lombrosianas fueron ob­ jeto de apasionadas polémicas.como el bandolerismo y el homicidio por venganza. 4. afirma Goring. probablemente se debían ante todo a la acción de la larga vida en tales cárceles o a situaciones sociales. Lombroso tiene el mé­ rito de haber fundado la Criminología. de haber hecho muchas ob­ servaciones valiosas de detalle. con rasgos diferenciales propios que constituyan una especie dentro del género humano: Las investi­ gaciones del inglés Goring. Desde que aparecieron. dadas las condiciones de las cárceles italianas de aquel tiempo. pero que no fueron tomados en cuenta. si bien ellas tenían caracteres distintos a las actuales. etc. Y si existen delitos cometidos por miseria. la Penología. observó a grupos especiales de prostitutas. con el tiempo. T. según la clase de delincuente de (10) V. 5) las sociales. En cuanto a las causas del delito. es un paso imprescindible. Es la tesis de la defensa social. Ferri las distribuye en tres grupos: 1) antropológicas. como la densidad de población. El delito no es básicamente un fenómeno biológico sino “un fenómeno se­ rial porque no puede concebirse sin la vida en sociedad ni entre los animales ni entre los hombres” (I2). los ras­ gos del criminal nato y que éste es una especie dentro del género humano. clt. El sociólogo criminalista toma los da­ tos de la Antropología Criminal y se sirva de ellos para aplicarlos a las ciencias jurídicas y sociales como — en una comparación ca­ ta a Ferri— el médico aprovecha los conocimientos brindados por la Anatomía y la Fisiología para aplicarlos en la clínica. p. tales como el estado civil. los actos huma­ nos no son libres sino que están estrictamente determinados. 100. la familia. Aquí. prevenirse desde un comienzo contra todo o p tialismo excesivo: las medidas de defensa contra el delito atenua­ rán sus formas y disminuirán su número. las costumbres. de las reacciones con que la sociedad se defiende del delito (n ). pero sólo un paso hacia la Sociología Crimi­ nal.Piensa Ferri que del estudio natural del delito y sus causas ha de derivar lógicamente el descubrimiento de las medidas para combatirlo. según la cual cualquier delito es resultado de la coactuación de todos los tipos de causas. etc. En su primera edición. pero nunca lo harán desaparecer de modo total (. I. Ferri acepta la Antropología Criminal de Lombroso. la educación. la economía. Lo fundamental que deriva de lo anterior es la que el autor llama teoría sintética del delito. 2) las físicas. sin embargo. entre las cuales la constitución y el fun­ cionamiento orgánicos. — 62 — . como el clima. adoptado en la tercera edi­ ción publicada en 1891. como para tos demás positivistas. I. Este es el nombre defini­ tivo de la obra principal de Ferri. (1)) Para Ferri. los caracteres psíquicos y los que denomi­ na personales. pero no participa de las tendencias unilaterales del fun­ dado'' de la Criminología. además. el uso del remedio supone corocimiento previo de las causas de la enfermedad. 22. Es nece­ sario. de 1881. que se ocupa. la religión. Por tanto. etc.0). (12) Dh.. pero no suficiente para el estudio positivo total del delito. si bien con predominio de unas u otras.: Sociología Criminal. como en medicina. p. que engloban los factores ambientales naturales. La Antropología Criminal es necesaria. la responsabilidad penal no puede basarse en la liber­ tad del culpable sino en la necesidad que la sociedad tiene de defenderse de los actos que le son dañinos. se lla­ maba Nuevos horizontes del derecho y del procedimiento penales. El delito sólo puede ser evitado combatiéndolo en sus causas. 214 y 216.. (15) Id. "El nivel de criminalidad es determinado cada año por las diferentes condiciohes del medio físico y social combinadas con las tendencias congénitas y con los impulsos ocasionales de los individuos según una ley que. Así como en un volumen de agua dado y a una temperatura especial. resulta que le pena tiene poca importancia para disminuir el número de delitos. una criminalidad característica que le es pro­ pia. Puede darse un estado de sobresaturación criminal cuando se presentan condiciones exter­ nas especialmente favorables al delito.. como la barbarie. El mismo avance de la civilización nc trae la desaparición del delito sino su cambio.. cit. una grave cri­ sis económica como. durante una hambruna o crisis de extrema necesi­ dad. se comete un número especial de delitos. p. Por eso no se puede pen­ sar. Si recordamos los factores del delito. (14) Ob. que las reformas sociales bas­ tarán para conseguir la desaparición del delito. yo he lla­ mado ley de saturación criminal. esas esperanzas sólo son “ preocupaciones infundadas del socialismo metafísico que teme ver afirmar que el delito es inevitable y fatal. hay quienes se mantienen honestos. id. (ésta) pasa del estado agudo y esporádico. ni uno más ni uno menos” (15>. De esta ley.que se trate. . advertiremos que la pena sólo puede operar eiT (13) Ob. ha fracasado en esttf su objetivo. aun en condiciones sociales que llevan a que muchos delincan. por ejemplo. pp. . por ejemplo. por analogía con lo que se observa en química. se disuelve una cantidad de­ terminada de una sustancia química y ni un átomo más ni menos. Las concepciones anteriores llevan a otras dos consecuencias: la ley de saturación criminal y la clasificación de los delincuentes. con condicio­ nes físicas e individuales dadas. 117. ctt. al estado cró­ nico y epidémico” O y de la violencia a la fraudulencia. en un líquido. se cometen tantos delitos co­ mo resultan inevitablemente de las causas existentes. se pre­ tende que sea un panacea contra la delincuencia. En cierta sociedad y momento. 250. en un medio social determinado. Hay delincuentes natos que no llegan a cometer delitos porque se hallan en un ambiente muy bueno. p. antes. de igual manera. “La civilización tiene. sólo puede ser represen­ tada como una amenaza por el delincuente: sin embargo. aumentan las posibilidades de solución cuando se eleva su temperatura. — 63 — . La pena viene después del delito. dice el socialista que era Ferri. sean las q u í Fueren las modificaciones del medio social” (n). Esta es la primera teoría ecléctica que apareció en Criminología. conforme a nuevas causas y modalidades. I. por otro lado. la mendicidad. su critica a la excesiva confianza en la pena es bien fundada aunque los sustitutivos penales no han mos­ trado la eficacia que Ferri les atribuía: implantados en casi toda« partes. ob. restricción a la fabricación de alcoüol. en ellos. 2) natos. reglamentación de la prostitución. pero deja subsistentes todos los demás. pero la de delincuentes habituales contiene novedades. la han aumentado. es falsa: no toma en cuenta algo de cuya existencia hoy se discute poco. en cinco grupos: 1) locos (. etc. no reciben ayuda adecuada al ser libertados y se desenvuelven en condiciones ambientales perjudiciales. I. cuan­ do los realizan hombres sanos. aunque hubiera en una sociedad. por eso.. no han disminuido sustancialmente la delincuencia y. Pero Ferri y.algunos psíquicos. la misma suma de causas criminales — y no hay causas especffi* camente criminales— no habría la misma cantidad ni los mismos (16) Esta designación parece contener una contradicción: o se es loco o se es delincuente. No es el menor de sus méritos el haber mostrado la necesidad de que las ciencias penales cooperen estrechamente y que se dé máxima importancia a la personalidad del reo. Ferri ha sido. se caracterizan por su precocidad y ^u reincidencia rápida y repetida que forma un hábito. Citemos algunos: trabajos públicos para ocupar a los parados.6). además. En cuanto a la clasificación de los delincuentes. etc. en algunos sentidos. 166. los estigmas del criminal nato no existen o están atenuados. llaman criminales lo­ cos simplemente a los que "cometen aquellos actos que. tales como la miseria. este hecho explica la dificultad de la correción: la cárcel suele corromperlos. con él. son llamados crímenes”. la escuela positiva. su concepción sintética del delito apunta hacia una solución verdadera si bien peca de me canicista v determinista. 3> habituales. No explicaremos cuatro de ellos porque tienen la misma fundamentación que en Lombroso. 4) pasionales y 5) ocasionales. a la que dio tanto relieve. en dos momentos distintos. r o r eso. ctt. tan importante o más que laí causas aisladas es la forma en que se combinan en cada caso. el alcoholismo. de los mayores penalistas de to­ dos los tiempos. — 64 — . el ocio. pero no ambas cosas al mismo tiempo. La léy de saturación criminal. que es la libertad. Estos sustitutivos pena­ les constituyen en Ferri una verdadera Política Criminal. sin duda uno. para evitar delitos violentos^ la liber­ tad política que es el mejor remedio contra conspiraciones y aten­ tados. p. Ferri esta­ blece una que influyó mucho en Lombroso. Ha hecho contribuciones valiosas y sólidas. hay que hallar sustitutivos penales que realmente desempeñen el papel que se pretende dar a la pena sola. (18) Garófalo. Como tal. (1») Id.1 tercero de los grandes positivistas italianos (l7). pero no habían cometido delito: La definición de éste era requisito básico para sancionar. hay algunos que en todos los tiempos v en todos los países. — 65 — . Criminología. el camino por ellos empleado. " tratan­ do tan sólo de averiguar si entre los delitos que reconocen nues­ tras leyes contemporáneas. no tomó en cuenta los tipos de psicología de la forma y estructuralistas que ya se habían difun­ dido a comienzos del presente siglo. p. p. Criminología.— Rafael Garófalo es . el sociólogo.1934). pulique admitía los avances de la escuela positiva. que hayan sido siempre y en todas partes consi­ derados como delictivos como sucedería si lo fueran por su pro­ pia naturaleza. hay que operar con una noción poseída inclusive por personas legas en materias jurídicas: hay que definir el delito natural. (17) Su obra principal. de analizar los hechos. 5. se ha tornado hcy instintivo. No hay hechos. es preciso restringir el campo de las investigaciones.— G ARO FALO . Caben en tunees dos preguntas: si hay delito natural y si es posible descubrirlo mediante el método inductivo.tipos de delitos. Sólo no existe en personas anormales o en so­ ciedades salvajes actuales. Tal definición no es la de carácter legal. Este sentido moral evoluciona como el hombre y la sociedad.. id. Vio sólo el aspecto natural del delito e incurrió en el mismo error de Lombrgso al ser . Ferri. el magis­ trado. 4. hereditario: corresponde a aquellos sentimientos sin los cuales la sociedad no puede tener un funcio­ namiento normal. Para evitar perdemos en un maremagnum de d<£ tos. "En efecto. Lombroso es el antropólogo de la escuela. Garófalo. Aunque Lombroso y otros han hablado de tal delito natural. apareció en 1884. el jurista. se encontraba ante la imposibilidad de san­ cionar a las personas que tenían los rasgos criminales. Es que no hay que analizar los hechos sino los sentimientos que con pilos se relacionan. han sido considerados como acciones puni­ bles” (l8). Por ejemplo. único admiti­ do por los positivistas. por espanto­ sos que parezcan.poco receptivo a la evolu­ ción de la ciencia.(1852 . no conduce al fin deseado. de la que era parte. en la idea de delito existe siempre la lesión de uno de esos sentimientos que tienen más pro­ fundas raíces en el corazón humano y que constituyen lo que sue­ le llamarse el sentido moral de la sociedad* (l9). el subrayado corresponde al ori­ ginal. 3. . Tampoco esta limitación lleva a conclusiones sólidas. Garófalo se refiere tan­ to al dolor físico como al moral. no habrá delito en una burla mordaz. en quienes llevan la benevolencia hacia el prójimo hasta sacrifi­ carse por él sin esperar ninguna recompensa. la sociedad se contenta con que se respete la propiedad ajena. en el grado en que son poseídos por el térmi­ no medio de los miembros de una comunidad y que es necesario para adaptarse a ella. . por ejemplo. seducción). Al lado de los delitos naturales incluidos en la legislación penal. los sentimientos de piedad y probidad son imprescindibles hoy para adaptarse al medio. o sea. por ejemplo. Garófalo analiza los sentimientos patrióticos.Esos sentimientos tienen límites superiores. éstos términos medios son los más comunes y los corrientemente exigidos para la adaptación social. delinque. Este. término medio de benevolencia es lo que llama­ mos sentimiento de piedad o humanidad. Id. en­ tonces. que los individuos se sujeten al sentimiento de justicia en ese término medio que llamamos probi dad. “la repugnancia a la crueldad y la resistencia a impulsos que serían causa de su­ frimiento para nuestros semejantes” (20). calumnia. 21. El que no los posee no se adapta. Sólo quedan. Resulta de lo anterior que el delito natural puede ser defini­ do como la violación de los sentimientos altruistas naturales de piedad y probidad. religiosos. o sea. decir que el delito es el acto que ataca esos sentimientos instintivos en la medida media en que son poseídos por una so­ ciedad. Pero la mayoría con­ sidera cumplido su deber con 110 causar voluntariamente dolor a los demás. inferiores y tér­ minos medios. pero no el ataque a cualquiera de esos sentimientos. entonces. Podemos. pero no al dolor moral puro sino al que está mezclado con daños materiales (violación) o sociales (injuria. p. de pudor y honor y concluye que los ataques a ellos no constituyen delitos naturales. se hallan otros qué no atentan contra los sentimientos na­ turales. Tal sucede con la mayo­ (20) Id. Son delitos simplemente legales. Estos también tienen extremos de delicadeza. En el sentimiento de justicia. Pero no exigimos tanto de nadie para no considerarlo criminal. — 66 — .. Dado el punto de evolución a que hemos llegado y las corre­ lativas exigencias sociales. existe también aquel extremo de delicadeza de quienes dan a cada uno lo suyo aunque tengan que sufrir (>en los bienes propios. los sentimientos altruistas de benevolencia y justicia. no inspira compasión ni sim­ patía. por Garófalo. es juzgado de variadas maneras según los países y supone. contra el pudor. la sociedad no tiene el deber de mantener a quien es impío y. El que tiene el sentimiento de piedad. para producir el delito. como recurso para evitar males mayores. dadas sus condiciones per« — 67 — . fuertes factores externos. comenzando ñor los que atentancontra la vi­ da. tiene conducta anormal. comete to­ da clase de delitos. es un delincuente violento. hay semejanza de hechos. por eso. que debe serles aplicada. una cárcel se cierra o que los medios educativos empleados en las cárceles hayan de corregir a los delincuentes naturales. El que no posee esos sentimientos.ría de ios delitos políticos y religiosos. por consiguiente. quizá allí cuenten con mayores facilidades que en la vida libre. la cooperación de causas ex­ ternas. que se halla en concomitancia con los rasgos des­ cubiertos por la escuela positiva. la eliminación de las causas sociales sólo ha de traer be­ neficios limitados. El delito es siempre consecuencia de una 'anormalidad mo­ ral. El delincuente más grave es el que carece de piedad y. Los que atentan contra la probidad son los delincuentes ím­ probos o ladrones. La cárcel no intimida a los asesinos. De ahí la dureza de los medios de represión y prevención que Garófalo aconseja y que deben estar de acuerdo con la persona­ lidad del que comete los delitos. es un anormal que. Es el llamado asesino. Por fin. porque ésta es un instinto posterior­ mente adquirido. el adulterio. en consecuencia. Como este sentimiento no tiene tan profundas raíces como el de piedad. en quien concurren. Se lia dicho que esta posición es contradictoria al sancionar con un acto impío a quienes cometen delitos contra la piedad. El delincuente natural no es un seme­ jante del hombre honesto. Por eso. Los delincuentes naturales pueden ser clasificados conforme & los sentimientos altruistas naturales de que . generalmente. pero debilitado. sentimental. que hoy integrad la naturaleza humana. gran parte dé los llamados delitos contra la patria. Garófalo reconoce poca influencia a los facto­ res ambientales y centra su interés en los instintivos y personales. No es verdad que por cada escuela que x abre. la piedad sólo se siente por los semejantes y el asesino no lo es. pero sí los /intimida la pena de muerte.carecen o que tienen debilitados. pero no de sentimientos. Como se ve. de probidad. Además. etc. entre la muer­ te dada por el asesino y la que él sufre. Sus actps chocan con la conciencia del hom­ bre evolucionado y normal. Ga­ rófalo respondió que la pena de muerte se aplica en calidad de remedio.. por ejemplo. pero.. Los criminales locos serán sancionados conforme a las causas que los llevan a delinquir. y no una relativa. como hacían los medievales. en las últimas ediciones de su obra. No valdrá decir. a los que denominó cínicos. aunque sean permanentes. lugar es­ pecial a los que atentan contra el pudor. incorregible (. a veces.) conclusión se impone si se analizan los sentimientos y no los he­ chos. es decir. el patriotismo. No hay que aplicar penas de privación do libertad de duración fija pues la liberación del reo no debe depen­ der de que se cumpla un plazc sino de que esté corregido. peligro que debe evitarse. hay tendencia a reincidir frecuentemente. carácter sagrado porque entonces estaríamos anali- (21) Id. 21 y ss. la relegación o confinamiento. en casos menos graves. a los violentos y ladrones. al liómar la atención sobre las relacionen entre Criminología y Derecho Penal. Garófalo piensa que es.. Pero no puede decirse que hava delitos simplemente lega­ les y ctros. naturales: todos tienen que estar determinados por ln ley o no son delitos. como la de considerar que el delincuente es específicamente diferente del hombre normal. como hace G a rófalo . Cuando. Ln contribución de Garófalo fue n otoria. por ejemplo. de seguirse rigurosamente este método. concluiremos que el pudor. Garófalo cree que la criminalidad puede transmitirse por he rencia. 62 . (22> Constancio Bernaldo de Quiroz — Cursillos de Criminología y Derecho Penal. H 1brá casos en que baste eliminar a los delincuentes del ejercicio de su profesión y otros en que sea suficiente la reparación de los da­ ños causados a la víctima y al Estado. por mucha im p ied ad o im probidad que su­ pongan. pp. Aquí vemos los extremos a que condu­ cen ciertas teorías. la religiosidad son sentimientos natu­ rales. la condena de duración indeterminada. Garófalo ha resucitado una distinción medieval entre lo que está prohibido porque es malo (prohibita quia mala) y lo que es malo porque está prohibido (mala quia prohibita). No es fácil admitir que sean delitos naturales sólo ¡os qiv van contra la piedad y la probidad (::). es pre­ ferible. pp.— recuerda que el propio Garófalo quebró la excesiva rigidez de su clasificación de los delincuen­ tes concediendo.65. hay que aplicar la deporta­ ción.. la distin­ ción es aceptable cuando se acepta una moral absoluta. La pena de muerte no se aplicará a los delincuentes que pa­ decen anormalidades no profundas. — 68 — .). por eso. entre éstos últimos. que la prostitución tuvo inclu­ sive. . pero no por medio de castra­ ción o esterilización sino por la pena de muerte o el aislamiento.sonaies. id. por sí mismo. No es el me­ nor de ellos su insistencia en la importancia de los sentimientos. en relación con el sentimiento de piedad. Garófalo hizo aportes notables. Todos los sentimientos citados existían. sentimientos. gr.. — 69 — . es sólido: que las sanciones al delito deben-adecuarse a las causas de éste y a la personalidad del autor.zando hechos y no. que/va contra toda tendencia exageradamente intelectualista. no es que no haya piedad sino que hay divergencia sobre los actos que la vulneran. como ahora. O el rigor con que aplica un principio que. Aho­ ra mismo. Pero. pero cran-distintos los actos (v. sin duda. el adul­ terio) que se reconocían como ataques delictivos contra ellos. no. unos castigan el aborto y otros. . están los que conceden má)úma importancia a los factores individuales —físicos o psíquicos— en la determina­ ción del delito. Es difícil englobarlos bajo una sola denominación que incluya a antropólogos. se despertó un enorme interés por explicar la conducta del delincuente. psicólogos. Por otro lado. designa­ remos como tendencias antropológicas a las que ponen en el in­ dividuo las causas principales de la delincuencia. Donde se dan concepciones extremas contrapuestas no tardan en surgir tentativas de conciliación. señalando sus causas. en general. etc. Por un lado. Eso ha sucedido también en — 71 — . psiquia­ tras. Lós englobaremos bajo el común nombre de sociologistas. A falta de una denominación más satisfactoria. Algunos hablan de lo social. endocrinólogos.— LAS TENDENCIAS CRIMINOLOGICAS GENERA­ LES . Hubo también notorias discrepancias entre los autoreá. En lincas generales. puede decirse que en Criminología se dan las mismas tendencias que en todas las ciencias que intentan explicar la conducta humana.— Desde los primeros años que siguieron a la aparición ds la obra de Lombroso. como la economía o la familia. están los que conceden esa importancia a los factores sociales. otros insisten en algunos factores en especial. Intentar un resumen de lo que dijeron todos los importantes entre ellos sería tarea poco menos que imposible fuera de que mu­ cho tendría sólo valor de curiosidad histórica y hasta anecdótico. un natural proceso de decantación ha mostrado los errores que se cometieron y lo que debe ser conservado por valioso.CAPITULO II LAS TENDENCIAS ANTROPOLOGICAS 1. : di Tullio. en su obra / caratteri dei delinquenti analiza rasgos de criminales. en general. de manera general. Son muchos.— LOS SEGUIDORES DE LOMBROSO. consiguien­ temente. Aunque di Tu­ llio no admite un criminal nato con los caracteres señalados por Lombroso. de algún modo. Pero toma en cuenta influencias modernas.esa constitución delictiva (■). al lombrosianismo se lo denominó escuela italiana si bien con mu­ cho de exageración pues allí hubo notables críticos de Lombroso. muchos de los autores actuales no son ci­ tados en esta parte histórica sino en la correspondiente de la Cri­ minología sistemática en la que más se destacaron por sus aportes. pero. se destacó Kurella. Entre ellos está Ma­ rro quien. tiene mucho de Lombroso si bien sin sus exageraciones. También se traduce en el hecho de que di Tullio tenga una con­ cepción puramente naturalística del delito. su tendencia resulta de los factores a los que dieron particular relieve de modo que los demás quedan en lugar secundario. habla de una constitución delictiva qi'e no es un esta­ do morboso. como la biotipolcgía de Pende y. 2. y 124 y ss.— Las tenden­ cias antropológicas tuvieron singular importancia a íines del siglo XIX y comienzos del presente. Trattato di Antropología Criminale. pero que caracteriza a algunos individuos especial­ mente inclinados al crimen. — 72 — . A veccs. No podemos dccir que la teoría de di Tullio traiga cambios radicales p an la Criminolo(1) V. A decir verdad. Por eso. en su fondo. podríamos decir que casi todos los grandes criminólogos son. se limitaron a aplicar las teo­ rías lombrosianas sin agregarles nada nuevo. ningún autor sostiene que sólo un tipo do causas lleve al delito. especialmente en Italia. representa una teoría que. país donde el lombrosianismo tuvo po ca influencia. surge una nueva teoría en‘que los diferentes datos quedan armónica­ mente dispuestos. los hallazgos de la endocrinología. prevalencia notoria a ningún tipo de factores especiales. Benigno di Tullio. el profesor de la Universidad de Roma. pero en los casos realmente valiosos. 49 y ss. como sucedió. la mediación resulta en mera yuxtaposición de lo que sostienen ¡as tendencias extremas. pero reservaremos esa desig­ nación para los que no reconocen.Criminología con las ¡enciendas llamadas cclccticas. especialmen­ te pp. en buena medida con el propio Ferri. eclécticos. Como se advertirá. Pero los seguidores de éste no estaban a la altura del maes­ tro. El lombrosianismo consiste en acep­ tar la existencia de rasgos propios de . En Alemania. En los últimos años. Por eso y si usáramos la palabra en su sentido más amplio. L A N G E Y H O O T Ù N . aparecida en 1929. el criminal se caracteriza esen­ cialmente por rasgos psíquicos y más precisamente. y hasta físicos.: Grispigni. El delito como destino. Von Rohden reconoce que muchas de las críticas hechas contra Lombroso eran justas por lo que re­ chaza que haya rasgos físicos que caractericen al criminal nato o que la conducta de éste pueda ser explicada sólo por el atavismo o la epilepsia: para el . como hizo notar Mezger. pero tampoco puede desconocerse el valor de muchas de sus observaciones asi como su contribución para determinar lo que es un delincuente por tendencia. la tesis de von Rohden merece las mismas críticas que la d¿ Lombroso aun en el caso de que no se hable de individuos que nacen delincuentes sino que se hallan inclinados al delito. T. sue­ len darse casos en que se siguen caminos análogos que llevan a dar importancia fundamental a los factores individuales. en particular. ha sido la obra de Lange acerca de la que él considera decisiva influencia de la herencia en la criminalidad. en líneas generales. £1 pensa­ miento de di Tullio se advierte también claramente en su obra.— V O N RO H D EN . (2) V.— Si bien no hay ya quien sostenga una Criminología de corte lombrosiano.già. les señala algo así como un destino. que es lo que sostiene el criminòlogo alemán (3). Pese a esta modernización. Dliitto Penale Italiano. el delito. posterior a la citada. pp. Fsta fue puesta en relación con la biotipología de Kretsch­ mer que tanto relieve ha tenido en las investigaciones criminoló­ gicas alemanas. Criminología. que la cooperación de los factores internos y externos es necesaria para la aparición del delito. lleva el sugestivo titulo de Verbrechen ais Schiksal. Von Rohden admite. (3) V. en cambio. 34 35. es decir. (4) La obra de Lange.autor alemán. Lange llegó a afirmar que la carga hereditaria con que algunos in­ dividuos nacen. la crítica acierta cuando observa que di Tullio da exce­ siva importancia a las desviaciones patológicas y dedica pocas pa­ ginar aí delincuente ocasional (z). resulta injusta. i— 73 — . I. en gene­ ral. Pa­ ra probarlo utilizó el estudio de los mellizos. la afirmación de Grispigni según el cual todo lo verdadero que tiene la teoría constitucionalista de di Tullio ya se hallaba en Lombroso y Ferri. pero resucita la concepción del criminal nato en rela­ ción con algunos individuos. pp. distinguiéndolos en monovitelinos y bivitelinos C).: Mezger. de puro exagerada. Por eso. 31 -34 donde hay un resumen de la tesis de von Rohden. 3. Una fuente de fructíferos estudios criminológicos durante los últimos cincuenta años. por la lucur« moral. Principios de Criminología Clínica y Psi­ quiatría Forense. reconocido hoy casi universalmen­ te. además. tales como costumbres. corresponden también diferencias antro­ pológicas de tal manera que se establezca una clara correlación entre lo físico y lo psíquico. — 74 — . 8 . han de ser mejor investigados en indivi­ duos cuya conducía se opone gravemente a las normas sociales. “ Una nación es un amplio conjunto de personas que viven bajo un gobierno central. creador de una teoría antropologista que es proba­ blemente la más notable de las producidas este siglo (5). Crirae and the Man. 10 y 11. tradiciones históricas y frecuentemente el lenguaje” (9). Un chimpancé se conduce como tal porque tiene caracteres físicos de chimpancé. si ellos existen. hay que agregar generalmente un común fon­ (5) V. pp. A ello. Id. p.Detenido análisis merecen las conclusiones de estadounidense Emest Hooton. p. tam­ bién hay que hacerlo con las nacionalidades. El problema está en determinar si. lo que implica que se distinguen.. Para alcanzar una respuesta. diferente entre cri­ minales y no criminales. la que crea diferencias inclusive entre grupos humanos. Hooton comienza por establecer que el objetivo de su obra consiste en “estudiar las características físicas de los criminales con el propósito de descubrir si se hallan relacionadas o no con las conductas antisociales” (6). Id. Id. (9) Id.: Hooton. a fin de evitar el riesgo de estudiar casos confu­ sos y heterogéneos (')• Si se toma como núcleo el estudio del criminal. que habita usualmente cierta área geográfica dentro de límites definidos y que...10. Lo mismo sucede con el hombre. pp. no es porque a priori se le adjudiquen caracteres antropológicos propios sino porque. (8) M. (7) Id. a esa conducta. Si esto último ocurre. no pueden me­ nos que establecerse grupos distintos también en lo que toca a los tipos de delitos cometidos pues cada uno de éstos supone dis­ tintos caracteres psíquicos (a). Si hay que distinguir grupos raciales y según el delito. de los miembros no criminales del grupo biológico al que pertenecen. Esto no significa admitir de antemano corrientes racistas ni partir del presupuesto de que ciertos grupos humanos son biológicamente superiores a otros: simplemente se busca uniformar el material con el que se operará. hay que comenzar admitiendo que la conducta de un ser está de acuerdo con sus rasgos físicos. 11. Id. (6) Id. Ahora bien: los rasgos físicos están fundamentalmente determinados por la heren­ cia. 5. La advertencia era necesaria para evitar in­ terpretaciones equivocas pues la obra de Hooton apareció en pleno auge del naclsmo. posee ciertos rasgos culturales comunes. por su manera de proceder. Después de comparar los resultados de las investigaciones. (11) Id.. entre los cuales había criminales. los pequeños delgados. Pero su cantidad y calidad no están de acuerdo con el tipo de material con que se operó ni con las espe­ ranzas que Hooton tenía. tienen menos barba y cabello más fuerte. 121 • 122. a la violación y otros delitos sexuales. (").. lo mismo sucede con la concepción general según la cual los criminales muestran una cla­ (10) Los grupos elegidos fueron varios: americano antiguo. (12) Id. Iguales comparaciones se hacen dentro de los demás grupos. combinados tienen una significación decisiva o cuando establece como algo notable que “los hombres al­ tos y delgados tienden al asesinato y al robo. (13. celta.. bál­ tica oriental. llevaron a sospechar de la teoría entera. emprendió un estudio que abarcaba a diez estados de la Unión — elegidos según las posibilidades que ofrecían para estu­ diar determinadas nacionalidades— y que incluía a cerca de die­ ciocho mil individuos. 37t>. ¿Nos servirá el conocimiento de estas diferencias para explicamos el tipo de las causas que lle­ van a la delincuencia? ¿Implica el cabello roji*zo una especial pro­ clividad al delito? Es indudable que Hooton superó las deficiencias metódicas de Lcimbroso. negra. pero no pudo evitar semejanzas que.do biológico pues las nacionalidades suelen proceder de un tron­ co racial o llegan a formarlo por cruces uniformadores producido durante mucho tiempo. los crimina­ les se tatúan más. ai homicidio. por término medio. los pequeños y pesados. lo es también que eludiu la tentación de crear tipos criminales. Sentados estos principios. id. Id. etc. mediterránea. nórdica. falsificación y fraude. Podemos tomar como ejemplo el caso de los criminales y honrados de vieja estirpe americana. los delincuentes son menos que los honrados en lo que toca a iris muy oscuros o muy claros. . si bien ciertos caracteres aislados aparecen co­ mo insignificantes. cuando afirma que. id. etc. Si lo anterior está sujeto a crítica. por ejemplo. negroide. alpina. desde el primer momento. . al ataque contra la integri­ dad personal. 374. los altos y pesados. id. hay más pelirrojos delincuentes que honrados. ” (n). Si nos detenemos en la naturaleza de la mayor parte de las diferencias. pp. apenas podremos atribuirlas im­ portancia criminológica. el ame­ ricano nuevo de raza dinárica. p. cooperado por sus discí­ pulos. no crimi­ nales sanos y no criminales insanos C1'). Hooton. — 75 — . p. Hooton estableció la existencia de algunos rasgos diferenciales en­ tre criminales y honrados. al hur­ to y al asalto. 166. b) Los grupos no criminales que sirvieron de término de com­ paración no están bien escogidos ni son suficientemente numere sos. pero no da razón alguna para que tal afirmación sea aceptada. (16) Sutherland citado por Bames y Teeters. no van a parar a las cár­ celes. oricio para el cual se exige especial capacidad física y mental. Quedan de lado todos los autores de delitos menores que. d) Criminales enfermos mentales. p. para ser significativas. incluyen muchas personas que seguramente tienen caracteres superiores al común de los no criminales ('*) c) Hooton considera que algunos rasgos físicos son superio­ res a otros. Dado este hecho. (14) “Criminal es. apenas aparecida. b) Criminales sanos. debió saca1sus conclusiones tocantes a la inferioridad. La tesis de Hooton provocó. debieron ser grandes y no tan ligeras como las que se han descu­ bierto. 8).ra inferioridad biológica en relación con los honrados.. p. para el presente propósito. para apreciar la criminalidad” (16). en virtud de instituciones especiales. New horizons in Crimlnology. El crítico más agudo fue Sutherland cuyas opiniones expon­ dremos in extenso porque no sólo señalan los errores cometidos por Hooton sino también las üficultades generales que deben ser tenidas en cuenta y salvadas por cualquiera que intente resucitar las teorías de Lombroso. a) Los reclusos estudiados por Hooton no son simples delin­ cuentes sino un grupo selecto que no puede lomarse como repre­ sentativo del promedio de los criminales í 1’). de la asociación que encuentra entre la criminalidad y las desviaciones físicas. Hooton establece la siguiente jerarquía. opiniones ad­ versas y no sólo entre los antropólogos y criminólogos sino entre quienes aplican las sanciones ya que la consecuencia de aquella tesis es que la única manera de luchar con eficacia contra el deli­ to consiste en mejorar racialmente al pueblo. “A menos que el tuviera una prueba independiente de la inferioridad de ciertos tipos de caracteres físicos. c) Honrados enfermos mentales. comenzando por los grupos an­ tropológicamente mejores para concluir con los más degenerados: a) Honrados sanos. En este caso. — 76 — . una persona que cuín pie una sentencia en un establecimiento penitenciario y que se baila convicto por un acto sancionable con prisión” (Id. las diferencias con las personas honradas. usa la criminalidad para apreciar la inferioridad y la inferio­ ridad. (15) Tal el caso de un grupo de bomberos. id. p. En el mismo sentido. la que se transmite por herencia de acuerdo a las leyes mendelianas. 172. de manera especial.. la Psiquiatría tuvo influencia en la Criminología desde hace mu­ cho tiempo. suelen se. el gran crítico de Lombroso. Los primeros comprenden “la ‘morfología’ cri­ minal que estudia los caracteres morfológicos de los criminales. empleó métodos de investigación noto­ riamente superiores a los usados por sus contemporáneos. Una de las consecuencias de los estudios de Goring fue decisiva contra las teorías lombrosianas acerca del relieve de los caracteres anatómicos: otra llevó a una hipótesis igualmente ¡mtropologista. Llegó a esa conclusión después de estudiar la familia Kallikak ca racterizada porque un elevado porcentaje de sus miembros eran delincuentes y degenerados: Healy. aunque no patológicos. En cuanto al antropologisnio de Goring. Esa influencia ha continuado hasta hoy y se traduce en afirmaciones en sentido de que las causas fundamentales de! delito tienen que ssr encontradas en fenómenos mentales patoló­ gicos. por su parte. en conjunto. por R eckless. la causa fundamental del delito es la debilidad mental. por ejemplo. entre ellos. 88. Ir. la que ingresa así en el cam­ po de la Criminología. el cuadro incluido oii la p. Tendencia similar se advierte en el criminólogo argentino José Ingenieros cuando divide los factores del delito en biológi­ cos y mesológicos. las anormalidades mentales y otros caracteres. (19) Cit. 87. Casi al mismo tiempo. y la ‘psicopatología’ criminal que estudia sus anormalidades psí­ quicas” (:CI). 5. -Según Goring. con consecuencias notables si bien tam­ poco dejaron de presentarse exageraciones. (20) — 78 — .llamadas la fuerza di las circunstancias” 0'). Criminal Behavior.— TEORIAS DE BASE PSIQUIATRICA — Ya vimos qu. Admi­ tió la confluencia de factores individuales y ambientales. p. causa principal de la delincuen­ cia es la debilidad de ia inteligencia. No es el menor de lcs> aportes del psicoanálisis el conjunto de métodos novedosos que Iu caracteriza. Herbert Goddard y William Healy llegaban a conclusiones parecidas en lisiados Unidos. del mismo tipo. pero afir­ mó que los primeros tenían mayor importancia y. Para God­ dard. de Goring. Criminología. Tal la posición.lie ellos el criminológico. podemos inferirlo claramente de estas palabras suyas: " ti delito en este país (Inglaterra) es sólo en parte insignificante el producto de la desigualdad social o del ambiente adverso o de las otras ma­ nifestaciones que. sido en c! presente cuan­ do adquirieron máximo relieve las teorías psicoan^líticas que es­ tudian la influencia de los fenómenos inconscientes en la conduc­ ta humana. Las doctrinas de Freud. a pesar de tener menor vuelo teórico. pp. Criminólos? p. En el último medio siglo. Aunque iniciadas el siglo pasado. Mucha mayor importancia tiene Aschaffenburg cuya obra fundamental. A comienzos de siglo. etc. destacando la repercusión de las tendencias primitivas y de los instintos en la criminalidad. corresponde lugar destacado . pero también puede sostenerse que se deben a la alimen­ tación o a otras influencias ambientales'. lo que estaba de acuerdo con el hecho de que el autor haya sido uno de los fundadores de la Criminalística.usa del delito. — 77 — . tales como la prostitución. en(17) Estas críticas se hallan. a la luz de la Psicología corriente. 4 — ESTUDIOS DE PSICOLOGIA CRIMINAL . (18) La mayor parte de las obras importantes de Sighele fueron tra­ ducidas al castellano por Pedro Dorado Montero. Sighele estudio espe­ cialmente la criminalidad asociada. La Kriminalpsychologi.e de Hans Gros. contiene apreciables estudios acerca del criminal profesional y de algunas formas de conducta antisocial.d) Hooton considera que los caracteres inferiores son here­ dados.i Hscipión Sígnele quien mos­ tró gran perspicacia en la selección de casos al extremo de que sus conclusiones han alcanzado mayor longevidad que las de Lom­ broso. sea mediante previo acuerdo —la pareja. En Alemania.. Adler y Jung han servido pa­ ra iluminar hechos que. í) Hooton 110 estudió adecuadamente las causas sociales del delito (l7).— Entre los positivistas que se dedicaron sobre todo a estudios psicológi­ cos. sobre todo en la averiguación del mismo.resumidas en la obra recién citada. 71. tiene muchas aplicaciones de la Psicología al estudio del delito. las teorías psicoanalíticas han invadido varios campos. apunta principalmente a las anormalidades mentales co­ mo c?. Paul Pollitz escribió en 1909 una Psicología del Delincuente que si bien no aporta teorías generales. c) Hooton nc da la debida importancia a ías diferencias legis­ lativas enLrc los estados de donde lomó sus delincuentes. Das Verbrechcn und seine Bekaemfung (1903) es clásica en la literatura criminológica alemana. queda­ ban en la oscuridad y eran incomprensibles. la va­ gancia. Scrgi realizó estudios muy importan­ tes sobre la estratificación psíquica. los estudios de Psicología Criminal datan de fines del siglo pasado. la banda y la secta— sea sin él —la muchedumbre criminal— (18). 166 167 y en Taft. publicada en 1898. m ) Id. Luis Ik rm an . el descubrimiento de las secreciones internas. iOl. b) delincuentes por anomalías intelec­ tuales. hace resaltar las anormalidades y no los caracteres psíquicos normales. Rcrman sostiene que entre éstos hay dos o tres v eces más de en ferm o s d e las glándulas que en la po­ blación normal lo que habla en favor de la decisiva influencia que las hormonas tienen en la determinación del delito. Es indudable que di­ chas glándulas se hallan ligadas con fenómenos tocantes a la edad y el sexo así c o m o la constitución corporal y el temperamento. especialmente las pp. Demás decir que. llegó a ta Criminología después de la primera guerra mundial y lo hizo con las exageraciones características del optimismo que las novtdüdes despiertan en los primeros momentos. Esto es valedero también para los crim inales. resulta una conclusión lógica: la en­ docrinología aportará remedios o tratamientos decisivos para c u ­ rar y prevenir la delincuencia. Pero su aplicación al campo criminal icnía que esperar cerca de ochenta años. p. De allí se desprende esta conclusión: el estudio ‘específico’ de los delincuentes debe ocu­ parse de precisar y clasificar sus anormalidades psicológicas” (2:). id. En consecuencia. P é­ ro el problem a está en probar q u e las glándulas endocrinas son las únicas o tas más im portantes conform acloras de la personalidad humana.— Se re­ monta a mediados del siglo pasado y es mérito de Claude Bernard. Ingenieros clasifica a los 'delincuentes des de un punto de vista psicopatológico distinguiendo: a) delincuen­ tes por anomalías morales. personalidad anormal es aquella cuyas glándulas de secreción interna fu n cion a n mal. por sobre los morfológicos. (21) Id. id. — 79 — . “Los delin­ cuentes tienen anormalidades psicológicas especiales que los arrastrnn al delito o les impiden resistir a él . Parí. 95 ■105 y todo el capítulo referen­ te a la clasificación de los criminales. Ingenieros concede particular re lieve a ios rasgos psíquicos. c) delincuentes por anomalías volitivas y d) delincuentes por anomalías psíquicas combinadas.. 6.— LAS TENDENCIAS E N D O C R IN O L O G IA S. de tales premisas. Se­ gún vimos.Como se advierte. son aqué­ llos los que mejor permiten distinguir al hombre honrado del cri­ minal y a los diferentes tipos criminales entre sí (u ). . Lombroso y Ferri murieron sin aprovechar lo que ofre­ cía \z ya adelantada endocrinología de su tiempo. La invasión de teorías que trataban de explicar toda la con­ ducta hu m an a en base a las glándulas d e secreción interna. con la obra Endocriminología y criminalidad de Mariano Ruiz Funes el cual. por lo demás. La posición actual no es de rechazo completo sino q u e . Smith quienes. al determinar la composición quí­ mica del cuerpo. . pág. los que pueden ser rotulados de acuerdo í> 1 . di Tullio. Ver el apéndice que di Tullio escribió. publicada en 1923. (24) El ciclo se inicia en 1921 con la obra de Berman Glands regulaMng personallty. determinan también toda la conducta human«. (23) Cit. cil. ob. Ya durante aquel mismo tiempo. se halla p la mano" (:3V Por el mismo derrotero siguió el penalista español Mariano Ruiz Funes. casi un cuarto de siglo después. Schlaap y Edward H. alcanza su ápice en 1928. particularmente en e! cerebro y los sistemas nerviosos. Sin embargo. con The new Crimi­ nology de Schlaap y Smith y se cierra en 1929.b s varias glándulas y sus efectos sobre la conducta y aun sobre los rasgos físicos. consideran que las glándulas endocrinas. bajo el título de Biotipología y criminalidad. incluyendo la del delicuente. tomaba una posición más acorde con la realidad y lo mis mo hacía Vidoni en su Valore e limiti dell'endocrinología nello stndlo del delinquente. se sigue que una llave para pene­ trar el misterio de tan extraordinaria conducta como la exhibi­ da por el criminal. es posible categorizar la raza y colocar a los hombres en sus propios palomares. por Barnes y Teeters. al Tratado de Blotipologia Humana de Pende. Si es cierto que las acciones humanas dependen en su cualidad de las reacciones saludables o no saludables de ciertos grupos de células en el cuer­ po. las críticas fueron numerosas y tan evidente­ mente verdaderas que el entusiasmo excesivo pasó con tantp ra­ pidez como se había iniciado (:4). si es cierto que la condición de estas células es determinada primor­ dialmente por los cuerpos químicos producidos y excretados por las glándulas y s i. Lo dicen así: “Quizá no es necesa­ rio consignar la conexión entre este cuerpo de conocimientos y es­ peculaciones y el problema de la criminalidad. ..c tiende a averiguar en qué medida y forma la inflcncia endocri­ na se combina con las que proceden de oíros factores biológicos. de los psíquicos y de los ambientales. si bien seguidor de Pende.Más expresos en su optimismo son IVIax G. 169. — 80 — . en su obra The naiv Criminology.. ha abandonado aquellas sus concepciones exage­ radas según se ve en las conferencias sobre Criminología lleva­ das a cabo en San Pablo. Por ejemplo. como vimos. entre otras ra­ zones. el predominio de los factores que provienen de la or­ ganización y funcionamiento de la sociedad. en la determinación de la conduc­ ta humana.CAPITULO III LAS TENDENCIAS SOCIOLOGISTAS I.— La Bio­ logía y la Sociología modernas quedaron constituidas en sus líneas generales en la segunda mitad del siglo XIX. sobre todo en aquel momento. aunque. Algunas exagera­ ciones perturbaron momentáneamente el desarrollo de la ciencia. Hay otros hechos que contribuyen al auge del sociologismo. en lo que nos concierne. lo cual implica asimismo mayor dependencia. pero también al sociologismo y. la influen­ cia que en política y en economía han adquirido las corrientes so­ — 81 — . Eso se debe. Lo anterior.— EL SOCIOLOGISMO LN CRIMINOLOGIA. pero casi siempre tuvieron el mérito de atraer la atención hacia problemas especiales. sobre los que se ori­ ginan en el individuo— fueron numerosas a fines del siglo pasa­ do y durante lo que va del presente. es aplicable al antropologismo. a la mayor integración actual del individuo en la sociedad. Se inclinaron a gcnen. como es natural. Los primeros logros de esas disciplinas llenaron de entusiasmo a sus cultores.lizacioncs prematuras que luego la crítica de­ molió. al extre­ mo de que ellos perdieron una visión realista acerca de lo que se podía alcanzar con su ciencia. no totalmente pues 110 todo lo que se hizo concluía en afirmaciones erróneas. a éste cuando fue aplicado al estudio de las causas del delito. Las tendencias sociologistas —englobando bajó tal denomi­ nación a todas las que afirman. cialistas, sobre lodo de tinte marxista, y el hecho de que muchos de los profesores e investigadores de Criminología provengah del campo de la Sociología, lo que es particularmente notorio en Es­ tados Unidos. Veremos luego que de este país provienen las teo­ rías más novedosas e importantes del sociologismo contemporáneo en Criminología. 2.— LA ESCUELA FRANCESA .— El primer brote sistemá­ tico de sociologismo en Criminalogía está representado por la de­ nominada escuela francesa, que surgió paralelamente a las tesis de Lombroso. La denominación implica ciertamente una generali­ zación infundada, como aquella que llevó a tjue se diera el nom­ bre de escuela italiana a la corriente del antropologismo tambresiano, pese a que en Itaiia había notables sociologistas. Sin embar­ go, el nombre de escuela francesa es generalmente admitido para designar al conjunto de autores y doctrinas que, desde el PrimeCongreso de Antropología Criminal (1885). se opusieron radical­ mente a las teorías de Lombrcso y sus seguidores. Hay que reco­ nocer que la mayoría y los más significativos de tales opositores eran de nacionalidad francesa. Como hace notar Bonger('), el hecho de que tas investiga­ dores franceses concedieran particular relieve a los factores am­ bientales era consecuencia de una larga tradición, afirmada espe­ cialmente por biólogos como Lamarck y Pasteur quienes habían comprobado la importancia del medio al estudiar la evolución de las especies y el origen de las enfermedades infecciosas, respecti­ vamente. Francia había sido, además, cuna de la Sociología cien­ tífica y de doctrinas políticas y económicas socialistas. No es, por tanto, contradictorio, que el jefe del sociologismo criminológico francés haya sido un médico forense: Laczi'-saguc. Su, teoría ha sido llamada microbiológica pues equipara a los de­ lincuentes con los microbios los que no dañan a menos que se en­ cuentren en el medio adecuado, se reproducen y actúan en el cal­ do de cultivo favorable. Así, dice: “Lo importante es el medio so­ cial. Permítaseme una comparación tomada de la teoría moderna. El ambiente social es el medio en que se cultiva la delincuencia; el microbio es el elemento delictivo que carece de importancia has­ ta el día en que encuentra el cultivo favorable a su multiplicación. Creemos que el delincuente, con sus características antropométri­ cas y las demás, sólo tiene una importancia muy secundaria. Ade­ más, todas esas características se pueden encontrar en personas ab­ solutamente honestas” (!). (11 V.: Introducción a la Criminología, p. 137. (2) Cit. por Bonger, id. id., p. 138. — 82 — De allí la célebre consecuencia: Las sociedades tienen los de­ lincuentes que merecen. Desde el primer momento, se hizo notar a Lacassagne que si bien el caldo de cultivo puede activar la multiplicación y toxicidad de los microbios, no los crea por generación espontánea sino que los supone ya existentes junto con una particular capacidad de dañar. Junto a Lacassagne, hay que tratar a Gabriel Tarde, uno de los críticos más enconados de Lombroso, con quien sostuvo polé­ micas durante cerca de un cuarto de siglo. Paifl Tarde, los facto­ res determinantes de la conducta humana provienen de la socie­ dad a través de 'a imitación. A esta palabra hay que darle un sig­ nificado más amplio que el que hoy tiene. En Tarde, la palabra imitación engloba todos los procesos de contagio y copia, se trate de ideas, de sentimientos o de acciones, procesos que ahora son llamados, respectivamente, sugestión, simpatía e imitación (strictu sensu). Para Tarde, toda la conducta social puede explicarse a través de los mecanismos de creación e imitación. La creación es propia de individuos especialmente dotados que son seguidos por la ma­ sa, la que copia, pero no siempre comprende las innovaciones. La vida social no da lugar sólo a procesos de repetición sino también de oposición y de adaptación. También el delito es resultado de la imitación, en lo funda­ mental. Eso explica nó sólo la limitación de las formas en que el delito se presenta y de los medios con que se comete sino la aparición de verdaderas olas de criminalidad. Las innovaciones son pocas, pero se difunden con gran rapidez. Es indudable que la teoría de Tarde tiene mucho de verda­ dero: diariamente se comprueba la importancia de la imitación en la determinación del delito y en la limitación de las formas en que aparece. Pero peca de exagerada. En primer lugar, no puede concederse a los fenómenos de creación y de imitación el carácter preponderante, casi único, que les da Tarde en .la vida social. En segundo lugar, no puede admi­ tirse que la imitación sea un proceso Je mera reproducción, fiel y mecánica del modelo, como creía el sociólogo francés, apoyado en la Psicología de su tiempo; es preciso tomar en cuenta la par­ ticular capacidad receptiva de cada sujeto. En tercer lugar — y este es el punto al que se reconoce mayor peso en el análisis dé los hechos— de que existan limitadas formas y medios delictivo» no se puede deducir que todo se deba a la imitación. Esta exisr: cuando la conducta de un individuo causa la de otro; pero esta re­ lación causal no se ve en muchas de las uniformidades citadas por Tarde; ellas pueden deberse, por el contrario, a que las conduc­ — 83 — tas similares tienen causas también similares, pero que operan de manera independiente según los individuos; por ejemplo, si va­ rios delitos son cometidos por los mismos medios, eso puede de­ berse a imitación, pero también a que los delincuentes tienen a su disposición medios muy limitados en número (3). Los problemas del contagio social y, en especial, del crimi­ nal, fueron expuestos también por Gustavo Le Bon, al tratar de las multitudes de todo tipo, incluyendo las que cometen delitos (*). Si, por uno de sus lados, la teoría de Tarde se opuso a la es­ cuela lombrosiana, por otro hizo lo mismo con las de su compa­ triota, el sociólogo Emilio Durkheim. Este admite como hecho so­ cial normal a todo el que aparece generalmente en la sociedad; por eso considera que el delito es un fenómeno social normal y no patológico, opinión que ha sido muy fértil en el nacimiento de po­ lémicas. Pero dondé mayores aportes dio a la Criminología fue en su estudio sobre las causas del suicidio. Este, para Durkheim, no de­ pende de causas individuales (enfermedades mentales, trastornos pasajeros, sentimientos contrariados, raza, herencia, etc.) sino de la estructura y funcionamiento de los grupos sociales. Para demos­ trarlo, utilizó estadísticas a las que sometió a agudo análisis. De ellas resulta, por ejemplo, que los católicos dan menos suicidios que los protestantes y ambos, que los no creyentes. Es clara tam­ bién, dice Durkheim, la influencia del estado civil, pues los casa­ dos dan menos suicidios que los que pertenecen a otros estados. Las épocas de graves perturbaciones sociales son más propicias al suicidíb que las de- pa2 y prosperidad. En todos estos casos, lo im­ portante es la adaptación social y la integración; las personas que encuentran mayor posibilidad de adaptación y las que están más fuertemente integradas son las menos proclives al suicidio (5). Es­ te extremo sociologismo deja de lado los factores individuales y allí se encuentra su punto débil. 3.— V O N L IS Z T .— Alemania fue siempre poco propicia pa­ ra las teorías de Lombroso quien encontró allí pocos seguidores y (3) V. sobre el contagio social, Tarde. L'opinion et la foule; sobre el problema criminológico. La criminalidad comparada y Filo­ sofía Penal. (4) V. su obra Psicología de las Multitudes. Ella suscitó una larga polémica pues Sighele acusó a Le Bon de plagiario. A decir ver­ dad, el libro de éste fue anterior al de Sighele; pero, antes que ambas, el autor italiano había publicado un articulo en el cual exponía suscintamente muchos de los puntos que Le Bon am­ plió luego. (5) V. Durkheim, El suicidio. — 84 — ' de escasa importancia. Por el contrario, allí echaron fuertes raíces las corrientes sociologistas, sobre todo después de que se divul­ garon las doctrinas maptistas. Dentro de esta línea, el principal representante del sociolo­ gismo alemán en Criminología es von Liszt quien es también uno de los mayores juspenalistas de todos los tiempos. Von Liszt comienza afirmando, como lo hizo Ferri, que el delito es esencialmente un fenómeno de la vida social. Pero, en cuanto a las causas, rechaza la división tripartita del penalista ita­ liano y las distribuye en sólo dos grupos: individuales y sociales, las primeras tienen su centro en la persona, provienen de ella; las segundas se originan en el medio en que se vive. Ambos tipos de causas concurren a determinar el delito. “La observación nos en­ seña que cada delito particular resulta de la cooperación de dos grupos de condiciones: de una parte, de la propia naturaleza indi­ vidual del delincuente; de otra parte, de las condiciones exterio­ res, físicas y sociales, sobre todo económicas, que lo rodean” (6). De manera general, de entre estas causas, tienen mayor im­ portancia las de tipo social - económico. No existen tendencias inna­ tas al delito: depende “de las relaciones exteriores, de los destinos vítales de los hombres en su totalidad, el que la perturbación del equilibrio conduzca al suicidio, a la locura, a graves dolencias nerviosas, a enfermedades somáticas, a un modo de vida errante y aventurero o al delito” ('). Pero si lo anterior es verdad de modo general, en la masa de los delitos, von Liszt cree que el tipo de las causas que han tenido mayor peso en cada caso concreto, no puede ser determinado sino después de un análisis del mismo. Como resultado de sus estudios, von Liszt afirma que en algunos individuos priman las circuns­ tancias del momento, que empujan al delito: son éstos los delin­ cuentes llamados ocasionales. Pero, en otros, la criminalidad tie­ ne su fuente en profundas características individuales, las que con­ dicionan una grave proclividad al delito: son los llamados crimi­ nales por tendencia. Entre éstos, hay que distinguir los corregi­ bles, de los incorregibles. Esta clasificación tiene en mira no sólo las causas del delito sino las medidas que deben adoptarse para combatirlo. 4.— EL SO C IO LO G ISM O ECONOM 1CISTA.— La mayor parte de los autores citados en este capítulo, tomaron en cuenta las condiciones sociales en conjunto. Pero ya en von Liszt se ad­ (6) Von Liszt, Tratada de Derecho Penal, T. II, pp. 10 -11. (7) Von Liszt. cit. por Mezger, Criminología, p. 139. — 85 — vierte particular énfasis en los factores económicos. Tal relieve es aún mayor en los autores inspirados en el socialismo marxista. Para ellos, “la sentencia de Lacassagne: ‘cada sociedad tiene los delincuentes que merece’ se debe leer, de acuerdo con la teoría de Marx, como sigue: ‘Cada sistema de producción (v. gr. el feudal, el capitalista, etc.), tiene los delitos que merece’ " (*). Si bien las concepciones criminológicas de tipo economicista comenzaron a surgir a mediados del siglo XIX, adquirieron re­ lieve como reacción ante el lombrosianismo. Los autores que se citan enseguida, aunque se inspirarán en el marxismo, no se atu­ vieron estrictamente a ¿1. Turati, en su obra II delitto e la questione sociale (1883) atri­ buye mucha importancia a la pooreza, la codicia, la falta de fa­ cilidades materiales (v. gr., la vivienda). Otro oponente a Lombro! j fue Napoleón Colajanni quien insistió en las estrechas relaciones entre el delito y la mala orga­ nización económica. Esas relaciones se muestran especialmente en los estados sociales anormales, como la crisis, o en la aparición de instituciones antisociales, como la prostitución; o en la deforma­ ción del carácter personal a través de influencias psíquicas que provienen de la pobreza o de la riqueza excesivas. Quien ha estructurado una teoría más coherente, ya en este siglo, es el criminòlogo holandés Bonger quien afirma que el mo­ derno incremento de la criminalidad se debe esencialmente a m i ­ sas económicas. Según él, el hombre posee instintos egoístas y al­ truistas; unos se manifiestan más que otros de acuerdo a las opor­ tunidad e impulsos del medio ambiente. Si éste favorece el mayor desarrollo, el predominio de los instintos egoístas, no podrá menos que favorecer simultáneamente el incremento del delito. Eso es lo que hoy ocurre como consecuencia de las contraposiciones creadas por el sistema capitalista, en el cual el bienestar de uno resulta de los perjuicios ocasionados a los demás, en un medio favorable al cultivo del egoísmo. Tales contraposiciones son: a) Entre productores y consumidores; los primeros buscan im­ poner precios lo más altos posibles; los segundos desean comprar a los precios más bajos posibles. b) Entre productores; cada uno combate contra sus competi­ dores a los que trata de eliminar del mercado. c) Entre capitalistas y trabajadores; los primeros buscan au­ mentar sus ganancias disminuyendo los salarios; los segundos lu­ chan continuamente porque sus remuneraciones sean aumentadas. (8) Bonger, eb. d t. p. 14ft — 86 — d) Entre obreros, especialmente en tiempos de desocupación, cuando existen varios postulantes para el mismo puesto. Pero no se trata sólo de lo anterior. Bonger analiza varias otras causas favorables al delito. Por ejemplo, los niños se ven obliga­ dos a trabajar prematuramente; abandonan el hogar y escapan a su control, dejan sus estudios y concluyen en ambientes nocivos, desde el punto de vista moral, para el desarrollo infantil y juvenil, también las mujeres abandonan el hogar; aparecen, en los extre­ mos de la escala económica, dos grupos parasitarios que viven a expensas del resto de la sociedad: los excesivamente ricos y, por otro lado, los vagos y mendigos (*). Es sumamente difícil conseguir datos e informes sobre la cri­ minalidad y la Criminología en los regímenes comunistas. En 1966, apareció el primer tratado ruso de Criminología con autorización oficial. En 1967 sucedió lo mismo con el primer tratado publica­ do en la República Democrática Alemana (,0). En ambos, se sos­ tiene que el delito es consecuencia de la organización burguesa; si persiste en las naciones comunistas actuales es porque quedan todavía remanentes del capitalismo burgués o hay desviacionismu ideológico o contagios de falsos modelos; “después de la realiza­ ción perfecta del socialismo, no habrá criminalidad, en contraste con la suposición de criminólogos burgueses que aceptan la cri­ minalidad como eterna en la sociedad” (n). Los métodos son los propios del materialismo histórico y la dialéctica. Las causas del delito son esencialmente sociales sin que se dé importancia a los factores individuales. Por eso, la obra ru­ sa dicí: “ Mientras,que la Criminología burguesa concentra su aten­ ción efi la personalidad delincuente con lo que,en la mayetía de los casos, deja a un lado las cuestiones relacionadas con las verda deras causas en la sociedad burguesa, o también, si se trata de las causas de la criminalidad, las analiza desligadas de la forma de ser del capitalismo como orden social, la Criminología soviética investiga la criminalidad como . . .un fenómeno social” (12). 5.— LOS NORTEAM ERICAN O S.- SU TH ERLAN D Y MER­ T O N .— La mayor importancia reconocida a los factores sociales sobre los individuales, en los procesos delictivos, es ^común entre los criminólogos norteamericanos; las excepciones son pocas. No siempre se han producido teorías bien estructuradas para sostener una posición sociologista. pero ésta se puede inferir fácilmente (9) Resúmenes de. estas teorías, en Taft, Criminology, pp. 130- 133, y en Reckless, Criminal Behavior, pp. 168 - 170. (10) Para esto y lo que sigue, v. Goeppinger, Criminologia, pp. 36 - 36. (11) Id. id., p. 38. U2) Cit. en id. Id., p. 37. . . . S7 — revisando las obras, los temas que ellas tratan y la actitud cun que se encaran las diversas causas del delito. Por ejemplo, Clifford Shaw analizó las áreas de delincuen­ cia o zonas donde se comete mayor cantidad de delitos, cuya cau­ sa se encuentra sobre todo en el medio ambiente. Bames y Teeters muestran la fundamental importancia que tienen la familia, la vecindad, la organización económica y sobre todo la naturaleza de la sociedad estadounidense actual como cau­ sas determinantes de especiales tipos delictivos. Asuman una po­ sición sumamente crítica ante las causas individuales. La obra de Tannenbaum contiene un despiadado y complete estudio sobre la forma en que la política estadounidense rcpeicute en ciertos tipos de delitos, como los resultantes de la existencia de caudillos políticos corrompidos y corruptores, de bandas cri­ minales y de funcionarios públicos inmorales ('*). Consideración especial merecen las doctrinas de Sur herían^ seguidas por su discípulo Cressey, y de Robert Merton. Sutherland considera que la causa principal del delito se ha­ lla en la desorganización social y en los conflictos que dt ella re­ sultan. Aparecen modelos de conducta criminal que son seguidla por las personas que tienen una particular receptividad para ellos. A su vez, esa receptividad se halla determinad? por otros agentes sociales como la familia, la educación escolar, las influencias de la vecindad, etc. Dentro de esta concepción adquieren particular relieve las organizaciones y prácticas criminales que existen en una sociedad. El criminal, de algún modo, se asocia a laiei- ten­ dencias antisociales y así comete su delito porque se pone en con­ diciones que son distintas a aquellas en que se encuentra Id peisona honesta. De ahí que la teoría haya sido denaminacl.i de la asociación diferencial. Sutherland da importancia a loj factores psíquicos (H), pero en la determinación de los mismos funda­ mental la sociedad de modo que son las influencias de ésta las que sirven para explicar la conducta delictiva. La tendencia profunda de esta teoría se-destaca más si se tiene en cuenta la forma crítica en que encara, por ejemplo, los factores hereditarios y otros de tipo biológico O . (13) Esta tendencia general de la Criminología en Estados Unidos depende, en buena medida, de los campos de que provienen los autores principales. Taft, Teeters. Sutherland, Barnes, Cantor, Gillln, son profesores de Sociología; Tennenbaum, especialista en historia. La Criminología es generalmente admitida como cien­ cia social. (14) Por eso. Goeppinger —Criminología, p. 48— coloca la tesis de Sutherland entre los "enfoques de orientación primordialmen te social • psicológica". (15) V. Sutherland y Cressey, Principles of Criminology, pp. 74 - 95. 88 — Como todas las anteriores, esta concepción tiene el defecto Jo considerar el factor individual, por ejemplo en lo que toca a ta predisposición implícita en la elección de una situación social de entre las varías que optativamente ofrece el grupo en que se vive. Parece indudable que tal predisposición tiene por lo menos una de sus bases en la herencia y en los caracteres biológicos. Robert Merton es uno de los más notables representantes de las teorías que hablan de la anomia como causa del delito. La cam­ biante situación social hace cada vez más difícil que los individúe s se adapten a las normas del grupo. Esas normas o ideales de con­ ducta — incluyendo las normas penales— son propios de cada so­ ciedad; pero la estructura de la sociedad no brinda los caminos, los medios y las oportunidades para llegar a tales ideales. Actualmen­ te, se advierte una ruptura entre las normas o ideales y la estruc­ tura social. Del choque pueden resultar, en los individuos, distin­ tos tipos de reacción. Ellos son; Conformidad que es la más común y que garantim la conti­ nuidad de la sociedad. Innovación; en general, se aceptan las normas sociales, pero para realizarlas se utilizan medios novedosos y frecuentemente con­ trarios a otras normas sociales; por ejemplo, se emplean recursos ilegales o inmorales para conseguir éxito económico. Ritualismo. “Implica el abandono o la reducción de los altos objetivos culturales del gran éxito pecuniario y de la rápida mo vilidad social a la medida en que pueda uno satisfacer sus aspira­ ciones” (16). Esta actitud resignada no ueja de tener sus peligros. Retraimiento de quienes viven en la sociedad, pero no con ella pues no se integran a ella. Esta actitud se halla entre “los psicóticos, los egotistas, los proscritos, los errabundos, los vagabundos, los vagos, los borrachos crónicos y los drogadictos” (17). Rebelión, es decir, conflicto con las normas vigentes y deseo de sustituirlas porque son inaceptables. Para Merton, la presente situación social es sumamente fa­ vorable a estos conflictos que, entre sus formas de manifestación, tienen ?a que nos interesa: el delito. Las descripciones de Merton corresponden en buena medida a defectos de la sociedad estadounidense y, más en general, de las sociedades industrializadas, pero dejan de lado condiciones posi­ tivas y no consideran — pero no porque el autor las haya desco­ nocido, sino por el tema que enfoca— las causas individuales (16). 110 (16) Merton, Teoría y estructura sociales, p. 159. (17) Id. Id., p. 162. (18) Para la teoria de la anomia, v. la obra citada, especialmente pp. 131 - 201. — 89 — CAPITULO IV LAS TENDENCIAS ECLECTICAS 1.— EL ECLECTICISM O .— Las teorías, extremas contra­ puestas siempre causan tentativas de mediación. Si ellas se limi­ tan a acumular los datos preexistentes de toda procedencia, el re­ sultado es un producto informe y contradictorio que nada nuevo aporta como no sea mayor confusión. Pero, a veces, el eclecticismo se basa en posiciones de principio que consiguen integrar en una concepción unitaria las opiniones, al parecer irreductibles, de los extremos en pugna. Tal el caso de Ferri, dentro de la escuela po­ sitiva y, con mayor razón, los de autores tan prototípicos como Gxner, Mezger y Gemelli cuyas teorías, si bien tienen decenios, constituyen, a nuestro modo de ver, una base sólida para edificar una concepción comprensiva sobre las causas del delito. Hemos de usar el nombre común de eclécticos para englobar a quienes, d e numera general, no admiten el predominio de nin­ gún tipo especial de causa, lo que no excluye que t^l predominio sea reconocido en ciertos casos individuales. Por esto, el eclecti­ cismo permite distinciones entre tipos de delincuentes. Esta posición es la única que corresponde a las necesidades de ia teoría y de la práctica. De la teoría,-porque es imprescindible integrar la variedad de factores que llevan al delito, en algo de cómún, en vista de que las concepciones unilaterales han mostra­ do su instficiencia. De la práctica, porque si partimos de tales po­ siciones unilaterales resulta imposible aplicar con eficacia las san­ ciones 9 los criminales concretos y realizar una buena Política Cri­ minal. Lo que ahora se pide, que la sanción se adecúe a la perso- — 91 nalidad del delincuente, resulta imposible de cumplir si no se re­ conoce en tal personalidad algo irreductible y propio, que no se infiere de las generalizaciones de las teorías unilaterales; sólo un racional eclecticismo permite hacer ciencia —hallar algo general-y, al mismo tiempo, salvar la individualidad de cada delincuente. La base de estas teorías tiene que ser una Psicología com­ prensiva y una concepción del hombre que lo tome como una te talidad de cuerpo y espíritu y que vive en sociedad. 2.— MEZGER.— En la historia de la Criminología, se han presentado tendencias unilaterales que pretendieron explicar poi cierto factor —más o menos simple o complejo— toda la crimina­ lidad. Porque se detenían en lo general — la herencia, la sociedad la familia, etc.— y pretendían explicar lo individual sólo por lo ge­ neral, perdían de vista que hay aspecto individuales irreductibij? a lo general. “El acto delictivo es una vivencia individual que surge de una situación concreta y que genera efectos asimismo en absoluto concretos, algo fatal en el juego de las fuerzas del todo, aigo his­ tórico en el sentido metódico. Y lo mismo que al acto delictivo, el delincuente, el autor del acto, es una personalidad individual, singular, que nunca se repite” ('). Esto no quiere decir que Mezger deje de lado las generaliza­ ciones pues entonces no habría ciencia. Se limita a señalar que lo general no basta pues siempre habrá que tener en cuenta el mo­ mento configurador propio de cada delito y de cada delincuente. En ottas palabras, no se trata simplemente de hacer ciencia natu­ ral, de generalizar sino también de comprender el caso concreto. Ese comprender sólo puede alcanzarse mediante una Psicología de tipo dinámico. Los procesos que llevan al delito son los siguientes: a) Dinámica de la disposición ,— El termino "disposición" no es unívoco pues sirve para designar tres tipos de inclinación a obrar más en un sentido que en otro: 1) Disposición heredada ; proviene de los padres y queda fijada en el momento de la con­ cepción; es la base inicial de las demás disposiciones, a las que condiciona. 2) Disposición innata o congènita que es la que el in­ dividuo tiene al nacer; ya implica variaciones causadas por el me­ dio ambiente intrauterino, sobre todo a través de procesos tóxicos e infecciosos, golpes, emociones violentas, etc., sufridos por la ma­ dre; esta disposición ya es, en parte, adquirida del medio. 3) Dis­ posición aclaal. a la que Mezger denomina también personalidad: (1) Mezger, Criminología, p. 248. — 92 — f "es aquella disposición que, sobre la base de la disposición here­ dada, encierra en sí iodos los influjos y efectos que, hasta aquel momento, han alterado y modificado, en buen o mal sentido. 1& disposición heredada e innata. Representa la totalidad de los fac­ tores vitales endógenos en ese determinado momento” (:). Por tan to, la disposición existente en el momento de cometerse un delito es ya resultado de la mutua influencia entve lo heredado y lo am­ biental. El estudio de la disposición permite encontrar las potencias hereditarias de repercusión fenotípica. De entre tales potencias, siempre variadas, surge la realidad actual, la conducta, entre cu­ yas formas está el delito. La criminalidad latente, sólo potencial, no es criminalidad actual o real. La primera es muy común pues no hay criminal nato que sólo él tenga proclividad al delito; to­ dos nos inclinamos a éste con mayor o menor intensidad. El gran problema resulta de que. mientras en unos la criminalidad se que­ da como potencial, en otros se manifiesta. Pero no es ése el problema único. También hay que tener en cuenta que nuestras inclinaciones no son simples; suelen ser re­ sultado de contrapuestas fuerzas internas, como lo han compro­ bado la Biotipología de Kretschmer, la Genética y la Psicología individual de Adler. Cada uno es resultado de la dinámica de fuerzas que cooperan o se contraponen. Nuestra personalidad es resultado de un compromiso continuamente cambiante. Eso ocu­ rre en cada momento; pero la dinámica incesante se muestra tam­ bién a lo largo de ?a vida. Por tanto, no basta que exista tal o cual rasgo interno aislado que disponga a la criminalidad: ésta resulta Je la*; disposiciones particulares, que pueden anularse, sumarse o potenciarse cuando integran .una totalidad. “Fstas consideraciones muestran lo necesario y fructífero de la captación dinámica del problema de la disposición y, a la vez, lo insuficiente de la consideración usual. En última instancia, los factores endógenos y exógenos del delito, no se pueden separar de modo absoluio. Pues los fací ores endógenos (potencias), en su eficacia criminal fenotípica. que es la única que importa aquí, son a la vez dependientes de los factores exógenos ff están coin­ fluenciados por ellos. Una eficacia recíproca extraordinariamente complicada de la disposición interna y de los factores externos del mundo circundante se desarrolla ante nuestros ojos y pone de ma­ nifiesto que los influjos exteriores no solamente son factores in­ dependientes condicionantes, sino, a la vez. factores del suceder (2) Id. id., p. 251; subrayad^ en el original. — 93 — i provocación al medio. de una determinada situación del mundo circundante sino el influjo actual que ha ejercido un de­ terminado ‘medio’ y por el que éste ha llegado a ser causal para d delito perpetrado” (''). Los factores sociales tienen capacidad para influir en el hecho delictivo. co­ rrientemente extraída de estadísticas. pero no que influye siempre. pero ya enca­ rado conforme a la disposición personal. p. No se puede hablar del medio sin considerar. No es posible (3) Id. c) Dinámica de la cooperación tíe disposición y m edio. Lo que cabe afirmar es que tal o cual hecho puede influir más que otro. ésta resulta del ambiente general. por ejem­ plo. la personalidad que en él se halla. subrayado en el original. pero no sufi­ ciente para comprender UN delito determinado. Por eso. “Pues lo que atrae la atención del psicólogo criminalista en la comisión del delito no es la existencia sólo potencial. 262. al mismo tiempo. p.. En ese proceso actual de influencia. — La práctica. Tanlo más si ésta busca un me­ dio que le es adecuado. demuestra *que las influencias ambientales tienen papel importante en la causación del delito. la influencia no se advierte en el ciento por ciento de los casos: hay quienes caen en el delito y otros que no. Disposición y medio son sólo potencias que no se actualizan sino después de múltiples influencias recíprocas. que la familia deshecha conduce a la criminalidad con mayor frecuencia que la familia estable y bien organizada. exagerada a veces por la teoría. subrayado en el original. al extremo de haberse hablado de un. los factores extemos no moldean ai individuo como el escultor a la arcilla sino que \a propia personalidad influida opera activamente.. id. Las estadísticas muestran. (4) Id. 263.— La concepción acerca de los factores internos y externos varía según se los considere dinámicamente o conforme a tradicionales moldes mecanicistas. Pero tal comprobación. Lo mismo ocurre con otros factores sociales. Estamos ya predispuestos a ser influidos por ciertos ambientes y a rechazar a otros. deber ser tomado como la materia prima de que se extrae la si­ tuación personal. — 94 — . pero tal po­ tencia no siempre se convierte en realidad. descomponentes de la dis[JOSiclÓ’l" C). no es suficiente para com­ prender los casos concretos. ' b) Dinámica del m edio. el medio ambiente. Por eso —dice Mez­ ger— el estudio de las causas sociales es necesario. Sin embargo. sea al aceptar sea al rechazar las oportunidades c incitativas provenientes del medio.am'hrco y de su configuración criminal. pese a encontrarse en iguales circuns­ tancias. considerado de manera general. Id. Habrá que tomar en cuenta también el hecho. id. de dónde proceden los factores más importantes aunque sin la pretensión de señala^ porcentajes ma­ temáticos en la participación. huye de todo esque­ matismo. Una visión puramente naturalística es insuficiente. por otro. Pero la última visión ha de ser imprescindiblemente dinámica y unitaria. podemos clasificar a los delincuentes en disposicionales o por tendencia y en ocasionales. fácilmente comprobable.— EXNER . y su estado de motivación es funda­ mentalmente distinto en relación con un hombre que hace algo logía (5) Exner. Ante éste. el criminòlogo no' debe contentarse con explicar sino también debe comprender pa­ ra lo cual se requiere “ la aprehensión del sentido interior de la cosa” (6).— Según esle autor. (6) Id. Biología Criminal. El punto de partida es siempre la personalidad pues ella es­ tablece la actitud con que el medio es encarado. la Criminología —o Bio­ Criminal. describir el fenómeno delictivo. 29. por un lado. Pero el que se busquen regu­ laridades no hace que el estudio del delito sea de exclusiva incum­ bencia de las ciencias naturales ya que el concepto de aquél es d elim ita d o . Por eso. por tanto. 3. como se ve. indu­ cir conceptos generales acerca de sus causas. Esta concepción dinámica. de que solemos ser muy resistentes a algunas influencias y débiles ante otras. — 95 — . por cuyo lado to­ ca también a las ciencias del espíritu. sepún la llamaba primitivamente— tiene por ob­ jeto. Dado el caso concreto y mediante análisis detenido de la actuación de disposición v medio. Hs más humana y. Eso es necesario y lo hacen todos los libros de Criminología pues la etapa analítica es indis­ pensable. I’or eso. sólo se puede comprender esta ‘maldad’ a través de los motivos fundamentales que le han inducido a ac­ tuar de esta manera. se halla más cerca del sano sentido común. hay que tomar en cuenta siempre los elementos vaiorati vos. p. lábiles. grosso modo..sostener una separación neta entre ambos grupos de factores pues coactúan siempre.por una norma jurídica valorativa. 15 y 18. es po­ sible determinar. pp. según predomine la personalidad o el ambiente actual en la de­ terminación del delito. hay quienes son m uy independientes (autistas) mientras otros se adap­ tan blandamente (inestables. independientemente de la meta propia que el persiga con su actuación. una mera acumulación de datos (’). Eso no implica que no debamos estudiar separadamente los integrantes de disposición y medio. ctc. N o busca. Aún más. pese a su profundidad.). “ Si el de­ lincuente actúa ‘mal’. el mundo circundante natural y. En cuanto al mundo circundante. 31. 49.0). Id. “Nuestro mundo circundante es so­ lamente el mundo exterior en cuanto él nos circundan a nosotros y con nosotros se relaciona de una manera directa o indirecta” (’). id. Puede pensarse en la similitud de actos y re­ sultados naturales y en la diferente valoración cuando mata un ase­ sino para robar o un verdugo en cumplimiento de una sentencia. Id. Estos factores no son independientes entre sf sino que actúan conjuntamente. De ellos provienen influencias corporales —provocadas por los objetos materiales— e influencias espiritua­ les —como las ideas contenidas en un libro.. descripciones y comprensiones biológico criminales se mueven entre dos polos: disposición y mundo cir­ cundante’’ (s). De ahí la necesidad de distin­ guir entre genotipo y fenotipo. Son las circunstancias exteriores las que provocan la mani­ festación o desviación de las potencialidades hereditarias o las dejan en estado de mera latencia. subrayado en el original. se interaccionan y condicionan mutuamente. w. Este mundo circundante se halla determinado en buena medida por lo que cada hombre es.. “To­ das las consideraciones. — 96 — . por otro. En la base de la disposición está la herencia. es aquel que se halla en relación con cierto individuo. id. antes de llegar al medio externo propiamente dicho. p. psíquicas de un hombre. De la coactuación entre disposición y mundo circundante re­ sulta la personalidad “comprendida como una totalidad de cuali­ dades espirituales. Id. Ambas influencias coactúan inseparablemente en todo individuo.. es posible comprobar que el delito proviene tanto de factores individuales como ambientales. p. Con estas advertencias. Tales potencialidades tampoco son independientes entre sí sino que se influyen mutuamente. p.que exteriormente es lo mismo. las cuales lo caracte­ rizan en un determinado tiempo” (. (8) (9) (l(1> la. Id. p. para un ciego carecen de im­ portancia las vibraciones luminosas. Por eso. la que contiene una serie de potencialidades que pueden o no convertirse en rea­ lidades. Sólo una Psicología comprensiva permite tomar en cuenta todos estos elementos. No hay que confundir mundo ex­ terno con mundo circundante. 57. pero que vale como ‘bueno’ o co­ mo indiferente” (7). 41. Nuestro ambiente compren­ de. el mun­ do circundante social. por un lado. id. No se trata tampoco sólo de lo hereditario: hay que conside­ rar asimismo las alteraciones que el individuo sufre ya en el seno materno.. inclusive los delitos.: La personalità del delinquente. (12) V. La clave de la solución se encuentra en el estudio del hom­ bre concreto. o con las alteraciones de d etalle aportadas por sus discípulos. debe ser explicado como resultante ds factores individuales y ambientales. Uno de los grandes méritos d e Exner es el de la sistematiza­ ción de In Criminología en partes bien distribuidas conforme a la teoría qite h em os resumido. p. id. con cuyo' estudio se cierra el libro de Exner.— Fray Agustín Gemelli ha representado en Italia las corrientes más m od ernas del pensamiento criminológico. G em elli fue considerado como agudo adversario de las teorías de Lombroso las que. p.. pp. el liaber iniciado el estudio del delincuente y señalado !a importancia que el conocimiento de este tiene para las ciencia: penales: pero Lombroso y sus discípulos concluyeron por crear del criminal una imagen tan abstracta y general como la del De­ recho Renal clásico aun q u e construida con métodos opuestos (IJ). Esta clasificación sirve de base i?l diagnóstico y al pronóstico criminales. un ser sui generis (11) Sobre este tema.Toda conducta depende de esa personalidad. sobre todo si existen ejemplos con cretos que apuntan en dirección contraria (1J). es posible distinguir los de­ lincuentes en que prima lo individual —^delincuentes de estado o por tendencia— de los delincuentes en que prima lo ambiental —delincuentes ocasionales— . id. v. antes de ingresar a la vida re­ ligiosa.— GEMLLLI. todo acto. 3 y 4. 62. A este error no escaparon otras tentativas de renovar el pensa­ miento lombrosiano. inclusive patológicos. Pero no hay por qué creer que esos factores operan de modo fatal. 4. " La vida psíquica 110 es un agregado a la vida or­ gánica o separable de ella. — 97 — . por sí mismas. sino que es ilegitima toda generalización basada en pocos casos. Constituye éste una unidad indestructible en la que no se puede comprobar nunca la influencia independiente de tal o cual factor. el hombre es un todo. Pese a la coactuación señalada. 75. No es que no existan delincuentes en quienes predominan los factores individuales. sin duda existe un mar* gen de libertad frente a ellos (ll). Por eso.. id. el hombre no es un cuerpo más un alma o algo semejante. Ya a c o m ien zo s de este siglo. G em elli reconoce c o m o mérito de'la escuela antro­ pológica. etc. (13) Id. eran las que predomina­ ban en Italia. Hay dos afirmaciones de Gemmeli que son erróneas y que provienen de su tendencia a permanecer exageradamente apega­ do a los casos concretos que son fuente. Precisamente el fenómeno de la percep­ ción sirve para demostrar. en líneas ge­ nerales. cuya personalidad se ha tratado previamente de reconstituir. por ejemplo. Cuando no se reconocen estas verdades. Si la personalidad condi­ ciona al ambiente. Id.. para encuadrar en ella la acción delictiva” (15). la que nos llevará a "deter­ minar el mecanismo del acto delictivo” (. Por lo demás. Per­ sona y ambiente se condicionan recíprocamente y de la totalidad resultante surge la conducta delictiva. el delito sólo puede ser explicado y comprendido por medio del estudio de la psique del criminal. cuando percibe una cosa. como él. que sea captado por la persona. pero no punto de llegada de un conocimiento científico pues éste tiene que generalizar de alguna manera.que tiene una vida orgánica y una vida psíquica irreductibles la una a la otra* (M). 35. la continui­ dad que existe entre la vida orgánica y la psíquica así como la preexistencia de totalidades psíquicas en relación con los elemen­ tos atomizados. Id. — 98 — . éste no puede convertirse en factor del delito a menos que se interiorice. p. Es activo inclusive cuando recibe. los elementos constitutivos de la situación que lleva al delito no se combinan mecánica sino dinámicamente. De allí se concluye qué la “concepción dinámica permite anular la contraposición que existía entre las viejas concepciones biológica y psicológica del delito" (17). que es la causa inmediata del acto investigado. la Sociología y la Psicología (individual y colectiva). subrayado en el original. En realidad. p. El estudio de este hombre completo muestra que no hay ras­ gos antropológicos propios del criminal. Tal reconstrucción se hará con auxilio de la Biología.. Muestra también que. Id. no se pueden hacer las exageradas afirmaciones en que se deleitaron los sociologistas. se cometen los erro­ res en que concluyeron Lombroso y quienes piensan. p. 15. Ella nos muestra que el hombre es activo en sus relaciones con el mundo. id.. inclusive mejor que otros. La primera es la tocante a la imposibilidad de (14) (15) (16) (17) Id. id. en fin de cuentas. Será la Psicología. El núcleo de la inves­ tigación está constituido “ por este individuo. aun­ que existen influencias ambientales que empujan al delito. 35. id. 232. p. que no son fruto sino de una abstracción poste­ rior.. Id.é). que nunca es tan grande como la supuesta por el criminòlogo italiano (I9). Buenas exposiciones sobre la situación actual. 1973. Podemos concluir esta parte. En las pp. La segunda toca a la insistencia en la aplicación inme­ diata de lp Criminología a la práctica. 8a. haciendo notar que la mayo­ ría de las teorías actuales se mueven alrededor del eclecticismo y de la función que la Criminología debe cumplir en la sociedad. pero cabcn. ahora. 13 y 232. admiti­ da en varias partes de su libro. Vold.. compiti e Ilmlti della Psicología netlo studio e nella preven done delta delinqnenu.252. dentro de cierta relatividad. pp. Lu mayor parte de los puntos fundamentales que ellas sostienen serán encarados en los capítulos pertinentes de la Criminología sistemática y de la aplicada (:o). The problem of delinquency. dirigida por Shetdon Glueck. (19) Fuera de la obra de que aqui hemos tratado. se hallan ausentes. 1976. De ahí el surgimiento de la denominada Criminología Clínica y de la Defensa Social.clasificar a las delincuentes. la segunda. por lo demás. especialmente las pp. Entre ellas. Pueden verse. la exposición de las teorías principales.322. l'rueba contra estas posiciones extremas son los estudios realizados por el propio Gemelli que demuestran la inexistencia de una libertad absoluta. un análisis de las obras de Criminología que se han publicado en los últimos tiempos. de ahí el contenido de muchos textos de Criminología y la tendencia a no detenerse mucho en las implicaciones teóricas. ocupan en los textos menos páginas y. id. Los criminólogos primitivos tendían inmedia­ tamente a ellas. Gemelli tiene otra de alto valor llamada Metodi. pp. V. ci­ temos dos. a veces. 20-42 y 214 . 08) Id. 153 . en la Criminolo­ gía de López Rey. (20) Si comparamos la Criminología actual con la de los primeros tiempos. muchas de las nuevas concepcio­ nes no traen nada de esencialmente novedoso respecto a las an­ teriores. asimismo. impresión. resaltan enseguida varias diferencias. Theoretical Criminology. 13 a 89. en las pp.. a la imprevisibilidad del delito O8). desde luego. 28 • 29. 90 a 215. La primera es precisamente la de la escasez relativa de nuevas teorías. Anuario del Instituto de Ciencias Penales y Criminológicas de la Universidad Central de Venezuela Ñ? 5. — 99 — . pp. No se pretende alcanzar. una clasificación tan exacta como las de la zoología o una previsión como las de la as­ tronomia. . Tercera Parte CRIMINOLOGIA SISTEMATICA Sección Primera B iología Criminal . . para otros. que encontraron en el ambiente sólo la oportunidad para manifestarse? ¿O' será el medio ambiente. la herencia ya no. si bien condicionado. Pero esta afirmación no disminuye la dificultad para responder a las dos preguntas anteriores. Pongamos el caso de um individuo que es débil mental por herencia.— HERENCIA Y A M B IE N T E . si comete un delito. . pero no es ése el problema central sino el de si ellos pesan. en términos generales. Ha transcurrido cerca de un siglo des­ de que estas posiciones extremas fueron asumidas y no podemos decir que hayan sido definitivamente superadas. en la determinación del delito. este ya tiene una personalidad hecha en — 103 — . pero sólo condicionado.CAPITULO I LA HERENCIA 1.eran los facto­ res prevalentes en la causación del delito. ese carácter corresponde a lo ambiental —como ocurrió con la escuela de Lacassagne— . No se puede discutir la importaacia cíe los factores heredita­ rios. Mientras para algu­ nos —como Lombroso— es fúndame nial la herencia. ¿Será la debilidad mental ligada a otro» caracteres igualmente hereditarios. por los rasgos heredi­ tarios que implican una especial receptividad y capacidad de reac­ ción frente a los estímulos exteriores? Es indiscutible que. pone en situación de superioridad o inferioridad en relación con los demás. Cuando iniciamos el es­ tudio de un delincuente. podremos preguntarnos cuál es la fuerza principal que lo llevó a tal conducta. más que los factores externos o si no alcanzan sino a limitar el campo deniro del cual tales factores externos tendrán posibilidad de actuar. se ha discutido acerca de cuáles. — Desde el nacimiento de la Criminología. el nuevo ser es hom*ocigoto. en ¿1 segundo. Lo hereditario queda fijado en el momento de la concepción. podemos afirmar que es imposible que un ser sea hom*ocigoto en todos sus caracteres. Este ya tiene. poseemos. En el primer caso. es un híbrido o heterocigoto. median corrientemente nueve meses. El huevo o cigoto que se forma apenas producida la fecundación y del cual resulta el nuevo ser. A medida que el nuevo ser se desarrolla. al manifestarse. aunque sea sólo en potencia. Para la práctica. la tendencia a un color distinto. se convertirán en fenotipo? ¿Llegarán a fundirse y combinarle para dar un resultado intermedio? Las resouestas pueden adelan­ tarse parcialmente tomando en cuenta las leyes mendelianas so­ bre predominio y recesividad aunque hay razones para pensar que tales leyes no son tan rígidas en el hombre como en otros seres vivos inferiores. Lo anterior nos lleva a distinguir entre caracteres heredita­ rios y caracteres congénitos. desde entonces hasta el nacimiento. el individuo está constituido por una mezcla de ca­ racteres hereditarios y adquiridos. contiene rasgos complejos y tendencias contra­ dictorias. se toman parte del fe­ notipo. Por ejem­ plo. del otro. a veces confundidos inclusive por personas relativamente cultas que suelen hablar de la transmisión hereditaria de la sífilis o de la tuberculosis. pero. El genotipo queda definitivamente fijado en el momento de la concepción. en rela­ ción con el carácter anotado. es posible que el nuevo ser herede de sus padres la tendencia al color verde de los ojos o que de uno reciba esa tendencia y. rasgos dife­ rentes y hasta contradictorios desde el primer momento de nues­ tra vida. serán mostrados. actualiza las poten­ cias genotípicas las que. Esos caracteres pueden ser iguales o no. fenotipo es el conjunto de caracteres que mostramos en detenninado momento. El genotipo es el conjunto de caracteres recibidos por herencia. está lejos de ser algo simple. Durante ese lapso. que es imposible separar para establecer la im­ portancia de unos en relación con los otros.cuya formación han intervenido tactores de distinta procedencia. los caracteres posteriormente incorporados al indi­ viduo son ya adquiridos. Eso nos lleva a la necesidad de distinguir para evitar confu­ siones. La Genética distingue el genotipo del fenotipo. cada uno de los cuales aporta el cincuenta por ciento del total. es nuestra apariencia actual. El cigoto está integrado por caracteres recibidos del pa­ dre y de la madre. sin embargo. rasgos adquiridos del ambien­ te. interdependientes. el embrión y el feto tienen ya un — 104 — . ¿Cuáles de esos caracteres se manifestarán. Al nacer. son muchos más difíciles las afirmaciones.105 — .— LA HERENCIA EN EL HOMBRE . No es que el hombre. no todo rasgo propio del recién nacido puede atri­ buirse a causas hereditarias. a cuyas influencias se halla i sometidos. No caben. respuestas tan terminantes como las que se refieren a seres vivos inferiores. 2. cuando del hombre se trata. Por tanto. como la tuberculosis y la sífilis.medio ambiente. etc. de temperamento plácido o explosivo. el seno materno. el nuevo ser nacerá en condiciones inferiores a aquellas en que se encontraría si mostrara simplemente los caracteres heredi­ tarios. Entre las causas dañinas se hallan los golpes que pueden afectar al ser en gestación si bien éste se halla bien protegido y no cualquier golpe lo perjudica. medicamentos. por observación directa. en este caso. pero el problema está en determinar si ellas son tan fatales como en otros seres. los caracteres que ellas portan. El análisis de las células germinales o gametos no aclara ¡os problemas genéticos que nos interesan ya que es imposible esta­ blecer. los proce­ sos tóxicos de la madre.— Podemos pregun­ tamos sobre los métodos utilizables para determinar la influen­ cia hereditaria en el hombre. controladas y verificadas en seres distintos al hombre. para bien o para mal. en ambos ca­ sos. Es nece­ sario esperar las manifestaciones externas para inferir los rasgos hereditarios. sería necesario poder manipular el material humano con tanta libertad y seguridad como ocurre con otros se­ res . Las comprobaciones se hacen en experimentos de laboratorio que han sido muy perfec­ cionados. Así se han inducido las leyes de la herencia biológica. ser biológico al fin y al cabo. Esas manifestaciones pueden ser aceptablemente. Tales influencias están lejos de carecer. los traumas psíquicos de la madre resultante de fuertes emociones o estados de tensión. las potencias genotípicas. Tienen importan­ cia los casos en que las buenas disposiciones hereditarias han sido dañadas o han empeorado las disposiciones malas.. Las dificultades que ofrece este estudio experimental en el hombre son particularmente cuatro. inclusive algunas de alcance limitado. quede fuera de las leyes generales de la Genética. . las enfer­ medades infecciosas. Para hacerlas con rigor científico.de significación des­ de el punto de vista criminológico pues pueden haber desviado. como los derivados del uso de alcohol. estupefacientes. Pero. ningún biólogo podrá decimos si el futuro ser es potencialmente flaco o robusto. sería imposible fiarse mucho de las conclusiones inferibles que.a) El largo tiempo que va de generación a generación. 74 . íyielen darse espontáneamente situaciones que se acercan a él y. los psíquicos y temperamentales. Cousifio Maclver: Herencia biológica y derecho. Jennings. Así co­ (1) V. Pero estos hechos no pueden ser tomados cómo decisivos en Criminológía a la que le interesan. Criíñinólogos y biólogos están de acuerdo en que tales condiciones fayorables se dan en el caso de las familias criminales y de los mellizos. Por otro lado. Pero. clt. Por eso. pp. sobre los cuales faltan datos seguros (2). Si el experimento como tal es imposible en nuestra ciencia. ar­ ticulo dé Jennings titulado Las leyes de herencia y nuestro ac­ taal conocimiento de la genética humana en el aspecto material. ambos. Las mez­ clas se atenían a las leyes de Mendel en sus resultados. en tales condiciones. d) Para comprobar las leyes de Mendel se recurre a cruces entre personas de la misma estirpe aunque de distintas generacio­ nes. Cousifio Maclver. pp. En números peque­ ños. art. pueden conside­ rarse hom*ocigotos en relación con algunos caracteres. razones morales impedirían cru­ zarlos por mero interés científico. de las leyes de Mendel en los hombres. . (2) V. las proporciones establecidas en las leyes mei'delianas no se encuentran en cada grupo pequeño sino que son promedios extraídos de muchos experimentos. pueden ser gravemente afectadas. lo que es moralmente imposible en la especie humana ('). — 106 — . En el mejor de los casos. ofrecen facilidades para la investigación.93. eso ha ocurrido con los cruzamientos entre inmigrantes blancos y nativos negros en Afri­ ca. 3. hay enorme dificultad para determinar cuál es la importancia de la herencia en la causación del delito. se si­ gue por generaciones a estirpes entre cuyos integrantes se presen­ ta alto porcentaje de conductas criminales y antisociales. Aspectos científicos del problema racial. 76 . Cada familia tiene pocos hijos. aunque se encontraran.— FAMILIAS CRIMINALES. dados los cruces incontrolables que se producen en la especie humana. pp. Ahora bien. siquiera en líneas generales. 119 -129: Varios. dados los lugares do su procedencia. cit. hay cinco en un siglo. Eso tomaría dema­ siado larga la espera hasta seleccionar los tipos cuyos descendien­ tes serán observados.por consiguiente.78.. más que los rasgos corporales. Por ejemplo. loe. la observación ha permitido comprobar la vigencia. a falta de experimentos.— En este método. c) La lentitud en la reproducción. b) La enorme dificultad de hallar hom*ocigotos.. quien publicó sus resultados en 1877. no llevaron a Dugdale a posiciones extremas en favor de la herencia pues reconoció la coactuación de factores sociales. De ellos. de igual manera. asesinos. El primer estudio fue realizado en Estados Unidos por Dugdale. pero poco inclinado al esfuerzo continuo. incluyendo ilegí­ timos. — 107 — . se hicieron nuevas investigaciones cuyos resulta­ dos fueron publicados en 1915 por Estabrook. la persistencia por generaciones de algu­ nos rasgos anatómicos notables lleva a suponer que ellos tienen base genética. pese a que los miembros han vivido en ambientes distintos. buen trabajador a veces.rl83. ellas serían legí­ timamente atribuidas a causas hereditarias. Para entonces. que son las que se ha­ brían mantenido tan constantes como esas conductas. ha­ (3) Criminal behavior. y 3) la herencia tiende a producir un ambiente que la perpetúa. se dan conductas antisociales por generaciones. se supone que si. Versa sobre el clan que Dugdale designó con el nombre ficticio de Juke. 2) donde la conducta depende del conocimiento. buen compañero y gran bebedor. 50. en cualquier familia. “ 1) La herencia es factor preponderante en la carrera de aquella gente en que la constitución está modificada o es orgáni­ camente débil y la capacidad mental y física están limitadas por la herencia. Estas cifras. pág. el ambiente influye más que la herencia y el uso al que la capaci­ dad se dedica depende del ambiente y del adiestramiento. El estudio de Dugdale no pudo ser proseguido inmediata­ mente porque se extravió el manuscrito original donde constaban los nombres reales de los miembros del clan Juke. 140 eran criminales o infractores. pero en 1911 fue descubierto. en un tronco fa­ miliar. el padre licencioso da un ejemplo para que el niño lo siga” (*). Dugdale estudió 709 descendientes de los cuales 540 eran de sangre Juke y 169 procedían de mezclas con otras estirpes. Esta fami­ lia se inició con Max juke. prostitutas.mo. 7. Era un hombre nido que vivía de la caza y de la pesca. 40 padecían enfermedades venéreas y habían con­ tagiado por lo menos a 440 personas. tuvo muchos hijos. 60. llamativas por sí solas. cuya vida adulta transcurrió en la se­ gunda mitad del siglo XVIII en una región del estado de Nueva York notoria por la gran cantidad de delitos que en ella se come­ tían. 180 no habían logrado mantenerse por sus propios medios y habían necesitado asistencia de instituciones de caridad. Sus conclusiones son resumidas así por Reckless: . ladrones habituales. 24. El dé­ bil mental se halla en inferioridad de condiciones para adaptarse a las exigencias sociales. típica­ mente degenerados y 94 no clasificados por falta de datos 0). epilépticos. 255. 143 eran débiles mentales y sólo 46 normales. pero si las exigencias son mayores. presuntamente débil mental. La mejora de la conducta era indudable. se presentará una desadaptacipn capaz de llegar hasta la delincuencia. el d an se había dispersa­ do. el débil men­ tal se adaptará. 36 ilegítimos. inmorales sexuales. Ella se remontaba a Martín Kallikak. Goddard. Allí donde éstas son bajas. criminales y 8. era imposi­ ble -llegar a una conclusión satisfactoria. arrastrado a la criminalidad para ia cual está bien dispuesto por naturaleza. se identificaron 496 descen­ dientes entre los etiáles sólo uno era anormal mental y ninguno criminal. Cousiño Maclver. PI llamado criminal tipo es simplemente un débil mental. alcohólicos. se hace. Devenport. se ha­ bía mezclado con otras estirpes. cit. en esta rama. (5) Nombre ficticio deriva Jo de dos raíces griegas que significan “beHo” y “malo” . que una vez más se comprobaba la importancia decisiva de la herencia. además. un ser incomprendido y maltratado. soldado de la re­ volución estadounidense que había mantenido relaciones con una muchacha. pero surgieron di­ vergentes interpretaciones sobre las causas. Cuando Goddard realizó sus investigaciones. pero hemos fracasado en re­ (4) V. cabeza de la estirpe criminal y antiso­ cial. al ha­ ber cambiado los dos tipos de causas paralelamente. De ellos. — 108 — . Martín Kallikak segundo. estudió la familia Kallikak (5). vivía en ambientes distintos a los-anteriores y. más o menos correctos. el mismo soldado se casó con una joven de buena familia. 76 eran inadap­ tados al medio social. Hemos visto el producto final. geren­ tes deburdeles. Pero. El criminal no nace. el centro de las causas del delito lo ocupa la debilidad mental hereditaria. “El cri­ minal congènito ha pasado de moda con el advenimiento de la debilidad mental al problema. con un total de 480 descendien­ tes identificados. también en Estados Unidos. 3. ob. 3. mayores de 15 a5os. Es la debilidad mental y no la criminalidad hereditaria la que importa en estas condicio­ nes. el comportamiento de la familia Kallikak de­ muestra que el criminal no nace sino que se hace. Estabrook halló que. 33. de 748 des­ cendientes vivos de Max Juke. 156 • 157. sobre todo pros­ titutas. de la que tuvo un hijo. Posteriormente. pp. Según Goddard.bían ocurrido dos hechos importantes. 323.. Estabrook sostenía que se debía al cambio de ambiente. la familia ha­ bía llegado a su sexta generación. 20. mala nutrición. También se ha hecho notai que atribuir debilidad mental a lu muchacha que originó al clan Kallikak es algo arriesgado dado que tal diagnóstico se hizo en tiempo muy posterior. mantenidos por el Estado y 8. al que luego nos referiremos. 184 -185. Rufer. Ni siquiera los porcentajes arriba mer cionados. 10 eran ladrones habitua­ les. se da el siguiente resumen acerca de porcentaje de delincuencia en las principales familias investiga das por considerárselas criminales: “Kallikak. En todo caso. lo mismo ocurre en relación con el buen ambiente. New borlaons In Crlmlm lo*y. enfermedades. prostitutas. (7) 01). Podemos citar los que siguen. Hill. 320 eran ebrios graves. 7. b) no to­ da debilidad mental es atribuible a la herencia. en el inventario de los delitos” (').3. Este estudio. En la obra de Reckless. 24 tenían tendencias criminales. Como se advierte. la debilidad mci tal puede llevar a la delincuencia. 1. este método no ha llegado a demostra que la herencia tenga una importancia determinante y muy alt: en la aparición del delito. Dack. 4. Nani 1. No se deben olvidar viejos argumentos en contra de ella. ò. pp. Viktoria. como otros. toma lugar de protagonista el alcoholismo. pero no por eso puede ser acep­ tada con el alcance tan general que le atribuye Goddard. son debidos a la inclusión de dificultades domésticas me ñores.conocer el carácter de la materia prima” üoddard llegó a s poner que el propio criminal nato de Lombroso era un débil menta Es evidente que.probablemente la mitad de los casos se debe a otras causas. de 737 miembros investigados. 28. Los altos porcentajes en los dos últimos casos.. — 109 — . como los si­ guientes: a) Si bien la escasez de poder crítico de los débiles men­ tales los torna fácilmente sugestionables por un ambiente indesc-ible.. Jukes. 33 Anale 88. en algunas circunstancias. prueban ui alto determinismo hereditario. clt. 35. como los accidentes. etc. p&g. En el clan Hill. 4. habría que dnalizn (6) Goddard. por Barnes y Teeters. cit. insultos y faltas. 117. mendigos. Otros estudios sobre familias criminales fueron realizados so­ bre todo en Estados Unidos y Alemania. toman en cuenta tanto las conductas so­ cialmente indeseables como los delitos en sentido estricto y tras lada el problema hacia la herencia de anormalidades físicas \ mentales. Zero. 2. Marcus. sobre familias especialmente seleccionadas. 0. se sos tiene. me­ dios. Quizá la conducta de Isabel Tuthill proce­ diera de alguna causa familiar pues uno de sus hermanos había matado a otro hermano. otro.— Hay dos tipos de mellizos. periodistas. militares. Los mellizos bivitelinos. en los casos citados. aquéllas sobre las que se pueden conseguir datos firmes. que has­ ta algunas influencias perjudiciales de familias anteriores pueden ser anuladas por la excelencia del hogar en que los niños se crían. 4. Del segundo matrimonio. Pero el padre de Jonathan Edwards se casó dos veces: la primera. con muchas razones. tuvo una larga descen­ dencia que nunca salió de la mediocridad. los univitelinos. por tanto. monocigóticos o idénticos y los bivitelinos. De su estirpe. dicigóticos o fraternos. y se estudia sólo a pocas generaciones. por el contrario. la independencia de los procesos de fecundación hace que las com­ binaciones genéticas sean tan variadas como las de los hermanos corrientes. médicos. etc. con Isabel Tuthill de la que se di­ vorció por adúltera. se escinde para dar lugar a dos o más seres. fueron inves­ tigados H94 descendientes el año 1900. Se ha sostenido. Jonathan Edwards fue hijo de Isabel Tuthill. por el contrario.— ESTUDIOS SOBRE MELLIZOS. por lo antiguos. en abundancia v de destacadas cualidades. ¿no debió haber sido la familia de Jonathan Edwards un ejemplo de criminalidad más convincente que el de los lukes? Este caso parece demostrar. teólogos. podemos afirmar que los mellizos idénticos tienen la misma carga hereditaria.. Si admitiéramos una criminalidad de origen hereditario. El caso de la familia de Jonathan Edwards ha sido señalado en Estados Unidos comu una prueba de la debilidad de este mé­ todo. independientemente fecundados por los espermatozoides. con una mujer de reconocidas virtudes.por qué la mayoría de los miembros de esas familias no delinque. Si los mellizos univitelinos coinciden en su conducta crimi­ nal pese a haberse criado en ambientes distintos. abogados. En cambio. marinos. Aquella familia es mencionada como modelo de honradez y de contribución al país. en una etapa posterior a la concepción. educado­ res. En las investigaciones modernas se tiende a abandonar f 1 caso de las familias cuyos antecedentes son difíciles de estable­ cer científicamente. proceden de óvulos distin­ tos. a un hijo. estaban un vicepresidente de Estados Unidos. pueda atribuirse al contagia adquirido en un ambiente hogareño particularmente dañino. si recorda­ mos cómo se produce la multiplicación celular. entre ellos. que lo más probable es que la delincuencia. la delincuencia — 110 — . Los primeros proceden de un solo huevo o cigoto que. De estas ci­ fras. b) No se puede garantizar que se emplearan métodos seguros para clasificar a los mellizos en uni y bivitelinos pues se los había investigado ya adultos. Unos fueron extraídos de las prisiones bávaras. aunque nacidos de parto múltiple. tie­ nen genotipos diferentes. Si. entre las cau­ sas del delito” C). De acuerdo con la importancia del método de investigación de los delitos. por Mezger. Subrayado en el original. por tanto. Paro tal conclusión puede calificarse por lo menos de pre­ matura. Lange — quien. — 111 — . pre­ cisamente a los hereditarios. el otro también lo había hecho: en los tres casos restantes había delinquido uno solo de la pareja. del Instituto Psiquiátrico Germano. cuyas limitaciones señaló de la siguiente manera: a) No estaba claramente determinado el método de selección de casos. pág. 154. Fue Sutherland el que inició una crítica sistemática.tendrá que atribuirse al factor o los factores comunes. otros. desde el primer momento. pero el único mciodo seguro es aplicable sólo en el nacimiento. cuando uno de los mellizos había delinquido. Entre las diecisiete parejas de bivitelinos. en cambio. en dos casos habían de­ linquido ambos mientras que. No podrá llegarse a ninguna conclusión en caso de que el ambiente sea semejante para los dos gemelos univitelinos. Lange extrajo una conclusión terminante: "Los mellizos monovitelinos se comportan frente al delito de una manera prepon­ derantemente concordante mientras que. es decir. a los am­ bientales. muestran con­ ductas discordantes en relación con el delito. se deberán encontrar más discordancias que concordancias puesto que. o sea. En diez de las primeras encontró que. sólo uno. Como no se aclara la proce­ dencia de cada pareja. (8) Cit. debemos. por el contrarío. contra el nuevo método. es probable que los resultados dependie­ ran también de la común psicopatía en la pareja de mellizos y no sólo de causas hereditarias. si la herencia tiene pa­ pel preponderante. Criminología. los bivite­ linos lo hacen de una manera preponderantemente discordante. En el caso de los mellizos bivitelinos. en quince. creó este método— estudió treinta parejas de mellizos: trece de univitelinos y diecisiete de bivitelinos. deducir la consecuencia de que la dis­ posición juega un papel preponderante en absoluto. según vimos. tal discordancia no podrá atribuirse sino a los factores diferentes. debió haberse demostrado que también había criminalidad en los ascendientes. alcoholismo y relaciones il e­ gítimas todo lo que significa un mal ambiente para los hijos (’). — 112 — . fuera de que estas diferencias pue­ den tener repercusiones biológicas y psíquicas más profundas. Newman comprobó que los mellizos univitelinos mues­ tran significativas divergencias de carácter cuando son criados en ambientes distintos. e) El ambiente social de los univitelinos y las reacciones que en él provoca son mucho más semejantes que en los casos de her­ manos corrientes o de mellizos fraternos. Fue. Eso se debe a que los mellizos univitelinos son muy semejantes entre sí y siempre de! mismo sexo. un acieito el distinguirlos por sexos. quienes presuntamente la habrían transmitido. Las críticas citadas adquieren relieve si se toma en cuenta que H. Sutherland ofrece dos posibles explicaciones a la elevada con­ cordancia que los mellizos univitelinos muestran ante el delito. cit. pag. además. Sutherland: Principles of Criminology. en general. Este último punto ya contiene la principal crítica que puede hacerse a los estudios de Lange e inclusive a otros posteriores: en ellos no se analiza la importancia de los factores sociales. 79-81 (10) V. de hogares con penurias económicas. 65 y Reckless. pero el estudio de Lange sólo demostró que había criminalidad en dos de los diez casos de concordancia. así. 186. Amplió el ámbito de las investiga­ ciones acopiando datos referentes a delincuentes juveniles y a ni­ ños que presentan problemas de conducta. quizá la división del pe­ der vital del cigoto primitivo pueda explicar las anormalidades criminales posteriores. el otro era zurdo. se advirtió que el método de estudio de melli­ zos era promisor. si uno era diestro. b) los univitelinos proceden. Esto prueba que aun la semejanza física no es tan exacta como se pretende. pp. d) Si la criminalidad de los mellizos univitelinos se debe n razones hereditarias. tu­ vieron mucha importancia (IC). Los estudios de Rosanoff. ob.. Los resultados finales están en el si­ guiente cuadro: (9) V. realizados en Estados Unidos. pig. Taft. de modo que prosiguieron las investigaciones. Sin embargo. Ambas posibilidades no se ligan con lo hereditario y son: a) Los mellizos univitelinos son seres anormales. H.* c) Casi la mitad de los mellizos eran de tipo ‘espejo”: uno era igual a la imagen reflejada del otro. Criminology. — 113 — . Bivitelinos Concord.7% 37 33% 75 67% (*•) (11) Cuadro contenido en Barnes y Teeters. estas cifras demostraban. Este es­ tudio puede considerarse superior al de Lange por la mayor can­ tidad de materia] y por la distinción por sexos. ett.Afectados ' ambos CLASES DE MELLIZOS Afectado uno solo CRIMINALES ADULTOS: Univitelinos Bivitelinos (del mismo sexo) Bivitelinos (de distinto sexo) 25 5 1 12 23 31 39 20 8 3 5 32 41 26 8 6 34 21 DELINCUENCIA JUVENIL: Univitelinos Bivitelinos (del mismo sexo) Bivitelinos (de distinto sexo) PROBLEMAS DE CONDUCTA: Univitelinos Bivitelinos (del mismo sexo) Bivitelinos (de distinto sexo) Para Rosanoff y sus colaboradores. una vez más. (1932) (1936) (1936) (1934) Discor. sin embargo. Discor. .advierte un ar­ gumento en contra en la alta concordancia de los delincuentes ju­ veniles cuando son mellizos bivitelinos del mismo sexo. se . la decisiva influencia de los factores hereditarios en la conducta criminal y antisocial.3% 34 32. se puede presentar así: Univitelinos Concord AUTOR Lange Legras Kranz Stumpefl Rosanoff Porcentajes (1929). Un cuadro general de las principales investigaciones hasta la segunda guerra mundial. 172.. jAg. ob. 10 4 20 lt 25 3 0 12 7 12 2 0 23 7 5 15 5 20 12 23 70 67. El autor señala que pudo efectuarse una contra­ prueba que no se ha hecho. (15) M. Tal discrepancia no pue­ de deberse a causas hereditarias porque. (13) V. no parece suficiente para ex­ plicar la criminalidad (. Shufu Yoshimasu (investigaciones en 1941. Los números son excesivamente bajos pava que se puedan sacar conclusiones defi­ nitivas. 131 -132. por tanto. pero. son concordantes. Por ejemplo.— LA HERENCIA DE LO ANORMAL..5). pero sujetas también a críticas (I4). — 114 — . Introducción al estadio de la Criminología. a las mismas conclusiones que alcanzaron los primeros. por ejemplo. iori mayor im­ portancia a lo hereditario. en tal aspecto. ya citados. por Christiansen en su artículo Seroinsness of criminality and concordance among danish twins. la discrepancia de los resultados conseguidos por los distintos autores. incluido en Hood.— Si no se ha de mostrado la herencia de lo específicamente criminal. pp. 5. 1961 y 1965) lanza afirmaciones semejantes á las de Lange. En un análisis que abarca a más de tres mil mellizos. pp. Christiansen llega a una conchisión no extrema: la herencia determina muchos de nuestros ca­ racteres personales.188. pp. López Rey observa que no se lian hecho las distinciones pa­ ra determinar el tipo de delito cometido. (14) Cit. pero eso implica reconocer que éste tiene influencia decisiva Pero aunque lográramos probar que en los mellizos univitelinos la herencia es preponderante como causa de delito. ob. por sí sola. consistiría en un estudio sobre los mellizos en general para ver si son más proclives a la delincuen­ cia los univitelinos o Jos bivitelinos (l2). pp. Resalta. Criminology and Public Policy. tiene. no podríamos extraer de tales casos conclusiones científicas valederas para los demás hombres. cit.. Estudios posteriores han llegado. 65-66. en eso. Si los dos miembros de una pareja gemela han vulnerado el Código Penal y. id. que deberse al medio ambien­ te. Crime. 186 . Reckless ha hecho notar que si atribuimos a p. Se agregaron otras. no puede inferirse que también lo son en lo bioló­ gico y caracterológico ya que verían mucho las condiciones qiu inclinan a tales o cuales tipos delictivos (n). pueden alcan­ zarse muchos logros con la investigación de algunas anormalidf(12) V. los univi­ telinos son iguales. en general. tal sucede con Legras y Kranz. las discrepancias de conducta entre me­ llizos univitelinos resultan inexplicables. delincuentes y no delincuentes.También a estos estudios se tes hicieron críticas semejantes a las que había merecido el de Lange. especialmente. 68 77. ' como la esterilización (. Tales anormalidades pueden implicar tend' cia al delito. suponen mucha influencia am­ biental.6).^! bien éstas últimas comienzan a ser puestas en lugar secundario ya que son difíciles de definir y. el núme­ ro de individuos XYY es mayor entre los delincuentes que entre los no delincuentes. Hay casos anormales. pp. a esle respecto. abrí la posibilidad de tomar extremas medidas de protección social. Es decir. Es indudable que. Como es sabido. 68 -111. existe un prejuicio al darse excesiva im­ portancia a lo anormal como si sólo ello fuera relevante desde el punto de vista criminal. las demencias. de donde resulta que este cromosoma Y es carac­ terístico de la masculinidad.. En los últimos años. Sin em­ bargo. Estudios genéticos han demostrado que esa transmisión here­ ditaria existe. . a veces con „carao ter recesivo. Se ha seguido también el método de relacionar la delin­ cuencia de unas personas con las anormalidades que se dan entre sus parientes más cercanos lo que puede servir asimismo para de­ terminar el relieve del medio ambiente y. en algunos casos. si bien no puede dejarse de lado el hecho de que las investigaciones hayan mostra­ do que los criminales de fórmula XYY provienen generalmente de sectores en que las condiciones ambientales son malas. pero se acerca más a la realidad. XY. Hurwitz. cuya presencia anormal se ha señalado espe­ cialmente en criminales autores de delitos sexuales y violentos. las psicosis. en algunos casos. en que la fórmula se ha convertido en XYY y hasta en XYYY. se ha descubierto un nue­ vo factor cromosómico capaz de influir en la delincuencia. además. al parecer.. -. — 115 — . habría una transmisión hereditaria de algu­ nas formas físicas y psíquicas que involucran una mayor inclina­ ción al delito. Habla en favor de la correlación el que. la verdad es distinta: también caracteres completamente normales pueden explicar la aparición de conduc­ tas delictivas. Pero (16) V. a veces con carácter dominante. sobre todo a algunos tipos delictivos relacionados con aque­ llos rasgos. Esta afirmación es mucho menos optimista que la de algunos genetistas. sin embargo. la del varón. el alcoholismo y las psicopatías. ha suscitado mucho interés el caso del cromosoma Y doble. de esta manera. la fórmula cromosómica de la mujer es XX y. Estos varanes se caracterizan muchas veces por ser robustos y tener escaso desarrollo mental junto con tendencia a la violencia lo que pone en relieve una relación entre las características natu­ rales y la predisposición a los delitos señalados. Los estudios más importantes se refieren a la oligofrenia. Criminología.des. pero esa determinación no es unilateral: supone siempre la coopera­ ción con los factores ambientales. Al fin y al cabo. v. que apuntan o inclinan hacia la comisión de delitos violentos. En cuanto a las mujeres con fórmula XXX. como la herencia del biotipo atlético y de la epilepsia. . ya se conocían hechos similares. 134 -141. pp. la constitución corporal. no se han reali­ zado todavía estudios acerca de su criminalidad. la exposición de López Bey en su Criminología. (17) Sobre este tema de las anormalidades en los cromosomas sexua­ les. la que es evidente. No sólo ei asun­ to sigue en consideración sino que la coactuación de factores am­ bientales es indiscutible. De lo expuesto en este capítulo. No se puede dudar de la impor­ tancia de la herencia para determinar la conducta humana. La primera es que no se ha probado una transmisión hereditaria y específica al delito. Se ha señalado que es frecuente en ellas la debilidad mental (l7). pero también la tienen los caracteres normales. Se ha analizado especialmente la importancia dé la herencia de caracteres anormales. por ejem­ plo. pueden extraerse algunas con­ clusiones.tienen que evitarse las posiciones extremas según las cuales se ha descubierto la causa de la criminalidad violenta. La Biotipología moderna ha confirmado que hay correlacio­ nes entre tipos corporales y psíquicos. — 117 — . pero no puede decirse que se haya descu­ bierto el tipo de causalidad. tiene que ser admitida co­ mo un «upuecto necesario para fundar una Biotipología completa. pero nadie ve cómo una de esas características provoca siempre o casi siempre la otra. peto los enla­ ces siguen oscuros. Por ejemplo. Su base no era del todo deleznable como lo prueba el que el fundador de la Psicología ex­ perimental. hace veinticinco siglos. esa escuela habló de cuatro temperamentos distin­ guibles conforme a los humores corporales predominantes: san* guineo. La correlación existe. flemático y melancólico. dia­ riamente que una persona en que predominan el eje vertical o la secreción tiroidea tiende a la introversión. colérico.— Las relaciones existentes entre los caracteres corporales y los psíquicos han sido entrevistas desde hace tiempo tanto por la sabiduría popular co­ mo especialmente por los artistas. la escuela hipocrática ya intentó una clasificación caracterológica con pretensiones científicas y la creación de tipos de va­ lidez universal. sin duda. Wundt. Pero no sólo se descubrieron ta­ les relaciones de manera intuitiva y empírica.— ANTECEDENTES Y SUPUESTOS. podemos comprobar. Dero ante la carencia de ex­ plicaciones comprensibles sobre ella.CAPITULO II BIOTIPOLOG1A 1. que nos muestra continuamente casos. partiera de ella para su propia clasificación. Son un hecho. pero la naturaleza de tales correlaciones sigue en la oscuridad. Derivan de la experiencia. Las mezclas se dan también dentro de lo psíquico y dentro de lo corporal.i(1) Hay blotipologías puramente corporales. por inducción.— Es la que ha sido más ampliamente aplicada en Criminología. La complicación es mayor si consideremos h existencia de intrincados entrecruzamientos entre los distintos ti­ pos corporales y psíquicos. dice. puramente psíqui­ cas. Desde el comienzo. encontraremos mucha mezcla de caracteres. Las ventajas de este punto de partida son básicamente dos: a) la observación sistemática y prolongada a que se puede some­ ter a los internados. pero de manera excepcional— o creer que al descubrir los tipos teóricos no debemos ya tomar en cuenta las complejidades y contradicciones que hay en los casos concretos. pero también a su simplicidad. no debemos olvidar que nos enfrentaremos con tipos humanos. en cambio. “sólo describi­ mos como típicos los valores medios de estos rasgos superpuestos y acentuados" (').es decir. como lo psíquico y sus concomitancias (')• En lo que sigue. El material primitivamente estudiado estaba consti­ tuido por individuos internados en manicomios. y. es decir. Por eso. Puede admitirse con Kretschmer que tales en­ trecruzamientos se deben a las complejas cualidades que se reci­ ben por herencia. el autor advierte que los tipos puros so'i muy raros en la experiencia diaria. El autor hizo sus clasificaciones partiendo de la experiencia psiquiátrica. como la de la escue­ la francesa de Sisaud y Mac Auliffe: otras. La clasificación kretschmeriana. o una cabeza asténica implantada sobre un tronco pícnico. se asienta en la observación empírica a partir de la cual se llegan a establecer. una emotividad pícnica junto a una inteligencia más propi i del círculo esquizotímico. Podremos encontrar. La advertencia va­ le la pena para evitar que se pretenda encontrar “tipos" puros en la realidad —quizá los haya. pero no con realidades concretas. con conceptos abstractos. por ejem­ plo. 2 — LA BIOT¡POLOGIA DE KRETSCHMER. En los casos individuales. lo que corrientemente no se puede hacer con las personas sanas. — 118 — . (2) CoaititBcUa y Carácter. p. como la de Jung. los distintos tipos somáticos y psíquicos y sus relaciones. to que se debo a su propio valor. que considere tanto lo corporal. b) el hecho de que los anormales no son ra­ dicalmente distintos de los normales sino que presentan una ex. Sólo posterior­ mente sus conclusiones fueron generalizadas para incluir a los nor­ males. 17. los tipos reúnen sólo los que les son propios con exclusión de los demás. distingue el temperamento esquizotímico y el temperamento ciclotímico. esquizofrénicos.. respectivamente. clt. la obesidad eunucoide y el infantilismo eunucoide. Entre anormales. Estas afinidades pueden comprobarse en la estadística siguien­ te sobre un total de 260 casos. a la manía circular. muestran su disposición a la esquizofrenia. el atlético y el pícnico. es precisamente esa exageración la que permite observar mejor las repercusiones de cada condición corporal o psíquica en la personalidad total.geración. en los casos de anormalidad grave {psicosis). y tres tipos menos comunes: el gigantismo eunucoide. 38. Desde el punto de vista corporal. se presentan entonces las personalidades esquizoides y cicloides. por el otro. CONSTITUCION CORPORAL Maníacodepresivos Esquizo­ frénicos 4 3 2 58 14 — 4 81 31 11 2 34 3 13 85 175 O Lcptosomos Atléticos Mixtos de leptosomo y atlético Pícnicos Formas pícnicas mixtas Displásticos Diversos no clasificados TOTALES (3) Ob. O sea que. al mostrar los caracteres relativamente ais­ lados. La observación mostró a Kretschmer que existe estrecha co­ rrelación entre las formas corporales leptosomas. pág. englobados bajo la designación de displásticos. Por lo demás. Esos temperamen­ tos pueden darse en normales y anormales. pue­ de tratarse de casos en que apenas se ingresa en el campo de la anormalidad. de los cuales 85 eran maníacodepresivos y 175. los segundos. las des­ viaciones patológicas se denominan. cuando los primeros llegan a la enfermedad mental. atléticas y dis­ plásticas y la esquizofrenia. en más o menos. investigaciones realizadas en personas nor­ males han comprobado plenamente las afirmaciones de Kretschmer. por un lado. — 119 — . este autor distingue tres ti­ pos principales: el leptosomo. esquizofre­ nia y psicosis maníacodepresiva. de cualidades poseídas también por los sanos. entre las formas pícnicas y la psicosis maníacodepresiva o circular. Desde el punto de vista psíquico. subrayado en e) original. cit.3% 9. “el reducido crecimiento en grosor de un desarrollo corpo­ ral no disminuido por término medio en longitud. bajo el nombre de leptosomos se incluye a todas ellas. Dentro de este círculo. poco musculosos.8% 66. daremos un resumen de los caracteres coiporales de cada’tipo. mentón y frente huidizos (sobre todo en los esquizofrénicos) lo que unido a la nariz prominente da e) perfil llamado de pájaro. que parece más alta de lo que es en realidad. . (es) una per sona delgada. en la que pueden contarse bien las costillas. ángulo cartílagostal puntiagudo. pág. y manos de huesos delgados. estrecha y aplastada.6% 0.0% 11. de cuyos estrechos hombros penden los bra­ zos flacos. el pelo es grueso y cerdoso.El material posteriormente analizado alcanza a miles de ca­ sos que han confirmado los datos contenidos en el cuadro ante­ rior. siendo un término medio ideal que comprende desde las figuras delgadas y raquíticas — a las que suele denominarse asténicas— hasta las esbeltas.262 esquizo­ frénicos 12. de piel enjuta y pálida. vientre delga­ do y sin panículo adiposo y miembros inferiores de características semejantes a los superiores" (5). caja toráxica alargada. de la musculatura y también de la piel. 39. id.. (5) Id. es incompleta. cuello largo y delgado. — 120 — . Los leptosomos presentan como nota que primero salta a la vista. pig. 19. Los leptosomos tienen muy desarrollada la pilosidad primaria (cabello y cejas). La impresión (4) Citado por Kretschmer. cuando se presenta. ob. hemos de acotar solamente las cifras publicadas por von Roh­ den acerca de 3. la calva.. la pilosidad secundaria es escasa en la bar­ ba y mediana o escasa en las axilas y los genitales.7% 23.4% 9. Los rostros son ovales.262 esquizofrénicos y 981 maníacodepresivos.9% (4) A continuación. “se caracteriza por el intenso desarrollo dei esqueleto. En cuanto a éste. tendinosas. con una cabellera en forma de gorro de piel.4turricefalia'frecuente. gráciles y con cierto des­ arrollo muscular.. hay variedades. 981 maníacodepresivos CONSTITUCION CORPORAL Hábito pícnico y sus mezclas Hábito leptosomo y atlético Formas displásticas Formas atípicas 66.3% 3. “corno co­ mida por los ratones”. con nariz larga. que se acercan al tipo atlético. recia e hipertrofiada. suelen tener ciertos ras­ gos disgenitales. 24 . (7) Id. Llegado a su edad media. y por la tendencia adiposa en el tronco. con mayor gracilidad del aparato locomotor (cinturón escapular y extremidades)”. p6g. La recia y alta cabeza descan­ sa erguida en el robusto y largo cuello. nota. relacionados con constituciones anormales desde este punto de vista. Kretschmer no se refiere a algo patológico sino simplemente "a un desarrollo superior al pro­ medio". — 121 — . levantados y contraídos hacia ade­ lante. caja toráxica robusta.. Los atléticos. pues se hunde hacia (6) Bajo e! nombre de hipertrofia. Parece como si todo el cinturón escapular se hubiera retraído por delante hacia arriba por el abombamiento de la caja toráxica. parecen casi gráciles en comparación con los miembros superiores y especialmente con el hipertrófico (6) cinturón escapular. Las prominencias óseas resaltan espe­ cialmente en la configuración facial.producida por el más perfecto ejemplar de este grupo es la siguien­ te: un hombre de talla entre mediana y alta. de la profunda. “Los contornos del cuerpo quedan dominados por las con­ vexidades de la musculatura. también la cabeza to­ ma parte en este desplazamiento estático. toráxico y abdomi­ nal. que se ensancha hacia abajo. La piel es gruesa y re­ cia.. con el tronco menguante hacia abajo. lus hombros no son anchos y voluminosos como en los atléticos sino más bien redondos (sobre todo en las personas de edad).25. nace un robusto vientre adiposo". a veces muy delicadas. ancha y abombada ca¡a toráxica. la recia estructura esquelé­ tica se aprecia sobre todo en la clavícula. contornos redondeados y rostro ancho y blando sobre un cuello^corto y compacto. pp. escasos relieves óseos y musculares. como los leptosomos. y con una fuerte inflexión característica en el borde inter­ no del deltoides. manos blandas más bien cortas y anchas y algunas veces las muñecas y las clavículas son muy delgadas. “En los casos pronunciados. es típica la figura de talla me­ diana. de hombros notable­ mente anchos y resaltados. hasta el punto de que la ca­ dera y las piernas. en las coyunturas de manos y pies y en las manos mismas” (7). el pícnico “se caracteriza por un desarrollo intenso de los perímetros cefálico. "Los miembros del pícnico son blandos. 24. id. en el que los rígidos con­ tornos oblicuos del músculo trapecio imprimen. que destacan como en relieve plástico. en dirección al pecho. su sello caracte­ rístico al encuentro del cuello y el hombro visto por delante”. Subrayado en el original. de líneas suaves. a pesar de su robustez. abdomen tenso. Id. Id. pero tam­ bién se encuentran entre las mujeres si bien modificados por los rasgos propios del sexo. id. pero no muy alto” (9).. atléticos y pícnicos toman por base a los varones. la barba. p. lo que tam­ bién ocurre en los otros tipos displásticos. según vimos. Suelen pre­ sentarse graves anomalías en los órganos genitales. rematado por la barbilla a manera de amplio y destacado capitel. En el grupo de los infantiles o hipoplásticos. de manera que el corto y grueso cue­ llo parece desaparecer paulatinamente. El perfil del cuello no es ya esbelto y redondo como en los otros tipos. Id. 62. dando lugar a una calva relu­ ciente y pulida’. en las mujeres se dan rasgos viriloides. El grupo de la obesidad eunucoidc y pluriglandular asume especial relieve porque son raros los obesos que muestran afini­ dad con el círculo esquizotímico. Son típicas la escasa capacidad sexual y las deformaciones de los caracteres sexuales primarios y secun­ darios. no se incluyen las personas en las cuales todos los caracteres se han empequeñi*(8) Id.adelante entre los hombros. blando y redondo y encima el cráneo grande. de las que proviene el eunucoi­ dismo. correspondientemente.. La talla general es la media. Dependen especialmente de mal funcionamiento de las glándulas endocri­ nas. Aquí estamos ante individuos con adiposidad exagerada y deformante. sin la característica depresión laríngea normal” (*). En lo que toca a las displastias. Es frecuente la doble barbilla en la parte inferior de un rostro frecuentemente pentagonal. Es una ligura delga­ da en la que se nota un gran desdibujamiento sexual. se encuentran más en el círcu­ lo esquizotímido que en el ciclotímico. redondo. El cabello es suave. pp. Es no­ torio el enrojecimiento de las mejillas y de la nariz. ancho y alargado. hay rasgos afeminados. sobre todo de las sexuales. pero hay mayor tendencia a la calvicie que entre los leptosomos. estatura ma­ yor a la normal con un esqueleto de huesos delgados. (9) td. El gigantismo eunucoide se distingue por el desproporciona­ do desarrollo de las extremidades inferiores. la pilosidad se­ cundaria es abundante. El rostro es “ancho. 30-31: subrayado en el original. Los caracteres físicos anteriormente descritos para leptoso­ mos. en muchos casos por in­ fluencias pluriglandulares. tomando una ligera cur­ vatura cifótica la columna dorsal superior. regularmente esparcida. la punta mentoniana se une directamente por una linea oblicua al extremo superior del esternón. — 122 — . En los casos pronunciados en la edad adulta y senil. En efecto. empresarios audaces. nunca com­ plicada y fría. p. Los ciclotímicos tienen superficie. sino aquellas en que existen despropor­ ciones y deformidades en que las hipoplasias se mezclan con las hiperplasias. humo­ rista. recordemos que.. impresionable. — 123 — . No encontraremos en los ciclotímicos gran con­ secuencia con los ideales ni rígida constancia en los medios para alcanzarlos. Muóho más complejas son las naturalezas pertenecientes al círculo de la esquizotimia.. En cuanto al temperamento. la línea ciclotímicos normales — cicloides — maníacodepresivos. Se destacan como oradores fogosos. es directa y franca. afectuoso.. fogoso: 5) callado. no hallaremos entre los ciclotímicos los excesos del fanatismo. blan­ do” (l0). no existe aquí un tipo unitario único sino variedades alrededor de la característica central enunciada.por eso. parecen haberse detenido en un momento infantil o puberal aunque el individuo ya haya superado tales períodos de la vida. 165. En cuanto a la reactividad. te­ nemos la línea esquizotímicos normales — esquizoides — esqui­ zofrénicos y. políticos realistas.cído proporcionalmente. p. comer­ ciantes. tranquilo. a cuyas influencias nunca son indiferentes. Realistas y prácli eos hasta llegar a veces a tener una actitud materialista hacia el mundo y la vida. poseen una gran afectividad (nada más ajeno a ello que la frialdad de los esquizotímicos). animado. El grupo de la ciclotimia se caracteriza por la denominada proporción diatètica que significa un oscilar entre los polos de la alegría y de la tristeza. Ya entre los mis­ mos pacientes maníacodepresivos se encuentran los tipos siguien­ tes: 1) el “sociable. a veces con predominio de una u otra. Pero al lado do cualidades generalmente útiles para la sociedad. Las hipoplasias se dan sobre todo en el rostro. los (10) Id. las manos y la pelvis. Sintonizan con el medio ambien­ te. también en estos sectores se presenta una gran adap­ tabilidad ante las exigencias prácticas por encima de la fidelidad a los principios. amable. Lo fundamental en la investigación de los temperamentos e¿ el estudio del genotipo cuyo conocimiento permite entender las variantes e imbricaciones temperamentales que se presentan en cada individuo. 2) alegre. id. por un lado. igual de otros. La pilosidad secundaría es escasa. suelen darse in­ clinaciones a la “dipsomanía. por otro. al desenfreno sexual' (“ ). 15». id. Todos ellos son socialmente tratables aunque en diverso grndo. al derroche. Poco desarro­ llo de los caracteres sexuales que. (11) Id. cordial. Sin embargo. raro. 181. sabrá muy poco de un esquizotímico. Autismo que va desde el hosco retraimiento propio de algunos esquizofrénicos hasta la delicadeza tierna y tímida de cier­ tas naturalezas que se sienten heridas inclusive por los estímulos corrientes de la realidad. Id. éste representa una parte ma­ yor y más importante que aquélla en relación con el todo. pero no se inclinan a un extremo con exclusión del otro. Estas riquezas y sorpre­ sas las reservan para sí mismos. pero. mas como nuestra capacidad cognoscitiva tiene que detenerse en la superficie. superficie y fondo. reservado. se forja mundos imaginarios propios que lo alejan del real. indiferente. esquivo. p. en id. Quien sólo conozca la superficie. como divididos (esquizo significa escindido) del mundo ex­ terno y de los demás hombres. excitable. Escasean las manifestaciones esternas. pero que siguen presentán­ dosenos como enigmas. deli­ cado. (12) Id. quien se describe aáí: “Soy duro como el hielo y. al mismo tiempo. 2) Tímido. id. posteriormente esqui­ zofrénico. ya que nos es imposible introducimos en la intimi­ dad ajena. — 124 — . suele tener una actitud aristocrática de aislamiento general aunque acepte pequeños círculos de amis­ tades. obtuso. sosega­ do. pues viven encerrados en sí mis­ mos. apacible. fríos y sensibles. la hipersensibilidad y la frialdad afectiva. delicado hasta lo sentimental” (l3). Id vida interior es rica y llena de sorpresas. por eso se dice que los esquizotímicos no sólo están escindidos del mundo sino tam­ bién dentro de sí mismos. p. sensible. aficionado a la naturaleza y los libros. 179* (13) Cit. nervioso. no entre la alegría y la tristeza. como los ciclotímicos. en cambio.esquizotímicos. 3) Sumiso. Bleuler llamó cultismo a esta carac terística... se ha logrado reunir los rasgos típi­ cos en tres grupos que son los siguientes: “ 1) Insociable. formal. aun después dp años de trato mutuo. sin embargo. Kertschmer cita a Strindberg. El esquizotímico nunca llega a sintonizar de manera plena con el mundo y la sociedad. Lo anterior explica la dificultad que existe para estudiar a estas personas. serio (sin humor). Todos se hallan dentro de la proporción llamada psicoesté­ tica que designa a los temperamentos que se rfiueven. podemos asegurar que hay muchos esquizotímicos que se rozan diariamente con nosotros. sino entre la excitabi­ lidad y la apatía. presentando rasgos complicados y con­ tradictorios. son excitables y apáticos. tor­ pe” (12). Lfe esquizotimia se halla con sus notas más puras en los leptosomos. reaccionan poco ante los estímulos y son poco precisos en sus movimientos. amboe extremos se suceden en cortos intervalos en la misma persona. por el contrario. en atléticos y displásticos. se dedican especialmente al atletismo de fuerza. cálida y natural. Son individuos lentos. Son típi­ cas en ellos la denominada viscosidad psíquica y la gran tenacidad en los propósitos y en la conducta. las aberraciones instintivas son más frecuentes que en los ciclotímicos. suelen presentarse caracteres diferenciales. es frecuente que aparezcan saltos bruscos e inexplicables para quien observa desde fuera. 3.— CRIMINALIDAD DE LOS TIPOS KRETSCfIMERlA NOS . En los esquizotímicos.— Son numerosas y altamente instructivas las. sobre todo en los casos en que se necesita más delicadeza que fuerza. pausados y hasta toscos en el aspecto psicomotor.se refugia en la poesía. poco inclinados a las reac­ ciones nerviosas por lo cual difieren de los leptosomos. pero suele ocurrir que. sobre todo la hom*osexualidad entre los leptosomos. Hay que partir del principio de que la Biotipología. al mismo tiempo que justifica el que no se consi­ dere a los atléticos como simples esquizotímicos. este hecho expli­ ca la tendencia a encontrar afinidades entre la epilepsia y la cons­ titución atlética. duran­ te la cual pueden cometer los mayores excesos. con mayor frecuencia de los extremos de hipersexuaüdad y de debilidad sexual. un resumen de los datos y conclu­ siones a que ha sido posible llegar. Daremos a continuación. de pron­ to. En cuanto a la marcha y ritmo de los procesos psíquicos. en filo­ sofías abstractas y sistemáticas. dando lugar a la clásica explosividad de los atléticos. son poco prácticos. Desde el punto de vista criminológico contiene destacar al­ gunos rasgos de los atléticos. A ve­ ces. si bien insuficientes para justificar la creación de un círculo temperamental aparte. según el propio Kretschmer reconoce. Kretschmer considera que ofrecen particular interés los de- — 125 — . Particular relieve tiene el desarrollo de la sexualidad para el estudio de las relaciones entre la constitución y el delito. el ritmo lento y reposado se acelera hasta límites inconcebi­ bles. por eso mismo. es complicada y contradictoria. En los ciclotímicos la sexualidad es franca. directa. aunque importante para explicar el delito no prescinde ni puede hacerlo de las influencias ambientales. con escasas aberraciones del instinto. aplicaciones que la Biotipología de Kretschmer ha tenido en el terreno crimi­ nológico. la lejanía histórica o geográfica. Id. hay mucha distancia. ¿Es que la mera vigencia de una norma penal es suficiente par. en el caso de un adúltero habitual y que se relaciona con varias mujeres. Kreíschmer se basa en una regla. el concepto de psicopatía no es puramente natural. Pero si se traslada a Bolivia o si en su patria queda abolido ese tipo penal.. Las investigaciones han confirmado esta suposición. permita deducir que una persona es psicópata ni que el delito significa en muchos aspectos una falta de adaptación social. unido a otros. La esquizotimia. en un país donde el adulterio constituye delito: sería delincuente y. Se­ gún esa regla. En lo que toca a estadísticas de delincuencia general. pp. por aña­ didura. — 126 — . En cuanto a la delincuencia por tipos. haciendo sufrir a la co­ munidad o sufriendo en el seno de ella” (I4).277. Piénsese. a veces violenta. supongamos prostitutas. hoscos. por ejemplo. (14) Id. con “a ” :í los atléticos y con " p ” a los pícnicos. La ciclotimia es un temperamento más adap­ table a las exigencias sociales. tropiezan con di­ ficultades de adaptación al medio común. psicópata. por el contrario. es cla­ ro el siguiente cuadro de distribución de criminales según los ti­ pos kretschmerianos y su relación con los porcentajes en que di­ chos tipos se encuentran en la población normal. El prime­ ro es un temperamento en el que abunda la simpatía cálida hacia los semejantes. Para sostener esta tesis. se da en individuos autistas.iincuentes habituales porque en ellos predominan los factores in­ dividuales sobre los sociales —afirmación discutible. Designamos con “1” a los leptosomos. que él llama externa y que le sirve de criterio. desde un comienzo po­ demos suponer que los ciclotímicos serán menos delincuentes que los esquizotímicos. independientes del medio con el cual se suelen colocar en oposición. 276 . por motivo de su estructura temperamental. el segundo se distingue por su frialdad sentimen­ tal acompañada de fuerte dosis de incomprensión para con el pró­ jimo. No se puede negar ni que la falta de adaptación social sea un signo que. por lo me­ nos si se pretende darle vigencia absoluta— Mucho más discuti­ ble es la opinión de que los delincuentes profesionales y habi tuales son psicópatas. sus actos ya no serán delictivos y desaparecerá la base principal para que se lo considere psicópata. se designan'“como psicópatas a aquellas personas que. Pero de esto a asegurar que todo delincuen­ te profesional o habitual es un psicópata.) establecer que alguien es psicópata? Ciertamente. pero tampoco se halla tan estrechamente ligado con lo penal. para luego iniciar una nueva alza. Los pícnicos no muestran particular propensión a comenzar temprano. aunque por otro camino. pero con la diferencia d e^ u c. p.30 y los 50 años. que no dan gran porcentaje de delincuentes prematuros. en sus líneas generales. cuando se presenta una declinación. (16) Kretschmer. En cuanto a preco­ cidad. — 127 — . L-i línea más firme y sostenida es la de tos displásticos. el nú­ mero de delitos se estabiliza en un nivel alto.Población adulta normal EN LOS CRIMINALES: Halle (150 sanos) Nictleben (91 enfermos mentales) Kiel (100 sanos) Graz (225 sanos) En conjunto 1 a P 50 30 20 52 42 32 32 40 45 57 *8 8 13 11 10 40 50 10 (*5) Si bien este cuadro ha recibido algunas críticas. 135. Nos damos cuenta de que el primer lugar en la delincuencia general lo ocupan los atléticos. al con­ trario de los demás tipos. tampoco contribuyen apre(15) Mezger. perQ dan índices de delincuencia crecien­ tes entre los 25 y los 50 años. sin embargo. pero mantienen luego un nivel de criminalidad cons­ tante hasta los 55 años. sobre todo cu relación con el hecho de que los criminales pertenecen a dis­ tintas regiones en las que quizá cambie el porcentaje en que se distribuye la población normal (la citada pertenece a Suabia). ob. entre los 14 y los 19 años. los atléticos ocupan un lugar intermedio entre leptosomos y pícnicos. p.. Los leptosomos se ini­ cian temprano en la delincuencia. inci­ den menos en ella entre los. siguen los leptospmos y sólo en el último puesto se hallan los pícnicos. más o menos. edad en que. su criminalidad crece a partir de los 55 ó 60 años (. Lo mismo su­ cede con las formas mixtas. la conclusión final no puede me­ nos que ser aceptada.é). Schwaab proporciona datos significativos. Criminología. Ya Ferri había afirmado que los delincuentes habituales tí­ picos se inician precozmente. al comprobar que los pícnicos. dt. Schwaab lo ha confirmado. por ejemplo el de la criminalidad en relación cotí la edad.^283. También se han podido comprobar diferencias en otros as­ pectos. En cambio. la escasa corregibiüdad de los atléticos. Resalta. pp. cit. frío y preme­ ditado por excelencia. Vierstein. lo que puede llevarlos a la comisión de delitos sexuales en que se manifiestan aberraciones del instinto. pero abun­ dan y son más claros entre los atléticos delincuentes. Los atléticos se inclinan preferentemente a los delitos en que prima la fuerza bruta. p..dablem ente en las cifras de delincuentes habituales. gene­ ralmente los cometen sin violencia. que tienen un carácter intelectual. Precisamente lo contrario sucede con los leptosomos. entre los ciclotímícos. no son sino secundarios en la población atlética normal. quedan por debajo de los otros grupos. ya vimos que el ciclotímico es de fácil adaptabilidad y se so­ mete a las influencias externas — de las que fundamentalmente echan mano los intentos correctivos— mientras que los esquizo­ tímicos resisten a las influencias ambientales y suelen presentar una personalidad terca y persistente en todo tipo de comunidad. descuellan en los delitos de robo (17) Id. había un 12% de incorregibles y un 65% de corregibles (l8). Tal hecho está de acuerdo con las características temperamenta­ les. Id. En cambio. estudiando a 150 reclusos de Straubing. (18) Mezger. 132. muestran clara inclinación a la reincidencia (l7). Los displásticos no se destacan especialmente en ningún tipo de delito salvo los dirigidos contra la moral. incluyendo la penitenciaria. los pícnicos escasean cada vez más a medida que áe agrupan los delincuentes habituales por un creciente número de reincidencias. de tipo epileptoide en ciertos casos. Ya en 1923. su número escasea notablemente en los delitos de estafa y afines. Los leptosomos se destacan en dos sentidos: en los delitos contra la moral y los cometidos con violencia. Otro punto importante es el de la relación entre los tipos kretschmerianos y los tipos de delitos. encontró entre los esquizotímicos un 58% de incorre­ gibles y un 20% de corregibles mientras que. Esa forma de conducirse está de pleno acuer­ do con los elementos explosivos que integran el temperamento del atlético. — 128 — . De las investigaciones de Schwaab y Rield pueden extraerse significativas conclusiones. 283 . tales elementos. son menos. Esta forma de conducirse pue­ de explicarse por las anomalías endocrinas que son propias de los displásticos. a los delitos violentos contra las personas y las co­ sas. Suelen darse en ellos impulsos anormales en lo sexual. consiguientemente. por ejemplo. ob. entre los que han sido condenados ocho veces que entre los que lo han sido cuatro veces. leptosomos y displásticos. de tal mo­ do.. al lado de la corregibilidad de los pícnicos. atléticos y displásticos que.286. En este caso. pp.. Todo tipo es abstracto. pero tienen una excita­ bilidad pronta ante ciertos estímulos externos. (20) Ob. 273. con la fuerza necesaria para hacerla valer en sus actividades delictivas. cit. delito en el cual ocupan el pri­ mer lugar entre todos los grupos. Lps pícnicos escasean mucho en el grupo de los ladrones. id. éste es siempre más rico en cualidades pues fuera de las “típicas” o generales contiene las individuales. 132 -136. me­ nos en los delitos de violencia y están en mayor número en el grupo de los estafadores. la que dura poco tiempo y luego da lugar al arrepentimiento. explican su alta participación en los delitos de estafa. ( Exner ha considerado que estas investigaciones sobre delin­ cuentes han logrado pocas ganancias netas (JÍ). 250. Pero son individuos fríos. Pero hay que tenerla siempre presente m / (19) V. (21) V B Criminal. ni en el orden heredobiológico ni en el criminobiológico puede prescindirse de ella. Esta limitación. entes ideales abstractos cuyo conocimiento no es suficiente para lograr otro exhaustivo del ca­ so concreto. — 129 — . inteligentes. sobre to­ do en la variedad asténica. Su agilidad mental y su forma de integración en la sociedad. p. Tal afirmación pe­ ca de pesimista. pero el delincuen­ te es real y concreto. pero. Su constitución endocrina suele impulsarlos a cometer delitos contra la moral si bien se hallan ausentes las abe­ rraciones. Id. no hay otro recurso que el colaborar en su desen­ volvimiento” (J0). Los ciclotímicos se in­ clinan a otras formas de conducta antisocial (19>. La vagancia y la mendicidad se dan fundamentalmente en i los individuos del círculo esquizotímico. inherente a toda Biotipología. ya la vio el mismo Kretschmer: “No es que la Biología cons­ titucional sea hoy algo perfecto. en que se dedican mucho al comercio y la industria. Esta forma de conducirse frente al de* lito puede explicarse porque los pícnicos se adecúan al medio ambiente en el que les toca desenvolverse. ' CON CLU SIO N ES .. indirectos en sus reacciones lo que los fa ­ culta especialmente para la estafa. Su poder sexual es frecuentemente inferior al medio. según puede comprobarse echando una ojeada a las páginas anteriores. cal­ culadores. no inclinados a las reacciones impulsivas directas.y estafa. o sea.— Lo primero que hay que recordar es que los tipos son eso: tipos. p. Tampoco cuentan. irreductibles a esquemas abstractos. de todos modos. Tales hechos se explican por ser los leptosomos autista¿. al subsumir caso concreto en un tipo.. aunque de otra mañero. Pién­ sese. con tal error de partida se puede llegar a consecuencias indeseables ya que tipificar no es todo. lo atípico. — 130 — . cit. si bien hay que usar la Biotipolo­ gía. pues. para hacer una clasificación de los delincuentes bolivianos con tanta exactitud como la alcan­ zada en Alemania donde el material humano es más o menos uni­ forme y se halla bien estudiado. en re­ lación con los atléticos pues ellos suelen presentarse más como ti­ pos intermedios entre leptosomos y pícnicos que como tipo inde­ pendiente. aún no están claras las implicaciones existentes entre la raza y el biotipo. Por lo tanto. llegaríamos a atri­ buir a la Biotipología un rigor y una universalidad que ni sus au­ tores quisieron darle.ra evitar un peligro en que se puede fácilmente incurrir: el de pensar que la Biotipología es algo así como una llave maestra qu^ abre la puerta de la comprensión de todo lo relacionado con el de­ lincuente. como ya vimos. a Lombroso: así se concluiría con imposibilitar la aplicación d¿ la Biotipología a los casos concretos a fuerza de querer obligar ¡> éstos a que se adecúen a aquélla. entre estos aspectos existen relaciones que no han sido enfocadas con la suficiente amplitud por la Biotipología. puede correrse el riesgo. lisa y llanamente. 'Más serias nos parecen ctras objeciones. así se retom aría. de que todo se detenga en el estudio del tipo con !o que se cometería otro error que el mismo Kretschmer ha evitado al tomar también en cuenta los factores ambientales. en los caracteres típicos kretschmerianos y ¿i pueden aplicarse. eso no es verdad. Los tipos nos dan meras pautas de orientación para el estudio de la reali­ dad. (22) Véanse las observaciones del propio Kretschmer. la forma de vida. No corresponden a cada caso concreto totalmente considera­ do. Por este camino. Se olvidaría que. sobre las peculiaridades de los atléticos. en los estudios biotipológicos. el grupo socioeconómico al que se pertenece. no hay que creer que ella lo logre todo. Por otra parte. oh. se trata de medias ma­ temáticas que no pretenden recoger toda la enorme variedad cua­ litativa de lo real. Fuera de que resulta poco coherente el que haya un sólo temperamento característico de dos tipos constitucionales (2:V Además. 230 -240. Por ejemplo. por ejemplo. que la Biotipología kertschmeriana — como las demás— tiene riesgos que pueden’ ser evitados con sólo recordar las advertencias de su creador. pp. Vemos. nos limitamos a reconocer en aquél los rasgos generales. son términos medios. dejando de lado lo estricta e irreductiblemente individual. En lo temperamental. Jung. incluyó mucho en auto­ lies posteriores. Esta distinción. Según Jung. otras en que ya se han rea­ lizado algunas investigaciones. dentro de estas líneas generales.<cluyentes. — Fuera de la de Kretsch­ mer. el ambivertido. Pende. Hay. (24) V. Hay variedades. las tendencias ins­ tintivas. la de Kretschmer lleva. el objeto atrae y casi asimila al objeto. existen otros tipos de Biotipología. (ung no piensa que los tipos mencionados sean e. Distingue cuatro tipos corporales fun­ damentales caracterizados por el valor relativo de las medidas lon­ gitudinales y la proporción de las partes: el longilíneo esténico. Ver también las obras de este último autor.4. si-i duda. los brevilíneos. Para establecerlos. hay básicamente dos tipos humanos: el introver­ tido y el extravertido que son variaciones de un tipo central. o sea.a propia interioridad del individuo. Se basa en los tejidos que forman el embrióh y que lue­ go dan lugar a todo el organismo. Pen­ de y Sheldon. algunas de ellas quizá más completas. el sujeto se retrae so­ bre si mismo y conserva su independencia frente al objeto. Los tipos psicológicos. Tratado de Blotlpologfa Humana. nos referiremos a las de Jung. en el segundo. sin embargo. tiene un apéndice escrito por di Tullio bajo el título Blotipologia y criminalidad. Esta Biotipología h* sido seguida por los autores italianos y especialmente por di Tu­ llio (“ ). El ex­ travertido es un hombre que se adecúa fácilmente al ambiente a cuyos vaivenes está sometido. de reac­ ciones rápidas e inestables. no en el de Freud. Et introvertido es similar al esquizotímico y el ex­ travertido. lentos y estables. los longilíneos son taquipsíquicos. Pueden dirigirse estas hacia objetos extemos o hacia . el longilíneo asténico. en tal aspecto. pone espe­ cial énfasis en las condiciones celulares y hormonales de las que depende el temperamento. Sheldon es creador de la más conocida Biotipología estado* unidense. el brevilíneos esténico y el brevilíneo asténico.— O T R A S B IO TIPO LO G 1A S. Por el contrario. (25) V. el introvertido es más independiente del medio que no halla una receptividad gran­ de en el su jeto. En el primer caso. Pero aquí nos interesan especialmente las aplica­ ciones criminológicas. Nicota Pende domina en la Biotipología italiana. — 131 — . Clasifica a los hombres en endo- (23) En el sentido jungiano de fuerza impulsora inicial. hay que considerar aquello a que se dirige prevalentemente la libido (” ). al ciclotímico (:4). se los clasifica conforme a la tendencia que predomina y nada más. como se ve. la delantera. ha­ bía desaparecido. S. vivía solo. LOS CASOS DE BOEHMER Boehmer ha realizado investigaciones sobre algunos casos es­ pecialmente ilustrativos en relación con la constitución y el tem­ peramento... Las sospechas recayeron de un modo puramente fortuito sobre el fu turo yerno de la hija de S.Sólo después de advertencias y reconvenciones se desmo­ ronó su resistencia a confesar. especialmente.i los cinco días de cometido el crimen. a los pícnicos. mesomorfos y ectomorfos que. y que por las noches guardaba S. pp. (27) V. tal como se hallan transcritos por M ezger(28). Esta le exhortó a que dijera la verdad de todo lo ocurrido. También ahora negó al prin­ cipio de manera obstinada que tuviera »participación alguna en el hecho. sólo se le detuvo por segunda vez . Kretschmer.formas. ob. Después de esta seguti(26) Es uñ hecho muy significativo el que. equivalen. Glueck. alrededor de las 11 de la ma­ ñana. 136 -141. en su misma cama. pero después que salió la madre ma­ nifestó el inculpado que no podía decir nada más. Interrogado de nuevo sin éxito positivo. fue detenido. Dadas sus peculiaridades.. — 132 — . aproximadamen­ te. peí o puesto en libertad por falta de indicios suficientes. pero pidió hablar con su madre an­ tes de hacer nuevas declaraciones. Han sido especialmente los esposos Glueck los que han aplicado esta Bi¿tipología en sus estudios (27). Dicho individuo. atléticos y leptosomos de Kretschmer. con señales manifiestas de haber sido estran­ gulado. reproducimos tres casos. Sheldon y Eleanor T. CASO I EL CIRCULO LEPTOSOMICO: EL ASTENICO ASESINO “El 24 de diciembre de 1925. cit. fue encontrado el rentista S. El hecho se había llevado a cabo con precau­ ción extraordinaria y faltaban huellas manifiestas del autor. la mayoría de las biotipologías estén de acuerdo en puntos funda­ mentales. pp. rogando se le concediera comunicar de nuevo con ella. Una pequeña cajahucha que contenía 260 marcos. (28) Ob. . de ochenta y dos años de edad. E..300. en que aplican los tipos de Sheldon. muerto en su cama. Physiqne and deUnqnency. cit. 295 . con los que guardan también afinidades temperamentales (:6). pese a discrepancias. estudiado por Boehmer. Este caso. E. donde com­ partía la habitación con un huésped. a quien dio 40 marcos. tomó una toalla. Después se compró un sombrero y un abrigo e hizo un viaje de recreo a Lubeck. puso de nuevo el oído en el pecho de S. Después penetró en la alcoba. Al salir de la alcoba. que no de­ je tras sí huella alguna. Durante todo el proceso negó con gran habilidad haber com etidi un homicidio doloso. que no comprometa en ni. y al no hallar en ella la caja. confor­ mándose al instante. Desde allí se fue a su casa. y al regresar de allí fue detenido. se presentó una tarde en un punto de automóviles. com­ probando que vivía aún. Se acostó con toda tranquilidad y durmió hasta la mañana del sP guiente día. aproximadamente. y por ello sólo se le condenó. hasta su traslado al establecimiento penitenciario. muestra de hech j rasgos esquizoides totalmente genuinos. que combine todo de una ma­ nera perfecta en la preparación y ejecución del delito. El anciano S. en la habitación de S esperando en el vestíbulo hasta que se apagó la luz del corredor. A continuación se apoderó de 260 marcos.. no ha mostrado señal alguna de arrepentimiento. Después. pretendien­ — 133 — . a eso de las ocho de la tarde. con arreg1o al párrafo 214 del Código Penal del Reich. en cuyo momento se despertó este último. una vez cumplido el tiempo de la condena. y a pesar de no tener din > ro. la buscó en el propio lecho de S.v gún instante. Primeramente se dirigió a la cómo­ da. Durante algunos días erró de un lado pa­ ra otro sin ocupación alguna. se desplomó priva­ do de conocimiento. que después de cometido el delito atienda en todo momento a su seguridad y se defienda de un modo en ex­ tremo hábil. su propia seguridad. C A S O II EL CIRCULO ATLETICO: EL ATLETICO ASESINO “ El marinero H. a la par que le cogía la garganta con la mano izquierda. a la pena de reclusión perpetua. Dijo aue había entrado por es­ calamiento.. 207): En tal gé­ nero de comisión de un homicidio sorprende el hecho de que c-1 autor trabaje con el mayor cuidado. con la que le ató las me­ nos y le ligó las piernas con un chal de lana. “Boehmer observa respecto a este caso (p. en lo que respecta a la frialdad y escisión de su cálculo”.da entrevista. fue puesto en libertad. y en los últimos meses. Entonces le metió un chal en la boca para impedir que gritara. que había en la hucha. Oyó la lectura del fallo con indiferencia cínica. confesó plenamente. pistola en mano. ni un sólo instante demuestra temor. que a consecuencia de la participación en ella de los habitantes. tanto más claramente la monjtruosa explosividad afectiva y la falta de dominio sobre sí mismo. acech i en la carretera a un motorista. De hecho falta en este caso. pero pudo desasirse. hizo fuego sobre éste. Comete un asalto absurdo (contra la persona del motorista). se destacó. H. Después huyó. como se observa con frecuencia en la base atlética. expuesto por Boehmer.. y s&dio a la fuga. Toda la policía rural del contorno se puso en movimiento. sin precedentes. La ac­ titud de H. pero pronto es arras­ trado por su temperamento. saltó detrás de un seto. y huyendo de ellos. disparó sobre él dos tiros. “Boehmer observa respecto al caso (p.do aiquuar uno. la capacida 1 de empatia humana. — 134 — . le mandó parar y. Su delito es la cumbre de la brutalidad y de la violencia. en una granja. Intentó atraer con engaños al chófer a un lugar apartado. que es característica de la conducta del píc­ nico . no es ya casi la de un ser humano. En la tarde siguiente. se avalan7Ó sobre él. Por último. en la que H. entregándose. y confiesa sonriendo los hechos punibles re. de modo absoluto. pero. en la persecución de que después es ob­ jeto. causándole una herida mortal en el cuello. la estilización fría del tipo es­ quizoide extremo. y acaso evoca ciertos rasgos del círculo epileptiforme”. fue localizado por un guarda rural que iba acompañado do su perro. sólo se entrega cuando se halla gravemente herido. atravesándole el corazón con una bala. entablán­ dose una lucha a brazo partido. sin más expli­ caciones. tomó los caracteres de una caza del jabalí. por fin. En la mañana del siguiente día. y en la pierna a otro. fue señalada la presencia de H. re­ cibiendo varias heridas por arma de fuego en la lucha y perdien­ do un ojo. con desprecio absoluto de todas las con­ sideraciones para la vida de sus prójimos. hirió en el vientre a un campesino. en verdad no muestra este caso.cicloide. y con la propia pistola del funcionario hizo fuego. También en el curso del proceso y después de la con­ dena a reclusión perpetua (párrafo 214 del Código Penal del Reich) no mostró arrepentimiento alguno. en cambio.v tizados. el modo de ejecución. conminándole a que &e entregara. H. no sin haber hecho antes algunos disparos contra sus perseguidores. cayó a tierra. Un funcionario de la policía. pero fue cercado de nuevo al cabo de unas horas. donde fue detenido por un labrador. También prepa­ ra al principio su acto de manera cuidadosa. como el antes ex­ puesto (I) del círculo leptosómico. y empezó la persecu­ ción de H. arriesga sin consideración su propia persona y vida. sin conseguir su propósito. 208): Este autor pro­ cede de modo totalmente diverso que el asténico. en lugar de hacerlo. fue. pensando que él también — 135 — . Un domingo por la mañana.CASO III EL CIRCULO PICNICO: EL PICNICO ASESINO " xVi. en los últimos anos. Con afecto. en cu­ ya operación invirtió más de una hora debido al estado de debi­ lidad en que se encontraba a causa de la grave lesión sufrida. se inostro en el taller más silencioso de ¡o que era su costumbre. De pronto. cuando volvió en sí. creyó opor­ tuna adquirir una pistola. sirve como camarero auxiliar en un café. el carácter algo brusco de la mujer ha contribuido a enturbiar la alegría de ames. ilevando la pistola con el objeto de probarla. que hasta ahora nunca se le había aparecido de tintes tan sombríos. Una vez en el bosque jugó du­ rante algún tiempo con los niños y después se sentó en un banco. En ocasiones manifestó M. Al prin­ cipio no pensó siquiera en los niños. produciéndose una herida en el cerebro que le privó largo rato de la conciencia. A pesar de todo. En los últimos tiempos. Es persona de hu­ mor generalmente alegre y un buen padre de fam ilia. pero no confeso a nadie sus pesares. con frecuencia aparecía con los ojos llenos de lágrimas. a dar un paseo por el bosque en compañía d i sus hijos. sus­ tituyendo a uno de los camareros. Como quiera que por las noches te­ nía que atravesar lugares solitarios en pleno campo. hasta que su mirada recayó en eilos.‘y profesa un amor entrañable por sus dos hijos de corta edad. Sin deliberar un soio instante. arrav tró sucesivamente los cuerpos hasta una cabana próxima. En los prime­ ros tiempos. su matrimonio transcurrió felizmente. como era su costumbre. se encontró con los dos cuerpos de los niños a su lado y le saltó el pensamiento de que no podía dejar así a sus hijos en el bosque. le vino a la conciencia la miseria de su situación pre­ sente. Después volvió el arma sobre sí mismo. pero este pensamiento fue só­ lo de carácter pasajero. las horas que su oficio le deja libre (trabaja en ia conieccion üe zapatillas). a su cu­ nada el propósito de divorciarse. pero. recordando los frecuentes disgustos con su mujer. Repentinaménte. infatigable. Des­ pués se colocó al ledo de los cadáveres. las relaciones entre los cónyuges volvieron a ser cordiales. surgió en él el pensamiento de que tenía ia pistola en el bolsillo y asoció con ello la idea de quitarse la vida. puesto que antes del paseo s? había comprometido a prestar servicio por la tarde en el café. es un trabajador. Indudubiemente no era oirá su intención. y en los domin­ gos. se sentó en el suelo al la­ do de sus hijos y les dio muerte de modo sucesivo con dos dispa­ ros que les atravesaron la cabeza. moriría pronto. pero no a la manera de los dos casos precedentes. a su modo. M. 209): Este autor. Fue condenado con arreglo al pá­ rrafo 213 del Código Penal del Reich (homicidio cometido en es­ tado de arrebato) a una pena de prisión de duración corta. "Boehmer observa respecto il caso (p. no escindida. no lo es en el sentido d¿ los dos casos anteriores (1 y II). la vida misma. — 136 — . pero de un modo nítido resalta en él la conexión pasiva. donde se consiguió que salvara la vida. Verdad es que este caso estudiado por Boehmer no reproduce todos los rasgos característicos del pícnico cicloide. como de índo­ le brutal. ha sucum­ bido bajo el peso de ella. También puede considerarse este hecho. en cambio. Los autores de los dos casos anteriores intentaban configurar. con la vida y con el destino”. De nuevo perdió el sentido y sólo al cabo de unís dieciséis horas fue descubierto y conducido al hospital. Este acto ha surgido de la com pleta y total posición pasiva del autor frente a la vida.. que aparece en la categoría de los asesinos. Su acto aparece determinado por la pasión. Esta tarea nos es imprescindible. surge inmediatamente la necesidad de explicar las causas para tan grande disparidad de conducta. sus delitos presentan peculiari­ dades que un observador experimentado puede reconocer sin ma­ yores dificultades. La mera observación diaria prueba que existen claras dife­ rencias entre el hombre y la mujer. Este simple hecho justificaría el que se dedique un capítulo especial al estudio del sexo en sus repercusiones criminológicas.C A P IT U L O III EL S E X O 1. y por qué. bien han alterado en algo la proporción establecida por el sociólogo belga. sea en la forma de conducirse. sin embargo han confirmado el predominio masculino en el campo criminal. — 137 — . Admitidas las cifras. Quetelet hizo notar que entre la criminalidad de los va­ rones y la de las mujeres había la proporción de cinco a uno. sea en su constitución. si.— LA C R IM IN A L ID A D Y EL SE X O . y eso nos lleva a investigar las circunstancias biológicas. sino de las diferencias cualitativas. Los estudios posteriores. sino también por qué se inclina hacia ciertos tipos de delitos y se aleja de otros. Deberemos explicar no sólo por qué la mujer delin­ que menos. pero se tropieza con serias dificultades cuando la meta perseguida es la de fijar algunas conclusiones cien­ tíficas generales. pues de ella debe resultar la explicación no sólo de las discrepancias cuanti­ tativas en la criminalidad de ambos sexos.— Hace ya más d i un siglo. aunque caiga bajo los mis­ mos artículos del Código Penal. psíquicas y so­ ciales que caracterizan a cada sexo y determinan su manera de obrar. Fisiología Hamana. El primero es el cromosoma femenino. podemos decir que el sexo interesa a la Criminología. por ejemplo la educación afeminada que reciba un niño. las glándulas endocrinas. 260. p. desdibujarlos. Tampoco pueden dejarse de lado las influencias ambientales. con unos se relaciona estrechamente. provocan la aparición de ciertos rasgos. en el nuevo ser. no sucede lo mismo con el par destinado a transmitir el sexo. lo que puede determinarse por una simple observación al microscopio.— La determinación del sexo se halla ligada con la herencia. etc. ni son igual­ mente propios de uno u otro sexo. es de recordar que mientras la fórmula de la mujer es XX. Porque se asocia frecuentemente con el vicio y el delito (prostitución. 3. Cada ser posee un número determinado de cromosomas que se asocian por pares. En resumen. Taft.) ('). el masculino. ex­ pendió de drogas. por las siguientes ra­ zones: 1) 2) ’ 3) Porque se vincula íntimamente con los delitos sexuales.Tampoco puede afirmarse que el sexo nos interese igualmen­ te en todos los delitos. (2) V.— DIFERENCIAS SEXUALES. juego.). pp. — 138 — . los miembros de cada pareja son similares y provienen uno de cada uno de los progenitores. A los miembros del par de cromosomas sexuales se los denomina X y Y. loí miembros de él son desiguales. el segundo. Porque ocasiona delitos de tipo no sexual (hurtos. entre ellos el del sexo.— No tedos los caracte res sexuales son modificables con igual facilidad. Houssay. 783 . Criminology. homi­ cidios. sino también de otros factores que pue­ den acentuarlos. lesiones.785. la del varón es XY (2). corrupción de menores. para distinguirlos entre sí. etc. borrarlos y hasta entremezclarlos. Si el aparea­ miento por cromosomas homólogos ocurre para casi todos ellos. De allí que se haya presentado la necesidad de clasificarlos en caracteres primarios y secunda­ rios del sexo. Pero los caracteres sexuales no dependen exclusivamente de las combinaciones génicas. encubrimiento. Papel protagónico tienen a este respecto. con otros de un modo más lejano y geheral. sin embargo. clasificación que tiene gran importancia crimino­ lógica. Los cromosomas — cuer­ pos encargados de la transmisión de los caracteres hereditarios— . 2 — DETERM IN ACIO N DEL SEXO . (11 V. epidídimo.— De 0 a 16 años. pp. los menos. funcio­ nales y psíquicos. 994 . esta superioridad adquiere su máximo alrededor de los 18 años. Ellos suelen tener gran significación pa­ ra la delincuencia. mientras en otros. 782 . (4) V.momentos de la pubertad. Sex and Personality. Fuerza muscular. Lewis Terman: Psychological Sex Differences. Peso y estatura . en los.tipos con rasgos sexuales contradictorios. Entre los caracteres morfológicos extragenitales tenemos los senos. las cuerdas vocales (después de la pubertad). peso y estatura del varón son. por término medio. ellos también presentan variantes de sexo a sexo (3). vulva.993 del Mannal of Child Psychology. se produce una nivelación. En la pubertad comienzan a tomar relieve —o simplemente más relieve— los demás caracteres secundarios. Hasta la pubertad. Estos caracteres están ligados entre sí y sólo de modo excep­ cional — aunque no siempre patológico— se dan. se dividen en morfológicos. Se hallan constituidas aún antes del nacimiento.). sin embargo. las principales diferencias existentes en ­ tre varón y mujer residen en los caracteres primarios y en los se­ cundarios genitales.. Se constituyen en una etapa posterior del desarrollo. En cuanto a los caracteres psíquicos (forma especial de com­ prender. pp. Term an y Miles. son los que se hallan más íntimamente relacionados con los cromoso­ mas Y y X. esta relación se invier­ te en la mayoría de los casos. en que llega al 50% . Los caracteres morfológicos genitales son los órganos vecto­ res de los gametos y glándulas anexas. los que lograrán luego su máxima diferenciación durante la vida adulta (4). útero. en todas las edades. Helena Deutsch: La psicología de la mujer (desde el punto de vísta psicoanalitico). Los caracteres funcionales se hallan estrechamente relaciona­ dos con la constitución. Entre los caracteres secundarios. a su vez. canal eferente. sentir. uretra y pene. (3) Id. vagin*. clítoris y glándulas anexas. Id. la pilosidad secundaria. dirigido por Leonard Carmi­ chael. — 139 — .783. mayores en un 5% a los de la mujer. se distinguen los genitales y extragenitales que. etc. 371 450.— Preponderan los varones. trompas.Houssay los divide así: Caracteres primarios: Las gonadas (testículos y ovarios). sobre todo pp. la forma general del cuerpo. las niñas llevan a los niños un adelanto de 12 a 20 meses. excepción de la tuberculosis. En lo tocante a las diferencias psicológicas. en la dentición. Posteriormente. pues en igualdad de condiciones. la gracia y la belleza. las mujeres. Hay que poner en relieve la inestabilidad creada en el aspecto gonadal por el ci cío especial de la mujer. la relación entre los sexos es la misma. de reacción negativa ante órde­ nes. esta inestabilidad de las funciones femeni' ñas. el parto y la lactancia. románticas.— En el juego — una de las actividades más reveladoras de niños y púberes— los varones tienden a los de fuer za. Resistencia a las e n f e r m e d a d e s Es mayor en las mujeres que en los hombres. Estabilidad de las funciones .se encuentran más o menos equiparados). hiortilidad . los varones prefieren obras de aven­ turas. combates. En las lecturas y ci cine. — 140 — . fuera de casa. sobre todo en las enfermedades infecciosas. a los juegos que se realizan dentro de casa. ambos sexos. Mientras los niños se inclinan por los juegos al aire libre o. las mujeres se inclinan pol­ las obras sentimentales. movimiento. lucha y competencia. son más afectos a las peleas materiales (en las puramente ver­ bales. se pueden anotar los acápites siguientes como especialmente importantes. hecho que sin duda proviene de los cambios en la situación social general de la mujer. el que causa transtornos orgánicos y psí­ quicos cuya intensidad no puede compararse de ninguna manera con los ligados con la producción de gametos y hormonas mascu­ linos. más en general.— Mayor en el hombre que en la mujer. las mujeres prefie­ ren jftegos en que intervienen sentimientos familiares y materna­ les. de artes femeninas y relacio­ nadas con el hogar. Pero tam­ bién las mujeres decaen antes. eso sucede — dentro del campo de nuestros intereses— en el funcionamiento de las glándulas endocrinas.M adurez . Los intereses . será complicada aún más durante los períodos del embarazo. En estos aspectos no hay diferencias debidas a educación o clase so­ cial. Similar ventaja muestran en el des­ arrollo del esqueleto y una algo menor.— Muchas características diferenciales provienen del hecho de que las mujeres maduran antes que los varones. se nota hoy una acentuada tendencia de las muchachas a invadir los juegos antes reservados a los muchachos.— Mucho mayor en los hombres que en las mu­ jeres. en ellos se dan más ejemplos de ira. La acción .— Es más agresiva y dominante en los varones. ingenio. Sin embargo comp: rando estudios antiguos y modernos. misterio y ciencias. en Jo i-eferente a la madurez sexual. para explicar las formas de delincuencia predominantes. en las etapas pubcrales y pre .En lo que toma a la imitación y la sugestión.— Cuando se aplican pruebas de inteligen­ cia a grupos numerosos.entc repudiados y de conductas de­ lictivas. según la región de que se trate (s) Dentro de tales proporciones extremas se ha­ llan las del mundo entero.2 a 1. hecho que ya com­ probaron los precursores y fundadores de la Criminología. por la que guían gran parte de su conducta. Un estudio adecuado nos demostrará la enorme importancia que adquieren las anteriores diferencias. en tal etapa. al detalle. Atracción por el otro sexo . (5) Criminal Behavior. Sin embargo.— Los caracteres anteriormente anotados arrojan mucha luz para expli­ car las diferencias entre la criminalidad masculina y femenina. Existen diferencias notables en lo que toca al número con que cada sexp contribuye a las estadísticas dfe la criminalidad en general. — 141 — .puberales.5 a 1. pp. no se llega a conclusión'alguna que per­ mita afirmar la superioridad de uno u otro sexo. Esta característica suele afirmarse en la etapa final de la adolescencia: pero es frecuentemente débil o inexistente en edades anteriores. aun después de la pubertad. están más sometidas q u . abstracto y de conjunto. tienden al conocimiento lógico. Reckless. 96 . Habilidad m ental . tienen más im­ portancia en las mujeres que en los varones. so ha observado que los hombres dan mayor “dispersión”. los varones. varían desde un 19. es decir. 4 — C RIM IN ALID A D M ASCULINA Y FEMENINA . También se puede notar que entre las mujeres hay mayor inclinación al co­ nocimiento intuitivo.—.— La mujer es más sociable que ei hombre: en ellas las tendencias sociales se manifiestan más agudamente y con mayor frecuencia. en que los caracteres secundarios del sexo no están claramente diferenciados. hasta un 3. al examinar cifras de varios países.98. se hallan profundamente sometidas a los sentimientos familiares. el varón al deseo de lograr la aprobación social.en cada sexo. mayor número de superiores e inferiores mentales. las mujeres se mantienen en mayor cantidad en los términos medios. Son más celosas.Es lo normal en la personali­ dad adulta al extremo de que la atracción sentida hacia personas del mismo sexo ha sido considerada entonces una aberración ins­ tintiva. siempre con predominio de la crimina­ lidad de los hombres sobre la de las mujeres. fuente de actos socialrr. Conducía social. hace notar que las proporciones entre la delincuencia masculina y la feme­ nina. los que son más laxos con el hombre: desarrolla sus actividades más en el seno del hogar que fuera de él. correspondientes a abril de 1978 dan las siguientes cifras: varones. las causas que permiten explicar las disparidades estadiV (6) El último punto ha de tenerse especialmente presente cuando se trabaja con esta disticas sobre población carcelaria. hasta una proporción que alcanza. muestran las estadísticas. Por fin. En cuanto a reclusos en la Cárcel de Mujeres y la Peniten­ ciaría de La Paz. mujeres. en lincas generales. en su página 16. por ejemplo. Como puede verse. Entre las razones que explican por qué la criminalidad feme­ nina es realmente menor que la masculina. 44: es decir. una proporción de 16 a 1. más o menos. hay tipos penales definidos de tal manera que sólo o casi sólo pue­ den ser cometidos por hombres (sobre todo ciertos delitos sexua­ les: violación. 1. Los últimos datos.. evitando que ellos lleguen a ser sentenciados o se traduzcan en el ingreso de la delin­ cuente en un establecimiento penitenciario (6). las proporciones sobre criminalidad total van de l a 5 en lo que toca a faltas policiales que han llevado a detención de ios culpables. — 142 — . 9. como sucede.188. De los informes dados eii ocasión de las visitas judiciales de cárceles. Las estadísticas de la Dirección de Investigación Nacional (DIN) correspondien­ tes a 1977. seducción. 718. son tanto biológicas. resulta un promedie distinto al arriba mencionado. se halla más sujeta al control de la familia y de la vecindad. etc. mujeres. Sin embargo es posible que existan motivos que traen una disminución artificial del número de delitos cometidos por mujeres. La mujer es más pasiva ante la vida. con los delitos propios de los funcionarios públicos. hay de­ litos a que el hom bre'se encuentra próximo por la índole de su trabajo. Por otra parte y en lo referente a las leyes.745 lo que significa una relación de algo más de 5 a J. El hombre es más activo y participa más en la vida social. pero no como agente). el reducido número de detenidas que hay en la primera ocasiona que pequeñas variaciones traigan consigo cam­ bios considerables en las proporciones. en que la mujer es tomada en cuenta como víctima. de 1 a 12 en lo que toca a detenidos en cárceles. dan las siguientes cifras de detenidos: varones. actitud pa­ ra la cual está mejor dotado por su propia constitución. como psíquicas y sociales. Hay razones que permiten aceptar como indudable la verdad que. lo que puede significarle mayor número de opor­ tunidades y tentaciones de delinquir.En Bolivia. se hallan los caracte­ res propios de cada sexo. corporalmente más débil. es más agresivo. rapto. en 1882. Para fines de comparación. 431. las proporciones en que cada sexo delinque en relación con el otro. sin duda. a este respecto. quedarían sin explicación los casos de la mayoría de los países industrializa­ dos. p. Id. Pero tampoco hay que pensar que todas las diferencias pue­ den ser comprendidas a la luz de los factores ambientales. Esta última cifra suponía. véase m is arriba. 430.. dando importancia sólo a los factores individuales o a los sociales. (9) Id.8%. pese a la creciente intervención femenina en todos los órdenes de la vida social. la propor­ ción de su delincuencia ha disminuido en relación con la masculina. (8) Goeppinger. cuan­ do la mujer intervenía enormemente más en asuntos y funciones públicos. no han variado de manera substancial. en los cuales. pero si nos atuviéramos exclusiva o casi exclusivamente a él. inclusive.4 (») (7) Las consignadas en "La Mujer Prostituta y Delincuente” . pp.1%. en el capitulo dedicado a Lombroso.5 15.2 (1963) 11.ticas consignadas más arriba.2 10. citamos los porcentajes que el mismo autor menciona y que se refieren a otros autores: Inglaterra/Gales Francia Yugoslavia Holanda Austria Suiza Estados Unidos (delin­ cuentes descubiertos por la policía) Años Porcentaje (1965) (1957) (1950/54) (1963) (1966) (1967) 14. incluso podemos citar el ejemplo de Alemania donde. — 143 — . especialmente por el incremento de hurtos (8). Hay que guardarse aquí de ir a los extremos. la que es casi igual para ambos sexos. política y económica. esa participación había bajado al 13. un alza respecto a las de años anteriores. pese a la creciente interven­ ción de la mujer en la vida social. se ha apuntado fundamentalmente a la menor interven­ ción que tiene la mujer en la vida social extrahogareña como cau­ sa de su menor criminalidad: factor importante. la participación de las mujeres en la criminalidad total. Goeppinger hace notar que. Criminología.3 13 18.8 22. era del 19. sean o no del tipo lombrosiano (7) olvidan la enorme importancia de los factores socia­ les. Las teorías antropológicas. en 1970. in­ dulto. también existen notables diferencias entre los dos sexos. perdón. En lo que toca al tipo de delitos cometidos. se ha notado que obran con gran laxitud cuando se trata de mujeres encausadas. Sobre todo en los lugares en que se halla en vigencia el método de jurados.0 100.9 muchachos por ca(10) CrimtaolofU. la de 5.3 1.6 15. como el aborto. por lo menos si se pretende inferir de ellas el grado relativo de su pro­ clividad al delito. También hay que anotar que es más que probable que los delitos femeninos escapen a las es­ tadísticas con mayor facilidad que los masculinos. p.0 2.0 Mujeres % 34. El Children’s Bureau de los Estados Unidos daba como pro­ porción de delincuentes en general.0 “ (*) La pequeña proporción puede explicarse por el número insignificante de casos perdonables que dejan en pie las abundan­ tes eliminaciones anteriores” (IC). gozan de más consideraciones para ser arrestadas. ellas cometen delitos de difícil descubrimiento y prueba. 132.7 100. Ya vimos que buena parte de la proporción se debe a la forma en que están redactadas las leyes las que conside­ ran que ciertos bienes jurídicos son más dignos de protección— o los únicos dignos de protección— cuando sus titulares son muje­ res.5 40.4 50. son más benévola­ mente tratadas en los juicios. reciben con mayor frecuencia que los hombres los beneficios legales de conmutación. pero no cuando lo son hombres.Al lado de estas razones. libertad provisional y condicional.0 3. rebaja de penas. Hentig nos da la siguiente estadística de Estados Unidos: PRESOS LIBERADOS Causa de liberación Hombres % Cumplimiento de condena Bajo palabra Perdón Otros métodos Muerte TOTAL: 39. y cam­ bio de penas en sentido favorable. que explican la existencia de una real menor delincuencia femenina.3 C) 12. hay argumentos que permiten afirmar que las estadísticas exageran en favor d e la mujer. — 144 — .2 1. 0. varones. Los informes sobre reclusos. entrada ilegal en casa ajena. 6 a 1. 68 a 1.s. Reckless. para mostrar hasta dón­ de llegan las “cifras negras" en algunos casos.3 a 1 (•*). conducta desordenada. En cuanto a delitos en particular. 23 a 1. si bien distintos in­ formes no coinciden en cuanto a números. ob. al mes de abril de 1978. En los arrestos policiarios d s adultos en Estados Unidos. en el momento a que nos referimos. robo. 3 a 1.. detenidas por otros delitos.da muchacha. mientras que en los varones existe toda la gama penal. 100. los que realmente ocurren anualmente en La Paz. abuso de confianza y fraude.4 a 1. 61 a 1. sólo hay. 45 a 1. 69 a 1. donde la razón es de 92 a 1 (los números citados primero corres­ ponden a los varones) (n ). 48 a 1. No hay. mues­ tran. (12) V. el que no haya nin­ guna reclusa por el delito de aborto. 13. las proporciones son las siguientes (primero van las cifras correspon­ dientes a hombres): en general. homicidio. quizá el tipo penal en que más incurren las mujeres. (11) V.6 a 1 en las ofensas sexuales. todos apuntan hacia un número elevado de abortos ilegales. m anejar intoxicado. cit.. pp. --------------------. portación ilegal de armas mortíferas. pasando por el delito de entrada ilegal en casa ajena. hasta la de 0. 10 a 1. violación de leyes de tráfico y conducción de autom ó­ viles. Llama particularmente la atención. en las dos cárceles citadas. delitos relacionados con estupefacien­ tes. la proporción va desde 201 a 1 en robo de autos. las siguientes cifras relativas en­ tre mujeres (M) y varones (V): D elito Drogas prohibidas Homicidio Cheques sin fondos Estafa Asesinato Hurto Robo Estelionato M V 23 2 6 3 3 3 1 1 318 82 23 30 32 20 25 8 . faltas contra la familia y los niños. prostitución y vicio comercializado. llegan a varios miles. 7 a 1. 22 a 1. en violación. Id. otras faltas sexuales (ni viola­ ción ni prostitución). p. 100 • 101. — 145 — . robo de automóviles. U. 30 a 1. — 146 — .236. 232 . d e acuerdo con las características de cada sexo.. salvo que haya claras ventajas de su parte (víctima muy débil o despre­ venida). pp. activa y frecuentemente ligados con circunstan­ cias económicas. se pueden hallar diferencias cualitativas importantes desde el punto de vista de la ejecución. si bien su número en los otros dos apartados aumenta en tiempo de convulsiones sociales o polí­ ticas (H). castración y desfiguración del rostro por venganza (el uso de ácidos para afear a la rival. 126. Hay que hacer notar también la disparidad de los motivos del delito. las mujeres se desta­ can principalmente en los delitos de aborto y celestinaje. el'em ­ barazo. tales los casos del infan­ ticidio. t!4) I& Id. no llegue a los tribunales más que el 5 % de los abortos delictivos (b ).Estas cifras han sido confirmadas. Al mismo tiempo. el parto. la suposición de parto. hace notar que si dividimos la delincuencia en común. Merece hacerse resaltar la importancia que tienen los ciclos sexuales femeninos en la determinación del delito. Incluso cuando hombres y mujeres quebrantan el mismo ar­ tículo del Código Penal. farmacéuticos. en sus líneas generales. menos. al cometer un homicidio. p. en incesto y abandono de niños. lo mismo dígase del estrangulamiento y la sofocación. el aborto. entre esos ci­ clos o etapas están la menstruación. Por ejemplo. es probable que. por las estadísticas de todos los países. la m ujer está repre­ sentada sobre todo en !a primera. apunta el hecho de que hay delitos es­ pecial y aun exclusivamente femeninos. pp. 127 -141. en ese país. Goeppinger apunta que. tales los casos de médicos. (15) Criminología. es típicamente femenino). difícilmente la mujer mata a hachazos o cuchilladas. corrup­ ción de menores (H). en Alemania. hombres y mujeres utilizan medios dis­ tintos. Aun la época del climaterio se presenta generalmente con rasgos más agudos y criminológicamente más significativos en la mujer que en el hombre. la mujer se mueve impulsada por factores rela­ (13) Criminología. Constancio Beraaldo de Quiroz. pero insiste en la facilidad con que las mujeres escapan a la sanción de algunos delitos. o ellos son afeminados o se hallan ligados con actividades profesionales en que los venenos se usan frecuentemente. el puerperio. cuando es usado por hombres. social y política. etc.). homicidio por envenena­ miento. por ejem­ plo. principalmente conyugicidio (el veneno es arma de mujer res. el hom­ bre delinque movido por motivos relativos a su predominante ten­ dencia agresiva. pasando por la viola­ ción y el rapto. por sí solas. a continuación hemos de enum erar algunas de las más importantes.— Ellos merecen párrafo aparte. hay otras conductas íntimamente relacionadas con el sexo strictu sensu. la adquisición y conservación de la familia. La íntima relación establecida entre ciertos objetos. la alimentación de los hijos. podemos citar los casos de sadismo. El hecho puede presentarse in­ cluso en casos que no pueden calificarse de patológicos. se presentan cuando el agente sufre de desviaciones patológicas del instinto. el am or.— Las normas culturales de la mayor parte de los países de la tierra reconocen como moral y legalmente recomendables. 5. o los robos y hurtos que resultan del fetichismo. por las especiales condiciones de uno de los cónyu­ ges. cuando se dan ciertas circunstancias.cionados con el hogar. como el homicidio y las heridas por sadismo o vengan­ za. los contactos aberrados impli­ can o traen por consecuencia variados delitos que van desde el asesinato hasta la corrupción de menores.le­ gal. el estupro. las relaciones íntimas dentro del ma­ trimonio. las que se cíectúan fuera de él o merecen la simple re­ probación moral o pueden elevarse a la categoría de delitos. etc. b) Condiciones sexuales patológicas . buena parte de los delitos sexuales. nin­ fomanía. sino tam­ bién otros. satiriasis. en razón del sexo de los agentes. no logran el debido ajuste en las relaciones sexuales y buscan su satisfacción fuera del hogar. etc. sobre todo de los que más repugnan a la naturaleza. Pero estas normas. a) Funciones sexuales fisiológicas . Por un lado. y la satisfacción sexual (fetichismo). pero en otras ocasiones. las que suelen buscar salidas moralmente no recomendables en la prostitución. el concubinato y. fuera de las diferencias existentes en los delitos en general. la violación y el rapto. — 147 — . ofrecen mucho interés los casos de celestinaie dependiente de una deformación masoquista de la personalidad. ocasiona muchos ro­ bos y hurles (cleptomanía).— A veces. son incapaces de anular las urgencias instintivas. Las causas que llevan a la comisión de delitos sexuales son de muy variado lipo. Sin embargo. Desde el punto de vista criminológico y médico . aun las per­ sonas casadas. No sólo se trata de los delitos que los códigos denominan sexuales. Las po­ sibilidades de satisfacción moralmente condenable se acrecientan por el hecho de que la educacón a que hoy se somete a niños y jóvenes no los prepara para utilizar debidamente aquella fuerza instintiva.— LOS DELITO S SEXU ALES . En efecto. de por sí neutros. eso puede llevar ¡j incrementar ciertas formas especiales de pros­ titución. Tamnoco debe olvidarse que la pobreza suele traer la promis­ cuidad en las habitaciones. etc. han traído corrien­ temente un aumento considerable en la desmoralización general de la población. así como aquéllos en los cuales. Especial relieve asume el alcoholismo como costumbre del barrio. allí los niños y jóvenes aprenden pre­ maturamente y hasta se excitan sexualmente. ch) Situación económica. no sólo se crean oportunidades para la corrupción de los hijos por personas extrañas. no llegan a ser condenados pues parece existir para con ellos una suerte de complicidad social. por no ser generalmente violentos.También constituye un problema la hom*osexualidad. incitación a la pros­ — 148 — . sobre todo de corrupción de menores. son como la antesala de faltas y delitos sexuales. suele tratarse de una salida que se da al instinto por . A eso suele agregarse el que la vecindad no exista como agen­ te de control de la conducta. debida a deformación de ca­ racteres secundarios del sexo. entre los cuales está la tendencia que el hombre siente hacia la mujer. por otras razones. los estados de gue­ rra xtem a e interna. los padres no educan debidamente a los niños. sobre to­ do los de seducción y corrupción de menores. y la mujer hacia el hombre. d) Desorganización social general. se trata do una dirección patológica del instinto.— Tras de él se hallan muchos delitos. como suele suceder en interna­ dos. sobre todo en la temprana edad de la pubertad y de la adolescencia. En el primer caso. pues ese tipo de intoxicación favorece la relajación de los frenos inhibitorios normales.— Lleva también a la co­ misión de delitos sexuales: las crisis políticas. tales como la cos­ tumbre (recuérdese la que había en Grecia) o la imposibilidad de conseguir personas del otro sexo. con la consabida ansia de gozar de placeres y el deseo de facilitar que se goce de ellos. cuarteles.— Los hogares deshechos. Se lle­ ga a ella tanto por causas predominantemente individuales como predominantemente ambientales. o que no llegaron a constituirse. traducida en numerosos delitos sexuales que.fuerza de ciertas circunstancias externas. en el segundo. en este sentido.— La extrema riqueza y la extrema pobreza son factores que facilitan la comisión de delitos. c) Desorganización familiar y de la vecindad. sea porque ve con indiferencia la comisión de este tipo de hechos. sea porque no sé ha formado. siempre ha cons­ tituido un grave problema la situación de los penados recluidos en establecimientos penitenciarios. e) El vicio comercializado.. la clase o la familia. barcos de guerra. lo que los arrastra a lograr posteriormente una satisfacción completa del instinto. sino que se producen casos de incesto o de otras relaciones igualmente condenables. — 149 — .. 43-46. 260 .. 6. ob. también podría estu­ diárselo en la parte correspondiente a Sociología Criminal. 2) Porque aun donde no lo es. pp. No es que aquí se acepte la teoría que al respec­ to formulara Lombroso. así la trata de blan­ cas (delito internacional definido por varios tratados). no es su aspecto general de problema social. Pero puede suceder. Constando Bemaldo de Quiroz. en cierto sentido. también se ha­ llarán muchos puntos interesantes en la obra de Monahan: Wo­ men In crime. von Hentig. Desde un punto de vista sistemático. Sutherland: Principles of Criminology. su ejercicio es un delito. fomento de la prostitución y su encubrimiento.. como decíamos.273. pp. Obras especiales:' Chavigny: Sexnalité el Médictae Légale. cit. el Delito y la So­ ciedad.). Tampoco es raro que el alcoholismo y el especial ambiente de las casas de toleran­ cia provoquen delitos contra la vida y la integridad corporal. que una (16) Para la delincuencia sexual. cit.— La prostitución hemos de estu­ diarla por las siguientes razones: 1) Porque en algunas partes del mundo.287. pueden verse principalmente: Taft. sino sus caracteres y repercu­ siones criminales. el juefto y la prostitudón se hallen estrechamente reladonadoa y en manos de la misma organizadón criminal. New Horixons In Crimi­ nology. Viveiros de Castro. se halla en estrecho contacto con el delito y provoca la comisión de ellos. d t . expendio de estupefacientes y trata de blancas (” ). 96 . encubrimiento de delin­ cuentes. Exner. cit.896.. 127 . por ejemplo. La conservamos en este ca­ pítulo porque. de estupefadentea. Barnes y Teeters. 91-93. etc. 3) Porque la prostitución es. pp.— LA PR O ST IT U C IO N . Mezger: Criminología.103. hom*osexualidad. ob. Lagos G arda: Las Deformidades de la Sexualidad Hu­ mana. si bien se ocupa de temas prindpalmente peni­ tenciarios. 206 • 209. (17) Es frecuente que el expendio de alcohol. Gillin: Criminology and Penology. Klimpel: La Mujer. 123-141. pp.136 y 13# . Hartwich y Krafft -Ebing Psicopatía Sexual. a) Por qué la estudiam os . contagio venéreo. consi­ derándola como un problema social. ob. ob. Havelock Ellis: Estadios de Psicología Sexual (7vols. se halla relacionado con el tema del sexo. pp. juegos prohibidos. cit. corrupción de menores. un equiva­ lente del delito. motivo por el cual lo tratamos aquí. 256 .titución.— fiste problema se halla estre­ chamente relacionado con el sexo. y porque lo que de la prostitución nos interesa. pp. 888 . pp. Atentados ao pador. pp. expen­ dio ilegal de alcohol y estupefacientes.156. Reckless ob. lo que en general trae re­ laciones con bandas de traficantes (17). Pollitz: Paleología del Delincuente. 4) Que exista. dentro del matrimonio. no se debe tener en cuenta sólo el pago en dinero. pero dentro de una reglamentación. normales o anormales (ho­ mosexuales). d) Causas. c) Posiciones adoptadas frente al problema. creemos que no debe excluirse el caso de la hom*osexua­ lidad en vista de que existe desde hace tiempo una verdadera profesionalización de este tipo. al mismo tiempo toma en cuenta las opi­ niones de la medicina moderna. 3) Que los actos sexuales sean frecuentes. o sea. ha­ biéndose iniciado en Francia. un cierto número de personas con las cuales el acto se realiza.— Para que exista prostitución se re­ quieren las siguientes condiciones: 1) Que haya relaciones sexuales. supone el registro de las prostitutas y una periódica sumisión a exámenes médicos. (18) V. sobre todo en las grandes ciudades. sino también el que se hace por cualquier otro medio que implique una recompensa traduci­ da en ventajas materiales. tenga como me­ dios para m ejorarla o cometer un delito o dedicarse a la prosti­ tución. Pollitz considera que sólo puede hablarse de prosti­ tución cuando una mujer ejerce su comercio con varones (**). como falta.— Aquí encontramos repetidos muchos de los fac­ tores que llevan d cometer delitos sexuales. — 150 — . se basa en experiencias recogidas por la geografía y por la historia. 122. y la que admite su lega­ lidad. implica la creencia de que el instinto puede y debe satisfacerse sólo en las salidas reconoci­ das por la moral y por la ley. al menos. b) Qué es prostitución. El prohibicionismo — si así podemos llamarlo— es una ac­ titud típica de los países anglosajones. según la cual un régimen de abs­ tinencia sexual es — salvo cnsos especialísimos— perfectamente compatible con un estado de salud. Sin embargo.— Dejando de la­ do los casos — cada vez menos en los países civilizados— en que las disposiciones jurídicas se limitan a prescindir de la prostitu­ ción sin tomarla en cuenta. existen dos posiciones: la que la de­ clara como delito o.mujer que se halla en mala situación económica. según las cuales hay y ha habido pueblos que practicaban la cas­ tidad extramatrimonial. implica ta creen­ cia de que la prostitución es un mal menor y necesario. 2) Que el acto se realice por una remuneración. como elemento más característico. _I<a posición reglamentaria es típica de los países latinos. en esta alternativa — que es más frecuente de lo que po­ dría creerse— la m ujer puede inclinarse a la prostitución con lo cual se evita el delito. p. porque el hogar excesiva­ mente miserable e incómodo no invita a quedarse en ¿1. en que la gran rigidez en relación con las faltas sexuales. suele encontrarse en la prostitución. p. ob. al mismo tiempo que d a salida a los impulsos de quienes vi­ ven de la profesión. si ella acepta plenamente la. 271 . Las estadísticas muestran que la mayoría de las prostitutas provienen de hogares deshechos o de aquellos en que las disputas son frecuentes o que la m adre también trabaja.272. luego no hay difi­ cultades para continuar en el oficio. (20) Taft. Pollita. Buena parte de las prostitutas se recluta entre muchachas que viven prácticamente en la calle. Esta es la razón por la cual se encuentra entre (19) Muchos datos . pp. irrumpen por la línea de menor resistencia. a sus hijas hacia la prostitución. La debilidad mental puede arrastrar hacia la prostitución pues supone que los enfermos no pueden valerse lo suficiente para vivir normalmente en la sociedad. el hecho de que exista in­ diferencia frente a la prostitución suele traer por consecuencia el que celestinas. por ello. 131. pros­ titución. Ies proporciona un estado de independencia y desahogo al que es difícil de renun­ ciar (19). a veces son los propios padres los que empujan. En cuanto a las condiciones económicas. La mujer pobre. no es raro que se venda para poder subsistir. Puede darse también el caso contrario. entre las prostitutas no es raro encontrar ca­ sos de ninfomanía. eit.. rufianes y prostitutas no experimenten ningún re­ mordimiento y crean que ejercen una industria tan respetable y útil como cualquier olra (:c). los que así no se sienten reprochados — y frenados— en el ejercicio de esta actividad.Por ejemplo. En cuanto a la vecindad. Esta ofrece asimismo. toda vez que la prostitución es más rendidora que la mayoría de los trabajos honrados y sin el esfuerzo que ellos implican. ciertos medios para satisfacer tendencias anormales de los clien­ tes. sobre todo la extremadamente pobre. empuja hacia la pros­ titución a las mujeres que han dado algún mal paso y que se saben condenadas irremisiblemente por ello. induce una actitud semejante en los jóvenes. es evidente que mu­ chas mujeres se dedican a la prostitución para tener un medio de vida o para aum entar las entradas conseguidas mediante trabajos normales.. a algunas mujeres.en ese sentido se hallan principalmente en las obras de Taft y von Hentig que se citarán luego en la bibliogra­ fía sobre este punto. ctt. la satisfacción sexual aun de las personas ñor* males. Como hacen notar Taft y Pollitz. ob. — 151 — . más o menos directamente. se hallan más suje­ tas a defectos y más ligadas con ciertas formas delictivas. será necesario tomar en cuenta las diferencias existentes entre las prostitutas de burdel y las libres. dice Pollitz El abotagamiento mental puede ser cau sa de la prostitución.las prostitutas. Esta característica se halla sobre todo en las prostitutas de burdel. las primeras. Cada lector se dará cuenta de las diferencias deduciéndolas de lo qu¿ enseguida se dice.— Al considerar los pun­ tos que serán expuestos a continuación. — 152 — . pronto va a parar a manos del chulo o de la astuta dueña”. de la debilidad mental. el cine. muchas veces. en términos generales. aman la ostentación y el lujo. asimismo hay que recordar las publicaciones por­ nográficas. la vagancia. por lo que suelen llevar a la ruina a sus admiradores. La prostituta tiende a la vida parasitaria. e) Características de las prostitutas . “ Lo que no se invierte en adornos. El parasitarismo se revela en e! odio al trabajo continuado. lo que trae el deseo de una compensación que permita go­ zar del placer y posesión del otro sexo. que se creen inalcanza­ bles por vías normales... hay que mencionar la existencia de un vicio co­ mercializado — sobre todo en las grandes ciudades— el que se ha­ lla al acecho de víctimas. excesos sexuales. cit. a raíz del alcoholismo. p. Bonhoefí'er. 128. (22) Ob. a las que ofrece toda clase de tentacio­ nes y facilidades. que trabaja y hace de la prostitución una luente de entradas suplementarias. un porcentaje de débiles mentales mayor al que existe en la población normal. La propensión al despilfarro es resultante de su Taita de es­ píritu de previsión y de ahorro. Por último. esto para no citar sino dos casos típicos. consecuencia a su vez. Tal característica había sido ya señalada por Lombroso y Kurella desde hace un siglo. por eso sue­ len hallarse concomitancias entre la prostitución y la mendicidad (zl). pues no se deciden a abandonar tan cómodo medio de vida. uso de estupefacientes. etc. que obran como estímulos para dar el pri­ mer paso en la carrera. lo que se traduce en dificultades para lograr su reforma. pero también efecto de la misma. La excepción está constituida por la prostituta — generalmen­ te libre— . en sus cstu(21) Por eso no llamará la atención el que Pollitz titule a un mismo capitulo: Prostitución y Mendicidad. Bernaldo de Quiroz trata en la misma sección de ¡a mendicidad. A veces se llega al oficio a raíz de complejos de inferioridad resultantes de deformidades o simplemente de carencia de perfec­ ciones. etc. el alcoholis­ mo y la prostitución. pp. se ha hecho notar que entre las prostitutas son más frecuentes que en la población normal. histerismo.Un hecho común entre las prostitutas es la falta de interés por salir de su espado. sino de sim­ ple amoralidad proveniente ya del medio en que vivieron antes de dedicarse a la prostitución. generalmente no hay que interpretar el hecho como muestra de inmoralidad o perversidad. existe también un tipo de prostituta. que se inicia tardíamente. Lombroso insistió fun­ damentalmente en la frigidez. La mayor parte de las prostitutas se inician antes de los 20 años de edad. Sin embargo.buen tiempo su oficio.-junto con la in­ clinación a variados trabajos. en ellas suele no­ tarse más bien un buen humor de tipo infantil. pero es igualmente posible que la frigidez haya surgido posteriormente. por su parte. destaca los casos en que la prosti­ tuta se dedica al oficio porque sintió desde tierna edad grandes impulsos sexuales no contrabalanceados por una educación ade­ cuada (2S). ibfdem. pero sin que se persista en ninguno de ios emprendidos. en ia época del climaterio y aún después. hacia los cuales se siente repugnancia. p. Por ejem­ plo. en Ibfdern. arrastre a algunas mujeres a la prostitución. 127 • 128. cualquiera de las hipó­ tesis extremas planteadas. podrían presentarse ante la frecuencia de los actos. ya de la forma de vida que se lle­ (23) Cit. por el contrario. debido a que se estudia a la pros­ tituta después de que ha ejercido . epilepsia.dios sobre prostitutas reclusas. como consecuencia de la indiferencia mu­ ral que hacia él sienten. tomemos la afirmación de Lombroso. la inmensa variedad de casos que se pre­ sentan hace imposible aceptar como única. de otra manera.”) (23). es posible que la indi­ ferencia sexual. En verdad. (24) V. los ex­ tremos de frigidez y de hipersexualidad. pero dejan sin explicación otros. ellas se basan en algunos casos. 126. sobre todo en la etapa de la pubertad e inmediata­ mente posterior a ella. Las prostitutas li­ bres no se hallan tan ‘sujetas a estos defectos. (25) Ibídem. En cuanto a la sexualidad. encontró que las dos terceras par­ tes del número total investigado eran anormales mentales (“debi­ lidad mental. en quien suelen darse los mayores extremos de degene­ ración. Por lo demás. p. 120. — 153 — . a veces se suelen con­ fundir las causas con los efectos. etc. por lo menos si se realizan de manera profesional. Bleuler y Havelock Ellis consideran que la prostituta se halla empapada de sexuali­ dad (:4) Pollitz. como un mecanismo de defensa orgánica frente a las consecuen­ cias que. ob. al que mantiene y al que se aferra. (26) Sobre prostitución. 883 . Hay que relacionar esta amoralidad con el he­ cho de que los dos tercios de las prostitutas sufran de anormali­ dades mentales. 136 • 139. clt. Una necesidad.162 Hentig. el juego. 122 -141: el excelente libro de Mayorga. Este último aspecto ha de tomarse en cuenta también cuando se trata de explicar el hecho de que las prostitutas sean sugestio­ nables y supersticiosas. pp.va en esta misma. 156 . clt.. clt. aunque suele dedicarse a actividades aparentemente lícitas. como el servicio doméstico. Si entre ellos existe el lazo matrimonial. ob. pp. pp. 273 * 281. el chulo es un parásito de su amante. clt. ob. pp. es la del chulo o rufián. Introducción «1 es­ tadio de I* prostitución. — 154 — . Pollitz.. ob. Bemaldo de Quiroz.. pueden verse: Taft. lo corriente es que las relaciones no váríen esencialmente (26).888. generalmente más de tipo psíquico que fisio­ lógico. fuera de los libros especialmente citados en el párrafo anterior. etc.. pp. ctt. ob. Barnes y Teeters. Al lado de las diferencias somáticas y fisiológicas. la Penología. ab initio. ¿se debe la indudable inferioridad técnica actual del negro africano. así. tienden a producir una cierta uniformidad de caracteres en los individuos. un negrp típico del Congo no es confundido con un noruego medio. parte de la población total: el estudiarlos resulta una necesidad mucho más que puramente teórica. la Criminolo­ gía. Es tam­ bién indudable que la mayor parte de las diferencias biológicas que más resaltan en la comparación — color de la piel y de los ojos. los grupos presentan otras de tipo psíquico y cultural. el Derecho Penal.CAPITULO IV LA R A Z A 1 — EL PROBLEMA DE LA RA ZA . textura del cabello.— toman su origen en factores hereditarios los que. sino también porque en varios países de América el indio y el negro constituyen b u en a. etc. un individuo infe- — 155 — . Y aquí sur­ ge una pregunta fundamental: ¿Se deben las diferencias de la se­ gunda especie. algunos rasgos se combinan y acumulan de modo más o menos constante caracterizando a ciertos tipos humanos que pue­ den ser distinguidos consiguientemente de otros. Es indudable que los hombres se diferencian biológicamente entre sí. no sólo porque fue fundamental en algunas corrientes políticas de este siglo. a las que enunciamos primero? Por ejemplo. si una población se entrecruza durante varias generacio­ nes. grosor de los labios. a causas hereditarias que lo hacen. forma de la nariz. forma del cráneo. Las conclusiones a que llegue­ mos tendrán repercusión práctica en la Pedagogía.— El tema de la raza es de actualidad para nosotros. etc. — 156 — . sin embargo. han llegado a lener un comercio. suelo. p. 97. Ioj individuos que integran a aquélla. Tales prejuicios no datan de los racistas del siglo pasado. Dunn y Dobzhansky: Heredlty. sus contornos carecen de precisión y pasa a sus vecinos medianle transiciones insensibles’ (')■ Por ejemplo. o la de los egipcios. ole. sino que han sido comunes en todos aquellos pue­ blos de la tierra que. Es que. La situación se complica aún más. mejores que los aje­ nos. griegos y romanos de ayer? Hay que reconocer la dificultad de llegar a respuestas ver­ daderas. negros e indígenas. sean menos claros que (os más claros de una raza oscura. El subrayado proviene del original. donde el cruce entre blancos. Ya es un problema el hecho de que la raza sea resultante de un térm ino medio que no se da plena y claramente en todos. industria. o. Justo es reconocer. se hace difícil tratar con los individuos cuan­ do se parte de términos medios raciales que son necesariamente abstractos y generales (:). si to­ mamos en cuenta la estatura.. o por lo menos. ejército. por una u olía razón. como hacen notar Dunn y Dobzhansky. es probable que los individuos más pequeños-del grupo de altos. generalmente no admiten el tema de la raza con los alcances y consecuencias que pretendían algunos antropólogos y sociólogos del siglo pasado y que aún pretenden ciertos círculos contemporáneos. ha durado por siglos (1) Schreider: Los Tipos Hnmanos. generalmente por razones balad íes. co­ rrientes políticas. Esta pretendida superiori­ dad es argüida incluso por ciertos grupos sociales menores. por castas y clases económicas que. si consideramos el color. que los circuios científica­ mente responsables de hoy. “En torno a la media existe necesariamente una dispersión y las particularidades físicas ofre­ cen una gama continua de variaciones. sobre todo por los racistas de América. sienten y proclaman la inferioridad de otros grupos. Race and Sodety. si recordamos que los gru­ pos raciales puros — de existir— son apenas una excepción. hay opiniones populares. 20./Esto es lo que se olvida. es proba­ ble que los más oscuros de una raza clara. sean menores que los individuos más altos de los grupos bajos. intereses económicos y hasta escuelas socioló­ gicas que han dado por establecida la superioridad de la propia raza sobre las ajenas. p.rior en general en relación al blanco. lln cúmulo de prejuicios — no cabe calificarlos de otra manera— entraba la investigación. en la capa­ cidad para crear y servirse de la técnica? ¿Es similar la razón de la superioridad cultural actual de alemanes c ingleses. (2) V. de tal manera que la raza es imlelimitablc. aunque íuera momentáneamente. el prognatismo. Dada esta relatividad. especialmente pp. la textura del cabello. Si la dificultad d t clasificar a los individuos es ya gigantesca cuando se trata de gra* pos que han permanecido relativamente aislados. Cit. Boule ad­ vierte que la raza “es un grupo esencialmente natural que puede no tener. más que de diferencias cualitativas. en lo que. en otros tér­ minos. juzgi >e lo que será en nuestro continente. anatómicos y fisiológicos. de diferencias cuantitativas de frecuencia. en el índice cefálico. id. por lo que Dunn y Dobzhansky han podido decir que “las razas pueden ser definidas como poblaciones que difieren en la frecuencia de cierto gene o de ciertos genes” (J). “la palabra (raza) designa un gru­ po de hombres que ofrecen cierto parentesco únicamente en sus caracteres físicos. los cuales tienen su origen en la evolución histórica” (5). Se trata. se han intentado muchas clasificaciones.. sino sobre algunos de ellos en cuya elección como criterios distintivos los autores no coinciden. pp. para uno. nada de común con las nociones de pueblo. por sus caracteres somáticos” (’). como decíamos antes. pp. Los etnólogos y antropólogos se han fijado. — 157 — . y no tiene en general. 315 . más o me­ nos concentrados en ciertos agregados sociales. 19. En general.y ha sido durante eilos una realidad innegable. tal in d iv id u o perten ece a este gru p o étnico. es decir. que suele manejarse tan desaprensivamente. No ha logrado entera aceptación la tentativa de guiarse por el predo­ m in io de los grupos sanguíneos en tales o cuales núcleos de po­ blación o d e los tipos de huellas digitales (6). V. nacionalidad. clt. Las diferencias entre los grupos raciales.toca a la caracterización de grupos o tér­ minos medios. se hallan en otras definiciones. Kroeber: Antropologia General. id. Basándose en los caracteres anteriores. pueden suponerse las dificultades con que se tropieza para clasificar a las razas humanas. ob. pa­ rece que las dos últimas características son las que mejor se pres­ tan por ser las más independientes del medio en que se vive. Las ratas humanas actuales. lengua y costumbres. la capa­ cidad craneal. como criterios recto­ res. no recaen en todos los caracteres de los mismos. el índice nasal. etc.. Por su parte. combinados de una u otra manera. el color de los ojos.. que poco es lo que de (3) (4) (5) (6) Id. para otros. en id.. pero nunca exclu­ sivamente en ellos. a aquel otro. p. 101. 18 -19.426. Para Montandon. p. Coon. por Schreider. pero exis­ te tal número de discrepancias al respecto. Cit. Limitaciones aún mayores en relación con el concepto de ra­ za. tales caracteres se dan. 51-58. y Hrdlicka: Las Rasas del Hombre. en ias cuales se hace un análi­ sis detallado acerca de cada uno de los caracteres principal­ mente aducidos como prueba de superioridad. (7) Síntesis de las principales clasificaciones raciales. como consecuencia de un estudio de la historia cultural de los distintos pueblos (8). Es evi­ dente que hay diferencias. fisiológicas. pero ¿por qué ha de deducirse de esa diferencia a una relación de superioridad? ¿Qué hay en el pelo oscuro y lanoso.223 (es un estudio incluido en la obra.. pp.205. relaciones de superioridad o inferioridad deducidas de observaciones anatómi­ cas. (8) V. Pero en nuestro caso. patológicas.. en afirma­ ciones serias acerca de supuestas superioridades o inferioridades de un grupo en relación con otros. pero no que esas diferencias puedan traducirse. ¿qué hay en los caracteres cita­ dos. el menor ren­ dimiento científico actual de los negros africanos. 75 . d t . por ejemplo. y otros semejantes. es en base de ellas como se ha pretendido explicar. no es eso lo importante. por el contrario. Desde luego. (9) Hrdlicka. Kroeber. también. sin embargo reconoce y sostiene que no existen prue­ bas científicas que permitan afirmar con seguridad. e insiste en la carencia de criterios lógicos que permitan establecer qué es lo superior y qué lo inferior (’). pp. clt. así se opere sobre individuos considerados puros o con híbridos.ellas puede deducirse de firme. es proba­ ble que algún día esa meta sea alcanzada. al menos en el actual estado de nuestros conocimientos.102. en la cual co­ laboran varios autores). V. ob. o la mayor de­ lincuencia de los negros norteamericanos o de nuestros indios. Va­ rios: L’Homme de Callear. de inferior en relación con el ru­ bio y lacio u ondulado? Y aún. — 158 — . ob. sobre todo pp. por ejemplo. 207 . que no duda de la existencia dg diferencias bioló­ gicas raciales. pueden verse en Schreider. Kroeber. lo importante es que de esas clasificacio­ nes se ha pretendido extraer conclusiones relativas a la superio­ ridad de tal o cual raza y a la inferioridad de las demás. 18-56. Hrdlicka también admite la existencia de grupos humanos di­ ferenciales. sensoriales o mentales. que permita inferir nada menos que la inferioridad mental o moral de algún grupo étnico? Pese a que deducciones de este tipo son claramente abusivas. 202 . cit. si los tomamos en conjunto. no se confundirán los ca­ bellos de un negro y un noruego típicos. Tampoco pue­ den hacerse deducciones de ese tipo. pp. art. Aspectos Científicos del Problema Racial. mucho menos de lo que suponen las concepciones populares (')• Lo anterior no significa que nunca se ha de lograr clasifica­ ción ¡ilguna universalmente aceptable. Como dice Em est H. negros. (11) Otto Klineberg: Los tests Mentale« en los grupos raciales y na­ cionales. en Su conjunto. si la nación impli­ ca una cierta uniformidad.0). 342. Y lo mismo puede concluirse de los tests en­ caminados a investigar la personalidad total (. (12) Id. la teoría de Hooton.295 de la obra anteriormente citada: Aspectos Científico» del Proble­ ma Badal.— Como hemos visto.Tampoco puede servir de criterio el hecher de que unos pue­ blos hayan logrado mayor adelanto técnico o artístico. dentro de la cual los cruzamientos entre los individuos tienden a ser frecuentes. Así. ésta proviene también de los factores ambientales y. p. 225 . el articulo de Lowie: Perfeccionamientos intelectuales y cul­ turales de las m a s humanas. se tie­ (10) V.346. Lowie. de acuerdo a sus necesidades y circunstan­ cias (. 333. . Concluye afirmando: “Tenemos el derecho de decir que los resultados ob­ tenidos por el uso de los tests de inteligencia no han demostrado la existencia de diferencias raciales y nacionales en la capacidad mental innata” (u ). — 159 — . la organización familiar. ya que todos los grupos socia­ les los han tenido. y como dice Hooton la nación suele tener por base una agrupación biológica común. no tienen ningún carácter decisivo. difiere de una nación a otra. indios. frecuentemente. 2. resulta claro que cuando se habla de que la criminalidad. Este articulo integra la recopilación reden ci­ tada.2). pero hay que agregar a lo anterior — que no sucede siempre— caracteres que no son hereditarios sino am­ bientales. en el capítulo que en la presente obra se dedica a las tendencias antropologíatas. Por lo anterior. M. O tto Klineberg ha destacado la importancia que en ellos tienen factores perturbadores distintos de los puramente raciales hereditarios. en la cultura de los pueblos. las creencias religiosas. se halla en las pp. tampoco puede tomarse en cuenta la aparición de los genios. (13) V. las prácticas políticas. con lo que ocasio­ nan cierta uniformidad. En efec­ to. 297 . su material examinado es copioso y alcanza a tipos blancos. etc. más de éstos que de los raciales. los alimentos. éstos no son conceptos iguales. p. etc. comenzando porque también aquí no se sabría qué criterio usar en la determinación de lo su­ perior y lo inferior. tales como los resultantes de la educación. nada hay que permita deducir una superioridad ra­ cial innata en lo moral o intelectual. Los resultados recogidos por la aplicación de tests mentales.— R A Z A Y N A C IO N . el grado de adelanto técnico. para dedu­ cir de ello una superioridad étnica. aunque pueden tener puntos comunes.. en la cual ocupa las pp. aplicadas para resolver los problemas criminológicos planteados por la crimina­ lidad indígena boliviana. Y es que al hablar de nación. de modo que las estadísticas invo­ lucran bajo el rubro de negros a los mulatos. que la palabra raza. — 160 — . en Estados Unidos suele calificarse de tal incluso al que sólo tie­ ne un octavo de sangre negra. inclusive a muchos que ya tienen pelo rubio y ojos azules. económicas. podemos ini­ ciarlo con el del negro norteamericano. La primera dificultad con que se tropieza. por ser el que ha dado lugar a más completas investigaciones. no to­ ma en cuenta sólo lo que el individuo es en lo anatómico y fisio­ lógico sino ló que resulta de sus relaciones con los demás.nen más razones en pro de tal afirmación. por su significado estrechamente biológico. es la carencia de una clara noción acerca de lo que ha de entenderse por negro. 3. que incluye además lo cultural. religiosas. de hablar de una sola nación simplemente porque sus miembros hablan el mismo idioma aunque difieran en muchos otros aspectos más importantes. Que también en esto se da un notable paralelismo.— El estudio de ia influencia que la raza puede tener en el delito. con adaptaciones. Es frecuente. se toma en cuenta la tota­ lidad de las causas que pueden influir en un grupo para inclinarlo a obrar más en un sentido que en otro. Puede transplantarse incluso lo referen­ te a tas discrepancias de criterio que existen entre quienes desean enfocar el problema con imparcialidad y quienes buscan adecuar sus datos y soluciones a los propios prejuicios. veamos lo que muestran las es­ tadísticas de arrestos en los Estados Unidos (cuadro 1). sin embargo de­ dicaremos algunas páginas a exponer la criminalidad de su simi­ lar estadounidense. Sin embargo. por ejemplo. que cuando se preten­ de establecer que las diferencias se deben a factores puramente raciales. pero que nunca son evitados de manera completa. Hechas estas advertencias. este cambio lingüístico supone también un cambio en el fondo de lo que se trata. en los últimos tiempos.— LA C R IM IN A LID A D DEL N EG RO . habrá que precaverse siempre de caer en confu­ siones. sea reemplazada por el vocablo etnia. porque muchas de las conclusiones a que se ha llegado con éste pueden ser. políticas. Desde luego. Si bien en Bolivia el negro no es problema. morales. etc. y de otros errores ya se­ cularmente reconocidos como tales. mucho menos es lo que se sabe del negro brasileño y de otros lugares donde se presenta la segregación raciaj con caracteres más o menos agudos. laborales. es decir. La nación es un producto histórico que supone afinidades lingüísticas. 5 116.1 0.9 30.3 6.6 17.5 0.7 2.2 14.0 47.0 2.9 3.9 3.3 2.3 2.000 habitantes de cada grupo.0 2.Ï.6 0.7 12.0 4.3 21.3 5.5 3.6 5.6 37.5 6.0 7.8 20.2 19.5 u 3.4 77.8 1.7 <«> Homicidio criminal Robo Asaltos (agresión) Ingreso ilegal violento en casa ajena H urto Robo de autos Estafa y abuso de confianza Receptación de bienes robados Incendio Falsificación Violación Prostitución y vicio comercializado Otros delitos sexuales Estupefacientes Posesión y porte de armas Violación de la ley sobre licores Faltas contra la familia y los niños Manejar intoxicado Violación de disposiciones d e tránsito Violación de otras disposiciones sobre tráfico y vehículos motorizados Conducta desordenada Ebriedad Vagancia Juego Sospecha No establecido Demás delitos TOTAL DE DELITOS Pnpm U a de N ep o i Negro» a BUbcm (14) Reproducido de la obra de Taft: Criminolagj.5 1.9 14.4 20.C U A D R O 1 Cifras proporcionadas por el F.0 5.2 3.3 56.3 6.5 1.3 12. p.6 12. sobre arrestos de negros y de blancos en el año 1917.3 4.0 67.7 2.8 6.1 21.8 6. — 161 — .5 911.C 3.1 9.3 3.4 1.5 3.8 3.6 129.9 11. por IÚb.6 1.1 97.1 29.1 3.3 31.5 69.5 7.8 10.9 2.9 9.4 14.3 6.5 3.4 3.4 1.0 4.1 60.7 8.3 14.B.3 9.1 6.3 2.2 36. M.7 1.6 336. Blanco« DELITO 3.5 3.6 4. 193 y 194. el 29% de los negros están empleados prestando servicios personales. pp. 149 -150. y ebriedad. violación. la excepción se extiende a los delitos de abuso de confianza y de estafa. eso sucede sólo con el 7% de los blancos). y se reduce a un mínimo en los delitos de robo de autos. recepción de bienes robados. por consiguiente. ingreso ilegal. La desproporción es más desfavorable a los negros en los delitos de homicidio. tienen una situación económica inferior a la de los blancos. ob.Las estadísticas de años posteriores. la salida de ocupar cargos civiles (en éstos hay más (15) Puede vérselas en Barnes y Teeters: New Horizons In Crimino­ logy. contra la familia y los niños. — 162 — . 191.154.raciales.272. pp.. 192. su porcentaje es mayor en los menesteres inferiores (vr. las cifras arriba consignadas (t5). cit. por término me­ dio. gr. generalmente no son obre­ ros calificados ni tienen. prostitución y vicio comercializado.— Los negros. se ha citado el caso en que los negroü viven en comunida­ des enteramente negras y en las cuales. sino por lo desfavorable del ambiente en que se desenvuelve. Las razones de la inferioridad negra han sido clasificadas por Taft de la siguiente manera: 1) D esventajas económicas . posesión y porte de armas. incendio. The Challenge of Crime in a free Society. 153 . violación de leyes de tránsito. estupefacientes. delitos sexua­ les varios. los negros superaban apenas a los blancos en estas espe­ cialidades). no tanto en los delitos de robo. no por razones biológico . Bames y Teeters. De ello suelen resultar no sólo resentimientos sino verdaderos complejos. Un estudio detallado de los delitos referidos. han confirmado con ligeras variaciones. Para demostrar la importancia que tienen en la causación del delito los roces y los sentimientos de inferio­ ridad. Bames y Tectcrs se refieren al ejemplo de Mound Bayou. hurto.V. aque­ llos factores no operan. violación de la ley de licores y juego. pp. los que contiene el informe de la Comisión Presidencial para investigar temas delictivos y de justicia penal. agresión. allí viven ocho mil negros que no han dado un sólo delito grave en los últimos treinta años (l6) . (16) . salvo los de manejar intoxicado y de falsi­ ficación.. ha llevado a la convicción de que el negro es más delincuente. ya en 1936. en Missisipi. pp. así como las referentes a admisiones en establecimientos penitenciarios. como los blancos« que se hallan en igual condición. En ellas se nota que los negros son más delincuentes en to dos los tipos penales. conducta desordenada y vagancia. The Negro in Crime). Branham y Kutash: Encyclopedia of Criminology (Art. P ara datos m&s recientes. 269 y 271 . (En las estadísticas de arrestos por 1940. VI. sobre todo en aquellos casos en que los niños quedan exclusivamente a cargo de la madre. son per­ donados o indultados o reciben otros beneficios legales con mayor dificultad. ctt.7). sino también por el hecho de que tos negros han sufrido mucho más que los blancos de esa forma de justicia rápida llamada lin­ chamiento. (17) V.— Aquí podemos consignar las discri­ minaciones ofensivas de que se les hace objeto en los negocios. 2) Desventajas familiares. en 1930 eran analfabetos el 16. Taft. los medios de locomoción. de la aún no lejana des­ moralización existente durante el régimen de esclavitud. éstos. sobre todo en tos primeros años cita­ do s. ob. Aquí hay que tomar en cuenta tam ­ bién los resentimientos por la discriminación que en pocos aspec­ tos se deja sentir tanto como en éste. no de innata tenden­ cia a la inmoralidad.3% de los negros adultos..veces. lo que en parte proviene. arrestos e intem am iento-en locales penitenciarios. 5) Otras desventajas. Esta cir­ cunstancia ha hecho que aumente la delincuencia juvenil.9 por mil entre los blancos).8 por mil entre los negros.383 ne­ gros y 1. sino que depende también del hecho que ellos son arresta­ dos y condenados con mayor facilidad que kfe blancos.289 blancos. en los centros de diversión y recreo.— No sólo en razón de la discriminación ante los tribunales legalmente constituidos. Los sindicatos de blqncos practican en buena medida la discrimi* nación contra sus cosindicalizados negros y. Pero el que los negros se hallen proporcionalmente en mayor número que los blancos en las estadísticas de condenas. ni los ad­ miten en sus organizaciones. en cuanto a criminalidad.blancos por cada negro. El porcentaje de hijos ilegítimos es elevado (163. 4) Desventajas en el tratamiento penal. contra 20.— La familia negra es menos esta­ ble que la blanca.— Los negros tienen menos opor­ tunidades de alcanzar una buena educación general o especializa­ da. aún habida cuenta de l a proporción total en que se distribuyen las razas). casi todos los linchamientos son de negros. Estas razones llevan a disminuir la distanda que sepa­ ra a ambas razas. habían sido linchados 3. 91 . sino de !a historia. pp.7% de los blancos. entre 1882 y 1936. en las prácticas religiosas y hasta en los cementerios (. Los negros comienzan a trabajar en temprana edad y viven en los barribs más pobres y desaseados. en los últimos. 3) Desventajas educativas. a . con­ tra el 2. no sólo se debe a una real mayor delincuencia proveniente de las causas recién mencio­ nadas. — 163 — . de modo que no se presentan esos casos que suceden con los blancos. Incluso los jueces de carrera suelen mostrarse más severos con los negros que con ios blancos. sobre todo a ciertos delitos (19). la policía ha utilizado rigurosamente los instrumentos del poder. — 164 — . puede comprob?rse en el caso de que bandas de criminales negros pugnen entre sí por el predominio en cierto territorio o en ciertas actividades. M. ellos hacen todo lo necesario para que el negocio marche" (1?) V Tafti o». en identidad de he­ chos y circunstancias. ob. de la public dón oficial. que la policía. se ha querido ver la posibili­ dad de que haya determinantes individuales que expliquen la ma­ yor criminalidad negra. 1) Agresión directa contra el blanco. setrún las ha clasificado Dollard. 195. pues se sabe perfectamente que pueden provenir también de factores ambien­ tales como aquellos que inciden sobre los negros. sino que les retribuyen de acuerdo con el número de arrestos efectuados. las psicosis. co­ mo pMra alentar los arrestos frecuentes. psicopatías y oligofrenias. arrestando a los negros con ilegal facilidad (l8). 4) Competencia con el blanco. si las relaciones entre un blanco y una negra provo­ can celos. p. Dada su situación en medio de la sociedad. a fin de llenar los campos de convictos. Apuntan en este sentido las observacio­ nes referentes a que entre les negros son más frecuentes que en­ tre los blancos. La migración del Negro en 1916-17: "Las actividades anormales y no garantizadas de los agentes de la policía sureña son responsables de profundos agravios a los ne­ gros. Aquí pue­ den hacerse dos obsei-vaciones: 1) Estas anomalías no pueden ser lisa y llanamente atribuidas a causas heredoraciales. la agresión se dirigirá contra ésta y no contra aquél. p. sino que lleva a un seguro fracaso final. Los jurados suelen no incluir negros. lo que no sólo es pe­ ligroso. y.. por sí sola. las autoridades no pa­ gan a los-agentes y a otros empleados subalternos por sus ser­ vidos. hablar de una ma­ yor proclividad al delito. practica una verdadera discriminación. el negro reaccio­ na de las siguientes maneras. 2) Agresión sustituida por la sumisión y dependencia. transcriben lo siguiente. sobre todo en ciertos estados. cit. Pese a las razones enunciadas. 3) Agresión dirigida contra los miembros del grupo propio: por ejemplo. Esta lucha entre personas del mismo color. Mucha gente de color cree que los em­ pleadores de convictos urgen a la policia para que actúe más entre los negros. cit. En muchos casos.. (18) Barnes y Teeters.Se ha reconocido uniformemente por los investigadores esta­ dounidenses. en que los jurados tratan con especia! consideración a quienes son del mismo color. desde luego. 2) la existencia de tales anormalidades no puede. Barnes y Teeters afirman que “se des­ conoce un rasgo criminal racial distinto. p. 182. p. (22) Barnes y Teeters incluyen estudios referentes a los mejicanos.. 185. salvo cuando la hallamos estrechamen­ te ligada con conflictos políticos. (23) En su art. donde se forman jerarquías semejantes a las existentes en los grupos blancos. 98 . Este es el camino que siguen muchos negros bien educados C20). pp. en gran medida exitosa. Canady dice que “el delito no es un rasgo físico” (23) propio de tal o cual raza y que pueda transmitirse como la forma del cabello o el co­ lor de la piel. Las consideraciones anteriores y otras similares han llevado a !os criminólogos norteamericanos a afirmar que la fuerza prin­ cipal que causa la mayor delincuencia negra — o de otros grupos no blancos— (::) se halla en los factores sociales y no en los ra­ ciales. Por estas razones..: The Negro in Crfcne. muchos de los ne­ gros que viven en el norte son inmigrantes del sur o campesinos que van a vivir a las ciudades. 201 . 217 . Tappan agrega otras razones importantes. ob. que rigen inclusi­ ve ahora. aquélla no puede ser borrada por necesidades acerca de “ ¡n(20) Cit. 2(8. (24) Ob. p. Id. ya citada. pp. pese a que las condiciones de los negros han mejorado a raíz de la lucha. Para este grupo constituye una acusación la existencia de un alto porcentaje de criminalidad negra. incluido en la Enciclopedia di­ rigida por Branham y Kutash. v. ni las distinciones que pueden ha­ cerse entre individuos y grupos. como parte definida del equipamiento hereditario de un grupo de gente” (24). — 165 — . (25) Id. podemos concluir con seguridad que la raza no repercute en el delito. por su parte. Además. se limitan a comprobar. lo mismo hace Hentig: Crimino­ logía pp.99. 186 190. contra la discrimina­ ción racial en Estados Unidos. Sellin ha podido decir: “ La responsabili­ dad está donde el poder. chinos y japoneses e indios autóctonos que viven en ios Estados Unidos. pese a las leyes sobre vivienda (:1). que la raza no tiene relevancia cuan­ do se trata de determinar las causas biológicas de la criminalidad total de ciertos grupos en los cuales hay afinidades étnicas. en cuyo caso opera como causa no la raza sino la migración. id. pp. a la luz de miliares de experiencias.5) Superación dentro del propio grupo. no es que desconozcan la importancia de las causas biológicas en general.203. Tappan: Crime. cit. (21) V. Justlce and Correctlon. de hecho. cit. los negros viven muchas veces en ghettos. sociales o industriales o con pre­ juicios que parten de !a casta dom inante” (“ ).229.. en id. y más ade­ lante: “Por lo tanto. Desde luego. Por ejemplo. la autoridad y la discriminación tienen su fuente: el grupo blanco dominante. GiUin: Criminology and Penology. de la población boliviana.ferioridad racial”. y quizá las dos terceras partes. “depravación heredada” u otras generalizacio­ nes similares” (“ ). pp. sobre todo debido a que el grupo generalmente llamado indí­ gena. p. Sutherland: Principles of Criminology. Si deseamos hacer una investigación de la criminalidad indí­ gena. pp. asi. so­ bre grupo étnicos en los cuales se relievó también la importancia del consumo del alcohol. 100 -116. aun entre los que tratan del pro­ blema indígena. los datos comparativos acerca de Suecia y Finlandia. 297 . para fines prácticos. este punto se da por supuestamente resuelto. supuesto que una averiguación al respecto es prácticamente imposible.305. En materia de influencia i acial en el delito. y en distintos estados alemanes. pp. 4. no sólo por el orden que debe ocupar en cualquier investigación. Sin embargo. En cuanto a la baja criminalidad de los judíos europeos. — 166 — . Menos alcance han tenido tos llevados a cabo en Europa. ¿cómo determinaremos la (26) Citado en Id.— C R IM IN A L ID A D DE LOS IN D IG E N A S B O L IV IA ­ N O S . ¿cómo hemos de lograr la certeza de que se trata de “puros”.. no han hecho sino provocar nuevas dificultades.. eit. pueden verse: Taft. 110 -112. cit. hemos de considerar indios a todos los que tengan pre­ dominio de sangre indígena? Y entonces. clt„ pp. pues todo queda librado a la in­ tuitiva clasificación de los distintos estudios. pp. 88 -101. sino por su importancia intrínseca con­ siste en determ inar lo que ha de entenderse por indio desde el pun­ to de vista racial. lejos de aclarar en algo el campo y remediar la escasez de hallazgos expe­ rimentales. Id. lo que no sólo es falso. pp. ob. von Hentig: ob. forma algo más de la mitad.. 46-51. Branham y Kutash. Pero no han faltado afirmaciones apriorísticas que. ob. la carencia de institucio­ nes destinadas a estos estudios. cit. ha sido explicada por causas sociales y no raciales. 269 . los estudios más serios y completos se han hecho en Estados Unidos acerca del ne­ gro. pp. (27) Un resumen en Hurwltz.276. La primera entre éstas. Sobre la criminalidad racial. Tampoco parece importante la delin­ cuencia de los gitanos (27>. 189 229. 182 202. sino que contribuye a restar uniformidad a las conclusiones a que se llega. hace que ellos se encuentren muy lejos de los objetivos ya alcanzados por los norteamericanos so­ bre el similar problema que hemos expuesto en el párrafo anterior. pp. ob. ¿a quiénes hemos de tomar en cuenta? ¿Sólo a ios indios puros? Y entonces.. Reckless: Criminal Behavior. aunque sólo nos propusiéramos retroce­ der cien años en la genealogía de cada individuo? ¿O . Desde luego. 198. Criminología. Barnes y Teeters.— Este es uno de los temas que mayor investigación mere­ ce. las polémicas así lle­ vadas. res de lamen­ tar que no haya sino de tarde en tarde estas discrepancias defen­ didas con ardor capaz de contagiarse a todos los directa o indirec­ tamente interesados en lograr una solución. — 167 — . No nos toca aquí examinar la índole de algunos motivos que hicieron que en los cambios de ideas se deslizaran alusiones personales hirientes que en nada con­ tribuían a aclarar el fondo del asunto. cumplen un papel de indudable importancia en el progreso de las ideas. tuvo su origen en un folleto publicado por el profesor Medrano Ossio (:s) en el cual sostenía los siguientes puntos: Que (28) La Responsabilidad Penal de les Indígenas. de ciertos políticos y sociólogos que pretenden ganarse el apoyo de grandes masas. Ella. y la de aquéllqs que encuentran sólo en razones sociales la causa de los males que el indio sufre y que él provoca. gran parte de los habitantes de las ciudades y pueblos. Tos hechos que citan son parciales. que facilita la explota­ ción de su trabajo y dificulta las tentativas de llevarlo a una su­ peración. de los interesados en mantener al indígena en su estado de sojuzgamiento. La polém ica Medrano Ossio . el alcoholismo. se mantienen en un justo medio aceptable. que constituyen un apreciable porcentaje de nuestra población? En cuanto atañe a la explicación de la conducta del iindígena boliviano — en lo criminal o no— se han destacado dos posicio­ nes extremas: la de aquéllos que ven en el indígena una radical in­ capacidad para asimilar los modelos de una alta cultura y a esa deficiencia individual atribuyen el atraso. Es de lam entar que esta posición. Justo es consignar. casi todos ellos con buen porcentaje de sangre india en sus venas.realidad de ese predominio y con qué medios contaremos para cal* cularlo exitosamente? ¿Cómo hemos de operar con los mestizos. Ambas posiciones generalmente son asumidas a priori y obedecen más a sentimientos e intereses que a la obser­ vación de la realidad. se produjo sobre el tema. aún con sus exageraciones. por medio de prédicas demagógicas que ellos mismos se encargan de desmentir con su actuación práctica. La que nos sirve ahora de tema es una muestra. han hecho dogma de fe de este prejuicio. la cri­ minalidad y el analfabetismo. defor­ mados por los prejuicios y no resisten al menor intento de una crítica seria. Sin embargo. que los artículos y folletos publicados y las conferencias pronunciadas por las personas que quieren tratar el tema con rigor científico. una polémica violenta entre los pe­ nalistas López Rey y Medrano Ossio.— Hace siete lus­ tros. desgraciadamente. sin embargo. por otro lado.López R ey . sea la menos común y sea la destinada a sufrir los embates de dos ene­ migos capitales: por un lado. . 20. Id. y otras adquiridas” (*). (29) (30) (31) (32) (33) (34) (35) (36) Id. por graves que sean (x ). p. 24. congènita y de una tristeza absolu­ ta. Medrano Ossio lo emplea también para designar lo beredado.. al interpretar el vocablo “congénito". pero ahora. id. lo que se demuestra al com probar que él no se da cuenta de lo que hace ni tiene conciencia de los delitos que hubiera co­ metido. 19.. p. id. ya antes había dicho que el in­ dio “adolece de u na timidez. El subrayado es nuestro. 25. Por lo demás.. En efecto. conducen a la conclusión de que el indígena. ya habla de transmisión heredi­ taria de algunos caracteres adquiridos por obra del abuso del alcohol y de la coca. id. Id. por lo cual resulta contradic­ toria aquella otra afirmación hecha con carácter general: “no exis­ ten razas inferiores o superiores sólo sí que unas están adaptadas mayormente a la civilización y otras no” (35). p. Hemos de confesar que hemos sentido cierta vacilación sobre todo a raíz de este pá­ rrafo en que se habla de psicopatías.26.. pp. Con este último páirafo.. Id. antes ha habla­ do de causas sociales. nos parecen. Id. — 168 — . El subrayado es nuestro. la coca y el alcohol han debilitado su inteligencia y su voluntad (x ).. Id.. inconsciente ”(M).. 20. p. hereditaria­ mente inferior en algunos aspectos. id. su estado “psicoló­ gico m ental” no es tal que el sujeto pueda ser considerado impu­ table. 25 . 18 -19. p. “También estas especiales circunstancias psicofisiológicas y orgánicas influ­ yen y son causa para ciertas alteraciones de sus funciones sexua­ les que lo impulsan a cometer delitos de esta naturaleza y a trans­ m itir estas taras por medio de la herencia fisiopsíquica a las ge­ neraciones posteriores” (i5). Tanto más si luego hablará de que la carencia de moralidad se debe “a influencias psicopatológicas permanentes. de carácter congènito unas. p. Id. congenita. Medrano Ossio ingresa ya al terre­ no de las causas individuales que fundamentan su pedido de de­ clarar al indígena en estado peligroso. Estas afirmaciones. 26. Id. Id. parecería que el Prof. No constituye “valor m oral”.el indígena (del texto se deduce que todo indígena) se halla en estado peligroso y así debe ser declarado (29). pp. id.es racial. Id. se halla en un estado de “pos­ tración psicológica’’ como resultado de causas sociales (31). lo cual trae por consecuencia el que las perturbaciones sean de carácter permanente. del estado que describe como típicamente propio del indígena. Id. fundamentalmente en relación con las consecuencias que aquéllas. no sabe­ mos de ningún edificio escolar construido por los directamente interesados. por abandono. blancos y mestizos reciben. en relación con su supuesta indiferencia ante el propio progreso. "Una mala inter­ pretación de mi citado trabajo (el primero a que nos referimos) na hecho que se crea que sostengo la inferioridad natural del in­ dio.. y hasta pagan con su dine­ ro a los profesores: ¿es éste síntoma de superioridad o de infe­ rioridad. (38) Vamos a citar dos hechos. aunque de (37) Id. es la jurídica y social. junto con los indígenas urbanos. y dentro de este punto de vista asegura que el indígena carece de yo superior. Este aspecto. escuelas cons­ truidas o alquiladas por el estado. Respues­ ta y Objeciones a un Penalista. dice (p. ten­ drían en el campo del Derecho Penal í40). 26. es indudable que el indígena campesino po­ see un alto sentido moral. pertenecen a grupos que habitan usualmente en las ciudades. en general. para ser instruidos. Hemos de lamentar que esa errónea interpretación tenga exce­ so de puntos sobre los cuales apoyarse. afirmación es ésta que nadie puede negar**. La inferioridad que anoto. fueron duramente criticadas por el Prof. entre muchos. al que aqui nos '*r dremos. de deseos de progresar o de estancarse? (39) Es preciso que insistamos en este aspecto. vagancia o delito. Tiene ansias de superación. Algo más: de entre esos niños y adoles­ centes. en todo caso. Las teorías enunciadas por el Prof. (40) Las críticas se hallan expuestas principalmente en el libro: In­ troducción al Estadio de la Criminología. en muchos aspectos superior al del mestizo pobre e inculto de los centros de población (w). 27).Medrano Ossio utiliza en su trabajo buena parte de la termi­ nología psicoanalítica. Medrano Ossio peca de pesi­ mista. pues resultan injustifi­ cadas (*). p. El segundo. La pintura hecha por el Prof. Medrano Ossio. de ser aceptadas. ese que generalmente se designa más bien como super yo o instancia moral individual (37). Por ejemplo. López Rey. en ninguna ciudad de la república: en cambio. esa infe­ rioridad artificiosamente creada por la ley que hace del indio un ser explotado. sólo excepcionalmente se presenta alguno que proven­ ga de familias campesinas. que resulta claro en el trabajo citado de Medrano Ossio. Y. en asilos y refor­ matorios bolivianos. no pueden atribuírsele no­ tas de inferioridad congénitas o raciales. veremos que loa indígenas típicos no se hallan en la proporción correspondiente a la cantidad de ellos en la población total. en otro posterior. Es evidente que el indio ha vivido durante siglos en un am ­ biente poco favorable para la adecuada manifestación de todas sus capacidades. que deben llamar a reflexión. — 169 — . el primero: si estudiamos a los niños y adolescentes internados. id. pero su situación no es de U gravedad que el autor asegura. los campesinos lo han hecho con la inmensa mayoría de los locales con que cuentan para su educación. que es como ge­ neralmente se entiende. como si sólo él cargara con lodos estos estigmas (42). fe) Se llegará al absurdo de colocar bajo tutela a la mayor parte de la población. es inadecuado para lograr su mejoramiento general o su corrección penal. 264 y 285. Esa cultura suponía valoraciones. El penalista hispano . pp. 2) Se cohibirá su desarrollo cultural. mientras una minoría desempeña el papel de protectora (4J). pero eso sucede en todas las razas y grupos sociales y no sólo en el indio. cit. en efecto. por lo cual resulta falso el con­ siderarlo inimputable. a diferencia del negro norteamericano.256. en la que no cree. 4) Se lo explotará más fácilmente. deducen inmediatamente una inferioridad. 5) Se los colocará en situación de ser diezmados. de ahí por qué resulta inadecuado el referirse sólo a éste. El indio boliviano. id. no significa ser más que otros” (41)Sin embargo. López Rey hace. resaltar que esta conclu­ sión supondría admitir la inferioridad mental del indígena. López Rey hace notar la diferencia que existe entre tener más y ser más. sino de que no corresponde a la realidad. si la peligro­ sidad se entiende como alta tendencia al delito. ha poseído una respetable cultura.fundamental importancia. ésta puede ser cau ri o efecto de una inferioridad de tipo mental. el sojuzgamicnio social han llevado de maneral general. según demuestra la historia.. Pero no se trata sólo de que el régimen sea inconveniente. así que hemos de aludir a él sólo de manera secun­ daria.. de las cuales el indígena actual es consciente. cuyos restos que han sobrevivido son notabilísimos. 252 . esto es olvidado por quienes del hecho de que si: posea menos que otros. tal ré­ gimen. a que el indio tenga una condición social inferior. debería resultar que los indígenas dan (41) Ob. 251. puntualiza que el régimen de protección y tutela a que quedaría sometido el indígena como consecuencia de su declaratoria de peligrosidad. (43) Id. 270 y 272. No cabe duda que el alcohol. apoyándose para ello en la opinión de varios auto­ res que se han ocupado de la materia. supone los siguientes riesgos: 1) Que nunca se considerará al indio suficientemente evo­ lucionado como para liberarlo de la tutela. pp.boliviano. la mala alimentación. p. 3) No contribuirá (tal régimen) al desarrollo del sentido de responsabilidad. cae fuera de los limites de un texto de Criminología. “tener más. (42) Id. — 170 — .. id. V esto lo aplican también al indio. quiebras 9 1 Contra el estado — Tentativa asesinato — Abigeato — Sublevación Accidentes tránsito 3 — Otros delitos — Sin datos Calumnia. — 171 — .1 — 4 27 1 4 — 2 1 1 __ — 1 — 3 155 28 (44) Id. pp. mucho m enor que la del blanco y la del mestizo í44). Para mediados del año 1952 se consignaban las siguientes cifras (M = Varones. su criminalidad es reducida y. libelo Injurias y amenazas — TOTALES Indígena Blanca 23 F ___ 1 --- — 1 --- 4 16 --- 1 — — — ------------- — — 4 21 — — — --- — 2 — 1 l 3 56 8 76 17 — — 1 2 — — 3 18 7 1 1 3 10 2 1 6 — 1 — 1 1 1 —. pues no se in­ dican los criterios seguidos para hacerla. Director del Patronato de Reclusos y Liberados. Este cuadro se ha­ lla incluso en nuestro trabajo: Los Establecimientos Penales y Correccionales Abiertos en Relación con la Realidad Boliviana. p. en rea­ lidad. Se refieren a la población penit?nciaria recluida en el Panóptico Nacional que. pero eso no sucede.. en todo caso. como se sabe. — 1 -— 1 — F 4 — . afirma López Rey. desgraciadamente no se dan a conocer las estadísticas y estudios en que esta afirmación se apoya. DELITO RAZA DEL DELINCUENTE TOTAL F M F M 26 __ 1 1 29 2 — — 60 2 1 2 2 . 272 y 283. Las estadísticas compiladas hasta el momento dejan mucho que desear en lo que toca a la clasificación racial. F = mujeres) í4*). defraudacio­ nes. 28. Re­ né Zalles. funciona en gran parte como esta­ blecimiento penitenciario central de Bolivia. (45) Cuadro* estadístico suministrado por el Departamento Nacional de Censos.una enorme cantidad de delincuencia. y pese a las dificultades sociales que po­ drían impulsar al indígena a delinquir mucho. Los datos fueron recogidos por iniciativa del Dr.2 5 1 37 10 Mestiza M M Homicidios 5 — Lesiones o heridas 1 Abuso de confianza 1 Violación y estupro Robo y hurto 3 Estafas. id. incendios. 2) toma en cuenta el número to­ (46) Ob. en efecto. Aunque pudiera deberse a causas circunstanciales. los datos arriba indicados se invertirían. 32% . 53% O6). tienen que ser tomados con su grano de sal ya que. como los tocantes a delincuen­ tes. mestizos. según cuadros expuestos por Cocn ¿s la siguiente: Blancos (de origen europeo). en mu­ chos casos. se emplea una clasificación no estrictamente racial sino mezclada con consideraciones sociales y culturales. pero ninguno de tales de­ litos queda en las estadísticas. sin duda. muertes. Hay que notar la prevalente comisión de delitos de abigeato y sublevación. a hechos reales. eso consta a cualquier observador. destrucción y asalto de la propiedad priva­ da. en el mismo delito: revoluciones. existen 93 reclusos de esta razn. Si todos ellos fueran co n sig n a d o s. lo primero se explica porque el indígena vive prin­ cipalmente en el campo. nunca o casi nunca. y en gran medida. clt„ p 435. heridas con­ siguientes. motines. no deja de llam ar la atención el hecho de que delitos en los cuales la opi­ nión popular se prepararía a ver ampliamente representados a los indígenas. fuera del fundamental ya anotado de no saberse los criterios seguidos para clasificar a los reclusos por razas. y con participación de mayor número de persona-. Por ejem­ plo. Estos números. sólo cobijaba a la tercera parte de la población penitenciaria total. tales los casos de lesiones. Principalmente hemos de anotar: 1) Se re­ fiere sólo al Panóptico Nacional que si bien es el mayor estable­ cimiento penitenciario del país. En cuanto a la sublevación. un profesional de nivel universitario será clasificado como indio aunque biológicamente predominen en él los rasgos indígenas.Estos datos deben ser comparados con los referentes a la dis­ tribución racial en Bolivia que. — 172 — . 15% . tiene él varios defectos. De estas cifras está lejos de poderse concluir la aducida pe­ ligrosidad del indígena. viola ción y estupro. lo que resulta plenamente favorable al in­ dígena. por 90 de las otras. siquiera en alguna medida. pero nada especial se puede deducir en contra de los indígenas y a favor de blancos y mestizos. Pero es preciso evitar el extraer conclusiones terminantes de! cuadro transcrito. indios. ellos están ausentes. éstos tam­ bién incurren. Es muy difícil admitir que haya un 15% de blancos que no tenga. mezcla in­ dígena. no es sino una forma de imponer el propio derecho — real o supuesto— ante abusos que se creen co­ metidos por patronos y autoridades: estas cifras corresponden. escenario natural de ese tipo delictivo. 436. (48) Consignadas en la pág. por otra parte. según el último censo de la República —el único por lo demás. Sin embargo.8: “Si se tiene en cuenta que. las razones les había ya apuntado en mi tra­ bajo citado. (47) Id. estafas. En cambio prima el grupo de los mestizos que ocupa. como parte de esa inferioridad.tal de internados.)” ( )■ Estas observaciones son tanto més dignas de tomarse en cuen­ ta si consideramos a quienes incluye el cuadro arriba citado. 5. sin distinguir a los simples detenidos de los ya condenados por sentencia ejecutoriada. al afirmar que los indígenas “carecen de capacidad para la ficción durante el proceso. En las pp. (Ver el cuadro al final del volúmen). La mayor proporción relativa en que algunos grupos étnicos se hallan representados en las estadísticas criminales. me­ nos para pensar que. gozan de menos garantías pro­ cesales y se aprovechan poco de los beneficios legales. lo que no sucede con los delitos cometidos por integrantes de otros grupos raciales y sociales (fraude. o a ciertos delitos en particular. etc.. Corroboran lo anterior. las pequeñas poblaciones y que tan desprovistos de cultura se encuentran’’. los delitos que ellos cometen son de los menos complicados de descubrir y probar. p. las estadísticas proporcionadas sobre el Ecuador. Id. — 173 — . 7 . por lo general. la po­ blación del Ecuador alcanza a 3. podemos a p u n tar 1) No hay justificación científica alguna que hoy permita afirmar la existencia de razas superiores o inferiores.757 habitantes y que según cálculos aproximados. se debe a razones ajenas a supuestos caracteres raciales favorables al delito. abusos de confianza. el número de indígenas llega a 1. 28 de la obra: Manifestaciones Predomi­ nantes de la Delincuencia en el Ecnador. por la Dra.202. abusos de autoridad. abor­ tos. y es que aquéllas implican un aumento artificial en el nümero de éstos y una disminución en la de reos mestizos y blancos.— CON CLU SIO N ES . llama la atención el Indice bajo de delincuentes de este conglo­ merado. exis­ ta en tal o cual raza algún o algunos genes que la hagan más inclinada a la delincuencia en general.813. malversaciones. defraudaciones. es posible que un perfeccionamiento de las es* tadísticas trajera por eonsecuencia el disminuir aún más la propor­ ción de reos indígenas. Genoveva Godoyí46). no son ca&( nunca debidamente defendidos y no recurren frecuentemente a la rebaja de pena ni al indulto. 15. quiebras dolosas o culposas.— Entre las principales. realizado con pautas científicas—. Incluso suele bastar el hablar bien el castellano o ejer­ cer ciertos oficios. (50) La Criminología carece absolutamente de datos en relación con el indio selv&tico. aunque poseyeran todos los rasgos corporales indígenas. etc. sobre todo en cuanto toca a las nocivas influencias ambientales que im­ pulsan a la desadaptación. la confusión es total. el concepto de raza se refiere a agrupacio­ nes de caracteres somáticos. el no distinguir entre raza y nacionalidad. Sin embargo. de las razas. cuando existe la seguridad de que han intervenido también favores sociales bastantes para explicar aquella inferioridad. (49) Ob. 3) Como vimos. c lt. — 174 — . ya que ésta pue­ de ocasionar que se carezca de la capacidad suficiente para adecuarse a la sociedad. se hallan en pañales y no pueden ser ofrecidas co­ mo pruebas convincentes. insuperada hasta hoy. Sobre todo cuando se trata de los indígenas bolivianos. ofrecen mucha base los similares realizados en Esta­ dos Unidos sobre la criminalidad negra. 262. la conclusión en este sentido no es necesaria y menos puede admitirse como verdad indiscutible.). sin salir de su grupo racial. se ha estudiado más — aunque sin llegar a ninguna caracterización defi­ nitiva— la psique de las nacionalidades (francesa. por el simple hecho de la situación social que ocupan.2) Ha sido una fuente de confusiones. sentimientos. En general. para no ser considerado indígena. mientras el negro es un transplantado cuyos antecesores nunca alcanzaron un ni­ vel cultural semejante al de nuestros aborígenes andi­ nos (®). ingle­ sa. ello sin contar con que los pertenecientes a gru­ pos sociales cultos y ricos. no son considerados tales. 4) Para un estudio futuro de la criminalidad india bolivia­ na. pero no son éstos.. voluntad. b) los negros tienen colegios y universidades propios que les conceden facilidades para obtener una cultura y técnica superiores. etc. sin embargo. sino los psíquicos los que más interesarían para deducir conclu­ siones tocantes al aspecto criminal. española. como hace nctar López Rey (w) hay que tomar en cuenta dos diferen­ cias: a) El indio tiene una cultura propia y sigue habi­ tando el suelo de sus mayores. 5) Si bien la situación social inferior puede ser consecuen­ cia de la inferioridad individual innata. p. Las investigaciones sobre la inteligencia. pe­ ro sólo en ciertas oportunidades ligadas con fiestas de variado tipo. hasta perder la conciencia inclusive. alto grado de dege­ neración en muchos individuos. sobre todo en los últimos tiempos. la obra carece de sistema). En ninguno de estos autores hay asidero alguno para pensar en inferioridades raciales propias del indio. si bien. el campesino se emborracha. constancia en el trabajo. el indio urbano es con indeseable frecuencia un alcohólico. viene dando repetidas pruebas de su capacidad partí adaptarse a la técnica occidental aprovechándola en pro­ pio beneficio. La necesidad de esta distinción resalta par­ ticularmente cuando se habla de alcoholismo. llegándose como consecuencia a un. No se encuentran en los grupos indígenas causas pecu­ liares de delincuencia. etc.). por su propio ca­ rácter. sin embargo.penal de loa aborí­ genes pénanos (favorece la interpretación ecléctica de la de­ lincuencia indígena). Se precisa. tanto si se considera que tal inferioridad proviene de factores biológicos co­ mo de factores ambientales. en los grupos blancos > sobre todo mestizos (SI). y a veces con mayor gravedad. el pri­ mero ha perdido o está en proceso de perder sus propios frenos culturales. el segundo conserva su tradición y su cultura y es un individuo integrado. sin llegar a adaptarse a otros nuevos. Otero: Figura y Carácter del Indio (esta obra contiene muchos datos de primer orden’: desgraciadamente no señala las fuentes bibliográficas de las cuales ellos fueron extraídos). distinguir entre el indio que habita en las ciudades y el campesino. no degenerado y que. Las mismas causas ocurren en Bolivia. (51) Sobre el tema del indio pueden verse (fuera de las obras ya ci­ tadas): Monsalvé Bozo: El Indio: cuestiones de su vida y an pasito. que se embriaga con regularidad y frecuencia. Ponce de León: Situación Jurídico .6) 7) Es injustificado hablar de una inferioridad general d d indio en relación con otros grupos. Tamayor Creación de la Pedagogía Na­ cional (contiene sagaces intuiciones. Un análisis comparativo muestra claramente que en muchos aspectos el indio es superior al blanco y al mestizo (estabilidad y sentido de la familia. — 175 — . ansias de supera­ ción. Mario Montaño Aragón: Antro­ pología Cultural Boliviana. . y Rivoire: La ciencia de las hormona«. por consiguiente. da lugar a la aparición del bo­ cio endémico. tales glán­ dulas constituyen un sistema cuyo funcionamiento y equilibrio es importante para determinar las características de una persona. el tema de las glándulas endocrinas ingresó en el campo de la Criminología. las reacciones ante el medio ambiente. decli­ nado.. Las glándulas endocrinas segregan productos químicos espe-. tales como la constitución corporal. Segrega la hormona llamada tiroxina. (1) Esta parte ha sido redactada en base. ciales llamados hormonas. 671 . uno de cuyos componentes esenciales es el yodo. principalmente a Houssay: Fisiologia Humana. con el entusiasmo y las exageraciones de los primeros momentos. la edad.C A P I T U L O V GLANDULAS ENDOCRINAS 1.— G LAN D U LA S E N D O CRIN AS Y H O R M O N AS. — 177 — .— H a­ ce ya medio siglo. no es posible negar que las glándulas endocrinas se relacio­ nan estrechamente con caracteres muy importantes dentro de los estudios criminológicos. pp. los instintos. La tiroides . En lo que sigue. el sexo. En suma.842. etc. reproducimos aquello que de las glándulas endocrinas y de las hormonas se relaciona más estrechamente con la conducta humana y. el grado de inteligen­ cia.la carencia de este elemento en ciertas regiones.— Se halla situada en la parte anterior del cuello y adherida a la tjáquea. con el delito (*). Aunque ese entusiasmo ha. los sentimientos. Junto con otros factores. Estos síntomas son menos graves en los adultos que en los menores que aún se hallan en la etapa del crecimiento. el cual puede ser congenito o adquirido. pereza. Particular importancia criminal tie­ nen las perturbaciones de la emotividad. tendencia a la obesidad. taquicardia. el congènito se presenta tanto en el hombre como en la mujer. disminución del tono muscular. su hormona se denomina paratiroidea o parathormona. En los casos más benignos. especialmente en la cara. sobre todo en las extremi­ dades. apatía y dificul­ ta^ ■•ara la concentración mental. — 178 — . lentitud intelectual. se nota simplemente un adelgazamiento no exagerado. hiperactividad. pulso retardado. sobre todo en las mujeres. e hipertonía nerviosa. el adquirido se da principalmen­ te en las mujeres cuando se acercan a la menopausia. hipertiroidismo es sumamente frecuente entre los esquizo­ frénicos. a veces se llega a un verdadero ena­ nismo junto con un retardo o detención intelectual que alcanza diversos niveles. aun normales. pues en­ tonces el hipotiroidismo provoca el retardo o la detención del des­ arrollo y la osificación lenta. El hipotiroidismo se traduce en el llamado mixedema. El número de estas glándulas no es constante en todas las personas. apatía. No olvidemos que el calcio es un moderador de la excitabilidad nerviosa. se nota cierto retardo en el desarrollo.Esta glándula. A veces el hipertiroidismo. la agudización del hiper­ tiroidismo suele ocasionar incluso estados de delirio. tendencia a cóleras rápidas. la parathormona regula el metabo­ lismo del calcio y del fósforo. que se tom a exagerada. al nerviosismo. por defecto. al mismo tiempo. a la hiperactividad y la inestabüldad afectiva. • Las paratiroides :— Son cuatro glándulas pequeñas situadas detrás de la tiroides. Carácter típico es la infiltración subcutánea de un líquido mucoide en to­ do el cuerpo. En el hipertiroidismo hay adelgazamiento general — que pue­ de ser remediado y compensado'Jpor la acción de otras glándulas— junto con una gran voracidad (feplvo en los últimos extremos del hipertiroidismo). somnolencia. Cuando el hipertiroidismo es leve. cejas y pestañas caen. se con­ vierte en la enfermedad de Basedow caracterizada por los sínto­ mas anteriores más exoftalmia (ojos saltones) e hiperplasia difusa de la tiroides. al frío. con marcada inclinación a la irritabilidad. ausencia de sueño largo y tranquilo. donde los labios son abo­ tagados y caídos. puede tener dos anor­ malidades patológicas: la primera por exceso de secreción. la se­ gunda. temblor. hay mayor sensibilidad. como todas las demás. cólera) ya que al aumentar la cantidad de azúcar en la sangre. El hipocórticosuprarrenalismo se traduce esencialmente en la enfermedad de Addison. Los resultados son similares cuando exis­ te hiperfunción cortical durante la adultez: en los hombres. El hipercórticosuprarrenalismo se caracteriza esencialmente en síntomas genitales variables según el momento en que la hiperfunción se presenta.— Son dos y se hallan colocadas. es probable que haya otras aun no individualizadas. si lo hace durante la vida uterina. susto. La adrenalina ha sido llamada la hormona de la emoción pues actúa principalmente en los momentqs de profunda alteración afectiva (miedo. se da casi sólo en la mujeres que mues­ tran rasgos viriles que luego se traducirán en tendencias h o m o ­ sexuales. en las mujeres. pero en tal órgano existen grupos aislados de células. si se trata de un hombre. que producen la hormona insulina. se produce pseudo . Los islotes de Langerhans.hermafroditismo.Las suprarrenales . pero fuera de ella. está caracterizada por la astenia. El hípoinsuliniamo — 179 — . La parte médulosuprarrenal segrega la adrenalina. Si se presenta en la infancia. denominados islotes de Langerhans. el que es vertido en el tubo digestivo. resulta una pubertad pre­ coz. hor­ mona relacionada con la hipertensión arterial. por un lado segrega jugo pancreático. se conoce la existencia de la hormona córticosuprarrenal. Ellas se distinguen no sólo por su constitución sino por las funciones que desempeñan. principalmente una que cumple funcio­ nes genitales y cuya composición es semejante a la de la testostcrona. hipotensión arterial. se habla también de la cortipresina.— El páncreas es una glándula mixta. a mane» ra de capuchones. au­ mentan también las reservas inmediatamente consumibles en el movimiento subsiguiente de agresión o huida. j» presentan caracteres viriloides junto con tendencias sexuales abe­ rradas. con una enorme fatigabilidad. sobre cada uno de los riñones. los rasgos masculinos se hacen más pronunciados. la que a su vez está ligada con especiales estados de tensión que se dan en cier­ tos delitos. * Cada glándula suprarrenal tiene dos partes: la cortical y la medular. Desde hace tiempo. por último. con rasgos viriles. esta hor­ mona tiene propiedades hipertensoras (produce hipertensión bíusca aunque generalmente de breve duración) e hiperglucemiantes (aumenta la cantidad de azúcar en la sangre). Hay btra hormona relacionada con la secreción láctea (la cortilactina). La principal función de la insulina es hipoglucemiante (dis­ minuye la cantidad de azú&ar en la sangre). en función exocrina. los caracteres masculinos se acentúan. porque la placenta se­ grega prolan. nueva hormona hipofisaria dirigida a producir la secreción láeten. 167. Estas alternativas resultan de la intervención de las gonadoestimulinas segregadas por la hipófisis. en dos períodos iguales separa­ dos por la rotura del folículo: una fase foliculínica. mientras que la Iuteína es segregada por el cuerpo ama­ rillo. de tal manera que cada ciclo menstrual puede ser dividido. dejan en libertad un óvulo. íntimamente ligadas con los caracteres secundarios del sexo y con la aparición de los distintos ciclos vitales. El ciclo se interrumpe durante el embarazo. la presencia o ausencia de estas hormonas se relaciona íntimamente con la menstruación. existen las gonadoestimulinas A y B. el ciclo se interrumpe: el •cuerpo amarillo no se atrofia. después madura otro folículo. eb. en la cicatriz dejada aparece el cuerpo amarillo. Si el óvulo es fecundado y se produce el embarazo. Se trata.produce hiperglucemia (diabetes). ett. la segunda para la luteína. aparece una nueva cicatriz. fase de ma­ duración folicular en la que el ovario no segrega más que folicu­ lina. que opera como la gonadoestimulina B y mantiene el cuerpo . la primera para la foliculina. . La presencia en la sangre de una de las hormonas gonadales acarrea la secreción de la estimulina de la otra hormona. su función central es la liberación del óvulo.— Son dos y se hallan a los lados del útero. que sólo funciona durante unos quince días. La placenta segrega también foliculina. En los ovarios existen millares de corpúsculos llamados fo­ lículos de G raaf los cuales.amarillo. sino que crece y permanece. de una hor­ mona que tiene funciones opuestas a j a de la adrenalina y de la hormona hipofisaria hiperglucemiante. la cantidad de hormonas en la sangre se normaliza. Como vemcs. y así sucesivamente. Durante los cuatro días posteriores al parto. ta que aumenta en cantidad a medida c|ue avanza el embarazo. (2) Rivoire. al romperse por un proceso de m adu­ ración.. . la que coincide con el momento en que la Iuteína deja de ser producida. — 180 — . Los ovarios . para que éste cumpla tal función. por tanto. durante la cual aparece la secreción de Iuteína” 0 . pág. pero aparece la prolactina. y una fase luteínica. “ La foliculina es segregada por el folículo de Graaf en ma­ duración. es el que desencadena el parto. los ovarios segregan dos hormonas: la foliculina y la Iuteína. desde el punto de vista hormonal. erte au­ mento) unido a la acción de la óxytocina (originada en la hipófi­ sis). pueden suceder durante unos 30 años. más o menos intensa.— En éstos existen las células intersticiales que son las que segregan hormonas masculinas.de­ presivas” (3). En relación con los aspectos que nos interesan hay que anotar que durante la menopausia. En correlación con estas dos funciones. vértigos. son las. sin embargo. el ovario se atrofia. p. la hipófisis segrega dos gonadoestimulinas masculinas. otras veces.. tales formas se llaman. Hormonas sexuales masculinas son la testosterona. 184. al cabo de ese lapso. jaquecas. como hace notar Houssay. y después de ella. con su normal funcionamiento. la androsterooa y la dehidroandrosterona. denominadas A y B. El primevo trae por consecuencia infantilismo y adiposidad. — 181 — . los testículos producen espermatozoos. podemos hablar por lo menos de cuatro anormalida­ des. hay que guardarse de oponer terminante­ mente las hormonas masculinas a las femeninas. Las hormonas masculinas determinan los caracteres secunda­ rios del sexo. la prime­ ra se halla ligada con la espermatogénesis (y quizá con la produc­ ción de foliculina) y la segunda. (31 Id. hipofo­ liculinismo primario y secundario. El hipofoliculinismo puede aparecer en la etapa de la puber­ tad o más tarde. con frecuencia aparece también ten­ sión arterial. junto con rasgos viriloides y anormalidades en las reglas. “ahogos de calor. hasta verdaderas psicosis maníaco . Por otra parte. que pueden llegar a desaparecer. y algunas veces transtornos psíquicos que pueden vanar desde la simple irritabilidad y dis­ minución de la memoria. El hipofoliculinismo secundario produce la supresión de la regla y la atrofia del útero.Estos complicados procesos. respectivamente. El complejo funcionamiento de estas hormonas hace que ha­ ya muchas y variadas anomalías. si consideramos a aquéllas ais­ ladamente. que determinan la atracción sexual que la mujer siente hacia el varón. con las funciones de las glándu­ las intersticiales. pero ese número aumenta en mucho si tomamos en cuenta los casos en que las anomalías en la producción de cierta hormo­ na se combinan con las de la otra. suele presentarse más bien un adelgazamiento. id. característicos hor­ migueos. Xos testículos . la mujer se viriliza y que estas hormonas. aparece la menopausia. su falta o menor producción ocasiona los síntomas de eunucoidismo. aunque las gonadocstimulinas siguen existiendo. Hay también retraso psíquico. todo). no se sigue cre­ ciendo. obesidad abdominal (sobi. resalta la estrecha relación — 182 — . notable sobre todo al nivel de las ar­ ticulaciones de las manos y de los pies. se presenta a corta edad. Principal importancia asume el hecho de que la hipófisis está ricamente inervada. la osificación se detiene. su ausencia produce detención del desarrollo. talla aminorada. Suele presentarse una se­ nilidad precoz. las que tienden a establecer el equilibrio. Pero si bien este hecho se halla proba­ do. El hiperpituitarismo se traduce en gigantismo y acromegalia.La hipófisis .— Se halla en la base del cerebro. la hipófisis. es el caso anterior. Como producto del lóbulo posterior. Al parecer. pereza y somno­ lencia. De lo anteriormente detallado. enanismo. que está abundantemente irrigada por la sangre. es del tamaño de un garbanzo. Esta glándula desempeña el papel de directora del sistema endocrino. aceleramiento del mismo. la hipertensora y la antidiurética (no individualizadas). 3) Caquexia hipofisaria. la verdad es que se ignoran los detalles de esta interrelación. regulando las secreciones de las demás glándulas por medio de variadas estimulinas o trofinas. suelen darse tres hor­ monas: la oxytócica. Pero cuando la hiperfunción no alcanza solamente a la hormona del crecimiento. se deducirá que los síntomas hipofisarios son muy variados. La hipófisis tiene también hormonas propias. son los síntomas principales. Nos detendremos en tres de ellos: 1) El infantilismo hipofisario que aparece cuando hay hipofunción de la hipófisis. el hiperpituitarismo se ma­ nifiesta en la acromegalia. 2) El síndrome adiposo genital. 2 — EN D O CR IN O LO G ÍA Y DELINCUENCIA GENE­ R AL . tiene la capaci­ dad de analizarla y descubrir la cantidad que existe de cada una de las hormonas para reaccionar en consecuencia por medio de las estimulinas. e infantilismo genital. aparece el denominado síndrome de Cushing ca­ racterizado por la hiperfunción de numerosas glándulas endocri­ nas correspondiente a una hipersecreción de estimulinas. son características la astenia. su hiperfunción.— De lo expuesto hasta aquí. los órganos genitales no se desarrollan. se presenta cuando el lóbulo ante­ rior es destruido. se caracteriza por una crisis poliglandular y un enflaquecimiento extraordinario. Es fundamen­ tal la hormona del crecimiento. Cuando se trata de individuos ya desarrollados. a través de ella el sistema nervioso influye sobre el sistema endocrino. pero no con tanta gravedad. sobre la silla turca. relacionada con el parto por ser especialmen­ te activa sobre el útero grávido (individualizada). onducta d elictiv a . P u ed e n ecesita rlo s con b astan te u rgen cia. en fin .e x iste n te en tre las g lán d u la s en d o crin a s y la c o n fo rm a ció n co rp o ­ ral (b io tip o ). no I OO — . A sí d e sc r ib e n . H uye. Los im p u lso s con trarios o n d ean atrás y a d e ­ lan te. por ejem p lo . P recisa m en te al e x p o -ner las ten d en cias crim in o ló g ica s an tro p o lo g ista s. ¿ está ju stifica d o el d a rlo ? A q u í n os referirem os a las postu ras extrem as y no a a q u élla s que se lim itan a recon ocer la in d u d a b le im p ortan cia d e las g lá n ­ du las en d o crin a s. en tre las glá n d u la s en d o crin a s y las ca racterísticas co rp o ra les y p síq u icas de un in d ivid u o C on sigu ien tem en te. la in telig en ­ cia y la estu p id ez. Ha in ten ta d o realizar lo q u e ha en señ a d o a su volu n ta d . Q uizá p ien se en un rev ó lv er. lu d r ia darse un paso m ás y afirm ar q u e toda la crim in alid ad es ex p lic a b le e x c lu siv a o casi e x c lu siv a m e n ­ te por el fu n cion am ien to de tales glán d u las. F in a lm en te. Pero toda v olu n tad y to d o tem or han q u ed a d o d estruidos ante las reaccion es de su m e c a n ism o cor­ poral q u ím ica m en te p ertu rb a d o ” C) . C on algo de audacia. frasco de v e n e n o o puCit. P ero el ladrón está eíh o cio n a lm en te perturbado y e se es el h ech o d o m in a n te. L ucha en tre su tem or y su d eseo. A v a n ­ za. que la p risión lo espera si es a p reh en d id o . Y al asesin o: “ Pero el h om b re capaz d e asesinar se halla p ertu rb ad o en sus g lán d u las. qu e es p e lig ro so .nave. el carácter v io le n to o ¡. por Barnes y Teeters New Horizons in Criminology. Se d ijo que su acto era rep roch ab le. en ló g ico con sid erar q ue el fu n c io n a m ie n ­ to de a q u élla s determ in a en p ian m ed id a la co n d u cta gen eral de una p erson a. la sanidad y la en ferm ed ad m en ta les. las rea ccio n es de fu er­ za o d e b ilid a d . la cap acid ad o in cap acid ad atcn tiv a s. La n o ció n de m atar e s rá­ p id am en te seguida por otra acerca del m o d o de llevar a d ela n te su p rop ósito. M ar­ cha h acia el p rem io c o d icia d o y d esp u és retroced e m ien tras su c e r tro in telectu a l lo previen e co n un a o la d e tem or. la del lad rón : “V e una b olsa d esca n sa n d o so b re una m esa y sa b e q u e c o n ­ tien e cin cu en ta dólares. célu la s y centros n erv io so s. El hom bre norm al p u ede sen tir d e seo por los cin cu en ta d ólares. una o la de em o ció n arrebata al lad ró n . in clu yen d o la ¡. haber en c o n tra d o en la cien cia d e ¡as horm onas una llave m aestra qu e p erm itiría abrir la alcob a en que se guardaban las secretas e x p lica c io n e s d e la c o n ­ ducta crim in al. v im o s q u e ese paso ha sid o d ad o. por ejem p lo . S ch laap y Sm ith creyeron . pig. C oge la bolsa. Es p ro b a b le q u e este ladrón trató d e re­ sistir. A hora b ien . Pero su con trol in telectu a l le avisaría in m ed iatam en te q u e el d in e ­ ro n o e s su y o y se alejará d e la ten ta ció n sin p en a. 16!). lucha en pro y en con­ tra. Se le ocurren los conceptos de un plan. siempre bajo fuerte tensión emocional. id. como admiten inclusive Barnes y Teeters (5). que es lo que de­ bería suceder.170. V. físico. arrastrado hacia su víctima y repelido por el hecho de san­ gre. cU. La idea toma posesión de él. pero. Tannenbaum. Llega el momento en que ya no puede resistir. Los autores citados. Cit. según dice. con justa razón. No sorprendería al autor que las inves­ tigaciones fueran a revelar que un tercio de todos los convictos actuales sufren de perturbaciones glandulares o tóxicas. proveen por ío menos una base de comparación.. id. ab. porque son los más claros y extremos representantes de las tendencias endocrinologistas.. neurològico. de los cuales nada se dice. — 184 — . ¿sucede eso siempre? Desde luego que no: fuera de que aun en los casos citados hay que suponer necesariamente la acción de otras series de fuerzas que Schlaap y Smith dejan de lado arbitra­ riamente. lucha entre sus emociones y los centros inhibitorios del cere­ bro. Los autores mencionados se limitan a una descripción parcial que tiende a lograr que los he­ chos se acomoden a las teorías y no a la inversa. han sido tomados co­ mo eje de esta exposición. pp. La relación entre las glándulas endocrinas y la criminalidad general ha tratado de ser puesta de manifiesto siguiendo otro ca­ mino: el de mostrar que entre los reclusos existe un alto porcen­ tajes de enfermos glandulares. de una fuga y de su impunibilidad. tal sucede con la constitución corporal y los factores am ­ bientales. psiquiátrico. pero sobre esa suposición nada de firm¿ v científico puede enunciarse (7). Id. Esto no incluye ni a la debilidad ni a la insanidad mentales” (6). lanza el golpe e intenta apartar toda sospecha de sí. pp. Sin duda. de encubrimiento. pone en relieve el carácter hipotético de las afirmaciones de Schlaap. químico y etiológico. espera. Forja sus planes. en Id. Schlaap y Smith. el delito parece aliviarlos del horrible peso de una obse­ sión” O . La tensión emocional y la excitación no decaen hasta que ha cometido el delito. Como muchos asesinos de este tipo han expli­ cado. éste “ro quedaría sor­ prendido”. pág.ñal. V. 201 ■202. por Tannenbaum: Crine and the Comrannity. 170. los otros au­ (4) (5) (6) (7) Cit. pág 201. Schlaap nos dice: “Más de veinte mi! caso« estudiados desde todo ángulo: psíquico. Y la lucha lo agita hasta el extremo. El mecanismo de muchos delitos es semejante al de los casos recién citados. 169 . no bastará reconocer — aur. Puede tratarse de un simple paralelismo o de efectos de una causa co­ mún. contra toda ley de lógica (8) . lo que no han afirmado ni los más entusias­ tas endocrinó!o<¡. al dar a conocer sus argumentos.tores siguen más o menos las líneas generales de lo hasta aquí ex­ puesto. tratar de explicar la delincuencia por las glándulas endocrinas. aun algunos que adoptan una actitud mesurada frente a la endocrinología en general. pég. suelen inclinar­ se a darle desusada importancia cuando se trata de explicar los delitos sexuales.-mutatis mutandi.. Por lo tanto. pensando que en este campo la relación es más íntima que en otros. es evidente que. con las adaptaciones del caso. cit. por Barnes y Teeters. glándulas endocrinas y hormonas representan un papel muy im­ portante en la detemiinación de la delincuencia. para concluir que la delincuencia procede de la endocrinopatía. ob. los presos debe­ rían padecer de ellas. fuer­ zas que determinan el delito. el hecho de que existan más afectados de end)crinopatías entre los presos que entre la población normal — fue­ ra de ser un hecho que no está plenamente demostrado— no debe llevarnos a admitir que ellas son causa de la delincuencia. 170. si se lograra hacerlo indiscutiblemente— que entre los presos hay más enfermos de las glándulas. Tampoco debe dejarse de lado un agudo argumento de Ashlev Montagu para quien. a los otros partidarios de estas corrientes. Sin embargo. todos.os: y viceversa: todos o casi los endocrinopatas deberían ser delincuentes. — 185 — . Por fin — y este es el argumento que puede usarse. No se han tomado pre­ cauciones para eliminar estos factores de posible perturbación en las investigaciones. equivale á explicar lo conocido por lo des­ conocido. o puede que la endocrinopatía sea resultado de la especial forma de vida que se lleva en la prisión. lo que tampoco sostiene nadie.— GLAN D U LAS EN D O CRIN AS Y DELINCUENCIA SEXU AL . sobre todo los que dependen de disfunciones se(8) Cit. y esto no se ha logra­ do hasta el momento. hemos de enjuiciar aquí a los citados primeramente. o casi todos. contra todas las teorías unilaterales— : Si las anormalidades endocrinas fueran las únicas. en algunos casos particulares. Por eso. Ante todo.— Ya vimos que existe una estrecha relación entre el funcionamiento del sistema endocrino’y los caracteres físicos y psí­ quicos del sexo. 3. o casi únicas. En otras palabras. . sería necesario establecer entre ésía y aquélla una clara relación de causalidad. lo que de su obra se diga puede aplicarse. Los pervertidos sexuales no son delincuentes. Y es que no puede negarse la im­ portancia de la hom*osexualidad proveniente de influencias am­ bientales. como bien hace notar López Rey (10). 32. sobre todo los relacionados con el sistema ner­ vioso.42. no pura­ mente glandulares (l}). quien cita también el caso del hom*osexualismo profesional practicado en las grandes ciudades. cit. el parto. En cuanto al hom*osexualismo. pp. Trattato di Antropologia Criminale.y otra debida principalmente a causas endógenas. . que tanto ha trabajado en el campo d¿ la endocrinología. etc. (13) V.— donde no por el simple hecho del aislamiento aparecen las endocrinopatías impulsoras de la ho­ mosexualidad. internados. Por fin. ha sido atribuido esencialmen­ te a disfunciones endocrinas. todos los que padecen de anomalías en las glándulas endocrinas relacio­ nadas con el sexo. en contra de tan extrema afirmación. cuarteles. este autor piensa que es difícil considerar al hom*o­ sexualismo como una enfermedad (12>. Una interpretación endocrinológica es la única que puede explicar el hom*osexualismo . las “personas actúan como hom*osexuales. lo que en realidad no sucede. por López Rey: Endocrinologia y Criminalidad. no es un delito. . terminarían fatalmente en la hom*osexualidad.cretonas y de particulares momentos de crisis. pero con ellas han de co . 32 . . 221 • 223. la pubertad. (9) Cit. distingue claramente una hom*osexualidad ocasional. como dice con fra se feliz Wittels.: hom*osexuality. c it. etc. en ellos. Además. (10) Ob. así lo sostenía Jiménez de Asúa al decir: “Hoy nadie afirmará que el hom*osexual lo sea por volun­ tad suya y por inclinación al vicio. (12) Loc. sino un estado patológico” (’). — 186 — . como el embarazo. El propio Di Tullio. ya que si la inversión sexual se cura. en todos estos casos no es usual que se encuen­ tren síntomas endocrinos patológicos. p&g. se pierden de visb los casos que se aclaran mejor por medio de una interpretación psicoanalítica. si» serlo” (ll). (11) En la p&g. ya sea de costumbres — como sucedía en la Grecia clá­ sica — ya de especiales circunstancias en que es imposible o muy difícil encontrar personas del otro sexo— como sucede en las pri­ siones. . 191 de la Encyclopedia of Criminology. dirigida por Branham y Kutash: art. Puede argüirse. que las endocrinopatías no explican toda la criminalidad hom*osexual. si así no fuera. suelen dejarse arbitrariamente de lado otros factores físicos. Es evidente que en muchos casos hay que tomar en cuenta las causas glandulares. la menopausia.actuar necesariamente fac­ tores de otro tipo para desencadenar el acto. pp. el tema del anormal funcionamiento de las glándulas sexuales como causa de delincuencia ha desper­ tado nuevo interés.. ya no puede afirmarse lo que antes se sos­ tenía como verdad indiscutible. basado en la experiencia danesa.La tendencia de Jiménez de Asúa es seguida.44. el gran desarrollo del sistema nervioso. luego. V. La crisis endocrina propia de la menopausia ha sido uno de los puntos en que los partidarios de la endocrinología se han fija­ do especialmente. el aspecto social es importante. ob. por autores tan modernos como Barnes y Teeters. En cuanto a los delitos producidos en la etapa de la puber­ tad. cit. lo realicen en el capítulo destinado a aqué­ llos tipos que no pertenecen a la prisión (l4). a que luego nos refe­ riremos C5). especialmente en relación con la pena de cas­ tración de los delincuentes sexuales.. incluso cuando las glán­ dulas ocupan lugar protagónico como factores de la conducta. es indudable que se ha dis(14) (15) (16) (17) V. pero no todo se puede explicar desde ese solo ángulo. así como la asunción de nuevas responsabilidades. pp. no puede negarse que en ellos suele notarse la influencia de la crisis endocrina entonces producida. pp. V. 888 . 42 .. ésta suele ser más importante que la primera en cuanto a los resultados que provoca y a veces la precede por varios años. ob. si­ guiendo a Stékel. si bien introducen la distinción entre un hom*osexual ‘‘verdadero1’ y el ocasional. principalmente en la mujer. afirma que la edad crítica se halla relacionada con el miedo de envejecer (que antes pudo ser el miedo de que­ dar solter?) (16). Sobre este asunto. el capitulo sobre la edad. cit. como ha­ ce notar López Rey. pp. (17). y no sólo en relación con los delitos de tipo sexual que entonces y posteriormente asumen ciertas peculiarida­ des. Barnes y Teeters. — 187 — . en efecto. CrimiBAlogia. Por lo demás. es necesaria la coactuación de otras causas. Pero es altamente significativo que el estudio de esta forma de delincuencia. la aparición de intereses éticos y sociales y de la capacidad de pensamiento abstracto. es preciso distinguir entre la menopausia — re­ sultado de disfunciones o cesación de funciones endocrinas— y la edad crítica que tiene origen y carácter psíquicos. 160 -161. en ciertas lí­ neas.896. Como hace notar H urw it. el autor citado. Tampoco deben descuidarse las concepciones sociales acerca de estos fenómenos. ni el temor de la muerte. tema del que tanto se han ocupado los psicoanalistas. En los últimos tiempos. Por ejemplo. Hoy la posición del justo medio es la que prevalece. es por sus exageraciones. notoriamente las ambientales. lo que también se vio ¿il tratar de la Biotipología. Esto no significa negar que. En este campo. No cabe duda de que las glándulas endocrinas desempeñan un papel importante en la determinación de la conducta humana. tienen una responsabilidad — 188 — . por acer­ carse más a la realidad. pero tal efecto no pue­ de ser atribuido exclusivamente a la eliminación de las causas hormonales sino también a la creación de inhibiciones por medio de la psicoterapia.— CO N CLU SIO N ES . como en otros que ya hemos cita do.— Una vez más nos encontramos an­ te teorías que si merecen críticas. sólo se trata de insistir en que aun entonces es necesaria la colaboración de otros factores para que se integre el todo dinámico que es el único que permite comprender cual­ quier acto humano. en muchos cascs. que se halla en estrecha dependencia con la endocrinología. suelen colarse en algunos epígonos. es forzoso admitir la acción de otras causas en la deter­ minación de la delincuencia. olvido. en individuos hormonalmente normales. dice Hurwitz. decía: “De lo expuesto. un menosprecio o. desgraciadamente. El razonamiento básico es claro: si no todos los delincuentes sufren de las glándulas ni todos los que de ellas sufren son delin­ cuentes. no prue­ ban un vínculo general entre anormalidades endocrinas y delin­ cuencia sexual. No debemos olvidar que actitudes serenas y basadas en pro­ fundo conocimiento del tema. por lo menos. Estas comprobaciones. Gregorio Marañón. pero. pues esto resul­ ta evidente simplemente con hacer un paralelo entre los caracte­ res naturales de un delito y los síntomas propios de la acción de algunas hormonas. reguladoras y adaptadoras del conflicto perpetuo entre el ambiente y la trayectoria individual. las disfuncio­ nes glandulares desempeñen el papel protagónico.ininuido la reincidencia con la castración. sea por circunstancias sociales sea por falta de suficientes inhibiciones. es evidente que muchos delitos sexua­ las se producen. ya se habían dado en lengua espa­ ñola hace muchos años. pera siem­ pre en colaboración con otras causas. se ha dado. Pero también con las físicas pues con frecuencia se ha prescindido de las influencias que el sis­ tema nervioso ejerce sobre el funcionamiento del endocrino. Es verdad que estas afirmaciones extremas hace buen tiem­ po que han sido desechadas por los criminólogos contemporáneos de mayor significación. en relación con otras causas. 4. se sigue que las glándulas de secreción in­ terna. el estudio de ésta será también importante para el juicio de aque­ llos actos. sociales. función de la constitución endocrina. de un sujeto deter­ minado. Y. sobre ciertas de sus reacciones globa­ les frente a los estímulos elementales de la vida. en la resultante social de la vida de cada uno. que no es ilimitada. Lo que no debe hacerse es abusar de su utilidad. nos ilustraría acerca de su responsabilidad en actos de alta categoría espiritual. aun­ que no constontc ni fija. “No es. crean tipos de reacción del alma que pueden influir directamente en la extralimitación del individuo d? los cauces sociales que se aceptan como normales en cada época de la historia de la hum anidad” (. (18) En el prólogo a la Nueva Criminología. por tanto. de Saldaña. pero sólo en lí­ mites muy estrechos.s). Y como la cantidad y la calidad de la emotividad es. de un modo primordial en la morfología humana. Y como hay una relación evidente. ya normales. sino justa y de contorno muy preciso. En la determinación de los actos humanos y. “ III. a hacer emanar la respon­ sabilidad de nuestros actos de nuestra situación endocrina hay una distancia que ni en los momentos orgiásticos de las hipótesis es dado el franquear. ciertas — sólo ciertas y determinadas— enfermedades <?landulares. El conocimiento exaQto. “ II. talvez muy expresivos. pp. nos daría indicios. el estudio morfológico. Pero de esto. que es cierto. 13 -14. sobre ciertos rasgos de su carácter y de su espíritu. en los de carácter excepcional. El sistema endocrino influye. aun suponiendo que fuésemos — y no lo somos— capaces de llegar a ese conocimiento exacto.de la situación endo­ crina de un determinado individuo. inservible el aparato de conocimientos aportados por los autores en estos últimos años acerca de la rela­ ción entre endocrinología y sociología y criminalidad. — 189 — . que en gran parte es glandular.importante. sobre to ­ do. Esta utilidad se puede enunciar en las tres proposiciones siguientes? “ I. en parte. en resumen. nos servirá de orientación sobre sus relaciones psíquicas y. pero sólo parcelaria. entre morfología y espíritu. influye poderosamente el fon­ do emocional de un individuo. ya al margen de las normas habituales de la vida social. finalmente. C A P IT U L O VI LA E D A D 1.— EL FACTOR E D A D .— La personalidad — la totalidad humana— posee capacidades de acción y reacción que varían a medida que el tiempo pasa para ella, Por eso, p a n comprender la conducta de cada individuó, no basta conocer los caracteres ge­ nerales del ser humano, sino que es preciso detallar los que asume en las sucesivas etapas de su vida. Esta se desenvuelve de modo continuo, pues no es un con­ glomerado de partes tajantemente separables entre sí a manera de lozas de un pavimento; los-caracteres de una edad, se prolongan en la siguiente; a su vez, los de ésta, ya comenzaban a aparecer en aquélla. Eso hace imposible el trazar límites exactamente defini­ dos para cada período vital y dificulta la tarea de lograr una cla­ sificación universalmente aceptada (*)• Pero si la división en eta­ pas es ya difícil cuando se toma un sólo punto de vista — bioló­ gico, psíquico o/social— los obstáculos se acrecientan cuando se intenta hacer una división tomando en cuenta todos esos aspectos y se enfoca la edad como un todo; en efecto, por ejemplo, las eta­ pas de crecimiento y regresión biológicos no coinciden con las psí­ quicas, a las que preceden por un tiempo variable. Pero en Cri­ minología nos interesa una visión de conjunto, la personalidad to- (1) Sobre el problema de las etapas vitales, puede' verse la obra to­ tal de Carlota Bühler: El Corso de la VMa Humana como Proble­ ma Psicológico; pero principalmente las pp. 21 y ss. 178- 187. — 191 — tul que, con sus variaciones temporales, es la única que nos per­ mite comprender la conducta delictiva. El cuerpo crece, -se fortifica y decae hasta morir; las capaci­ dades psíquicas se enriquecen y cambian; la responsabilidad so­ cial se acrecienta. Y todos los factores concomitantes no pueden menos de influir en la conducta general del individuo de la ma­ nera más profunda, pues alcanzan a todos los órdenes de causas. De ahí por qué ta cronología vital nos es imprescindible. Ella está signada en un prim er momento, por las cualidades corporales — no­ toriamente por la función de las glándulas endocrinas— ; pero los cambios físicos no son sino una parte de los provocados por el transcurso del tiempo; los rasgos típicos de cada etapa no pueden ser comprendidos a menos que so agregue el estudio de los carac­ teres psíquicos y sociales. No solamente hay que estudiar la criminalidad según los gru­ pos de edad — por ejemplo, la criminalidad de los jóvenes o de ios ancianos— sino que, en cada caso concreto, hay que analizar la evolución de! delito en cada individuo, según avanza en años. No bastará, en numerosos casos, comprobar la edad crono­ lógica para incluir ai delincuente en tal o cual grupo de edad; será necesario considerar si no hay retrasos y adelantos en la evo­ lución. Por ejemplo, hay jóvenes de 23 años que siguen con men­ talidad de adolescentes así como hombres que, a los cincuenta años, tienen todos los síntomas de una ancianidad prematura. Pese a las dificultades señaladas, es preciso atenerse a algún marco general; adoptaremos, por sus cualidades y aceptación, el propuesto por Mira y López para quien, desde que el niño inicia su carrera vital hasta que muere por aniquilamiento senil, la vidu humana puede dividirse en cinco etapas: Infancia, juventud, adul­ tez. madurez y senilidad (2). 2.— CARACTERES DE LAS D ISTINTAS ETAPAS V IT A ­ LES .— Hemos de dar sólo un resumen de ellas. a) Infancia .— Esta etapa abarca desde el nacimiento hasta los doce años de edad, aproximadamente. Lo primero que el niño necesita es adaptarse al medio ambiente, a fin de conservar la propia- vida; para ello tiene que aprender a usar de los sentidos por lo cual el nene tiene como actividad predominante de su pri­ mer año, el ejercitarlos de todas formas. Luego, y con el mismo fin de adaptación, ha de procurarse el aprendizaje del idioma, ac­ tividad predominante entre 1 y 3 años. Posteriormente, prima la (2) Emilio Mira y López: Manual de Psicología Jurídica; pág. 54 En las posteriores desarrolla esta clasificación. — 192 — necesidad de conocer; primero el conocimiento de todo, más o me* nos indistintamente, hasta los siete años. Luego, y aproximada­ mente en el período que coincide con la escolaridad primaría, los intereses cognoscitivos van especializándose, inclusive por sexos. La infancia carece de capacidad de abstracción suficientemen­ te desarrollada; no hay pensamiento teórico notable ni preocupa­ ción por los temas profundos; el niño carece de capacidad crítica, teórica y moral; sin duda existe una moral, pero no depende de hallazgos individuales, sino de las imposiciones de la familia, la escuela, el grupo, etc.; se trata de rutinas fijadas por el hábito y la imitación; de ahí el cuidado que debe tenerse por el ambiente que rodea al niño. En cuanto a los sentimientos infantiles, se exteriorizan con mayor facilidad e intensidad que en los adultos, pues no existen frenos inhibitorios bien formados. Esta es también la razón por la cual comprendemos la tendencia infantil a las reacciones direc­ tas, sin críticas ni alambicamientos, en las cuales no caben ni su­ tilezas ni grados y están regidas por la ley del todo o nada. Estas reacciones de autodefensa, cólera, miedo y susto instintivo permi­ ten explicar muchas conductas antisociales del niño. Particular importancia tiene la consideración del juego, ac­ tividad fundamental en la vida infantil, tanto por las funciones generales como especíale:, que cumple; el juego es actividad carac­ terística de la infancia y no suplementaria y subsidiaria corrto en el adulto; ni es entonces mero pasatiempo intrascendente; el jue­ go “es algo muy serio para el niño”, como dice Koffka (J). Merece también citarse una característica que explica gran parle de las mentiras — si así puede calificárselas— equivocacio­ nes e inconductas del niño: la confusión que en el se da entre lo real y lo imaginado: con el proceso de maduración 'rece la capa­ cidad de distinguir el mundo externo del interno; pero la diferen­ ciación cumplida no llega a producirse durante la infancia. Esta asimilación entre lo objetivo y lo subjetivo, lleva al niño a atribuir a los seres inanimados sentimientos e ideas propios; esta tenden­ cia se ha llamado animista y es muy similar a la que poseen los pueblos primitivos y salvajes. La infancia, dentro de los límites que le hemos señalado, se halla fuera del Derecho Penal. El estudio de la infancia es imprescindible inclusive para ex­ plicar la conducta de las personas mayores. Toda la Psicología ac­ tual insiste en que es en los primeros años de vida — hasta los tres o cinco— cuando quedan determinadas las grandes líneas de (3) Bases de la Evolución Psíquica, pág. 302. — 193 — la personalidad. Los primeros hallazgos científicos a este respec­ to corresponden al psicoanálisis; pero ahora, aunque con expli­ caciones diferentes, son generalmente admitidos. b) Juventud .— Mira y López designa así a la etapa que V3 desde la infancia hasta la adultez; es un período de ocho a diez años que aquel autor divide en tres subperíodos: pubertad, ado lescencia y juventud propiamente dicha (4). Este lapso se adelan­ ta o atrasa en la vida de los individuos, de acuerdo a los sexos, razas, climas, alimentación, etc. Estos límites y subdivisiones son muy discutibles y discutidos. Así, Carlota Bühler sólo distingue pubertad y adolescencia; la primera abarcaría desde los 12 ó 13 años hasta los 17 ó 18; la segunda comenzaría al concluir la pubertad y se extendería aproxi­ madamente hasta los 22 años; en ciertos casos, sólo hasta dos años antes (5). Por su parte, Leta S. Hollingworth engloba bajo el nombre general de adolescencia a todo el período que va desde los 12 hasta los 20 años (6). Sea lo que fuere de estas clasificaciones, existe cierto con­ senso en lo referente a los caracteres distintivos de esta etapa. De esos caracteres, pueden anotarse como fundamentales los siguientes; 1) el desarrollo corporal; 2) la madurez sexual; 3) la capacidad de pensamiento abstracto y 4) la responsabilidad so­ cial (7). . El cuerpo entra en un ritmo acelerado de crecimiento, un po­ co aates de la pubertad, pero se frena algo durante ésta; es el lla­ mado desarrollo prepuberal. La pubertad misma se caracteriza por el pleno funcionamiento de las gonadas, tanto en la producción de hormonas como de gametos; pero el timo involuciona. Luego de esta etapa, el crecimiento en peso y en estatura se reanuda a ritmo acelerado; el cuerpo se fortifica; pero para esa fuerza y en cuanto a sus repercusiones sociales, no existen frenos inhibito­ rios. En la solución de los problemas más graves que se le pre­ sentan, el adolescente tiende a utilizar su fuerza pues es el arma más eficaz con que puede contar. No puede establecerse una fecha exacta en relación con el mo­ mento en que se llega a la madurez sexual; ella se presenta, en (4) Ob. cit., pág. 57. (5) V. La Vida Psíquica del Adolescente, pág. 36. (Q) V. HoNingworth: Art. El Niño Adolescente, en el M&nnal de Psi­ cologia del Nlfio. dirigido por Murchison. Pág. 1109. (7) Mira y López sólo enumera los tres últimos, lo que es compren­ sible, porque su obra es fundamentalmente de Psicología: V. Mannal de Psicología Jnrídlca, pág. 58. — 194 — r general y como ya vimos, antes en la mujer que en el hombre; pero el comienzo varía desde los 12 hasta los 16 años, por térmi­ no medio, dependiendo estas oscilaciones de razones de clima, ra­ za, alimentación, etc. La aparición de los síntomas externos (mens­ truación, polución) suele ser para los jóvenes un misterio ante el cual buscan explicaciones y salidas muy distintas de caso a caso, sobre todo porque la educación familiar, escolar y de grupo no cumplen debidamente su misión de preparar al niño para esta crisis que ha de presentarse fatalmente. Cuando se adelantan al­ gunas nociohes, no siempre son ellas las más aptas para servir de verdadera ayuda. En este sentido, la niña suele estar mejor pre­ parada — o menos mal preparada— que el niño, pues es lo co­ rriente que las madres sean más francas, principalmente para pre­ venir injustificadas alarmas en las hijas, en las cuales el síntoma de la madurez es más notorio y molesto. El sexo no queda fijado en todos sus caracteres de manera definitiva desde un comienzo, ni es de golpe como el adolescente adquiere en este terreno los moldes socialmente aceptables de con­ ducta; por eso, aunque se despierta un claro interés por las per sonas del sexo opuesto, sin embargo coexisten con aquél tenden­ cias al hom*osexualismo y la masturbación, hechos que están lejos de ser excepcionales en este período de la vida; pero aún en ios casos en que la heterosexualidad es definida claramente, el ado­ lescente suele carecer de ideas claras o de formación para seguir­ las, en cuanto a las formas en que se debe darles salida. Lo ante­ rior no debe llevar, por otro lado, a la creencia de que es sólo en esla época cuando el ser humano se preocupa del tema del sexo o se conduce en relación con él; el moderno psicoanálisis y la psi­ cología experimental, han demostrado que el interés por las acti­ vidades de tipo sexual arranca de etapas muy anteriores del des­ arrollo. La capacidad de pensamiento abstracto se presenta como otra causa de agravación de la crisis. Aquélla se relaciona con la mo­ ral superior, con los juicios de valor y con la religiosidad. Las con­ cepciones morales, como hace notar Vemon Jones (8), dependen tanto de la suma de experiencias vividas — la que aumenta en la adolescencia— . como de la capacidad intelectual, pues sólo ésta posibilita la formación de juicios de valor. El adolescente busca explicaciones acerca del mundo, la vida y el propio ser. Primero acepta las que les son dadas por perso­ nas ajenas; 'pero pronto es capaz de criticar esas ideas aunque nct (8j V. Vernon Jones: Moralidad en los Nifios; art. en el Manual di­ rigido por Murchison, p&g. 616. — 195 — de-sustituirlas fácilmente por otras de propio descubrimiento. Las ideas que se le suministran son generalmente contradictorias entre sí, de modo que posee una especie de mosaico mental, fuente de tensiones emocionales angustiosas y de dudas casi irresolubles: busca poner orden y regularidad en su vida inierna y crearse una filosofía y una imagen general del mundo y de la vida. Sus des­ cubrimientos chocan contra sus creencias y costumbres anteriores, no sabe cómo dirigirse; se plantea preguntas variadísimas y no es­ tá suficientemente evolucionado para encontrar por sí solo las res­ puestas, mientras se aleja de aquellos que podrían ayudarle. De ahí por qué el adolescente, como último recurso, se agarra, como de una tabla de salvación, de una concepción cualquiera o de cier­ tas personas, en las cuales pone toda su confianza: y no admite discusiones, no tanto por desprecio a las críticas como por temende que falle la propia base de seguridad. Remontándose de pregunta en pregunta, de problema en pro­ blema, el adolescente llega pronto a concebir un ser que es fuen­ te de todo lo que existe, de la verdad y de la moral; así, la religión entra de manera natural en el círculo de los intereses juveniles. Sin embargo, el que la educación religiosa o no se dé, o se dé d? manera inadecuada, suele ser origen de nuevos conflicto^ inter­ nos: los impulsos naturales, por un lado — fundados en el sexc. la ambición, el odio— luchan contra las vallas morales, religiosas y sociales. Las preguntas de tema religioso abundan en este pe­ ríodo í9). Debemos tratar, por fin, de las tendencias sociales. El infan­ te vive en la sociedad, pero no con la sociedad; no se da cuenta de la sociedad de que forma parte ni de su lugar en ella. Pero en la pubertad comienza el interés por la sociedad, por el papel que en ella !e toca desempeñar; esto se relaciona con la capacidad cíe pensamiento abstracto y con el surgimiento de potentes intereses sexuales que lo llevan a inclinarse hacia personas del otro sexc, y luego interesarse por la familia y la comunidad. Pero si bien el púber tiene idea de lo que debe llegar a ser para adaptarse a ¡;i sociedad — un verdadero hombre, una mujer verdadera— no tie­ ne capacidad suficiente para serlo en realidad; por eso se siente internamente débil. Hollingworth habla de un auténtico “destete psicológico” (,0): el adolescente ha de buscar su propio camino para llegar a ser d adulto que quiere; intenta independizarse dé mimos y protcccio(9) V. Hollingworth, ob. cit., 1124 - 1128; también, Carfota Bühlev: Infancia y Javentnd, pp. 370-380. (10) Hollingworth, ob. cit., pp. 1112 -1113. — 196 - nes, pero luego se deja vencer por sus*deseos de volver a ser pro* lepido por los mayores; las consecuencias no pueden ser sino re ­ beldía, tendencia a la autoafirmación, para mostrar a otros y, so­ bre todo, a sí mismo, que ya es todo un adulto; comete los ma­ yores excesos, con lo cual demuestra que no lo es. Las actitudes rebeldes frente al mundo que es, real o imaginariamente, opresivo y hostil, producen malas conductas en el adolescente; por eso, Hcllingworth ha podido decir que la rebeldía y los intentos de autoafirmación llevan a “la delincuencia, la insania, la invalidez fin­ gida y el suicidio” (“ ). Por su parte, Carlota Bühler ha señalado la importancia que tienen las llamadas actitudes negativas, de re­ sistencia ante las influencias exteriores aunque provengan de la familia o de personas respetables; tales actitudes llevan al ado­ lescente a abandonar sus grupos preferidos y a encerrarse en el aislamiento ( n). Pero, al mismo tiempo, el adolescente busca tipos ideales a los cuales imitar; surgen el culto del héroe, la tendencia a favore­ cer el caudillaje y la formación de pandillas, como resultado (l3). Hay que recordar que, en este período, se inician el trabajo y los estudios superiores, debiendo escogerse el camino futuro con cierta libertad. Se pasa de la obediencia a la autodecisión; de ser mantenido á tener que mantenerse por sí mismo; de ser guiado de cerca, a resolver sus propios problemas. El resultado suele ser la desorientación por el desconocimiento que se tiene del mun­ do y por la poca experiencia. A eso debe agregarse que con cier­ ta frecuencia, trabajo o estudios mal escogidos llevan al fracaso total o parcial. Así se inician sentimientos de inseguridad, dcsorienlación, angustia, desesperación y fracaso, que caracterizan 8 este período de la vida (H). Como Hollingworth hace notar, estos hechos de base social y psíquica, pueden explicar tanto o más que la revolución endo­ crina del momento, los estados de particular inestabilidad y ten­ sión que caracterizan la vida del adolescente (ls). La adolescencia es una época contradictoria, fluctuante, lle­ na de altibajos; la conducta esté lejos de ser uniforme y no pue­ de ser interpretada con los mismos moldes que la conducta del adulto. Inclusive, a veces, las acciones de los jóvenes producen (11) Iü. id., pp. 1130 -1131. (12) V. Carlota Bühler: Art. La Conducta Social de los Niños, en el citado manual dirigido por Murchison; pp. 476 - 477. (13) Id. Id., pp. 478 - 481. (14) V. Carlota Bühler: La Vida Psíquica del Adolescente, pág. 80 y Hollingworth. ob. clt.. pp. 1110 - 1112. (ir>> Loe. cit. - 197 — la impresión de que se trata de anormales; esta interpretación suele presentarse aun al investigar la delincuencia; pero es pre­ ciso darse cuenta de que esa aparente anormalidad, es algo nor­ mal en la edad; la comparación con otros períodos suele más com­ plicar que facilitar la exacta comprensión de la. conducta. Vemon Jones ya atribuye poca importancia a las enfermedades mentales como causa de la criminalidad infantil y juvenil (16), si bien in­ siste en que tanto ella como las psicosis y neurosis que se presen­ tan en estas edades, tienen frecuentemente causas comunes: re­ beldía, ansiedad, fobias, frustraciones, conflictos y traumas (17). Visto todo lo anterior, daremos razón a Spranger, cuando en el capítulo destinado a establecer una caracterización general de la adolescencia, dice: "Si se piensa en la significación primitiva de la palabra carácter y se la traduce por "sello personal”, se po­ dría sentir la tentación de afirmar que el carácter general de la adolescencia consiste en no tener ningún carácter. Realmente pre­ senta esta ¿poca de la vida, más que ninguna otra el aspecto de un proceso, de una transición, sin 'estado*’ fijo” ('*). Desde nuestro punto de vista, tienen especial importancia al­ gunos tipos de púberes y adolescentes que establece Mira y Ló­ pez (l9). La joven se desarrolla distintamente según sea el lugar en que vive. Así, la joven campesina sufre una gran influencia del paisaje por el qiie se ve rodeada. Tiene más orden y regularidad en la vida, con lo cual se amortiguan sus conflictos psíquicos que se hunden en las actividades corrientes de todos los días. Tiene poca sensibilidad al dolor físico debido principalmente a la clase de trabajo a que se dedica. En cuanto a lo sexual, también en la joven campesina se nota la importancia señalada como típica de esta época; pero ella se ve contenida por dos poderosos frenos inhibitorios: las creencias religiosas y el temor a los padres. Dado su ambiente, es lógico que carezca de frivolidad; cuando se pre­ senta una desviación de las normas morales, lo usual es que no se aparezcan los grados intermedios que en la ciudad van desde la mujer virtuosa, hasta la más corrompida; el campo sigue la re­ gla primitiva del todo o nada. L& joven de la burguesía, sobre todo de la burguesía inferior, es afecta a llevar diarios íntimos y a la satisfacción imaginaria del deseo para sus ansias de grandeza y figuración. Los embates de (16) (17) (18) (19) Ob. cit, pp. 1082 -1084. Id. Id. pp. 1060 - 10M. Palco]ocia de la Edad 3nvenll, p í e . 42. V. Paleología Evolatlñ del Ntto y del Adolescente; pp. 219 - 228. — 198 — la vida cotidiana suelen llevarla a profundas desilusiones y, ;i veces, a verdaderas neurosis. La joven intelectual, abundante en ciertos círculos, se halla especialmente representada por muchachas que leen mucho, sin comprenderlo; por lo menos, sin comprender todo lo que leen: adoptan poses artificiosas cuando no francamente ridiculas. Se inclinan a ejercer el apostolado religioso, político, social, etc. “Es­ tas púberes intelectuales, un poco paranoides, brincan sobre la cuerda de la neurosis” (!0). La joven del proletariado vive generalmente en suburbios; adquiere precozmente el conocimiento de temas sexuales: se ini­ cia temprano en el trabajo, que le da relativa independencia. Sui> le provenir de familias deshechas, por lo cual corre el peligro de llegar a variadas formas de conductas antisociales y, a veces, fran­ camente delictivas. SÍ hablamos del joven, podremos comprobar que goza de más libertad que la mujer, desde edad temprana. El joven energuménico sufre de una interna debilidad de !n que está consciente; como reacción, trata de aparentar una fuer­ za de carácter de que carece. Su conducta es irrespetuosa, in co n ­ tinente, buscando sobrepasar las marcas usuales del vicio. El mal genio sustituye a la energía. Fenómenos de compensación lo lle­ van a ser déspota. Caracteres todos que lo inclinan a las conduc­ tas antisociales y delictivas. El joven haragán carece de capacidad de acción, sobre todo porque no posee adecuados y seguros modelos de conducta. Las continuas críticas que sufre cuando actúa, suelen llevarlo a la in­ satisfacción, el desinterés, el repliegue autista próximo a la acti­ tud esquizofrénica. El púber abstraído y soñador se interesa fundamentalmente por todo lo que se refiere a valores religiosos y estéticos. Es sim­ pático porque busca no chocar con nadie; tímido e indeciso, sue­ ña y ensueña mucho. Le lastiman las rudezas de la vida diaria. De todo, resulta gran proclividad a la neurosis. El joven angustiado e inestable aparece sobre lodo entre los hijos únicos y los que han sido criados en medio de mimos exce­ sivos. Es indeciso, voluble; vive en medio de continuas dudas. Se da cuenta de estas sus deficiencias y para vencerlas adopta pla­ nes draconianos que nunca cumple. En el fondo, se nota la per­ sistencia de la necesidad infantil de apoyo y protección que re­ salta y se agrava ante las responsabilidades crecientes que le toca asumir. (20) Ibidem, pág 225. — 199 — El joven hipererótico llega a ser tal por su constitución cor­ poral o por el ambiente especial en que vive y cuyas influencias recibe. En él, lo sexual relega a plano muy posterior las demás actividades y problemas. Llega con facilidad al delito y aún a ver­ daderas aberraciones del instinto. c) A dultez .— Característica general típica es la adaptación a la sociedad; el adulto está en la plenitud de sus fuerzas, por lo cual rinde mucho en beneficio de la comunidad; al mismo tiempo, se desarrollan en él los llamados mecanismos de compensación psíquica, que facilitan su adaptación social, sin mayores conflic­ tos internos (21). La personalidad llega a su total duarrollo y a su máximo equilibrio. Dura hasta los 45 años en la mujer y hasta los 50 en el hom­ bre, más o menos. . d) Madurez .— Este período vital se extiende por los diez años posteriores a la adultez, aproximadamente. Durante esta etapa cesan o, por lo menos, se debilitan consi­ derablemente las actividades genitales normales; la crisis es más aguda en la mujer que en el hombre. Estos años, por el apasiona­ miento y el desequilibrio, recuerdan a los de la juventud. Las ten­ dencias egoístas adquieren gran significación y suelen manifes­ tarse a través de un epicureismo extremado. Las actividades femeninas están teñidas de pesimismo; las masculinas, de escepticismo. lung ha señalado que en este perío­ do existe la tendencia a la inversión de las fórmulas biotipológicas; los csquizotímicos se tom an alegres y bulliciosos, mientras los ciclotímkos se vuelven tranquilos, ensimismados y hasta hermé­ ticos. Los endocrinólogos han observado que la mujer tiende a vi­ rilizarse, y el hombre, a feminizarse. e) Senilidad .— Etapa que sigue a la madurez. En la senectud, tiene tanta importancia el sentirse viejo, como el serlo. Las funciones fisiológicas y psíquicas disminuyen tanto en cantidad como en calidad. Los mecanismos de proyección se ha­ llan muy desarrollados. Si tomamos en cuenta que las aptitudes .personales decaen precisamente cuando se ocupa el ápice de la figuración social o intelectual, resultan comprensibles la tenden­ cia al temor de la competencia de los más jóvenes, los odios y las envidias. La situación de los ancianos cobra' creciente importancia en los últimos tiempos porque, debido especialmente a los progresos de la medicina, la cantidad de aquéllos aumenta continuamente; (21) Para los mecanismos de compensación, véase luego la parte de Psicología Criminal. — 200 — * p en algunas sociedades, constituyen el 20% de la población e in*i elusive más. Se ha llamado la atención sobre la enorme impor­ tancia que tienen, en la persona anciana, algunos hechos sociales. Por ejemplo, la pérdida de status, la separación de los hijos, la jubilación que es interpretado frecuentemente como un certifica­ do social de incapacidad y como una facilidad concedida para prepararse a morir. Muchos viejos no se sienten ya útiles para la iom unidad. Esta adopta una actitud especial, en gran medida dis­ criminatoria, contra los ancianos considerados como grupo. Estas causas sociales son, con frecuencia, más que las de tipo biológico d psíquico, las que ocasionan la aparición de especiales caracteres en los ancianos (2?). La decadencia psicofísica ocasiona la reaparición de muchos caracteres infantiles; “pero existe, no obstante, una diferencia esen­ cia! desde el punto de vista afectivo, y es que la tonalidad senti­ mental del niño es por regla general alegre y su ánimo confiado, mientras que en el viejo predominan la tristeza y el miedo (inse­ guridad, desconfianza)” (23). 3.— EDAD Y NUM ERO DE D EL IT O S— La edad influye en el delito en tres aspectos principales: el número, la forma de comisión y la clase y tipo delictivo. En lo tocante al número de delitos, la edad en que se come*« la mayor cantidad se halla entre el fin de la juventud y el comien­ zo de la adultez, entre aquellos que son denominados adultos jó­ venes. De los diecinueve a los veinticinco años, con algunas va­ riantes menores según las naciones. Si distribuimos en grupos de edad a la población genera! y a la criminal, se ha observado que, hasta los 40 ó 45 años, las per­ sonas constituyen una mayor proporción entre los delincuentes que en la población normal. Por el contrario, las personas madu­ ras y ancianas están en menor proporción entre la población de­ lincuente que en la población general (2+). Entre los jóvenes y adultos jóvenes hay una notable alza de la criminalidad, peto luego se presenta un rápido descenso. En­ tre las mujeres de las mismas edades, el alza no es tan grande, pero el descensó es mucho más lente, es decir, la delincuencia se distribuye de una manera más regular a lo largo de la vida; a ve­ ces, se advierte un alza en la etapa de la madurez femenina. (22) V. C lin ard , Sociology oí deviant behavior pp. 564 - 599. (23) Mira y López: Manual de Paleología Jurídica, p&g. 71. Esta obrá* pp. 59 - 71, ha sido tomada especialmente en cuenta para re d a ^ tar los ac&pites acerca de la adultez, la madurez y la senilidad;,1 C.V¡] Gopppinger. Criminología, pp. 396 - 397. •$> — 201 — Estadísticas del DIN. cit. de 15 a 20 años. del nú­ mero de detenidas de 20 a 25 años). más (25) Estadísticas citadas. 32. son proclives a la desorganización y la desmoralización. 4. los jóvenes tienen más opor­ tunidades de emprender actividades social y moralmente peligro­ sas. dan respectivamente el 27. Sin necesidad de mayores aclaraciones. el 13. 400 . dan el 59.— Pero si es digna de anotarse la criminalidad en sus cifras según las edades. En resumen. La vejez disminuye la agresividad y la fuerza (por lo menos la agresividad que lleva a la delincuencia violenta). excepcional de acuerdo a normas generales.4% del total. puede comprenderse la manera en que las características detalladas como propias de la infancia y juventud. ade­ más. pp. pág. Y lo mismo dígase de las otras etapas vitales. En etapas posteriores. de 20 a 25 y de 25 a 30. (27) Criminal Behavtor. El alto nivel de la delincuencia juvenil así como su continuo crecimiento constituyen uno de los mayores problemas con que tienen que enfrentarse todas las naciones. tanto las desarrolladas capitalistas y socialistas como las del. o sea el 65% del total de detenidas (no se ha analizado el por qué del descenso.1% .6% y el 24.denom inado tercer mundo. ob..107. sin que se hubieran creado todavía las inhibiciones respectivas. la pena de muerte y las condenas de prisión de larga dura­ ción. el grupo mayor de detenidos se da entre 20 y 25 años. en cuanto a varones. en conjunto. — 202 — . van retirando de la circulación a muchos de los delincuen­ tes más peligrosos O7).— E D A D Y ESPECIES DE D ELITO S . para 1977. si agre­ gamos otros grupos cercanos.9% — y el de 25 a 30 años — 16%— tendremos que los integrantes de estos grupos que. nos informan acerca de la delincuencia boliviana para ese aftc?. así co­ mo la constante declinación de las cifras a medida que se avanza en los grupos de edad: las leyes del crecimiento biológico que con­ ceden al joven gran fuerza corporal. En cuanto a las mujeres. los compromisos sociales cre­ cientes para los cuales el joven no se halla preparado (entre esos compromisos el del matrimonio) (26). los tres grupos de edad. Reckless ha resumido así las razones de este hecho.3% . 105 . la personalidad y la situación social tienden u estabilizarse. (26) Goeppinger. los números pueden expresarse así (iJ). el de 15 a 20 años — 10. pAg. inciden en la aparición de la delincuencia en esta edad..3% de la totalidad de los detenidos.409. 14. van de los 15 a los 30 años. (29) La gravedad del problema planteado por el crecimiento exage­ rado de la delincuencia infantil y juvenil en las últimas década»» ha provocado la aparición de numerosas obra» sobre este tema que crece y se especializa cada día m&a. La madurez coincide con una grave crisis corporal y aními­ ca. por ejemplo. 27% í28). Los altos puestos que se alcan­ zan. Reckless nos dice que la proporción en que los menores A veinticinco años contribuían al total de los delitos. .significativas aún son cuando se trata de las "especies de d e lfl a que cada época se inclina preferentemente. 21% .. pues estos delitos requie­ ren de cierta especialización y destreza en un oficio. era del 35 i B pero ese porcentaje variaba en relación con algunos delitos. la vecindad. sino de que son mayoría los casos en que no se da la oportunidad material de cometerlos. en juego. en entrada violenta «R domicilio ajeno. el 48% . quiebras. Pero el joven carece todavía de la capacidad adecuada para cometer estafas. Por otro lado. a que el menor es más susceptible que el adulto. lo que es natural. de darles salidas derivadas e indirectas. se tienen las oportunidades suficientes para que se caiga con frecuencia y de la manera más variada. ea violación de leyes de tránsito. la pandilla. el 22% . el 22% . en delitos contra la familia y los niños. 108. Como se ve. en estafa y fraude. la escuela. posibilitan el cometer los delitos que antes enumerábamos como difíciles p?ra el joven. pág. el 54% . 18% . en violación. Sin embargo. era el 18% . siendo esta la ¿poca de mayor actividad social. defraudaciones. . cit. en robo de autos era del 73% . se­ gún demuestran las estadísticas. en violación de leyes sobre estupefacientes. el estar en posibilidad de manejar gran­ des cantidades de dinero ajeno o de contar con la posibilidad de acercarse a él. en robo. la sexualidad despertada. en incendio. 43% . el 19% . por lo menos. la actividad social comienza a disminuir lo mismo que las E (28) Ob. Las cifras se refieren al año 1937 y toman en cuenta los arrestos. — 203 — . el haberse ganado la confianza ajena. no se trata sólo de falta de capacidad. sin duda se tiene la fuerza ara cometer delitos violentos. pfl| ejemplo. en esos delitos se ha notado la influen­ cia grande de la familia. etc. falsificaciones.. 62% . no controlada ni dirigida por los causes debidos es otra de las grandes fuentes de la delincuencia juvenil (29). Pero hay otros delitos en qus el porcentaje es inferior a la media general. en violación de las leyes de licores. Se destaca el predominio de los delitos de fuerza en la ju­ ventud. pero también la capacidad dé inhiir los impulsos de actuar en tal forma o. La edad adulta supone equilibrio. en con­ ducir mientras se está intoxicado. 183. pág. los hay. se le brinda la oportunidad de incurrir en delitos de estafa.. comete delitos de incendio. defraudación. mujeres. la familia — hijos. sobre todo— se dispersa: es una eta­ pa de declinación indudable. 142. con tiempo suficiente para conocer y perfeccionar la técnica de ellos. por eso y con razón dijo Hentig que “la criminalidad del anciano se parece en muchps aspectos a la de la m ujer” (3:).fuerzas. Se presenta la crimina­ lidad típica de los débiles. como la pedofilia. Los mejores medios de defensa y ataque para el anciano son la injuria y la calumnia. Id. pág. pág. Sin em­ bargo. 34% tenían cua­ renta años y más en la época de la admisión (en el penal)” (K). como anota Exner (M). quie­ bras. Ya no hay delitos de violencia. además. cuando la víctima es comparativamente débil: niños.. id. 284. Ob.3 53. Id. como aún conserva la confianza de sus semejantes y suele seguir desempeñando cargos de responsabilidad. id-.9” (}1) En la senilidad.6 44. las grandes luchas cesan. cit. m ta 45. O H IO . Y estas otras: <!* “ENVIADOS DE LOS TRIBUNALES EN LAS PRISIONES DEL ESTADO — POR EDAD Y SEXO. las que tienden a una criminalidad pe­ culiar. — 204 — . hay tendencia a crea« sustitutivos a la impotencia sobrevenida. las fuerzas han decaído.7 17. encubrimiento y contra la moral. según puede deducirse de las siguientes cifras compiladas por Hentig: "De todos los asesinos femeninos.6 15. sino a otros que implican desviaciones. En lo sexual. enfer­ mos. el anciano se aparta de la sociedad. 1940 Porcentaje de todas las admisiones EDAD 15— 20 21— 34 35— 54 Condenados en la Condenadas en el prisión de Joliet reformatorio de mujeres 25. La crisis sexual se manifiesta prin­ cipalmente en las mujeres. ha contado.. estas ten(30) (31) (32) (33> Criminología.o mejor. 142. pág.3 35. de ahí la inclina­ ción no a delitos que suponen el uso natural del poder sexual. — 205 — INGRESOS (193S -1938) 22.4 10. 184. dt. pero en un número de casos menor l l que usualmente se cree.dencias a veces se relacionan con otras anormalidades caracterís­ ticas de la demencia senil.3 6.5 62 1.6 8.8 9..8" (*) . pág. Son instructivos los siguientes números consignados por Hentig: DELINCUENCIA DE LOS ANCIANOS EN CUATRO DELI­ TOS ESPECIFICOS.3 (34) Ob.— PERSONAS DE 50 ANOS O MAS Par ciento de todos los grupos de edad ARRESTOS (IM« • 1M2) Otros delitos sexuales Homicidio Violación Robo 11. . Segunda SOCIOLOGIA Sección CRIMINAL . . según este autor. sino en datos es­ tadísticos. Veinte siglos más tar­ de. Los puntos de vista anteriores adquirieron mayor relieve y amplitud porque varios sociólogos buscaron explicar los fenóme­ nos sociales como consecuencia de los factores geográficos. En el campo criminológico.— EL MEDIO AMBIENTE GEOGRAFICO. Herodoto creía que el espíritu activo de los grie­ gos y 1* pereza de Jos africanos dependían de las condiciones cli­ máticas en que cada pueblo se desenvolvía. si bien el sociólogo belga ofrece la ventaja de no apoyarse en apreciaciones a bulto. vimos cómo Quctelet enunció la ley térmica de la criminalidad que tantos puntos de contacto tiene con lo afirmado por Montesquieu.— Ya hace siglos que diversos autores han pretendido hallar nexos causales entre el medio ambiente natural y los caracteres de los individuos que en él habitan. los delitos contra las personas crecen a medida que nos acercamos al Ecuador y a las regiones caluro­ sas. los delitos contra la propiedad crecen a me­ dida que nos alejamos del Ecuador y nos acercamos a las regiones frías. por el contrario. Por ejemplo.C A PIT U L O PR IM ER O CLIMA Y ECOLOGIA 1. se dio — 209 — . En páginas anteriores. fue Montesquieu el primero en enunciar una regla acerca de las relaciones entre el clima y la de­ lincuencia. Bodino seguía atribuyendo gran importancia social a los fac­ tores naturales. En lo tocante a la orografía y basándose en estadísticas fran­ cesas. Causes et Remedes. la distribución. a su vez. Estas excepciones no alteran la ver­ dad fundamental de lo dicho por Lombroso. 2. 20 21. suma importancia. se ha extendido con éxito al estudio de los fenómenos /sociales hu­ manos. Explica la coloración pro­ tectora. tal como los entendieron los criminólogos y sociólogos del siglo pasado. (2> 'Le Crine. a veces. mientras en los llanos predominan los ? • "La ecología —animal y vegetal— es la ciencia dedicada a estu­ diar las maneras en que las plantas y los animales se adaptan a los variados ambientes de la tierra. el modo de vida de aquéllos" Gillln y Gillin: An Introductton 4o Soclology. etc. lá-con­ centración de población en las grandes urbes. la movilidad. no se han obtenido nuevos datos capaces de alterar esa afir­ mación. en las páginas que siguen se verá cuánto de provechoso puede extraerse del estudio de la habitación. pág. pues ya no se trata tanto de los factores geográficos. pro­ vocando alteraciones en la alimentación la que. puede repercutir sobre el cuerpo y la psique de los individuos. a veces. el caso de algunos de nuestros valles en los cuales la carencia de yodo en el suelo provoca la apa­ rición del bocio endémico. el número. consideraba que la montaña inclina preferentemente a* los delitos contra las personas. como sucedió con Ratzel.. Se nota un resurgimiento de las tendencias geográficas. y. o a las derivadas del materialis­ mo económico.a éstos. Los estudios criminológicos sobre la influencia del factor geo­ gráfico fueron pronto dejados de lado o relegados a un lagar se­ cundario.— Lombroso llamó la atención sobre la^ repercusiones del medio am­ biente físico en el número y especie de los delitos. a manera de ejemplo. a la ver­ dad. puede artotarse que. se combinó su influencia con la de otras condiciones. La noción de ecología. la constitu­ ción del suelos influye sobre el delito por caminos indirectos. Sin embargo. sociologistas en general. 264. aun­ que se ha introducido una variante. originada en el campo de U botánica. — 210 — .— MEDIO AMBIENTE FISICO Y CRIM IN ALID AD . como suce­ dió con la escuela de Buckle. Halló poca relación entre geología v delito í2) . puede presentarse. ante el empuje que caracterizó a las tendencias antropoíugistas. para el estudio t’s la delincuencia y de los fenómenos sociales en general (*). pp. sino más bien de los factores ecoló­ gicos. con todas las consecuencias que enun­ ciamos en páginas anteriores. otras. 207. por lo menos. En los últimos años. fue atribuido al hecho de que en los llanos la población se encuentra más-concentrada (J).— El clima. Se­ gún el autor español. el calor excesivo conduce a la inercia y a sen­ timientos de debilidad: como consecuencia. van. sobre todo en los mares tropicales y-templados. induce reacciones enérgicas y ac­ tivas. Según Lombroso. el frío excesivo termina por mo­ derar la actividad nerviosa e inhibe toda la que implique gran con­ sumo de energíaé. y no porque los datos estadísticos en que se apoyan sean falsos. agregándoles consideraciones sobre la delincuen­ cia costeña. no alcanza a ser claramente visto a través de las explicaciones de los autores citados. 205 . 86 . queda abierto. El prim er fenóme­ no lo atribuyó a que las montañas favorecen las emboscadas y a que allí habitan las poblaciones más activas. Pero el autor no pro­ porciona los datos que abonen esta interpretación. también mereció la atención de Lombroso: para él. violenta (4). Cursillo de Criminologia y Dcrecbo Penal. pp. por ejemplo. a investigaciones nuevas. así como las de Constancio Bernal­ do de Quiroz no han hallado mayor eco. Bemaido de Quiroz ha admitido los he­ chos anteriores. sin mayor trámite. Este es uno de los sectores en que la Criminología ha reali­ zado menos progresos. (4) Criminología.88. el clima opera fundamentalmente a través de influencias excitantes o inhibitorias ejercidas sobre el (3) Ibidem. por el contrarío. lo que explicaría el predominio de los delitos sexuales en esas regio­ nes. por el contrario. a la criminalidad. y prin­ cipalmente en lo tocante a violaciones. por eso. puede que el nexo causal realmente exista.delitos contra la propiedad y las violaciones. el segundo. pero. inclusive la delictiva. desde la anarquía completa a la más absoluta tiranía. El frío moderado. 3. sino porqué se reincide en el defecto metódico de considerar que de una correlación esta­ dística puede deducirse una ligazón causal. pág. Las teorías de Lombroso. el m ar posee un especial poder erògeno. la montaña daría lugar.— EL CLIM A '. 21. — 211 — . precisas para poder muñirse de los medios necesarios para sobrellevar los rigores del clima. por sus propias ca­ racterísticas. pues ni laxan ni entumecen. pp. Son los calores moderados los que más favore­ cen la actividad corriente. a manera de espasmos. a una vida social ca­ racterizada por extremismos que. sobre todo en sus componen­ tes de temperatura y humedad. .... ha sido expuesto por Leffinwell para quien el clima influye aumentando o disminuyendo la irritabilidad de los nervios...........1 11.. por ejemplo condicionando ciertos cultivos. la impulsividad pasional.................... etc..... No debe olvidarse...1 14. R u s i a .......... España .. sobre al­ teraciones producidas en el organismo y que repercuten en la de­ lincuencia..1 14... .... R u m an ia.... sino integrando el cli­ ma............ duda tiene mu­ cho de aceptable.... ... (7) Biologia Criminal. Tampoco puede dejarse de notar la influencia que ejercen ciertos vientos......... Francia. que la coactuación es impor­ tante en la determinación de algunos resultados excitantes o de­ primentes............ sobre todo los que portan olas de calor. . .. Ultimamente no se habla ya de la temperatura. en efecto.... y que sin... presión atmos­ férica.1 11. cierta forma de vida y de producción..... ... Es de lamentar que no se conozcan estadísticas completas acerca de las relaciones criminógenas del clima..... Un criterio similar...sistema nervioso (5). se ha podido notar..........................1 38. .................. B élg ica .. (6).... cit...1 22.............. por Barnes y Teeters: New Horizons in Criminology.. (6) Cit.1 a a a a a a a a a a a a 98 77 77 41 26 26 17 17 17 17 14 14 (5) Ob.......... D in a m a rc a ................ pero esa temperatura es devastadora cuando se presenta acompañada de presión muy baja y de humedad muy grande.... sin embargo... Portugal....... ...1 74... H u n gría.......5........ que el clima también puede operar por otros caminos.. por ejemplo.... etc...... 95... 1 .... treinta grados de calor son relativamente soportables cuando la presión es normal y el tiempo seco... — 212 — .........1 23.................. como factores aislados..... .. como a continuación veremos. S u e c ia ....... Austria .... .. Exner reproduce opiniones atendibles....... pág...... 134.................... Sobre la influencia del calor y de la proximidad al ecuador....... cuyos componentes se siguen proporcionan­ do aislados.1 14.... humedad.......................... acerca de la re­ lación directa entre los vientos cálidos y los delitos de violencia y sexuales O ..................... pp> 118 -119... ........... Bemaldo de Quiroz reproduce las siguientes cifras de homicidios por millón de habitantes: I ta lia ..1 14.. pp... los autores aceptan la tesis moderada de Leffinwell.. ......1 74......... ...... . Suiza ........ .... ob..203................ Méjico (R o u m añ ac )........... Estas observaciones — valederas si se toma en cuenta sobre todo que el término “civilización’’ cubre casi todas las activida­ des sociales— deben llevar a evitar las exageraciones tocantes af (8) Criminología.. pp........ Estados Unidos (B o sc o ).............. 274 . Inglaterra y E s c o c ia .. Por tanto.................. siguiendo las conclusiones de Ferrero (V... a En cuanto a nuestro hemisferio..... pp.A lem ania..... por ejem­ plo la orografía.... (9) Ibidem.... (10) Puede criticarse aún otro hecho: la simple proximidad al ecua­ dor no basta para determinar el clima........... debieron haberse teni­ do en cuenta otros factores naturales que lo alteran..... 203. Por ejemplo.. H o la n d a .. en La Transformación del Delito.. pero la subordinó a la de la civilización (V... 30 120 180 97 184 170 160 160 (9) El defecto de los datos anteriores está en que sólo se fijan en la temperatura (.... Cuba (Castellanos) . en líneas generales................ cit.... ha coleccionado los siguienes datos.... pero no exclusivamente por el climático (12). IB ......... 50-52). 8. la barbarie se caracteriza por delitos de fuerza. La Criminalidad Comparada...... mientras la civilización se acrecienta a medida que nos acercamos al norte... 8...... por delitos fraudulentos..... — 210 — ..... Argentina (Moyano Gacitúa) .................. I r la n d a . mientras la civilización........1 a 11.......... (*)........ pfig.... ahora bien: los países europeos menos adelantados...... los vientos y las corrientes marítimas... 8. Colombia (cifras o fic ia le s). Uruguay (cifras o fic ia le s). no desconoció la importan­ cia de la temperatura........... 202 ..... las curvas pueden expli­ carse también desde este punto de vista. 8.1 a a 11....0) dejando de lado otros factores que podrían coadyuvar en la explicación de estas curvas de criminalidad. .. siempre de homicidios por cada millón de habitantes: Canadá (S u th e rla n d )........... (11) El primero..25: el se­ gundo......... Niceforo y Lombroso (u) habían hecho notar que la dis­ tribución de los delitos violentos y fraudulentos en Europa se de­ be también al grado de civilización que existe en sus distintas par­ tes componentes.... se encuen­ tran hacia el sur.283).1 5... pp............ (12) Tarde llegó a la misma conclusión.1 5........... Chile (“ Raza Chilena”) ....... pp.. y más concre­ tamente. 5.— EL D IA Y LA NO CH E . las exigencias físicas. No explica estos datos y se limita a decir que cuando el tiempo es calmo un exceso de dióxido de carbono en la atmósfera puede amenguar la vitalidad. sube el número de arrestosí.— Gran número de asaltos puede correlacionarse con la baja humedad mientras sólo un pequeño número. no han contri­ buido a conseguir explicaciones menos inexactas. afecta a los estados emocionales y conduce a riñas. (13) En Estados Unidos. ha sido uno de los más completos que se conoce. Es indudable que el clima y la situación geográfica determinan. La influencia de la temperatura sobre las mujeres es mayoi que sobre los varones. el estudio realizado por Dexter sobre cier­ tos delitos cometidos en Nueva York. 3. más que cualquier otra condición. Ellas se caracterizan por cierta temperatura. 4. con la humedad al­ ta. Como se advertirá.— LAS ESTACIONES. hay mucha dis­ tancia a determ inar las relaciones causales entre los factores am­ bientales naturales con la personalidad. etc. vientos. la personalidad y sus reacciones. se caracterizan por alto número de pendencias. 2. 65): "1. o sea de 150 y 200 millas al día.— Estudió también el número de arrestos en dias limpidos y nublados.— A medida que el barómetro baja. conseguida a través de la experiencia diaria. los estudios sobre el clima y el factor geo­ gráfico son antiguos y no han llegado a conclusiones terminantes. pág. En efecto. etc. de alguna ma­ nera. ai bien sería también erróneo dejar completamente de lado las influencias puramente naturales (1J).— En relación con el clima se halla la sucesión anual de las estaciones. han sido asi resumidas por Gillin (Criminology and Penology. hu­ medad.. él pensaba que el clima influía en la delincuencia. la temperatura.— LA SEMANA. Explica este hecho por la hipótesis de que los dias limpidos son vitalizadores". en general. Estudios posteriores. los arrestos son menos. las necesidades de energía in­ dustrial.clima. 4. Sus conclu­ siones relativas a distintos fenómenos meteorológicos. Esto k> explica porque un barómetro bajo precede a las tor­ mentas y este presentimiento ocasiona en cierta gente estados emocionales que se resuelven en violencias.— Eli número de arrestos aumenta asaz regularmente con la temperatura. En dias calmos o de vientos altos. con el delito. pero de esta comproba­ ción. al mismo tiempo que determinan los ciclos de producción. — 214 — .— Los días en que los vientos son suaves. Explica esto suponiendo que la alta humedad atmosférica deprime vital y emocionalmente. a través de alteraciones corporales. halló que los días nublados son los más libres de pen­ dencias personales que atraigan la atención policial. sobre todo agrícola. escasos en el mundo entero. en Seattle. (18) Principies oí Criminology.revoluciones acaecidas en Bolivia primen en vera­ no.182 y 280 . tal co m o se vio más arriba al tratar del clima. se ha comprobado que los delitos c o n tra la pro­ piedad crecen en invierno. etc. mientras los delitos violentos y contra las personas alcanzan su ápice en el verano y en los períodos de mayor calor. pp. Sin embargo es. en el caso del invierno en que la necesidad de obtener vestid o y ali­ mento mejores se presenta en momentos en que m uchas activida­ des económicas declinan.78. hacen notar que en verano los días son más largos y favorecen así el mayor contacto social que sirve de oportunidad para cometer delitos contra las personas. 120-121. pág. de du­ dar que las . pág.5). ci{. Exner. G illin (17) y Sutherland (.282 (para México. Las razones por las cuales se han explicado estos fenómenos son de tipo eminentemente social. I. . quizá principalm en­ te. ob. en cuanto a los delitos sexuales. 64. (16) Ob. (15) V. en el otro extremo. — 215 — . en invierno aumentan las necesidades y escasean los medios p ara satisfacerlas no sólo porque la naturaleza es menos productiva. 75. cit. gr. Schmid. como sucede.8). V. ob. 135. p o r ejem plo.. Bames y Teeters (I6). (17) Ob. 6 . pero también. la cerveza). En general. (19) Una nueva prueba de la importancia del factor social se tiene en el estudio realizado por Calvin F. se ingieren en cantidades su­ ficientes para ocasionar intoxicaciones que potencian la irritabi­ lidad ya aumentada por el calor. cit. pág. el calor lleva a un mayor consumo de bebidas que. pág. (14) Pueden verse gráficos en Bonger. cit. Barnes y Teeters. lo que puede llevar a la com isión de de­ litos contra la propiedad. 60 . 135. Le Crian1 P p ’ et les Révolutions. por lo menos. Lombroso había hecho notar que las revoluciones se producen pre­ ferentemente en verano (. aunque tengan bajo grado alcohólico (v. sino porque se presentan olas de desempleo (1?).8 y especialmente.. algo semejante podríamos d e c ir de unn intensa sequía que provoque una crisis de producción.. todo induce a creer que son más abundantes en otofio e in­ vierno. cit. entre otros. 175 . ellos experim entan sus alzas máximas en el límite entre la primavera y el verano (w).Las estaciones operan sobre la criminalidad de d o s maneras: pueden hacerlo a través de alteraciones físicas. quien halló que. pp. Introdncción a la Criminolo­ gía. ob. los homicidios aumentan en invierno a causa de la miseria y los desórdenes provocados por las migraciones de tra ­ bajadores que se producen precisamente por aquella época. datos acotados por Ga­ rrido). a través de alteraciones sociales. pp. pp... cft. T. faltan aún conclusiones definitivas tanto para rechazar como para aceptar sin más ni más esta hipótesis. — 216 — . ob. ella estuvo inicialmente relacionada con el ciclo lunar. Se ha exhibido como prueba corroborante el que también los embarazos se elevan en número durante la primavera. Se ha esgrimido esta discrepancia como prueba en contra de que una cierta periodicidad fisiológica fuera respon­ sable. por ser patológicos. En cuanto toca a los delitos sexuales. más bien con la costumbre y el ciclo de trabajo. I9. Criminología. Pero tam­ bién podría servir de nueva prueba favorable si se piensa que aqué­ llos que han sentido un despertar especialmente violento de sus impulsos en medio de la primavera. siquiera en parte. v. en Exner. 126 quien por esta razón considera que la prueba no es segura. 223 y Canillo de Criminología y Derecho Penal. empuja n pensar que también en el hombre se da una época de celo. pág. En todo caso. por atenuada que sea. Bernaldo de Quiroz ha citado varios casos que. Resúmenes en Bernaldo de Quiroz: Criminología. (23) Así. En cuanto a la semana. (22) Para éste y otros ejemplos. pudo com­ probarse que la delincuencia aumenta los sábados y domingos y. (21) Criminología. 223 • 225. muestran exageradas estas tendencias de manera muy instructiva: típico es el ejemplo ofrecido por el famoso criminal "Sacamantecas’’ en quien la periodicidad de los delitos era evi­ dente (“ ). 132 -174. Desde los primeros tiempos de la Criminología. por su lado. y no los han satisfecho ade­ cuadamente entonces. Havelock Ellis: Estudios de Psicología Sexual. p&g. resisten por un tiempo a las urgencias ins­ tintivas. pero concluyen por sucumbir a ellas después de que la espera insatisfecha ha potenciado el impulso. existe otra basada en la creencia de que el hombre posee urta periodicidad fisiológica si­ m ilar a la que se da éntre los animales. ahora. de tales delitos sexuales (23). Havelock Ellis ha expuesto claramen­ te esta idea (20).104. si bien un cierto tiempo antes de aquel que se caracteriza por el alza en los delitos sexuales. del año. pp. pp. la existencia de una periodicidad en la vida sexual humana ha sido aceptada como probable por Parmelee (u ). 103 . 47. pp. p&g. La explicación anterior no supone necesariamente el creer en una regresión atávica en base a lo sostenido por las escuelas evo­ lucionistas. climáticamente.. (20) V. bastaría pensar en que la calidad del clima es enton­ ces capaz de elevar el poder corporal. fuera de las explicacio­ nes sobre influencias corporales o sociales. el alza del número de es­ tos delitos en una época que es la mejor. sobre todo en las ciudades altamente industrializadas. pág. por un lado. Wonns y Heidelberg 877 339 173 138 129 134 222 282 190 128 100 86 110 128 (24) En cuanto a la sucesión del día y de la noche. etc.en ciertos países. que dan oportunidad para los delitos violentos. hay delitos que suponen el contacto social. la puesta en cir­ culación de productos falsificados. ésta ofrece tentación y oportunidad para que se produzcan delitos contra la propiedad. más cargado de toxinas. por otro. robos. está crean­ do en la actualidad una distribución más uniforme de la delin­ cuencia a lo largo de todo el dfa. para Chile: (24) Ibfdem. etc. hay que considerar las influen­ cias sociales. las defraudaciones al fisco. como las mayores y más frecuentes reuniones de per­ sonas. inclusive el lunes. Se ha comprobado asimismo que allí donde el fin de semana es pasado fuera de ls casa. Pero la mayor parte de otros delitos — muertes en emboscada. 300. hurtos. La existencia de tumos de trabajo que. más propi­ cio a la irritabilidad. Las cifras de lesiones se reproducen aquí en conjunto. llenan las 24 horas del día.— se llevan a cabo de noche. Pueden tomarse como punto de referencia los siguientes da­ tos consignados por Alzate Calderón. se aduce con razón que el organismo se halla agotado. hacia lo mismo apunta el mayor consumo de alcohol. como sucede con la estafa. violaciones de domicilio. He aquí una estadística consignada por Exnerr Dfa de la semana Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Lesiones corporales en Delitos brótales contra la moral en Viena Dusseldorf. La explicación asume tam­ bién aquí un doble aspecto. conspiraciones. precisamente en momentos en que los resor­ tes inhibitorios se relajan. — 217 — . la actividad laboral plena. .... puede afirmarse que la delincuen­ cia urbana es de tipo predominantemente fraudulento mientras la delincuencia campesina es de tipo predominantemente violento. En cambio. 5 -17 y 23 ... mientras escasean en el campo.... Es notorio que algunos delitos se acumulan en las áreas ur­ banas.. Bames y Teeters reproducen datos claros.... en 1920...... T a r d e .. pág..Distribución de la criminalidad en cuatro etapas del día: Madrugada..........4% ........... Ahora bien: el paso de la barbarie a la civilización se traduce.... . Nicéforo atribuyó estas diferencias al grado de civilización. estafas... ob..... en líneas generales... según hace notar el penalista italiano... fabricación y expendio de estupefacientes... 11... al aumentar el número de relaciones sociales...43...... vicio comercializado.. pág........8% .. (27) Ob.... bancarrotas..— C R IM IN A L ID A D URBANA Y RURAL.. . si bien se aglomeraban en los delitos más graves (n ).. N o c h e . si bien la proporción de deli­ tos graves es más o menos igual en ambas áreas...... los arrestos eran dos veces y media más numerosos en las poblaciones de más de 10.. la discrepancia desfavorable a la ciudad se manifiesta en los delitos leves... 21........ pero sólo eran el 3. .......30.... hay delitos típicamente rurales.6% de la población masculina mayor de 10 años de edad.. pp. por el decrecer de la violencia y el incre­ mento de la fraudulencia... en tanto que el campo la asimila me­ nos y más tardíamente y conserva muchas características de la vida prinytiva. En 1910 los campesinos cons­ tituían el 18.. aumenta paralelamente el de las oportunidades para delinquir (26). por ejemplo..... 147.... . M a ñ a n a . en lo delictivo..3% de la población peniten­ ciaria..... en Massachusetts.... tales como el abi­ geato... 44.. . . (26) V.. cit-.... los caracteres delictivos anotados pueden también deducirse de la simple mayor aglomeración urbana que.. — 218 — ....— Las estadís­ ticas de la criminalidad urbana y rural muestran que aquélla es menor que ésta... así sucede con los fraudes. las ciudades son centro de ella.9% (“ ) 5.......000 habitantes que en las poblaciones menores o el campo..... Dentro de una tentativa de caracterizar de modo muy gene­ ral las diferencias cualitativas.. ......'en el país. cit.. En (25) Factores geográficos y meteorológicos del delito en Chile... falsificaciones que requieran de alta técnica. etc... 35.9%..... tendencia a la disgregación familiar. Miami creció entre el 125 y el 130% . donde los centros u r ­ banos han aumentado mucho en tamaño. los inmigrantes llegan para vivir en b a rrio s donde las condiciones materiales son pésimas (los tristemente c é ­ lebres barrios callampa o villas . mayor delincuencia que las menores. en éste. de 320%> (29). (29) Bames y Teeters. estupefacientes. El crecimiento del delito. como su­ cede en los relativos a estupefacientes í28). Austria y H un­ gría. juego.. el cre­ cimiento de la población fue de 80% el de homicidios. si bien existen excepciones. en Tampa.: Gillin. están las siguientes. prostitución). las ciudades casi decuplican al campo. la pobreza no suele llegar casi nunca a los extrem os que en las ciudades. ob. las bandas infantiles y juveniles son fenóm e­ nos urbanos y sólo raramente campesinos. 151 -152. las ciudades mayores dan. no si trata simplemente de un aumento de la población sino también y quizá especialmente. en­ tre 1920 y 1925. Al mismo tiempo. En tales casos. se carece de lu g ares (28) V. aumentó su población en un 50% . como sucede con las grandes ciudades de Holanda. ctt„ pp. más posibilidades d e profesionalizarse en el delito. el vicio comercializado tiene en las ciudades sus cuarteles genera­ les (alcoholismo. diversiones nocturnas. atrae más a los delincuentes. desproporcionadamente mayor a l de la población general en las ciudades. la ciudad supone más movilidad. de que se produce una notable migración d e l campo a la ciudad. 53. pero sus homicidios aumentaron en un 660% . proporcionalmente. más c e r­ canía para imitar las conductas criminales. pág. in clu ­ sive a los que iniciaron su carrera en el campo. drogas. Jacksonville.). incrementa el número de necesida­ des sin hacerlo paralelamente con las posibilidades de satisfacerlas *. la ciudad es fé rtil en roces sociales y ofrece mayores tentaciones por la esperanza d e la ocultación y del anonimato. En general. Entre las causas que se han dado para explicar la mayor c ri­ minalidad urbana. la ciudad ha destruido c? relajado los vínculos familiares y vecinales que en el campo aút* se mantienen fuertes. hay altos índices de d es­ ocupación.algunos delitos. etc. se ha manifestado de m a­ nera grave en las naciones subdesarrolladas. — 219 — . cit. se ha observado que la proporción del de­ lito crece más que la población de las ciudades. pero los ho­ micidios pasaron de 31 a 69. ob. ofrece distracciones frecuentemente peligro­ sas como sustitutivo o equivalente de !a vida activa y sana del c a m ­ po.miseria. jardines— para que la población se distraiga sanamen­ te. lo constituyó la obra de Clif­ ford Shaw y Mackay: Las Areas de Delincuencia. en Chicago. Este libro contiene conclusiones de capital importancia. pp. 148.85.— parques. c) Muchos individuos que viven de la caridad o de la asis­ tencia social. publicada en 1929. Shaw partió de una observación: En la ciudad de Chicago había barrios en los cuales el delito se daba en grandes cantida­ des. es muy probable que las diferencias consigna­ das en las estadísticas sean menores en la realidad. El número de delitos que así escapan a las estadísticas difícilmente pueden ser compensado por el de aquellos que.55: Parmelee. pág. eluden a la justicia o el de aquéllos que se hallan protegidos por los siste­ mas de corrupción política que existen en las ciudades.— LAS BANDAS INFANTILES Y JUVENILES. Al estu­ diar 2as características de los barrios con alta delincuencia. por lo que es muy fácil que aquéllas dejen pasar las fal­ tas menores. por ejemplo. la vida ciudadana es más nerviosa. al am­ paro de las facilidades ofrecidas por las grandes ciudades. Gillin. su primer fruto y de primer orden. los lazos familiares extensos y las vinculaciones vecina­ les evitan que muchas faltas sean llevadas a conocimiento de las autoridades. inclusive se puede citar el hecho de que en las ciudades existe un mayor número de disposi­ ciones que pueden ser transgredidas C30). mientras en otros las cifras eran sumamente bajas. por otro lado. se dio cuenta de que en ellos existían: a) Areas de alta concentración industrial. b) Malas condiciones en la habitación. d) Muchos inmigrantes. en los lugares pequeños y en el campo. resignándose a dar curso sólo a las más graves. — 220 — . e) Carencia del sentido de vecindad y del control que de ella resulta. que en su mayor parte han sido confirmadas por estudios realizados en otras ciudades.— Los mejores estudios ecológicos modernos en Criminología fueron iniciados en 1926. 53 . 51-64 y Reckless: Criminal Behavior. pp. inclusive de diversas razas. autoridades y pueblo se conocen. 6.— LAS AREAS DE DELINCUENCIA. 84 . Sin embargo. Shaw puso especial énfasis en la importan­ d o ) Para estas causas explicativas de una diferencia real en las ci­ fras de delincuencia pueden consultarse tas obras citadas de Barnes y Teeters. pp. también se originan porque existe poca vigilancia de los padres. la necesidad. jugarle una mala pasada a la policía no sólo es un fin deseado..Hizo notar. cit. sino de la carencia de lugares de recreo donde niños y adolescen­ tes pudieran dar salida normal a «us energías. “Las características dis­ tintivas de una vecindad son su relación con una superficie lo eal suficientemente compacta para permitir la asociación fre­ cuente e íntima y la aparición de aquella asociación de hom*o­ geneidad y de unidad suficientes para permitir una agrupación social primaria o directa dotada de un fuerte sentimiento de con­ ciencia de sí y capaz de influir en la conducta de sus varios in­ tegrantes” . pero llegan a él como resultado de la peculiar disciplina que en ellas reina. publicado por la National Comission on Law Observance and Enforcement. ella proviene preferentemente de niños y jóvenes que se hallan asociados inte­ grando bandas bien organizadas. sea poco atractivo. La importancia de estas asociaciones se desta­ ca si recordamos que sólo una mínima parte de la delincuencia in­ fantil y juvenil es cometida por individuos aislados. 371 de su Criminología: Vecindad es "la primera agrupa cito después de la familia que tiene significación social y que es consciente de alguna unidad local” (R. (33) V. i En los barrios con las características apuntadas. se forman de preferencia bandas infantiles y juveniles. en la pág. esd no depende sólo de que el hogar pobre. que muchas veces la delincuencia resulta porque Iqq individuos se han adaptado a los moldes de conducta aceptados y hasta alentados por la vecindad (33). pp. (32) He aquí dos conceptos de vecindad acotados por ^entig. No siempre las bandas comien­ zan sus actividades dedicándose al delito. 60 .cia de este último factor (3I). La importancia de este factor es obvia pues no es sino la costo probación de que las ideas morales y las costumbres de la comu­ nidad tienen gran influencia en la determinación del número y tipo de los delitos que en ella se cometen. Shaw y Mac Kay. 139. (w). Es e! segundo volumen del Report on de Causes of Cri­ me. la solidaridad. el ansia de mostrar condiciones de jefe. pues es frecuente que ambos se vean obligados a trabajar y dejen a los hijos poco menos que abandonados. — 221 — . Maclver). etc. la icndencia a las aventuras peligro­ sas. que es allí la media. sino que suele convertirse en el non plus ultra del valor y fuente de prestigio entre los compañeros. ob. Es frecuente que los ideales propugnados por la banda se encuentren en contradicción con lo3 sostenidos por la sociedad normal. por su parte Niles Carpenter se expresa así. Shaw y MacKay: Social Factors tn Juvenil Delinqnency. pág. (31) V. M. por ejem­ plo.139. Esta selección se ha dado. sin embargo la acción de frenos propios hace que su criminalidad sea mínima. los inmigrantes japone­ ses viven en Estados Unidos en muchos barrios que tienen todas las características de las áreas de delincuencia. entonces. Taft.— BARRIOS INTERS­ TICIALES . o vigi­ lado por ella después de cumplir la sanción. — 222 — . pueden verse en Taft. al trasladarse. hay barrios residenciales. entre los procesados por delitos sobre drogas prohibidas.— M O V IL ID A D . ' 3. sin duda. 1.— H ABITACION. por ejemplo.Lo recién dicho vale en buena medida también para las ban­ das de adultos. Las facilidades para cometer el delito se han tra­ ducido en una indeseable selectividad criminal.— Shaw descuidó tratar de la capacidad selectiva de cier­ tas áreas. sobre todo con grandes cásas de departamentos. mate­ rial para algunas rectificaciones y complementaciones (M). va de ma­ nera natural a dar a áreas con ciertos caracteres que seleccionan y atraen a los delincuentes foráneos. trate de alejarse de las regiones donde es conocido. muy poca delincuencia. sus estudios son modelo de buen método y de conclusiones bien meditadas.. por ejemplo. 156 . en un país en que los mismos son una ínfima minoría. en los cuales e! sentido de vecindad no se ha formado.— Los barrios residenciales sen considerados por Sháw co­ mo modelo de vecindad. 2. en el terreno de la Criminología. sin embargo se han for­ mulado las siguientes observaciones fundamentales. en algunos lugares de Bolivia en que existe mayor cantidad de fábricas clandestinas de cocaína y tráfico de estupefacientes. por ejemplo. cit. sino a que han ido a parar allí desde otra re­ gión. y otras. comprobó que sólo ocho de ellos habían nacido en el lugar y se habían criado en él. vienen delincuentes de otros países. De ahí por qué. en efecto. ob. si encontramos muchos delincuentes en al­ guna de ellas. pp. sin embargo. El a portel’ de Shaw y de sus discípulos ha sido considerable. alrededor de la mitad sean extranjeros. en sus estudios sobre 71 delincuentes de Danville.159. si un delincuente comete sus actos en un lugar lo más probable es que al sentirse perseguido por la policía. 7. tal fenómeno puede deberse no precisamente a que el lugar los produzca.— Shaw no ha concedido debida importancia a ciertos fac­ tores familiares y a los resortes inhibitorios propios de algunos grupos raciales o nacionales. pero que dan sin embargo. Atraídos por estas activi­ dades. estos datos constituyen.— La influencia que la habitación ejerce sobre la cri(34) Las observaciones anteriores. como los agentes viajeros. un nuevo ajuste cultural el que se logra después de roces de muy variada intensidad. por causa de pobreza. Se ha mencionado especialmente el caso de los suburbios que se hallan bajo jurisdicción distinta a la de la ciu­ dad vecina. cuando la habitación carece de sol. nacionalidad. o no se logra. El incremento de criminalidad puede explicarse por dos razones fundamentales: 1) La movilidad excesiva impli­ ca la carencia de un centro fijo. Estos prefieren la calle. algunos ejemplos quedaron en páginas anteriores. estos barrios se encuentran en los límites entre las secciones urbanas y suburbanas o rurales que difieren entre sí notoriamente por caracteres sociales. los adultos prefieren la taberna o el círculo de amigos y dejan de ejer­ cer próxima vigilancia sobre los niños. puede decirse que cuanto mayor es. luz. es indiscutible que muchas carreras delincuentes tem­ pranas se han iniciado a causa del abandono del hogar durante te­ das o casi todas las horas libres y de la consiguiente ausencia de vigilancia paterna. si la migración tiene cau­ sas econótnicas. raciales. Al mismo tiempo hay que anotar que la habi­ tación estrecha conduce a la promiscuidad. aire y como­ didades. la movilidad se refiere a las personas que cambian realmente de residencia.. pero no a quienes se desplazan por turismo o vuelven continuamente a un centro fijo. más delitos provoca. 2) Los inmigrantes deben buscar en cada lugar al que lle­ gan. los niños y adultos no suelen con­ siderarla como verdadera sede del hogar en la cual pasar la ma­ yor parte del tiempo que dejan libre la escuela y el trabajo. situaciones de este tipo han sido comprobadas en las ciudades que crecen mu­ cho en población y delincuencia. Los barrios intersticiales han sido también acusados de favo recer la delincuencia. por ejemplo. sobre todo sexuales. por ejemplo. puede verse en distintos casos. los recién llegados son vistos con malos ojos por los trabajadores establecidos. fuente de malos ejem­ plos y hasta de delitos. económicos. cos­ tumbres. políticos. el hecho se presenta. con la consiguiente inestabilidad personal y familiar (si el traslado se realiza en compañía de la fa­ milia). etc. etc.minalidad. Las dificultades de adap­ tación se acrecientan cuando entre los grupos establecidos y los in­ migrantes existen grandes diferencias de idioma. allí suelen hallarse las bandas y delincuentes indivi­ — 223 — . En cuanto a la movilidad. También la carencia de habitación en referencia con la po­ blación es causa de aumento en el número de delitos. eso vale. las aventuras. a un hogar que casi los expele de sí por sus condiciones. pues traen consigo la competencia y la posibilidad de bajas en los salarios. para las numerosas migracio­ nes desde el sur de Bolivia hacia el norte de la Argentina. ia banda. pero atribuir el enor­ me aumento de la delincuencia de esos dias a este hecho físico es. Las áreas que dividen poblaciones dé distinta raza — negros. muchas vcces se suele decir que el factor ambiental físico más bien condiciona que determina las características de cierta socie­ dad y de la delincuencia que en ella aparece.— CONCLUSIONES . una relación estrecha con la presencia de hierro y carbón debajo de la superficie de la tierra. pp.. lidad ejercen factores geográficos y ecológicos no puede ser pues­ ta en duda: sin embargo.duales que se amparan bajo la protección ofrecida por la jurisdic­ ción diferente: realizan sus delito« en las ciudades y burlan o en­ torpecen la persecución pasando al suburbio. sin duda. (35) “Por ejemplo. con toda seguridad. es preciso que la prudencia nos lleve a detenernos en un lugar adecuado en la serie de causas (M).— dan lugar a aumento de roces sociales y de delincuencia. — 224 — . Por eso. por ese camino no llegaríamos nunca a nada con­ creto. de la tendencia a buscar indefinidamente.— La influencia que en la crimina-. la oro­ grafía intrincada puede dificultar las comunicaciones y causar el retraso y hasta la miseria de una región. ob. indígenas. Hay que guardarse. el nacimiento del industrialismo en Inglaterra tie­ ne.174. hay que tener siempre presente que las influencias directas son menos frecuentes que las indirectas. Con razonamientos de esta misma clase po­ dríamos decir que el inventor de la pólvora fue el causante de todos los delitos cometidos por medio de las armas de fuego” . por ejemplo. ir demasiado lejos en la investigación de la causalidad. a lo largo de una serie causal. 8. em­ pero. cit. Lo mismo puede decirse de aquellas regiones que aún representan la progresiva línea fronteriza de la civilización que avanza. 173 . las determinaciones y condicionalizaciones en relación con el delito. Bóngev. etc. judíos (ghettos). sino también en ciertas especies animales en las cuales los nuevos seres no alcanzan apenas nacidos la madurez suficiente para desen­ volverse independientem ente. es más largo que en cualquier otra: el hombre tiene la infancia más pro­ longada.' — 225 — . ésta posee. preci­ sa ser nutrido. En el consiguiente proceso de adaptación.— FUNCION SO C IA L IZ A D O R A DE L A FAMILIA. en el seno de la familia. cuidado y guiado tanto para preservar su vida co­ mo para adaptarlo a la sociedad en la cual ha de desarrollar sus actividades. por los característicos lazos'emocionales que ligan a sus miem­ bros. si bien lleno de grandes potencialidades. La familia está destinada a cum plir una finalidad estrecha­ mente relacionada con la naturaleza y forma de desarrollo del ser humano. El proceso de adaptación en la especie hum ana. los dan el niño y el adolescente. lo que im p lica una también más prolongada dependen­ cia en la relación con los padres. sino que es necesario que luego permanezcan establemente unidos pe­ ra asegurar la educación del hijo. habiendo la naturaleza dispues­ to que tal educación exija la intervención de ambos progenitores.C A P IT U L O SEGUNDO LA F A M I L I A 1. especial capacidad para influir decisivamente en el futuro de los niños. La unión estable de los sexos no sólo se presenta en el hombre. De ahí por qué la misión de los padres no concluye con su concurrencia al acto generador.— El recién nacido. los prime­ ros pasos y los llamados a tener más profundas repercusiones. 2. frecuentemente por divergencias de intereses entre los esposos. Los estudios más recientes acerca de Psicología evolutiva han demostrado la enorme importancia que tienen los primeros años de vida en la determinación de la personalidad. En resumen.— Del hecho de que la familia sea una agencia importantísima de socialización no se sigue automáticamente que se halle siempre bien capacitada para cumplir esa fpnción. Quizá sin exagerar. club. sino que es necesario que ellas se prolonguen por largo tiempo y que partan tanto del padre como de la madre pues cuando uno de ést06 falta surgen desequilibrios educativos fáciles de comprobar cuando se estudian la psique y la conducta de las generaciones huérfanas.— CAUSAS QUE DESTRU YEN O A M IN O R A N LAS IN­ FLUENCIAS FAMILIARES POSITIVAS. Aquí apenas he­ mos de hacer qlgo más que enunciarlas. luego se verán con más detalles bÜs repercusiones en e! aumento de la criminalidad. orfanatos. Las causnsjáe la crisis son numerosas y no todas tienen su origen en tiem­ pos recientes. apartando o anulando las influencias perniciosas. ni basta que se ejerzan in­ fluencias buenas. como sociedad natural.— si bien evita males mayores. por la tendencia a na­ — 226 — . Investigar las ex­ periencias sufridas en esa etapa no tiene importancia sólo para explicar la mala conducta del niño o del adolescente sino también la del adulto. tarea que está lejos de ser fácil de realizar porque supone en los padres la capacidad y la voluntad de operar por medio de influencias positivas. etc. asi. la familia — como todo grupo en que el hombre se integra (sindicato. algunas se hallan entroncadas desde hace siglos en diversas costumbres. no puede ni cuando está óptimamente organizada. Esas experiencias tempranas se viven casi exclusiva­ mente en la familia la que. Entre lfls razones de la crisis están las siguientes: á. sociedad nacional)— es un medio de defensa y protección de sus miembros contra peligros provenientes del exterior. pero ahora se han reunido de tan coinciden­ te m anera. podemos decir que la familia es el elemento ne­ cesario para la socialización del niño. suplir adecuadamente al hogar bien formado. por la presencia de padres y hermanos.La familia. La familia es menos unida que antes. pone muchas de las causas pro­ fundas de todas las actividades posteriores. la actividad supletoria de agencias estatales o privadas — asilos. podamos decir que más son ios casos en que la familia falla en uno o varios aspectos im­ portantes que aquellos otros en que acierta plenamente. que se han potenciado mutuamente. brinda asimismo al nuevo niño las primeras ocasiones para que s m íifiest el instinto social en todas sus múltiples fa* cetas. Al mismo tiempo. Es frecuen­ te que ambos padres trabajen y deban estar mucho tiempo fuera del hogar y lejos de los hijos (l). en aras de una igualdad conyugal m al enten­ dida. Un hogar existe sólo el sábado por la noche y el domingo. Véase cuán de acuerdo con lo anterior se encuentra lo que dice Hentig: "Con la energía y la atención que los hombres y mujeres han de consagrar a su trabajo. idéntico papel en el hogar. pp. Aquella casa. con el fin de aumentar las entradas de su marido. se ha extendido hasta convertirse en un problema social de prim er orden. sino en las calles. c) El divorcio. el cuadro general suele complicarse mucho con la aparición de padrastros y madras­ tras en vida del progenitor por naturaleza. p o r tanto. no sólo en las escuelas. el núm ero de problemas sobre los cuales pueden presentarse divergencias entre los esposos. se privan de aquellas reservas de poten­ cialidad nerviosa que se requieren para la vida común y la fe­ licidad cuando vuelven por la noche al hogar. los miembros de la familia pasan cada vez menos tiem­ po juntos sobre todo porque las actividades de cada uno se desa­ rrollan dentro de horarios que divergen de los ajenos. b) La vigilancia educativa de los padres sobre los hijos se ha relajado. se emplea también en una fábrica. 293 . \Q u é que­ da entonces. con lo cual muchas familias lle­ gan a carecer de verdadero jefe. Todo el resto de la se­ mana es una casa de alojamiento: el contacto real entre el ma­ rido y la mujer. d) Los niños pasan mucho tiempo fuera del hogar.de la vida familiar? ¿Qué atractivos puede ofrecer ese hogar a los hijos?” (Discurso de Pío XII a las mujeres ca­ tólicas italianas). es mucho mayor que antaño. entre padres e hijos se reduce a los cortos en­ cuentros de personas nerviosas.294). lo que era fácil de prever desde un comienzo. que si bien fue instituido con el pretexto de que serviría de remedio sólo a situaciones extremas y. impacientes y agotadas que con­ sideran al hogar solamente como una posada gratuita" (Crimi­ nología. con la agravante de que existen corrientemente sentimientos de re­ pulsión hacia uno de los padres o hacia ambos. desaliñada y reducida quizá. sin consideración por los hijos. mucho menos para la oración en común. dejando abando­ nada la casa durante la ausencia. — 227 — . Escasamente lle­ gan a encontrarse juntos para la comida o el' descanso después del trabajo. a horas diversas. Ge­ neralmente el divorcio adviene por puro interés de los padres. raras. El resultado es la aparición de niños que. se toma aún más miserable por falta de cuida­ dos. los clubes y los centros de re­ (1) "He aquí que una mujer. pueden ser asimilados a los huérfanos. Los miembros de la familia trabajan separadamente en los cuatro confines de la ciudad.cerles desempeñar. para fines prácticos. lo corriente es que el su­ pèrstite esté obligado a trabajar y descuide a sus hijos. sobre todo mise­ ria. La inexistencia de un hogar digno de tal nombre suele ocasionar la fuga de los hijoB. por las razones apuntadas — que no son todas sino las principales de las que podrían enumerarse— que la fami­ lia está lejos de reunir siempre las condiciones necesarias para cumplir su función socializadora. en momentos en que el joven carece aún de ca­ pacidad y madurez para conducirse solo. i) A veces no se trata sólo de que los padres sean incapaces de educar debidamente.creo. comprensión. h) Las generaciones de huérfanos de uno o ambos padres.. sólo en la minoría de los casos lat face las necesidades de los niños. cariño. Vemos pues. 0 Malas condiciones materiales del hogar. lo que sucede principalmente cuando. el niño o joven se inicia tempranamente en el trabajo. Si han fa­ llecido ambos. una educación mala. frecuentemente sin la necesaria vigilancia. ropa y habitación. Las últimas guerras —monstruosas en cuanto al número de bajas— han incremen­ tado la cantidad de huérfanos. ella exige un conocimiento algo más que instintivo de la na­ turaleza. g) Impreparación de los padres para cumplir lá tarea educa­ tiva. Cuando ha fallecido sólo uno de éstos. Concluye frecuentemen­ te por ser víctima de influencias perjudiciales tanto más posibles si cuenta con dinero disponible. necesidades e ideales del niño y del joven. el niño de­ bería contar con el aliento necesario para formar su propia per­ — 228 — . etc. el destino es la calle o la institución especializada en que falta el calor'auténticamente familiar. sino que ellos son inmorales y que su in­ moralidad se transmite a los hijos. fuera de que debe darle un estado personal socialmente aceptable. e) Los hijos se emancipan prematuramente. la mayor par­ te de los padres parecen creerse naturalmente dotados para edu­ car a sus hijos y poco se preocupan de estudiar y prepararse para hacerlo. necesidades qu¿ no son ex­ clusivamente las de alimentación. En el seno del hogar. como resultado de urgencias económicas. el de hijo legítimo que le proporciona satisfacción interna y valentía para encarar muchas situaciones extemas y elimina una fuente de pro­ bable vergüenza e inferioridad. La inde­ pendencia económica así conseguida se convierte pronto — y la ma­ yoría _de las veces sin oposición de los padres— en independencia en otros sentidos. suele ser el resultado. suciedad y estrechez que provocan promiscuidad e impulsan hacia la calle a los niños. directa o indirectamente. consejo. sino de segu­ ridad psíquica. pese a la óp­ tima voluntad e intención de los padres. todos ellos hijos únicos: (2) Principies of Crtmlnolocy. quien ha estudiado las repercusiones que tiene el des­ plazamiento afectivo de los padres. teniendo que trabajar pronto para contribuir al sostenimiento del hogar y hasta a los estudios de sus menores. al nacer un hermano. — 229 — . fuera de que. más importantes que las biológicas. pág. sobre la psique del primogé­ nito. O RD EN DE NACIM IENTO Y S E X O DE L O S HIJOS . b) EL H IJO UNICO. a) EL PRIM OGENITO. He aquí un cuadro sobre jóvenes delincuentes y no delin­ cuentes. están la inferioridad biológica de los padres. Las razones para la mayor delincuencia. es en tal ambiente familiar donde el primogénito ha de moverse. cuando de la situación de preferido se pasa a otra secundaria. Adler. no es raro que el primogénito sea sacrificado por sus hermanos. en mayor proporción que los her­ manos que le siguen. 3. sobre todo. el prim er parto es el más difícil y dañino para el nuevo ser.— NUMERO. Entre las primeras. son tanto de tipo biológico. que frecuentemente el hogar.— Estadísticas antiguas ya mostra­ ban que el hijo primogénito es mucho más delincuente que sus hermanos que le siguen. Ruede agregarse. Además. suele ser menos estable no sólo por la menor com­ penetración entre los padres — que se hallan aún en plena etapa de ajuste y comprensión— sino también porqué la situación eco­ nómica suele ser más incierta. en general. durante sus primeros años. como social. ya no demuestran una mayor proclividad delictiva tan acusada en el primogénito (2).— En general. Las causas de inferioridad psíquica y social son en general. consecuencia de la inmadurez sexual. Entre las razones sociales — cuyas consecuencias se ligan más directamenté con lo psíquico— se citan las siguientes: falta de experien­ cia educativa de los padres. la delincuencia del hijo único es proporcionalmente mayor que la de los niños que tienen hermanos. mimos exagerados que debilitan la personalidad del niño. Ha sido. 150. si bien apuntan en el mismo sentido. celos.sonalidad y crearse un sentido de responsabilidad y la capacidad de obrar por propia iniciativa. sin embargo. no todos los datos apuntan en esa direc­ ción.— Ingresamos a tratar el problema estrictamente cri­ minológico. según se admite corrientemente. pero Sutherland hace notar que las es­ tadísticas modernas. . si no el hijo único en el momento de la investigación. cit. ob. Y es que la mayor proclividad criminal del hijo úni­ co. Burt.5 15.5 (J) Quizá paite de las discrepancias pueda explicarse porque mientras unoa toman en cuenta sólo a los hijos materialmente úni­ cos —hay uno solo en la familia— Burt incluye a aquellos que psíquicamente pueden ser considerados únicos. 301. A menudo. clt.4 7. se crean así reacciones compensatorias inferiores con las cuales se pretenden alcanzar el objeto deseado. lo ha sido durante sus primeros años. O bien él puede ser el hijo úni­ co en otro sentido: es el más joven de una familia y todos los otros retoños de sus padres han crecido y no son ya niños” . La atención de los padres se concentra sobre un hijo.NUEVA YORK Y LONDRES Nueva York (SlawsonBurdge) Londres (Burt) Muchachos d d k m n ta Muchacho* no delincuentes % % 4. que el delincuente es el hijo único de la familia. de inicia­ tiva y no prepara para la vida rtida y combativa del adulto. ci­ tado por Hentig. (4) “Es sorprendente advertir. para explicar esa ma­ yor proclividad deberán tomarse en cuenta varios de los factores que valen para el primogénito con la agravante de que los mimos y la solicitud excesiva se prolongan por más tiempo.1 2. Las razones recién anotadas destacan que. — 230 — . en cuanto toca só­ lo a las relaciones e influencias familiares. el presupuesto no debe ser repartido entre muchos. Es corriente que la situación de los hogares en que se da el hijo único. pág. pero aún en el caso de que se trate de familias modestas. reiteradamente. La existencia de grupos de control da valor a las conclusio­ nes de Burt. sea económicamente más firme — el hijo único no es precisamente característico de las familias pobres— . difícilmente puede ser puesta en duda. loe. causa falta de virilidad. lo que for­ ma una tendencia al capricho. el ser hijo único cons­ (3) Hentig. es el mayor y sus hermanos y hermanas son agregados posteriores y todavía menudos. aunque de hecho tengan hermanos (4). pág. o por lo menos igual. ante los cuales aquéllos se hubieren presentado por inconductas. no los envían a reformatorios u otras instituciones. más frecuente* mente que los otros. pese al contrapeso constituido por la buena situación económica (*). 140. He aquí un cuadro comparativo: “MUCHACHOS DELINCUENTES Y MUCHACHOS DE NUEVA YORK.2* (•) Las cifras anteriores parecen .4 46. muestran ma­ yor delincuencia que los hijos que integran hogares pequeños.6 37. sin embargo Reckles no las acepta de manera terminante y considera que tie­ nen algunos puntos aún discutibles (7). y Tappan: Juvenil Delinquency. empleados % % 4. muchas anomalías mentales se dan preponderantemente en hijos únicos. ctt. se realizan tomando en cuenta la población de los reformatorios. provienen de familias en buena posición eco­ nómica. las sentencias del juez de menores tienen que tom ar en cuen­ ta el hecho de que el presupuesto familiar esté o no recargado.. 224. de manera na­ tural. loe. Con lo cual. pág. (6) Hentig. Muchas de las estadísticas que sirven de base a las conclu­ siones a este respecto. d t. pág.— En general. (7) Criminal Behavtor. ahora bien: los hijos únicos.5 7.6 13. POR MAGNITUD DE FAM ILIA Número de hijos en la familia » 1 2 3— 4 5— 7 8 y más Muchachos delincuentes Muchachos del Estado de Nueva York. indiscutibles. c) LA FAMILIA NUMEROSA. 300. Hentig.1 12.tituye una desventaja: como que lleva a delincuencia mayor. los hijos de familias numerosas. parte de la criminalidad de los hijos únicos escapa a las estadísticas .9 7. que la de vari« germanos.8 9. ob. v. por lo que los jueces. y más cuanto más numerosas. (5) Y no se trata sólo de delincuencia.6 25. sino que los devuelven a los pacfats.3 33. — 231 — . — Es un hecho que los varones dan. las virtudes de la misma resaltan cuando los estudios se realizan sobre familias campesinas o de poblaciones pequeñas. en Reckless. al que los hijos pueden acogerse en busca de cariño (8) Ibídern. como elemento conservador. De ahí que no llame la atención que Sletto haya podido compro­ bar que cuando una sola mujer es educada entre varios herma­ nos varones la delincuencia de aquélla es mayor que la de las mu­ chachas que tienen hermanas. como factor de disciplina y como sostén económico. el hogar debe constar de padre y madre. la familia numerosa suele verse ante varias des­ ventajas. 224 . sobre todo de tipo económico. loe. esencialmen­ te hogareño. 4. mayor delincuencia que las mujeres. Sin embargo.21% . (9) Léauté: Criminologie et Science Pénitenclaire. d) SEXO DE LOS HIJOS. cit. en ellos. pp. debería dar menos delincuencia. preci­ samente por serlo. Además. ambos padres se ven obligados a trabajar. — 232 — .— EL H O G A R DESHECHO . ob. por lo que descuidan la vigilancia y educación de los hijos. donde mu­ chas de las deficiencias anotadas no se dan. debido al número de bocas que hay que satisfacer. parecería que la mujer. la segunda. La familia es una unidad no bien cohesionada y. han demostrado que las personas pertenecientes a familias con cinco o más hijos constituyen el 5. consiguientemente. ^p. el hogar suele sufrir de muchas deficien­ cias materiales. Recientes estudios franceses. la familia nu­ merosa se da sobre todo en sectores modestos o pobres. por todo lo cual el hijo vive en la calle.564. brinda un ambiente más amplio de socializa­ ción y. por lo menos tan agu­ damente (*). en aqué­ llas condiciones. 563 . La contraria — disminución de la delincuencia masculina si hay un solo varón entre varias mujeres— no se ha demostrado (I01. En efecto. al menos idealmente.De un modo teórico. parece que la familia numerosa.32% de la po­ blación general.226.6% y el 40. el 45. (10) Puede verse un buen resumen de los excelentes estudios de Sletto.— Para cumplir su función socializado». pero.. es decir. la delincuencia prov^‘ niente de las familias numerosas es de ocho a nueve veces mayor que la que proviene de familias menores (9). por razones de angustia económica. Pero en la realidad. sobre población de detenidos en Estrasburgo. que fácilmente se dispersa. d t. en términos generales. en los dos grupos de delincuentes analiza­ dos. asimilara la mayor proclividad delictiva mascu­ lina. los niños se ven obligados a iniciarse tempranamente en el trabajo. el prime­ ro. quie­ nes. pág. (12) Young Offenders.7% de los delin­ cuentes eran ilegítimos.8% . la primera.5 Entre los no deltncnentes por ciento de Ilegitimo* 2.Saunders.5 1. los estudios no han alcanzado el nivel de precisión de los primeros. — 233 — . Si bien hemos de hablar aquí fundamentalmente del hogar deshecho — lo que implica que en algún momento él existió— hemos de incluir también los casos en que el niño proviene de un hogar que nunca llegó a formarse dentro de los moldes socialmen­ te aceptables. los porcentajes correspondientes eran del 5. Pero los que resultan socialmente más perjudicados y son más impulsados al delito por la situación irregular. el 3.. Burt ha logrado establecer las siguientes cifras comparativas: Entre los delincuentes por ciento de Ilegítimos Hombres Mujeres 6. Hentig.5 9. en relación con la madre y sus parientes. los ilegítimos sólo llegaban al 0. Entonces la influencia nociva se deja sentir sobre todo en el campo de la delincuencia infantil y juvenil aunque no deben des­ cartarse tampoco las repercusiones en la delincuencia de adultos. ob. pueden recurrir al aborto o al infantici­ dio. entre todas. dt.y de comprensión. Las razones que pueden explicar estas diferencias numéricas son múltiples. pág. son los hijos. en tal condición se encuentran los hijos ilegítimos.1% para los delincuentes y el 2. la capacidad edu­ cativa del hogar queda deteriorada. Si alguno de los padres falta. para poblacio­ nes provinciales^ de aquel país. mientras en la población normal (grupo de control). 97.5% para los grupos de control (u ). En primer lugar. se halla en la escasa capa­ cidad educativa que poseen hogares en que las relaciones son anor­ (11) Cit. En Londres. 352. para evitar complicaciones futuras y el peso de una carga fre­ cuentemente indeseada. Mannheim y Rhodes sobre la delincuencia infantil y juvenil en Inglaterra se contienen otros datos igualmente probatorios. a veces resulta complicado también el amante.0 (») En el estudio de C arr. Pero en los casos de éstos. El problema de la ilegitimidad tiene relevancia criminológi­ ca. pues los niños nacen dañados por maniobras abortivas fracasadas que intentaron las madres. lo aparta de ciertos círculos y reduce sus posibilidades para alcanzar un alto nivel cultural y social. por eso. desequilibrio emocional y aun biológico. Fuera de que suelen darse casos de inferioridad biológica.— Esta si­ tuación se traduce en falta de cariño y de disciplina familiares. En cuanto al hogar que alguna vez existió debidamente cons­ tituido para disgregarse luego. pueden darse tres situaciones dis­ tintas» según la razón que llevó al rompimiento. mayor delincuencia que los no huérfanos.. Lugar preponderante tiene la censura social que deprime al niño. pero frecuentemente ocasiona una reacción de repudio de parte de él hacia sus padres. a ser indiferentes contra las críticas y a aceptar como molde de con­ ducta el de sus padres. Sin embargo. con lo cual aún la escasa influencia que ellos podrían ejercer se esfuma. el ambiente hogareño es inmoral aun después del nacimiento del hijo. la destrucción del hogar ocasiona el que los huérfanos den. Las estadísticas tienden a demostrar que la desaparición del padre es — 234 — . sino que también puede tener un fundamento estrictamente mo­ ral: por ejemplo cuando el niño adquiere una conciencia moral estricta — y exacerbada por el conocimiento de su origen— que comienza por censurar la inconducta de los padres y termina por provocar graves tensiones internas. aunque allí se predique la virtud. los hijos ilegítimos suelen ser muy proclives a tenerlos de la misma categoría. etc. la madre generalmente trabaja para sostener al hijo. crisis económica. el niño no la asimila porque es más arrastrado por la fuerza de los he­ chos. así. esta reacción crítica no resulta sólo como consecuencia de las dificultades materiales que se oponen a los hijos ilegítimos. frecuentemente. que dificulta el formar luego un hogar legí­ timo o. es también co­ rriente que los niños concluyan por adaptarse a su situación. se ve obligada a disminuir sus pre­ tensiones matrimoniales. Como los padres no atienden debidamente a las necesidades de los niños. tal situación puede quedarse en la depresión que el niño sufre. por lo menos. • a) MUERTE DE UNO O DE AMBOS PADRES. por lo cual lo descuida. esta causa en sí no comporta vergüenza para los hijos. la ausencia del pa­ dre — usual en los casos de ilegitimidad— mengua la capacidad m oralizado» hogareña.males. de manera general. éstos se ven obligados a iniciarse prematuramente en el trabajo. por el hecho de serlo. el formarlo con las condiciones que se lo­ grarían si no existiera la prueba de una culpa pasada: la madre soltera. muchas veces ella se conduce con su hijo como con un ser indeseado. Podrían aún agregarse otras razones. Sin embar­ go. el factor orden y disciplina. pero también puede deberse a causas ajenas a la vida intrahogareña. el abandono ocasiona ver­ güenza. en sus estudios q u e envolvie­ ron a 7. — 235 — .218. 152. CThninotogy and Peaology. que los delincuentes provenientes de hogares deshechos llegaban del 36% al 54% del total. c) EL DIVORCIO. en épocas de crisis. el 45% provenía de hogares deshechos mientraa que esta circunstancia sólo se daba en el 19% de los escola­ res que fueron tomados como grupo de control (14). se crea un ambiente de odio y resentimientos entre los pa­ dres y entre éstos y los hijos.— Esta separación legal en vida de los cónyuges ha sido justamente acusada d< provocar gran cantidad de delitos. en­ tre los delincuentes. Sin embargo. pues es lo común que sean los in­ tereses de éstos y no los de aquéllos los que determinen la sepa­ ración. también debe considerarse que el padre representa en el hogar. ha sido puesta en evidencia por varios estudios. el padre se traslada a algún lugar lejano en busca de trabajo y no logra — o termina por. Slawson demostró que. pág.— El hecho puede ser vo­ luntario. Corrientemente. debiendo la madre trabajar por lo que descuida a los hijos (u). como caso especialmente im­ portante por sus repercusiones psíquicas. pp. también son causas de deserción involuntaria. Bartfes y Teeters: New Hortz+iu la Criminó­ lo*y. la influencia que él tiene en la criminalidad especialmente infantil y juvenil. las levas de guerra y. En todos los casos anteriores puede hablarse de hogar deshe­ cho. madrastras e hijastros. con ciertas divergencias según los autores. la reclusión en hospita­ les. así sucede cuando.278 escolares y 1. Shaw y McKay. más que la ma­ dre. causas que. 216 . eso puede deberse a que la m uerte del padre priva al hogar de sostén económico. el servicio m ilitar obligatorio. Gillin.675 delincuentes. los hijos tienen conciencia de~lo poco que significan para los padres. aumentan los problemas familiares y las tensiones emocionales infantiles y juveniles. odios familiares y resentimientos. Fuera de las consecuencias que antes se anotaron al tratar de la orfandad. hallaron hogares des­ (13) V. b) ABANDONO O DESERCION. a ve­ ces.más perjudicial que la de la madre. Como no es raro que se formen nue­ vos hogares pQr los divorciados las relaciones entre padrastros. son irresistibles. Estos muestran.no querer— que su familia se le reúna. como cuando resulta de la falta de comprensión entre los padres y la vida familiar se tom a intolerable. mientras sólo el 25% de los niños no de­ lincuentes provehían de tales hogares. manicomios y cárceles. (14) Para estos datos. La variedad de casos particulares.18 que es sumamente baja sobre todo compa­ rándola con las establecidas por otros autores. Si del nuevo matri­ monio nacen otros hijos. según ade­ lantamos más arriba. a quien los niños y jóvenes consideran un intruso y hacia quien se ven predispuestos a adoptar actitudes de resistencia que son fuen­ tes de disgustos inclusive entre los cónyuges. ya las expe­ riencias vividas sobre todo a consecuencia de la crisis familiar sus­ citada por la última guerra han confirmado de manera incontras­ table lo mucho que la familia pesa en la determinación de las con­ ductas antisociales de los niños y jóvenes. 25S 284. respeto y acatamiento a un extraño. desprecio entre los propios cónyuges a los que pue■den conducir a delitos sobre todo contra las personas. Es evidente que el hogar deshecho origina contraposiciones. Los problemas del hogar deshecho se complican. cuando aquél se reconstituye por medio de matrimonio posterior con otra persona. las tensiones apuntadas tienen importancia cri­ minal y tanto más grave si el nuevo matrimonio subsigue a un di­ vorcio y el padre o madre según la naturaleza aún vive. éstas pueden aumentar o disminuir los resulta­ dos de las influencias estrictamente familiares. empero.hechos en la proporción de 36. y para evitar exageraciones unilaterales. pp. habrá que tomar en cuenta factores biológicos y psíquicos — por ejemplo. la situación se complica aún más. bien es verdad que se han formulado serias críticas a Shaw y McKay principalmente en cuanto al método de investigación utilizado (15). — 236 — . surgen problemas para los pa­ dres. pero la ma­ yor importancia comprobada de estas irregularidades se da en la delincuencia infantil y juvenil. pues se debe prestar obediencia. De cualquier manera. celos. Barnes y Teeters. la naturaleza de cada niño— así como la forma en que actúan otras agencias sociales de con­ trol y educación.5% . (15) Shaw y McKay: Social Factor» in Juvenil Delinquency. respectivamente. De cualquier modo. loc. odios. cit. sobre todo como emergencia de las tensiones internas que se provocan. Lo anterior no tiende a desconocer la importancia dft estas influencias sino a colocarlas en su verdadero lugar. En tales casos. con una razón de 1 a 1. en vista de preferencias y pretericiones — reales o imaginarias— en­ tre los grupos de hermanastros.— Para las criti cas. tomo U del Report an the Causes of Crime. acer­ ca de si uno u otra provoca mayores dificultades hogareñas.1% y 42. ha tor­ nado difícil el establecer generalizaciones con base aceptable. pero también entre los hijos que experimentan celos entre sí. parece que la presencia del padrastro es menos perjudicial que la de la ma­ drastra. la importancia de estos factores puede ser deducida del hecho de que Healy y Bronner (w) hallaron en los delincuentes comparados con los no delin­ cuentes las siguientes proporciones: sentimientos de inferioridad. El alza de nivel cultural de generación a generación lleva en no raros casos a las mismas consecuencias. a quienes desprecian o desobedecen. cuando existen con­ flictos de cultura que dificultan la comprensión entre los miem­ bros de la familia: los hijos tienen mayor cultura que los padres. por ejemplo. que ocasionan odios y resentimientos en los hi­ (16) Eleanor y Sheldon Glueck: Later Criminal Careers. del problema constituido por los hogares psicológicamen­ te deshechos. 38 a 4. e! hogar debe estar no sólo material sino también espiritualmente integrado. pig. Tan extremas discre­ pancias no suelen darse con frecuencia en países en que la inmi­ gración es poco numerosa. 3 . celo i contra el progenitor del mismo sexo a causa de la intimidad que goza en relación con su cónyuge (si bien la situación no se presen­ ta en tantos casos como pretende el psicoanálisis. sus ideales n su naturaleza de donde surgen continuas discrepancias. quienes a veces difieren de sus progenito­ res inclusive por el idioma. no puede dejar de reconocerse que el problema se da en ciertos niños).abandono del hogar por los niños Otras veces el hogar se convierte en fuente de emociones que llevan directa o indirectamente al delito. el alcoholis­ mo compensatorio. 91 a 13. hiperactividad.— Para cum­ plir su función socializadora. La situación se presenta. se ha explicado en buena parte por la falta de concordan­ cia entre padres e hijos. Las tensiones emocionales pueden deberse a dis­ tintas causas: sentimientos de celos por las preferencias o prete­ riciones de unos hermanos en relación con oíros.— HOG ARES N O BIEN IN TE G R A D O S. las riñas entre los padres. perturbaciones emocionales gene­ rales. la gran delincuencia de los hijos de inmigrantes en los Estados Unidos. dos veces y media más hijos de inmigrantes que en la población normal (l6). los Glueck encontraron t'ntre los jóve­ nes delincuentes que estudiaron. (17) Citados por Taft: Criminology. — 237 — . la labor educativa sufre de deficiencias. 144. 46 a 0. por eso últimamente se tiende cada vez más a tratar extensamente en las obras de Crimi­ nología.4. el divorcio.5. Estas condiciones provocan la deserción. los atentados personales contra el cónyuge al que no se puede soportar y e!. los matrimonios se realizan entre personas sumamente dispares por su cultura. Cuando esto no sucede. pp. Por ejem­ plo. reacciones de venganzas contra injusticias paternas reales o imaginarias. los padres deberían comprender y aconsejar en todos los casos.147.— Cuando tratábamos el te­ ma de las familias criminales. combustible. pp. etc. otro 30% de las familias tenían miembros que. cit„ p&g. no habían sido registrados por una razón u otra ("). Es particularmente significativo desde el punto de vista criminológico. pues ella trae por conse­ cuencia la suciedad y la incomodidad. Las investi­ gaciones modernas han probado plenamente la importancia del contagio de conductas delictivas. La pobreza puede traer por resultado la pérdida de la auto­ ridad del padre. sino que también puede proceder de los hermanos. ha­ llaron que los delincuentes provenían de familias de las cuales el cincuenta por ciento tenían registros criminales. contagio que no sólo proviene de los padres. (19) Ob. abandonando total o casi totalmente a los niños durante ciertos períodos de tiempo. ocasionan robos y hur­ tos de alimento. (18) V. 3. aunque criminales. y que a veces lo son. p&g. (20) Ibfdem. ya hicimos notar la influencia que ejerce el hogar en que existe un ambiente delictivo. 78.— EL H O G A R CRIM IN AL . los ni­ ños y jóvenes provenían de hogares en que uno o ambos padres estaban prolongada o permanentemente ausentes del hogar (19). arrojan a los niños a las calles.jos. Finalmente. Sóbrela importancia de esta causa en la rein­ cidencia. luchan contra los ideales puritanos rígidamente predicados por la familia (l8).. amistades prematuras o indebidas. a veces la miseria aver­ güenza a los niños ante sus compañeros. en sus estudios sobre delincuencia juvenil. una familia ideal no sólo no debe ser fuente de tensiones emocionales. 140 . problemas sexuales. Las necesidades tom an irritables a todos. tales conflictos son provo­ cados por fracasos. Ibfdem. los niños no pueden ser alimentados ni medicados adecuadamente ni encuentran oportuni­ dades de sana diversión. el cuadro de la p&g. de otro modo. causan promiscuidad en la vivienda. inclinaciones que el niño considera pecaminosas. el niño y el joven buscan confidentes y consejeros extrahogareños que sólo excepcionalmente tienen la ca­ pacidad intelectual y moral para desempeñar adecuadamente ta­ les papeles. v. Los Glueck. Los Glueck com­ probaron que en el 60% de los casos por ellos estudiados. sino que debe constituir un ambiente de confianza en que el niño y el joven hallen ayuda y guía ante los conflictos provocados fuera del hogar. el hecho de que la pobreza obligue a ambos padres a trabajar. ropa. frecuentemente inclinados a tomar parte por el progenitor más débil. — 238 — . 6. encargado de sostener económicamente al hogar. 3. también hay que tom ar en cuenta las acti­ tudes meramente antisociales. en el 10% . los castigos no enderezan lo torcido sino que sólo logran deprimir la personalidad infantil y juvenil. ob. bajo un régimen de este tipo. demasiado estricta o en que. jefe del FBI y que conoce de cerca a los criminales. de delincuentes a no delincuentes. tuvo razón al escribir: “Si tuviera que catalogar a los que considero los contribuidores actuales más grandes de nues­ tros crecientes anales del crimen. Burt encontró que en el 25% de los delincuentes juveniles ingleses por éj estudiados. existía el antecedente de disciplina ho­ gareña laxa. ob.por Hentig.— INDISCIPLINA FAMILIAR. como el alcoholismo. la demasiada condescenden­ cia. no se crea el sentido de la iniciativa ni se for­ ma para la lucha leal y dura. son igualmente importantes las circuns­ tancias cuando el hogar ofrece ejemplos que el niño y el joven.. pág. Tampoco se trata sólo de los casos en que se enseña o imita el delito en sí mismo. 158. para escapar (21) Cit. forman en el niño un carácter caprichoso que tiende a satis­ facer sus deseos por medios compensatorios derivados y critica­ bles. cuando no a sus instintos ciegos. Por el otro lado. cit.No se trata sólo de aquellos casos en que_el delito es produc­ to de enseñanza expresa. etc. la disciplina exagerada incrementa el natu­ ral sentimiento de inferioridad de los niños. lisa y llanamente. la laxitud prepara casi seguros fracasados para la vida juvenil y adul­ ta.por Gillin. cit. en lo tocante a disciplina demasiado laxa o rígida (1Z). la mendicidad..— La disciplina familiar adecuada está lejos de ser la regla. pues carece de la virilidad suficiente para buscarlos a través de las dificultades presentadas por la vida social normal. La relación era de cinco a uno. 25. el hijo. Por eso. pág. (23) El Crimen en los Estados Unidos. al permitir que desde temprana edad los niños triunfen en sus deseos usando medios poco viriles. temo que honradamente me ve­ ría obligado a ^censurar la excesiva indulgencia paterna” (“ ). los padres se atie­ nen a su leal saber y entender. La vo­ luntad se debilita. la prostitu­ ción. de disciplina demasiado estricta (21). por sus particulares caracteres psicológicos. p&g. no existe ningún tipo deter­ minado de disciplina. Edgar Hoover. (22) Cit. — 239 — . pueden imitar fácil­ mente. 7. Las situaciones criminológicamente más interesantes se dan en los hogares en que la disciplina es demasiado laxa. 292. Los mayores perjuicios provocados por la laxitud son fáciles de explicar: ya vimos que los mimos. al imponerla. 2 53.4 0.. cit. en ios mismos supuestos estadísticos que el caso anterior.25 0.6 6.4 37.4 2. los resul­ tados son los siguientes: DELITO Salteras Casadas 0. ocho <j.52 0.66 0.fraude 4.4 (») . — 240 — 2.0 36. como se ve.9 1. Fugas.2 7.15 0. pro­ medios de los años 1933 . se han considerado sólo cinco. mendacidad. sino que cada miembro del hogar se comporta como mejor le parece.0 12. constituyen malos anteceden­ tes para la conducta futura.6 Homicidio Lesiones graves Violación Los otros delitos sexuales Hurto Robo con escalo Robo Desfalco .8 Viudos Divorciados 11.5 0. a mentir o a huir de la casa.7 2.326. delitos cometidos por varones: DELITO Solteros Casados 10.9 Se han tomado en cuenta. corrección ni consejo.9 61. Hentig trae las siguientes estadísticas de Estados Unidos.1936.7 4. la labor educativa familia^ es nula cuando no exis­ ten exigencias de ningún tipo.de los castigos provocados por sus faltas — o por conductas que los padres incomprensivos califican de tales— se ve obligado a fingir-. hipocresía.9 13.5 3.3 6.9 3.75 3.69 0.2 26. que son resulta­ do de los regímenes draconianos. 324 .4 13.99 2.9 11. pp. etc.63 (24) Ob.31 U 0.9 11.9 12.8 18.— EL E STAD O C IV IL . 8.2 65. por 100. Por fin.21 0. para la delincuencia femenina.3 6.5 8. odios y re­ sentimientos contra los padres.33 3.1 0.— Se ha intentado también deter­ minar la importancia que el estado civil pueda tener en la delin­ cuencia.9 17.5 3.5 3.4 4. tifos tipos.95 Homicidios Lesiones graves Hurto Desfalco .46 0.0 6.14 0. sin vigilancia.fraude Otros delitos sexuales Viadas Divorciadas 1.000 de las admisiones penales de cada grupo. se reproducen sólo los totales.13 2.. es pre­ ciso tomar en cuenta que su mayor delincuencia puede deberse a la falla vital implícita en la disolución matrimonial. tales los casos de anomalías mentales o de fallas en el carácter y la capacidad'social. sobre todo a la divorciada. Por ejemplo. fuera del mero estado civil. por lo cual estas implicaciones deberían ser tomadas en con­ sideración. deberían empujarlo más. sobre todo a delitos contra la propiedad. En la viudez desempeña papel importante la ruptura vital que se produce.Los datos proporcionados por Sutherland (u ) tienden a de­ mostrar la misma situación. Las excepciones que se dan p a n ciertas épocas no son suficientes para anular la tendencia general mostrada por las cifras arriba reproducidas. — 241 — . allí las cifras demuestran que los divorciados de ambos sexos se inclinan a las anormalidades men­ tales y al suicidio con mucha mayor frecuencia que los casados y (25) Principies of Crlmlnolosy. cuando el fallecido es el marido que sostenía el hogar.155. .. no hay que descuidar el hecho de que el estado civil se combina con otras condiciones sobre todo de edad. la censura so­ cial. es claro que si un hombre o una mujer permanecen solteros a los cuarenta afios. La menor delincuencia del casado debe ser más tenida en cuenta porque se halla en condiciones de cometer . toda la familia. las urgencias económicas. para dar por resultado cierto tipo de conducta. muchas veces. En cuanto al divorciado. pp. será preciso estudiar aún otros datos que pueden explicar las cifras anteriores. relevadas por la obli­ gación de mantener a. pa­ ra explicar su delincuencia. resultan también graves consecuencias eco­ nómicas. De cualquier modo. se pueden sospechar otras causas. etc. 154 .más delitos pa­ ra él propios. Los números no cambian mucho si se hacen compara­ ciones por grupos de edades. Sin embargo. luego los solteros para darse la criminalidad más alta en los di­ vorciados. o a causas que preexistían al divorcio y que llevaron a éste y a la delincuencia. como datos de alta significación hay que tomar en cuenta aquellos de intemamientos en manicomios y de suicidio. siguen los viudos. Se ha hecho notar que la mayor pro­ porción de casados y menor de divorciados se da en las áreas ru­ rales. o sea q u e en la criminalidad general el porcentaje menor corresponde a los casados. como el abandono de familia o de mujer embaraza­ da y la bigamia. si bien en este cfiso las distandas son menores (“ ). ob. muestran que entre el 80% y el 90% de los maleantes viven en concubinato y cambian frecuentemente de pareja con lo cual se tenían los males de la ilegitimidad y el divorcio. El número de ellos es particularmente alto entre quienes son calificados de maleantes. que recaen continuamente en delitos y contravenciones. pp. Trabajos prácticos realizadas por alumnos de Crimino­ logía en los locales de detención policial de la ciudad de La Paz.solteros y aun que los viudos. (28) Pueden verse varias estadísticas en Hentig. hasta ser considerados habituales en el delito. — 242 — . clt. en lo que toca a los hijos. Generalmente se considera entre los soltaros a quienes viven en concubinato. 329. constituirían delitos.C A PIT U L O TERCERO LA R E L I G I O N 1. darles eficaz vigen­ cia. Sin embargo. Así se ha planteado el tema de la influencia de la religión en la criminalidad: si ésta ha aumentado de manera notable en los tiempos actuales. pueden reforzarse los frenos de origen externo: aum entar las leyes. 243 — . complementaria o supleto­ riamente. la de las otras disminuye. Entre ellas se mantiene tal equilibrio que cuando unas aumentan su fuerza.— R ELIG ION Y DELINCUENCIA. y. el fenómeno se debería a que la religiosidad ha disminuido paralelamente dejando al hombre sin frenos internos para sus malas inclinaciones.— Nadie está libre de sentir la tentación de llevar a cabo conductas que. Si se quiere evitar el delito. por ello. crear una fuerte opinión social. Las instancias represivas pueden derivar del temor que se tiene de la opinión ajena o del castigo de la ley humana — en ambos casos se trata de fuerzas que tienen un origen exterior al individuo— o de la mera conciencia moral y religiosa (en este último caso asociada cdR*él temor de un cq*tigo ultraterreno). de ser rea­ lizadas. por tanto. pero sin grandes resultados. la represión extem a ha tenido que aum entar correlativamente. entre el impulso inter­ no primitivo y su actualización externa se dan instancias repre­ sivas que evitan estos delitos. o. acrecentar las fuerzas morales y religiosas. por Barnes y Teeters: New Horizons in Criminology. Entre quienes piensan que la religión perjudica a la morali­ dad y conducta generales del hombre se hallan asimismo distintos científicos. (2) V. como luego veremos. Las opiniones están 'divididas y se esgrimen variados argu­ mentos para sostenerlas. . 222. La preocupación religiosa interfiere. . Entre los que afirman la influencia beneficiosa de la religión se hallan. 201 .206. así. al que concurrió como delegado: “Un punto de vista fundamental en higiene mental. creemos.: Introducción a la Criminología. aumenta la introspec­ ción. con otras formas de actividad cortical. de los hechos que se descubran dependerá la posición que se tome.Este planteo de la cuestión ha hecho que. como lo prueban por el simple hecho de ir contra la corriente. decía en el pri­ m er Congreso Mundial de Higiene Mental. Pero obrar así. . la Criminología haya dedicado un capítulo a la religión. p. desde luego. de manera natural. en general. la de quienes piensan que contribuye a aumen­ tarla y la de quienes consideran que en realidad y de modo gene­ ral. debilita la psicoestabiliHad total del individuo. Por lo menos debemos consignar tres posiciones: la de quienes creen que la religión ayuda a disminuir la criminalidad. es una completa separación de la actividad religiosa y de la educación. no significa que de antemano se acepte el planteamiento propuesto líneas más arriba. pp. a las clases de cultura más ele­ vada. renombrado psiquiatra soviético. así eran también — agre­ ga— los primeros cristianos y de ahí su moral más alta (*). Simplemente se inclu­ ye un tema de estudio. interfiere el desa­ tollo del punto de vista realista de la vida. la religión es indiferente en el campo criminal. — 244 — . pero no sólo ellos. Bonger ha afinnado que los ateos son indi­ viduos más morales y menos delincuentes que los religiosos.A q u í comienza a ponerse en evidencia un punto de vista de primaria importancia: el valor de la convicción —fundamental so­ bre todo en lo religioso— frente a la actitud de seguir simplemen­ (1) Cit. sino toda una serie de investigadores provenientes de los más distintos campos de especialización. sobre todo basados en las doctrinas materialistas. sustituyendo el análisis crítico del ambiente por la f e . y ex­ plica tales características por dos razones fundamentales: 1) los irreligiosos pertenecen. los que la profesan y dirigen. según nuestra opinión. 2) son hombres de más carácter. ” (’)• Más claramente. el doctor Salkind. que al estudiar la influencia del estado eco­ nómico. sino también y princi­ palmente porque no podemos tomar como punto de partida las meras declaraciones de los delincuentes. podemos anotar ya a Garofalo. pp.te la corriente. pág. Rex Mursell. 222 . Tanto val­ dría. para bien o para mal. para él.170. 225. por cualquier motivo —como sucede con la religión— tu vii ran ventajas en falsearlo. Ahora podemos ingresar al estudio de temas especiales y a la crítica de los métodos que se han empleado.. 415 .421 y Le Crime.r Criminologia. (4) V. cree no haber hallado ninguna razón para pronunciarse en pro o en contra de la religión (6).r (8) V. (7) V. se dedican a asumir poses de extremis­ tas.r Ya Lotnbroso había hecho destacar estos aspectos. (6) Cit. el notable criminòlogo holan­ dés. Principle« of Criminology.: L'Homme Crimlnel. En cuanto a los que creen que la religiosidad es indiferente.177.: Id. que se traduce en una observancia religiosa pucft» mente ritualista (3). para var a ella convicciones morales. 162 . Id. por su lado. se muestran igualmente escépticos (7). en los autores de los delÜOf más graves.. pues es incapaz de reprimir las inclinaciones crimina* les instintivas (5). pp. entre otras las de ateos. entonces se tiene un verdadero y eficaz freno contra la delincuencia (4). por Barnes y Teeters: ob. por no poder destacarse en su grupo por nin­ guna cualidad especial. mientras su negación supondría fuerte y culta personalidad: tal suposición peca de simplista: hay muchos que. pp. 176 .225. Bames y Teeters. pp. quizá cegado por sus prejuicios. actitud que comparten con Suthov land (8) .. Bónger parece creer que sólo la religiosidad su­ pone sumisión a la corriente. favorables al delito: pero si se deja de lado el formuli so exagerado y se trabaja con la conciencia del individuo. que falsean la realidad (3) Sin embargo. para él la religión carece de in­ fluencia en los principales criminales. (5) V. es deleznable— edifica toda una construcción acerca de la im­ portancia de la religiosidad. por ejemplo. t( mero ritualismo conduce a deformaciones de fanatismo y supon* tición. p&g. clt. Por otra parte. cometió aqui un error me­ tódica de primer orden: el de creer que todo el que se dice reli­ gioso lo es. después de algunas investigada nes. 163. basta observar nuestra realidad pa­ ra comprobar eso. y no sólo porque ella se conjuga con otros facto­ res — como sucede con cada uno de éstos— y resulta tarea ímpro­ ba el aislarla de manera siquiera relativa. Pero con una ad* vertencia que desde ahora será preciso no olvidar: la investigación de la influencia ejercida por la religión tropieza con especialísi» mas dificultades. nos atuviéramos a las declaraciones de los interesados si. sobre esta base —que por motivos luego explicados. . — 245 — . 212 . entonces. aun en Estados Unidos se sigue cometiendo el error de basarse exclusivamente en declaraciones de los presos. donde se agregan aún otros datos. Pero tal opinión queda des­ cartada con los datos posteriores que buscaban distinguir entre la religiosidad declarada y la religiosidad practicada. Las estadísticas formadas por Kalmer y W eir — sacerdotes católicos estadounidenses— causan sorpresa en un prim er momen­ to. ctt. 212. etc. (10) Sin embargo. aque­ lla que se traduce en la observancia de algunos preceptos que de­ muestran la real adhesión religiosa (<0). citado por Barnes y Teeters.213. ellos comprobaron que mientras sólo el 40% de la población total de Estados Unidos se hallaba registrada como perteneciente a una religión. 222 . Los autores citados comprobaron que — dentro del sector que a ellos les interesaba especialmente— muchos que se declaraban católicos en realidad no lo eran. — 246 — . pero hasta ahora no se ha descu­ bierto un método que nos permita ingresar en la conciencia ajena.223. rebajas de pena. según fueran las creencias de quienes integra­ ban esas comisiones (12). una décima parte no había sido siquiera bautizada.. Taft: Crimi­ nology.en todo lo que les es favorable.— RE LIG IO SID A D DE LO S DELINCUENTES. (11) Para un resumen del estudio de Kalmer y Weir. la gran afiliación religiosa de los pena­ dos? Porque ése es un dato importante ante las comisiones que conceden indultos. Hay ciertos países en los cuales la posibilidad de error es grande. de esta manera parecería que la reli­ gión inclina a la mayor delincuencia. en el cual los presos cambiaban de afiliación religiosa. es decir. entre los penados el porcentaje de afiliación reli­ giosa se elevaba al 87% (9). de entre tales supuestos católi.— Uno de los medios más adecuados para descubrir las relaciones entre la religión y el delito consiste en investigar los porcentajes de per­ sonas religiosas que existen entre delincuentes y no delincuentes. v. Taft cita un caso comprobado.. otra dé­ cima parte no había recibido la primera comunión. Id. donde la afi­ liación es voluntaria y relativamente bien registrada. sino que habrá que averiguar cuá­ les son las convicciones íntimas. (12) V. más de un quinto no había recibido la confirmación. porque la afiliación religiosa se afirma automáticamente o por costumbre. libertad bajo palabra. 2. asi sucede en el estudio de Cantor. eos. (9) Datos estadísticos referentes a 1926. pp. pág. y el 95% no recibía los sacramentos en la proporción media de los católicos corrientes (")• ¿Por qué. Pero eso no sucede en Estados Unidos. cuatro quintos habían descuidado el cumplimiento del deber pascual inmediatamente an­ tes de ser encarcelados.: Id. ob. pp. estas tendencias delictivas es muy dudoso que dependan sólo de la afiliación reli­ giosa. los primeros viven en regiones más cercanas al ecuador y más montañosas. pág.El estudio de Kalmer y W eir. puede al fin ser interpretado en el sentido de que la religión es una fuerza que aparta del delito. el hecho de tener qu¿ manifestar actos frecuentemente vergonzosos. mientras los protestantes tienen una situación más elevada. en regiones llanas. inclinan más a la delincuencia. ti. la que. así se explicaría la mayor insanidad mental entre los protestantes. explican las mayores cifras de delin­ cuencia de protestantes. (15) Id. templadas y hasta frías. en los criminales. en Europa. los se* gundos. 203. se agrega. (13) V. por lo menos a ciertos tipos de delincuencia. Los Glueck. los católicos pertenecen predominan­ temente a naciones latinas. 14 ninguna. por otra parte. 50 desconocida (. mientras los protestantes pertenecen a naciones germanas.' por ser tales o cuales. una intermedia de los pro­ testantes y la menor de los judíos. porque se presenta sobre todo entre los católicos. cuando ella es realmente vivida y no meramen­ te declarada. pág. hace que la confe­ sión verbal se convierta en un freno. Sin embargo. en sus investigaciones sobre quinientos delin­ cuentes. como se ve. calificaron así la asistencia a la Iglesia: 39 regular (el día de obligación). principalmente por Aschaffen­ burg y Bonger (v. (14) Bonger. c lt.: Later Criminal Careen. Estudios realizados en Europa. 202. al privar de confidentes en quienes descargar el alma del culpable. notoriamente inferior a la propia de los fieles corrientes en Estados Unidos. en efecto.. ob. por la falta de confesión. pág. Esta asistencia es. de la carga del pecado: de ahí su mayor delincuencia. cuadros II (H) y III (15) tienden a demostrar la mayor delincuencia de los católicos. 3. sajonas y escandinavas. por su parte. 407 irregular (sólo de manera ocasional). El fenómeno de las familias numerosas toma así gran relieve. provoca la aparición de conflictos internos que pueden llevar a verdade­ ros desequilibrios psíquicos en que los resortes inhibitorios resul­ tán debilitados. Los protestantes arguyen que los católicos no tienen mayores escrúpulos en cometer delitos ya que la confesión los liberará en su momento.3). — 247 — . 266. Los católicos.— CR IM IN AL ID AD POR AFILIACION RELIG IO SA Hay que averiguar si algunos grupos religiosos. Los católicos abundan más en los sectores económicamente pobres. consideran delitos a actos que previamente no lo eran. basada en la paternidad de Dios y en la fraternidad de todos los hombres. influidas por las creencias religiosas. lo que no sucede con los protes­ tantes y judíos. todos fueron al fin arreglados amigablemente por mediación de enti­ dades —nacionales y religiosas— judias. el propio cristianismo puede dar lugar a que el número de delitos aumente. — 248 — . Los judíos forman allí la mayoría y no están sujetos a presiones del tipo de que histórica­ mente sufrieron. la que se ha hecho compacta y ceñida. el comercio y la banca.boliviana: de tres delitos de quiebra producidas en pocos meses del año 1947« y varios más de estafa. sobre todo los de menor monta.— FORMAS EN QUE LA R E L IG IO N PUEDE INFLUIR EN LA DELINCUENCIA . tan baja. La consecuencia se muestra en que Israel tiene una delincuencia similar a la de otros países desarrollados>tanto en la cantidad como en la distribución en tipos penales. 4. a través de algunos mecanismos in­ directos que pueden reducirse esencialmente a tres: "1*) Creación d e jorm as penales . El sentido de comunidad que se ha creado.— La religión occidental. etc. el número (16) Eso puede comprobarse en la colectividad israelita .£). La importancia de las razones anteriores puede comprobarse ante lo que sucede en el estado de Israel. por ejemplo sectas africanas e hin­ dúes que exigen sacrificios humanos.— Si las concepciones cultu­ rales de un momento dado. son resueltos amigablemente sin intervención de las autoridades (. en que quebrados y estafadores. no puede ser acusada por sí misma de causar la criminalidad. Se puede agregar que los grupos católicos cometen delitos de fácil descubrimiento y prueba. encubri­ miento. debido en parte a las persecuciones y a la in­ fluencia que conservan los rabinos. sobre todo en bancarrotas. Es usual que las minorías con fuerte personalidad de grupo y sujetas a presiones formen fácilmente este sentido de comuni­ dad. aún sobre los no creyentes. impide que mu­ chos delitos sean denunciados. estafas. En tal sentido. pero también querellantes y acreedores eran israelitas. suelen también mostrar un nivel moral superior al corriente en la comunidad en que viven. donde actúan más los protestantes y judíos. La criminalidad judía. señalan un alza en los delitos de estos gru pos. Sin embargo. puede explicarse por el he­ cho de que en ellos pesa mucho la comunidad. falsificaciones.' Tampoco debe descuidarse el tipo de vida y ocupaciones de los delincuentes. así. no es asimilable a otras religiones cuyas concepciones lle­ van a la comisión de delitos. pero no porque hubiera aumentado el número de actos criminales. en bue­ na parte se debe a lo que ya creían los españoles. el libro de Fernando Ortiz: Los Ne p o s Brujos — Hampa Afro . dos abispones (encargados de espiar y preparar el camino para los robos). De la religión malentendida resultan la superstición y el fanatismo. en intermediarios hacia El. Por ejemplo. Podemos pensar.. etc. y que. muertes y lesiones por celos confirmados por un adivino. Recuérdese. 168 . con todo esto.175). allí. a titulo demostrativo. sobre todo en circuios del hampa. deriva en prácticas de adivinanza. (17) (17) Los ejemplos que podrían citarse al respecto.Cabana. Monipodio. es interpretado en provecho propio de mil maneras. Muchos casos pueden ser consultados por el lector. Eso. entre otras cosas. en las pp. Por lo que a nosotros toca. en demonios. — 249 — . eran hombres de mucha verdad. teme­ rosos de Dios y de sus conciencias. admiran las deformaciones que ha alcanzado el catolicismo que.. aunque aquí la situación se ha complicado por las raras mezclas existentes de catolicismo y cultos primitivos de los indígenas. que dan lu­ gar por sí solos a la comisión de delito cuando las actividades dichas están definidas como criminales. etc. principalmente venganzas contra supuestos embrujadores. por ejemplo. y muy honrados. lo que trae esa deliciosa obra de Cervantes. mucho podría decirse. a veces. si hoy se declarara de­ lito la blasfemia o la inasistencia a misa los domingos. 2) La superstición . En la página 100 se expli­ ca la muerte de un niño para utilizar su cerebro en la curación de la esterilidad de una mujer. que cada dia oían misa con extraña devoción” . que no es propio sólo del hampa ni de los incultos. sobre todo la religión occidental que tiene bases teológicas generalmente fuera del alcance del común de los fieles. "Rinconete y Cortadillo". en otro caso.de delitos aumentará ya que nuevos campos de conducta son cu­ biertos por el derecho penal. en los casos en que la creen­ cia en un Ser Superior. sino porque los que antes eran pe­ nalmente irrelevantes se los califica de otra manera. a este propósito. son inacabables Véase.— La religión no es siempre bien enten­ dida por sus adeptos. etc. de datos acerca de los delincuentes de aquel tiempo y se verán cuántos puntos de contacto existen. una ladrona deja la ropa hurtada en su ca­ sa y va a eñcender un vela al santo de su devoción. brújenos. la muerte se da pa ra obtener algunas visceras con las cuales elaborar ungüentos mágicos (pp. jefe de la asociación dice de ellos que “era la gente de más o tanto provecho que había en su hermandad y que de todo aque­ llo que por su industria se hurtaba llevaban el quinto. 296 . como su Majestad en los tesoros. es seguro que habría más delincuentes. fuentes de numerosos delitos. son ancianos de buena y honrada presencia. se ^aducen en la muerte del embrujador. y de buena vida y fama.349 de la obra citada. fuera de delitos de otra índole. Acerca de esto de pedir ayuda al cielo para cometer algún desaguisado. Nada que hablar de los casos en que se consultan daños ya hechos por tal o cual brujo que. no puede convencer ni teóricamente a nadie. bajo ciertas cir­ cunstancias. el traslado del cuadro del Señor del Gran Poder a un templo más amplio. algunos años estuvo a punto de desencadenarse una sublevación porque se quiso trasladar momentáneamente la imagen de la Virgen de Copacabana has­ ta La Paz. constituye delito. en las bo­ rracheras que se desencadenan con el pretexto de festividades re­ ligiosas. se declara que el ejercicio de la religión. en que ha derivado una religión malentendida (18). pero no debemos alejamos de la realidad hasta el extremo de pensar que los hombres obran el bien sólo por el bien mismo. atropellar a policías y ocasionar algún he­ rido y decenas de contusos. sobre todo de tal o cual santo o imagen reputados por pa­ tronos o por milagrosos. miembros de la secta han sido arrestados. Hace. por lo que a nuestro país toca. la consistente en otorgar respeto y reconocer po­ der a imágenes por sí mismas.— M O R A L Y RE L IG IO N . esto sería lo ideal. motivó la “piadosa" reacción de los vecinos de la primera capilla. Por sus creencias se niegan a honrar los símbo­ los de la patria. el calificativo de criminales. con sus premios y sus castigos.Podemos pensar. a veces por decenas y la secta misma ha concluido por sufrir prohibiciones. allí suelen originarse muchos delitos de violencia. desde luego.— Con frecuencia. Aquélla servirá de freno en cuanto sea aceptada la religión h que se adjunta. Así. hoy están lejos de ser excepcionales. simple­ mente como emergencia de situaciones políticas que. sin miras a la recom­ pensa posterior de los actos. ceñida en sus propios límites. por desgra­ cia. Uno de los casos más recientes es el de los Testigos de Jehová en Argentina. por el contrario. cuánto peso tiene la idea del premio o castigo — terrenales o no— que la acción traerá por consecuencia. por lo demás. 5. El cumplimiento de su deber reli­ gioso acarrea así a los fieles. una moral por la moral. desprovista de toda relación con lo ultraterreno. — 250 — . 3) Ejercicio del Culto . la moral basada en la religión adquiere un ca­ rácter sagrado. sin relación alguna con sus consecuencias. Se sostiene que la moral debe ser cumplida por su propio vaior intrínseco. porque sería una moral (18) Por ejemplo. En consecuencia. Y en esta ciudad. La fuerza represiva de estos últimos disminuye en toda mo­ ral a la que se atribuye origen puramente secular. en los últimos tiempos. hasta el extremo de blandirse armas.— Todas las religiones se en­ cuentran estrechamente ligadas con tal o cual sistema de precep­ tos morales. la expe-' riencia nos demuestra. Tampoco dejan de tener ligazones con el delito ciertas creencias cercanas a la idolatría. de la conducta. la indiferencia con que se quiere m irar a los actos humanos en este aspecto. de hecho se presentan casos en que más deja de desear 18 conducta de algunos que se dicen religiosos que la de quienes se autocalifican de ateos. por tanto. Sin embargo. no es culpable y. puede observarse que el hombre verdaderamente religio­ so conserva aún en las peores circunstancias de la vida un destello de esperanza. ‘por la fe en este mundo y en los hechos naturales: la verdad teológica por la verdad científica. mientras puede perderla totalmente el que sólo se atiéne a la fría sucesión de los hechos: “un hombre religioso. y es culpa­ ble porque es libre dé elegir tal o cual tipo de conducta. — 251 — . sino un fata­ lismo cerrado. mientras el ag­ nóstico. El criminal es responsable porque es culpable. casi todas las religiones consideran que el hombre es libre y. sobre todo en los dos últimos siglos. de esta manera — se suele argüir— continúa fácilmente por el recto camino. porque conduce eventualmente al triunfo. 217. lio es imposible. Si en algún caso el hombre no obra libremente. Pero si la moral por la moral es difícil. como se suele decir. acobardado por la vida. se ha buscado sustituir la fe en Dios y en el m un­ do futuro. . si se in­ clinó más al mal que al bien. en resumidas cuentas. más ampliamente. puede convertirse en un criminal en el proceso resultante de una extrema desmoralización” (19). por tanto. Dentro de esta corriente. ob. esto es especialmente cier­ to del cristianismo. Las Iglesias.injusta. El tema cobra relieve para la Criminología. salvo sectas que aún sostienen la predestina­ ción. (20) Desde luego. el tema tiene también importancia en Criminologia ya que ésta. Kant ya lo vio sumamente claro y se'limitó a dar relieve a una evidencia ya com­ probada durante milenios por los pensadores más destacados. el catolicis­ mo llega inclusive a imponer el celibato de sus sacerdotes. en el caso de los nacimientos y las relaciones ilegitimas. condicionado por causas internas o extem as a{ agente (“ ). Desde el punto de vista de la responsabilidad personal. han insistido de manera permanente en los aspectos sexuales. una moral justa exige que se premie'« quien obró bien y se castigue al que obró mal superando. Esta teoría se opone radicalmente a aquella otra — lombrosiana o de deterninism o económico o. sobre todo cristianas. a causa de las concepcio­ (1») Taft. responsable de las actitudes que asume. pág. so­ cial en general— según la cual la libertad no existe. ctt. trata de determinar hasta dónde ciertas causas naturales pueden anular al libre albedrío —que nunca es absoluto— y empujar hacia el delito con mayor o menor intensidad y eficacia. debe sufrir las consecuencias de su elección. no es criminal si de este tipo de conducta se tratare.. pueden calificarse de au­ ténticamente criminales. luchando contra algunas de sus causas. asistencia hogareña y ayuda económica a los pobres. Suele suceder que éstos cometan faltas. sacerdotes y to­ dos los que insisten en estos temas. colegios. las parroquias formadas como es debido crean el sentido de la vecindad y de la ayuda mutua. el sentimiento de cul­ pabilidad puede convertirse en verdadera obsesión con las reper­ cusiones consiguientes en el equilibrio anímico que caracteriza 3 la personalidad normal. Pero este simple temor y las salidas aberradas que se buscan al instinto. Cosas todas que podrían evitarse sin exceder los límites marcados por la religión. sólo se fi­ jan en el mal al hacer sus prédicas y facilitan la creación de con­ ciencias escrupulosas. etc. La prédica de la castidad tropieza frecuentemente con un es­ collo: la carencia de educación sexual entre niños y adolescentes. las que causan el mal. fuente de consultas continuas para los psi­ quiatras. que aquí también. suelen agravar a su vez el cuadro de inestabilidad interna. en el cual se sopese debidamente la indiscuti­ ble importancia de estas actividades. suele el niño tratar de ocultar sus faltas con el velo de la hipocresía y con el pretexto de no llegar al escándalo. a veces. Esta situación es más frecuente de lo que se cree porque hay personas que titulándose religiosas. mucho daño quedaría evitado si padres. que los persigue a lo largo de toda su vida. por ejemplo. por ignorancia o mogigatería. suele dar lugar a graves conflictos no sólo sociales sino también inter­ nos.nes reinantes. éstas ofrecen otros modos de prevención del delito. casas de reposo momentáneo (especialidad del Ejército de Salvación). como en otro lugar dejamos explicado con más extensión. Todavía no se ha hecho un estudio adecuado. Fuera del beneficio que significa un freno fundado en la moral y la religión. tal el caso de los orfanatos y asilos para ancianos o personas desva­ lidas. Frente a la opinión condenatoria de tales personas. — 252 — . fueran más francos y más sin­ ceros al enseñar directamente lo que propugna el cristianismo sin exageraciones perjudiciales que. esas obras contribuyen directa o indirectamente a pre­ venir Ja delincuencia. reparto de alimentos. Además. Gste minus. se producen tensiones emocionales en la conciencia del culpable. los niños nacen con un minus en su estado social. Así. los que pueden llevar hasta el delito. son sus deformaciones. las distintas agrupaciones religiosas realizan muchas obras de carácter no estrictamente religioso si bien ligadas con tal finalidad. Allí forma sus primeros grupos de amigos y re­ cibe el legado de las tradiciones y los conocimientos propios de (1) Tomando un punto de vista distinto. sigue cuando se plantean los gran­ des problemas de la vida social. La escuela es uno de los ambientes por los cuales el niño está rodeado desde sus más tiernos años. FontAn Balestra emplea este término en su sentido más amplio como se deduce de los temas tratados allí. en el segundo sentido.— Cuando se habla de edu­ cación. — 253 — .— ESCUELA Y EDUCACION. en su obra Criminólos!» y edacacfdn. En el primer sentido.C A P IT U L O CUARTO EDUCACION ESCOLAR 1. En este capítulo. hemos de limitamos a estudiar la educación cscolar. sólo se involucran las influencias exteriores ejercidas por la escuela. esta palabra puede ser entendida en dos sentidos diversos: uno amplio y general y otro estricto. de k que es un reflejo ('). equivalente a educación es­ colar. de la responsabilidad personal y de la procreación. ingresa en ella en momentos en que posee uñ alma esencialmente moldeable y en que la imi­ tación tiene especial relieve. continúa en los años en que se abren los horizontes del conocimiento. También dedicaremos un párrato al estado general de la civilización ya que aquélla se halla condicionada por ésta. a la educación que se ha calificado de sistemática. se denomina educación a todo el pro­ ceso resultante de las influencias externas que se ejercen sobre un individuo para adecuarlo a cierto tipo de sociedad. Contemporáneamente con las influencias escolares. Desde el mismo nacimiento de la Criminología. otras. Sin embargo. tampoco faltaron las posiciones intermedias. costumbres y tendencias que poste­ riormente lo conduzcan a actos antisociales y criminales. Pero también. en el otro extremo. es la escuela la que funciona mal y lejos de cooperar con la familia. lo lógico es que mantengan una comunidad de esfuerzos e ideales para llegar al objetivo per­ seguido. la familia deja sentir las suyas.su tiempo y lugar. 2. por fio. Al decidirse por tal o cual afirmación y no ponerse de acuer­ do. por lo menos. como ambas agencias —familia y escuela— deben tender a la misma finalidad. los diversos autores suelen referirse a cosas distintas. mien­ tras unos no pueden menos que reconocer las bondades de la es­ — 254 - . casi nos sentiríamos inclinados a decir que ella. para educar al niño de modo que desde tales fuentes no llegan a niños y jóvenes los medios que ellos necesitan para su adaptación social. así la escuela. predica otros ideales o permanece neutra e indi­ ferente. es sólo excep­ cional A veces la familia no cumple debidamente su misión y es la escuela la que debe tratar de suplir las deficiencias educativas hasta reducirlas a un mínimo. desde luego. ya en la escuela puede mostrarse como persona adaptada o desadaptada y puede adquirir conocimientos. de un lado se hallaban quienes opinaban cerradamente que la escuela ejercía influencia favorable y suscribían aquel dicho de que por cada escuela que se abre una cárcel se cierra. en multitud de casos. ciertas formas del mismo. Allí se le proporcionan los instrumentos de que ha de valerse para lograr su adaptación en la edad adulta. Allí se le señalan los ideales de la vida. A continuación nos hemos de referir a los más relevantes de entre ellos. estas posiciones son lac mismas que existen hoy. salió a cola­ ción esta pregunta: ¿Es eficaz la escuela para disminuir el núme­ ro de delitos? \quí también las opiniones fueron dispares. En ge­ neral. existe el caso — más frecuente de lo suponible— en que la familia y la escuela carecen de voluntad o de capacidad. provoca desconcierto en las mentes infantiles y juveniles y concluye por deformar en vez de formar. o de ambas.— EDUCACION ESCOLAR Y CRIM IN ALID AD — En­ tre los métodos existentes para investigar la influencia que la edu­ cación escolar ejerce sobre la criminalidad. y. Así como la familia y otras instituciones tienen caracteres fa­ vorables y desfavorables al delito. estaban los que pensaban que la escuela más bien aumentaba el número de delitos o. está el de averiguar si los delincuentes han asistido a la escuela más o menos que los no delincuentes. esa armonía no exis­ te. anula los esfuerzos moralizadores de ella. — 255 — . sobre todo. en muchos casos. pp. De manera general. ocasiona una disminución de los delitos feroces. (5) V. Garofalo se planteó claramente la contraposición entre las influencias hereditarias y las educativas. ca­ rece de condiciones adecuadas para contribuir seriamente a mejo­ rar las costumbres y disminuir el delito. El segundo punto de vis­ ta adquirió relieve cuando se formaron las primeras estadísticas acerca de las relaciones entre la alfabetización y la delincuencia. Garofalo no reconoció muchas virtudes a la escuela en este aspec­ to.I cuela —concibiéndola no como es sino como debería ser— otros se atienen a la realidad. que se lleva a cabo en nuestro pais. 216 217. al pais. como si la primera fuera un índice capaz de medir la eficacia real o posible de la escuela. no es otra ni mayor la obra que la escuela lleva a cabo (2). ¿Hasta dónde pueden éstas anular o corregir a aquéllas? En términos generales. a la escuela tal cual es — y. consiguientemente. fuera capaz de transfor­ mar radicalmente al individuo y.: Criminología. como si la alfabetización. aun de aquellos que provienen de la misma escuela. esta toma de posición al parecer estrecha.: Sociología Criminal. Vio también algo hoy indiscutible: que las buenas influencias escola (2) No se critique a los fundadores de la Criminología. Ya Lombroso anotó sagazmente que la educación escolar pue­ de servir tanto para aumentar como para disminuir la delincuen­ cia. pero au­ menta el número de los de otra naturaleza. Más cauto. que es a veces simple memorismo. con la delincuencia. pp. Las conclusiones eran y son contradictorias. buena prueba de ello es la prédica acerca de la alfabetización. (3) V. (4) V.'ISG. creyó siempre que las naturalezas perversas resisten victorio­ samente a todos los intentos de reforma con estos medios (5). Ferri creyó en la influencia beneficiosa de la escuela (4). muestra del grado de civiliza­ ción.138. 130 . pág. especialmente cuando se comparan cifras correspondientes a varios países y se dejan de lado muchos otros factores coactuantes. así se malentendía la función escolar por­ que se la amputaba. a los hechos y estadísticas. Otras estadísticas intentan relacionar el grado de instrucción.: Le Crime. aunque hay que reconocer que. No la han abandonado hoy ni si­ quiera algunos educadores. la escuela. era hace un siglo— y notan que por su excesivo intelectualismo. Fue Lombroso quien hizo notar que los adelantos científicos transmitidos por la escue­ la no traen necesariamente consigo la capacidad requerida para servirse de ellos moralmente (3). I. se la reducía a la cáscara. por si sola. en lo que toca a repercusiones crim inales. Niceforo afirmaba que los analfabe­ tos tienden a los delitos de violencia. los autores modernos participan. no contradice nada las ideas sordas que en­ vuelven las tendencias delictivas. no basta para probar al niño que hay mejores me­ dios que el deliro para alcanzar ese fin. según las diversos tipos de delitos: asalto. n contar.res pueden ser anuladas por fuerzas contrarias del ambiente ge­ neral (£) Al filo de nuestro siglo. de cualquier optimismo exagerado. en otros resulta precisamente lo contrario. algunas nociones elementales de geografía o de física. modificar sus . fiste resultado no puede sorprendernos. Esta posición crítica fue clara y con­ denadamente expuesta por Tarde. mientras las personas cultas se inclinan a los delitos fraudulentos (7). :i escribir. (7) En La Transformación del Delito. 43 . (8) Filosofía Pena). en el ideal de escuela que se puede estudiar en los libros. TI. en ocasiones. fin España. plantean re­ servas. al escribir lo siguiente: “Es inútil repetir lo que se ha dicho de todos modos respecto a la ineficacia. en la criminalidad" (SV Véase cuánto de lo transcrito puede también aplicarse a la instrucción secundaria y al total sistema actual de educación escolar. Gillin. convenirlos en m enos violentos y más astutos y. hacen distinciones.procedimientos. Por eso. a descifrar. comprobada por medio de estadísticas. pág. pp. Tenemos el caso de la alfabetización.. favorece la criminalidad. fortificar su naturaleza. la opinión de aquellos pensadores está lejos. — 256 — . homi­ (6) Id. de eslas reservas. guiándose por las estadísticas estadounidenses del año 1923 (primer semestre). no parlicipan más que por una mitad. Esto puede únicamente 'ifrecer ül delito nuevos recursos. Aprender a leer. sobre poco más o menos. demostrada hoy. de la instrucción primaria. para hacerlas no se basan. sino en su real influencia actual. en general. pég. Como se ve. 24%. 121. Ya Lombroso había notado que ella aparece contradictoria­ mente caracterizada según les países de que se trate: mientras en unos parecería que el analfabetismo.50. se sobreentiende. 157. halló que entre los internados en presi­ dios y reformatorios los analfabetos constituían los siguientes por centaies. id. considera­ da en sí misma y abstracción hecha de la enseñanza religiosa y moral. no combate en nada el fin que ellas persiguen. donde la proporción de los nnaltabcios en la población total es de dos terceras partes. de manera general. psíquicas o sociales (en este caso.5%.3%. 14. En segundo lugar. por ejemplo. violación de leyes antialcohólicas. Es­ tas cifras pueden compararse con las del analfabetismo en la po­ blación estadounidense normal de entonces que era del 7. sobre todo fraudulentos. A ello pueden agregarse otras observaciones. sobre todo fami­ liares y económicas). por causa de deficien­ cias físicas. 6% . fáciles de ocultar y de difícil prueba. pp.cidio. Pero los porcentajes quedaban muy debajo en los siguientes delitos* abuso de confianza. en sus estudios tantas veces citados. — 257 — . los Glueck.: Later Criminal Careers. con lo cual también este factor entra en funciones. ello puede deberse a razones distintas a la edu­ cación escolar misma. 2. allí donde los analfabetos o los que poseen escasa educación aparecen como los más delincuentes. robo simple. clt. no hay que olvidar que muchos no inician estudios o los abandonan al poco tiempo de comenzados. 11. 1%. (11) V. Tanto más vale lo anterior si recordamos que en buen número de casos el grado de cultura alcanzado está en relación con el grado de inte­ ligencia: los tontos son más fácil presa de la ley que los inteli­ gentes. En tercer lugar. violación de leyes sobre estupefacientes. viola­ ción. esa preparación tienta y favo­ (9) Gillin: Criminology and Penology.9%. hurto.8%. se halla entre los incultos mnyor cantidad de delitos violentos que son los más difíciles de ocul­ tar y los más fáciles de probar. 91-92. 4. p6g. En primer lu­ gar. 19. que así resultan efectos parale­ los.7%. hay que reconocer que algunos tipos de deli­ tos. 2. pero no uno causa del otro. en cambio —véanse las estadís­ ticas transcritas por Gillin— las personas cultas cometen delitos fraudulentos.16b. 5. CIO) V : ob. 17. Las personas de elevada educación pueden escapar de las sanciones —y de las estadísticas— exclusivamente porque plan­ tean mejor la propia defensa y cuentan con mejores abogados. por lo menos. 10. pp.6% .9% y fraude. encontraron como caracte­ rística un notorio retardo en la educación (‘')Estos datos no deben llevamos simple y llanamente a la afir­ mación de que el analfabetismo es más favorable al delito y con la fuerza que señalan estas estadísticas y opiniones.1% O . que por sí pueden explicar la aparición del delito y la carencia de educación. vio­ lación de domicilio.3%. Fontán Balestra halla que entre los condenados se encuentran po­ cos que hubieran recibido una educación esmerada ('°). falsificación.. suponen una cierta preparación en quienes los cometen. 164 . por ejemplo. También es frecuente que los intelectuales gocen de mejor posi­ ción económica. Pero hay que evitar sacar conclusiones precipitadas de los hechos anteriores y pretender establecer una relación inmediata y sin complicaciones entre el fracaso escolar y la delincuencia. los abortos.— FORMAS EN QUE LA ESCUELA PUEDE CONTRI BUIR AL AUMENTO DE LA DELINCUENCIA. la causalidad es mucho más compleja.— No se trata aquí de la mera instrucción. etc. — 258 — . por ejemplo. así sucede. se halla el de los alumnos que repiten cursos o que abandonan sus estudios antes de concluirlos y sin razones legítimas. Citamos estos factores perturbadores como un ejemplo de las imbricaciones causales que impiden atribuir sólo a la escuela la disminución o aumento de la delincuencia. criminología.256. Con frecuencia. etc. Además. se ha advertido una relación direc­ ta entre el número de reincidencias y la repetición de cursos (1Z). anormalidades mentales. El estudiarlos es ta­ rea ya realizada y que tiene mucha importancia también en lo re­ ferente a la política criminal. Desempe­ ñan papel notable la carencia de inteligencia. aunque trace e ilumine su camino. a) Falta de educación religiosa y moral.: Goeppinger. por su mal funcionamiento. error que se comete también en algunas de nuestras prisiones con sus cursillos de alfabetiza­ ción que ni lograh ni pueden lograr la rehabilitación de los pena­ (12) V. Las estadísticas mues­ tran que los repitentes de cursos dan mayor delincuencia que quie­ nes los vencen normalmente. 3. la falta general de adaptabilidad. con las quiebras frau­ dulentas. al extremo de que esta característica constituía uno de los puntos en el sis­ tema alemán de pronóstico. Es error persistente. suele ocurrir que el propio instituto educativo provoque reacciones destructo­ ras y conflictos.— Hemos de dedicar este capítulo a aquellos caracteres de la educación actual que provocan la comisión de algunos delitos. las malversaciones. pues el conocimiento no lleva por sí solo a la acción.rece su comisión. variados factores extraescolares. Entre los problemas ligados con la criminalidad. To­ do ello. Lo mismo ocurre con los que abandonan los estudios. como dejamos ya dicho. sin olvidar los caracteres propios de la edad evolutiva en que se encuentran los estudiantes. Lo anterior puede aplicarse también para los casos en que se trata de problemas de disciplina más que de rendimiento. pp. 255 . malas condiciones familiares. que se hable exclusivamente de la alfabetización como panacea de los majes que sufrimos en todos los órdenes. si sólo ésta es la cultivada. (13) Ob. PUESTO GRUPO P w w f l i «la p rM h a Primero Boy Scouts (dos años) 82. No es ajena a esta deficiencia ni siquie­ ra la educación moral y religiosa. en la generalidad de los casos.sabe que es bue­ no. pág. una> falla moral. Ahora bien: la escuela actual se limita. en general. el promedio fue del ciento por ciento.5 59.2 60. en este sentido. sin la formación de hábitos. se refiere a pruebas de honestidad realizadas con dis­ tintos grupos a quienes se ha colocado en una escala jerárquica. muchas veces a atiborrar la memoria de ctfi f data» y nada más.0 Sexto Séptimo Octavo Noveno 62. entre los que habían pertenecido al grupo los dos años. repitiéndose la situación por la que se dijo: Video meÚora.2 75. más atribuible a la voluntad y a los senti­ mientos que a la inteligencia. lo que en su tiempo dijo Tarde.4 78. proboque deteriora sequor. La importancia de la formación de la voluntad y de los sen­ timientos. sin la correspon­ diente formación de la voluntad y de los sentimientos que impul­ san a obrar conforme a lo conocido.convertido en me­ cánica repetición de algunos temas abstractos.5 58. puede deducirse de la siguiente estadística consignada por Gillin.dos. no ha per­ dido actualidad. porque en él existían algunos muchachos recién ingresados. puede producirse diariamente el obrar contra lo que se. — 259 — . que se ha. No debemos olvidar que el delito supone.3 Segundo Tercero Cuarto Quinto Boy Scouts (seis meses) Escuela Particular Escuela Particular Muchachos exploradores (cuatro meses) Boy Scouts (recién organizados) Escuela Particular Boy Scouts (recién organizados) Escuela Pública 80. a cultivar la inteligencia.1 5 6 3 <*) El propio Gillin advierte que el índice de honestidad en el primer grupo fue sólo el apuntado. 187. inclusive. ctt-. de la voluntad. a medida que los muchachos pertenecen más tiempo n los grupos escautísticos. en el sentido de ho­ nestidad. no siempre cuentan con la confianza de sus alumnos. Como agencia supletoria. pero hay profesores que no están en condi­ ciones de producir buenos ejemplos no sólo porque toda persona tiene humanas flaquezas que le impiden ser continuamente un modelo deseable. no — 260 — . la que impediría muchos dejitos derivados de supersticiones y fanatismos. del espíritu de lealtad. No dudamos de que en tan delicados temas. la familia o no quiere o no puede tomar esta tarea a su cargo. aquéllas son de tipo confesional. el papel protagónico corresponde a la fami­ lia en la doble tarea de informar y de formar. que conceden lugar principal a la formación ético . el compañero mayor al que se supone más enterado y que sólo es más corrompido. hoy. el poder formativo de este sistema educativo se ma­ nifiesta por el mejoramiento que se obtiene. ella puede explicarse sobre todo porque en países como Estados Unidos.El resultado anterior no debe sorprendernos pues correspon­ de estrictamente a la lógica de los hechos. sino porque aún no se realiza una selección mo­ ral del profesorado. la formación de los sentimientos. si ésta tampoco cumple la misión dicha no nos llame la atención que el niño recurra a qpadenables fuentes de información: el cine y la revista p*rnográ­ ficos.religiosa. bien dada. generalmente. a que en otro lugar nos referimos más extensamente. Aquí se han erigido ta­ búes estúpidos que es necesario superar. lo único que se examina es la ca­ pacidad intelectual. La escuela a duras penas podrá ayudar algo en ciertos casos.. las relaciones sexuales resultantes de la incitación de los compañeros o de la curiosidad insatisfecha. Los asistentes religiosos suelen ser escasos y muchas veces. pero hay que reco­ nocer que. Dentro de la educación ético . ocupa el primer lugar rele­ gando a uno secundario los conocimientos teóricas que se impar­ ten en mucha menor proporción que en nuestra enciclopédica es­ cuela actual. etc. los profesores no suelen estar preparados para dar una educación de este tipo. La conducta moral es inducida fundamentalmente por la imi­ tación y el ejemplo. y para evitar males mayores. En cuanto a la superioridad de las escuelas privadas sobre las públicas. etc. Es esta educación.re­ ligiosa. sacrificio. del que sólo se excluye a quienes han come­ tido faltas sumamente graves. En los grupos de scouts. cosa que no sucede ni de lejos con los cursos vencidos en la escuela. queda sólo la escuela. se hallan cohibidos por no se sabe qué razón para ser francos. solidaridad. descuidada generalmente en las escuelas públicas. no debería descui­ darse la formación en el campo sexual. el promedio fue del ciento por ciento. no ha per­ dido actualidad. proboque deteriora sequor. 167. muchas veces a atiborrar la memoria de cifras y datos y nada m is.8 (IJ) El propio Gillin advierte que el índice de honestidad en el primer grupo fue sólo el apuntado. en este sentido.. si sólo ésta es la cultivada.1 56. repitiéndose la situación por la que se dijo: Video meliora. sin la correspon­ diente formación de la voluntad y de los sentimientos que impul­ san a obrar conforme a lo conocido.5 59. en general. una* falla moral.do6. (13) OI».2 60. No es ajena a esta deficiencia ni siquie­ ra la educación moral y religiosa. entre los que habían pertenecido al grupo los dos años. sin la formación de hábitos.5 58. — 259 — . a cultivar la inteligencia. PUESTO GRUPO Praaadb « l a p n a t a Primero Boy Scouts (dos años) 82. inclusive.2 75. d i. en la generalidad de los casos. puede deducirse de la siguiente estadística consignada por Gillin. porque en él existían algunos muchachos recién ingresados. pág. lo que en su tiempo dijo Tarde. La importancia de la formación de la voluntad y de les sen­ timientos. se refiere a pruebas de honestidad realizadas con dis­ tintos grupos a quienes se ha colocado en una escala jerárquica.0 Sexto Séptimo Octavo Noveno 62. Ahora bien: la escuela actual se limita.3 Segundo Tercero Cuarto Quinto Bey Scouts (seis meses) Escuela Particular Escuela Particular Muchachos exploradores (cuatro meses) Boy Scouts (recién organizados) Escuela Particular Boy Scouts (recién organizados) Escuela Pública 80.4 78. puede producirse diariamente el obrar contra lo que se-sabe que es bue­ no. que se ha convertido en me­ cánica repetición de algunos temas abstractos. No debemos olvidar que el delito supone. más atribuible a la volunt&d y a los senti­ mientos que a la inteligencia. En cuanto a la superioridad de las escuelas privadas sobre las públicas. no siempre cuentan con la confianza de sus alumnos. se hallan cohibidos por no se sabe qué razón para ser francos. de la voluntad. En los grupos de scoots. lo único que se examina es la ca­ pacidad intelectual. pero hay profesores que no están en condi­ ciones de producir buenos ejemplos no sólo porque toda persona tiene humanas flaquezas que le impiden ser continuamente un modelo deseable. Aquí se han erigido ta­ búes estúpidos que es necesario superar. los profesores no suelen estar preparados para dar una educación de este tipo. que conceden lugar principal a la formación ético . La escuela a duras penas podrá ayudar algo en ciertos casos. no debería descui­ darse la formación en el campo sexual. las relaciones sexuales resultantes de la incitación de los compañeros o de la curiosidad insatisfecha. queda sólo la escuela. en el sentido de ho­ nestidad. La conducta moral es inducida fundamentalmente por la imi­ tación y el ejemplo. el compañero mayor al que se supone más enterado y que sólo es más corrompido. hoy. del espíritu de lealtad. Dentro de la educación ético ..religiosa. a que en otro lugar nos referimos más extensamente. la que impediría muchos delitos derivados de supersticiones y fanatismos. solidaridad. a medida que los muchachos pertenecen más tiempo n los grupos escautísticos.£1 resultado anterior no debe sorprendernos pues correspon­ de estrictamente a la lógica de los hechos. la familia o no quiere o no puede tomar esta tarea a su cargo. Como agencia supletoria. y para evitar males mayores. pero hay que reco­ nocer que. el papel pro tagón ico corresponde a la fami­ lia en la doble tarea de informar y de formar. sino porque aún no se realiza una selección mo­ ral del profesorado. lá formación de los sentimientos. bien dada. etc. Los asistentes religiosos suelen ser escasos y muchas veces. descuidada generalmente en las escuelas públicas. ocupa el primer lugar rele­ gando a uno secundario los conocimientos teóricos que se impar­ ten en mucha menor proporción que en nuestra enciclopédica es­ cuela actual. del que sólo se excluye a quienes han come­ tido faltas sumamente graves. si ésta tampoco cumple la misión dicha no nos llame la atención que el niño recurra a con­ denables fuentes de información: el cine y la revista p*rnográ­ ficos. cosa que no sucede ni de lejos con los cursos vencidos en la escuela. sacrificio. Es esta educación. No dudamos de que en tan delicados temas. el poder formadvo de este sistema educativo se ma­ nifiesta por el mejoramiento que se obtiene.re­ ligiosa. generalmente. aquéllas son de tipo confesional. ella puede explicarse sobre todo porque en países como Estados Unidos. etc. no — 260 — . éste puede provocar escándalos y hasta traumas en los más deli­ cados. racional colaboración que supone una previa superación de la hipócrita gazmoñería con que se encaran corrientemente los hechos sexua­ les y de la moral puramente negativa que se predica y que suele llevar a que niños y jóvenes se formen sentimientos de culpabili­ dad injustificados que pueden terminar en verdaderas neurosis. Demás decir cuánto ganarían la sociedad en general y la Po­ lítica Criminal en particular. si la escuela se dedicara a formar buenos padres. supuestas las diferencias de alumno a alum­ no. No es propio de un libro de Criminología el indicar los me­ dios de que la escuela pueda valerse para fomentar la buepa foi- . sino de la formación de los hábitos de conducta correspon­ dientes.conocen la psicología de ellos y suelen no tener tiempo porque este tipo de educación ha de darse. y no sólo sexuales. Muchos delitos. en sus puntos más delicados. Dentro de la educación ético . Como una compensación a la educación exageradamente rí­ gida o como consecuencia del descuido que deja a niños y jóve­ nes librados a sus propias fuerzas.2G1 — . de manera individual.— El tema pudo tam­ bién ser desarrollado en el acápite anterior ya que en el fondo la responsabilidad social y política entroncan directamente con la mora! generai — pues no cabe el introducir una división tajante y menos contradicciones entre la moral general. podrían evitarse si se lograra una racional colaboración entre las distintas agencias educativas para resolver este delicado problema. Pero el tema es suficientemente importante como p i­ ra que se justifique el dedicarle párrafo aparte.. la privada y la pública— . las clases colectivas sólo pueden darse para el término medio.religiosa deberá tomarse en cuenta la necesidad de crear respeto por la persona humana. No se trata de la consabida cátedra de Instrucción Cívica que se limita a suministrar datos superficiales acerca de la Constitución y de las leyes. Si la escuela —coadyuvada por otras instituciones— empren­ diera esta tarea de manera eficaz. por sus derechos inalienables. resultan también casos de ex­ trema desmoralización. un precoz cinismo que se advierte en numerosos mucha­ chos que han adquirido vicios o caído en el delito. las instituciones serían más respetadas y se echarían bases sólidas para una auténtica democracia. pronto desaparecerían nuestras continuas revoluciones. mientras hará sonreir burlonamente a los que se conside­ ran más enterados. de indiferencia a todo lo ético y hasta cri­ minal. los atropellos de derechos mediante resis­ tencia y opresiones ilegales. ■ b) Falta de educación sedal y política. prevarica­ tos. (14) V. 3. c) Existencia d e causas que crean complejos. pág. sería uno de los factores capaces de dismi­ nuir el delito. se ha visto que muchas personas no se adecúan a las exigencias del trabajo moderno. Bames y Teeters apuntan la necesidad de introducir cursos que atiendan a los alumnos según una cierta selección de acuerdo a la capacidad. con lo cual sus exigencias son muy pequeñas para los superdotados y demasiado altas para los de poca inteligencia.— Esto sucede. No debe olvidarse la contrapartida: para la comisión de al­ gunos delitos se requiere de cierta habilidad profesional. con barreras infranqueables. sería también la Política Criminal la que experimentaría beneficiosos resultados. Suele así provocarse una ridicula vanidad en unos y actitudes de resen* timiento en otros. y concluyen como resentidos o necesitados. c lt. sin proporcionarles una formación capaz de prepararlos para rendir en el trabajo y obtenerlo. Ya los Glueck encontraron entre los padres de los delincuentes estudiados un gran número que no eran obreros calificados (15). cuando existen colegios sólo para ciertas clases eco­ nómicas. páf. mientras los se­ gundos fracasan y se desalientan (H).marión social y política — que no debe contundirse con formación partidista— . abortos. pero quede establecido que si se siguieran como es debido los postulados de la Pedagogía. Por ejemplo. se dan clases para el término medio. de otro modo. cuando los profesores ejer­ cen una autoridad tiránica o no se preocupan de la disciplina o ésta es muelle y no sujeta a responsabilidades. por ejemplo. Si ca­ da persona tuviera. etc. es seguro que disminuirían muchos de los delitos debido a la necesidad. o para ciertas razas.: ob. (15) V. 226. cuando se compor tan de tal maneta que avergüenzan indebida o desproporcionada­ mente a los altamos. — 262 — .: New Horlsona tn Crtminology. cuando esta selección no existe. así en la fabricación clandestina de estupefacientes. porque una educación verbalista y enciclopédica los ha atiborra­ do de conocimientos inútiles. una pro­ fesión por humilde que fuera. los primeros holgazanean. no lo encuen­ tran o rinden poco. d) Carencia d e preparación práctica para el trabajo. también cuando los profesores provocan pre­ ferencias o pretericiones injustificadas. al concluir sus estudios en un ciclo.— Si se la diera debidamente. En efecto. que cada vez cubren más áreas. Las razones para el aumento de criminalidad son tantas que resulta tarea punto menos que imposible el hacer un análisis de­ tallado de todas ellas. Es evidente que tales conocimientos y con­ cepciones condicionan y determinan las formas de delincuencia características de cierto tiempo y lugar. algunas formas criminales vio­ lentas parecen haber logrado equivalentes exactos en los tiempos modernos.formas. tradicionalmente únicas. IX y X. con la piratería. la cantidad y calidad de la crimina­ lidad civilizada actual: (16) Mariano Ruíz Funes en sus Conferencia. podemos ofrecer las siguientes cau­ sas. Si quisiéramos caracterizar a la nuestra diríamos. sin embargo. más numerosas que las que desaparecen. “ Perrero habló ya d e civilizaciones violentas y fraudulentas. — 263 — . Por eso. o a que se ha perfeccionado el funcionamiento de los tribunales y de la policía. sino su transformación. tal sucede. En cam­ bio aparecen nuevas formas delictivas. 124. que ha logrado la síntesis de esas dos . pues ese incremento puede deberse o a que han aumentado los tipos penales. por ejemplo. el tráfico de esclavos. Pero no puede dudarse de que un aumento real de la crimi­ nalidad existe. y no tan sólo entre los delitos fraudulentos.Es preciso guardarse de ir al extremo opuesto: el de dar una educación puramente práctica. del compor­ tamiento crim inal' (16).— CIVILIZACION Y DELINCUENCIA. es lo que sucede entre los bandidos de ayer y los modernos gangsters. Las estadísticas demuestran un continuo incremento en el nú­ mero de delitos. Sólo ciertas formas cri­ minales rudimentarias son borradas en algunas partes. eso crearía el peligro inherente a toda formación unilateral. vola.*. Ya vimos que la civilización no ocasiona la desaparición de la delincuencia. en un intento de resumir y sin la pretensión de agotar el tema. 4.. sino hasta en algunos violentos. p6g. y no precisamente en elogio de ella. por ejemplo. la de transmitir a las nuevas generaciones los conocimientos y las concepciones culturales logra­ das en una sociedad. hay que ponerlas en tela de crítica. sobre to­ do actuando en cooperación.— La escuela tiene como una de sus finalidades. antes penalmente indiferentes. publicadas en la Re­ vista Penal y Penitenciaria. etc. como las que fundamentalmente permiten explicar. han crecido en intensidad y número: por ejemplo. 12. involucra cada vez más a mayores sectores de población. — 264 — . ni siquiera en los momentos de mayores crisis en las civilizaciones decadentes. 7. todo lo que estraga el cuerpo y desequilibra el espíritu. Estas ofrecen la tentación del anonimato. los automóviles y demás vehículos son ocasión para los delitos de tránsito. sólo contaban con protección no penal. etc. Pasos frecuentes de los extremos de la anarquía a los de la dic­ tadura. Cri­ sis de producción periódicas que causan desempleos en masa. Es probable que nunca como ahora.— Familias cada vez más incapacitadas para cumplir coa su función socializado™.— Excesivo materialismo que ha convertido al éxito en la medida del valor de los actos. 3. aumentan los delitos. 8.— i. 6. as ocasiones ofrecidas por el mayor contacto social.— Nuevos inventos que posibilitan la aparición de nuevas conductas delictivas. haya existido tal proporción de dese­ quilibrados mentales. en la realidad. 9. guerras que desorganizan todas las agencias de con­ trol y educación. 10. 4. qué choca contra la naturaleza humana — como la colectivización forzosa comu­ nista— o contra las nociones de justicia difundidas por la educa ción obligatoria y la expansión de los medios de propaganda. 5.— Organización económica defectuosa. de los dere­ chos naturales inherentes a la persona humana.— Migraciones gigantescas en tiempos de paz y guerra. fren­ te a tentaciones urgentes hacia el delito. 2. por la existencia de grandes estados. de existir. si bien no van a parar a las estadísticas por­ que generalmente son cometidos por las autoridades. los cheques dan oportunidades de fal­ sificación y estafa antes desconocidas. 11. atropellados ellos.— Creación de nuevas figuras penales destinadas a proteger nuevos bienes jurídicos que antes no existían o que. la electricidad es un nuevo bien que puede ser robado.— Desconocimiento general.1. las transaccio­ nes comerciales o las reuniones sociales y aún las meras aglomera­ ciones. así.— Vida cada vez más rápida y nerviosa y llena de ambicio­ nes. lo que ha ocasionado que más personas deban sufrir la represión legal porque no basta para ellas la de su conciencia.— Pérdida de fe en las normas éticas y religiosas.— Guerras prolongadas que envuelven a decenas de mi­ llones de combatientes y a centenas o millares de millones de no combatientes.— Inestabilidad política que. televisión. cine. 14.— cada vez más poderosos y que no cumplen fines educativos. ra­ dio. — 265 — . no podía ser de otra manera tratándose de factores relacio­ nados con las influencias culturales sobre la conducta humana. hay que tomar en cuen­ ta el perfeccionamiento de las policías.— Medios de diversión y propaganda — prensa. como arriba dijimos. de estupefacientes que hace pocos si­ glos no tenían relevancia criminal.— Uso cada vez más frecuente e intenso de bebidas al­ cohólicas y. '15. sin mucha atención a los medios emplea­ dos i ra dcanzarlo. sino que se desarrollan principalmente con mi­ ras al éxito económico.— También. cuyo aparato científico permite. descubrir y probar más delitos. principalmente. Las causas enumeradas tienen un matiz acentuadamente so­ cial.13. sino de que más delitos sean recogidos por las estadísticas. etc. Esta no es causa de au­ mento de la delincuencia. . se ven los espectáculos ofrecidos por ei cine y la televisión durante muchas horas por semana. Los mensajes que ellos transmito! ejercen enorme influencia sobre los receptores. tanto más importante puede ser tu influencia de los medios de comunicación masiva. Esa influencia deriva principalmente de tres razones: 1) el número de personas a las que se puede llegar. libros. como puede <ui> vertirse por los efectos de la propaganda y de las noticias y op k niones que esos medios difunden y que son capaces de cambiar hábitos y de introducir nuevas actitudes. a millones de personas. 3) la técnica con que el mensaje es ofrecido.— Los medios de comunicación social — prensil cine. que se haya descutido acer­ ca de las formas en que los medios de comunicación social pueden causar el delito. Jas técnicas de atracción y de persua­ sión son estudiadas actualmente a nivel académico y suponen la aplicación de varias ciencias. televisión— llegan en la actualidad. número que está en continuo crecimien­ to. entonces. 2) la continuidad de acción: se leen periódicos. tomando «n cuenta que esos medios constituyen — 267 — .— IMPORTANCIA DE LOS MEDIOS DE COMUNICA'*■ CION SOCIAL. se oye la radio. acudiendo a campañas sistemáticas y con recursos especialmente adaptados para atraer la atención y pa­ ra influir en los receptores. de manera coq*' tinua. Si. la comunicación privada es capaz dé llevar a la comisión de delitos. radio. Nada de extraño tiene.c a p í t u l o q u i n t o MEDIOS DE COMUNICACION SOCIAL 1. revis­ tas. como es evidente. son medio para cometerlos. Podemos acá preguntamos si al fin y al cabo. el que éste compre publicaciones de ese tipo y se regodee en ellas. por su Jabor. en la apología del delito e incitación al (!) V. pero. los medios dependen de empresas comerciales que buscan ante todo el éxito económico. no habrá que reconocer valor a lo que argumentan algunos empresarios cuando sostienen que ellos se limitan a satisfacer el gustó del público. por ejemplo. La segunda toca al tema de la sexualidad no sólo expuesto de manera indiferente sino con el claro propósito de des. se piensa. Entre nosotros. parece dar razón a los editores. Dada la variedad de temas que exponen los medios de comu­ nicación social. lo que puede interpretarse como que d ía está. mfts que la que viene a satisfacer una preexistente. comprada cuan ¿o existe. los que consiguen mayor difusión de sus productos. Hay quienes opinan que. el fenómeno sólo se ha presentado de tanto a i tanto. en muchos casos. es probable que los efectos nocivos sean mayores que los beneficiosos. sino de aquéllos otros en que. por otro. Las primeras invo­ lucran sobre todo lo referente al delito.: Principie« Of Criminology. capaces de causar delitos. las crónicas rojas y el erotismo. lejos de ser una necesidad y que es ella la que despierta la afición. Én estas condiciones. pág. ofrece doble cara: por un lado. como la actuación de la justicia criminal y de la policía.hoy uno más de los ambientes de que el hombre está inevitable­ mente rodeado. puede servir para aumentar el delito. a sus formas de comisión y aspectos derivados. Recordemos que. es capaz de contri buir a evitarlo y prevenirlo. No se trata sólo. más la tiene Suther­ land cuando redarguye diciendo que son los propios periódicos los que. No prestan mucha atención a los métodos aptos para alcanzar ese objetivo. De hecho. su ausencia no fue jam ás no* ta d a . Este fenómeno social. Sin embargo. pero. que se ha desarrollado sobre todo el presente siglo. Los medios que tienen fina­ lidades especialmente ideológicas no son hoy. por ejemplo. entre ellas. donde la prensa que vive del senuacionalismo y el escándalo no es la de mayor circulación. dados los caracteres presentes de los medios y algunos de sus excesos. usualmente. no será raro cue se generen influencias negativas. — 268 — . han creado ese gusto estragado ('). de los casos en que influyen en algunos de­ litos. han sido destacadas princi­ palmente dos. tal sucede. hay empresas editoriales o cine­ matográficas expresamente dedicadas a la difusión de la p*rnogra­ fía.pertar los instintos. son también variadas las formas en que pueden influir en el delito. 173. Tal sucede con los nuevos métodos para evitar la idCÁ* tificación de automóviles robados. Esta UfúA en ser descubierta por la policía de tal o cual lugar. tal como nos sucede cójfjt los hechos de la vida diaria. 269 — . hemijfl de detenemos especialmente en las crónicas del delito. que no puede menos que pensarse que la técnica sido aprendida en los periódicos.— En cuanto a U»'{jj mir. El daño no resulta jk}. sino al éxlt(Í que tienen los antiguos. en pocos meses se presentaron varios. incitación a resistir tos legales. porq{¡|| ellas parecen ser las más perjudiciales (:). advertidos. etc. pese a practicarse por perx> ñas distintas. la prensa dio excesiva publicidr*. t La primera acusación que se ha hecho a los medios de CQ> municación es la de que enseñan la técnica del delito. antes que la po» licía y los ciudadanos honrados del país se hallen debidamflnt$.(i. . así. hacía una decena de años que no había caso semejan^}} pero luego. etc. Sin embargó) un análisis desapasionado de las influencias dimanantes de la exa­ gerada publicidad dada al delito. de falsificar documentos.. Se ha dicho que los medios de comunicación son beneficios^)) con las noticias que dan sobre delitos. El delito es presentado co­ mo emocionante aventura lo que favorece la imitación sobre todo v2) Este parrafo ha sido inspirado sobre todo por la obra de Taft. insultos. eso sucede con varias de lju formas de estafa conocidas con el nombre de “cuento del tío s del número premiado de lotería.mismo.os a través de los cuales los medios provocan delitos. Crimlnology. de la herencia. que se repi? ten a diario con lan exacto parecido. Un caso boliviano es el de Iqt arrobadoras de ácido sulfúrico.206. etc.200 . despiertan el celo de policías y fiscales y co ¡ trolan los fallos judiciales. u’-n 2. PP. concluye por no dar importancia al delito. de causar incendios para co­ brar seguros. libelos. el delito no despierta en los ciu* dadanos la reacción que debería... pero apefl$|‘ aparece. . a un desgraciado acto de venganza pasional practicado de esfe modo. La prensa puede convertirse en un medio para mostrar con atractivos al delito y al delincuente. los medios tienen un buen lema de comentario que a los delincuentes a su conocimiento y práctica. porque mantienen alerta la atención pública. No puede menos que reconocerse 1| verdad de lo alegado en muchos casos especiales. descontado' algunos casos excepcionales. etc. prueba que ellas son más bien perjudiciales porque. lo de la publicidad dada a los métodos novedosos.— INFLUENCIAS DELICTIVAS. por ejemplo. calumnias. impidió la presen­ cia de testigos voluntarios contra él.de parte de niños y jóvenes. la que se hizo alrededor de Al Capone. pues se hace propaganda alrededor de quienes se volvieron millonarios de la noche a la mañana. 22* 1129. pp. ctt. mencionando su nombre más de lo necesario y dificul­ tando la vida social del delincuente cuando recobra su libertad. C4) Ejemplos extraídos de la realidad y sumamente instructivos fted aa vene en Sutherland. El escándalo suele lograr sus peores frutos cuando se trata de delincuentes menores. sobre todo si pertenece a una banda en cuyo seno adquirirá así más prestigio y ascendiente. quizá la desee y busque.202. Si quien cometió un delito fue respetable hasta ese momen­ to y tiene un resto de prestigio que defender.DHL y en B añes y T«W n: New Horteras Ib Crtanlnalofy. A veces la propaganda de los delincuentes es tal que los con­ vierte en héroes y hace del crimen algo que es sancionado porque lo dicen las leyes. — 270 — . Puede polemizarse acerca de si el criminal gusta de la pro­ paganda o la odia. pero el que hubiera obtenido un gran éxito me­ recerá columnas y columnas: quizá hasta el honor de ocupar buen espacio en las noticias internacionales. el delincuente que halla una caja va­ cía o con poco dinero — como hace notar Taft (})— apenas me­ rece pocas líneas. la publicidad no lo asustará. los comerciantes que sufren de extorsión no la denuncian porque se han enterado por la pren­ sa de que quienes lo hacen sufren inmediatas represalias (4). Pero si el delincuente no tiene una respetabilidad qúe mantenec. la repercusión es mayor en los ba­ rrios pobres y especialmente en quienes carecen de otras salidas p an el exceso de vitalidad y ansia de aventuras propias de la edad. ctt. pero no porque lo merezcan desde el punto d i (3) Ob. porque ya la perdió. pero se calla lo que sucede a millares de personas que pierden mucho más que lo que ganan. En verdad no todos reaccionan de igual ma­ nera.169 . es a él a quien suelen dedicarla los medios. La prensa presenta al delito como provechoso. es lógico que muchos criminales y honrados decidan arriesgarse. 201 .. por lo menos en la mayor parte de los casos. por el contrario. tan­ to más grave el problema si se trata de bandas infantiles y juve­ niles en las cuales la publicidad es medio importantísimo para sos­ tener el prestigio del jefe y de los integrantes más destacados. por este camino. Sin embargo. ob. es lógico que odie la publicidad. Esa propaganda puede favorecer también la comisión de nuevos de­ litos. pp. En vista de estos ejemplos. pp. como el común del público arriesga unos pesos a la lotería u otro juego. muchos han sido arrojados en brazos de la desesperación o de la profesionalización delictiva.. y se nos dará razón. no puede desconocerse la máxima influencia que en el linchamiento de los mayores Eguino y Escóbar. suele asf llevarse a que el público se incline por medidas draconianas para sancionar a tal o cual persona. y que un grupo de irresponsables tomara a su cargo la tarea de incitar a la gente. : en los homicidios contra el cónyuge infiel y su amante o sobre la legalidad de algunas venganzas. en cier­ tas notas acerca de descuartizamientos posteriores a violaciones. Quien se siente perjudicado en sus intere­ ses. que los jueces eran venales. camino rápido y tentador. en marcas hechas por ven­ ganza (5). ¿Se atreverá alguien a sostener que esos articulo». en violaciones de niños de corta edad. Entre los hechos recientes. Por ejemplo. La presión de los medios de comunicación social (5) Mucho se ha discutido entre nosotros. setre todo dada la forma de presentación del tema. por ejemplo. incorregible. prodigar adjetivos como delincuente na­ to. está b un paso de imponer justicia por sí mismo. tales hechos son destacados con lo cual los criminales se envalentonan y sienten aumentar sus esperanzas de impunidad.vista de la moral o del consenso público: piénsese. Piénsese. etc.. tuvo la propaganda periodística que había llegado a convencer que aquéllos no recibirían sanciones de ninguna espe­ cie. El reverso de la medalla k> constituyen los casos en que el sospechoso es presentado de ante­ mano como un culpable. inten­ cionados o no. perverso. Bastó una ocasión para que la chispa prendiera. ayudan a la sociedad? — 271 — . Es claro que la narración puede aumentar su poder cuando va acom­ pañada de gráficos y fotografías. para que aquellos lincha­ mientos se produjeran. sobre un grupo de hom*osexuales. por el apellido de un anciano que violó y asesinó a una niña de cuatro años. La reacción lógica es la descon­ fianza en los tribunales con lo cual se les quita el sostén moral de que ellos precisan. su honradez. etc. degenerado. podemos citar el denominado caso Suxo. Si algún delito no es rápi­ damente esclarecido o algún delincuente se burla de esas institu­ ciones. eficiencia o rapidez. La prensa puede contener crónicas que son un llamado a los más bajos impulsos del hombre y a sus tendencias morbosas. por ejemplo. crea un ambiente des­ favorable aún antes de que se averigüe la verdad total. acerca de las notidaa pu­ blicadas —con fotografías—. se dirigen contra la administración de justicia. Graves son también las repercusiones sobre el respeto debido a organismos policianos y judiciales. o cree que ha de serlo por incapacidad intelectual o moral de los jueces. Las consecuencias son aún más graves cuando los ataques. Así. Pese a síntomas claros de anorma­ lidad mental del culpable —entre esos síntomas. A veces los medios de información internan deformar la ver­ dad o.fue tal que. en uno de los casos rarísimos <ie nuestra historia ju­ dicial. En nuestra cultura existen ciertas ideas. pero se ocultaba cuidadosamente lo referente a los antecedentes desencadenantes. Las diferencias y contraposiciones so­ ciales son mostradas con lente de aumento. sino las actividades de blancos y mestizos: y se callan casi sistemáticamente los atropellos. prácticas y prejui­ cios que favorecen la comisión de delitos. otras secciones incre­ mentan los resentimientos. el propio deliio y su forma de comisión— se prescindió de todo informe psiquiá­ trico. Por ejem­ plo. (I) V. hubiera sido imprevisible la reacción general si. Esic suele ser otro medio de descrédito para la ju­ dicatura y llega al extremo en listados Unidos. Con propaganda de este tipo. Muchos medios de comunicación ahondan esas causas. con su secuela de homicidios y destrucciones. ctt. por medio de opinio­ nes que so adelantan sobre ia culpabilidad o inocencia de tal o cual acusado. Nada digamos de algunos prejuicios ya existentes. por lo menos.. donde los "triáis hy imiispapers* lian sido calificados por liarnos y' Tceters como la peor de todas las influencias perjudiciales de la prensa (6). 231 -232. El contrapeso está dado por los casos en que los delitos son cometidos por ellos y se los pasa en silencio y aun se los muestra como casos heroicos. Los tribunales se cre­ yeron obligados a acelerar los trámites y a dalles prioritaria aten­ ción sobre cualesquiera otros. por desgracia fre­ cuentes entre nosotros. que blancos y mestizos de las ciudades cometen en ocasión de motines y revoluciones. crean en algunas personas un exagerado sentimiento de superioridad simplemente porque sus apellidos aparecen con frecuencia en las llamadas páginas sociales. de los cuales en la mayoría de los casos no eran culpables los indios. según vemos en estas páginas. entre nosotros. eran narradas con lujo de detalles. influir en los jueces. nada raro es que aun gente sensata hable sin más de la barbarie de los indígenas. no hubiera sido impuesta la pena de muerte o ésta hubiera sido conmutada. tiempo hubo en que las rebeliones indígenas. por causa de anormalidad grave. apenas transcurrieron algunos meses. w>. mientras todos los de­ litos atroces se ponen a cargo de otro u otros. desde el comienzo del juicio hasta el fusilamiento del cul­ pable. los que tocan a diferencias de razas con la consabida creen­ cia en la superioridad o inferioridad de ellas: un grupo es pre­ sentado poco menos que como impecable. — 272 — .: ob. Por ejemplo. Dado el ambiente que se creó. : Léauté. sobre todo en las ciudades ha desplazado. mucho más de perjudicial que de beneficioso en las películas que (7) V. Crea odios entre clases sociales y entre pueblos. la forma en que se pueden cometer delitos y rehuir la posterior persecución policial. y con mucho de ventaja en cuanto a concurrentes.En muchos de los defectos anterigies incurren inclusive pu­ blicaciones al parecer sumamente inocentes e inocuas. sobre todo en los niños y las mujeres. falseamientos de la realidad con fines de propaganda. directo. No carecen de razón quienes han visto en tales historietas prejuicios racistas y sociales que están tejos de ser cons­ tructivos (7). modelos que al ser imitados en la vida real. en los que la violencia y hasta un erotismo larvado surgen al menor análisis. Tampoco es mejor la situación cuando el cine oficializado se pone en mera función de propaganda de ciertas ideas y de ataque contra otras. pero es preciso confesar que la mayor parte de las películas sólo de manera secundaria toman en cuenta la moralidad o inmoralidad de los temas y de la manera de encararlos.— El cine es un nuevo ambiente por el cual vivimos rodeados por lo menos por un par de horas se­ manales. ocasionan graves peligros. consiguen for­ mar a la larga en lo inconsciente. 3*4-407. aquí también reina la exageración cuando no la mentira lisa y llana. Da fal­ sos modelos de relaciones entre ambos sexos. Los sectores más impresionables de la sociedad — entre los cuales están los niños y jóvenes— encuentran por estas razones. Nos presenta escenas de asesinatos y de vida fácil como resultado de los mismos o de asaltos y robos. muestra gráficamente. a los otros medios de pasar el tiempo.— CINE Y DELITO. por medio de. Si bien el efecto destructor no suele ser inmediato. Tal ocu­ rre con las historietas-y dibujos animados. donde se exponen resúmenes de los estudios más recientes. . El cine es manejado por grandes empresas comerciales que persiguen fundamental­ mente el éxito de taquilla a través de cualquier medio. asi como espíritu de intole­ rancia. No ha de desconocerse que el cine muestra también los lados nobles y virtuosos de la vida provocando simpatía por quienes viven sometidos a las mejores normas culturales y morales. 3. Criminólafie et Setene Pfraltimrlitry pp. con mu­ cha mayor vivacidad que la prensa. especiales actitudes y tenden­ cias de reacción. Basta el sentido común para comprobar que el cine ejerce una gran influencia. — 273 — . la idea de operar con tal o cual técnica. Para comprobar la persistencia de lo que allí se ve. ob. que aprendieron for­ mas de burlar a la policía. lo probable es que respondan que ninguna. hurtar. las respuestas serán menos negativas. Hemos de referimos nuevamente a cifras contenidas en el trabajo de Blumer y Hauser: *25% del grupo . 21%. entonces.van a ver. 28% que el cine les enseñó métodos de robar. que fueron alentados a empren­ der actos aventureros porque habían visto en el cine representa­ dos delitos similares. También debe dejarse especial mención de otro sector fácil­ mente influenciable: el femenino. principalmente en ciertas épo­ cas de la vida. facilitando así la labor asociativa del interrogado. ” (*). en vez de preguntar ampliamente si el cine determinó o no la conducta. lesionar. Vamos a consignar aquí algunos de los datos revelados por Blumer y Hauser. 45% . por ejemplo. basta darse una vuelta por nuestros barrios y observar a qué juegan las pandillas infantiles: de allí podremos deducir enseguida cuál es el tema y cuáles los personajes de la serial de moda. 12%. acerca de la importancia que el cine tiene para determinar la de­ lincuencia general o en ciertos grupos. pues ellos casi nunca tienden a morali­ zarlos. Si preguntamos directamente a delincuentes adultos y juve­ niles. Esto sin contar el ago­ tamiento nervioso que ocasionan películas de tensión y terror. etc. establecen que el 49% de los delincuentes varones estudiados sostuvieron que el cine les despertó el deseo de portar un arma de fuego. aventuras disparatadas. No son excepción de lo dicho los programas que se les dedican especialmente. cuál ha sido la influencia que sobre el acto criminal ha ejer­ cido el cine. 214. c tt. la forma de borrar huellas o de ocultarse. péf. Pero !a respuesta deriva de un mal método de interrogatorio. sino simplemente a divertirlos y corrientemente con me­ dios de inferior calidad: en esos programas abundan las escenas de combates. principalmente de 14 a 18 (8) Citados por Baraes y fe e te n . muchas ve­ ces se reconocerá la importancia del cine si se pregunta con más detalle. . de dónde. que se formaron nociones de dinero fácil. . Es verdad que se ha discutido arguyendo contrarias razones. Las estadísticas por ellos publicadas ". bandidos y policías. que son con­ siderados autoridades en la materia. que están entre las favoritas para integrar programas para niños y jóvenes. preguntémosles de dónde sacaron la idea de ro­ bar. de dónde. .muestra de 252 muchachas delincuentes estudiadas.. . — 274 — . partiendo de las películas vistas . 234 - — 275 — . cabarets. será inclusive necesario salirse del campo de la psico­ logía normal. se muestran opiniones que sostienen la poca influencia criminal de los medios de conTunicación social. la radio o la televisión creen una personalidad proclive al delito. vida fácil y de lujo. 27% de ellas hallaron ocasión para abandonar el hogar. pero como una fuer­ za siempre dispuesta a manifestarse sin que siquiera el propio delincuente se dé cuenta de lo que le ocurre. y 4% . En sus in­ tentos de gozar de ropas. Es también muy probable que esa causa quede inconsciente. En general — y esto vale para todo el presente ca p ítu lo habrá siempre que tener en cuenta la receptividad de los espec­ tadores — u oyentes y lectores— porque la simple observación diaria nos muestra que las personas son diversamente afectadas por los mismos hechos. No es sostenible que el cine. 8%. que se habían comprometido en otras formas de delincuencia sexual. 8%. para formarnos clara idea de los procesos que se han producido. A veces. corrientemente se tratará más bien de circunstancias que facilitan la explosión de tendencias ya existentes o de ocasiones que se ofre­ cen porque se ha descubierto un método apto para darles salida. que fueron arrastradas a delincuencia de tipo sexual. como las que presen­ ta el cine. pp. “como se hace en las películas’’. siquiera en parte. Eso puede ser verdad cuando se trata de probar aue esa influencia es causa única o principal del delito prescin­ diendo de otros factores predisponentes: la influencia de los me­ dios de comunicación social se imbrica y quizá confunde hasta no mostrarse claramente. 12%. con las otras causas. cayeron en *d if ic u lta d e s Más específi­ camente. Baste fijarse en los (9) IbMem. En la obra de Léauté. que ha­ bían descendido a hurtar en negocios” (*). En sus esfuerzos por lograr fácilmente una vida de lujo a través de medios sugeridos. por pe­ lículas. automóviles. 41% admitieron que concurriendo a reuniones turbulentas. para entrar en el de la anormal. la prensa. alegre y movida. como las pintadas en la escena. 18% dijeron que había convivido con un hombre deján­ dose mantener por él.años de edad sostuvieron haberse comprometido en relaciones sexuales con hombres.. 23%. siguiendo la excitación de los impulsos des­ pertados por una película de amor apasionado. el juego. 33% que fueron arrastradas a huir del hogar. etc. recién citada. que se habían visto arras­ tradas hacia hombres adinerados. el 38% de ellas dijo que abandonaron el colegio para llevar una vida turbulenta. menores que las de los medios de difusión previamente estudia­ dos.efectos de la propaganda comercia!. puede ser utilizada desde el propio hogar. 4. Es. El tema de la televisión ha suscitado mucho interés última­ mente. para advertir que los medios de comunicación forman la conciencia del público. Los pro­ gramas son más vigilados y. poco lo que puede concluirse del estudio dirigido por Halloran y otros (10). 395 .39«. allí donde es manejada por entidades públicas educativas.— LA RADIO Y LA TELEVISION:— Las repercusiones de las emisiones radiales sobre el delito son. Une a las familias en la casa. los objetivos suelen ser más altos que en otros medios de comunicación social. pp. son mucho más continuadas.: Léauté. de modo genera). flb. como la radio. Influye con las facilidades que da la imagen en movimiento: es un medio audiovisual ideal y cómodo. a veces. mujeres o niños. por muchas horas. que llevan. a meditar y a repetir la lectura. se cita que retiene a los niños y jóvenes en el hogar evitando que se queden deambulando por las calles o integrando bandas. faltan estudios específicos convincentes acerca de su acción en el campo criminal. sin gran costo y con la facultad de escoger lo que se quiera. — 276 — . es aplicable a la televisión. La televisión. Las impresiones no son tan profundas como las del periódico o el libro. d t . pueden pasarse el día entero oyen­ do novelas o noticias radiodifundidas: para ello les bastará cam­ biar la sintonía de su aparato. por ejemplo. Pero. ni tan vivaces como las del cine. (10) V. Aunque lo que se ha dicho respecto a éstos en general. Entre los aspectos positivos. en cambio. porque es en el te­ rreno de la economía donde cimientan toda su doctrina y todas sus discrepancias.C A P IT U L O SEXTO EL FACTOR ECONOMICO 1. Lo mismo sucedía con lo religioso en la Edad Media. en tal o cual sen­ tido. Asuntos que tanto apasionan y tan profundamente dividen a los grupos. hoy lo económico se ha convertido en eje de la vi­ da. que el factor económico ha de tener enorme repercusión en la conduc­ ta humana general. co­ rrientes ambas que en el fondo se identifican por su materialismo. Esas contraposiciones se fundan ¿n las ideas y métodos. no pueden menos que conformar la psique indivi­ dual para dirigirla. Puestas asi las cosas.— LA ECONOMIA EN NUESTRA CULTURA. varía según el momento cultural en que se vive. explícito en el uno. fuente de polémicas teóricas y de contrapo­ siciones prácticas. en unión con otras fuerzas. — 277 — . Ambos sistemas son “economismos”. o los nacionalismos del siglo pa­ sado. si se nos permite el neologismo. del comunismo y del liberalismo. es imposible no ver de antemano. dominando a los demás. impHcito en el otro. incluyendo el crimen. si lo religioso ocupó el centro de la vida individual y social en la Edad Media y si lo estético fue lo más altamente apreciado en ciertos momentos del Renacimiento. sobre todo social. por cierto ya desnaturalizados.— El tipo de valor que se coloca en el trono. en el caso concreto. actividades delictuosas —por lo menos formalmente delictuosas— contra el estado y las autoridades. el factor económico no es el único que determina la conducta humana. el factor económico puede ser relativamente aislado y. Estas imbricaciones han confundido el tema y dado lugar a variadas polémicas acerca de la exacta importancia del factor eco­ nómico. von Mayr creyó descubrir una estrecha relación entre el precio del trigo y el número de hurtos. al no poder sostener a su familia. de las crisis económicas y de la riqueza. críticas que suden llegar al terreno de los hechos. pesan más que la economía y sus inmediatas consecuen­ cias. para él. Por descontado que aquí no se busca ni se logrará nun­ ca una exactitud matemática sino meramente aproximada. Sin embargo. La desproporción entre lo que se necesita y la capacidad pa­ ra alcanzarlo tiene consecuencias mucho más complicadas que las que se podría pensar en un primer momento. Para alcanzarla pueden investigarse tres temas en los cuales. A cada uno de estos temas le dedicaremos acápite especial. ha sido comúnmente acusada de aumentar el número d? delitos y de conductas antisociales en general. coactuan­ do. quiebras y desocupaciones gigantescas. 2. cuando el precio del trigo descendía. se supo­ ne. Con sólo re­ cordarlas. a su lado. — 278 — . aunque no esclusivamente con él. Y DELITO. y al revés. están también las causas biológicas y psí­ quicas.No se trata sólo de teorías. pierden autoridad y provocan la des­ unión en la misma. ya podemos prever la importancia que el factor econó­ mico ha asumido en nuestra cultura y la forma e intensidad con que puede repercutir sobre el delito. procesos inflacionarios y —raramente— de­ flaciones. clima de descontento propicio al desorden y tantas otras condiciones so­ ciales que sin duda se hallan estrechamente ligadas con el régi­ men económico. cada real de aumento en el precio del primero se manifestaba en un hurto más. a veces. sobre todo si son ele­ mentales. crisis más o menos periódicas que provocan cierres de fábricas. para imponer tal o cual sistema económico y reemplazar al que se considera caduco e injusto. La propia realidad nos muestra ejemplos de pobreza exagerada o de exageradas acumulaciones de dinero. alzas de precios y baja real de los salarios. huelgas y represiones frecuentemente conducidas fuera de los cauces de la legalidad.— La insuficiencia de medios económicos con qué cubrir las necesidades. por eso mejor estudiado. desde luego. se encuentran otras fuerzas sociales que. y. Ya el siglo pasado. aunque importante. Se trata de investigar los efectos de la po­ breza. padres que.— POBREZA. clt. Volviendo a la afirmación de von Mayr. por ejemplo. sin embargo sus influencias beneficio­ sas sobre la criminalidad son anuladas y hasta superadas porque no se cuenta ni siquiera con lo necesario para cubrir esos precios bajos (5). In­ vestigaciones más modernas han calificado de excesivamente sim­ plistas las conclusiones de aquél y se han fijado en otros índices. pp. como más importantes. — 279 — . por ejemplo. demostrando que existe. (4) Id. id. Exner. 264. En la apreciación de la pobreza y de la baja de los precios hay que considerar también ¡os casos de desocupación colectiva. viceversa. si se compara este poder adquisitivo con el índice de hurtos.. y la prostitución. Exner hace notjr que algunas veces la escasez puede disminuir el número de deli­ tos. La ob­ servación es tanto m&s digna de ser tenida en cuenta dado el proceso inflación!ata que casi sin excepciones vive el mundo desde hace tiempo. entre los delincuentes. d t pág. por un lado. Bio­ logía Criminal. hace notar la interferencia que pueden significar factores distintos a la mera alza en el precio del trigo o de otro producto fundamental. no se puede descuidar. 130. hay delincuencia no económica que puede atribuirse a causas de este tipo.. en­ tonces hay precios bajos. 147 -148. Como una derivación de este método. por otro (2). en la primera postguerra. (3) Ob. A continuación hace notar.: Hentig. (2) V. 137 -142. como lo haremos nosotros más tarde. véase principalmente el gráfico de la página 145. por tal razón. se halla aquel otro que pretende probar la importancia de la pobreza en la causación del delito. pág. se las consumía menos y se produjo una baja en la delincuencia causada por el alcoholismo Ó . (5) íd. y los delitos contra la propiedad. que no toda la delincuencia económica es atribuible a causas de ese tipo: y. loe. Al mismo tiempo. pp. la malta y la cer­ veza eran caras y de mala calidad. id.Estudios realizados en otras partes sobre el cer^ il más importan­ te en la alimentación parecieron apuntalar de tal manera la tesis de von Mayr como para convertirla en verdad indiscutible. V. así. Criminología. si se comparan los índices comerciales — que no dependen de un solo dato sino de la combinación de varios— es hoy posible comprobar que hay una relación proporcional entre tales índices. Quizá la necesidad de tomar puntos de referencia más complicados se deba a la naturaleza de la econo­ mía de este siglo que impide atenerse a un solo dato (*)• Por ejemplo. como valor comparativo.: Hentig. mayor nú­ (1) Para von Mayr. puede comprobarse una casi exacta relación inversa (4). el del poder adquisi­ tivo del salario. en general. Estos datos tienen. La dificultad en establecer los limites exactos dentro de los cuales se mueven las influencias de la pobreza no debe llevamos a desconocerlos. así se dan delitos que obedecen al ansia de figuración.. pero sienten que hay un abismo entre lo que poseen y lo que desearían poseer. una minoría muy pequeña. pp. ya que los pobres. sin duda. Esta situación es particu­ larmente notoria hoy. al lujo desmedido. 50-56. sea en cuanto a influencias que pueden ejercer o a la calidad de la de­ fensa que asumen. las personas de situación acomodada o ricas son numéricamente menos. mientras las clases acomo­ dadas tienden a la criminalidad fraudulenta.: Bames y Teeters: New Horteras in Crbninology. de la desnutrición. pero hay que guardarse de otorgarles valor decisivo en demostración de la tesis. pocas posi­ (6) En ese sentido. Esta pobreza relativa se da. la codicia es entonces el impulso principal para cometer delitos. (7) U . fácil de encubrir y difícil de probar (6). Pesan y a veces decisivamente en la comisión de delitos. más fáciles de descubrir y probar. a veces. en una sociedad consumista. 206. una que podría llamarse pobreza re­ lativa-o sea la insuficiencia de los medios en relación con los de­ seos y las ambiciones (7).206. también en las sociedades ricas en que los pobres constituyen. se inclinan a delitos violen­ tos. disgregación de la vida familiar. También existen diferencias notables en cuan­ to a los recursos de que pueden valerse ante los tribunales. en que la pro­ paganda impresiona mucho y en que cada uno quiere tener y apa­ rentar más que los otros. Id. en general. Ya Parmelee lo destacaba al de­ cir que la pobreza opera a través de la mala habitación con todas tus-consecuencias dependientes. Burt considera que existe. carencia de descansos adecuados. ya Niceforo: La Transformación del delito. pág. si bien no siempre de manera tan directa que sea fácil trazar la relación de causalidad. V. pp 205 . La pobreza relativa se da en quienes tienen lo suficiente pa­ ra mantener su vida. Sin embargo. como causa de delincuencia. Se podrá argüir que eso se debe a que también en la sociedad. obviamen­ te.mero de pobres que de personas acomodadas o ricas. mucho peso. — 280 — . Baroes y Teeters han demostrado que los delincuentes pobres son también relativamente más que en la co­ lectividad. más que a la pobreza tal como usualmente se la entiende. Los autores recién citados recuerdan también una opinión de Burt que merece ser tenida en cuenta. el 60% vivía en condiciones límites. La mala alimentación es la regla.255. (10) Datos en Hentig. En el 28% de los casos también la madre tenía que trabajar. pro­ duciéndose. pp. enfermedades qtie no son bien com­ batidas. Este.. ú sea con la ganancia del propio día sin ahorrar nada o muy poco (los au­ tores hacen notar que no se trataba de un período de crisis). tiene la ventajii de permitir mayores comparaciones. por ejemplo.1C). de los jubilados. 3.bilidades de progreso cultura!. ob. pp. lo cual contribuye a la inestabilidad general. conclu­ ye por crear un estado de desesperación en la gente. 254 . ya que generalmente las investigaciones abarcan ciclos enteros incluyen­ do momentos de auge y de crisis. de los tenedores de bonos o títulos de valor fijo. frecuentemente exagerada. Esta posibilidad ha ofrecido nuevas perspectivas por la agudización de los estados extremos en los últimos cincuenta años. Como consecuencia de la crisis. La prueba la obtuvieron los Glueck que hallaron en sus in­ vestigaciones sobre quinientos criminales que el 15% de las fa­ milias de ellos dependfan en su sostenimiento de instituciones de asistencia social. entre otras razones porque los desocupados llegaron a ser entre el 40 y el 50‘ o de la población útil y había que agarrarse a cualquier promesa algo firme de superar tan desastrosas condiciones <.— Este es otro método para determinar la relación entre situación económica y delito. cit. (B). etc. Si la situación se prolonga. produce migraciones internas y externas en busca de trabajo. la crisis actúa a través del aumento de la movilidad. como efecto de la desnutrición. La depresión conduce directamente al desempleo. — 281 — . se produce la ruina de los que tenían aho­ rros. (B) Later Criminal Careen. casi el 60% de las familias estudiadas habían tenido que tratar con ins­ tituciones de asistencia. pp.— CRISIS ECONOMICAS Y DELITO. el auge y el empleo completo tienen su propia delincuen­ cia. 49 . así se puede seguir en verdade­ ras ondas la marcha de la economía y del delito. públicos o privados. Pero no vaya a creerse que Ja incidencia en la mayor crimi­ nalidad sólo se encuentra en los momentos de depresión y de des­ empleo. cambios en la cons­ (8) V. efectua­ da en las peores condiciones. sobre todo de ayuda (9). el pueblo alemán aceptó a Hitler como a un salvador. suele presentarse un proceso de inflación. como se verá en el próximo acápite y también en e! capítulo dedicado a la guerra. a su vez. 2-3.97.: Criminología. así. En cuanto a las estadísticas podemos citar varias. En relación con estos fenómenos y tentaciones. el padre y el marido pierden su autoridad de tales. sobre todo en sectores sociales enteros que estaban acostumbrados a un cierto bienestar (u). al respecto: ReckJess. ob.. PP-125 . pero aún en el abatimiento. también.271.129.1913 y 1925. los esposos suelen separarse. 259 ..1936 muestran que el hurto sigue las variaciones económi­ cas: decrece en tiempos de auge y aumenta en las crisis. la expli­ cación puede encontrarse en el desempleo. conduce al abatimiento. hay que observar que parece más peligrosa que la pobreza continuada. 260. sino también en quienes de él depen­ den. de otro modo. No he ganado un céntimo en los úl­ timo* dos aftas y estoy cansado de vivir del socorro” . 248. En la cárcel de Sing­ Sing estaba un condenado a muerte-. (1S) V. se hubieran mantenido alejados. pp. pág. el alcalde Lawnes “recibió la siguiente carta de un veterano de la guerra mundial desocu­ pado: “Deseo morir en lugar d e . Los obreros parados se vuelven nerviosos. lesiones graves <1J). suelen presentarse momentos explosivos. 150 y 153. No se han hallado co­ rrelaciones significativas con los otros delitos. Exner expone datos referentes a ciclos relativamen­ te prolongados. aborto. irritables. se despiertan sentimien­ tos de repudio hacia la sociedad. La ayuda oficial que en casos graves suele crearse.. las cifras alemanas en los periodos 1883 . porque los hijos se lanzan a la calle. que será ejecutado la sema­ na entrante si su familia conviene auxiliar a mi mujer y a mis hijos por el resto de su vida.2). al fatalismo. El primero de los autores citados anota un hecho que vale la pena sea reproducido. pp. — 282 — .. por eso apenas puede ser considerada como una ayuda ma­ terial que deja pendientes multitud de problemas (. (12) Véanse: Hentig. prontos a la reacción violenta o totalmente abatidos. tales como los aten­ tados contra la moral.titución corporal.: ob. pág. mien­ tras uno busca trabajo lejos del hogar. (11) Puede verse. cit.262 y 269 . Criminal Befeavlor. la que se presenta como consecuencia de cambios bruscos. éste se coloca en vías de deshacerse. nota 44. toda vez que no pueden cumplir sus funciones de mantenedores del hogar. Taft. a la crítica que a veces llega al terreno de los hechos. no siempre concordantes. a la desilusión. Lugar preferente merecen las repercusiones psicológicas de las crisis. elt. y no sólo en los padres. Es natural y explicable que las necesidades pri­ marias urgentes conduzcan a muchos a cometer delitos de los cuales. CrtaninoloBy. a la vergüen­ za. y a través de mecanismos fáciles de comprender. donde integran pandillas infantiles y juveniles dedicadas a robar para obtener lo que el hogar no les da. Es también evidente que los suicidios masculinos aumentan en la depresión (. Los hurtos y robos se dirigen más a las cosas que al dine­ ro. durante la primera postguerra. menos oportunidades para cometer esa cla­ se de delitos. 158 -161. las crisis. el riesgo corrido (l5).. con datos que abarcan el período de 1857 a 1913. en sus investigaciones sobre estos aspectos. por consecuencia. Esto hav que tenerlo en cuenta especialmente. y el ciclo de los negocios. en lo cuantitativo y cualitativo. del delito. a veces consi­ derables. en general. ob. por diversas ciróunstancias. durante las épocas de crisis. 260 . (15) Ob. 122. en Inglaterra. y más cuanto m is gra­ ves. los de­ litos de encubrimiento se sextuplican en número (hay que colo­ car cosas. Dorothy Thomas. pp. Para ititerpretar la no alza de los delitos fraudulentos en las crisis. — 283 — . 3. Ya sabemos que las estadísticas tienen fallas. Los procesos inflación¡stas que se presentan como emergen­ cia de las crisis suelen también provocar caracteres especiales. d t. toda vez que el dinero obtenido no compensa o compensaría muy poco.— La conexión entre los delitos contra las personas y el ciclo de los negocios es muy pequeña" (H). pero no habrá un real aumento (14) Resumen contenido en la citada obra de Taft. (16) V. llegó a. Así. lo que poco menos que obliga a recurrir al encubridor). ocasionan cambios en la legislación y en la interpretación de las leyes. según Exner: los delitos contra las personas descien­ den en un cincuenta por ciento. porque éste se halla desvalorizado. pp.Por su lado. hay que recordar que en tales períodos decrecen el ritmo y el volumen de los negocios. En circunstancias de in­ flación. los delitos de incendio disminuyen porque en períodos como el señalado no es tan tentador el deseo de cobrar un seguro.las siguientes conclusiones: “ 1.261.— No hay ninguna relación estrecha entre la tendencia de todas las ofensas acusables y los delitos sin violencia contra la propiedad.— Los delitos violentos contra la propiedad aumentan en los periodos de depresión.: Hentig.6). d t. en la exactitud de los datos que proporcionan. ambos supuestos pueden traer aumentos en los delitos consignados en las estadísticas. se produjeron los siguien­ tes hechos. Lo contrario sucederá en los momentos de auge eco­ nómico. los delitos contra la propiedad suben en un 250% mientras los propios de los funcionarios se du­ plican. pág. la gente se vuelve más precavida y se ofrecen.. 2. son tan ligeras y referentes a casos tan especiales. sino simplemente a que es mayor el número de los descubiertos y de los sentenciados. Si bien en tales períodos existen algunas causas favorables. El último si­ glo ha dado muchos ejemplos siendo el principal el constituido por la evolución de la economía agraria poco tecnificada a la gran economía industrial. eso puede traer por conse­ cuencia un incremento de los lazos familiares.: en tal sentido. no todo au­ mento en las estadísticas puede corresponder a un aumento real de los delitos. ia baja en ios divorcios no se debe al fortalecimiento de tales vínculos —ya vimos cómo se suelen resentir— sino a que se carece de dinero para encarar los gastos judiciales (. de baja producción o de saturación del mercado. (18) V. en muchos casos.. 1M -167. se ha establecido. — 284 — . Se producen grandes migraciones. Además. por ejemplo. los hijos se emancipan prematura­ mente. la eficiencia y dedicación de las policías aumentan.de conductas sino una distinta calificación jurídica para las mis­ mas. sobre todo en algunos tipos de delitos. surgen nuevas costumbres aptas para producir desadaptaciones sociales y psíquicas <18). la competencia adquiere caracteres de oposición violenta. Pero pese a estas observaciones. cit. en las denominadas. se va produciendo un au­ téntico cambio de estructuras con todos los males que aparecen ante los ojos de cualquier persona. los jueces se toman más rígidos. pág. por eso. parece muy difícil de recha­ zar la influencia criminògena de las crisis. como las crisis suelen presentarse a modo de incu­ badoras de conductas antisociales y de gérmenes capaces de tras­ tornar el orden vigente.: López Rey: Introducción al Estudio de ia Criminología. ahora. pp. las ciu­ dades aumentan su población desproporcionadamente con respec­ to a la habitación disponible. Hay otros tipos de crisis que provocan también grandes cam­ bios en la delincuencia.7). Reckless. Este es un tipo de crisis que se da. sino de cambios radicales en la estructura económica de una nación. pero también hay que reconocer que. aparecen nuevos sistemas de ideas a los cuales hay que adecuarse con quiebra de las firmes convicciones anteriores. que durante las eri* sis disminuye el número de divorcios. no se trata tanto de carencia de empleos. 248. tantq más si el tra­ bajador posee mayor cantidad de tiempo libre.naciones subdesarrolladas. (17) V. En ellas. ob. que no pueden anular sino parcialmente la acción de otros factores perjudiciales. — PROSPERIDAD Y DELITO. Barnes y Teeters han demostrado. aumentan en los periodos y entre las personas prósperos. las si­ guientes estadísticas comparativas tomadas de datos de la dudad de Pittsburg: (19) V. véanse. 25. pég. eso puede explicarse porque existen más oportunidades de dinero fá­ cil y menos desconfianza de parte de las personas que poseen bie­ nes.. allí se presenta la opor­ tunidad para cometerlos. es también ver­ dad que la prosperidad. provocan el incremen­ to de otros tipos delictivos. Id. También observó que la riqueza posee su criminalidad peculiar pues ofrece determinadas oportunidades y especiales incentivos entre los cuales no deben descuidarse las mayores probabilidades de impunidad (20). trusts y monopolios. si la pobreza. las crisis periódicas. (21) Ob. llama la atención sobre el incremento de las violaciones. Ya el simple sentido común nos inclina a creer que las esta­ fas. tales como destrucción de materias primas para lograr alzas de precios.. por tal razón. las defraudaciones. por ejemplo. etc. 156 -158. pp. los jóvenes se inician prematuramente en el trabajo y ganan suficiente dinero corno para que éste resulte peligroso en manos Inexpertas. Ya Lomoroso hacía notar que el buen salario ocasionaba el que los obreros bebieran más y cometieran.: Le Crtme. más delitos violentos (19).— Desde antiguo. que es en las eta­ pas de auee cuwido florecen las pandillas de delincuentes. pudo comprobarse que las condiciones sociales tienen influencias con­ tradictorias. confianza que sufre agudo retraimiento durante los períodos depresivos (2I). la desocupación favorecen la aparición de ciertos tipos de delito.4. Por otra parte. es en las clases econó­ micamente más poderosas donde se dan delitos típicamente capi­ talistas. » . los fraudes en general. además. (20) Id. propaganda desleal. Mucha enseñanza se puede extraer de las etapas de auge eco­ nómico por las que recientemente ha atravesado el mundo a raíz del empleo total y de los altos salarios alcanzados durante la gue­ rra: eso desquicia el hogar porque sus miembros se dirigen a los lugares de producción. — 285 — . por su lado. social c individual. ¡ Hentig. Estas afirmaciones conservan su valor aún hoy y han sido confirmadas de distintas maneras. durante el auge. eit. se crea — como en la pobreza— un concepto materialista de la vida con mengua de la moral y de las buenas costumbres. pág. etc. sino a los condenados judicialmente. disminución y. por un lado.— Se suelen calificar de económicos los delitos que vulne­ ran bienes de ese tipo. a fallas es­ tadísticas. ob.8 71. no toda la delincuencia económica tiene su origen en causas de igual gé­ nero. — 286 — .4 85. en buena parte. no traerá la desaparición de ésta sino simplemente su transformación. por deseos de venganza.0 48. 267. que la delincuencia no económica puede tener cau­ sas de ese género. Tomemos el primer caso: delincuencia económica no debida a ca ¿as de ese tipo.— DELITOS ECONOMICOS Y CAUSAS ECONOMI­ CAS. pág..7 98.1 69.8 90.6 61. El hecho de que el delito descienda durante las épocas de prosperidad y se dé en menor proporción en las clases acomoda­ das y ricas puede corresponder a una tendencia general de la rea­ lidad.0 (^) La correlación es tan estrecha que no puede menos que re­ conocérsele un alto grado de seguridad como prueba de que hay una relación de causalidad. sin duda. las que no se refieren a los delitos realmente cometi­ dos. en ciertos supuestosr su aumento. En el segundo — delincuencia no económica con causas de este tipo— los ejemplos que pueden citarse son aún mucho más (22) Hentig. ahora bien: ya sabemos que la policía y los jueces son menos estrictos en épocas de pros­ peridad. cit. se hunde por medios delictivos a un rival.1 56. es el caso en que por celos.Año Violaciones 1930 1931 1932 1933 1934 1935 1936 1937 1938 1939 740 606 602 643 560 582 755 796 748 822 Indice Comercial 98.5 61. y que los ricos cometen delitos difíciles de descubrir y probar y cuentan con defensores e influencias políticas que pue­ den anular la justicia aun en casos en que la culpabilidad es clara. por otro. pero también se debe. 5. Pero es claro que. se incendian sus propiedades. se atenta contra su crédito. Esta verdad deriva necesariamente en otra: la supresión o alteración de algunos factores económicos que hoy im­ pulsan a la delincuencia. 131. y cada vez con mayor insistencia. el cual resultaría así culpado de todos o casi todos los males por que tenemos que pasar hoy. ctt. al tratar de la historia de la Criminología. Igual cosa puede decirse del aborto. los casos en que la com­ petencia industrial y comercial derivan en delitos contra las per­ sonas. Centenares de otros pensadores. por tanto.— Desde hace un siglo. la causa única y última de­ terminante de la conducta humana.— DELITO Y CAPITALISMO. de riqueza y pobreza. cuando no su desaparición total. Esta es la idea. Ya en otros capítulos de esta obra. abandono de hogar. etc. Estas posiciones revolucionarias suponen. 6. derivada. y no sólo marxietas. apuntan en el mismo sentido con sus críticas. sostenida por los comu­ nistas. von Liszt ya lo vieron desde los orígenes de nuestra ciencia (:5). El sistema capi(23) Sobre este punto. se ha difundido profusamente la idea de que un cambio radical de la organización económica ca­ pitalista traerá por consecuencia reducciones también radicales en la delincuencia. Turati. Podemos comenzar comprobando hechos indiscutibles que de­ muestran que el sistema capitalista es fuente de muchas fuerzas favorables a la delincuencia. Por eso. Ya no se habla. puede verse: Exner. resulta ingenuo el tratar ds establecer la importancia criminògena de la economía. piénsese en varias de nuestras huelgas sangrien­ tas y en sublevaciones indigenales (21). id. pero que tienen raíz económica. En Bolivia. como hace notar Exner. Son més numerosos de lo que se cree. de la pobreza.. bombroso. Colajanni. pp. criminal o no. pág.numerosos: Delitos contra la moral sexual pueden deberse a la promiscuidad. implícita o explícita. con los de la delincuencia. desde luego. ob.. sino de algo más. correlacio­ nando simplemente índices de precios o del movimiento industrial o comercial. La índole de la cau­ sación es demasiado complicada para que pueda ser aclarada con simplificaciones de este tipo (24). de manera simi­ lar pueden operar causas económicas en la prostitución y el celestinaje. directa o indirectamente. dejamos sentada la opi­ nión de Bonger que tanto tiene de verdadera. de períodos de auge o depresión. de modo que un cambio en aquélla traería lógicamente un cambio en ésta. profundo como sería la sustitución del propio sistema capitalistá. (25) Véase el capitulo citado de esta obra. sobre todo si sólo se toma en cuenta la que atenta contra la propiedad. a su vez. pero siempre dentro del mismo sistema económico. — 287 — . que la economía es. tenemos varios ejemplos de delitos de masas que se resuelven en atentados contra las personas. 130 -131 (24) Id. Ferri. a fuentes endógenas que ningún sistema social podrá borrar. Ya Ferri. en su tiem­ po. ¿desaparecerá el delito? La respuesta afirmativa puede obedecer sólo a un total des­ conocimiento de la realidad criminal. cit. (28) Citamos especialmente a este autor. de despilfarro de riquezas. 161 -171. es causa de inestabilidad económica.. In­ troducción al estadio de la Criminologia.47 y 117. La familia es minada y hasta destruida.talista crea ricos y pobres que lo son extremadamente. siempre habrá que tener en cuenta las causas antropoló­ gicas (2<). de quiebras. Pero ese no es el problema. Bames y Teeters. traería por consecuencia grandes cambios en la delincuencia y la disminución de ella en cuanto se deba al con­ curso de las causas anotadas y de otras que tienen igual origen. Defectos to­ dos evidentes. así como las bancarrotas. Y lo mismo piensa López Rey (a ) (26) V. para el autor men­ cionado. pp. 20. la división en clases contrapuestas ocasiona frecuentemente delitos. que corresponden en su fundamento. sino este otro: Modificado el sis­ tema capitalista o reemplazado por otro. de negocios arriesgados.: Ferri: Sociologia Criminal. por ansia de dominio. Porque. I. — 288 — . por ejemplo. v. ellas no son las únicas que actúan en tal sentido ni siempre son las más importantes: bas­ ta estudiar unos cuantos casos concretos-para darse cuenta de ello.. los delitos sexuales. contra toda norma cientí­ fica. de predominio del ansia de lucro indivi­ dual por perjudicial que sea a los intereses sociales. como lo son otros que podrían agregarse sin mu­ cho esfuerzo. sino siquiera la mayoría de los delitos contra las personas. ¿Podrá. por ambicio­ nes. nunca creyó que en un ré­ gimen de este tipo desaparecería el delito pues. 46 . evitar no sólo todos. hay deli­ tos típicos del sistema. como los trusts y monopolios. últimamente. o los delitos culposos y de omisión? Creemos que puede responderse que no. si bien las causas económicas tienen importancia y grande en la determinación del delito. los delitos por celos. y pese a sü formación socialista. a deseos de que éstos se ajusten a ideas preconcebidas. condiciona las periódicas crisis de que padece ol mundo entero. 208. afirman que la ausencia del delito sólo será posible en Utopía (:7). pese a las tendencias pro­ gresistas a que se atienen. que la superación de este sistema. A un esquematismo teórico que no quiere descender al campo de los hechos. por tanto. pp. Es claro. pág. el más justo posible. que implica la subordinación al capital de todos los demás valores so­ ciales e individuales. (27) Ob. porque dedica larga exten­ sión al tema de la economia como causa criminal única. el factor económico reformado. basada en un nuevo ordenamiento económico. pero los ataques más Rraves han de producirse siempre y precisarán ser reprimidos por el medio enérgico del Derecho Penal —se le llame así o no. como si las de tipo social hubieran sido anuladas. engendradas por este factor. aunque el párrafo citado sea claro y terminante. conteni­ das en la misma página y en otros numerosos lugares. Preferi­ mos. por tanto. sin ánimo de que sean tomadas al pie de la letra. como producto de situaciones individuales. no. pero otros. Ya vimos que los factores sociales se caracterizan por su doble influencia. para agregar luego. a veces se hacen en las conferencias. en una excepción histórica. entenderlo como una exageración de esas que. no tienen nada que ver coa la personalidad de sus autores”. evitará mu­ chas de las influencias nocivas actuales. comercial. aunque fuera por medios y en direcciones distintas a las de las causas existentes en el orden reemplazado. aunque se les llame sim­ plemente reaccionarios. y los individuos culpables serán verdaderos delincuentes. o de cualquier otro modo. pero es seguro que creará otras. 134. porque aquí no es cuestión de meros nombres— . Sin embargo. etc. que es la que nos interesa (29). supuesto que nunca se logrará unanimidad en la conducta de todos los miem­ bros de la sociedad: la mayoría se mantendrá en el terreno debido. ni está de acuerdo con afirmaciones acerca del origen múltiple del delito. Es que también entonces habrá factores sociales criminógenos. — 289 — . Esta afirmación es tan exagerada que dudamos pueda ser com­ partida inclusive por marxistas extremos. es preciso dejar constancia de que no se tratará sólo de la persistencia de los delitos debidos a causas predomi­ nantemente individuales. Ese ordenamiento tendrá sus propios bienes jurídicos que de­ fender contra ataques que siempre serán posibles. por eso. sin constituirse. enemigos de la sociedad. desencadenados por el factor econó­ mico. otra en el opuesto: y no hay base alguna para pensar que en lo futuro no siga sucediendo asi. las grandes revoluciones económi­ cas conocidas en la historia trajeron consigo profundos cambios. póg. Una nueva so­ ciedad. (29) Ruíz Funes llegó a hacer la afirmación de que hay delitos debi­ dos exclusivamente al medio. pues la palabra empleada no cambiará la realidad. El subrayado es nuestro).Empañado por la inmensa mayoría de los criminólogos moder­ nas que alguna vez ye detuvieron a estudiar casos concretos. tesis a la que se inclina Ferri. para llamar es­ pecialmente la atención. pero las novedades comprobaron ser capaces de empujar también al delito. (Conferencias. más concre­ tamente: "Muchos delitos.. Muchas de las conductas antijurídicas podrán ser reprimida^ por el derecho' civil. una en un sentido. . tales leyes —y consiguientemente. posible hablar sino por necesidad didáctica de lo político como algo independiente. de educación escolar y extraesedar. aunque tiene elementos que le son propios —por ejemplo. dictatoriales de derecha.. cada régimen crea ciertas oportunidades pa­ ra dar salida a las tendencias humanas. fascismo. etc. de prensa y cine.— ORGANIZACION POLITICA. cada uno de ello* implica tal o cual organización económica. pág. comu­ nistas. por tanto. 98. — 291 — .: Parme lee: Crtanteafegla.CAPITULO SEPTIMO LA P O L I T I C A 1. corporativistas.— La organización del estado según moldes democráticos. a otra popular. Tal sucede porque cada sistema gubernativo crea delitos dictando leyes pata proteger los intereses del grupo dominante. etc. familiar. (I) y. No es. Como que cada régimen supone la creación de un medio ambiente que le es propio y que influye en los distintos sec­ tores de la población. el sistema de garantías en asun­ tos no económicos— la mayor parte de ellos se encuentran estre­ chamente ligados con otros que son de distinto tipo. al nacismo. a una democracia li­ beral. no puede menos que caracterizar cua­ litativa y cuantitativamente a la delincuencia que se comete bajo su jurisdicción. También desde el punto de vista formal. la organización es­ tatal y el sistema de gobierno ocasionan indirectamente la baja o 1* de los delit0 6 . de ideales sociales e individua­ les. los delitos correla­ tivos— variarán de una monarquía absoluta. así como aquéllos otros en que se atribuye primacía a la sociedad. el individuo prima sobre el esta­ do. Las garantías personales quedan reducidas al mínimo mientras la regimentación desde arriba es la regla. para que se pueda deducir qué sucede en otros países. Es el ideal perseguido por las denominadas democracias a las cuales. una vez consolidados. si se dictan reglamentaciones para el ejer­ cicio de tales derechos. junto con las actuales divisiones de clases. En estos regímenes individualistas. En el otro extremo. creemos que nada es tan prove­ choso como fijamos en las relaciones de deberes y derechos que existen entre el individuo y el estado. 2. y la inicia­ tiva particular mientras no coarte la ajena.— Los gobiernos dictatoriales. se encuentran los regímenes autoritarios. Aquí pueden ser incluidos los regímenes que han hecho del Estado una entidad mística que tiene intereses propios. por espíritu de pre­ cisión. ya que una cosa es la teoría y otra la realidad.■ No hay régimen político sin delincuencia debida al propio régimen. en gene­ — 292 — . Pero sería tarea punto menos que imposible el determi­ nar cómo influye cada uno de los sistemas que han existido y que existen en la superficie del globo. Libertad y propia iniciativa son restringidas hasta donde se consideren compatibles con el bien general. Es verdad que. ellas no están destinadas a atentar contra el individuo sino más bien a asegurarle el recto mantenimiento de sus intereses. debería agregárseles el calificativo de liberales. Estos regímenes no puede decirse que sean fácilmente im­ plantables en forma pura. el mundo nos presenta regímenes más o menos intermedios. Razón por la cual sólo expondremos con alguna extensión las re­ laciones que con el delito guardan la democracia —liberal— y las dictaduras.' suponiendo que éste es su natural representan­ te o. éste no funciona sino para asegurar los derechos individuales y los intereses privados. existen o han existido hasta hace poco. es norma la li­ bertad mientras no lesione a otros intereses privados. cuyos poderes son de­ legados al Estado. En algunas organizaciones. go­ biernos que pueden ser presentados como exponentes de uno u otro tipo de doctrina. Sin embargo. traen. en que el propio Estado habrá desapa­ recido. el instrumento necesario para llegar a poste­ riores etapas de evolución. Para ello. Pero bastará caracterizar las influencias delictógenas en los ejemplos extremos. el cual debe someterse. en que el derecho del estado o de la sociedad se considera supe­ rior al del individuo. Es preciso simplificar de algu­ na manera el estudio. por lo menos.— LOS SISTEM AS AU TORITARIO S Y EL DELITO. en la mayoría de los casos. e puede lograr mucho sólo si esas leyes son eficaces. lo que no supone simplemente su agravamiento. para ello se agiliza el funcionamiento de los tribunales ordinarios. cuánto descenderían los delitos si la gente tu­ viera la certeza de que a cada uno de ellos le seguiría inmediata e ineludiblemente el castigo establecido (z). las siguientes para explicar la disminución en los delitos comunes: a) Las dictaduras crean ideales populares que arrastran a las mayorías y las unen. por intimidación. Si éste es tenido como segura consecuencia del delito. las que aumentan la intimidación. Exner so pregunta con razón. Se han dado. pues para éste es aquélla la que determina la moralidad o inmoralidad de las acciones. sino su correlación con la corregibilidad del delincuente. — 293 — . estos regímenes suelen asegurar la tranquilidad política y social creando para tal efecto organismos eficaces para luchar contra toda alteración del orden. la simple sanción de una ley ya tiene la virtud de atraer la atención del pueblo. entre otras. facilitando el espíritu de cooperación y da sacrificio y formando un ambiente contrarío al egoísmo. La flexibilidad implícita en estas activi­ dades es conseguida porque el juez tiene en los países dictatoria­ les más libertad de acción.ral. si se cumplen estrictamente. por la poca consideración que merecen lo* derechos individuales. Por eso. en las ocasiones en que los delincuentes pro­ (2) V. por ejemplo. tanto sustantivas como adje­ tivas. pueden llevarse a cabo medidas de seguri­ dad que serían imposibles o muy difíciles en las democracias. :.: Biología Criminal. pero no basla dictar la ley para que automáticamente se obtenga. se crean otros especiales y se forma un ambiente en el cual es convicción que el delincuente tiene muchas más probabilidades de ser castigado que de escapar al castigo. Bus­ can restringir o abolir la libertad económica en sus aspectos per­ judiciales. d) Refuerzan las leyes penales. c) Garantizan cierta estabilidad económica así como un pla­ neamiento racional que impide o amortigua las crisis periódicas. 197 • 198. un descenso de la delincuencia. pp. e) Aplican adecuadamente las sanciones. anula la desocu­ pación y realiza grandes proyectos en beneficio de las masas. disminuye la distancia entre las clases sociales. Pen­ semos. un descenso de delincuencia común y un aumento en la de­ lincuencia política. es decir. Numerosas son las razones que permiten explicar estos fenó­ menos. b) Una vez consolidados. nada raro que descienda el número de acciones criminales. En tales países. Los delitos de riñas y peleas. así como otros grupos que eran manteni­ dos. sujetos a de­ tención indeterminada. la creación de un derecho penal administrativo amplio. etc. prostitución clandes­ tina. en estado de reclusión o de vigilancia especial.. La esterilización. h) Asisten a la juventud y a los anormales. por simple garantía. etc. la obediencia y el respeto por las autoridades cons­ tituidas. Los estados tota­ litarios no descuidan a la juventud huérfana o mal vigilada por los padres. — 294 — . 251 . etc. son grupos que tienden a uniformar la conciencia ciudadana y adap­ tarla al orden. Como muestra de la eficacia preventiva de algunas reglamen­ taciones. de que sean retirados preventivamente de la vida ordinaria. las organizaciones juveniles.. disminuyen inmediatamente. (3) Sobre la9 sanciones establecidas en los países dictatoriales. con un simple trá­ mite administrativo. así como límites a las zonas en que uno puede moverse libremente. todo ello dificulta el cometer delitos o el escapar a la sanción consi­ guiente. Como un ejemplo de este descenso. buscando formar una conciencia uniforme en todos los habitantes del país. la conscripción militar. la mayor parte de cuyos actos se ha­ llan bajo supervigilancia de las autoridades. sino que las organizaciones juveniles toman al niño desde temprana edad y ofrecen un ambien­ te en que se educa para la disciplina.fesionales germanos eran. No sólo se crean orfanatos. abarcan la etapa inmediatamente anterior a la ascensión de Hitler y a los primeros años de su go­ bierno (cuadro 1). la participación de la po­ blación entera en el control y vigilancia de la conducta ajena. podemos citar los casos bolivianos en que el Estado de Sitio ha sido acompañado con disposiciones que limitan el hora­ rio de funcionamiento de lugares de diversión. pp. los clubes depor­ tivos. sobre todo por delitos sexuales. En cuanto a los anormales. f) Educan totalitariamente. El refuerzo de la po­ licía y de otros órganos represivos o preventivos. de expendio de bebidas. como medida preventiva.312. g) Regimentan la vida. La regimentación suele llegar hasta a fijar horas para ciertas actividades. podemos citar estadísticas referentes a la Alemania nazi. pue­ de verse la obra de Ruiz Funes: Everaelóa del DeBto PoHttea. Los sindicatos y gremios. existen mayores posibilidades que en las democracias. y la castración existieron desde los primeros momentos del régimen na­ zi y contribuyeron a dificultar y hasta imposibilitar la com isión de algunos delitos (5). para ello se utilizan to­ dos los medios de propaganda y se toma en cuenta a todas las edades y clases sociales. .2 36 25 14 13 4.5 21. ........4 189 201 344 3....8 26 0.... . ............ ...... Apropiación indebida ...... Contra la persona ........ . Crímenes y delitos con­ tra la m o ra l.. Hurto g ra v e . Encubrim iento.3 20... II... pág.3 115 2.......000 habitantes responsables...8 212 174 372 3... Falsificación de docu­ mentos ....CUADRO I (Por 100.....6 28 0...125 592 963 553 761 419 737 404 300 266 556 3.. E s ta fa ..... Perjurio (falso testimo­ nio) ...... 187.... ......... H om icidio..... la juventud .7 2...95 8.....2 90 1. Daños materiales . Contra la propiedad IV... .... .......5 6........ A sesinato...1 30 0...5 1... «b....20 0........ I...... Media 1931/32 1933 1934 1936 1...6 273 221 476 3... ..... .... ..9 15 78 U 1.... — 295 — .. ...6 2........... . criminalmente condenados) DELITOS Crímenes y delitos en g e n e ra l. d t ......32 1. Lesiones corporales g rav e s...3 1...2 3..63 0.. III...6 5... Atraco y exacción vio­ lenta ... Fuerza y amenazas con* tra los empleados .. De ellos....... A b o rto .6 5.7 9 39 0...3 18 14 1.........02 7.............4 16 8 1 15 9 0..... Incendio doloso..... Hurto l e v e .8 12 64 25 21.......29 0..8 66 162 49 78 46 153 49 49 28 120 30 37 32 111 26 29 2. Exacción . Funcionarios ........... Contra el estado y el orden público ..9 («) (4) Cifras «»signadas por Exner..... Todo el nuevo orden es protegido con medidas a veces draconianas.Sin embargo. al ser preguntado acerca de las diferencias entre una dictadura y una democracia. Un profesor. para éste. para aquél. el reo común resulta un privilegiado en relación con el político. pálidos de terror y temblando. alguien golpea a mi puerta a hora desusada. Aun en las apelaciones y ei sistema penitenciario. pero no para el político. que pueden ser mostradas con orgullo a los visitantes propios y extraños y que son alardes de técnica penitenciaria. apenas se oía el timbre en la noche. Al fin: un vecino que queria una aspirina. sólo incluyen a aquellos que han sido condenados por autoridades judiciales. En Alemania. Ahí tienen Uds. refugiado hebreo que huyera de la Alemania nazi. o el lechero que ha venido más temprano que de costum­ bre. ma­ las interpretaciones. sus naturales derechos. por causa de al­ guna tensión insoportable. porque. suelen ser falsas. Conductas que en un régimen democrático son lícitas por ser resultado del lógico juego de intereses partidistas. con torturas mate­ riales y mentales Uenas del más exquisito refinamiento. desacato o sedición en un régimen dictatorial. Ello se debe no sólo al hecho de que en los tiempof actuales el ansia de libertad es invencible. mi familia siente fastidio. se abrazaban a mis piernas. — 296 — . decía: "Si aqui —país democrático—. Sometida al estado. mi espo­ sa y mis hijos saltaban de la cama. Pero la experiencia era suficiente para que no se durmiera el resto de la noche. la diferen­ cia entre la democracia y la dictadura” . detenciones ante las cuales no caben recursos legales de ninguna clase (s) crea un sistema de represiones inter­ nas que concluyen o en anormalidades mentales. Pero es característico que en los esta- (S) Es rasgo común que en los regímenes totalitarios exista un orden de garantías para el preso común. queda como contrapartida el incremento en los delitos políticos. El continuo temor de delaciones. sobre to­ do si los golpes cortan el sueño. sino a que se dic­ lan toda clase de disposiciones con las cuales se crean nuevos ti­ pos delictivos. son califi­ cadas de traición. c en actos de violencia que son una sobrecompensación para el miedo constante en que se vive. las instituciones modelos. desconocidos. Las propias estadísticas de delitos y de detenidos. todos conjeturan: quizá un tele­ grama. yo mismo estaba en iguales con­ diciones. los campos de concentración) o los campamentos de trabajo forzados o los lugares insalubres de confinamiento. los que pueden ser aplicados generalmente por ana­ logía. pese a mis antecedentes de oficial que en la primera guerra fue condecorado por su heroísmo. el cual se halla prácticamente indefenso frente al poder del estado. hasta la vida privada —que deja de existir como tal— . se limitaba a comparar hechos de la vida co­ tidiana. La persona humana es desvalorizada. mutilaciones. al lado del Derecho Penal administrado por los jueces. es corriente que estén llenos de personas cuyo destino ha sido decidido por la po­ licía política. a las que conceden una inmensa ampli­ tud para proceder en condiciones de “peligro social o político". sobre todo altos. Como escapan todos los delitos de funcio­ narios. sin temer la censura o intervención de los tribunales ordinarios. los deseos largo tiempo reprimidos explosionan como el agua largo tiempo contenida por un dique. Po­ ro. por ejemplo. Por lo demás. lo son desde el punto de vista del ordenamiento jurídico aún de las dictaduras. contra cuyas resoluciones no cabe recurso alguno. no existe ni la más remota posibilidad de denunciar eficazmente los excesos que cometen y que se resuelven muchas veces en lesiones. Piénsese. Naturalmente. impuesto por la tuerza y el temor. las autoridades no brindan ningu­ na ayuda. ni siquiera existe un derecho penal administrativo: basta la mera costumbre o el abuso de liecho que no puede ser contenido por las víctimas. se forme un derecho penal policial. cuando el régimen cae. tales delitos no quedan consignados en las estadísticas ni sus autores son enjuiciados. no trae por consecuencia la aparición de una disciplina de hondo funda­ mento interno. La vida efe continuo temor quita el sentido de responsabili­ dad personal o lo atenúa. cuyas sancione* son aplicadas por las policías.dos dictatoriales. por lo menos mientras otros más altos no denuncien el caso. no hacen ningún esfuerzo para que tales culpables sean descubiertos. — 297 — . sobre todo en los jóvenes que. De ahí la delincuencia que se presenta. que en los últimos tiempos se ha de­ nunciado la “desaparición” de cerca de veinte mil personas sólo en el denominado Cono Sur de Sud América. ¿quién denunciará a tal o cual guardia o al jcl'e de campo? Es­ tos delitos —que los hay a millares— . El orden externo. la formación de dicho sentido supone ejercicio de la libertad. pero esca­ pan de las estadísticas. testigos las reacciones producidas en los países dicta­ toriales. Otras veces. La enorme ola de de­ lincuencia que se presentó en los países dictatoriales al concluir la última guerra —y cuyas cifras exactas o aproximadas probable­ mente nunca serán conocidas— ha sido una prueba aleccionadora. Esta intervención omnipotente trae por necesaria consecuen­ cia la comisión de delitos por los vigilantes y por los partidarios del gobierno. Los campos de concentración y de trabajo forzado. no saben cómo actuar cuando deben obrar por propia iniciativa. Si aquella disciplina falla. violaciones y hasta muertes. acostumbrados sólo a obedecer y a ser llevados de la mano por las autoridades. .794 (6) (8) Estadística» consignadas por Exncr.— 954 — .... ib............. clt.... ett.. d) Contra la traición en el pueblo alemán y las maquinaciones de alta tra ició n .. Huí* Fuñe«..... “defensa del pueblo j del estado” .. puede verse.... .... ob. 167 ..... Crímenes y delitos contra el estado.......... Alta traición.. inscribiéndose obligadamen­ te en él.. b) Contra el terror p o lític o .... 1932 1933 151..698 11. 2........... . A la luz de estas razones hay que examinar las estadísticas arriba mencionadas sobre delitos comunes y al evaluar las que en­ seguida se dan (cuadro II) sobre la delincuencia política en el Tercer Reich...290. .............. 180... en total .. Crímenes y delitos contra las órde­ nes del Presidente del Reich: a) En la lucha de disturbios polí­ ticos. preparación a la alta tra ic ió n ........ desempeña gran papel la adulación de los jefes —pese a las creencias internas de cada uñó— y la necesidad de someterse a los dictados del partido. como los da ’‘ataques Insidio­ sos'*..............547 291 1.. orden público.......... pp..........Dentro del proceso de desmoralización personal que se da en las dictaduras... el que nos dirá que esa ambigüedad es intenciona­ da.. religión. etc....084 230 1..... para poder sobrevivir y para evitar ser víctima de abusos y de represalias continuos........ 3..... e) Para la defensa de ataques insi­ diosos contra el gobierno de la Revolución N acional. CUADRO II Número de delitos DELITO 1.... — 298 — .— 3.. corresponde al Dere­ cho Penal...961 137..128 66 — 3..... 133 — .... Para una visión de la tipíflcadón del delito en loa países to­ talitario«... La tarea de aclarar conceptos ambiguo«.. c) En defensa del pueblo y del es­ tado ........ pág..... ... frecuentes en América Latina y otras zonas subdesarrolladas. Lo mismo puede decirse cuando se trata de comparar la de­ lincuencia en regímenes imperantes en distintos países. 3. estas contraposiciones dan lugar a la comisión de muy variados delitos. y que con­ duce a la aparición de crisis periódicas. que van desde la simple desobediencia a órtlenes legales. Cada régimen se esfuerza por ocultar las cifras que le sean desfavorables. a algo orgánico que correspon­ de a ideologías bien determinadas. que luego se enumeran. No a los casos. de comparar la delincuencia dentro de un mis­ mo país. a veces. en otras que el lector pudo in­ ferir por sí mismo. que atraviesa por distintas etapas políticas. por la importancia que tienen. buscando burlar sus leyes. pero el poderío económico es muchas veces tal. desocupación. desde luego. que provoca competencia la cual no siempre es llevada por caminos legales. Estos casos suelen combinar lo peor de todos los re­ gímenes políticos. c) Inestabilidad social por las frecuentes luchas entre patro­ nos y obreros. pueden agregarse algunas. Hay países dictatoriales que hace tiempo arguyen que han poco menos que eliminado la delincuencia. Cuanto se ha dicho de los regímenes autoritarios se refiere. así como insis­ tir. hasta asesinatos y des­ — 299 — . Sin embargo. entre sindicatos y empresas. La paulatina eliminación de los más débiles da lugar a la constitución de trusts y carteles generalmente prohibidos por ley. b) Inestabilidad económica.Este método. en que no hay dic­ taduras sino simples tiranías personales o de grupo. sin sistema ni ideología. ofrece muchas enseñanzas a este respecto. El ejemplo de la Standard OH en los Estados /Unidos.— DEMOCRACIA Y DELITO . Tampoco las estadísticas son confiables y. con sus fenómenos de po­ breza. pero no proporcionan datos probatorios. ofrece flanco a la crítica. etc.— Al revés de lo que su­ cede en las dictaduras. ni existen. la ambición y el deseo de dominio llevan a guerras verdaderas. en la» democracias aumentan los delitos comunes mientras disminuyen los políticos. que no puede ser controlada de­ bidamente por las reglamentaciones parciales dictadas. que posibilita el librar luchas contra el propio estado. de las que no quedan excluidos los medios violentos. Las razones para esta inversión son deducibles en buena parte de las que se dieron para explicar la delincuencia en los estados totalitarios. a auténticos sistemas. Podemos enunciar así las causas que provocan los caracteres del delito en las democracias: a) Libertad comercial e industrial. migraciones. f) Mayor inestabilidad política. para con­ servarse en el puesto. g) Mayor inestabilidad jurídica. pero en éstas no se debe a la necesidad de asegu­ rarse cargos ante elecciones en que se juega todo. Id. en que los políticos reciben apoyo electoral a cambio de granje­ rias o impunidades (s). V. se creen impunes y cometen toda clase de atropellos y exacciones. (8) Para darse una idea de los extremos de podredumbre política a que puede llegarse en las democracias. especialmen­ te los capítulos V: “Política y Delito” y VI: "Política y Poli­ cía". e) Corrupción administrativa. pero en las democracias nunca faltan críticas públicas. se crea un verdadero sistema de do ut des. "Es más fácil que un rico entre en el reino de Ion cielos y no que un policía de una ciudad grande sea honesto". En las dictaduras. Bames y Teeters insisten en lfis intimas relaciones existentes entre la política norteamericana. id.: New Horizons in Criminology. Desde luego. como fuente de delitos. 36 y ss. sino precisa­ mente a la omnipotencia de los funcionarios que. las dictaduras muestran mayor estabi­ lidad. — 300 — . ellaS suelen suponer cambios a veces grandes en las nuevas concepciones del gobierno. cada político o funcionario echa mano de toda suerte de influencias y malos ma­ nejos para lograr el apoyo inclusive de los criminales. el gangsterismo y el vicio comercia­ lizado del cual aquél oftiene sus mejores ganancias. esta corrupción pro­ viene de la altemabilidad en los puestos públicos. consecuencia de la anterior. Esta inestabilidad se d^be en buena partcr a que en las democracias liberales tienden a agrandarse las distancias que separan a las distintas clases. lo que ocasiona desconfianza del público en la administración en general. pp..: Tannenbaum: Crbne and tbe CommunUy. en sus ideales.. elecciones suponen una ratificación de lo que ha (7) V. también existe una corrupción administrativa en las dictaduras. 258). En gran parte.tracciones (7). h) Mayor agitación electoral. 65 . pues cada renovación supone un cambio en el régimen jurídico nacional. pero especialmente en la de justicia y en la policía. En este aspecto.76. la descripción de los vicios democráticos es tan viva y franca como sólo puede permitirse en una democracia. las. V. consecuencia de las periódi­ cas elecciones. pp. mientras cuen­ tan con el apoyo de sus superiores. por eso suelen cometerse defrau­ daciones y malversaciones en mayor cantidad.: Id. en sus obje­ tivos prácticos y en sus medios. explicable doiide predomina el individualismo. (Id. pág. el dictador y sus secuaces suponen una protección tan segura como la de los caciques políti­ cos. d) Poca vigilancia por los intereses del Estado. están lejos de ser raros. pero nadie se preocupa de llevarlas ante los tribunales. ca­ lum nias. esle daño es concebido dentro de lím ites más estrechos que en las dictaduras. sobre todo aquéllos no vinculados con la defensa del estado com o tal (ejem plo. Las actitudes. y no sólo ideas discrepantes y de oposición. Por ejem plo. Lo mismo dígase de los duelos: la mayor parte de las legislaciones consideran que ta­ les conductas son delictivas. en todo lo que no dañe a la sociedad. j) D escuido de las generaciones jóvenes. de ahí las fuerzas que se contraponen» a veces violenta­ m ente. La persona humana obtiene una valoración más alta. por obtener el triunfo. pero no se hallan cubiertas por el D erecho Penal. . Y las que se aplican siem pre lian de tener en cuenta el principio in d u b b io pro reo. al m enos por es­ tas razones.. Fraudes electorales. sino los creados en defensa de tal o cual partido o ideología.decidido el partido. con su secuela d e juicios y de duelos Ó . ia aplicación de m edidas de se­ guridad en gran escala. Las contrarias ideas políticas. A que­ llas perm iten que delincuentes profesionales. que en las dictaduras. el de se­ dición o resistencia a las autoridades). inti­ m idaciones. impunes. k) Garantías individuales a veces exageradas y que impiden o dificultan la realización de una adecuada política crim inal. Son esas garantías las que dificultan. — 301 — . sociales y económ icas dan lu ­ gar a luchas de propaganda o electorales que significan una salida legal para las propias ideas. insultos. principalm ente del tipo educativo. (9) Lo que las estadísticas digan al respecto. i) Libertad d e expresión que da lugar a críticas. porque hoy se han convertido en luchas ino­ fensivas. principalm ente. los politicos aludidos se hallan tan acos­ tumbrados a la propaganda injuriosa que no reaccionan ante ella a menos que se trate de asuntos muy graves: la mayor par­ te de estos delitos quedan así. así co­ mo su libertad. Pero los delitos políticos dism inuyen. queden im punes en virtud de su habilidad. delitos que pueden darse por inexistentes en las dictaduras. existen. sobre las cuales las autoridades ejercen una supervigilancia m ucho m enos estricta y a la cual suelen prestarse m enos atenciones. sin duda está muy por debajo de la realidad. En las dem ocracias las elecciones son realmen­ te tales. condenado por evasión de im puestos. terminara su vida en la cár­ cel. no ha dejado de causar se­ rias reflexiones del hecho de que un contrabandista y jefe de ase­ sinos tan notorio com o Al C apone. coh echos. . etc. con lo cual se da una causa formal que ex­ plica el escaso núm ero de este tipo de conductas. 183 . las democracias no han engendrado un Derecho Penal Administrativo comparable en extensión al de los países totalitarios (10) y (")• (10) Por desgracia. Estas razo­ nes son tanto más de tomar en cuenta. también los regímenes demo­ cráticos han comenzado a dar impulso a este Derecho Penal Ad­ ministrativo. sobre todo. generalmente sujeto a lo que digan autoridades policiarias o especiales. se aproxima mucho a las estadísticas. si el número de delitos po­ líticos en las democracias. en los últimos afios. dt. en todo caso. existen mecanismos legales para recurrir contra ellos. pp. pues casi todos ellos son sentenciados por autoridades judiciales y van a parar a aquéllas. ob. (11) Para todo este capitulo consúltese. Exner. — 302 — .. poco p u ed a apli­ carse las garantías procesales consignadas. en el derecho común.La vida se desarrolla dentro de una normalidad mayor por­ que no existe temor ante abusos de las autoridades y. ante estas aberraciones.202. Los factores capaces de impulsar al de­ lito varían no sólo en relación con los tiempos de paz. en la guerra merecen alabanzas. Así. Para juzgar adecuadamente la delincuencia en estos períodos excepcionales. pero está dispuesto a aplaudirlo si aniquila a un ^batallón.C A P IT U L O OCTAVO QUERRAS Y REVOLUCIONES 1.— La lucha armada entre dos o más estados. sino tam­ bién Kgún sean las etapas de guerra. En — 303 — . el matar es un recurso necesario y si se realiza en gran escala puede convertirse en causa de fama.se producen estas conductas ellas son censuradas por la comunidad y castigadas por los tribunales. halla vías de salida compensatorios que no atentan contra la integridad física o la vida del adversario: por lo menos. du­ rante la guerra. el que rehúsa matar es fusilado por traidor. cuando existe. causa profundas alteraciones en la mar­ cha normal de la sociedad. La civilización impli­ ca un proceso de inhibición del odio y de sus manifestaciones vio­ lentas. los daños por los cuales normalmente se iría a la cár­ cel. el odiar se convierte en un deber patriótico. Todos se horrorizan si uh hombre mata a cinco personas o dinamita una casa en tiempo de paz. el que se niega a odiar merece el ca­ lificativo de débil o cobarde.— ALTERACIONES SOCIALES EN EL ESTADO DE GUERRA. que re­ cibe el nombre de guerra. incendia una fábrica o desmenuza una ciudad del enemigo. aquél. La guerra supone un cambio total de la actitud del hombre frente a grandes grupos de sus semejantes. En cambio. si. es preciso tomar en cuenta varías consideraciones. Criminología. ocasionan olas migratorias que involucran a grandes sectores de la población. los puestos de los movilizados son llenados por mujeres. son las estadísticas referentes a los delitos cometidos por los civiles y contra las disposiciones pena­ les corrientes (*). La existencia de tales industrias. la constitución de reservas adies­ tradas que abarcan a millones de hombres. cuando la guerra no alcanza sólo a pequeños ejércitos nacionales. Las únicas que podrán servirnos de guía. En momentos tan irregulares. ocasionando nuevas olas migratorias. La economía queda trastornada pues debe colocarse al ser­ vicio del esfuerzo guerrero. desde luego. los que abandonan familia y bienes. los cuales. Los salarios se elevan. v. lo? innumerables delitos cometidos por las fuerzas armadas o dentro de ellas. el frente absorbe a millones de hombres en lo mejor de la edad. sino principalmente en la etapa de readaptación postbélica. (1) Para un análisis de estas alteraciones. 176 -177. Eso no sólo causa alteraciones durante la guerra. Ahora. una vez concluida la guerra. causan la prolonga­ ción de las guerras por años. no es posible pedir gran exac­ titud a las estadísticas en las cuales no ingresan.404 y Ruiz Funes: Conferencias. tienen que volver a su lugar de origen. pp. Lo anterior es tanto más digno de ser destacado hoy. la guerra los altera y tien­ de a mecanizar a los hombres y mujeres. se dejan de fabricar productos de paz. La creación de industrias bélicas. La civilización también ha significado el mayor respeto por la persona humana frente a los intereses del grupo y la constitu­ ción de una escala racional de valores. inclusive cuando las fuerzas de los contendientes son desproporcionados entre sí. pero por escasez de mano de obra. no sólo porque contribuye a sostenerlo median­ te la fabricación de armas y municiones. pp. sino porque los ataques del enemigo se extienden a las ciudades e industrias que son co­ mo el nervio impulsor de las actividades en el frente de batalla. ancianos y adolescentes. capaces de muniF de recursos a los ejércitos por largo tiempo. de centros de adiestramien­ to militar y de embarque. 391 . cosa que suele alterarse al producirse la desmovilización. La retaguardia participa en el esfuerzo bélico. la guerra se basa en la creación de hábitos total­ mente contrarios a los propios de la vida normal en sociedad. — 304 — . los traslados de tropas y la evacuación de lugares peligrosos.otras palabras.: Hentig. ya sea contra el enemigo o contra los propios. sometiéndolos a una dis­ ciplina externa que es difícil de soportar por largo tiempo. las destrucciones no son grandes. éstos tienen asegurada la satisfacción de sus principales necesidades. en menor propor­ ción. Al iniciar la guerra. la delincuencia sigue las mismas lineas en cuanto a fluc­ tuaciones cuantitativas y tipos de delitos. las industrias de guerra crean un auge económico repre­ sentado por altos salarios y por la absorción de todos los desocu­ pados. en la femenina y. se descubren menos delitos. Esta alza sé da principalmente en la delincuencia juvenil. luego.— Observaciones qiie se han llevado a cabo ya por más de un siglo y que se han tomado más detalladas en la primera y segunda guerras mundiales.: Léauté: Crlminologie et Science Pénltead*tre. en la de los ancianos o personal no movilizado. hay algu­ nas variaciones. La situación económica no ha desmejorado. pág. a que el brazo de­ recho de la “V” sea más alto que el del izquierdo o del comienzo de las actividades bélicas. por su parte. por­ que son llamados a reemplazar a obreros y empleados moviliza­ dos. Léauté ha hecho notar que la gráfica de la evolución cuan­ titativa de la delincuencia tiene la forma de una “V ” mayúscula (2). han mostrado que en ge­ neral. tienen que ser iniciados en el trabajo prema- (2) V. Existe un gran entusiasmo que unifica al país y ahoga los sentimientos egoístas. Pero el tiempo pasa y poco a poco el desánimo cunde en los sectores menos resistentes de la población: primero entre los niños y adolescentes y luego entre las mujeres. Hay que tener en cuenta. Se parte de un determinado nivel de preguerra. Inclusive mujeres y adolescentes participan del auge.2. Sin embargo. a que los policías son movilizados y. sino todo lo contrario: existen aún artículos de pri­ mera necesidad en cantidad suficiente. al comenzar la guerra hay un descenso considerable. 210. Lo que se ha tenido que padecer aún no es tanto como para que las perturbaciones mentales aparezcan en cantidades mayores que en tiempo de paz.— FLUCTUACIONES DE LA DELINCUENCIA DURANT E L A GUERRA. al mismo tiempo que arrastra a la población masculina precisamente en los períodos vitales en que muestra mayor incli­ nación al delito. que las esta­ dísticas pueden contener muchos errores debidos a las más varia­ das causas. además. — 305 — . por tanto. Ello se debe a que la movilización retira de la circulación a mu­ chos delincuentes profesionales o simplemente reincidentes y ha­ bituales. la delincuencia disminuye notoriamente. pero luego un alza continua que puede llevar y muchas veces ha llevado. Los primeros ven a su hogar desquiciado. o a que surgen ambientes de gran tolerancia o intolerancia respecto a tales o cuales delitos. por ejemplo. Niños y jóvenes llegan a dar cifras altísimas de delincuencia. al ser notado por el pueblo.53. primeras protestas con­ tra aquellos a quienes se consideran privilegiados. 185 . las mu­ jeres tienen que conseguirlos para mantener al hogar y eso las lleva a cometer actos ilegales. Las muje­ res y funcionarios se ven cada vez más tentados a ella. todo sistema de racionamiento hace aparecer enseguida un mercado negro. que ya es baja. (4) V. Por su parte. lo que ocasiona gigantescas migraciones. las largas abstenciones sexuales en los soldados. a veces. corrupción de funcionarios públicos.venta de influencias y. de graves delitos porque las provisiones implican no sólo estafas económicas. Se firman contratos para el aprovisionamiento de armas. incide contra el entusiasmo guerrero del mismo— a través de com­ pra . Si sus hogares son bombardeados. mu­ niciones y alimentos o ropa para los soldados. cuando no de los bombardeos enemigos. La insegu­ ridad por el mañana. ellas se extienden a la población civil que vive bajo la continua presión de la propaganda. la continua pro­ paganda sobre sus sacrificios. llegan a las estadísticas. (3) Pueden verse datos en Bames y Teeters: New Horizona in Ciimlnotogy. Los obreros.furamente y son más afectados por la propaganda bélica. sufren graves shocks nerviosos. sino peligro pa­ ra los propios soldados y las operaciones que llevan a cabo (J). La crisis de artículos agrava los delitos anteriores. Los mejo­ res optan por la política de resistir resignadamente a los saci'ficios impuestos. por haber sido denunciados y condenados. inclusive por si se vivirá o no para verlo. sobre todo jóvenes. tienen que trasladarse a los lugares donde funcionan •las industrias privilegiadas det momen­ to.. Algunos meses más y surgirán los primevos síntomas de des­ aliento. dado el espíritu del momento. Comienzan a aparecer las primeras influencias de la guerra en las anormalidades mentales. a contribuir con su pudor al esfuerzo bélico. con su secuela de falsificaciones de cupos. lleva a muchas mujeres. ellos son rápidos medios de enriquecimiento —que. de ahí el aumento de delitos sexuales (4). pp. Ruíz Funes: Conferencias.186. de los cuales. una proporción menor a la de los tiempos de paz. Crece el número de enfermos mentales. Las industrias son destruidas o transformadas para la producción d : guerra con lo cual escasean los artículos de consumo civil. etc. La desmoralización general cunde por los nume­ rosos casos de adulterio. especializados o no. 52 . pp. — 306 — . mi­ graciones que ya no tienen como perspectiva los altos salarios y (5) "Sabemos poco de la psicología y de la sociología del odio. tienen dificultad para cambiar de la noche a 1a mañana su actitud mental para readaptarse a la sociedad nor­ mal (5). — 307 — . la crisis de artículos de consumo se agudiza. Pero el mecanismo existe todavía y puede ser puesto en función. las industrias prescinden de sus obreros muy jóvenes y de las mu­ jeres. como una droga. P ara fines de conveniencia. el patriotismo se res­ quebraja poco a poco y aparece la necesidad de reprimir fuerte­ mente el desaliento: fusilamientos y encarcelamientos están a la orden del día. surgen los primeros conatos de revolución. En los países que llevan las de perder. Los aeres hu­ manos. Luego vie­ ne la distensión.Después de años de soportar la tensión. Se producen gigan­ tescos movimientos migratorios de retorno al lugar de origen. desilusión ante los resultados conseguidos. cambios de gobier­ no. 396. siempre menores que los que se esperaban. En los vencedores. El retomo a la paz. Los que están m is próximos a las ¿ta­ pas pasadas de desenvolvimiento mental vuelven a caer en ellas antes y permanecen asi más tiempo. En la evolución humana. el escepticismo cun­ de. Ese es el momento de iniciar una cura de odio por la retirada. encerrados en el odio. en los últimos momentos de la lucha. fue creado el odio y alimentado cuidadosamente contra el enemigo. para reacomodar a sus trabajadores que vuelven del frente. Con permiso oficial e incitación a odiar. Hay Una violenta crisis por la readaptación de la producción. El odio tiene tendencia a hastiarse de los objetos gastados y pedir estímulos cada vez más fuertes. Resultan de ese estado de co­ sas la intranquilidad interior y los movimientos revolucionarios. Las familias quedan truncas en gran escala. En los países vencidos hay revoluciones. comenzamos a odiar a algún otro. suele no ser tal. pág. La reta­ guardia se llena de mutilados y de anormales mentales. no tuvieron dificultad para dirigir luego esa emoción a los que tenían más cerca” Hentíg: Cri­ minología. desorden y amargura. pero los hombres de estado temen los síntomas de la abstinen­ cia y no se ha desarrollado todavía una técnica para reducir las dosis diarias de la droga mental. Se ejerce cada vez menos vigilancia sobre la juven­ tud y los funcionarios corrompidos. Cuando ha pasado la guerra y no que­ dan enemigos a quienes odiar. fue la amplia disemi­ nación del odio. el odio se ha desvanecido gradualmente hasta el punto que sólo sirve para raras emergencias. volvemos con fruidóq a nuestro pasado espiritual. Uno de los efectos menores es la desorganización social. “Otra efecto de la guerra —escribió un juez—. los hombres que han vivido por años en un ambiente de odio y violencia. las destrucciones y muertes son cada vez más numerosas. Si bien han cesado los combates. la época del derrumbamiento po­ lítico y militar. con su tendencia al empeoramiento y con los primeros relámpagos del movimiento de insurrección. entre tales factores ambientales. 108. 213. Hay autores que se inclinan a ha­ cer resaltar. insisten especialmente en tos familiares. mutatis mutandis. en los cambios cuantitativos y cua­ litativos que la guerra produce. pp. 152 -174. Puede aplicarse. con su distinto peso se­ gún el momento de que se trate. en parte. pág. inclusive a los países ven­ cedores. dar. por ejemplo. sin embargo. a los económicos (7): otras. Aun en los países vencedores hay fenómenos de inflación y de trastornos sociales. con iniciaciones de desmayo en la juventud. más impor­ tancia a los factores sociales. El esquema de clasificación dado por el autor germano puede ser utilizado para casi todas las guerras. en alza continua. — 308 — . con la catástrofe económica que sigue a ello. clt. (6) Para las influencias que cambian en la guerra a los civiles y militares. de manera general. entre las causas de la delincuencia en estos periodos. en parte. con su descenso de la criminalidad conjunta. 214.la ocupación segura. pág. la época del cansancio y fatiga.31. extensamente en Gillespie: Efectos Psicológi­ cos de la Guerra en los Civiles y en los Militar**. Parmelee: Criminología. Ya Exner vio que la guerra puede dividirse en varios perío­ dos distintos: refiriéndose a la guerra de 1914-18 consideró que. puede verse: Mira y López: Psiquiatría en la Gaerra. sino el paro y la miseria. esos síntomas se dan centuplicados en los vencidos. con los retoques necesarios. Es preciso. desde el punto de vista criminológico podía dividirse en cuatro etapas: “la época del entusiasmo patriótico. (7) Asi. Criminología. porque son reintegrados a la circulación los delincuentes profesionales que fueran retira­ dos de ella al comenzar la guerra. épo­ ca en la que se inicia una ola gigantesca de criminalidad hasta la estabilización de la moneda” (8). Los frentes de combate y la abolición dé los frenos en la po­ blación civil. los factores que a ellas conducen y sus características entre los ci­ viles y militares. Para Mezger. porque las anomalías mentales han aumentado en el seno de la población (6). especialmente las pp. la época del cumpli­ miento del deber y del “resistir”. desencadenan olas de delincuencia. en parte por las condiciones sociales alteradas.. (8) Resumen de Mez¿er: ob. “el peso decisivo yace en e! momento económico” . 25 . pág. en el otoño de 1914. Vamos a dar algunas de esas estadística^. En cuanto a las psiconeurosis. ocasionan las variantes estadísti­ cas propias de la guerra en cuanto al número y calidad de los deli­ tos y de los delincuentes. Las oausas anteriormente expuestas. ...449 le v e .271 5. 10 II..410 1.544 5. 170. La Juventud Crímenes y deli­ tos en general 54...047 77... los delitos aumen­ tan más de lo que dicen las estadísticas.017 3. . los de­ litos militares. ....402 329 95. 22.720 3.no sin antes volver a recordar que.543 36...295 1. 6. ..996 Encubrimiento 1.185 2.. Estafa ..682 Hurto leve .127 261 80. 1.346 1. .. — 309 — ..806 1. 1.870 943 75. Las policías y los jueces relajan su severidad hacia los delitos comunes para centrarla en los que pueden dificultar la buena marcha de la guerra C).699 (0) Sobre este problema: Booger: b tr a d s c d h a U Cr&nlMtagíi: pftg.808 1.126 786 5.. ..828 13 276 450 443 90.400 102. .496 4.. 86. . “CRIMINALIDAD EN LA GUERRA DE LOS EXENTOS DEL SERVICIO” (Sin transgresiones contra las prescripciones de guerra) DELITO 1912/13 media 1914 1915 1916 1917 46.. Las mujeres Crímenes y deli­ tos en general Resistencia . Delitos contra la moral .168 1.027 2.123 2.786 Delitos de los fun­ cionarios.400 44.565 Resistencia . . Podemos comenzar con el cuadro 1. . .431 1.524 I. .701 320 1.902 284 63. escapan a éstas los sol­ dados que cometen delitos comunes y no son sancionados..134 29.493 4. 365 Delitos contra la moral .680 14. referente a la delincuen­ cia alemana de la primera guerra mundial. en realidad..397 986 3.058 1... . .224 1.. ..256 2.488 2.388 Lesiones corpora­ les graves . 954 Resistencia .-185 Encubrimiento 2.. *b. ......454 21.371 7. es muy probable que ello se deba a que la especial moral existente en tiem­ po de guerra toma más tolerante a ta gente en este aspecto. el aumento de ellos.862 4.. en las categorías correspondientes a la juventud....107 25.. Hombres de más de 50 años Crímenes y deli­ tos en general 36. .054 980 862 438 3. que aparentemente disminuyen mucho en cantidad..032 27..... las mujeres y los mayores de 50 años.572 6.106 les graves .461 3. 43 6. sien­ do denunciados y condenados menos actos de este tipo.. .... .530 Lesiones corpora­ les graves .333 2.563 4....418 881 28.195 3. sino de que esos tres sectores de población con­ tribuyen entonces con mayor porcentaje de funcionarios...054 3..370 857 109 128 217 III.. 1.656 239 1..419 le v e .353 3. 188. .. siguió las mismas líneas en otros países europeos. en las cuales el número índice 100 corres­ ponde a 1915.774 45 67 162 409 32. E sta fa . se pueden hacer dos observaciones a las cifras anteriores... . (10) Exner. La primera toca a los delitos contra la mo­ ral.....107 16. 3.. El movimiento de la criminalidad general. Hurto leve .804 Hurto leve ... . 1. La segun­ da se refiere * delitos propios de funcionarios.734 4.045 658 25. .... 19.017 3.055 Delitos contra la moral . ..340 3.Lesiones corpora7..714 2...824 Delitos de los fun­ cionarios.735 2...189 37.113 1. p&g.224 633 949 945 1. . .. clt.718 4..379 3. .540 2.319 Delitos de los fun­ cionarios. 1. E sta fa .024 1. no depende sólo de que existen mayo­ res ¿citaciones.176 7. 118 296 O2 Antes de seguir adelante.. según puede notarse por las si­ guientes estadísticas.. ..453 6. — 310 — .346 550 1.. 4. Encubrimiento 499 le v e . cit. pfig. Si eso ya se hizo evidente en la primera guerra mundial. la delincuencia juvenil femenina en los Estados Unidos subió. 254 .. para luego superarlos ampliamente. (13) V. ctt. 981 . las últimas cifras de la derecha se refieren a los tinco primeros meses de 1944. Para el año 1943.9% (■’).. los índices de la preguerra habían ¡. En general. dejando muy atrás a la delincuen­ cia de los otros grupos de población. 405.: Léauté. pp. en un 57. pp.982.— Un ca­ pítulo que merece lugar aparte es el de la delincuencia infantil y juvenil.ido superadas al mediar la guerra {‘-) . «b. el aumento llegó al 69. — 311 — . ob. las otras dos co­ lumnas reproducen la criminalidad por igual período en los años anteriores: (11) Cifras consignadas por Hentig.4% siendo el incremento más notable en delitos contra la propiedad y contra la moral. en este último tipo delictivo.270. por las especiales características que asumieron las operaciones bélicas. A continuación damos las cifras de delincuencia infantil en los cinco barrios de Nueva York. en cifras generales. 3 — DELINCUENCIA INFANTIL Y JUVENIL.Año Inglaterra 1913 1914 1915 1916 1917 1918 1919 1920 100 100 90 80 81 90 67 53 59 88 88 102 Francia 68 83 93 98 (1!) En la segunda guerra mundial. ctt. Es la que más pronto vuelve a los niveles de paz.9%. Tomado el incremento medio de varones y mujeres menores de 17 años. aquél fue del 19. se ha notado un alza más rá­ pida y aguda después del descenso inicial. el fenómeno resultó mucho más desolador durante la última.. ob. (12) Barnes y Teeters. los bombardeos y la participa­ ción de la población civil en el esfuerzo industrial. sino porque cuando los niños habitan en ciudades sujetas a peligros de bombardeos u otros sí­ mil ?qs. Si se toma menores de 17 años.1 6 2 2. tal se elevó a 38. a ello hay que agregar la ines­ tabilidad emocional derivada de las relaciones con los nuevos "pa­ dres” y "herm anos” en el hogar que recibe a los evacuados (l6). o sea un aumento del 25% . pág. se rompen las relaciones nor­ males con la familia.027 1. se halla el desplazamiento de las poblacio­ nes. El hogar se encuentra relajado y destruido. 37 .00..BARRIO Manhattan Brooklyn Bronx Queens Richmond TOTALES 1942 1943 1944 761 752 358 233 58 955 962 577 331 72 1. 199. como sucede con las entre cifra a los 41% (14) Datos consignados en Abrahamsen: Delito y Psique. v.0 6 6 (14) En Inglaterra y Gales. el padre.897 3 . están re­ lacionadas con las condiciones que provoca la guerra. La evacuación pro­ voca tipos especiales de reacciones. los niños experimentan incomodidades internas porque caen en casas de asflo u hogares de distinta situación social.543.181. En prim er lugar. — 312 — .: Freud (Ana) y BurBngham: La Guerra y lar attas. adaptación que no siempre es posible o querida. (18) Para un estudio detallado de los fenómenos experimentados por la evacuación. alli se dan casos concretos. EUo sucede no sólo porque tienen que acompañar a sus pa­ dres en las migraciones ocasionadas por el surgir de algunas in­ dustrias y la paralización de otras. son evacuados en grandes cantidades. en las fábricas. el número de delincuentes ocho y dieciséis años. Esto acarrea la falta de vigilancia y de control. (15) Id. lo que implica la ne­ cesidad de adaptación a nuevos cánones de conducta. llegó al total de 30. 200. para 1942. M. en las fuerzas armadas y la madre. pp. Las razones que se han dado para estos aumentos. pág. precisamente en momentos en que otras agencias educativas reducen sus actividades. en 1939. lo que causa traumas psíquicos.020 615 353 51 2 . en Inglaterra hubo un incremento del <«). . ¡S5 -35. 5a vigilancia y la disciplina se relajan.: pp. no sólo poseen libertad. iu. se hallan cerrados o dedica­ dos a otros fines. Hay todavía otras razones que podrían apuntarse. estadios. entonces. sino que provoca estados de angustia y desequilibrios emocio­ nales de variada especie (18). de vida fácil y de culto al héroe. la destrucción de habitaciones por los bombardeos. Por ejem­ plo. el alcohol y las drogas desempeñan un gran papel. Además. muertes lo que no sólo ocasiona una exci­ tación nerviosa exagerada para organismos no totalmente forma­ dos. W. sino medios económicos muy superiores a los normales y. mutilaciones. buscan una vida alegre. deforman la mentalidad juvenil y crean nuevas barreras para reintegrarse a la vida de paz. v. ocasionan fatal­ mente promiscuidad. con sus prédicas de odio y de intolerancia.escuelas. en que el sexo. aquéllos. y alentados por el relajamiento moral propio de estos períodos. priva al niño de la atmósfera natural necesaria para sü desarrollo mental y emocional0 (1T).. así como la acumulación de población en ciertas ciudades. Las escenas de destrucción y de muerte ya no se reducen a los campos de batalla. sobiE la influencia de la familia.. llena de emociones prematuras. Dé ahí esa sensación de libertad de que gozan en la guerra todos los menores y que generalmente no usan bien. parques. cuyos profesores van también a las fuerzas armadas o a las auxiliares. (18) V : Id. no sabiendo en qué manera normal invertirlos. por excepción. Pero aunque la familia se conserve unida. el criterio de que es necesario pasar por alto algunas faltas de niños y jóvenes. etc. incendios. id. las que en tiem­ pos normales hubieran ocasionado reacciones disciplinarias. la relajación disciplinaria y el uso indebido de la libertad dan sus peores resultados cuando el ado­ lescente es ocupado en las labores de guerra. . la misma situación se da en la vida de los (17) M. por carecer de la for­ mación adecuada. La ausencia de vigilancia. pág. Existe entre los padres y en­ tre los profesores y las autoridades. 13 -17. Eso es frecuente por la movilización de los adultos.p . por cuanto los centros usuales de diversión y pasatiem­ pos: teatros. la propaganda de guerra. La situación es tanto nías propicia. — 313 — . “ La desintegración de la familia provocada por la guerra. los menores tienen que asistir a derrumbes. — O tro fenómeno.. cit.Saunders. — 314 — . ob. prefigurado como tal en las disposiciones penales. mientras la revolución no es sino evolución acelera­ da (2]). las sediciones y revueltas son delitos que chocan contra la sociedad. T. (22) Ob. la prim era no es sino el últi­ mo momento de una larga evolución social a cuyas necesidades responde. (24) Ob. En estos. 154 . 119 -120.. pág. como no lo es en todos los actos que son. 4. Carr . Mannheim y Rho­ des: Yonng Offenders. cit. Lombroso y Laschi: Le Crfane PoHtlque et Ies Révolotians. cit. parece existir una relatividad tal. T. donde hay ocasiones para llevar a cabo o iniciar actos de pequeños hurtos o contra la moral. T. es una anormalidad en la marcha de la sociedad... que el definirlos de manera exacta ha sido siempre un problema para los penalistas (. lo mismo puede decirse de los oscurecimientos (1J). En cuanto a las condiciones que llevan a las revoluciones. de manera general. toda revolución es un delito. Pero ya desde hace tiempo se vio que el problema no era tan fácil...Social. que inter­ fiere la marcha normal de la sociedad. I. la revolución no es delito. Neumeyer: Jnvenile Delinqoency In Modera So­ ciety. pp. Para él y para Laschi. Estas alteraciones sociales llamaron la atención desde hace tiempo por sus relaciones con el delito.154. Por eso.— LAS R EVO LU CIO N ES .51 y 152 . pueden verse: Barnes y Teeters.35. pp. (21) V. 49. 55. por eso. pág. es la revolución. En principio. Tappan: Juvenfle Deitaqwncy. como excelente resumen: Eusebio Gómez: Delin­ cuencia Político . mientras la revuelta lo es (Z4).. pp. el filoneísmo no es sino una excepción.0'. calificados como delitos políticos. la se­ gunda es una mera alteración del orden que no corresponde a las bases sociales del momento.refugios. 1 . (20) Puede verse. los autores consideraron que el frío y el calor excesivos disminuían su (Id) Sobre las causas del incremento de la delincuencia infantil y juvenil fuera de las fuentes citadas. (23) Ob. de odio a las innovaciones en todo orden. Ya Lombroso intentó poner orden en estos problemas (21). I. 12 -17. incluyendo al político (32). cit. Pero los autores hacen una distinción entre lo que es revolución y lo que es una revuelta o sedición. es como el nacimiento después de la gestación.158. el espíritu humano está transido de miso­ neísmo. pp. pp. L. 46 . (27) Ibidem.. T.78. (26) Ibtdem.. Este estudio adolece de los mismos errores que señalamos en su lugar a la doctrina lombrosiana en general. el haber prescindido de la valoración jurídica. en lo pe­ nal o criminológico. II.. pp. n . I. I. p¿g. pero sí en las sediciones..: Ibidem. contra el orden gubernativo que de ello resulta y de las personas que son sus representantes oficiales” . en las revoluciones auténticas intervienen po­ co los criminales natos. social. lo que obliga al autor a hacer consideraciones que a nada conducen. el que era aumentado por el calor moderado (Z5). Lombroso admite que existen algunas pocas excepciones. pp. a menos que sean de tipo religioso.. la ju­ ventud es más inclinada a las sediciones que a las revoluciones auténticas (2S). T.: Ibidem. pero sí participan mucho en las revueltas. Y así puede seguirse con un análisis que (25) Ob. 130 -135. donde suelen ser los más exagerados y los que a veces ilevan la voz cantante (31). Las mujeres participan poco en las revoluciones geniales. si bien existen causas concurrentes. 58. entre ellas podríamos señalar a nuestro país. (28) V. Trataron de llevar al estudio de las revoluciones la clasificación de los criminales. Cit. 29. II. I. T. pp. para bien o para mal. (30) V. Sus conclusiones acerca de la mayor tenden­ cia a la evolución progresiva de m bios y dolicocéfalos son alcan­ zadas por caminos llenos de sutilezas y con datos que no son imparcialmente manejados. en los fríos (“ ). T.. Tam­ bién se nota la influencia de la raza: los dolicocéfalos y los rubios son los más revolucionarios (27). Por eso. 181 y 194.. 171. 68 . T. no es el menor de ellos. En lo que toca a la edad.: Ibidem. pp. (29) V.. para crear már­ tires o asesinos í30). Lombroso y Laschi hicieron notar — y en ello aciertan— que los estallidos revolucionarios dan lugar a mu­ chos arrebatos pasionales. T.número. 5-21. acude a principios puramente naturales para de­ terminar lo que es delito político. el“mayor número de sedicio­ nes se da en los raes^s cálidos y el menor. pág.: Ibfdem. religioso. que ya dejamos consignada al tratar de Lombroso. como sucede con su distinción entre revolu­ ción y sedición (32). (31) V. (32) Por ejemplo. T.66. 60 . etc.. I. T. pp. IMdem. de la mayoría. — US — . 42 y ss. en las cuales se distinguen por su exage­ ración y violencia (®). I. en general. pp. al que define así: “todo aten­ tado contra el misoneísmo político. social. se calumnia e insulta. se crea un gran escepticismo que no puede actuar como fuerza social positiva. no tiene objeto el tratar de las causas de las revoluciones como delitos.nos llevaría a la conclusión de que Lombroso tampoco en este sector alcanzó el éxito que esperaba. etc. Se producen muer­ tes. pues. debemos recordar que la revolución es un factor de desorden político. por lo cual se inclinan al cohecho o a otras formas de asegurarse el porvenir. la raza. En prim er lugar. el sexo. se tendrán los datos necesarios para comprender las revoluciones. pues tales causas no son distintas a las que arrastran a otras conductas de* lictivas. has- (33) V. simplemente. en general. Si los cambios de gobier­ no y de tendencias son frecuentes.. (34) V. robos. En este caso. cit. U. en la exacer­ bación del momento halla incentivo para vencer los débiles fre­ nos de una naturaleza mal inclinada que en tiempos normales po­ día ser contenida dentro del respeto a la ley. desde nuestro punto de vista. hay gente que sacia sus más hondos d e­ seos de destrucción y de saqueo o que. la delincuencia polí­ tico . pp. Si se tiene en cuenta cómo operan tales factores y. o tendrán que acallar su conciencia y sus opiniones para cambiar de color político cada dos o tres años. 12-13 — 316 — . prin­ cipalmente. sin la menor conexión con el triunfo de la revolución. lo que crea desconfianza hacia la magistratura y la dependencia de ésta en relación con quienes pueden influir en el reparto de caigos. la psicología de las multitudes y de las asociaciones organizadas. Gómez considera que las revoluciones. para justificar las destituciones. (M).: Ob. de inestabilidad social y de alteración de la marcha normal de la colectividad. En cambio sí es preciso dedicar algunas líneas a las revoluciones como causas de delito. Los malhechores carecen de vigilancia y. Pe­ ro no hace ningún aporte real a la Criminología. pág. a veces. En verdad. Durante ellas. En pocos secto­ res la inestabilidad es tan perjudicial como en el ramo judicial. habrá que pensar también en el trastorno de la administración pú­ blica y en la desmoralización de los funcionarios. Pocas veces los cambios revolucionarios se dan sin luchas san­ grientas.: Ibidem. se deben fundamentalmente a causas so­ ciales cambiantes (” ) aunque también atribuye importancia a cau­ sas individuales. tales como la edad. ncendios. éstos no se sien­ ten seguros en sus puestos. buscando así el conservar el puesto. la ca­ sa dei presidente depuesto fue destruida y saqueada. De ahí por qué. (35) Los casos bolivianos que podrían citarse. los excesos fueron numerosos: destrucción e in­ cendio de muebles y casas de los depuestos.ta su» excesos son aplaudidos como muestras "de heroísmo o de pureza revolucionaria (35). A raíz de la revolución del 21 de julio de 1946. llenarían volúmenes. con todo lo que podían cargar. ametralló a un agente policial civil por el cual habla sido arres­ tado en otras épocas. En la Plaza Muri11o. pasada ya toda actividad armada ha­ cia horas. — 317 — . pero una de las balas le atravesó una pierna. En 1943. El delito político ocasiona muchos delitos comunes a los cua­ les ampara o sume en el anonimato. reconocida como delincuente común. toda una biblioteca de obras históricas valiosas fue distribuida entre las personas qtie asistieron al hecho. Esto pa­ ra no hablar de hechos públicos que se transmitieron a todas partes. En la revolución de 1930 la casa del presidente depuesto y de sus más conspicuos colaboradores y partidarios fueron asalta­ das con objeto de robo: largas filas de ‘revolucionarios’ sa­ lían de las casas. con la es­ peranza de la impunidad. una persona. los más activos y visibles en las perturbaciones sociales. en una de las calles adyacentes se acusó a un joven de ser militar vestido de civil. no fue matado. bastó eso para que se le ordenara ponerse contra una pared p ú a ser fusilado. sean los criminales habituales y profe­ sionales. a las seis de la tarde. . Por ejemplo. ceñ­ iros de diversión y otras asociaciones del más diverso tipo. son numerosos los casos en que los campesino¡> se han dedicado a la elaboración de cocaína. Fue notoria la influen­ cia ejercida sobre estos estudios por la escuela positiva.C A PITU LO N Ü V tN O ASOCIACIONES CRIMINALES 1. entre las cuales se hallan las criminales o antisociales. Hay que anotar no sólo la existencia de grupos criminales sino la importancia que tiene.— La importancia de las asociaciones criminales es evi­ dente. Hay. entre nosotros. bandas. En cuanto a las investigaciones acerca de la delincuencia asociada. la mali fue inicialmente un fenómeno campesino. la elección.— IM PO R TAN C IA DE LAS ASO C IA CIO N ES CRIM I­ N ALES . j — 319 — . relativamente iibre. Los estudios científicos sobre los fundamentos sociales y psí­ quicos de este fenómeno no se realizaron sino a partir de fines del siglo pasado y comienzos del presente. para llegar a ellos o mantenerse alejado de ellos. dedicadas a que sus miem­ bros hallen facilidades para drogarse o beber alcohol. especialmente juveniles. clubes. por ejem ­ plo. de las asocia­ ciones a que uno ha de pertenecer: grupo de amigos. en los últimos tiempos. sobre todo hoy cuando las grandes compañías industriales y comerciales legales parecen tener un exacto paralelo en los gru­ pos que se dedican a las actividades delictivas. aún hoy sirven las llevadas a cabo por Escipiótr Sighele. El fenómeno de las asociaciones criminales es principalmen­ te urbano aunque no faltan casos rurales. (2) No desconocemos que es discutible llamar instintos a estas ca­ pacidades de reacción.209. como. Por esto. tiene su funda­ mento en la psique humana. pp. Aun el delincuente que actúa solo suele necesitar luego de un encubridor. etc. La asociación. Tyler. Sighele fue continuado por otros autores y el tema por él tan brillantemente iniciado. paternal. la simpatía y la imitación (2). etc. Esos instintos desempeñan gran papel en las asociaciones y también en muchos delitos. que la llevada a cabo por criminales aislados. art. etc. En cuanto a la edad. se ha observado que la ejecución en grupo es mucho más frecuente en los adolescentes y jóvenes. 467 . ha susci­ tado cada vez mayor interés porque se ha podido comprobar que la delincuencia asociada es mucho mayor. Por ejemplo. Por eso tenía razón Aristó­ teles cuando decía que el hombre es naturalmente un ser social. Criminologie et sclencie pénltendaire. por ejemplo. dirigida por Blumberg. los instintos genésico. los pasionales. El instinto es fijo en sus formas de manifestación. en número y gravedad. Criminologia. como en su momento vimos. en terrenos legales o ilegales. debemos fijamos en tres de ellos que están en toda asociación. sin exagerar pode­ mos decir que el delincuente que opera solo es hoy una verdadera excepción que sólo se presenta con alguna frecuencia en ciertos delitos. En efecto. Hay ma­ yor número de mujeres en grupos pequeños. sin desconocer su importancia. (1) Sobre estos puntos y los que siguen. familiar. de lucha. pero seguramente más sólidas en sus fundamentos empíricos. The crime corpora­ tion. lo que no sucede con la sugestión. ver especialmente: Léauté. son relativamente escasas las bandas o sectas integradas exclusivamente por mujeres aunque abundan las constituidas exclusivamente por hombres. como creando las condiciones para que se establezcan las relaciones de subordinación y unificación que aquélla supone: son la sugestión. Key innés ln criminologo. sobre todo cuando se trata de seres bumanos. 192 . el hombre posee una serie de instintos cuyo funcionamiento supone la sociedad.488. pp. simpatía e imitación que se pre­ sentan como meras tendencias generales capaces de adaptarse a los más variados contenidos. Pero. Hood y Sparks. hay mayor tendencia a la ejecución individual ('). 588-599. de sumisión. pp. como ías parejas. Goeppinger.109. por ejemplo. Hay algunos hechos que vale la pena anotar en relación con !a delincuencia asociada.secuaz de la escuela positivista a la cual hizo contribuciones qui­ zá de menor vuelo que las de Lombroso. se suele preferir ha­ — 320 — . de dominio y prestigio. eso sucede en el aborto y el infanticidio. de alguien que coloque los objetos del delito. a medida que la edad aumenta. incluido en Carrent perspectives on criminal behavior. 80 . pp. La bibliografia sobre el tema es enorme lo que demuestra la importancia de éste. Id. Id. Las tres implican necesariamente la existencia de por lo menos dos personas. ob.78. de actos externos. sin embargo.: Me Dougall. siente ira y actúa en consecuencia. una de las denominaciones más co­ munes. pág. Usamos. dentro de un uso estricto. pp. 77 . v. fue amplia­ mente reconocida y estudiada por Tarde. Desde luego. Asi. se oye un disparo y un manifestante cae herido (3) (4) (5) (6) blar. queda descartado. pp. . es un co . los demás lo siguen. tomemos a un individuo que participa en una manifestación política. Es excepcional que una de las capacidades se ponga en mar­ cha sin arrastrar a las demás. Naturalmente. puede resultar de la co­ munidad de sentimientos a que nos referimos en segundo lugar. Tanto al leer a Tarde como a otros autores. Me Dougall.Estas tres funciones suponen una copia sea de ideas ajenas. ella “es un proceso de comunicación que resulta en la aceptación de la pro­ posición comunicada en ausencia de bases lógicamente adecuadas para tal aceptación” C). La sim­ patía. Social P&ycholoKy.. También existe entre los animales. es preciso tener en cuenta que muchas veces dan el nombré de sugestión o imitación a todos los fenómenos de copia psíquica y no a una sola categoría de ellos. diremos que hay simpatía cuan­ do. la inclinación sim­ pática. al ver esas manifes­ taciones. 85 -108. como el origen etimológico de la palabra lo pone en cla­ ro. cit. por ejemplo. ob. . En cuanto a la sugestión. “En cada caso el resultado del proceso es la asimilación en cierto grado.sentimiento.. el individuo A.91. la experiencia de cualquier sentimiento o noción cuando y por­ que observamos en otras personas o criaturas la expresión de ese sentimiento o emoción” (’). cit. por ejemplo. en la moda. a los del agente” (6). el significado de la voz simpatía como mera inclinación sentimental de una persona hacia otra. fuera de lo que quedó dicho sobre ese autor. cuando un pa­ to de una bandada levanta vuelo. . Me Dougall define la simpatía como " . y el individuo B. pp. de sentimientos o de acciones. agen­ te y paciente. sobre sus concepcio­ nes psicológicas. véase el resumen. pág. en el hombre. respectivamente. el copiado y el copiador.. siente también ira. los gritos. Me Dougall. Por ejemplo. La imitación es la copia de conducta. como sucede. en una manifestación pública. el lengua­ je. 77 . a que primero nos referíamos. Psico­ logía Colectiva.un sufrimiento con. de tendencias instin­ tivas./contenido en Blondel. pero no siempre es así. 79. (5). 83. La importancia de la imitación como factor social. Para su discusión. etc. y unu facilita la acción de la otra. de las acciones y estados mentales del paciente. Generalmente se dan unidas. ella choca con algu­ nos oponentes. más que de instintos. el influyente y el influido. véase más adelante e! párrafo respectivo. tampoco una previa de­ terminación clara de los fints a perseguir. Por otro lado. Se trata de masas relativamente amorfas sin estruc­ turación definida. (8) Lo cual no significa que en ellas todas las causas sean acciden­ tales. 2 — CLASES DE ASO C IAC IO N ES CRIM INALES. La Muchedumbre Delincante. Pero puede ocurrir que otros manifestantes. o la pa­ reja familiar. imiten a quie­ nes se lanzan a golpear a los contrarios. T. siempre con la adver­ tencia de que existen tipos intermedios difíciles de encasillar (7).mientras los del bando contrarío huyen. ctc. I. en que existe una racional distribución de medios y actividades. industriales. en otras palabras. en que se da una orga­ nización previa a la acción delictiva. que en tal estado de ánimo disminuya su sentido crítico y acepten sin discusión la afirmación de que hay un asesinado y que. 32.. Por un lado. para educar a los hijos o planificar el trabajo hoga­ reño y extrahogareño. — 322 — . movidos por esa convicción y ese sentimiento. Es evidente que éstos últimos pue­ den haberse indignado por su cuenta.— Pode­ mos citar la clasificación que hace Sighele. es similar a ia que tienen las asociaciones legales para dedicarse a sus actividades comerciales. Estos fenómenos de copia hemos de encontrarlos continua­ mente en la delincuencia asociada. aquel individuo se enfu­ rece. grita que un amigo ha sido asesinado por los rivales y se lanza en persecución de ellos para golpearlos. Dentro de este grupo se hallan la pareja delincuente. se enfurezcan al ver que otro se enfure­ ció. otros manifestan­ tes lo siguen inmediatamente. mutatis mulandis. así como lo pueden ser los objetivos. tenemos las asociaciones en los cuales el delito es una obra planeada. pero no relación de causa a efecto entre esos sentimien­ tos). 188 -191. Constancio Bernaldo de Quiroz. tenemos las asociaciones meramente circuns­ tanciales y pasajeras (8).: Sigbele. pp. en cuyo caso no hay sim­ patía (hay sentimientos similares entre el prim er individuo y les demás. que ni siquiera han visto caer al herido. en ellas no existe una planificación cui­ dadosa ni una organización permanente. la ban­ da criminal y la secta. Cri­ minologia. En el mismo sentido y con referencia a las concepciones sociológicas de Tonnies y von Wiesse. la distribución de me­ dios entre sus tomponentes es cambiante. organización que. (7) V. pp. — pero que luego se disuel­ ven.— LA PAREJA D ELINCUENTE. por­ que existe simpatía entre los cómplices. Hay que anotar que existen asociaciones pasajeras como en el caso de amigos que se juntan sólo para cometer determinado delito — un asalto. La clasificación de Sighele nos parece aceptable hoy miismo aunque pueden hacerse observaciones a la explicación que él ad­ mite en cada caso. Las parejas pueden ser clasificadas desde dos puntos de vis­ ta: tomando en cuenta el sexo de sus componentes y el móvil que motiva la asociación. ambos codician el bien ajeno. Son delitos circunstanciales que hay que distinguir de los cometidos por bandas profesionales. (10) Aquí. sea ella de cualquier índole: de dos m u­ jeres. — La sugestión es la ba­ se de la pareja criminal. resuelto muchas veces en delitos que tratan de destruir las dificultades de ese amor. cosa que podría también suceder. í9).Dentro de este grupo se halla la muchedumbre delincuente. etc. son poco frecuentes los casos en que la sugestión no existe por tratarse de individualidades fuertes que no se dejan influir mutuamente. Lo anterior no implica desconocer la existencia de factores personales de los delincuentes. ambos odian a un enemigo común. El hecho es el más común en las parejas heterosexuales. odio común. por ejemplo. Se trata simplemente de que aquí suponemos conocidas esas condiciones individuales y nos limitamos a detallar lo espe­ cífico de las relaciones en la pareja. En el primer caso. Desde el segundo punto de vista. la palabra significa simplemente que está integrada por dos personas del mismo sexo. codicia. (9) Para redactar este párrafo tomamos en cuenta a Sighele: Le Crlme a Denz. sin prejuzgar al existen o no re­ laciones sexuales anormales. — 323 — . 3. son mucho más frecuentes las parejas de hombres que las de mujeres. de dos hombres o de hombre y mujer y cualquiera sea el motivo que las mueve: amor. el móvil es frecuentemente el amor entre hpmbre y mujer. Desde el primer punto de vista hay parejas hom*osexuales (1l1) y heterosexuales. etc. factores que determinan la sugestionabijjdad de aquéllos y su manera de reaccionar ante las ideas sugeridas. La sugestión deriva en prestigio y así se crean en la pareja las relaciones de subordinación y división del trabajo que la ca­ racterizan. etc. La sugestión encuentra campo propicio para implantarse. una violación. dividida por dos— y debilita las resistencias personales. aunque con cierta división del trabajo. Salvo cuando lambas personalidades son igualmente fuertes — lo que es excepcional. el primero. ha­ cer varias tentativas antes de consumarlo. es sugestionado. a veces. Pero siempre representan su papel de acuerdo a las condiciones de su sexo. Sin embargo. sería erróneo tomar en cuenta sólo al íncubo o sólo al súcubo o considerar que la pareja es mera suma de am­ bas personalidades. surgen elementos típicos de aqué­ lla. Entre las variedades más corrientes de pareja criminal. sugestiona. por deseo de venganza. que no se encontrarían en las individualidades aisladas. activo. salvo circunstan- — 324 — . confiesa y hasta se suicida. varón y hem­ bra se presentan indistintamente en cada función. etc. no escogerá los medios violentos sino los fraudulentos (veneno). si la mujer es súcubo ejecutor material. tomando sus de­ signaciones de la demonología. muchas veces. Es corriente que la verdadera tenden­ cia criminal se encuentra en el íncubo. arrastrado. mientras la actitud del íncubo es más firme y persistente en el mal. pasivo. pero que no altera mayormente las re­ laciones existentes entre los dos primeros comprometidos. En realidad. inducido. La pareja ofrece varios caracteres típicos. aunque tam­ poco faltan casos en que la conspiración se urde contra el aman­ te. el segundo ejecuta. que posee cierto grado de mo­ ralidad. que se opone en un comienzo a las solicitaciones crimi­ nales a las cuales sólo se suma por debilidad. En primer lugar hay que hacer notar que ella actúa como una unidad. desempeña la tarea direc­ tiva. tene­ mos las siguientes: La de la mujer casada que tiene un amante. Sighele. el primero planea.Usuales también son las parejas que se forman por amistad por codicia. se arrepiente. habla de un íncubo y de un súcubo. lo corriente es que mujer y amante se unan para eliminar al marido. arrastra el otro. llora. Ya de por sí la mera colaboración abre nuevos horizontes. fuera de que ¿rea mayor tendencia criminal común — que no es igual a la del íncubo más la del súcubo. demonio masculino. según dijimos— hay claras relaciones de subordinación. el segundo. después del delito. induce. Los casos prácticos demuestran que en esta pareja heterosexual — como en las similares dedicadas a otros delitos— no es posi­ ble afirmar a priori quién es íncubo y quién súcubo. un nuevo elemento que generalmente se limita a prestar ayuda en el momento de la ejecu­ ción material del hecho. cometiendo luego el delito con carencia de aplomo y precisando. Por ejemplo. A la pareja puede sumarse. demonio fe­ menino. mientras el súcubo sea sólo un elemento poco resistente. un lugar secundario. etc. sobre una leve disposición de la madre futura. Lo contrarío ocurrirá si el súcubo es el hombre. es usual que la m adre u otro interesado actúen solos. De. también ocurre muchas veces que. Como ejemplos más conocidos. lo que expone extensamente Sighele. así como el pres­ tigio profesional. Esas ventajas de la asociación lícita existen también en el te­ rreno criminal. id. La pareja heterosexual movida por codicia. salvo excepciones.— L A BAN D A C R IM IN A L . — 325 — . por ejemplo. 4. capaces de hacer lo que aquél nunca lograría. porque fuera de la amis­ tad existen relaciones eróticas aberradas. por fin. id-. existen otras en las cuales las relaciones psíquicas son semejantes. operen las incitaciones de matronas y médicos inescrupulosos. individuo aislado tiene. una herencia). a veces el terreno se halla abonado a la sugestión. Menos frecuentes son las parejas de madre e hija aliadas con­ tra el padre. eso sucede en las parejas de suicidas. 139 y ss. En este caso. odio. el delito de homicidio contra parientes o extraños de cuya m uerte se piensa extraer beneficio (V.cías especiales. Las situaciones son sumamente varia­ das. En esta clase de delitos son corrientes las mutilaciones simbólicas. pero cercanas al delito. ahí por qué las sociedades delincuentes de hoy (11) Véase. qu& se dedican a variados tipos de delitos. gr. Fuera de estas parejas criminales..— En la vida comercial e in­ dustrial de hoy. las grandes empresas descansan en el poderío de las sociedades. 62 -185. La pareja infanticida o que provoca un aborto. lo mismo puede decirse de las comunes condiciones de vida de las cuales ambos son conscientes. Sobre la pareja suicida. movidas por el odio o la codicia (herencia). sobre este último tema. Podemos citar. Pero los más numerosos son los casos en que los parientes — sobre todo la madre— y el amante obran como íncubos incita­ dores: dada la extensión que el oficio especializado h a adquirido. especial mente: Ferri. la pareja de amigos. Los afectos familiares o eróticos. desempeñan importante papel para que la su­ gestión se acepte. Homicidio . como sucede en la formada por la prosti­ tuta y su rufián (n ). pp. generalmente am­ bos barones. sea para elimi­ nar las pruebas del delito. pág. Para no hablar de aquellas otras que se mueven en el campo de las asociaciones no delictivas. En el infanticio propiamente dicho. No es raro tam ­ poco. la vida familiar íntima facilita el camino de la sugestión. te­ nemos los de la pareja de ladrones o estafadores. strictu sensu.Suicidio. Pero en el delito de aborto la complicidad es fre­ cuente sea para realizar las maniobras abortivas. cubren con sus actividades ilícitas todo un gran barrio de una gran metrópoli. comprán­ dolos. una cantidad superior anualmente. el contrabando de licores y estupefacientes y el trá­ fico internacional de mujeres.: ob. Taft transcribe la opinión de que las entradas anuales de Al Capone. el delin­ cuente precisa cómplices que lo ayuden. o sea. 32. y corrientemente. sin duda. cit. eran de 30. a veces. toda la ciudad o aún todo un país. Barnes y Teeters: New HorUtma in Crimlnology. cantidades de estupefacientes cu­ yo valor en el mercado negro era de muchos miles de dólares. 178. cuyas entradas se computan por millones. en 1968. (14) V. por ejemplo.000. al 40% del producto bruto de la economía alemana (I4). Barnes y Teeters consideran que ellas lle­ gaban a 6.000.cometan la mayor parte de ios delitos. en dos tipos: m ilitar y civil. se calcula que los pandilleros ga­ naron cerca de 25.: Taft. al lado de la pequeña asociación de rateros.000 de dólares por semana (l2). Lo mismo sucede en el mundo criminal donde inclu­ sive se da la lucha contra los competidores. 466. en el ramo de colocación do pólizas de seguro fraudulentas. -el juego. Se han formado así. incluyendo los más graves. d t. pág. la agudeza visual y mental de los policías. en cuanto a su organi­ zación interna y los medios usados. precisa de un encubridor y de un receptador de los objetos robados.000 de dólares en diez años (13). Existen allí mismo muchos otros datos sumamente instructivos acerca de la extensión de las ban­ das criminales y de las asombrosas cantidades con las cuales operan. Pero podemos descender ai campo del pequeño ladrón o ra­ tero. Inclusive entre nosotros se han decomisado a fabricantes ilegales de cocaína. De esta manera. pero hay otros campos que han sido explotados con mayores utilidades aún. Y transcribimos datos relativos a una sola banda. también le urge el disminuir. existen gigantes del crimen. bandas que. (13) V. sobre todo en ciertas industrias acaparadas por ellas. si bien de las mayores. a los presupuestos de muchos países medianos. también en su mundo es necesaria la asociación. En la organización actual de las empresas industriales y co­ merciales existe la tendencia a la especialización y también a la integración. (12} Véanse: Taft. sin que falten tampoco los trusts cuyas actividades se extien­ den a varias naciones y a diversos continentes. Crbninoigy.000. — 326 — .000 de dólares. pág.000. cifras difíciles de comprobar. Goeppinger cita cifras según las cuales el ingreso de la ma­ fia que opera en Estados Unidos equivalía.. Las bandas pueden ser clasificadas. aunque sólo sea como vigías. toe. pág. pero que dan una idea aproximada de los intereses que se hallaban en juego durante la vida del pandillero. forman el bandolerismo propiamente di­ cho. corrientemente. 180. etc. (17) Sobreentiéndase: no todos los medios. si bien en cantidades limitadas. para los casos en que el simple fraude es infructuoso o cuando se deben combatir ciertas amenazas contra las cuales no cabe otra defensa. criminales. hay juegos muchas veces legales y gente honra­ da que desea jugar. por ejemplo. cit. compra de influencias. Su medio de acción es fundamentalmente la vio­ lencia. 178 . a veces legalmente imposibles.. Naturalmente. Por un lado. (16) Taft. ladrones de autos. en principio y mirada sólo la su­ perficie. Las segundas. las de tipo civil. (15) V. en algunos países de amplio territorio y escasa población. sal­ teadores de tierra. Esos negocios no son todos. pero detrás se coloca la fuerza.Las primeras fueron históricamente lqs más antiguas: piratas. a los cuales es preciso silenciar o eliminar.184. o clientes deudores a quienes es necesario cobrar sin los previos trámites judiciales. dicen pres­ tar. etc. la distinción que efectúa muy claramente Taft. de manera natural dado el campo sobre el cual se mueven.: Bemaldo de Quiroz. organizadas para cometer crímenes y que son universalmente re­ pudiadas. — 327 — . las bandas de rateros. raptores. Por ejemplo. etc. sin uso de violencia. están las asociaciones que en el país del norte se denomina “rackets”. en éstas. pp. Pero llegan s Serlo en cuanto a los medios que utilizan f 7). porque basta la fama de lo ya hecho para que las victimas no quieran dar ocasión para que el poder de la banda se manifieste de nuevo. Sin embargo. el aspecto fundamental suele ser el civil. se desarrollan como las so­ ciedades mercantiles.. o que desean beber. ob. ni siquiera son necesarias amenazas expresas ni las meras alusiones. etc. El “racket” se organiza pa­ ra suplir esas necesidades. un servicio a los miembros de la sociedad normalmente com­ prometidos en actividades legítimas*’ (16). sino más bieh del frau­ de. sobre to­ do en el campo. que aún se eneuentra. (ls). A este respecto. es corriente que hoy exista una alianza entre ambos tipos de asociaciones delictivas. a veces sólo eventualmen­ te y en escasísimos casos.. cit. o policías y jueces demasiado interesados en limitar esas actividades. ob. p¿g. creemos que puede aplicarse a cualquier país. acerca de los tipos actuales de bandas criminales existentes en Estados Unidos. hay otros individuos que desean prestar iguales servicios y a los cuales es preciso eliminar. habla de las bandas criminales propiamente dichas. hay “un delito organizado en el cual los elementos criminales prestan o. o personas que desean tener relaciones extra­ matrimoniales. Por otro. al menos. pues a veces es muy difícil trazar la línea divisoria entre los procederes de aquella aso­ ciación y los de ciertas sociedades legítimas. cít. Principies of Crimibology.. En cuanto a la protección política y hasta sindical.192 y —princi­ palmente para la corrupción de poücias y politicos— Tannen­ baum: Crime and the Commmüty. al mismo tiempo. Al poco tiempo. ob. por la razón o la fuerza. 177 . un pe­ riódico obliga a los comerciantes a conceder avisos. £1 carácter de los rackets ha hecho pensar a muchos en su entroncamiento con el actual sistema económico. vendiendo bajo el precio de costo. Barnes y Teeters. Pero como las bandas tienen grandes ingresos. a pagar su cuota para evitar accidentes.Por ejemplo. naturalmente. véanse los capítulos dedicados al tema en las siguientes obras: Taft. Criminal Behavior. en algunos casos. 122. pequeños en número. etc. políticos protectores. el poder judicial. cuan­ do éstas hunden. todos los co­ merciantes del barrio o de la ciudad se habrán sometido. si el comerciante se niega a aceptar el seguro aduciendo que ese riesgo le parece remoto porque no ve que se produzca en la realidad. Las actividades señaladas son riesgosas.. pero lo común es que se utilice el dinero como medio de corrupción. lejos de defender a la sociedad. pueden ser interve­ nidas por policías.187 . sobre todo abogados. jueces o denunciadas por la prensa o la radio. 22 -76. 87 -173. pp. utilizando medios de presión política. los profesionales. ob. por ejemplo. fiscales. no tardará una semana antes de que sus vitrinas sean rotas o algo semejante relacionado con los otros riesgos contra los cuales se ofrece protección. Reckless. pp. siempre cuentan con recursos para hacer callar a las personas peligrosas. a los rivales débiles.. pp. funcionarios administrativos. que tienen bufetes en las cuales más que eficiencia se venden influen­ cias y un cúmulo de otras actividades similares que en nuestro país se conocen desde hace tiempo. PP. cil. un día un comerciante recibe la visita de una persona que desea colocar un seguro contra la rotura de vitrinas u otros riesgos similares. Es natural que esa impunidad aliente a los delincuentes. — 328 — . así. se inclinará en seguida a asegurarse. aseguran la impunidad de los malhechores (18). son comprados y. o cuando.139. Sutherland.198. tiene que recurrirse a la violencia. En esta línea divisoria se hallan también quienes comercian valiéndose de fa­ voritismos políticos. pp. hace que los criminales individuales abandonen pronto su aislamiento peligroso — las autoridades dan muestra de (18) Sobre la enorme extensión de la compra de influencias y de im­ punidad cómplice. repásese la prensa diaria nuestra para comprobar la impunidad en que quedan muchos delitos cometidos por ^efes de secciones partidistas o por diri­ gentes sindicales. Tampoco en ellas es todo inmoralidad. Por fin. En cuanto a la organización de las bandas. ese código señala una serie de faltas y sus codignos castigos. de que en este caso resalta claramente hasta dónde puede ser fuente de delitos el que ciertas agrupaciones posean ideales de vida opues­ tos a los aceptados por la sociedad corriente. El pequeño mundo. cuenta con abogadds. médicos. en el caso de que concluya en ellos. Por fin. que es la banda. o por varias de estas razones juntas. es de hacer resal­ tar su disciplina interna. se observa gran honradez. que individuos que aisladamente no llegarían a cometer delitos. no excluye ciertas rivalida­ des y envidias— cuyas manifestaciones más salientes son la pro­ tección y la ayuda mutuas. Sin embargo. Se forma un cierto espí­ ritu de cuerpo — lo que.— LA SECTA C R IM IN A L . derivada. e! tratar de engañar. tenedores de libros. por lo menos delitos muy graves. el jefe es el más prestigioso. por ejemplo. sea por su inteligencia.gran vigor coa ellos. Con la ventaja. se arriesgan-a hacerlo cuando se sienten alentados y apoyados por sus consocios. Cuando la asociación es grande. su valor. su capacidad organizativa.— La asociación criminal pue­ de estudiarse también entre las que se han llamado sectas. si así se puede hablar. la actitud mental 329 — . lo que hace que sea raro el pan­ dillero que puede ser corregido en los penales. El espía y el traidor son especialmente detestados y pa­ ra ellos se reservan las peores sanciones. 5. es la admisión de un código de con­ ducta que. para justificar su puesto—■e ingresen en las bandas que tan bien saben proteger a sus miembros. clínicas especiales. coloca a sus miembros ipso facto en la ilegalidad. sus conexiones. en el reparto de ganancias y es un crimen interno. En efecto.. etc. de ser llevado a la práctica. existe un código ético que es observado con suma estrictez. hay que anotar que la impunidad y el contagio obran de tal manera en las bandas. O tra razón de más para explicar la decadencia de la criminalidad aislada.. También aquí la sugestión obra en gran manera para m antener las relaciones de subordinación. hombres de armas. cuando las actividades delictivas son cubiertas por actividades lícitas.de dar consideración especial al tema. en cuanto grupo social. punible hasta con la muerte. etc. lo que caracteriza fundamentalmente a la secta cri­ minal. en verdad. Eso sucede también en las asociaciones es­ tudiadas en el párrafo precedente. hay que notar que en la banda existe una verdadera estructura jerárquica y una división del trabajo. concluye por formar en sus integrantes un particular criterio pa­ ra enfocar a la sociedad normal. esto es tanto más evidente. falsificadores. especialmente en algunos países. al delito mismo). sea ella ética. el sectario obra en virtud de ideales que él consi­ dera superiores. mientras los componentes de las pandillas usua­ les son personas de moralidad calificable de inferior. tenemos el de los thugs de la India. Hombres deseosos de prontas y radicales reformas sociales también suelen organizarse en sectas de las cuales reciben órde­ nes y las cumplen. tan superiores que por ellos pueden atacarse la moral y la legalidad vigentes. los sectarios es frecuente que la tengan en alto grado no sólo desde su particu­ lar punto de vista. se notan inmediatamente sus fines criminales. es difícil que entre éstos exista la convicción de que al cometer un acto prohibido lo hagan en aras de la instauración de una moral superior a la remante. etc. social. equivale a un martirio en aras de los ideales soñados. con la esperanza de que su sacrificio sirva pa­ ra apresurar el advenimiento de las reformas soñadás. por los propios delin­ cuentes. de llegar a sufrirlo. y se convierte fácilmente a los ojos del delincuente. más o menos oscuramente. por ejem­ plo. Así. en un medio de dar testimonio de la profundidad de sus creencias y de hacer resaltar las injusticias reinantes. deseo de fi­ guración propia. etc. sino hasta buscado. religiosa. Lucro. con motivaciones políticas y sociales. El elemento moral de las sectas se centra en una ideología. cuya divinidad principal era honrada mediante el sacrificio de vidas humanas. En los últimos tiempos. La prédica constante del código respectivo es la que crea las condiciones requeridas para que la sugestión criminal halle fácil camino.de los pandilleros es claramente opuesta a toda concepción reinan­ te. en este último caso. Para no hablar de las “revoluciones” y golpes de estado que tan frecuentes son en muchas naciones latinoamericanas (19). Por otro lado. no es siempre evitado. han conseguido amplia difusión las organizaciones guerrilleras. se hallan ausentes o meramente larvados. sino del de la sociedad general (salvo en lo to­ cante. por lo cual los sectarios recurrían al estrangularaiento en cuya ejecución existía inclusive una división del trabajo. Loe casos que pueden citarse son numerosos. las que de­ bían ser eliminadas sin derramamiento de sangre. — 330 — . el castigo. por lo menos en el auténtico sectario. inclusive.. lo que es tam­ bién conocido. menos aún existe la convicción de que el castigo. Los anarquistas dieron muchos ejemplos durante el siglo pa­ sado. como Rusia. Está convencido de su ideal y busca implantarlo sin pararse en medios ni en riesgos. si no en quienes se sirven de ellos. política. En cambio. que se le da un contenido demasiado elástico. En varios de los ejemplos monstruosos de torturas contra opo­ sitores políticos. a centenares de criminales y personas de la mala vida. La traición y hasta la simple debilidad son consideradas faltas gra­ vemente castigadas por los mecanismos internos con que la secta cuenta. según la dirección momentánea que lleve el viento. o para suprimir a los que supuestamente debilitan a una nación o. juramentos. como si el no fanático. social. de cualquier modo. Preferi­ mos. al extremo de utilizarse inclusive para censurar a quien tiene convicciones firmes y vive de acuerdo a ellas. considerada peligrosa por las autoridades. La primera. en las religiosa». por cualquier medio. por dos razones. que han ejecutado. se ha observado que se procede como en la ma­ yoría de las religiones antiguas y en las logias modernas: que hay una división entre lo esotérico. tal el caso de los “escuadrones de la muerte" brasileños. se dan muchos de estos casos. como en el ase­ sinato de Letelier y de otros políticos. etc. etc. Dado el tipo de su actividad. fuera el que tiene alma de Jun­ co inclinable hacia aquí o allá. sin embargo. menos frecuentemente. la ponen en peligro. Otras veces. dejar de lado esa palabra “fanatismo". político. — 331 — . La segunda: que cambios súbitos de situa­ ción convierten a los fanáticos del dia anterior en los héroes de hoy. se impone el secreto en las deliberaciones y la bien planeada ejecución de las órdenes. como frecuentemente sucede en las luchas políticas y so ciales y. no castigados por los tri­ bunales ordinarios.Algunas organizaciones han surgido parar combatir los deli­ tos cometidos por los miembros de un extremismo. las asociaciones buscan imponer una jus­ ticia estricta a los delincuentes comunes. torturas inclusive. los ejecutores no son simplemente sádicos o anor­ males sino personas nonnales pertenecientes a organismos respe­ tables — como las fuerzas armadas y la policía— que se asocian para desalentar. y consiguientemente perseguida. Hay una estructuración sumamente rígida y una discipli­ na aún mayor que en las pandillas corrientes. Dentro de las policías especializadas en la repre­ sión política. en los cuales hay in­ clusive acciones llevadas a cabo en otros países. sólo conocido por unos pocos in­ (19) Podría hablarse de que aquí la fuerza que mueve a los delin­ cuentes es fel fanatismo religioso. reuniones sólo en condiciones especiales. La conservación del prestigio — nueva fuerza para im pulsar a los sectarios— hace n e­ cesario que se recurra a un cierto ritualismo impresionante: pro­ cesiones. el individuo loable. Ese es el caso de la AAA — triple A argentina— que ha ejecutado a centenares y probablemente millares de izquierdistas a los que se sindicaba de llevar a cabo actividades criminales contrarias a los intereses de la patria. Al mismo tiempo. dividuos de confianza. el hecho de que muchas veces ese idealis­ mo es fríamente utilizado por personas que saben que se está obrando mal y que nunca faltan ni entre los sectarios ni entre quienes influyen sobre ellos desde fuera dé la organización (Z1). baya arrojado pocas luces so­ bre la forma en que obró la logia mencionada. es necesaria. ofrece algunos ejemplos acerca de crímenes cometidos al servicio de ideales. véase. involucrándola« en el mismo capítulo y juzgándolas con el mismo metro. destierros con que se sancionó. Fue Sighele el primero que dio gran extensión. a la delincuencia sectaria. a opositores. la obre citada de Reckless. cit. cit. El segundo caso. fue la necesidad de dar un ejemplo que impidiera las continuas conspiraciones que imposibilitaban la ac­ ción salvadora del gobierno. lo tenemos en los millares de detenciones y . entre las pandillas criminales y las sectas. — 332 — . los que concluyeron. librado al consumo de la generalidad de los adherentes. Nuestro país. Sin descuidar. Es verdad que. (20) Es de lamentar que si juicio posteriormente iniciado a raiz de los fusilamientos de noviembre. no bacen la distinción que. El tinte político ha limitado las posibilidades de llegar a la verdad. como hace el sectario más con­ vencido de haber obrado conforme a las normas que de antema­ no ha aceptado (20). a los cuales podrían agregarse muchos más. Entre los que más han llamado la atención pueden citarse dos. en su historia reciente. de que fueron víc­ timas conocidos políticos de la oposición. puede verse Constancio Bernaldo de Quiroz. en este caso.56. pp. idealista. Los au­ tores norteamericanos. Los fusilamientos de noviembre de 1944. pero se los juzgó hasta loables en aras de los ideales políticos y de las re­ formas sociales que se intentaban. más bien. sin forma alguna de juicio previo. como claro ejemplo. ob. el bandería partidista es posible que cree igua­ les dificultades en lo futuro. es claro que hay un elemento sectario. la pre­ sión de la opinión pública dejó poco tiempo satisfechos a los au­ tores. ea general. (21) Sobre secta. Se prescindió de la acción de los tribunales de justicia y la ejecución del mandato siguió inmediatamente a la sentencia. El fondo que posteriormente muchos de los culpables invocaron pa­ ra justificar su acción. Tales actos represivos eran evidentemente delictivos conforme a leyes vigentes. aún en el supuesto caso de que alguna forma de juicio se Instaurare. En cuanto al otro ejemplo. condenados a la última pena por un grupo de oficiales del ejército integrantes de una lo­ gia. principalmen­ te políticos. durante el período 1953 . y lo exotérico. desde luego. 184 -188. por tratar de rehuir respon­ sabilidades antes que de asumirlas. En los ejemplos mencionados. sin embargo. de­ dicándole un libro especial. loe. por consiguiente. d t.. a veces por sólo breves minutos y mediante dos gritos.— L A MUCHEDUMBRE DELINCUENTE. — 333 — . L’Opinlón et la Fonle. discur­ sos. como ejemplo demostrativo. Tarde. que la multitud piense. incitadores y frenadores que desempeñan.: Tarde. Al mismo tiempo. ob. es decir que. 29 -21. Nos he­ mos guiado especialmente por: Gustave Le Bon. profesionales. de una novela radioteatralizada acerca de la invasión de la tierra por marcianos.— Al hablar de muchedumbre hemos de comenzar por distinguirla del mero agregado de personas (22). No basta. (25) V. cau­ sado en diversos países por las emisiones no pre anunciadas. el papel de jefes. 2 -4 . Psicología. la muchedumbre que ahorcó a los mayores Eguino y Escóbar puede ser considerada heterogénea pues estaba formada por niños. clt. sin du­ da no tan bien estructurada ni tan duradera como la de otros tipos de asociaciones. el p&nico colectivo. pero que existe y se manifiesta por conciliá­ bulos entre algunos sectores de los miembros integrantes. ob.6. para. tome una actitud común frente al tema de que se trate. Rossi. que exista una multitud de personas. 167 . adultos y viejos. lo mismo que un parlamento o una reunión interna­ cional de sabios. Sighele. puede hacer que sus lectores dispersos constituyan una m uchedum bre^3): lo mismo puede decirse hoy de la radio. Psicología Colectiva Morbosa y Sociología y Psicología Colec­ tiva.que ella se forme no se precisa de proxi­ m idad material. di­ (22) Mucho se ha escrito sobre el tema. que quizá tenga mayor in­ fluencia que los propios periódicos (2+).: Tarde. pp. Freud. formadas por elementos más o menos simi­ lares o por otros diversos. Las muchedumbres así formadas pueden ser heterogéneas <1 hom*ogéneas. es preciso que entre ellas surjan ciertos lazos comunes. pp. es decir. en los últimos decenios. La Muchedumbre Delincuente. aún relativamente esparcidas. esa orga­ nización se manifiesta asimismo por cierta división del trabajo (:5). cultos y analfa­ betos. ob. Cien personas. artesanos y obreros. pueden constituir una muchedum­ bre. Por ejemplo. sienta y. si bien es posible afirmar que.179: Le Bon. no constituyen una muchedumbre. en cambio. un periódico que predica ciertas ideas. con todos los caracteres de una reacción de muchedumbres.. (23) V. (24) Recuérdese. muy poco se ha agregado a lo que habian establecido obras clásicas de hace medio siglo. de Us Multitudes. dt.. hombres y mujeres. en efecto. pp. que surja una cierta organización. una manifestación calle­ jera de estudiantes varones puede ser considerada muchedumbre hom*ogénea. Diez mil personas am bulando por el paseo de moda. Psicología de las Ma­ sas (en el tomo IX de las Obras Completas). lo que se ha denominado alma colectiva. ya los romanos decían. como también sucede concias formas más elevadas de conducta. 37 ■40.: V.: V. senatores.82. en que el caudillo tiene Jas mismas funciones que el macho . pp. el fundador del psico­ análisis considera que el hombre en medio de la masa. Ibidem. mientras las inhibicio­ nes dependen de la experiencia individual. Freud. cuya base es la libido sexualis (30). 41 . Rossi (27).: V.: V. que ría sido notado inclusive por quienes no han hecho estudios es­ peciales.rectore!) o altos miembros de partidos políticos. deja de lado esos caracteres individuales y que quedan operando sólo lós inconscientes instintivos (2I}). una pregunta: ¿De dónde salen esos elementos que hacen de hombres tímidos. Ibidem. por el autor mencio­ nado. hay un cambio tan notable en la psique particular. pone en relieve que las tendencias instintivas pri­ mitivas son comunes a los seres humanos.: V. la muchedumbre actual es vista. pp. inmediatamente.48 y 77 ■84. cit. y de honrados ciudadanos. distinto de los com­ ponentes. I. a los cuales impone sus propias concepciones. criminales incontenibles? La respuesta es más o me­ nos uniformemente admitida: surge del descenso de los poderes críticos y del imperio de tendencias instintivas a las cuales se des­ pierta y fortifica por medio de los mecanismos de sugestión. por lazos emi­ nentemente afectivos.: Ob.79. cit. así. senatus autem mala bestia. Ob.jefe antiguo (32). Ob... por su parte. 14. pàg. 34. La masa se mantendría unida. 35. Psicologia Colectiva Morbosa. cit. héroes. como simple resurrección de la horda primitiva. 78 . según Freud. pàg. boni viri.. así como política­ mente neutrales. Surge. pp. Ibidem.: V. sim­ patía c imitación. el papel fundamental que des­ empeñan los caudillos. Sobre la multitud amorfa cae una idea y prende en ella: de allí ¡esu!tu la unidad mental capaz de anular inclusive la perso­ nalidad y tendencias individuales de áeres relativamente bien for­ mados. 73. ello sin desconocer. (261 (271 (28) (29> (301 (31) (32) V. etc. Parece que surgiera un nuevo ente. Los miem­ bros de la muchedumbre realizan. actos que jamás intentarían aislados. pp. para no hablar de Tarde toda cuya concepción se apoya en estos mecanismos de reproducción de lo ajeno. por pasajeros que ellos sean en tales fun­ ciones (Jl). 35 . Así lo hacen resaltar Le Bon (26). — 334 — . pàg. Sighele (:s). sino todo lo contrario. T. Oe estas circunstancias se pueden deducir los caracteres esen­ ciales de las muchedumbres. asegura una alta probabilidad de quedar impune. El propio temor de la sanción no opera por­ que la muchedumbre facilita el anonimato y. ello sin olvidar que muchas ideas del pensador francés fue­ ron tomadas de Sighele. en la parte histórica de esta obra. Por ejemplo. El contagio es tal que crea una especie de estado hipnótico (máximo grado ds la sugestión) del cual muy pocos escapan. Pero siendo muchos y de variada índole. aunque desarrolladas con mayor ex­ tensión. en la vida normal. o cómo huye ante los más fáciles de vencer. 3. véase lo que quedó dicho acerca de los dos autores recién nombrados. Impulsidad y variabilidad expli­ can la forma en que los obstáculos son triturados o cómo la mu­ chedumbre se (leja triturar por ellos. y que un criminal. los estímulos que pueden actuar sobre la mu­ chedumbre de manera profunda o.Queda establecido el hecho de que el lipmbre en la muche­ dumbre. Pero en las muchedumbres se observa la tendencia a transformar inmediatamente lo sugerido en acto. si no existen interferencias en el camino que va del estímulo a la reacción. es también lógico que se presente una gran movilidad de sentimientos y pensamientos. aunque incluyendo los aportes de otros auto­ res.— El individuo que integra una muchedumbre adquiere por ello mismo un sentimiento de poder incontenible que anula todos los complejos de miedo o timidez que cáda uno experimen­ taría si obrara solo. es lógico que la muchedumbre sea impulsiva. 2. arrastre al heroísmo a los demás. al respecto. ella nos per­ mite conservar cierta uniformidad de conducta e impide los cam­ bios bruscos de emociones o pensamientos. — 335 — . por lo menos. si priman ios impulsos instintivos. De ahí que un valiente. impulse a los más atroces delitos. suficiente para provocar una reacción.— En la muchedumbre existe una especie de contagio que constituye‘una fuerza tan poderosa como para empujar al indivi­ duo a cometer toda clase de extremos. Las razones que se dan para ello son las siguiemes. intervienen procesos mentales que analizan la sugestión de tal modo que entre su presentación y la respuesta existen un lapso. nos atenemos principalmente a la clara expo­ sición de Le Bon. realiza actos que no realizaría solo. a la cabeza de la muchedumbre. consiguientemente. Tal hecho proviene de la carencia de crítica pues. según las resume Le Bon (i3). (33) En lo que sigue. Si en !a vida normal se nos sugiere algo. 1.— El poder crítico queda anulado o poco menos. opera a manera de freno que lentifica los cambios. se debió en buena parte. la actitud fanática de las masas que oían de pre­ sente esos discursos. desde luego. para no hablar de aquellos que. y eso que muchos de los crédulos habían pasado por alli después del momento en que se decia había comenzado la exhibición de los ahorcados. aun después de muertos.Supuesta la carencia de sentido critico y la consiguiente sugestionabilidad. Esta se efec­ túa porque la muchedumbre se siente juez y verdugo incorrup­ tible. Si se presenta un sos­ pechoso. a fuerza de oír los rumores. que se presenten sentimientos en contra sugeridos por una persona capaz de imponerse. — 336 — . por medio de razonamientos rigurosos. al minuto siguiente lo silbará. Tienen certeza de todo. Es característico el descen­ so del poder mental. No existe capa­ cidad para captar o establecer matices. las conclusiones más absurdas son aceptadas como verdades irrefutables. por in­ comprensible. aplaude a un orador porque ¡o considera veraz. (34) La revolución del 21 de julio de 1946 presta grandes materiales. está destinado de antemano al fracaso. capaz de suges­ tionar. de servirse de imágenes impresionantes. A menos. y al obrar así ciertamente no mentían inten­ cionalmente. pretende convencerla. lo gol­ peará o lo matará. Subsiste la ley primitiva del todo o nada. En cuanto a la ma­ nera cómo estas creencias operan luego. ¿35) De ahí que cuando se leían en la prensa informativa los dis­ cursos de grandes conductores de masas —Hitler. o un provocador (*). Y si alguien. eran capaces de jurar que hablan visto personalmente el maca­ bro espectáculo. Por ejemplo. es ya culpable y excita el odio y la agresión. sino que estaban equivocados. Mussolini— apenas se sentía uno impresionado. acerca de la psicología de las muchedumbres. ella no enlaza ideas sino imágenes. £1 gran conductor de masas no es el lógico frío capaz de escribir libros llenos de bellos razona­ mientos. más impresionaba. puede verse lo suce­ dido con el presidente Villarroel y sus mas fieles acompasan­ tes. era extraordinaria la facilidad con que grupos aisla­ dos creyeron que en la puerta de la Municipalidad hablan sido colgados varios estudiantes universitarios. si fueron colgados. es fácil comprender la credulidad infantil pro­ pia de las muchedumbres: en este momento. enjuicia y sanciona sin mayores trámites. sino el hombre de fuerte personalidad. que aún están a la espera de ser sistemáticamente investigados y elaborados. a que mucha gente quería ejecutarlos o mostrarlos en la misma forma en que se suponían muertos los estudiantes arriba mencionados. las reglas lógicas no valen para la muche­ dumbre. sino en todo. de imponer su per­ sonalidad Los sentimientos son simples y exagerados. por eso las muchedumbres desconocen la duda y la incertidumbre. simplemente porque ha circulado la voz de que es un traidor. uno de los manifes­ tantes señaló a una persona que se hallaba en la acera. Es lo corriente que los psicólogos se refieran en sus estudios sólo a las muchedumbres criminales o destructo­ ras. sin que nadie se opusiera. los ánimos se serenaron. Y la manifestación prosiguió como si nada hubiera sucedido. etc. sin requerir pruebas. el hombre fue dejado. tanto más. actos de sublime heroísmo. ellas defien­ den una trinchera hasta que no quedan fuerzas. se realizó una manifes­ tación simbólica de duelo que recorría el centro de la ciudad concluyendo en el cementerio. ellas llenan los cuarteles en los momentos de peligro para la patria. Un dirigente estudiantil de prestigio. explican por qué en ellos tienen tanta participación los adolescentes. inmediatamente comienzan las amenazas seguidas luego de hechos. la inmen­ sa mayoría de los individuos. en una casa cercana. si tiene conciencia de su propio poder omnímodo. Si la muchedumbre no tiene dudas. Pero la solución vino como un rayo. Nadie pidió explicaciones. sino los caudillos que gritan. puso a la víctima a sus espaldas y rechazó con dos golpes a dos nue­ vos agresores. se dirigió al grupo. desaparecido el cadáver. probablemente. amenazan y golpean (K). Un estudiante cayó muerto. Durante los días previos a la revolución de 1946. Las muchedumbres originaron las cruzadas. fue inút la intervención de algu­ nos estudiantes que habían conservado su sangre fría y que ar­ güían que se estaba cometiendo un atropello.La importancia de los sentimientos en lasjnuchedum bres. acu­ sándola de ser policía y espía. de ahí que no sean los hombres de palabra benig­ na y bondadosa los que dominen. Los razonamientos son inútiles. altos sacrificios son llevados a cabo por las multitudes. (36) Citemos un ejemplo. de haber estado aislados. Y cuántas veces por ideales que son apenas comprendidos. ‘un hecho indigno de los universitarios. comenza­ ron las amenazas y unos segundos lespués. es comprensible que no admita ni tolere discusiones. en seguida gritó que aquel atropello era propio de bestias y que. jóvenes y mujeres así como algu­ nos anormales. precisamente por ser multitudes ya que. — 337 — . corpulento y expeditivo. ellas asaltan una posición enemiga bien defendida. los golpes que en­ sangrentaron a la víctima. Pero lo curioso es que la intole­ rancia y el autoritarismo son también fácilmente sufridos por la muchedumbre. aunque sólo sean de simple palabra. Pero esa exposición es unilateral. la exaltación de los mismos. halagan. además. La moralidad de las muchedumbres se halla también bajo la ley del todo o nada. A veces. todos los cuales pertenecen a sectores que no se caracterizan por el predominio de la fría razón. apartó violentamente a los agresores. existía un ambiente de enorme tensión. Si éstas se producen. aquel hombre no era ni pollda ni espía. En un lugar del camino y cuan­ do la multitud ya se hallaba enardecida. no hubie­ ran osado tanto. Impone sus creencias sin adm itir oposi­ ciones. si el caudillo influye sobre la muchedumbre. de inestabilidad de las instituciones. se deducirá que es un error comenzar una exposi­ ción acerca de la criminalidad colectiva. lo que pasa es que se aceptan e interpre­ tan hechos siempre a la luz de la teoría o idea general. las muchedumbres criminales son fenómenos — 338 — . deambulan movedizamente otras. épocas de hambre o gran nece­ sidad. en las cuales hay alta técnica industrial. Acá tiene que ser recordado todo lo ^ue se ha dicho acerca del ambienta de cada criminal. Por eso. sin que se noten las contradicciones. a! final. Por eso. son sumamente propicias para que se for­ men muchedumbres criminales (” ). 37) Por lo visto. integran una unidad. de modo que. de amenazas de gue­ rra o de desastres en la misma. fuerte y ex­ peditiva. Para comprender los delitos colectivos es necesario informar­ se acerca del ambiente general. como luego será el arrancarlas. el divorcio está a la vista. haciendo resaltar el predominio actual de las masas asi como las grandes aglome­ raciones urbanas. Demás advertir que al lado de esas ideas fijas. juzgue que la mejor manera de lograr esos ideales sea el ahorcar a los que encaman o se supone que encam an las ideas opuestas. Estos caracteres generales valen también para las muchedum­ bres criminales. no de asociaciones criminales): la policía es rápida. Si quien quiera oficiarlas de conductor sólo toma en cuenta los propios in­ tereses fríamente calculados y no los de la masa. Crisis políticas. aquí no hay contradicción. es preciso que el terreno se halle bien abonado. para que la semilla fructifique rápida­ mente. exista demasiada control para que sea fácil co­ meter delitos colectivos (queremos decir de muchedumbres. En efecto. Pero han sido captadas sólo en sus líneas más superficiales y generales. en especial. Así puede suceder que una muchedum­ bre descosa de im plantar la paz. etc. ésta también lo hac¿ sobre aquél. de lu­ chas electorales. más como frases car­ gadas de poder sugestivo que como ideas o teorías muy abstrac­ tas. es claro que se precisan condicio­ nes sociales preparatorias. Lo corriente es que en las grandes ciudades y en los pueblos muy desarrollados. así como el fracaso del director que enseguida será reemplazado por otro u otros que se hayan dado mejor cuenta de lo que la muchedumbre quiere y puede. la justicia y el respeto a la ley.. hemos hablado de que la muchedumbre se forma cuando se crea una unidad mental. El meterlas en la cabeza de las muchedumbres suele ser ta­ rea de años. De allí resulta que los jefes circunstanciales tampoco tienen un campo ilimitado ante sí: tienen que circunscribirse al círculo de sugestiones para las cuales la masa está sensibilizada. de opresión insoportable. a teorías sumamente elaboradas. pe­ ro para que la sugestión cunda.lisa moralidad se refiere a veces a ideas sumamente abstrac­ tas. Sin que por eso dejen de ser muchedumbres. Evidentemente. ob. las que cuentan con algu­ nos miles. etc. Pero es evidente que la muchedumbre llega a los peores excesos cuando entre sus componentes existen criminales habituales o cargados por una grave tendencia a la fuerza. Bolivia con Inglaterra. lo común es que se cuenten sus componentes sólo por decenas o centenas.. donde las aglomeracio­ nes no son tan grandes como para que en ella exista ya una potente fuerza pública. pp. inclusive. dice que los fenómenos de psicología colectiva morbosa suponen "estímulos anormales por su naturaleza e intensidad. — 339 — . Y comparación igual puede hacerse dentro de ur¡ mismo país entre sus sectores regionales más industrializados y urbanizados y los más atra sados.. según aquella tesis. etc. pp. sino todo lo contrario. 108 -119. hasta a cente­ nares de quilómetros.34. los excesos son frecuentes sobre todo cuando esas personas toman el carácter de jefes. las multitudes delincuentes rarisimamente están formadas por decenas de mi­ les de personas. En realidad. Psicología Colectiva Morbosa. (que) recaen sobre espíritus anormales". raras son. Sucede especialmente en épocas de hambre. resultaría. consiguientemente. En cuanto a los componentes. cuanto más poblados. (38) Rossi. si bien no es raro que precisamente a la vista frecuentes donde ese control no existe. so­ bre todo si se entiende lo anormal no como lo que simplemente se aparta del término medio en cualquier sentido. lo suficiente para que la sugestión la arrastre (*). en su obra La Sociedad y el Delito. 31 . 14. Belbey. pp. En realidad. le basta ser relativamente débil de volun­ tad. Si comparamos. liberación de un poder despótico y odiado. una asamblea de investigadores de astronomía. Por ejemplo. que nuestro país debiera tener menos criminalidad de muchedumbres. véanse: Rossi. Sobre las condiciones predisponentes. es claro que hay elementos con los cuales difícilmente se formará una muchedumbre delincuente.. como por la tácita creencia de que una muchedumbre delincuente debe ser inmen­ sa y. 203 . Belbey ha dado exagerada importancia a un fac­ tor secundario. revoluciones. cit. en su obra recién citada pág. y que se presenten delitos colectivos seme­ jantes a reacciones en cadena.La amplitud de los males comunes que preparan el terreno pueden ser tal que una muchedumbre excite a otra. Pero la persona que solemos calificar de corriente o normal. sino lo que se inclina a la morbosidad. o anormales mentales. Tarde. puede per­ fectamente integrarla. mejor. sólo reclutable en lugares muy pobla­ dos. pero ya sabemos que no es asf. cae re­ dondo en este error tanto por el deseo de encajar los fenóme­ nos criminales multitudinarios en la actual sociedad caracteri­ zada por el papel protagónico de las masas. por ejemplo.213. esta afirmación es exagerada. agitada vida institucional de nuestro país. con especial propensión al delito. Dentro de los muchos casos que podrían citarse. Fueron designados como principales culpables de estos atropellos. es posible afirmar que existe base para determinar. Eso hay que tomarlo en cuenta muchas veces en los casos de revoluciones. Es posi­ ble que otras. pero otras veces se acercan a lo moral. hay acuerdo para considerar que se conserva cierta capacidad de resistencia. por lo menos en las personas normalmente honestas. no puede efectuarse sólo con los da­ tos anteriores. las personas normalmente dispuestas reaccionen y tomen conciencia de lo que están haciendo. el de los col­ gamientos del 27 de septiembre de 1946 se distingue como clásico. salvo los casos de anomalías mentales determinadas por los mismos códigos. — 340 — . LOS COLGAMIENTOS DEL 27 DE SEPTIEMBRE La. De las consideraciones hechas. Preciso será tomar en cuenta la naturaleza del m ó­ vil que arrastró a los delincuentes. motines o huelgas violentas. pero se supone que tal tendencia no puede servir de disculpa.de los excesos. tales móviles suelen ser algu­ na vez sórdidos. Las circunstancias de dichas muertes y la peregrinación posterior de los cadáveres hirieron fuer­ temente la imaginación popular porque algunas personas hicieron circular rumores acerca de los sufrimientos y torturas que se ha­ brían infligido a aquellos políticos. los mayores Eguino y Escóbar. siendo condenable sólo la forma en que se oretenden hacer valer autén­ ticos derechos vulnerados. dentro del espíritu corriente en nuestros códigos. que la personalidad propia no es totalmente anula­ da. lo hace inde­ seablemente rico en ejemplos acerca de criminalidad colectiva. antes de matarlos. resulta patente la dificultad de establecer el grado proporcional de responsabilidad de los com­ ponentes de la muchedumbre. en que la muchedumbre se desborda y tiene la intención y la pre­ tensión de actuar como juez incorruptible. la responsabilidad de los miembros de multitudes criminales. inclusive cuando desempeñan la función de jefes o caudillos. Sin embargo y salvo casos especialísimos. Salvo esos casos extremos. Durante el régimen del presidente Villarroel. El enjuiciamiento final de la actitud de quienes integran una muchedumbre delincuente. más bien se sien­ tan a sus anchas en medio de los actos ilegales y que éstos repre­ senten algo así como la oportunidad para dar salida a tendencias antisociales. fueron fusila­ das sin juicio previo varias personas acusadas de tomar parte en una conspiración revolucionaria. se habló de que el gobierno había hecho ahorcar a varios estudiantes a fin de dar un escarmiento a los per­ turbadores. se sembraban odios y deseos de pronta justicia. poco después de medio día. Inmediata­ mente fue conducido a la central de Policía. recibiendo un golpe de fusil en la cabeza. las radios habían dado la noticia y poco a po­ co comenzaba a reunirse gente curiosa. a todas luces. Monje Gutiérrez. padecía de alguna anormalidad mental y cuya presencia en el interior del palacio se debía a un descuido de la guardia. atribuyéndoles toda clase de abusos sádicos.Triunfante !a revolución del 21 de julio d e-1946. se encontró con un hombre joven que. se dirigió inmediatamente al local de la Policía. O blitas fue dominado. mien­ tras se oían fuertes voces. mientras la prensa acumulaba y publicaba diariamente detalles acerca de la conducta de los dos presos. que el pueblo tomara justicia por sus propias manos y que el alentador fuera colgado inmediatamente de un farol. Había transcurrido dos meses desde la revolución. allí comenzó a hacer sus declara­ ciones preliminares. notó desde su des­ pacho que unos vidrios eran rotos en la habitación contigua. — 341 — . Esta idea seguramente surgió de un antecedente: durante los sangrientos disturbios que precedieron a la revolución de julio. salido a investigar. pero el mismo día de la revolución dio origen al colgamiento del presidente Villarroel y de sus más fieles seguidores. Después de breves momentos de confusión. Se trataba del teniente Oblitas. Un dato que merece ser destacado es el del método de ajus­ ticiamiento: el colgamiento. Esa denuncia nunca fue comprobada. empuñando un revólver. incoándoseles las acciones criminales res­ pectivas ante los tribunales ordinarios. El 27 de septiembre. La opinión general se inquietaba cada día más. sita a cincuenta me­ tros del Palacio de Gobierno. La m ultitud. las puertas externas fueron derribadas y se comenzó a buscar al culpable. alguien sugi­ rió. como coronamiento de algunos gritos de indignación. pese a los trámites iniciados. no se había pasado de la instructoria. La opinión que difundieron fue la de que. como había sucedido ya muchas veoes en el pasado. el presiden­ te de la Junta de Gobierno. persona que. pretendía adueñarse del poder. mientras se hablaba de que el partido derrocado preparaba una contrarrevolución pa» ra dentro de breve plazo. Este se hallaba en una habitación interior. De pronto. En el ínterin. en que la vida del presidente de la Junta corrió inminente peligro. que osci­ laba entre quinientas y mil personas. Durante dos meses. la im ­ punidad sería el resultado. dichos mi­ litares fueron arrestados. yendo a caer al suelo. como los mayores Eguino y Escobar. advertidas aunque algo tarde de las in­ tenciones de los manifestantes. se estaban tranqui­ lamente en la cárcel. En un discurso. La multitud. Como la prim e­ ra soga cediera al peso del cuerpo. Nuevos aplausos. le disparó tres balazos que ultimaron a la víctima. La desesperación hizo que el preso intentara huir por una calle lateral. se les oyó por cinco minutos. Estos lo siguieron. de uno de los cuales se pretendía colgarlo. muy sólidas objetivamente. pidió que la re­ volución no fuera desprestigiada por hechos de violencia y que los manifestantes volvieran a sus hogares sin cometer otros actos del tipo del anterior. Los primeros que llegaron ante la puer­ ta de la penitenciaría — situada ésta a casi un kilómetro de cami­ no del Palacio— eran no más de doscientos. Oblitas intentó subir a un co­ lectivo en marcha. fueron desoídas: los silbidos cortaron las palabras apaciguadoras del director de Policías y de otras personas. En ese momento. allí. apareció el Presidente Monje Gutiérrez. aprovechando un descuido de los captores. ocultaron en una remota sección del penal. en cambio los aplausos fueron sono­ ros cuando uno de los manifestantes afirmó que se estaba per­ diendo tiempo y que lo único que procedía era que el pueblo eje­ cutara prontamente al culpable y a todos sus cómplices.Entre tanto. más enardecida que nunca. Lo sacó inmediatamente a la calle a fin de conducirlo hasta los faroles que se hallan delante del Palacio. y la multitud comen­ zó a disgregarse. se verificó sin que se to­ maran en cuenta los pedidos y protestas que varios miembros del gobierno hacían desde un balcón del Palacio. El segundo colgamiento. en pequeños grupos que aún per­ sistían. a los buscados. Inmediatamente sur­ gió la idea de ahorcarlos también a ellos. comenzó a hacerse notar que seguramente el acto del te­ niente Oblitas-no era sino parte de un plan mayor de asesinatos y que no era posible ahorcarlo sólo a él mientras otros más cul­ pables. La muchedumbre se encaminó entonces al Panóptico Nacio­ nal. se buscó inmediatamente otra. Sin embargo. lo desnudó y procedió a colgarlo. pero fue arrancado del mismo. sin es­ perar la tardía e ineficaz acción de los tribunales ordinarios. arrastró el cadáver hasta un farol. siendo recibido con grandes aplausos por la multitud que ya lle­ gaba a tres o cuatro mil personas. llegaron al lugar del hecho algunas autoridades las que quisieron hablar a los linchadores. con todas las garantías. La turba rompió nuevas puertas y llegó hasta donde estaba el tenien­ te Oblitas. un manifestante que tenía varios procesos criminales en su historia. el definitivo. pero pronto se les — 342 — . que se die­ ron para que se asumiera una actitud más serena. pero las razones. cuyas autoridades. En un momento. Gritos de que se le deje hablar y de que se lo cuelgue en seguida. donde fue inmediatamente ahor­ cado. u cambio de ayuda para preparar la revolu­ ción. alguien le alcanza un pañuelo para que se limpie la sangre que sigue manando de la cabeza. en un primer momento. venían a prestar su colaboración. El mayor Escobar recibió algunas bofetadas y quedó desma­ yado por la impresión. La gente se im­ pacienta. Eguino comienza su declaración. fueron silbados y arrastrados por ella. Estos. a través de una masa compacta de gente — quizá ya se habían reunido die/ mil personas— se hace llegar al condenado una botella de re­ fresco y un helado. pidiendo clemencia. que se juzga ya dic­ tada. pero se los dejaba tranquilos al reco­ nocerse el error. el cual llega hasta el condenado y lo confiesa. Su voz es cubierta por los sil­ bidos y los gritos de excitación y cólera. Tres ministros de estado que pretendieron contener con buenas pala­ bras a la muchedumbre. entonces. Por otra vía crucis. entonces. Los gritos arreciaron y pronto las puertas fueron atacadas. Pronto comenzó la cacería. porque los im­ plicados habían ofrecido a un país extranjero compensaciones te­ rritoriales si vencían. llegó al cabo de un momento el segun­ do grupo conduciendo al mayor Eguino.sumaron algunos grupos mayores que anoticiados de las intencio­ nes “justicieras” del primero. Llega un momento en que. arguyendo que los fusilamientos del 20 de noviembre de 1944 habían sido una necesidad. la mayoría consigue que se inicien los aprestos para el colgamiento. más bien. pese a la oposición de algunas personas que conservaban su serenidad. La gente lo sacó del Panóptico y lo arras­ tró hasta la Plaza del Palacio. no se sabe cómo ni de dónde. Surgen gritos para que se cuelgue al culpable en segui­ da. Al fin se encontró a los presos buscados. Después logra imponer un instante de silencio y pide clemencia para la futura víctima. comenzaron a serles recordados los atropellos que habían cometido cuando eran supremas autoridades de la Policía. La gritería arrecia. se pide un sacerdote. deseaba hacer algunas declaracio­ nes importantes. Eguino pide dos días de plazo para comprobar lo que decía. Eguino dice que no puede hablar porque tiene la boca reseca. varios presos fueron confundidos con los buscados y golpeados. con tono de mofa. que sangraba de una he­ rida que le había sido abierta en la cabeza. Algunos que se animan — 343 — . Ante la sentencia de muerte. Llegado junto al farol que se le había destinado. el mayor Eguino pidió que se le dejara hablar por breves momentos por que allí. Se imponen los primeros y. Otros se oponen. pero nadie quiso oírlos. al borde de la muerte. Exige que el cadáver sea colgado. según su parecer. En seguida. la multitud obliga a todos los presen­ tes a quitarse el sombrero por respeto a los muertos. La multitud se desorienta. dos rayos cruzan el firmamento a corto término uno de otro. la gente corre en la oscu­ ridad. El segundo relámpago muestra el macabro espectácu­ lo de los cuerpos suspendidos. porque ésta comienza a parpadear por breves segundos y concluye por apagarse. Eguino pidv que se le permita m orir no c o la d o : que uno de los presentes le dispare o que se le dé una pistol« suicidarse. Cunde una ola de terror. En vista de lo que juzgaba fatal. Ya al anochecer. gritando en algunos lugares. todos entonan el Himno de La Paz. Breves instantes después la plaza está vacia. unos soldados quieren descolgar los cadáve­ res. donde una persona. La muchedumbre no se aplaca. lo que se hace en seguida. Eguino cae al suelo. pero la soga cede. causan algún desperfecto en la luz eléctrica. diez mil personas se oponen y amenazan a aquéllos.a ¿Ltgcnr un aplazamiento. en un clima de gran recogimiento. para evitar mayores sufrimientos. — 344 . Se lo levanta de un farol. La muc ¿mbre no accede: tiene que ser precisamente colgado. Poco des­ pués los cadáveres son descendidos sin mayor dificultad. le dispara dos tiros y lo mata. Pasado el momento y. aunque nuevos curiosos reemplazan a los que se retiran. seguidos de dos truenos formidables. La multitud comienza a disgregarse. reciben inmediatas amenazas y alguien hasta varios golpes. Varias perso­ nas agarran a la víctima. se pisotea y aplasta. que había sido canto de batalla durante la revolución de julio. que se resiste. Pero se presenta un raro fenómeno natural: gruesas gotas comienzan a caer de repente. cumplida estricta­ mente una tarea de justicia. toca tantos aspec- — 345 — . como totalidad. De ahí la necesidad de señalar algunos principios básicos pa­ ra evitar desviaciones. seminarios. no han faltado exa­ geraciones que amenazan con desnaturalizar este tema de estu­ dio. pretende hacerlo. que todavía se hallan en sus primeros momentos. sobre todo en el que toca a los aspectos criminológicos.r'PIT U L O DECIMO VICTIMOLOGIA 1.— PROBLEMAS D E R IV A D O S DE LA RELACIO N EN­ TRE EL DELINCUENTE Y SU VICTIM A. Aunque tales relaciones han sido tomadas en cuenta desde hace mucho tiempo en las Ciencias Penales.— Las relaciones en­ tre el criminal y su víctima constituyen el objeto de estudio de ese nuevo capítulo de las Ciencias Penales al/qua se ha llamado Victimoiogía. Sin embargo. no han recibido aten­ ción sistemática sino en los últimos tres decenios. es poco lo que se ha ahondado en estos problemas. numerosos simposios. suele analizar o. como se reconoce umversal­ mente. La Victimoiogía. En ese sentido. Pero. y publicaciones y se haya creado este nue­ vo capítulo en la Criminología actual. la importancia del asunto se demuestra por el hecho de que ya se hayan reali­ zado dos congresos internacionales sobre la materia. como ha sucedido frecuentemente con las novedades. Tanto más si. todos los aspectos referentes a las relaciones entre el criminal y su víctima. al menos. pero no puede ser el camino que sigamos en este capítulo. unitariamente.los como algunos tratados de delincuencia juvenil que exponen las normas penales. por el contrario. duran­ te mucho tiempo. el de la restitución y la compensación que el delincuente debe a su víc­ tima por los daños materiales — corporales— financieros o mo­ rales que le hubiere causado. puede ser muy constructivo ('). señalaremos que los grandes capítulos de que la Victimoiogía puede ocuparse son fundamentalmente tres. Es en este terreno jurídico . la Victimoiogía. confundida con la penal allí donde la sanción fue manifestación de la venganza privada o donde rigió el siste­ ma de la composición. es decir. Tal ha sucedido. Para evitar confusiones. que tratará fundamen­ talmente del lado criminológico del problema.penales toman en consideración condiciones de la víctima. cuando un pago extinguía las consecuen­ cias penales y civiles del delito. situaciones momentáneas. a) El campo de la responsabilidad penal. — 346 — . Toca especialmente a la defi­ nición del tipo penal y al orado de la pena. b) El campo de la responsabilidad civil. en la muerte dada a un pariente próximo. por ejemplo. los delitos sexuales cometidos contra menores o anormales mentales. Esta resulta. en cuanto ambos as­ pectos jurídico . el homicidio perpetrado por el esposo ante la infidelidad de la esposa. de la que corresponde al delincuente en relación con el Estado y la socie­ dad de que aquél es representante. hace ya siglos. La compensación del daño se ha­ lla contemplada también desde las más antiguas legislaciones pe- (1) Así lo hace. homicidios o heridas re­ sultantes de la provocación de la víctima. no nos parece condenable. Vfcttmology: The rietba u d U l criminal. entonces. el derecho de corrección en la familia. F1 Derecho Penal ha tomado en cuenta relaciones per­ manentes o pasajeras. incluyendo la responsabilidad civil. es decir. el de Schafer. Los ejemplos podrían multiplicarse y se ha­ llan hasta en el derecho más antiguo. la situación del delin­ cuente que se convierte en víctima cuando ocurre un exceso en la legítima defensa. Esta responsabilidad estuvo. un libro fundamental de la materia. derivadas de una carencia de deli­ mitación de campos. importante desde el punto de vis­ ta de la valoración de la conducta criminal y de las consecuen­ cias que la misma debe acarrear al culpable. las causas de la delincuencia y la ejecución de las sanciones. para defihir ti­ pos delictivos o grados de responsabilidad. por ejemplo.penal donde la víctima hizo su primera aparición. Considerar así. a no comprender lo que ha sucedido (3). 3 — 347 — . tocante a la responsabilidad penal. Sin embargo. el criminológico fue apenas rozado por los fundadores de la Criminología. se tome en cuen­ ta la personalidad general del delincuente y su situación en el mo­ mento del delito. no pueden explicarse si no se consideran de modo especial las condiciones o la conducta de la víctima. en nuestro Código Penal de 1834. (3) Schafer. aquel en que la víctima opera como causa del delito. gen ’ • • • « ■ únación de indemnización a las víctimas amplitud en los últimos cien años (2). es indispensable porque los otros dos dependen an algu­ na medida < el. sea el Estado el que lo haga. el relieve que la víctima tiene. riñas.. para determinar la sanción. pero nos parece que el primero. seduccio­ nes. c) El campo criminológico. considera que la Victimología está integrada sólo por los aspectos de la responsabilidad civil y la causación. especialmente en algunos delitos. para que el delito se hubiera cometido. la mayoría de los conyugicidios. caben algunas consideraciones. en muchos casos.nales. En cuanto al lugar que la Victimología tiene que ocupar en la Criminología sistemática. Ahora se tiende a que. es decir. Si ahora se exige que. ob. inclusive cuando el crimi­ nal no es capaz de pagar la indemnización. de una manera notable para su época. Cono­ cer a la víctima nos llevará a analizarla desde el punto de vista (2) Ya se hallaba reglamentada. No tomarlo en cuenta puede llevar a que la ley penal se aplique con exagerado objeti­ vismo y descuide aspectos subjetivos fundamentales del delito. etc. Este es el problema que aquí nos interesa y el que menos ha sido analizado hasta el momento. la causa principal o una de las principales. ésta puede ser. Ver pag. Mien­ tras los aspectos jurídicos antes expuestos existen desde hace si­ glos. Pero. cuando se dispo­ ne que parte del salario del penado se destine al resarcimiento de daños y perjuicios. en muchos casos. por ejemplo. prescindir de la víctima puede llevar. es obvio.. La relación causal ha comenzado a ser sistema­ tizada sólo en los últimos tiempos si bien se está lejos de haber adelantado tanto como en otros factores del delito. a desnaturalizar la realidad. Por ejemplo. d t. Este es un asun­ to de enorme interés en la actualidad y se extiende hasta el mo­ mento de la ejecución de la pena. tanto por su obligación de tomar medidas para que las leyes se cumplan como por razones de justicia. aunque no sistemáticamente. en Excerpta Cri­ minológica. en ge­ neral. 408 • 570. £1 Delito. (6) V. (5) Con su obra: The criminal and hia victim. concluiremos que la Victimoiogía tiene que estudiarse en Sociología Criminal ya que la víctima es. Las causas que de ella provienen son parte del ambiente en que el criminal se halla. una ciencia autónoma. fue el primero que utilizó la designación. Ni 3 (mayo-junio. no por todo* aceptada. Pero ése es el estudio de la víctima en cuanto perso­ na. 1948. Vale la pena re­ cordar que consideraciones acerca de la victima como causa del delito han sido hechas.de la Criminología. hace aproximada­ mente un siglo.biológico. fue von Hentig (’). de Victimoiogía (6). New Haven. Este amplio capitulo lleva preci­ samente por título: La victima como un elemento del mundo _ circundante. Entonces. es patente que muchos delitos contra la ad­ ministración pública se cometen a causa de la forma en que esa administración tienta y hasta impulsa a que se atente contra ella. — 348 — . su pretensión de que ésta consti­ tuya. ha sido. por lo menos. en Criminología debemos encararla como causa del delito. social y psíquico: como a cualquier persona. Por ejemplo. II. Esta situación se presenta también y quizá de manera parti­ cularmente destacada.le­ la II Guerra Mundial. The órlela oí the doctrine of Vlcümolocr. 3. Ciertos tipos de organización estatal son la condictio sine qua non para que se cometan determinados delitos políticos. repetimos. cuando es el Estado la víctima directa del delito. inclu­ sive por los creadores. 2. al menos el presente. es poco lo que se ha avanzado en este novedoso campo.El tí­ tulo de fundador ha sido disputado por Mendelsohn quien. como dice von Hentig. inclusive el criminal. Son estímulos externos que actúan sobre él. objeto de estudio especialmente después . pp. atadles in the Sociobiabgy oí crime. rechazada. hizo un estudio amplio. vol. un elemento del mundo circundante (4). según la mayoría de los expositores. Cierto tipo de terrorismo no se podría explicar sino dentro de algunos regímenes represivos.— EL NUM ERO DE VICTIM AS. Sin embargo. El primer autor que. es ins- (4) V.— Este es un aspecto que puede llevar a que se entienda cuál es la función que la víc­ tima desempeña en la aparición del delito. 1963). Por ejemplo. en lo que toca a víctim as las cifras negras son más notorias que cuando se refieren a los delincuentes. en cuanto a cantidades de víctimas. la buena fama. sin exageración que. la debilidad de la víctima — ancianos. niños— es un aliciente para el criminal. Las diferencias cuan­ titativas pueden llevar a encontrar diferencias cualitativas y a es­ tablecer una siquiera relativa tipología de las víctimas. Queda todavía mucho por hacer. en el sur de Estados Unidos. en la comparación del número de autores con el de víctimas — para establecer si éstas son las numerosas que aquéllos—•. eso puede suceder por interés — un banco que no denuncia estafas o abusos de confianza cometidos por sus empleador— por ver­ güenza — como ocurre con las víctimas de delitos sexuales— por falta de interés — como cuando se ha sido víctima de un hurto pequeño— . inclu­ (7) V. ésta es frecuentemente descuidada. Eso sucede. por ejemplo. tomando en cuenta que los menores suelen estar especialmente protegidos por la ley y que hay edades su que. porque inclusive allí donde se pres­ ta atención a la víctima. que cuando se trata de estadísticas criminológicas. habrá que establecer si sucede lo mismo en las estadísticas de víctimas Y a se han hecho investigaciones en otros campos similares. ya que el com­ portamiento no es igual en relación con todos los delitos. por ejem­ plo. La primera. — 349 — . en relación con la edad. por ejemplo. son mucho mayores en los delitos contra la honestidad. no es fácil encontrar estadísticas confiables. al delin­ cuente. la mayoría de las víc­ timas de linchamientos hayan sido negros. puede decirse lo mismo: las fallas no son iguales en relación con todos los delitos. se la deja de.lado. que a la víctima. pp. Eso sucede por varías razones entre las cuales se destacan espe­ cialmente dos. sin duda. “El DeHto” II. Ellas son lo suficientemente importantes como para que se pueda afirmar. von Hentig. Sin embargo. Las razones de las fallas podrían ser fácilmente am­ pliadas. son menores en los delitos violentos graves. se concede mayor importancia al autor. las “cifras negras” son considerables: muchas de las deficiencias de las estadísticas se deben a que las víctimas no denuncian los delitos de que han sido objeto. en relación con el sexo pues si la mujer da cifras menores en cuanto autora de delitos.tiuctivo que. La segunda. etc. En ambos casos. 425 y ss. Hay algunos aspectos en los cuales ya se ha trabajado con fruto. los robos de partes de autos y las estafab llamadas “cuentos del tío” son ejecutadas por los mismos delin­ cuentes contra muchas personas. Lo contrario ocurre en los delitos contra la propie­ dad. el número de víctimas es muy probablemente mayor que el de aulores. el lu?vto corriente. a ve­ ces muy sutiles. Este ejemplo nos lleva a otro asunto. Algo semejante sucede en cuanto al número di. pero que no son fáciles de adecuar a la realidad. Es un hecho comprobado por las estadísticas que el mayor número de reincidencias se da entre los que cometen delitos contra la propiedad. es el informe de la Comisión Presidencial sobre cumplimiento de la ley y la admi­ nistración de justicia.sive por razones legales. Como von Hentig hace notar. en relación con todos los delitos. un trabajo oficial estadounidense conside­ rado ejemplar en su clase. se ha avanzado poco y es mucho lo que queda por hacer. En cuanto a cifras totales. ya vimos que los varo­ nes son autores de delitos con más frecuencia que las mujeres. En este campo. hay delitos en los que se dan pocas diferencias entre el n ú ­ mero de criminales y el de víctimas. que los casos en que varios delincuentes cometen un sólo de­ lito contra una sola víctima. tales los casos de asesinato y de incesto. pero resulta muy difícil establecer por qué sucede eso. hay aproximadamente una víctima de sexo fe­ menino por cada tres de sexo masculino. En cuanto a las diferencias por sexos. estos defectos son mayores todavía en lo que toca al aspecto causal explicativa. las cifras que reproduciremos enseguida indican que. Por ejemplo. así multiplica el número de vícti­ mas. Eso quiere decir que son más los casos en que un delin­ cuente comete varios delitos y. Lo mismo ocurre en relación con otros datos numéricos para los cuales faltan explicaciones basadas en la ex­ periencia y. víctimas. quizá. Por ejemplo. por ejemplo. sobran las asentadas en especulaciones. el más propio de la Criminología. Si en materia de estadística sobre víctimas hay fallas y va­ cíos. es mucho más común que un solo carterista robe a decenas de personas y no que un grupo de jóvenes viole a una muchacha. en Estados Unidos. en varios delitos. como se advertirá por las cifras que lue­ go reproducimos. Por ejem­ plo. la edad de 20 a 29 años es aquella en que se presenta la mayor cantidad de víctimas. Las estadísticas que siguen han sido extraídas de la obra "The challenge of crime in a free society”. cuando la ley define cier­ tos delitos tomando en cuenta la edad o sexo de la víctima. — 350 — . .020 619 206 10 48 144 867 549 202 2....237 17 34 252 790 925 219(9) VICTIMACION POR RAZA (Por 100...000 Más de a $ 2. ..... . pág. R o b o .. Robo de automóviles . en derecho estadounidense.. Hemos traducido forcible rape por violación (cuando hay fuerza y no otras características. (9) V.... Violación de domicilio ..... pág.... gene­ ralmente con violencia en las cosas.. ........331 1. 135.... Nos hemos guiado por las definiciones contenidas en la Encyclopedla of Criminology..... Violación de domicilio ...999 a $ 5... Hurto (más de $ 50) .... Agresión g r a v e .. — 351 — ........000 habitantes de cada grupo) D E L I T O S TOTAL Blancos No blancos 1.319 420 153 49 121 316 1.... Robo de automóviles . como violación de domicilio que.. ... (10) V. Agresión g r a v e ..............999 a $9... motor vehicle theft como robo de au­ tomóviles.........000 personas de cada grupo) INGRESO De $ 0 De $ 3..820 76 172 229 1... por ejemplo. 136... R o b o .... La dificultad es especialmente grave con el derecho vigente en Es­ tados Unidos donde ni siquiera suele haber uniformidad legis­ lativa. robbery por robo.. se liga con la intención de come­ ter otro delito....... assault lo traducimos por agresión y supone ataque violento contra una persona o ame­ naza de realizarlo....000 DELITO TOTAL V io lació n ....000 De $ 6..369 2... hurto......... 2..VICTIMACION SEGUN EL INGRESO (Números por cada 100... Hurto (más de $ 50) (8) ...999 $ 10......... o2 204 347 306 367 286 («•) (8) Siempre hay dificultades para caracterizar un tipo penal a fin de dar notas que faciliten comparaciones internacionales.... burglary. tarceny.860 2 592 22 58 186 822 608 164 V io la c ió n ......... apropiación de una cosa contra la voluntad de su dueño.... dirigida por Branham y Kutash.. imposibilidad de dar asentimiento legalmente válido)... .782 1...........059 91 238 238 333 665 570 380 104 157 52 574 470 157 48 96 286 524 0 60 119 298 536 119 0 81 40 445 405 81 83 0 91 30 122 0 620 334 r< 118 314 337 130(1') El documento resume así las estadísticas anteriores: “Los ha­ llazgos de la investigación nacional muestran que el riesgo de vic­ timación es el más alto entre los grupos de ingresos más bajos en todos los índices de delitos........052 1...231 5...........132 1...... 137.297 967 605 98 146 2......465 3..231 3.... en el caso de violación. es más pesado para los no blancos en todos los delitos. A gresión ..924 6.000 habitantes de cada grupo) VARONES D E L I T O TOTAL 10-19 20-29 30-39 40-49 50-59 más Todas de 60 las edades 951 5.091 R o b o .....514 1.. salvo homicidio.. En los de(11) V..908 1. 399 V iolación de d om icilio 123 H urto (m ás de $ 50) 337 31 Robo de a u to m ó v iles 257 824 2..839 505 ...VICTIMACION POR SEXO Y EDAD (Por 100.365 1.....628 1........... R o b o .150 4..... salvo en el caso de hurto contra muje­ res y violación de domicilio...... V iolación de dom icilio H urto (m á s de $ 50) Robo de au to m ó v iles 334 2....... hurto y robo de vehículos.....343 683 195 112 287 1... es sufrido más por los hombres que por las mujeres excepto. pág.54« 515 112 210 337 263 3......583 841 268 M U J E R E S TOTAL V io la c ió n .424 1.. — 352 — ... Hay otro punto interesante y es el de las relaciones previas que hubieran existido entre la víctima y el delincuente. 138.......... (12) V... 473 181 181 2... naturalmente. hurto y robo de vehículos contrn varones” (1Z)..649 2.. p ág. 61 A gresión ...... salvo hurto.... y el riesgo es ma­ yor entre los 20 y 29 años.. heridas. 20.— TIPO S DE V ICTIM AS . de la obra Crtme aad Ju tte e . especialmente las pp. incluido en el T.. contenido en el artículo Victime precipitated criminal homicide. Las relaciones previas suelen ser mucho menores en el caso de los delitos con­ tra la propiedad (1J). 5.488. siquiera en cuanto a algunos tipos fundamentales. menos difícil y mucho más investigado. sin embargo. especialmente las pp. I.— Las priitieras clasificaciones criminológicas de los delincuentes se plantearon hace un siglo. el análisis. Algo se ha hecho. De manera general. Factor tan fundamental del medio am­ biente es muy difícil que no sea tomado en cuenta por el actor. pe­ ro todavía no hay acuerdo acerca de ellas. Las víctimas pueden ser clasificadas desde tantos pun­ tos de vista que los tipos resultan exageradamente numerosos. dirigida por Radzinowicz Wolfgang. en cambio. no lla­ mará la atención el que las dificultades y desacuerdos sean mu­ cho mayores tratándose de las víctimas. agresiones. 280 . 46. en muchos aspectos modelo. 384-375. siquiera circunstancial. de Wolfgang. En cuanto al lugar. que puede servir de base pa­ ra nuevos avances y para que se llegue a algún acuerdo futuro. en la mayoría de los casos. pp. que las clasi­ ficaciones resultan poco útiles para la teoría y la práctica. poco cer­ canos a la experiencia. ha habido un conocimiento. Los lugares en que se da mayor frecuencia en los delitos graves contra las personas son: la calle. 3.8% . Gusppinger. otros. De ahí la necesidad de analizar también los rasgos cualitativos de las víctimas y la posibilidad de establecer una tipología de las mismas. la residencia.. si es que llega a pre­ sentarse. es muy difícil que la calidad de la víc­ tima o las circunstancias que la rodean sean absolutamente indi­ ferentes para el criminal. se han hecho investigaciones por la Co­ misión Presidencial nombrada. se basan en algunos con­ tados casos concretos y llevan a tal multiplicación. Crimbmlogfa.292. Si eso sucede en el cam­ po de los autores. Schafer. viola­ ción— . von Hentig. entre víctima y delincuente.5% (muchos de estos delitos provienen de disputas en la familia). pp. tabernas y lugares de expendio de li­ cores.7%' (son numerosos los delitos cometidos por personas alcoholizadas). como más o menos ha ocurrido en lo que toca a delincuentes. En verdad. hasta el mi*mento se han presentado tipologías de la víctima tan variadas que un acuerdo entre ellas parece muy lejano.Utos contra las personas — homicidios. Al­ gunos de los propuestos pecan de excesivamente teóricos. 441 . (13) Véanse también. 54-88. ob. ob. clt. cit. — 353 — . se dieron dos casos típicos. que se encuentran en situaciones de inferioridad (débiles mentales. desencadena el delito.). en este tipo se hallan la víctima que “provoca” al delincuente y la “vícti­ ma im prudente”. 35 . 4) La “ víctim a más culpable que el delincuente”. barrio de La Paz. 5) La “víctim a más culpable” o la que es. demasiado despier­ tas o sin saber lo que su conducta podía ocasionar. 3) La víctima “tan culpable como el d e l i n c u e n t e tales los casos de quienes incitan a actos de suicidio. Schafer y von Hentig. ni­ ños. descuidada momentáneamente por su madre en un almacén de Obrajes. — 354 — . como los niños. etc. como la mujer que provoca una reacción de la que resulta su muerte. ser mu­ jer) o transitorias (v. 1) “Víctim a completamente inocente ”. Vamos a referimos a tres clasificaciones que. gr. eutanasia.. sobre violaciones de menores. podía admitirse que las muchachas víctimas. Distingue seis tipos principales (M). etc. que lo incita. En los trabajos prácticos de nues­ tra cátedra de Criminología. pp. 2) "Víctimas con culpabilidad m enor”. enfermo? físicos y mentales) o que se destacan porque está» en situación de notoria superioridad (en cuanto a belleza. Por ejemplo. aisladas y colectivas. el agresor injusto que es matado porque otro usa de la legítima defensa. en la mayoría de los casos. Tal el ca­ so de una niña de tres años que. culpabie”.. actuaban co­ mo coquetas tentadoras que luego sufrían las consecuencias (in­ vestigaciones sobre denuncias presentadas en tribunales de La Paz). hallarse en estado de ebriedad). de víctimas fáciles y difíciles. sin duda. ri­ queza. en otro. cit. por su agresividad. homicidio . gr. ob. 6) La “víctim a simulada o imaginaria". ser­ virán de base a otras y que se hallan entre las más comúnmente citadas en la actualidad: las de Mendelsohn. aquella que.. con condiciones permanentes (v.38. en uno. Mendelsohn toma como punto de partida el grado de parti­ cipación “culpable1' de la víctima en el delito. resultó que.Se ha hablado.suicidio. posición social o política. por ejemplo. “ella sola. ocurría que las victimas de ciertos “cuentos del tío” participaban en el delito creyendo que estafarían al delincuente. que denuncian y que no denuncian el delito de que fueron objeto. al­ gunos enfermos o que se hallan en estado inconsciente. Se trata de aque­ llas personas que acusan sin fundamento a otras. fue secues­ trada por un joven esquizofrénico y luego matada. para conseguir (14) Un resumen en Schafer. etc. «te. seniles y niños. 12) El atormentador. por su debilidad física y. desesperación y otros que rebajan el rendimiento fí­ sico y mental por lo cual los individuos ofrecen poca resistencia al delito de que son víctimas. aislamiento inclusive porque no hablan la lengua de la nueva comunidad. 3) Los ancianos. etc. con lo cual ingresamos al campo de los tipos psíquicos. histéricos. 10) El ligero. también con pro­ blemas mentales. debilidad. d t — 355 — . el que lucha contra una agresión delictiva. 2) La mujer. etc. a veces. 4) Los mentalmente defectuosos. loe. 5) Los inmigrantes. nacionalidad. alcohólicos. los trece siguientes: 1) Los menores. problemas económicos. pp. que tienen dificultades semejantes a las de los inmigrantes por causa de raza. víctimas de los delincuentes que se presentan con la fingida intención de ccnsolar a quienes después serán víctimas. por ejemplo. La depresión se manifiesta en síntomas de des­ adaptación. hosdlidad. insanos.. que tienen difícuiiades de adaptación a nuevas culturas. pero es vencido (I5).. que ion más fáciles víctimas de los delincuentes. ett. ah. en conjunto. en especial. inclusive por su posición económica y social suelen ser tentadores para los delincuentes. psicópatas.que sean injustamente castigadas. por sus especiales condiciones de indefen­ sión. Puede compararse provechosámente coa las distintas éli­ ses de victimas que von Hentig detalla en su obra "D MMew. 6) Las minorías. quien emplea criterios psíquicos. 9) La personalidad “adquisitiva”. la que quiere conseguir algo. O tra de las clasificaciones es la de von Hentig. 8) Los deprimidos. és­ tos son. tal ocurra con algunos para­ noicos. eso puede llevar a cometer delitos. que origina reacciones delictivas de otras personas. alguien que es chantajeado y se halla imposibilitado de recurrir a la pro­ tección policial. sociales y biológicos para crear su* tipos. 11) Los solitarios y desgraciados suelen se. que son víctimas frecuentes de engaños. (15) Esta clasificación se halla resumida en Schafer. 13) L o s'“bloqueados” y que luchan. 30 • 40. poca experiencia. incluyendo débiles men­ tales. negligente. drogadictos. pero también a ser víc­ timas porque se las puede tentar con facilidad. 7) Los *tontos* normales. débiles físicos y. como víctima de ataques sexuales.. 7) Víctimas políticas que sufren en manos de sus adversa­ rios políticos. aun­ que la tipología dé las víctimas se halla en sus comienzos. ya se nota la asimi­ lación de lo que otros autores dijeron. ya se van encontrando algunos puntos comunes y de acuerdo.Por su lado. al­ coholismo. 5) Víctimas socialmente débiles como los integrantes de minorías. personas discriminadas. despierta o fortalece la idea delictiva en otra persona. para establecer tipologías. d t . etc. (18) V. ob. ' 4) La víctima biológicamente débil. frecuentes entre los revolucionarios. es el señalado por Mendelsohn v Scfiafer ya que el mismo resalta la actuación de la víctima como causa del delito. etc. Por ejemplo. 45 . Schafer ha dado su propia clasificación tom an­ do al criterio que era fundamental en Mendelsohn: el del grado de responsabilidad que la víctima tiene en la comisión del delito. hom*osexualidad. En estos casos. lo que demuestra que. pero sí por medio de tentaciones. No se trata sólo del suicidio o de automutilaciones. pp. etc. para una clasificación criminológica. quien camina de noche por un lugar solitario rfnnde se sabe que se han come­ tido asaltos. Hay muchos casos en que las relacio­ nes previas no existen y en que las características de las víctimas carecen de importancia para el delincuente. son los casos en que la víctima realiza el acto que la perjudica. ocasio­ nes en que se facilita el crimen. Schafer.47 — 356 — . la víctima es parte del mismo y puede ser clasificada conforme al grado de su participación. ofenden. 2) Víctimas provocativas que hacen algo contra el delin­ cuente. ellos sufren por su posición ideológica (16). Pero es obvio que. 3) Víctimas que precipitan el delito no por medio de un ataque o provocación. 6) Víctimas de sí mismas. juego. según sea la finalidad que se busca. cuyo acto es simple reacción: las que se burlan. Schafer propone los siguientes siete tipos: 1) Víctimas sin relaciones con el criminal como no sea la resultante del propio delito. Sin. etc. En esta clasificación como se advertirá. sino también de los casos de drogadicción. atacan de hecho. duda el criterio principal que tiene que seguirse. inmigrantes. pueden tomarse en cuenta otros criterios. en lo físico o psíquico y que por tal condición. Sección T ercera Psicologia C rim inal . . Pero. pues. 47-58. Si queremos ser exactos habremos de agregar que tales factores aislados o partes no existen por sí mismos sino que siempre se nos presentan integrando un todo del cual pueden ser separados sólo como resultado de un proceso de abstracción. pp. MÜUer. Al respecto pueden verse: Roustan: Lecciones de Psicología. Messer: Pitcologia.— LOS FENOMENOS PSIQUICOS. — 359 — . Psi­ cología. habre­ mos. es.— NORMALIDAD Y ANORMALIDAD. evi­ dente que para realizar un estudio de la psique humana se impo­ ne la necesidad de recurrir a dicha abstracción. véase lo que dicen la psicología de la forma y de la di­ námica del delito. pp. como sucede en todo caso en que se utiliza un análisis para la exposición. Reconocido lo anterior como verdadero. (2) Lo que aquí se dice supone admitir la posibilidad de distinguir claramente los fenómenos psíquicos de los de otra especie. 10-68. de proceder a presentar aisladas las distintas funciones psíquicas (2) mostrando tanto sus caracteres normales como los (1) Acerca de este criterio que coloca primero el todo y luego las partes. ad­ misión que está lejos de tener alcance puramente teórico.C A P IT U L O I LAS FUNCIONES PSIQUICAS 1. pese1a su importancia. sin embargo. pp. Esa distinción es la única que justifica la disposición sistemática de las partes de la Criminología. ob­ viamente el tema no puede ser tratado aquí. 101 -109.— La persona humana funciona como un to­ do y es éste el que confiere sentido y determina el exacto valor de las partes o factores aislados intervinientes ('). su evaluación final sólo se­ rá posible cuando los integremos en tal o cual totalidad. reside en el hecho de que las (3) The Psycholu¿y of Behavior Disorders. no puede ser ya admitido porque desconoce la indudable realidad de los estados intermedios que son más comunes que los de extrema anormalidad. pero ese criterio. si bien tales caracteres insinúan — en nuestra obra es lo que nos interesa— esta o aquella afinidad con ciertos delitos. en el delito concreto. de un tratamiento psiquiátrico C). había que atenerse a la efectuada por algón especialista. contribuyen a explicar por qué se comete un delito.anormales. p. integran la personalidad y la caracterizan y. 4. por ejemplo.000. Eso no debe ser interpretado en sentido de que se sostenga aquí la vieja. Datos convincentes por sí solos — y podrían agre­ garse otros— para justificar la extensión dada a las anormalida­ des psíquicas (’). Así. 5. en Estados Uni­ dos. Cameron cita estadísticas según las cuales. en fin. Pero no se trata tampoco sólo de esto sino también de que los rasgos anormales son mucho más comunes de lo que corrientemente se cree con un error de apre­ ciación debido a que solemos considerar usualmente como anorma­ les Jos rasgos que lo son en extremo y que impiden al sujeto pro­ seguir su vida en la sociedad corriente. asegura que no hay estudiante que. basado en su larga experiencia. (5) En cuanto a la disposición de los párrafos. que tiende a dividir a la humanidad en dos sectores tajantemente se­ parados. pero siempre con la advertencia de que. casi todos ellos psicóticos (3). The PsycMaymanies of Abnonnal Behavior. con modificaciones de de­ talle. como los normales. p. es también necesario precaver otro error de interpretación. (4) V. a raíz de los esfuerzos realizados. Tal error podría presentar­ se como consecuencia de la extensión que se da en las páginas si­ guientes al estudio de los fenómenos psíquicos anormales. Se trata simple­ mente de que tales rasgos anormales. sólo los anormales internados en manicomios llegan a 600. no sea merecedor siquiera una vez en su carrera. en las páginas siguientes se notará que ha sido tomado com o texto fundamental la Psiquiatría de Mira y López. — 3CÚ — . si algo general puede deducirse en un análisis de los de­ lirios de persecución o de celos. la repercución que ellos hubieran tenido realmente. Por su lado. no puede adelantarse mientras los demás componentes de la totalidad no hayan sido igualmente conocidos. Brown estima que al­ rededor del 10% de los habitantes del país citado padece de gra­ ves anomalías mentales. por tal razón. normales y anormales. Nuestra intención no es esa. Otra razón. pero aún no totalmente desarraigada idea de que todo delincuen­ te es un anormal. Si lo anterior prevendrá que se nos acuse prematuramente de ser partidarios de un atomismo psíquico. Así. los distintos tipos de fenómenos psíquicos serán expuestos en este orden: fenómenos de la vida re­ presentativa. De esta noción resultan varias consecuencias. (7) Por eso Mira López las llama funciones sensoperceptivas. un geólogo.personalidades anormales no son radicalmente distintas de las normales. en la percepción las sensaciones no se me dan aisladas entre sí ni tampoco meramente yuxtapuestas. un mís­ tico y un excursionista. se trata de que és­ tos suelen ya tener previamente conocimiento de la psicología normal. si ante un cerro se en­ cuentran un militar. en prim er lugar. supuesto que sólo los sentidos permiten captar el mundo externo. — 361 — . que la percepción es un conjunto de sensaciones. 92 y ss. 2. como componentes que es posible separar por medio de la abs­ tracción.— CAPTAC IO N DEL M U N D O E X T E R N O El mundo externo es cpptado por medio de la percepción dentro de la cual. sin orden ni con­ cierto. en efecto. gustos y tendencias preexistentes. (8) Nótese que aquí la palabra objeto no sirve para designar tal o cual "cosa" aislada sino a la entera y estructurada situación que es captada por el sujeto. V Psiquiatría. Es evidente que tal sentido no me es meramen­ te impuesto por el estímulo externo como si éste fuera mecánica y pasivamente recibido. de la vida afectiva y de la vida volitiva (que otrüs prefieren denominar vida activa). se hallan las sensaciones a su vez ligadas con el cuerpo a través de los denominados órganos de los sentidos (')• La percepción es la reproducción en la conciencia de un ob­ jeto externo (s). por el contrario. lo que no sucede con los fenómenos anormales. opera y reaccio­ na de acuerdo a sus propias cualidades. experiencias. un pintor. En las páginas que siguen. se encuentran relacionadas integrando un todo pleno de sentido dentro del cual cada una ocupa armonio­ samente su lugar. muchas veces. Pero esas sensaciones evocan recuerdos y se ligan con ellos. pe­ ro cada uno percibirá una cosa distinta a la del vecino porque ca* da uno habrá dado un sentido destinto a la realidad externa per­ (6) Cabe otra justificación para ello en esta obra que es elemental y principalmente dirigida a los estudiantes. sino que la psique actúa. ayudan a compren­ derlas (6). seguramente tendrán aproximadamente las mismas sensaciones o datos proporcionados por los sentidos. p. por ejemplo. eslos recuerdos ayudan a interpretar y dar significado a las sensaciones. un agricultor. sino que más bien. La percepción. El libro de Spranger abarca toda la realidad aní­ mica. que podremos aislar las sensaciones abstrayéndolas del todo primariamente experi­ mentado (10). cuando tratamos de reconstruir el proceso causal de un delito. Ante la imagen perceptiva no sólo creo que corresponde a un objeto externo. razón por la cual introduce los valores sin los cuales todo intento de comprender la conducta humana está destinado a fracasar (10) No juzgamos necesario. sino que así es realmente. En cuanto al problema de la variedad de interpretación de acuer­ do a la propia personalidad. ese es el tema central de la biotipologfa de base axiológica que Spranger ha desarrollado en su ~ obra Formas de vida de donde se ha sacado la idea del ejemplo presentado. por lo menos en una obra elemental como la presente. Es sólo luego. en la vida psíquica real aquélla se halla siempre acompañada de un sentimiento y relacionada con la (9) Esta concepción totalitaria ya se encuentra expuesta en Aris­ tóteles y Santo Tomás de Aquino. — 362 — . es muy probable que la conducta ajena nos resulte incomprensible. en cuanto estado puramente representativo. ei haberla redescubierto apuntalándola ahora con el apara­ to de las ¡numerables experiencias nuevas. podemos llegar a no comprender las razones por las cuales un sujeto reaccionó de tal o cual manera ante un estímulo. por ejemplo. Porque es tan importante el sentido del todo es que debemos rechazar cualquier interpretación puramente atomista que pretenda explicar la percepción como mero aglutinamiento mecánico de sensaciones que se impone a un receptor pasivo. ya supone también un análisis. frecuentemente la dificultad estriba en que a los datos de hecho les damos una interpretación nuestra y pretendemos que las aje­ nas sean absolutamente iguales: en tal caso. la traducción en la conciencia. ingresar en un estudio detallado de las sensa­ ciones.cibida (5). por un nroeeso posterior. de algo extraconciencial. La importancia de este punto se extiende hasta el terreno criminal. pero podrá intro­ ducirse claridad apenas tratemos de averiguar cuál fue la forma en que el delincuente mismo interpretó los datos que le ofrecía el mundo exterior. Ha sido mérito de la moderna corriente denominada de la pslcologfa de la forma (o Gestalttheo­ rie). es decir que aquélla no es mero producto de mi fantasía sino que pretende ser la re­ presentación. A veces. como lo demostrado el psicoanálisis (u). sino también la creencia de que ese objeto existe. en los histéricos. !a percepción implica la exis­ tencia de uh objeto extraccnciencial que es captado. 248) en que el estado alucinatorio no implica el mero darse de una imagen sin objeto externo. de otro modo po dría tratarse de una elaboración fantástica perfectamente nor­ mal. en intensidad y 'número. melancolía. pudiendo la imaginación remplazar a la percepción. No hay percepción emotivamente indiferen­ te. con frecuencia. estados afectivos fuertes. confusión. Psiquiatría. pero ha sido el psicoanálisis el que ha puesto énfasis en (el tema.-cir que se ha producido una alucinación (l3). ellos se relacionan con los llamados juicios de realidad (acerca de la realidad del objeto que se presenta como estímulo externo y lue­ go contenido intencional de la imagen perceptiva). por otro lado. se da una conbinación de estas cau­ sas que inducen a interpretaciones erróneas de los datos ofreci­ (11) Este descubrimiento es muy anterior a la aparición de Freud y sus discípulos. como en el sueño y ti ensueño. Según más arriba expusimos. p. suele denominórselas percepciones sin objeto. la abolición se debe a transtomos ner­ viosos. pera adquiere un carácter erróneo por haber sido deformada por causas internas: falta de atención adecuada. Para evitar equívocas interpretaciones se hace necesario insistir. pueden presentarse casos de agnosia inconsciente. de las percepciones. ellas pueden ser cuantitativas y cualitativas (i:). tienen mayor importancia los transtomos cualitativos. Entre las cuantitativas se hallan. En los demás casos patológicos. despersonalización y en las etap&s iniciales de la esquizofrenia. por un lado. a veces. lo que su­ cede. Otras veces la ima­ gen psíquica tiene ciertas bases reales. En cuanto a las anormalidades de las funciones sensoperceptivas. de las percepciones. pero. con Baruk (Précls de Psychiatrie. se llega a la abolición de las funciones sensoperceptivas. intervención indebida de la fantasía. por ejemplo. pero.se. astenia. (13) Por eso. Desde el punto de vista psiquiátrico y especialmente de) cri minológico. la anormal disminución. el anormal au­ mento. fenómenos que se dan principalmente en los casos de depresión.voluntad y la acción. en número e intensidad. 95 y ss. en los estados de manía y de euforia. — 363 — . y dejando de lado la contradicción interna de la fra. p. (12) Véase fundamentalmente Mira y López. una representación meramente interna es aceptada como provenien­ te de un objeto externo sin que éste exista: entonces podemos d. ésta última. sirve para atravesar claramente la línea oue separa a la persona normal de la anormal? V si se piensa mas en la intensidad que en el número. pero que segurárnoste de vez en cuando sufrirá de Ilusiones. órdenes de eliminar a los indignos o destruir sus propiedades. de posición corporal (se cree estar continuamente echado. en este caso nos hallamos únte una ilu­ sión. La importancia de las alucinaciones es grande en sus reper­ cusiones sobre la conducta criminal. el que se atribuya origen divino a las voces oídas las que. son inmediatamente obedecidas. menos frecuentes son las ilu­ siones y alucinaciones olfativas y gustativas y es lo corriente que se den asociados con otras de otro tipo. En las alucinaciones auditivas. hambre. frío. incendiar. malo­ gra adecuarse a elia. se admite la existencia de pseudopercepciones cenestésicas (de sed. en cier­ tos casos.dos por los sentidos (M). 100. a matar. (14. como luego lo haremos con otros fenómenos psíquicos'. Añora bien: ¿quién se Animará a determinar cuál es la ilusión que. pueden re­ cibirse. suelen oírse voces cuyo con­ tenido injurioso o desesperante provoca la reacción violenta del alucinado que puede llegar a cometer delitos contra las personas. y de equilibrio (se cree estar girando como un trompo). inferirse heridas o inferirlas a otros. agregada a las averiores. También en las ilusiones el sujeto cree que la imagen defor­ mada corresponde fielmente a la realidad.sicopatoUogEa Forense p. nuestro juicio no ofre­ ceré lugar a dudas cuando se refiera a tal individuo que conti­ nuamente malinterpreta la realidad y. Ultimamente y siguiendo el compás de los descubrimientos de nuevos sentidos. con tal fundamento. como justificativo.' La psiquiatría moderna tiene como uno de sus postulados la creencia en la insensible transición de la normalidad a la anor­ malidad y entre los grados de. podernos mostrar lo que sucede con las ilusiones. igual importancia revisten las alucinaciones que Moglie califica de imperativas (15) y que implican órdenes que arrastran al sujeto a la acción (supongamos a suicidarse. consiguientemente. La P. fatiga). por ejemplo. en estos casos. calor y dolor). —*»364 — . pero las más abundantes son las auditivas y las visuales si­ guiéndolas las referentes a los sentidos cuya base orgánica es la piel (contacto. habrá que tomar en cuenta. etc. ¿cuál es aquel gramo espiritual que permitirá emitir un juicio tan tetminante? (15) Moglie. Ilusiones y alucinaciones pueden referirse a distintos senti­ dos. quinestésicas (de que las partes del cuerpo se mueven u ocupan tal o cual posición).). frecuentemente asociados con delirios místicos. pero antes de llenar a tal extremo-habrá que recorrer toda la escala que se inicia en cualquier persona a la que consideramos normal. 3) evocación en virtud de la cual c¡ hecho pasad i retom a a la conciencia.falsas. 5.f undame nt os de la vida social la que supone un cierio apr endizaje cons er vada para reaccionar adecuadam ente. piénsese en el caso en que un m arido ve juntos a su esposa y a un tercero y. para poderse decir que es recordado. voluntaria o invo­ luntaria. La capacidad de recordar. denuncia:. violado. calumnias. 2) conservación del mismo. pueden provocar reacciones agresivas desesperadas cuando se siente d e­ finitivam ente acorralado com o suele suceder entre los cocainóm a­ nos y durante el delirium tremens alcohólico. En cuanto a las ilusiones. debe atravesar por las siguientes etapas: I) fijación de! f enómeno. etc. demás insistir en la importancia que tienen para causar el delito a través de las falsas interpreta­ ciones a que dan lugar.. principalm ente en mujeres histéricas. "ve" que saca una pistola para matarlo. por ejemplo cuando el sujeto ve armas en m anos de enem igos. ( Ir). bajo el im pulso de los celos. A lgo semejante puede decirse de los demás tipos de alucina­ ciones. — 365 — .— LA ME MOR I A . e:> uno de lo. En general. perjurios. o. 4) reconocim iento del recuerdo que consiste en darse exacta cuenta de que el hecho pasado está r ep r oduci d o tal (16) Véase lo que dice en la primera nota del próximo capitulo acerca del problema que significa el calificar de delincuentes a los anormales. la evocación o l l amada puede ser cons­ ciente o inconsciente. pues­ to ante un presunto enem igo que se lleva la mano al bolsillo. m uchas denuncias calum niosas se presentan por esta causa. podemos decir que t a mo alucinaciones como ilu­ siones facilitan el d ar respuesta. Las pseudoper cepeiünes son causa de muchos delitos de fal­ so testimonio. o sea. T odo fenóm eno. a u n qu e sólo sea latente. com o otros prefieren.Tam bién las alucinaciones visuales tienen — m utatis m utan­ dis— la misma capacidad para provocar reacciones. lo que asegura su per manenci a. etc. " v e” que se hallan traicionándolo: o en el de aquel otro que. si en un primer m om ento lo obligan a huir.inadecuadas <il i r i d i o en que se vive. de reproducir hechos psíquicos pasados. o anim ales ate­ rradores que. Pero hem os de agregar dos palabras sobre las que se rela­ cionan con las percepciones sexuales tales com o las de sentirse cas­ trado.. pero no el reconocimiento. ya que lo producido por la im aginación es tom ado com o proveniente de una perceoción). al cabo de un tiem­ po. Si se toma en cuenta el tipo de falla que causa la amnesia. 5) Localización en el tiempo. conserva­ ción. sé que tenía que hacer algo y ello me inquieta.a memoria actual cuando se trata de cumplirlo). el recuerdo es incom pleto. los alejados en el tiempo. podem os hablar de la amnesia o carencia de recuerdos. el olvido se extiende a sectores lim itados de hechos y generalmente se halla relacionada con lesiones nerviosas. en la tercera. en el segundo. pueden distinguirse la am nesia anterógrada. si se considera la distancia que separa el m om ento de amnesia de aquél otro en que se produjeron los fenómenos olvidados. sólo es alcanzado tal o cual período.cuino originalm ente se presentó (por ejemplo. A veces no hay desaparición de la capacidad mnémica sino una notoria disminución. pero no puede determinar su contenido. El olvido suele ser distinguido en total y parcial. como su­ cede cuando llego al lugar donde debía cumplir el encargo. ’a memoria actúa. el olvid o cubre todo el cam po de actividad pasado si bien. son olvidados los hechos inmediatamente anteriores: en la segunda. Lo contrario del recuerdo es el olvido o ausencia de memo­ ria para lal o cual acontecimiento. imperfecto. pero soy incapaz de precisar aquello que se me encargó. aquí también se cumplen las tres primeras etapas. En el primer supuesto. sobre todo señalando el antes y el después en relación con otros fenómenos. la anormalidad es mixta. ella puede ser parcial o total. la retrógrada y la anteroretrógrada. Entre las anorm alidades de la m em oria tenem os las q ue si­ guen. En la amnesia pardal. más frecuentemente sucede que algu­ nos hechos m eramente imaginados son tenidos. pero que actualmente considero m ía. como suele suceder en ciertos estados psiconeuróticos y en las primeras etapas de los procesos que con­ cluyen en demencia. por realm ente sucedidos. evocación. por tanto. salvo pro­ cesos dem enciales graves. pero no reconocimiento y. lo pasado desaparece to­ talmente (ejem plo: un encargo que desaparece totalmente de '. puede afirmarse que ha habido fijación. esta disminución del poder memorativo se denomina hipofflnesia. en la amnesia total. En primer lugar. se las suele distinguir en am nesias de fijación y de evocación. El polo opuesto está representado por la hipermnesia que es una capacidad memorativa exagerada: los recüerdos se presentan — 366 — . . si ahora escribo una frase que hace tiempo oí a otra persona. en la primera. Por fin. Com o es un fenóm eno que puede darse. etc. co­ mo una anomalía. pero existe otra. Sin embargo. se trata de la param nesia. Las anorm alidades anteriores pueden ser referidos fundam en­ talmente a las tres primeras etapas de la memoria. falta de reconocim iento que se halla en la base d e m uchas conductas condenadas com o calum nias. perjurio. La memoria es la que da continuidad a la vista psíquica y fa­ cilita la adecuación social por m edio del uso de experiencias pa­ sadas. (17) Si ta hipermnesia ha de ser calificada. júzguese la importancia ex­ plicativa que asume en tales delitos y en otros — com o los de falsa denuncia y falso testim onio— aun en sujetos de buena fe en los cuales el psiquiatra. es evidente que hay que considerarla con los caracteres recién mencionados. a falta de datos verdaderos. acepta com o real­ mente sucedido lo que es m eramente una fantasía. caracterizada por la confusión m emorativa y la dificultad o im posibilidad del recono­ cim iento. por tanto. puede arrastrar a la com isión de los delitos recién enum erados. habré una cualidad anormal. que es el que aquí tomamos en cuenta. Si se trata de una persona ca­ paz de recordar precisamente todo e] pasado. por fin. El indi­ viduo tendría que aprender a vivir cada día. si es consultado. en general. en el sentido de poco usual. citar el recuerdo obsesivo en el cual una imagen mnémica ocupa persistentem ente el foco de la conciencia y no puede sev desplazada de allí. co­ mienza a im aginarlos. — 367 — . en pequeña proporción. injurias. aún en personas norm ales. principalm ente en el caso de am nesias. por lo cual tiñe de cierto co lo ­ rido toda la actividad psíquica del individuo. Es un fenóm eno q u ’ suele presentarse.7). sus defectos facilitan la desadaptación. Xa hem os m encionado aquí la carencia de reconocim iento. porque lo aprendido en el pasado no le sería aprovechable.en número excesivo. por fuerza de un querer angustioso del sujeto. Podemos. pero no en el sentido patológico. Al cabo de un tiem po. hasta en las personas nor­ m ales. que asume especial reliove crim inológico. en pequeña escala. el pa­ ciente trata de rellenar el vacío. tocante al reconocim iento del recuerdo. no puede hallar dentro del criterio que generalm ente siguen los códigos. se suceden y atropellan los unos a los oíros y provocan estados de confusión m ental (. Es esto lo que se llama confabu­ lación. como se hace aquí. razón alguna para opinar por la irresponsabilidad del delincuente a causa de una en ­ fermedad m ental. ella. de reproducirlo y de hacerlo servir normalmente dentro de la vida. etc. las que se des­ orientan en el ambiente psíquico no saben quiénes las rodean y las que se desorientan respecto a sí mismas no saben quiénes son” ( i9). se atraen. — 368 — . pero entonces la palabra “idea’ es tomada. es decir. y muchas veces es. “Aso­ ciación de ideas” es expresión equívoca. y decimos desgraciadamente porque puede ser. conceptos (que podrían consi­ derarse con el nombre de la idea. al explicar el ámbito al cual eran aplicables sus tests de inteligencia. Es capacidad no poseída por lus idiotas y sólo parcialmente poseída por imbéciles y los débiles mentales y desaparecida en las demen­ cias y en los estados confusionales. tiene carta de ciudadanía en la inmensa mayoría de los textos de psicología y psiquiatría. (19) Mira y López: Psiquiatría. poner orden en la multiplicidad de los datos senso­ riales unificándolos en un todo armónico y lleno de sentido. fuente de confusiones para los estudiantes. recuérdese lo que se dijo hace poco acerca de la percepción y de la función signifi­ cativa que ella tiene. en el segundo. se estudien las anomalías particulares de la asociación. La conexión entre los fenómenos psíquicos puede efectuarse mecánicamente. se altera cualitativamente en ¡a esquizofrenia (18). imágenes fantásticas. p.— Comprender. las que se desorien­ tan en el tiempo no saben en qué momento viven. subrayado en el original. pp. se asocian de acuer­ do a tendencias internas que ocasionan el que las asociaciones to­ men cierta dirección (:0). en sentido estricto). puede recordarse que Binet. es la capacidad de dar significado a las cosas. (20) Se ha habfcdo de asociación de ideas. para Mira y López. imbri­ can y ayudan a evocarse mutuamente. incluyó entre las fun­ ciones de ésta la comprensión. la asociación de ideas abarca la asociación de recuerdos. el carril está dado por la comprensión y (18) V: Psiquiatría. en seguida. Los fenómenos psíquicos se ligan entre sí. A decir verdad. Al res­ pecto. 124 125. Desgraciadamente. La falta o disminución de la comprensión ocasiona la des­ orientación. que ser entendida en base a fo expuesto acerca del funcionamiento de la psique. como se tornará evi­ dente cuando. 126. Sin embargo.“asociación de ideas”— como equivalente a “fenómeno psíquico" en general. o por su significado y conte­ nido. donde na­ da hay de mecánico en el sentido estricto y usual del término. no existe total acuerdo acerca de la función mental a que ha de adscribirse la compren­ sión.4.— CO M PREN SIO N Y A SO C IA C IO N DE IDEAS. que tiene cuatro variantes: “ Las personas que se des­ orientan en el espacio no saben dónde están. se da una sucesión mecánica de elemen­ tos (:i). en el primer puesto. H) Aquella palabra “mecánica” tiene. como lo hacía la psicología asociacionista inglesa —que unlversalizó la expresión. en tal sentido amplio. por su exterioridad. ni eso debe causar escándalo ya que el espíritu —si se nos permite la palabra— también actúa como un todo entre cuyas actividades es difícil establecer distinciones tajantes. 13S. por la sucesión rápida de los contenidos mentales que no tienen punto de llegada ni finalidad que guíe esa sucesión. lo interesante es que. a) Flujo (fuga) de ideas (22). En el primer caso. según hacen otros autores. las cuñas de una explicación racional. de la abstracción. las apariencias externas. que es propia y característica de los enfermos esquizofrénicos” (25).la ila ón lógicas. las meras coincidencias tempoespaciales. aun cuando ésta resulta en su conjunto disparatada e incompren­ sible. Luego vendrá el principio de causalidad o razón suficiente que introduce entre la abigarrada multitud de los fenómenos. puede extraerse la distinción entre pensamien­ to mágico y lógico. nos ceñimos al esquema ge­ neral propuesto por Mira y López Y: Psiquiatría. p. tal principio provoca orden. caso en el cual ya no? encontramos en el campo de los conceptos. Este dato resulta esencial para diferenciar dicho síntoma del de la disgregación del pensamiento. Es dentro de este orden mental como se deslizan. 28 29. priman como leyes de asocia­ ción y como impulso de las mismas. Psiquiatría. 124 y ss. por asociaciones capri­ chosas (24). es un síntoma clásico en los enfermos maníacos. las relacio­ nes entre un término y otro de la cadena asociativa se conservan. acarrea el que no se respete el principio de no contradicción. (23) Psiquiatra Clínica p. Subrayado en el original — 369 — . en el flujo de ideas. (24) Précis de Psychatrie. (23) En estos puntos. nos parece mejor. a su vez. 71. el juicio y el raciocinio. cuya base im­ prescindible es. al número dedicado a la inteligencia. según dice Noyes (23). como sobre precisos carriles. pp. De lo anterior. pasar el estudio "de los delirios.su parte. precisión entre los conceptos. La aceptación de este principio marca el paso al pensamiento lógico. eso ocasiona el que cada ima­ gen tenga significados multívocos lo que. . Barbé. errores de juicio. por . más que en otros. trata de estos fenómenos en el capítulo dedi­ cado a la atención y los caracteriza diciendo que en 1n fuga de ideas éstas no pueden ser fijadas en el foco de la conciencia sien­ do arrastradas las unas contra las otras.— Se caracteriza. (25) Mira y López. permitiendo jerarquizarlos de acuerdo a su extensión y comprensión lógicas. Ahora podemos pensar a tratar de las anormalidades de las funciones de comprensión y asociación. "De todos modos. Sin embargo. los términos inmediatos de la asociación no guardan (26) Como este libro está destinado a servir principalmente a los estudiantes de leyes.138). Me encuentro muy enfadada porque no vienes a verme. Ya sabes que son amarillas y la costura es muy delgada Te pido las medias porque aquí las medias que tengo están muy rotas. Ya sabes que son las amarillas y. mencionado por Mira y López. que ella estaba cuando las comprasteis y ella sabe cómo está la costura y te las en­ contrará enseguida. si acaso no te acuerdas. c) P erseveración . d) P rolijidad. que está en la habitación que tiene la ventana que mira al patio. se fragmenta. así. pierde sus lazos. es com o un leit m otiv que tiende a volver y repetirse continuam ente. Te abraza tu hija. aquellas medias que rae compraste en la feria el día que a tío le reventaron el pus de la pierna. el proceso asociativo se tom a pesado. el si­ guiente caso. El domingo. Ya no me queréis ver. a. característica de la es­ quizofrenia. de producirse. Se trata de una carta dirigida por una epiléptica a su madre: “Querida madre. Tampoco me han venido a ver el tío Juan ni la tía Francisca. en que la prolijidad es acompañada de perseveración. se tor­ nan m inuciosos y am pulosos. No te olvides. pues. dile a la tía Francisca. poco cercanos a casos clínicos observables en la realidad. No dejéis de venir que ya sabéis que quiero veros. — 370 — . Venid a verme tú. Díle al tio Juan y a la tía Francisca que quiero verlos y que no dejen de venir a verme. que están en el cajón de arriba de la cómo­ da. de las me­ dias que te pido. estoy mal vestida y las demás ya no miran con la envidia que Ies daba cuando me veníais a ver y me traíais cosas. existen ideas que se in­ troducen persistentem ente en el curso de la asociación. D ebe anotarse que en estos casos. en esta anormalidad. las asociaciones. Véase. hemos de procurar citar ejemplos típicos que aclaren algo las caracterizaciones generales. No dejéis de traérmelas. María" Psiquiatría. el tío Juan y la tía Francisca. No sé qué te puede pasar para que no vengas a verme. Venid. el pensam iento y el lenguaje. No tienes más que recordarlo a la tía Francisca y en abriendo el cajón de la cómoda las encontraréis.— En este estado.— Es lo contrario de lo ante­ rior y acostumbra darse en los estados depresivos y también en los m om entos iniciales de la esquizofrenia. que es su expresión. Veremos a ver si vendreís a verme sabiendo que os quiero ver.— Esta anormalidad consiste en la excesiva d e­ tención en los detalles de las ideas asociadas. lento y trabajoso en lo que tiene de esencial. p. si venís a ver­ me.— El pensam iento se desorganiza.b) Inhibición del pen sam ien to. pues las que tengo están rotas. y como no queréis venir a verme y no me traéis las medias amarillas que os pido. e) D isgregación. por eso.i consistencia (26). cuando vengáis. traedme las medias que me prometiste. sin ganar ni en profundidad ni e. son em inentem ente ló ­ gicas e intrínsecas.pesar de que yo sí os quiero ver. Otras veces. g) Ideas fijak y obsesivas . 139. sobre el cual resbalan las demás. la obsesión se manifiesta a través de contrapuestas ideas que plantean dudas nunca resueltas. (29) Con estos últimos párrafos. tal habían fundido ha­ ciendo y componiendo en cada país y . como de los anor­ malidades anteriormente relatadas. se producen las denominadas fobias (:9). Como las anormalidades enumeradas caracterizan frecuente­ mente a tal o cual tipo nosológico. la cual distingue específicamente al hombre de los demás seres vivos. luego se inicia otro proceso asociativo independiente. p. entonces los que se cre­ yeran capaces para construir una gran Victoria. de los idiomas sin traducción difícil como su música. a las resultantes de un delirio de persecución). no sólo ocupan el centro de la conciencia. tales objelos abstractos o conceptos no nacen mera­ mente de la inteligencia sino que son extraídos de los dalos concre­ tos que ofrecen las otras funciones mentales representativas í 10).coherencia lógica.— El curso ae la asociación se interrumpe bruscamente y allí queda. etc. es la incoherencia del pensa­ miento. aunque falsas. 29-30. como hace notar Barbé (ie). supongamos. la imaginación.— LA INTELIGENCI A. estas ideas permanecen coma telón J? fondo inmutable.. algunos. Psiquiatría. de un investigador tenaz. p. ha­ ciendo ésta a la letra y la letra a ésta. por Mira y López. cerrando el camino a todo cambio o variación: en el mejor de los casos. (27) He aquí un ejemplo de Sanchís Banús en que la expresión es síntoma claro de disgregación: "Un concurso de óperas y. turcen de ante­ mano la función intelectual al proporcionar un material inco­ rrecto. El resultado de ello. por tanto. por lo cual el producto final resulta incompren­ sible (27). — Comprende los fenomenos de la función de pensar. las obsesivas. pero no al caso. so bre todo los que tuvieran arte ni honor. 5. cit. Ella opera esencialmente con objetos abstractos.— Las ideas fijas. es lo que sucede en las personalidades compulsivas o anancásticas. . entramos ya en el terreno de la vida volitiva: allí daremos más detalles. En cambio. f) Bloqueo o interpretación. dejaremos para entonces el es­ tudio de las repercuciones criminales. cit. se caracterizan porque ocupan permanentemente el fo­ co de la conciencia. (30) De donde resulta que las anormalidades en la perecepción. — 371 - . Mira hace notar que las ideas fijas son neutras. desde luego aquí nos referimos ^ las ideas fijas de carácter patológico (por ejemplo. sino que pug­ nan por arrastrar a la personalidad total por lo cual originan luchas internas que van acompañadas de estados de profunda angustia. la memoria. Si el resultado es el te­ mor.. (28) Ob. la asociación. etc. parte de las anormalidades de la inteligencia. en especial. criticar (y autocriticarse) que engloban corrientemente bajo el único nombre de inteligencia jun­ to con esa resultante práctica. podemos detenemos en las anormalidades cualitativas.El primer materia] de los pensamientos son los conceptos. podemos incluir el raciocinio llamado analógico que va de lo particular a lo particular: en él. es lo que se hace en las ciencias na­ turales en que. Puede ser deductivo. Existe una gran variedad en la especie del delirio y en su intensidad. retraso o regresión.: la corvina. gr. psicosis. de las cuales ya estudiamos algunas dejando para esta parte el tratar. en el cual. etc. en una mente bien organizada. la más alta función del pensa­ miento que consiste en extraer juicios desconocidos de otros cono­ cidos. se in­ duce una ley general que se pretende hacer valer inclusive para los casos similares no experimentados. — 372 — . Só­ crates es hombre. los cuales. inventar. psicopatías.: todo hombre es mortal. se emplea en ciencias como las matemáticas y el derecho. se va de lo particular a lo general. Ahora. Los conceptos pueden ser relacionados entre sí con lo cual se forman los juicios. se hallan jerarquizados de acuerdo a su extensión y comprensión. luego Sócrates es mortal). Las anormalidades de la inteligencia son difíciles de sistema­ tizar porque sus facetas son múltiples pudiendo atacar a la capa­ cidad de comprender. se presentará predominantemente en toa niños. neurosis. tenemos el raciocinio. Mira y López las distinguen en cuantitativas y cualitativas. En el raciocinio inductivo. demencias. después de comprobaciones experimentales. En tercer lugar.' Entre las anormalidades cuantitativas se hallan las proceden­ tes de detención. Por fin. por tanto. la ballena. de juicios generales se ex­ traen conclusiones particulares (V. gr. es un pez. que es la consecuencia de las an­ teriormente enumeradas y que se describe como la capacidad de adaptarse a las situaciones nuevas. es el raciocinio característico del escaso des­ arrollo intelectual y el más sujeto a errores (}1). éstos se caracterizan esencialmente por su pretensión de verdad (ej. del pensamiento delirante o delirio que tiene extraordinaria importancia en los procesos criminógenos y que se halla presente en numerosos síndromes mentales. estados que luego serán más detallados al tratar de la oligofrenia y las demencias. que vive en el agua. es un pez).: si establezco el juicio “Bolivja es una nación mediterránea”. oligofrénlcos y cretinos. él tiene la pretensión de corresponder a una auténtica realidad). si se advierte que dos objetos se parecen en algo. (31) Por tanto. Ya vimos cómo cabían en el número anterior. que también vive en el agua. se infiere que se parecen en el resto (v. es la exageración del anterior: el sujeto se siente agredido. Tomando en cuen­ ta las fuerzas que desvían el curso del pensamiento de su correcto desenvolvimiento. incendio) y contra las personas (heridas.£1 deliño es un error morboso de juicio y. a la obra citada de Barbé. parciales o generales. sobre todo. consciente o inconscientemente sentida. en su fama. c) D e influencia: se halla emparentado con el de persecu­ ción junto con el cual lo exponen algunos autores. suelen ser resultado de la debilidad. demos­ tración experimental del error. etc. sobrenaturales que pueden (32) Psiquiatría. (34) Para una descripción detallada del proceso por el cual el per­ guido se transforma en perseguidor y sus consecuencias delic­ tivas. su vida. pp. sus intereses. puede definirse como “la actividad intelectual cuyo contenido está integrado por errores morbosamente engendrados e inco­ rregibles por la influencia psíquica directa (razonamiento. quien sigue en mucho a Séglas—. p. de la imaginación. co­ mo sucede con algunos delirios sistematizados. entonces. — 373 — . del sujeto. del recuerdo. pp.)” (3Z)Esta falla en el juicio puede agravarse porque se asocia. homicidios) (H). el enfermo se cree dañado y perjudicado por el mundo en que vive. su salud. pero agregando las opi­ niones de otros autores ya sea en lo puramente psiqid&tico —ate­ niéndonos. permanentes e inter­ mitentes. b) D e persecución. etc. éstos son. 62-65. es uno de los más frecuentes y de los que más insertos se hallan en variadas enfermedades mentales. se han hecho varias clases de delirios. los delitos más comunes re­ sultantes se cometen contra las cosas (destrucción. pero otros re­ quieren de finos estudios para ser diagnosticados debidamente. por el am­ biente. 75-79. v: Verger. agudos y crónicos. (33) Conservamos el esquema del mismo. como única forma de superar los in­ justos ataques que cree recibir de él. Algunos son fácilmente reconoci­ bles como anormalidades (delirio de enormidad). entonces puede hablarse de delirios sistematiza­ dos y no sistematizados.. Los delirios pueden distinguirse en grupos según ciertos ca­ racteres comunes. ya en laa aplicaciones criminológicas. etc. siguiendo a Mira y López (J)): a) D e perjuicio. según Mira y Ló­ pez. el sujeto se con­ sidera influido por poderes mágicos. 141. co­ mo sucede muchas veces. sugestión. con errores de la percepción (ilusiones y alucinaciones). Evolución del concepto médico sobre la Res­ ponsabilidad de los Delincuentes. El delirio de persecución es uno de los más relevantes desde el punto de vista criminológico pues suele provocar la reacción del perse­ guido contra el perseguidor. se halla fre­ cuentemente mezclado con delirios de grandeza y enormidad. é). 147: el subrayado proviene de allí). el delirio se apoya en alucinaciones. Tengo la convicción de que cuanto hago es suges­ tionado. principalmente cuando se tienen deberes que cumplir. a pesar de su talento. porque me vuelvo a sentir su presencia . cit. f) Delirio melancólico. siento a veces con perfec­ ta claridad la presencia de algo a de alguien detrás de mi. p. Sin que pueda evitarlo. o de algún ór­ gano. “traduce una preocupación cons­ tante y mal fundada acerca de la salud física. le provoca todo género de errores en la valoración ética de sus acciones. Ahora mismo. eso puede llevar a cometer delitos de omisión o culposos variados. El sujeto se cree canceroso. cuando estoy solo en mi habitación. afirma que no puede moverse ni obrar en ningún sentido. sifilítico. son los casos de negativismc característicos de la catatonía. y lo que más me molesta es que. Además. A veces. . citado por Mira y López. p. creando así personali­ dades contrapuestas en el mismo individuo (35). tuber­ culoso. se trata de simples interpretaciones morbosamente condicio­ nadas. pueda por sí solo librarme de esta especie de misterio.. a contradecir en todo a los demás. surgen seudome(35) Véase el siguiente ejemplo. de una carta escrita por un paciente joven a su médico. S? diferencia del delirio de persecusión porque no se atribuye a na­ die en especial el mal que existe o ha de sobrevenir: se trata ds resultados ocasionados por la ciega fatalidad. ob. e) D elirio nihilista o de negación. transcrito por Barbé. el estado de los di­ versos órganos” (. — 374 — . esa fuerza. el paciente se halla en las etapas iniciales de la esquizofrenia y es estudian­ te del quinto curso de medicina:” . el sujeto niega la propia existencia o la ajena... penetra en mi interior —me parece que por detrás de la oreja y por las puntas de los pelos— y se apodera de mi pensamiento y de mi voluntad: debe ser una influencia electromagnética que aspira como un imán mi fuer­ za psíquica. etc.llevar a la disgregación de la personalidad. Hasta los actos -más insignificantes y anodinos son considerados por su autor como síntomas de una gran maldad. Dudo de que Ud. d) D elirio hipocondríaco. Seria necesario reu­ nir las fuerzas de muchas voluntades formando una cadena pa­ ra oponerse a esta acción. “una parte de la personalidad del sujeto erigida en enemiga del resto .. 36) Séglas. es un agravamiento del ante­ rior. . ” (Psiquiatría. . No es raro que los pacientes se sientan inclinados al suicidio como única forma de abreviar los sufrimientos. 77. en el que priman los sentimientos pesimistas acerca del presente o de lo que guarda el futuro. ya no puedo escribir más y no sé si tendré que romper esta carta. . Otra ma­ nifestación de este delirio es la tendencia a la oposición sistemáti­ ca. g) Delirio de autoacusación. otras ve­ ces. del arte. por lo mismo. algún santo. de la ciencia. 149. Dios. tan revelador de la anormalidad del sujeto que hay autores que conceden al delirio de enormidad un lugsr aparte (M). a salvar a los buenos y a convertir o destruir a los malvados. el mundo mismo se altera. p. en sus manos. Como una exageración del delirio de grandezas. crímenes y atrocidades sin cuento que no h t cometido” (57). puede llevai* lo a acusarse ante las autoridades por delitos supuestos y aún a automutilarse. cit. 64. por Barbé. Otras veces. está el de enormidad. La posesión diabólica delirante explica muchas veces la comisión de algunos delitos que son atribuidos al súcubo que se ha adueñado de la persona. poderoso. j) D elirio de grandezas. en que el mundo exte­ rior tanto como el propio paciente cambian. están el destino del mundo. se muestran a él. etc. en el segundo toda idea de proporción esá perdida y se cae en los mayores absurdos. Su ansia de autocastigarse resultante. ¿1 paciente se convierte en piedra. sino que se posesiona del sujeto. mientras en el primero todavía hay ciertos atis­ bos de verosimilitud. Pero aun los delirios relacionados con los espíritus del bien pueden provocar delitos graves porque ins­ piran el castigo y la destrucción de los indignos y de los ateos. hazaña que suele ser c u m p lía también ñor los espíritus malos (posesos diabólicos) que g u ía # a l cuerpo. p. se encarna en él. de la religión. han ele­ gido al paciente. Su carácter es tan extre­ mo y. el espíritu no ordena desde fuera.moñas en virtud de las cuales el delirante de este tipo se cree res­ ponsable de delitos. en animal). los individuos afectados se sienten felices actuan­ do de apóstoles de las utopías más disparatadas. k) D elirio reformador idealista. ~ 375 — . él es el más bello. en demonio. si bien algunas veces conservan cierta capacidad para sistematizar los ideales. evolucionan. (38) Así Séglas. se con­ vierten en seres distintos o de distintas materias (por ejemplo. sus cosas componentes cambian de ma­ teria. lo inclinan at mal (muchas veces tendencias re­ lacionadas con el sexo) y lo impulsan a cometerlo de manera irre­ sistible. Psiquiatría. vidrio. inteligente. rico. en el cual se cree poseer la verdad que ha de reformar al mundo (contacto con delirios de gran­ deza y místicos). h) D elirio de transformación cósmica.. cit. véase la ob. i) D elirio místico y d e posesión. se funden. en que hay un acrecentamiento valorativo de todo lo que se relaciona con el paciente. le charlan y le dictan las nor­ mas a que debe sujetarse su actividad apostólica destinada a redi­ mir al mundo. No es raro que se injurie y calumnie y hasta que se reaccione de he­ (37) Afira y López. el porvenir de la civilización. reivindicativo. reacciones tanto más probables por cuanto el delirante reformador suele tener una energía inago­ table para escribir. en ellos. litigante. dificul­ tan el adaptarse a ellos. es decir de un encadenamiento racional de con­ ceptos. la filosofía. en fin. suele darss conjuhtamente con anormalidades cualitativas y cuantitativas del instinto sexual. de un riguroso silogismo. Arrastra a delitos graves. denominado también querulante. Se asocia con el delirio de grandeza (es un gran sabio). realizar viajes. en el terreno de las artes. suponen una inadecuada concepción del mundo y de la vida y. En medio de los juicios ini­ ciados. las ciencias. II) D elirio pleitista.delirante plei­ tista una energía desproporcionada. si ese crimen. es el elemento propiamente patológico del oue conviene considerar menos el lado puramente intelectual que el lado afectivo. los abusos — supuestos— más pequeños. representa para él la sola solución posible de una situación intolerable. El error fundamental y primor­ dial de las premisas. para utilizar incansablemente todos los medios de propaganda de sus ideas. la técnica. por muy atroz„que le parezca. m) Delirio de celos. I) D elirio de invención. por ser tales. “las concepciones delirantes conducirán irre­ sistiblemente al sujeto hacia el crimen. puede llegar hasta medidas de hecho. inclusive los jueces son acusados de prevaricadores cuando sus sentencias son contrarias. el paciente se cree continuamente atropellado en sus derechos por todos. hacen desplegar a l . bases del delito. Por otra parte.cho contra los opositores y críticos. inicia juicios a derecha e izquierda pa­ ra lograr que la justicia se imponga y restablezca. injuria a las personas pr&untamente enemigas de su derecho. antes de ellos o después. llega a convencer al paciente de que su cónyuge es infiel. una falsa interpretación de la realidad. frecuentemente enlazada con alucinaciones e ilusiones. si considera que los tribunales no le dan la razón que tie­ ne. es a través de esas dificultades cómo se puede llegar al delito buscando una salida o solución a las concep­ ciones delirantes. con el de perjuicio y perse­ cución (incomprendido y envidiado) y con el litigante (sigue jui­ cios a quienes lo calumnian o contra quienes le roban su invento). Todos estos delirios. la hipertrofia morbosa del ton) — 376 — . Estos personajes están lejos de ser raros en la actividad de los estrados judiciales. en que el paciente cree haber inven­ tado algo de máxima importancia para el mundo. consiguientemente. pronunciar conferencias. La determinación criminal es en se­ mejante caso el término inevitable y lógico de un proceso mentul de razonamiento. generalmente de heri­ das y homicidio en la persona del cónyuge supuestamente infiel. Toda persona normal suele experimentar los más variado-i estados afectivos. en J funcionamiento de los órganos vegetativos. latu sensu. En el primero. en sus distintas va­ riedades. puede diferenciarlas en cuatro grupos. sino con el cuer­ po. muchas veces la conciencia es un campo de batalla entre ellos. ideas. Resulta difícil distinguir especies de estados afectivos o senti­ mentales. lividez. En efecto. con las tendencias derivadas del medio ambiente y de la necesidad de adecuarse a él. cit. los estados de ánimo. luego.i acción o la reprimen. Pero. como tampoco existe la variabilidad de sentimientos carac­ terística del normal.— Hasta aquí nos hemos referi­ do preferentemente a la vida representativa. algunos están enraizados en las oscuras pro­ fundidades del instinto. También los fenómenos afectivos. en un plano más profundo y primitivo. junto a ella. esa proporcionalidad no existe. nos permiten comprobar la unidad funcional humana resultante no sólo de la imbricación de los fenómenos psíquicos entre sí. estados fuertes y duraderos. cuyos fenómenos se resisten a una defi­ nición cabal y son más bien experimentados por uno mismo.ni dura­ deros. vivi­ dos de manera intransferible. — 377 — . alteraciones en la composición química de la sangre.son fuerzas poderosas que impulsan a I. en todo estado afectiva hemos de notar asociaciones c o i fenómenos representativos (imá­ genes perceptivas o fantásticas. 67-68. iluminados por la luz de la razón y provienen de la experiencia. toda noción de los va­ lores” (39). etc. 6. el alma se enfría.).— L O S SEN TIM IEN TO S . pero. que son estados no fuertes . recuerdos. del tono adjunto <• los valores que son captados y conocidos. de la educación. Por un lado. ob.emocional que hace perder al enfermo. una de las clasificaciones menos alejadas de la reali­ dad.) y con fenó­ menos corporales (palidez. se halla la vida afectiva. los sentimientos se apagan. por otro. que es su asiento material. pero no duraderos: las pasiones. otros. rubor. débiles. Las sentimientos . pero éstos se quedan dentro de los límites — ciertámente amplios— marcados por la proporcionalidad con la causa provocadora. aumento de la presión arterial. (39) Verger. las emociones: estados fuertes. (40) Recuérdese todo lo que se expuso al respecto en el capítulo destinado a la Biotipología. en los anormales. etc. pp. pero duraderos.. se ha­ llarían los estados afectivos o sentimientos — usando estas pahbras en sentido restringido— . el tono afe tivo-temperamental está intimamente relacionado con la constitu­ ción corporal C10). por fin. misticismo. es lo que denominaremos vida activa. respectivamente. sino que reacciona sobre él y trata de modificarlo. etc.. Puede tratarse de sentimientos nuevos ligados con transformaciones de la personalidad. an­ gustias. ob. se hallan los actos instintivos que merecen ser examinados con alguna extensión. son los reflejos. por la capacidad para realizar automática y fatal­ mente ciertos actos sin aprendizaje previo y sin deliberaciones. pp. En su nivel más alejado de la conciencia. ni de (41) Véase estudios sobre la importancia que tienen en la configu­ ración general de la personalidad. En las alteraciones cualitativas de los sentimientos. firmes (derotimia) o fácilmente sustituíbles. no sólo lo altera al provocar la aparición de imágenes percep­ tivas sino que es a su vez influido por ese ser humano. cambiantes. que se manifiesta en todos los individuos de utn misma especie. El instinto es generalmente entendido como la “aptitud inna­ ta y hereditaria.— LA V O L U N T A D . psicosis pasionales) (4I). o de sentimientos que no corresponden normalmente a los contenidos representativos. (42) Estas características han hecho que ni las escuelas extremistas hayan considerado que los actos reflejos simples puedan cons­ tituir materia de delito. Psiquiatría. Anormalidades todas que frecuen­ temente se asocian entre si. al contrario. las respuestas ad­ quieren carácter casi puramente fisiológico y automático. llegan a anularse (atimia). en Mira y López. pue­ de suceder que un tipo de sentimientos predomine anormalmente sobre los demás al extremo de subordinarlos y teñirlos con el propio color (las llamadas. 185-186 y Moglie. cit.. como en la esquizoidia y en la esquizofrenia. obsesiones. caso frecuente cuando la unidad de la conciencia está dañada. el resentimiento y el deseo de venganza. sin progreso posible y sin conocimiento del objeto a alcanzar. pp. — 378 — . pueden ser estables. Los sentimientos pueden retardarse. lábiles (metatimia). se hallan las paratimias o distimias.— El mundo exterior no sólo produce reacciones sentimentales en el ser huma­ no. se exageran (hipertimia). por algunos autores. reacciones inconscientes e inmediatos ante ciertos estímu­ los específicos C:). 135-136. Más cercanos a la conciencia. 7. éste no se comporta pasivamente frente al mundo. como sucede con muchas fobias.ios afectos disminuyen (hipotimia) o. a veces. ajociarse lentamente los unos con los otros (braditimia) o acelerarse hasta atropellarse entre sí (taquitimia). transformación. como sucede en los delirios de influencia.— LA V ID A A C T IV A . o fenómenos de ambivalencia afectiva en que coexisten en el mismo individuo estados afectivos contradictorios que no se integran. La serie de actividades que iniciándose en lo más profundo de la conciencia llega a manifestarse en movi­ mientos corporales. pero se verá ue ellos pueden ser incluidos dentro del vasto campo delimitao por los tipos establecidos por Roger. véase Ibidem. límite con el instinto batallador y el sanguinario. 3 — 379 — . En cuanto a los tipos de instintos. Para un desarrollo de­ tallado. se hallan el instinto genésico (junto con el maternal y el familiar). También los instintos pueden tener anomalías. etc. IOS del tomo I. el instituto es mera cadena de reflejos. dé imitación. Antes de llegar a los actos voluntarios. sobre* este asunto de indudable Im­ portancia tsi gica y criminológica. más que de instintos con rígidas formas de expresión. pp. 429-448. pp. se trata de'mecanismos perfec­ tamente montados por la herencia. 130-220. causa de muchos delitos sexuales. debemos mencionar otro tipo de reacciones en las cuales existe un momentáneo auto­ matismo inconsciente. si bien los impulsos ins­ tintivos suponen fuerzas enormes..la relación entre el objeto y los medios puestos en juego para lle­ gar a él” (4J). aberrados o no. nos referimos a los hábitos en los cuales la conducta. por ejem­ plo. Roger los clasifica en ins­ tintos de conservación del individuo e instintos de conservación de la especie. pero ésta asume gran variedad de formas de presenta­ ción O4). Entre los primeros se hallan el de alimentación o nutrición y el instinto de defensa. Entre los segundos. Inclusive puede dar lugar a penas m&s graves por implicar una especial capacidad para el delito. d t. en éstas. p. pp. ob. Ya hemos hablado tambiéü de las perversiones y variaciones cuantitativas del instinto genéti­ co. Sin embargo esta definición puede dar lugar a equívocos alrededor de la esencia del acto instintivo. notoriamente Thorn­ dike. toda la teoría de la forma se alza en contra. si bien en su origen fueron conscientes. Los instintos presentan en los animales notable rigidez. para algunos autores. subsiste el origen inconsciente y hereditario de h conducta.. (44) La circunstancia de que un acto tenga una fuerte base instin­ tiva no es suficiente por sí sola para anular o disminuir la'impulabilidad. en el hombre. Aparentemente faltan algunos como el instituto de dominio. (45) Roger. cabe hablar de tendencias instinti­ vas. pero ello no sucede. En otras palabras. qüe sólo esperan el estímulo propicio para ponerse "en marcha. en el hombre. el instinto sexual se halla en la base de muchas enfermedades men­ tales o ligado a ellas. el migrador. el gregario y el social (<s). 84-112 y Roustan. Elementos de Pslcofbiología I. pueden ser guiados y contras­ tados por la inteligencia. p. en el cual. d t. Además. la actuación inadecuada del instinto de propia conservación puede llevar al suicidio o facilitarlo. 103. ob.. Basta la anterior enumeración para anotar las rela­ ciones entre el instinto y muchos de los impulsos delictivos. véase: Kofka: B uM de la Evolución Psíquica. a fuerza de rep*:(43) Roger. tirse. Y. se inscribe de tal manera en el sistema nervioso que las res­ puestas se suceden. memoria. etc. no debió hablar de inteligencia. etc. vale más no tener miedo de las palabras y abordar con espíritu verdaderamente científico el estudio psicofisiològico de la voluntad” Cñ). El propio nombre de “actos voluntarios” o de “ voluntad” ha sido rechazado por ciertos psicólogos. Entonces. Frólov: La Actividad CeCerebral. éste deriva del descono­ cimiento exacto de lo gue debe entenderse por facultad. de ser consecuente. Pero no es suprimiendo este vo­ cablo que se suprimirá la abstracción metafísica de que se halla rodeada. esos mismos prejuicios sobre la inalterabilidad de la voluntad. que recuerda a algunos las antiguas abstraccio­ nes de las “facultades del alm a”.. es decir. razón por el cual constituye uno de los temas que ha suscitado mayores discrepancias no sólo en el terreno de la filosofía y la psicología sino también en el de sus re­ percusiones sobre la responsabilidad penal. Las observaciones recientes pueden hacerse también a Mira y López y a cuantos siguien la corriente objeti­ va: por lo demas. '48) Oh. La mayor parte de los autores siguen útil» id el término sin sentir ni provocar escándalo. sin darse cuenta. En el fondo. una de las cuales sería la voluntad. Si se quiere mayor claridad. conservan. tal co­ no fué concebida por la filosofía aristotélico-tomista. de hecho. — 380 — . de­ signan los psicólogos anglosajones el aspecto impulsor del ciclo psíquico. percepción. los que parecen más objetivos y ajenos. Psiquiatría. Sin embargo. los autores aparentemente más rigurosos. 225-226. En gran parte. “con el término de conación. como vimos más arriba. 194. La preferencia manifestada por el profesor español tiene su origen en su temor de incurrir en algo que parez­ ca admitir la teoría de las facultades psíquicas. el más directamente relacionado con la responsabilidad pe­ nal y con el sentido moral. La voluntad . principalmente los partida­ rios de la psicología objetiva. p.— El acto voluntario es el más propiamente hu­ mano. pp. aparentemente. el conjunto de actividades referentes que se ini­ cian en la intención y terminan en la acción. a quien no puede acusarse de retrógrado. al cabo de un tiempo. (46) Sobre los reflejos condicionados como mecanismo de formación de los hábitos: V: Pavlov: Los Reflejos condicionados. por ejemplo. Baruk. cit. diremos que la conación es la fase psicomotriz de la ac­ tividad personal” ( l?). a los prejuicios metafísicos. (47). Dravovich: Les Reflexes Condlckmnés. A ellos se pliega Mira López quien prefiere hablar de “conación". se da más importancia a las palabra aue a su significación. como en los reflejos (*). nos dice: ‘Puede alguien sorprenderse al notar que retomamos ei vocablo voluntad. el autor español debió haber prescindido igualmente de otras designaciones tan peli­ grosas o más que la de voluntad. quedan fuera del estudio psicológico. lo mismo. ob. no se hallan estados represen­ tativos puros. Así sucede con las ideas obsesivas que ocupan el campo conciencial y pugnan por arrastrar tras de sí a toda la ->ersona. el momento pro­ piamente volitivo que es «1 de la decisión la cual. un enjuiciamiento de los mis­ mos sopesando su pro y su contra í49). * Pero existen anormalidades típicas de la voluntad. contracciones musculares. los h&bitos (que facilitan la acción). los impulsos se presentan a manera de cuerpos ex­ traños que la voluntad no puede expulsar del campo psíquico en el cual quedan sin someterse al control racional. etc. v: Barbé. y. (50) Por razones metodológicas. las «tendencias instintivas. p.. dicho acto supone la presentación de los motivos y ob­ jetivos que pueden inducir a obrar. tenemos la disminución del poder de la voluntad o htoobulia. 63-70. denominan con el vocablo "discernimiento” u otros similares.En los actos volúntanos. compiü e Ibnm deUa psicología nello fiadlo del deUnqaente. (51) En la mayor parte de las legislaciones penales. En cuanto a la hiperbulia. acto voluntario equivale a acto libre. Por ejemplo. etc. su ausencia se denomina abulia. como los provenientes de alucina­ ciones. Entre las cuantitativas. con los impulsos. Esas anor­ malidades pueden ser cuantitativas o cualitativas. Entre las cualitativas se hallan los impulsos patológicos y las compulsiones. suele de­ signarse con este nombre la imposición de un movimiento (5Z). véase: Gemelli: Metodl. o cuando los deformados son los sentimien­ tos con fuerza para arrastrar a toda la personalidad o cegar su juicio. en muchos casos. si en­ tre los fenómenos representativos que entran en contienda. La etapa de valorización de motivos. 130. sólo en casos muy especiales puede ser con­ siderada como patológicamente anormal. es lo que muchos códigos. pérdida de la conciencia. sino también los sentimientos que les son ad­ juntos.. entre elios el nuestro. etd. los momentos fisiológicos de la ac­ ción (vibraciones nerviosas. A veces. los hay anormalmente deformados. Para más detalles. pp. delirios. No existiendo. Cualquiera de estos momentos que falle y ya tenemos un acto que no puede ser calificado de voluntario (51). — 381 — . normalmente desarrollada. con una diferencia de matiz.). el fin que se persigue es claro y consciente (diferencia con el instinto). el paciente se angustia y sufre a causa de esos impulsos que siente contrarios a su perso­ nalidad. es el primer paso hacia la acción í 50). (52) Al respecto. cit. En efecto. a su vez. los más típicamente humanos. ' (49) Entre las contrapuestas fuerzas. tipica base de la responsabilidad penal. por fin. satiriasis. hablándose de agorafobia (de los grandes espacios) y de claustrofobia (de los espacios cerra­ dos). que mani­ fiestan carencia de espontaneidad. el paciente actúa como un maniquí: si una de las partes de — su cuerpo es colocada en cierta posición. Entre ios impulsos patológicos. Las fo­ bias pueden recaer en muchos objetos o conductas (panofobias). Se habla tam­ bién de las estereotipias que consisten en la repetición constante de detértninados movimientos complejos. tam­ bién llamada compulsiva.. correlativos. exhibi­ cionismo. al incendio (piíomanía). sino oue repelen y causan temor. En la denominada flexibilidad cérea. así queda. El manerismo consiste en la adopción de poses teatrales. imposible de controlar por medio de inhibiciones voluntarias). al homicidio. necrofilia. Al tratar de las fobias. Asimismo.cuanto al momento de la acción externa. cuando los movimientos son simples. etc. exageradas. ya no tenemos que pensar en objetos o conductos que atraen fo rm alm en te. principalmente nei viosos. masoquismo. de beber inmoderadamente (dipsomanía). Lo con­ — 382 — . se citan los relacionados con el instinto de nutrición: de comer cosas extrañas y hasta repugnan­ tes y tóxicas. ^ en alguno especial (monofobias). ninfomanía. de particular relevancia en la crimi­ nalidad. es lo que sucede en las afasias y en muchas pseudoparálisis que se presentan en los histéricos. fetichismo. incesto. La compulsión es el resultado de la lucha entre un impulso y una fobia y conduce a disminuir la capacidad de acción prácticj del sujeto. los rela­ tivos al instinto sexual: onanismo. sadismó. también de­ nominada obsesión o manía interrogativa que contribuye a para­ lizar la voluntad del sujeto o a disminuirla. Lo mismo puede decirse de los impulsos de apropiarse de cosa ajena (cleptomanía). aunque con repercusiones criminales menos directas. En . Los instintos de combate y destrucción son fundamento de otros impulsos cuyas consecuencias criminales suelen ser graves: así tenemos los impulsos al suicidio. bestialismo. se puede mencionar. Asimismo. es importante la obsesión de duda.. denominadas también obsesiones inhi­ bidoras. se prefiere denominarlos tics (principalmente. el defecto fun­ damental es la apraxia: imposibilidad de realizar ciertos movi­ mientos por razones puramente psíquicas. en éstos puede evidenciarse la imposición del movimiento. el impulso a la fuga (dromomanía). Las fobias relacionadas con d espacto han merecido mucha atención. Es característica de la personalidad anancástica. el que puede operar en estados de inconciencia (sobre todo en la epilepsia y la histeria) o acompañados de conciencia. uranismo. es decir. existiendo com­ pleta normalidad en los mecanismos corporales. de modo que si accede a las órdenes del sugestionador puede suponerse que el acto delictivo no choca contra su conciencia. tiene importancia la denominada obediencia automática. Se ha discutido si un paciente sugestionado hasta los lim ites del hipnotismo puede ser inducido a servir de instrumento material inconsciente para co­ meter algunos delitos. (53) V: Vergel1. Son muy frecuentes los casos. los casos presentados como ejemplares son sumamente raros y discutibles y generalmente producidos en labo­ ratorios lo que permite sospechar que el paciente se da oscura­ mente cuenta de que se trata de situaciones ficticias. Lo que pare­ ce más cercano a la realidad es que el paciente no pierde total­ mente su conciencia moral.trario es el negativismo. aún de labo­ ratorio. 6143.. los ejemplos más comunes se citan entre los delitos de violación y otros semejantes. pp. elt. perq esa importancia es me­ nor desde el punto de vista criminológico. «b. Más comunes son los ejemplos en que se ha aducido que el hipnotismo sobre el sujeto pasivo del delito ha facilitado la comisión del mismo. por racionales que sean ? hace precisamente lo contrario. — 383 . Desde el punto de vista psiquiátrico. frecuente en algunos tipos esquizofréni­ cos: el sujeto no obedece las órdenes. en que la alarma moral provocada por ei acto inducido se manifiesta en el brusco despertar o en ataques histéricos de los pacientes (53). . creemos que existen razones i usüficar esto que ya sucede. — 385 — . el problema de ai los locos pueden ser llamados criminales. pero. de acuerdo a la legislación penal. estas razones son fundamentalmente tres: a) Una de tipo formal: una conducta que choca objetivamente con las normas penales es delito por lo menos asi: objetivamen­ te. Eviden­ temente. todo idiota. quedando la imputabilidad no como condición de la culpabilidad. hay que confesar que no es fácil superar­ lo. Sin embargo.CAPITULO II LA OLIGOFRENIA 1. han de ser estudiadas las enfermedades men­ tales (').— L A S ENFERMEDADES MENTALES. para ello. desde las primeras lineas. se comprobará que no existe el elemento subjetivo del delito. en la inmensa n de los textos de criminología. psicosis. de hecho. pero. etc. las anormalidades nos interesan como causas de ¡de­ lito. No nos referimos a loe casos de semi-imputabilidad que indudablemente dejan lugar a la actuación del derecho pebai.— En estas y las siguientes páginas. quienes aún no se han puesto de acuerdo (1) Aquí se plantea.). de la idiocia. demencias. por el mero hecho de serlo. sino a aquellos otros en que la anor­ malidad mental es lo suficientemente grave como para destruir toda imputabilidad (idiocia. ¿podemos incluir aquí el estudio. por ejemplo. si el autor de la conducta es inimputaUe. Es evidente que. la distribución sistemática de las d ie n ta s entidades nosológicas tropezará con las mismas dificultades con que tropiezan los psiquiatras. no puede ser considerado co­ mo criminal? Planteado asi el tema. b) Una razón doctrinal: la escuela positiva lia considerado siem­ pre que los dementes pueden ser delincuentes en todo sentido. sabiendo que. Sin embargo. se habrá tenido que estudiar la enfermedad como causa del delito en sentido objetivo. en que el estudio se limita a los efectos que las anormalidades mentales pueden ejercer en la aparición del delito. v: Donnedieu de Vabres. Y no puede ne­ garse que muchas legislaciones de este siglo han recogido par­ cialmente las conclusiones a que. Sobre el tema pueden verse claros resúmenes en Soler: Derecho Penal Argentino. Grispigni. asi lo reconoce Laburu. pp. II. Traité ElémentaJre. de ello pueden resultar. merece siquiera apuntarse aquí el hecho similar acaecido con la legislación de menores. (3) Sobre los problemas adicionales que plantean a Juristas y peri­ tos psiquiatras las discrepancias entre la ley y la ciencia pueden verse las Actas del Seminario Latinoamericano de Criminología. pero eso no sucede en el terreno de las anormalidades mentales pues en lo que a ellas toca los textos legales más que ca­ pacitados para dar luz están necesitados de ella (3). (2) Mira y López se atiene a la clasificación de la Sociedad Norte­ americana de Psiquiatría (v: Psiquiatría. Las dificultades para la clasificación subsisten aún en caso de que se tomen sólo ciertos criterios rectores.sea leida en la Psiquiatría Clínica Moderna de Noyes. Sobre las dificul­ tades. p.y. v: Las Anormalidades del Carácter. 80-83 y 171-218 asi como el apéndice de ese primer tomo Re­ gresso di no secolo nella legislazlone penale. Si bien asunto jurídico. dijimos que el campo de la Criminología es delimitado por las disposiciones jurídico-pcnales. y resul­ tan. discrepancias entre la ordenación de las distintas enfermeda­ des y la extensión que se les dedica si se escribe un texto de psi­ quiatría clínica u otro de Criminología. 45-51.). 177-181. Desgra­ ciadamente. pp. sino como una de las determinantes del tipo de sanción que ha de aplicarse al delincuente (por ejemplo. 81-129. en este aspecto. 268 y ss. de Ferri. llega la es­ cuela positiva. 130-133. cuando el Código penal no tiene nada que hacer con los enfermos mentales.Dirltto Penale Italiano. un demente asesino no irá a presidio sino a un manicomio judicial). Cuando se trató de las clasificaciones de los criminales por este autor y por Lombroso. pp. Asimismo el tomo segundo de la Sociología Criminal. también hubo de adelantarse algo sobre el tema. con algo de luz. Una dificultad adi­ cional para un texto de Criminología es la que surge de la especial dirección que aquélla ha de imprimir a la psiquiatría ya que ésta es estudiada con fines limitados. pp. — 386 — . errores materiales* de impresión producidos en la obra del autor español nos inclinan a recomendar que dicha cla­ sificación —que es la que aquí seguiremos. cuando trata de referirse a las alteraciones del carácter. celebrado en Santiago. p. II. I pp. que hoy no pueden menos que notarse. por eso. éstas pueden contribuir en algunos campos. c) Porque en la inmensa mayoría de las legislaciones penales se reconocen las medidas de seguridad aplicables también a los anormales. 129 33. conforme a Mira y López—.es difícil que lo hagan en un plazo corto (z). En los primeros capítulos de esta obra. para prevenir sus posibles actos objetivamente delicti­ vos. Para introducir orden. de un promedio. el núcleo de esta anormalidad está constituido por el escaso desarrollo intelectual en relación con la edad crono­ lógica que se ha alcanzado. se trata. las dificultades de una determinación exacta aumentan por carecerse de unidades adecuadas. En estos casos. Cit. En efecto. — 387 — . la detención menciona­ da es congènita o sumamente precoz y repercute sobre toda la per­ sonalidad no sólo por su gravedad sino porque dicha personalidad funciona como una unidad total en la que es imposible aislar tales o cuales funciones. con la esta­ tura propia de tal o cual edad. en el caso de la edad intelectual o mental. Noyes (6). la edad men­ tal de ocho años es la poseída por la mayoría (7) de los niños de esa edad. 2. etc. podrían multiplicarse indefinidamente. al neurótico y al psicòtico (4). Por ejemplo. p. p.— CO N CEPTO DE O LIG O FREN IA. 351. p. sin embargo.Otra dificultad que no se puede dejar d« lado sino a riesgo de falsear los hechos consiste en el tránsito insensible entre unas formas nosológicas y otras. análogas a las que se dan para medir los caracteres físicos. 2. así como entre los grados de anormali­ dad. V: Psychüdynamle* of Abnormal Befenvtor. Natu­ ralmente. se han empleado las ideas de edad cro­ nológica y edad intelectual. 130. provenientes de psiquiatras de los opuestas escuelas. El concepto enunciado es teóricamente claro y preciso. ¿Cuál debe ser esta mayoría? Generalmente kw criterios oscilan alrededor del 75% del total de personas de la misma edad someti­ das a estudio. Las citas al respecto. ha ideado muchas va­ riedades de pruebas o tests.— Esta palabra de­ riva de dos vocablos griegos que unidos significan: escasa inteli­ gencia. las diferencias que se dan entre unos tipos y otros son de sim­ ple grado. tal como sucede. La segunda se mide por el grado de inteligencia más común entre las personas de determinada edad. por ejemplo. tales pruebas tampoco se basan en ninguna unidad men­ (4) (5) (6) (7) V: Précis de Psychiatrie. para Brown (5). con las cuales pretende determinar el grado de desarrollo de las distintas capacidades humanas. Barali insiste en el paso insensible del normal. según se ve.. La primera se mide desde el momento del nacimiento y pue­ de ser establecida por el documento del registro civil. existen muchas dificultades prácticas para establecer cri­ terios de acuerdo a los cuales determinar cuándo la inteligencia se encuentra retrasada y hasta qué punto. Sin embargo. V: Ob. La psicología experimental moderna. de un criterio estrictamente esta­ dístico. debe huirse de dos extremos opuestos. que se han encontrado pregun­ tas dirigidas a la capacidad pura. lo que es falso. sin mezcla de experiencia. lo que también es falso pues sólo se miden las respuestas o conductas capaces de considerarse como co­ rrespondientes a la inteligencia. que las meras apreciaciones a ojo de cubero que suponen en el examinador la posesión de capacidades intuitivas incontrolables. generalmente el resultado se multiplica por 100 pa­ ra facilitar los cómputos. Si otro niño tenía seis de EM y nueve de EC. resulta toda una escala de capacidades (8) Por eso. en el perfec­ tamente normal. el resultado era de 3 (ahora. si. En tal sentido. lo que es sumamente dudoso. son más cercanos a la verdad y m&s científicos indudablemente. si bien aquellos no lo­ gran un éxito' completo. de atraso). — 388 — . El primero. en resumen. que se ha encontrado un medio para medir la inteligencia misma. así como el de la edad cronológica o natural. lo que es admisible sólo en ciertos ca­ sos. esta posición también es falsa porque. por lo que pronto fue sustituido por el llamado cociente intelectual (CI) que resulta de dividir la edad mental (EM) por la edad cro­ nológica (EC). El segundo. de donde. que se pueden dejar de lado los estímulos perturbadores.— G R A D O S D E D E SAR R O LLO M EN TAL. son usados los llamados tests men­ tales que buscan determ inar la edad mental o intelectual de una persona. superpuesta a la capacidad por medir. Sin embargo. Poseído este último dato. tenía la inteligencia correspondiente a su edad. EC 3. el sistema demostró poseer muchos defectos.tal que. Para ellc^ se comenzó usando el sistema de la resta. a la edad mental. el de conocer a las pruebas mentales plena confianza. Ejemplos: si un niño tenía ocho años de edad cronológica (EC) y los mismos de edad mental (EM). el resultado era 0. se le sustraía la cronológica y el resultada servía para determinar el grado de atraso o adelanto. el resultado debía ser cero. el resultado era — 3 (6 — 9). el de creer que los tests no sirven para nada. a la inversa. antes. todavía queda por establecer el grado de discrepancia entre una y otra. tal actitud su­ pone que se han encontrado modos para medir exactamente los fenómenos psíquicos (de suyo inmedibles por ser inespaciales). sino que se atienen a los térmi­ nos medios (®). tres años de adelanto.— De la ope­ ración recién mencionada. la fórmula para establece ei CI es la siguiente: EM C I = — X 100. era perfectamente nor­ mal.la cronológica de 6. la EM era de 9 y . nos exprese en nú­ meros exactos la magnitud de ésta. constituyen el medio menos exacto de que podemos echar mano hoy. la uniformidad está lejos de haberse alcanzado entre los propios especialistas. — 389 — . Los demás valores admitidos son los que consigna el cua­ dro que sigue: CI Calificación \ Superdotados -j l í Oligofrénicos l Más de 140 120— 140 110— 120 90— 110 80 — 90 70 — 80 60 — 70 50 — 60 1 0 — 50 0 — 10 Inteligencia genial Inteligencia muy superior Inteligencia superior Inteligencia normal Casos límites Debilidad mental leve Debilidad mental media Debilidad mental grave Inbecilidad (tres grados) Idiota (tres grados) (9). 141-242. en la prác­ tica se acepta que los normales tienen un CI que oscila entre 90 y 110. Estas escalas pueden utilizarse en aquellos individuos que se encuentran en etapas vitales en que se supone que la inteligen­ cia — no la simple experiencia— aún se halla en pleno desarrollo. por lo demás. ese desarrollo cesa a los 16 ó 18 años teniendo que usarse después una escala única para adultos. con este crite­ rio. hay variedad en los Índices. la escala más corrientemente aceptada es la siguiente: De 0 a 3 años de edad mental: Idiocia (tres grados). pp. De 3 a 7 años de edad mental: Imbecilidad (tres grados).mentales que van desde los individuos geniales hasta los idiotas profundos. De 7 a 12 años de edad mental: Debilidad mental (tres grados). del mismo. El campo medio está dado por los normales (que es­ tán dentro del promedio) que. cuando se trata de adultos. aunque obras del mismo autor. idealmente. según los distintos autores. se prefiere utilizar la mera edad intelectual para determinar el grado de oligofrenia. Hacemos resaltar el grupo de los casos límites pues quienes pertenecen a tal grupo no se destacan de manera notable cuan­ do se dedican a menesteres que no requieren aptitudes normales o superiores para su ejercicio. Mannal de Psicología Jurídica. Como la edad cronológica sigue creciendo. sin embargo. según po­ drá comprobarse cotejándolas. pp. (9) Sobre estos valores v: Mira y López. éste iría disminuyendo año tras año. de emplearse entonces el sis­ tema del CI. 821-282 y. tienen CI = 100. como es imposible trazar un límite tan exacto. Razón por la cual. Psiqniatría. sin embargo. son incapaces de valerse hasta para cumplir sus más elementales necesidades pues. Llaman la atención las anomalías craneales y cerebra­ les (micro y macrocefalia.). En la idiocia epiléptica. aún sobreentendiendo que el rasgo común es la de­ ficiencia intelectual. En cuanto a sus formas clíni­ cas. se caracteriza por la ceguera proveniente de atrofia del nervio óptico. se puede llegar a la bipedestación y al lengua­ je.. si son idiotas profundos. para valerse en la vida por sí solos es tan pequeña que no debe extrañarnos el — 390 — . sólo forman unos cuantos reflejos condicionados elementales. aunque más atenuados. por hipofunción de la tiroides. Posee ya algo desarrollada la memoria. etc. que la idiocia. ab initio). Su capacidad. a manera de regresión. limpieza. principalmente en los imbé­ ciles leves. (idiotas. las lesiones cerebrales y el mal funcionamiento endocrino. En cuanto a la vida psíquica. ella está en el nivel que corres­ ponde a un nene de 3 años de edad o menos. falta de proporcionalidad corporal. epicanto. En los casos menos graves. hay destrucciones del cerebro y ataques comiciales pre­ coces. carecen hasta de elementales formas de raciocinio así como de toda forma de apreciación crítica y moral. apenas for­ man reflejos condicionados v. lejos de la oración correcta. las hay muy variadas siendo las más importantes: la cretinoi­ de o mixedematosa.4 . en los instintos. alteraciones en los refle­ jos. por fin la idiocia amaurótica de Tay-Sachs que se da predominantemente entre los judíos. braquicefalia. la enfermedad se liga con ence­ falitis infecciosas y se acompaña de múltiples lesiones cerebrales. que les permiten desempeñar algunas labores rutina­ rias que impliquen pocas exigencias (campesinos no tecnificados.-~ CARACTERES DE LO S D IS T IN T O S G RAD O S DE O LIG O F RE N IA . algunos. también expresar­ se relativamente bien por medio de la palabra. lo que facilita ciertos aprendizajes. las partes irregulares dan lugar a continuos errores. forman varios re­ flejos condicionados no complicados: pueden atender bien sus ne­ cesidades inmediatas. Las causas que pueden llevar a la idiocia son esencialmente tres: las hereditarias. én la encefalítica. pero éste es sumamente reducido. etc. La idiocia o idiotism o ocupa el más bajo nivel del desarrollo intelectual. Por fin. hidrocefalia). caracterizada por la pequeña estatura. parálisis. etc. desde el punto de vista criminal. Desde luego. si lo son menos profundamente. la mongoloidc. La im becilidad tiene las mismas causas y signos. Abundan es­ tereotipias en algunos otros y los hay que se sumen en la apatía. color amarillen­ to. suele pre­ sentarse.— Las clasificaciones anteriores demuestran que es necesario caracterizar por separado a cada uno de los grados de oligofrenia. pueden. hasta dibujar. según sea el grado de la idiocia. es relevante su erotismo. en la adolescencia. Sin embargo como. si existe temperamento agresivo y rebelde. mendicidad. prostitución. pero las costumbres han logrado imponerse a ci. Compiti e Limiti. su criminalidad efectiva probablemente no sea muy alta. le son ajenas. ordenado y tranquilo y el am­ biente del cual se copian los ejemplos hasta formar costumbres. pp. Dibuja. (10) V: Mira y López: Manual de Psicologia Jnridka. la captación de lo abstracto. Como se verá. pero cuyo nivel no puede excederse en to­ da política preventiva o correctiva dada la mentalidad a que están dirigidas. la autocrítica. en tal caso. Si el temperamento es plácido.que muchas veces se inclinan a romper por la línea de menor re­ sistencia: la delincuencia. tendencias temperamentales indeseables y falta de buen am­ biente llevan con mucha probabilidad a la delincuencia. entrar ahora a distinguir algunos caracteres especiales de la criminalidad. zoofilia.. predominan en él los componentes temperamentales y las. puede aprender a leer y escribir. los idiotas suelen ser internados en manicomios o sujetos a constante vigilan­ cia. pp. pero éste ha de esperarse sólo si las circunstancias lle­ gan a anular pasajera o definitivamente la fuerza del hábito. es bueno. la criminalidad está casi exclusivamente rela­ cionada con acCesos de furia semianimal que se presentan. en toda su variedad de grados. por su propio estado. etc. difícilmente tendremos delincuentes y seres antisociales. etc. costum­ bres. puede deducirse hasta dónde es erróneo atribuir la delincuencia de los oligofrénicos a esta su anormalidad psíquica prescindiendo de las costumbres que se crean y del am­ biente en que se mueven (Ia). así como las operaciones artméticas bá­ sicas. fuerzas ambas de las más primitivas. por fin. ciertamente aumentan las posibilidades de delito. domina lo suficiente sus músculos como para bailar o realizar algunos trabajos mauales. De lo anterior. 141-288. se trata del equilibrio que existe entre la capa­ cidad de agresión al medio y el temor aue se tiene. En cuanto al débil mental (de siete a diez o doce años de edad mental). como en los casos de necrofilia. En cambio. los delitos suelen ser graves: homicidios. etc. heridas.— El oligofrénico. Gemelli: Metodi. lesiones. generalmente puede vivir en la sociedad normal. si bien con dificultades y dentro de actividades inferiores. etc. También -üeden dar delincuencia en he­ chos en que la anormalidad moral muestra destrucción o perver­ sión elemental de los instintos.— O LIG O FREN IA Y C R IM IN A L ID A D . copiando. En los idiotas. — 391 — . es incapaz de conocer los valo­ res morales y de hacerlos servir para refrenar su conducta. violación. 108-107. incendios. 5. Podemos. vagancia. hechas las anteriores advertencias generales. a las intimidadoras porque es mie­ doso. por su carácter apático o inestable. Pertenecen también a este grupo de deli­ tos los incendios intencionados. por falta de iniciativas contrarias. es falso porque creemos que hay delitos para los cuales ni el imbécil ni el aébil mental están corrientemente predispuestos. su mentalidad está abierta a toda clase de sugestiones. las siguientes palabras de di Tullio. si tomamos los casos excep­ cionales. el de una criadita que a la edad de quince años ya había matado once criaturas clavándoles alfileres en la fontanela. por ejem­ plo los derribes de árboles. enton­ ces. 12) Weygandt: Psiquiatría Forrase.El problema planteado por los imbéciles suele ser más grande por cuanto mayor parte de ellos viven sin tan estrecha vigilancia y. De ahí la frecuencia con que tales sujetos de mentalidad imbécil se encuentran en las asociaciones delictivas y participan con tanta facilidad en todo fenómeno de delincuencia colectiva" (Tratta­ to di Antropología Crimínale. por la falta de sólida capacidad de resistencia y de enérgicas de­ fensas de orden moral. vaga­ bundo. hasta realizando algunas tatúas fáciles. necrofiíia. Pese a que luego recono­ cerá la existencia de imbéciles buenos (p. 479). por ejemplo quiebra. Hay delitos que desde el primer momento despiertan la sospecha de estar ejecutados por un imbécil. por ejemplo. al mal ejemplo. * Pero el grupo más interesante está dado por los débiles men­ tales. verbigracia. puede devenir fácilmente ladrón. los de bestialismo. aunque tengan mucho de verdad no la tienen totalmente. Como afirma Tanzi. tienen mayores oportunidades y tentaciones. toda vez que se encuentre bajo la influencia de estímulos criminógenos generales y espe­ cialmente de auto o heterosugestiones. y no mucho mayores frenos inhibitorios que los idiotas (n). muchas veces unidos con actos de brutal crueldad. p. etc. algunas veces se perpetran crímenes com­ pletamente inmotivados. pervertido. por la gran sugestionabilidad que lo vuelve fácilmente súcubo. fuera de contar con más ocasiones para cometer los delitos típi­ cos de los idiotas. 481). a la inversa de idiotas e imbéciles.» la propiedad. por ejemplo. por su inconstancia en el trabajo. puedan cometer otros más. "Esto quiere decir que todo imbécil. los actos de vandalismo. a las li­ sonjeras porque es crédulo. falsi­ ficaciones delicadas. éstos. bancarrota. puede afirmarse de cualquier persona. parásita. ski embargo dice un poco antes que el imbécil tiene una predisposición ge­ nérica a la c ni load cosa que. Eso hace que. p. viven corriente­ mente en la sociedad normal y han de adaptarse a las exigencias (11) Sin embargo. por eso. 255. violento. “Son muchos los casos de niñeras imbéciles que han matado niños confiados a su cuidado. — 392 — . etc”. los oligofrénicos incurren en los más variados y salvajes atentados contra el pudor. contr. Por último. el imbécil es-igualmente moldeable para el bien. (1Z). a veces. por su facilidad para adquirir malos hábitos. pero si pre­ tende señalar un rasgo característico. no debe llevarnos a admitir. sic ct simpüciter que los oligofrénicos sean mucho más delincuentes que los normales. choca con sus instintivos deseos de sobresalir. Esta segunda actitud conduce a la delincuencia y al extremismo de todo tipo (político. Lo cierto es. hipócrita y cruel.') las creencias en las envidias ajenas. y no es raro que así se engendren en él odios familiares (especialmente fraternales) que le llevan a un desarrollo paranoide. pero mucho más cuando obedece a esta patogenia” (lJ). como racionalizada explica­ ción de los fracasos propios. resulta evidente que su mayor participación en la vida social les pone ante los ojos mayores tentaciones. etc. que queda fuera de su alcance. — 393 — . 290. O tra acti­ tud posible es la determinada por el proceso de proyección: en este caso. menos aún a sostener que el defecto intelectual actúe en los casos de delincuencia poco menos que como causa única.mínimas de ella.. sufrimientos que se iniciac ya en sus primeros estudios donde fracasan con frecuencia allí donde otros triunfan sin gran espueizo. por Goring y Goddard: éste último. de­ portivo. los resentimientos. pero su anormalidad mental & püca mucho de sus sufrimientos en esa tarea adaptativa. especial­ mente de tipo económico. Por lo demás. les supone intenciones hostiles. más numerosas oportunidades de delinquir.) sin que esto quiera decir — ni mucho menos— que todos los extremistas sean débiles mentales. se puede decir que quedan eliminados de las profesiones superiores. el sujeto. Tal tesis fue sostenida. sin embargo. las investigaciones que se han realizado con tesis entre los convictos dejan muchas dudas. porque han arribado a (13) Mira y López: Psiquiatría. hace responsables a los demás de su defecto. desconfiado. las venganzas. inconscientemente sen­ tida. como se recordará (14) llegó inclusive a pensar que el delincuente nato de Lombroso no era otra cosa que un débil men­ tal. no puede actuar el freno de la alta moralidad. sino sólo las costumbres y el temor. Con compensaciones exageradas “tratan de obtener a toda costa una mtosatisfacción atrayéndose la atención de ios demás con sus acos extravagantes o violentos. de la fama y hasta del dinero. Sin embargo. Su inferioridad. Lo anterior. (14) Puede verse la tesis desarrollada con mayor extensión en los capítulos de historia de las tendencias antropologíatas y de herencia. como decía­ mos más arriba al tratar de los imbéciles. posteriormente. no obs­ tante. de allí nace. p. entre otros. que con frecuencia tales oligofrénicos realizan actos anti­ sociales “para salir en los periódicos” o adquirir fama de terribles en algún asDecto y calmar así su íntima insatisfacción. religioso. frente a ellas. siempre peligroso. aquella apunta hacia una disminución de la criminalidad pues es evidente el dicho de que donde concluye la inteligencia empieza la fuerza. Es posible que los hombres caracterizados por una inte­ ligencia superior a la normal se hallen en proporción menor entre los presos que entre los libres: pero de ello no puede deducirse que los inteligentes sean menos proclives a la delincuencia que los oligofrénicos: ambos tienen sus tentaciones aunque de distinto ti­ po. Esto sin desconocer que la oligofrenia predispone a ciertas formas delictivas más bien que a otras: pero eso sucede con todos los estados normales y anormales. la administración.— IN TELIG EN CIA SUPERIOR Y C R IM IN A LID A D Si la alta capacidad intelectual se traduce. en la práctica. su defensa en juicio y fuera de él. altos puestos en la banca. conviene recordar que si es frecuente que en los oligofrénicos las tendencias instintivas y los sentimientos cu­ bran o se traguen a la inteligencia. como son los fraudulen­ tos. inclina más a los mecanismos de fuerza que la inteligencia su­ perior. por el mero hecho de serlo. por eso la oligofrenia. es claro que. es evidente que contarían con mayores recursos para planear su im punidad. por tal lado. Por otra parte. ocupa situaciones en que las tentaciones a determinados delitos son graves.eso no está terminante­ mente comprobado— aún se podría racionalmente arg ü ir una se­ rie de razones.conclusiones discrepantes. Es probable que entre los delincuentes la proporción favorable a los inteligentes se deba a que éstos cometen delitos fácilmente ocultables y difícilmente comprobables. inclusive si cometieron los mismos delitos que los oligofréni­ cos o normales. el comercio. Podemos agregar que aunque las esta­ dísticas demostraran que entre los presos hay más oligofrénicos que entre los no presos — y repetimos que . la industria. de por sí. si la primera no consigue superar la dificultad. por ejemplo. cuando ésta es escasa se tiene tendencia natural a utilizar los me­ canismos inferiores de reacción. tendrá que acudirse a la segunda. si consideramos aislado el factor inteligencia. en los superdotados no es raro que el cálculo frío se trague o sobreponga a las exigencias instin- — 394 — . etc. por ejemplo que los oligofrénicos son más fácil­ mente detenidos y condenados que los delincuentes inteligentes. en la mayor facilidad para adaptarse a la vida social resolviendo los problemas que ella plantea. Y. tanto por el tipo de delitos que cometen como por la forma de co­ meterlo y de plantear su defensa. en efecto. Pero es también indiscutible que la persona inteligente. fuera de las profesiones liberales que crean ocasión para muchos delitos propios.. 6. Drum­ mond Magalhaes destaca que los delitos de los intelectuales cultos son sumamente crueles. — 396 — . refiriéndose al Brasil. Menos aún puede sostenerse que existen concomitancias intrínsecas —no meras coincidencias en tal o cual detalle— entre él genio y la degeneración o que aquél. Tanto más que la inteligencia superior está lejos de ser incom­ patible con otras anormalidades mentales patológicas (w). fríamente eje­ cutados y no provocan los remordimientos usuales en las personas nonnales O5). (16) De por si. cualquier Identificacita en este último sentido. no es patológica. pp. se halle ñus próximo a las anormali­ dades patológicas. principalmente mentales.tiyas y sentimentales. sin embargo tal tesis fue defendida por Lom­ broso que le dedicó Integramente su libro: Geaio • Degenera- sisas. Por ejemplo. (15) V: Estadios de Psicología e Dfntt* Penal. es abusiva y no de acuerdo a la realidad ni a la teoría. de por si. el ser superaotado Implica una anormalidad. detalladamente preparados. por el simple hecbo de serlo. que el hombre pro­ medio o normal. es decir un salirse de lo normal. 33-41. tipleo o del término medio. pero esa ¿normalidad. . — CONCEPTO DE DEMENCIA. en un símil usado desde hace un siglo. el demente es un rico empobrecido que aún en su miseria actual muestra restos del pasado esplendor. pero su gravedad es tal que arrastra a la personalidad entera. $8. la decadencia y destrucción de la capacidad intelectual.— La demencia es la “pérdida primaria y permanente de la inteligencia. que nunca tuvo experiencias dis­ tintas a las de su nativa pobreza. p. 299. peto ni aún el período de estado es asimilable al idiota o imbécil.CAPITULO III LAS DEMENCIAS 1. si bien esta certeza de irreparabilidad no es incambiable ya que puede progresar simultáneamente con la terapia. considera a la demencia como estado permanente e irreversible (*). (2) V: Psiquiatría Clínica M elena. Entre sus caracteres generales más notables están la pér­ dida de la capacidad de abstracción. La anormalidad intelectual es el punto de partida en las de­ mencias. Esta anorma­ lidad es lo suficientemente grave y ligada a tales lesiones como para considerársela irreparable. el idiota o im­ bécil es un pobre de siempre. pues. sin embargo-es mantenida por casi todos los auto­ res. adquirida des­ pués de los primeros años de vida y ligada a la existencia de lesio­ nes de los centros encefálicos” (Ó. El demente pierde la inteligencia. por ejemplo Noyes quien también. de crítica y autocrítica. de (1) Mira y López. p. Lo fundamental es. Psiquiatría. — 397 — . etc. alcohólica. postraumáticas. si combinamos estos caracteres de los tres tipos fundamentales de actividad psíquica — representativo. son cometidos descaradamente. es el menos peligroso desde el punto de vista criminal aunque sea el más grave desde el punto de vista psiquiátrico. la vida práctica desciende de nivel por destrucción de inhibiciones condicionadas (hábitos) y por debilitamiento de las inhibiciones conscientes o voluntarias. La persona sigue viviendo en la sociedad común. Cuando la persona es ya demente es lo corriente que se halle inter­ na en una institución especializada donde es difícil cometer de­ litos. la emotividad primitiva. senil. Suelen ser lo¡> parientes quienes. iniciarse de m anera insidiosa de modo que quienes rodean al anormal pien­ san más en rarezas que en auténticas anomalías peligrosas. frecuentemente por años. se nota la decadencia y desaparición de los sentimien­ tos más delicados adquiridos en la vida social. por lo demás. No reconoce como formas especiales las denominadas demen­ cias terminales. En lo afectivo. 302-303. Pero el peligro es mucho mayor durante el proceso que lleva a la demencia. de aso­ ciaciones lógicas. pp. de aprendizaje. En casi todas . el arte. sin el menor re ­ cato. encefalíiicas. en el estudio. resultante de un proceso.. p a re ­ ce readquirir nuevas fuerzas dominando el campo conciencial. puesto que falta en el sujeto una clara conciencia de su gra­ vedad. Mira cita las siguientes: Paralítica. epiléptica. la religión. sino también a las exigencias morales y legales: pueden caer en los mayores delitos y los más variados. Así es posible que un viejo demente se lance sobre su nieta para realizar un estupro. ligada a los instintos. es decir. arterioesclerótica. de ahí que el egoísmo animal se tome dominante relegando a las tendencias altruistas. ' ‘Estos. afectivo y volitivo— nos re ­ sultará explicable el porqué la conducta del demente sea no sólo inconveniente e inadecuada a las exigencias prácticas del medio ambiente. — 398 — . tumorales. clt. Ese proceso suele durar mucho tiempo. o asesine a mansalva a un familia--.concentración (atención) mental voluntaria. no buscan enseguida la atención (3) Mira y López. antes de que se tomen medidas preventivas. Por el contrario. en el sometimiento a las normas de la moral. ob. Al mismo tiempo. el estado demencial mismo. por prejuicios. En cuanto a las formas clínicas principales de las demencias. o realice un grosero acto exhibicionista sin encontrarse de ante­ mano excitado ni ofreciese signos que hiciesen sospechar tales acciones” (3). precoz.estas formas — habrá que excluir las demen­ cias postraumáticas— . de imaginación racionalmente dirigida. conducen a ataques contra las per­ sonas. el mal funcionamiento glandular. pero cuya con­ ducta es tolerada con el argumentó de que simplemente se ha in­ currido en chocheras o ligerezas propias de la edad. tendiendo a las distimias. sino de mane­ ra solapada y progresiva. sobre todo la denominada presbiofrenia que se presenta prin­ cipalmente en las mujeres y se caracteriza por amnesia grave y precoz y por confabulaciones. Entre los caracteres relacionados con el delito pueden citarse varios. confusión mental así como los estados depresivos que concluyen por dar a la personalidad rasgos paranoides. la herencia. sea en su fama — calumnias. el humor cambia. en cantidad y calidad. 2. las enfermeda des anteriores no totalmente curadas. etc. Entre sus características dominantes podemos citar: “cefalea (hipertensiva). En etapas más avanzadas. de daño. malhumor permanente. tiene con ella muchos sínto­ mas comunes que dificultan el diagnóstico diferencial. Hay un descenso natural de la^ actividades psíquicas.médica requerida. a su vez. a la que sirve de terreno adecuado. es típica de pérdida de la memoria anterógrada con conservación de la retrógrada. La demencia senil aparece en las personas de más de sesenta años de edad. de por medio está fe ignorancia. sea en su misma vida. insultos— sea en su integridad corporal. fatigabilidad mental. otras veces. actos contra natura. quizá en camino de una peligrosa demencia senil. los sentimientos ocasionados por el aleja­ miento de los hijos. entre sus causas. la imposibilidad de competir con los jóvenes. incremento anormal del mecanismo de proyec­ ción. las intoxicaciones.— DEM ENCIA SENIL Y A R TER IO E SCLER O TÍCA . como ejemplo. pbiofilia. son frecuentes los estados delirantes más variados. tales como exhibicio­ nismo. pueden involucarse en el mismo párrafo porque confluyen entre sí. !a excitación. de belleza y de fuerza causan delirios de perse­ cución. ------La de tteii arterioesclerótica suele coincidir con la anterior. Se distinguen algunas variedades dentro de la demencia senil.— Aunque distinguibles. La pérdida de situación social. están la decadencia corporal ge­ neral. en lo que sucede con los padres anciano*. la pérdida de los puestos ocupados. desconfianza del medio. Piénsese. violaciones. La avidez por riquezas y propiedades que puede llevar a delitos contra la propiedad. de celos que. Los sintonías suelen presentarse no de golpe. dificultad de concentración atentiva. La decadencia del poder sexual que ocasiona la aparición de actos sustitutivos. La voluntad decae así como la sentimentalidad moral. desempeñando gran papel los mecanis­ mos de autodefensa. encerramiento autístico. delirios de perse­ cución. malhu­ — 399 — . las crisis convulsivas son re­ beldes.— Hemos de dejar para más tarde el tratar de todos los caracteres distintivos de la epilep­ sia. alucinacio­ nes. abulia. Pero. Se ha insistido en la importancia que tienen los ló­ (4) Id. dificultades para la atención. etc. y sobre todo de insomio. 3. Dostoievski. des­ pués de éstos suele aparecer una fase confusional a cuyo término se instala la demencia. la viscosidad aumenta manifestándose en el propio lenguaje. especialmente de grandezas y persecución así como ilusiones y alucinaciones. 306. etc.— DEM ENCIA EPILEPTICA.. sobre las cuales se instalan con ocasión del trduma ■5. se presentan como consecuencia de traumatismos graves. üs corriente que se acompañe sintomato­ logia nerviosa. — 4 00 — . resulta natural que los tumores..— No son comu­ nes. en cuyo caso hay delirios. id. Las demencias traumáticas no es raro que se asocien con bases luéticas.— DEM ENCIAS PO STR A U M A TIC A S . Suelen asociarse estados de reblandecimiento cerebral y dege­ neración de las neuronas. Estes pueden explicarse también recordando que en la de­ mencia epiléptica se presentan delirios crónicos. Mahoma. La clásica lentitud de los procesos psíquicos. Pero tal lentitud puede ser de pronto seguida de un acelerámiento que da lugar a reac­ ciones explosivas durante las cuales se cometen los delitos más graves. p. vasomotrices (hormigueos. 4. etc. etc). se asocian con mala herencia y con alteraciones constitu­ cionales y concluyen por llevar a la persona hasta la demencia. disártricas. porque esta entidad abarca mucho más que la demencia epi­ léptica.— DEM ENCIAS TUM ORALES Y ENCEFALITICAS . hay epilépticos que nunca llegan a perder su inteligencia y que inclusive se mantienen como genios después de ataques convulsivos repetidos (César. calambres. como pronunciadas apenas. cambios de hum or. Hay descenso de la capacidad mental. éste se centra en el yo y su afec­ ción patológica. lleno de detalles y repeticiones y en el que unas palabras siguen lentamen­ te a las otras. disfásicas.mor y pequeñas alteraciones vertiginosas.— Ligada como se halla la actividad mental con los nervios y prin­ cipalmente con el encéfalo. En efecto. El carácter esencial es el estrechamiento de la conciencia. exclusivamente dentro del ámbito de ja lla­ mada epilepsia genuina o esencial. polaquiuria e inquietud y desorientación nocturnas” C).). infla­ maciones y degeneraciones del sistema nervioso repercutan en ¡a vida psíquica. amnésicas. en otros casos. El mundo exterior pierde interés. PA R A LÍTIC A . PRECOZ Y A L C O H O L I­ C A . Mira y López piensa que no hay necesidad de abusar de la denominación. ocasiona la aparición de personalidades amorales. p. * Es característica de las demencias tumorales la somnolencia. desde el punto de vista criminológico. caracterizada. Los enfermos de moría carecen de auto­ crítica y se comportan como niños mal educados. En los resultados demenciales de la neuraxitis epidémica más importantes. cuyas alteraciones patológicas son fuente de va* riadas anormalidades mentales. la cefalea y el entorpecimiento general del sujeto. junto con relajamiento de las inhibi­ ciones. toman a chirigota y a broma todo cuanto oyen. los ges­ tos y las actitudes. alterándose en ese sentido incluso el lenguaje y la entonación de la voz.. la esquizofrenia y el alcoholismo. En las neoplasias frontales puede producirse la forma demen­ cia! especial denominada moría. (6) Véase lo que más adelante se dirá sobre la encefalitis epidémica y sus posibles repercuciones delictivas. con la presencia de síntomas papilares y la progresiva aparición de los síntomas neurológicos focales. la sífilis y sus resultantes mentales. que suelen ser enten­ didas como estados a*que llegan muchos psicóticos después de lar­ go intemamiento. que las alteraciones intelectuales. se entretienen con fruslerías y. el descenso mental de los psicóticos se debe a simple falta de estímulos: cuando se los pro­ porciona. 6 — D E M E N C IA . clt. En cuanto a las demencias terminales. pp.— R EM ISIO N A O T R O L U G A R . (7) V: ob. como ya sabemos. 312. la actividad mental retorna. respectivamente. con ánimo jocoso y predisposición al chiste malo y a la ex­ travagancia constante. son las del carácter: un acrecentamien­ to de los impulsos primarios. por la regresión del sujeto a un estado mental parecido al de la niñez.bulos frontales. se hallan dis­ puestos a jugar como si fuesen niños de escuela” (5). ob.— Estás formas clínicas se­ rán tratadas con la extensión requerida en los capítulos destinados a estudiar. — 401 — . ctt-. o se trata de procesos dcmenciales que ya lo eran desde un princinin í7V (5) Mira y López. capaces de cometer los más variados delitos (6). generalmente. a pesar de su edad. 311-312. . su lim ite con la normalidad es tan difuso y fluctuante que suelen presentarse discrepancias notables entre los mejores especialistas. porque el ámbito ocupado por ésta es de los más amplios e inprecisos. — 403 — . que se encuentran en la amplia zoni li­ mítrofe entre la salud y la enfermedad mental y que se manifies­ tan por desadaptaciones continuas o repetidas en forma recurrente. Hemos querido transcribir in extenso la noción que du Noyes acerca de la personalidad psicopática. aunque vago. 437. se busca diagnosticar — e»pe(1) Noyes en su PmiqaUtria Clfnlca M etan .— QUE SON LAS PSICOPATIAS. son incapaces de parti­ cipar en relaciones sociales satisfactorias o de someterse a las nor­ mas comunes de determinada cultura.C A P IT U L O IV PSICOPATIAS I. es un término conveniente para ciertos problemas y transtomos de la personalidad que no están clasificados de ninguna otra manera. muchos la consideran como una designación sin significado. para no ha­ blar de las multiplicadas diferencias de opiniones cuando. p. Debido a que hay diferen­ cias de concepto acerpa de lo que constituye la desviación psico­ pática y a que suá características y límites clínicos no están clara­ mente definidos. sin embargo. demasiado amplio y usado con frecuen­ cia de manera incierta. sin los rasgos sintomáticos de las neurosis o de las psicosis” ('). des­ cendiendo de las frituras teóricas.— ’ Personalidad Psico­ pática es un término aplicado a varias anomalías y deaviaciones de la estructura de la personalidad en individuos que no son ni psicóticos ni débiles mentales y que. Si bien los estados psicopáticos pueden ser un paso hacia una psicosis análoga a la que luego se llega (por ejemplo. p. lo que origina con­ diciones propicias a la desadaptación social. Más adelante ad­ vertirá que su aparición precoz obliga a relacionar la psicopa­ tía con bases heredo-constitucionales y que esa anormalidad es compatible con una inteligencia superior (p. — 404 — . los psicópatas constituyen el 70% de los reclusos (4). pe­ ro esta forma de razonar no debe generalizarse pues llevaría a con­ cluir que una persona es psicópata porque delinque y delinque porque es psicópata. engendrándose entonces alteraciones de la conducta. El mal funcionamien­ to psíquico proviene precisamente de falta de armenia dentro del mecanismo psíquico y de objetividad en relación con el mundo externo. aún por el profano. 316). 384-403. para él. por tanto. Compárese tam­ bién con lo que dice Abrahamsen y las muy dispares opiniones que cita en Delito y Psique. 170-173. La psicopatía. Di Tullio calcula que. ■ (4) Principios de Crlmtaologfa '3nl i y Psiquiatría Forense. 315). es un inadaptado social y. pp. dada por Mira y López (Palqmiatria. las personalida­ des psicopáticas ‘viven en un inestable .equilibrio intrapsiquioo. sobre todo si es reincidente.cialmentc con fines procesales— los casos concretos (2). descrip­ ciones. con la siguiente. más o menos aparatosas. generalmente muy minuciosas a fuerza de querer ser exactas (’). Pero esta afirmación no está universalmente apoyada por otros datos. desde el punto d¿ vista psicológico. (3) Puede compararse la definición de Noyes. Esta misma impresión dificulta el saber cuál es el porcentaje en los psicópatas contribuyen a la delincuencia general. Hay un hecho y es que ellos constituyen materia de la mayor parte de las consultas que se hacen a los psiquiatras en los procesos penales. Uno de los equívocos que pueden presentarse con­ siste en considerar que todo delincuente grave. 61. no se refiere esencialmente a alteracio­ nes intelectuales. pero cuyo común denomina­ dor es el de no alcanzar (ni por su gravedad ni por su persisten­ cia) un grado tal que requiera un intemamiento prolongado del sujeto. pp. eso sí. V: Psychodynamfcs of Abnormal Behavior. han de encontrarse en los tratados. p. más que definiciones. lo que muestra un círculo vicioso inadmisible. por privarle de su lucidez de comprensión y razonamien­ to (discernimiento) y hacerle irresponsable*. fácilmente perturbado cuando las circunstancias ambientales se hacen desfavorables. del es~ (2) Pueden sacarse muchas conclusiones. Ciertamente la inadaptación es un criterio que puede permitir que se reconozca una psicopatía. sino más bien de los sentimientos y del caráctc'(dentro de lo que este aislamiento tiene de aceptable supuesto ¿I funcionamiento articulado de la personalidad). del be cho de que un autor de la categoría de Brown. Por eso. englobe el estudio de las psicopatías dentro det título anormalidades del carácter. un psicópata. Las clasificaciones intentadas de las psicopatías son suma­ mente discrepantes entre sí.— Tipos de psicópatas histéricos.— Tipos de psicópatas pendencieros. explosiva. compulsiva. .— Tipos de psicópatas amorales” (Cit.— 1. cosa que no hace.— 3. autores hay que se limitan a una mera enumeración.— Tipos caracterológicos psicopáticos: 1— Tipos de fantásticos y pseudäogos. Este es uno de los asuntos más difíciles cuando se trata de de­ term inar la imputabilidad de los psicópatas ya que la anormalidad de éstos no se presenta en todos los casos con igual intensidad. hemos de atenem os a las formas de presentación que acepta M ira y López. aquéllos no pueden ser califica dos de enfermedades strictu sensu.— Ü. Mira López Pero está de acuerdo con él en el tipo de psicópata confabulador. eso sucede por ejemplo. cicloide. fanáticos. 2. Tipos de psicópatas esquizoides.— Tipos de psicópatas sexuales. Tipos temperamentales psicopáticos: Tipos de psicópatas cicloides. querulantes. tanto en su Psiquiatría como en su Manual de Psicología Jurídica (5).— Tipos de psicópatas complejos: 1. i (6) Von Rohden ha intentado uaa clasificación de los psicópatas cri­ minales. motivo por el cual. IV.— Tipos de psicópatas inestables. perversa. Por nuestra parte. his­ térica. 3. con la personalidad confabuladora. Este autor admite los siguientes tipos de personalidades psicopáticas: Personalidad asténica. incluye como tipo especial a los psicópatas sexua­ les. 2. sensitivoparanoide. Por su interés criminológico. — 405 — . Como se verá. añadiremos las psicopatías sexuales. p. 66). 2. por razones que luego veremos. Parece lo mejor el no dar reglas aplicables a todos los casos sino resolver el problema ante cada situación personal. hipocon­ dríaca y confabuladora (6). pa­ ranoides.— Psicópatas instintivos: 1.— 2. dejando a los especialistas el resolver tan difícil tema.quizoidismo a la esquizofrenia). m. por Mezger: Crladnsl»gía. inestable. en ausencia de ra­ zones que inclinen a aceptar más bien una que otra. Tipos-de psicópatas explosivos y epileptoides. <5) No se enumeran los mismos tipos en ambas obras aún tratándose de personalidades que tienen relieve criminológico.— Tipos de psicópatas impulsivos. en los siguientes grupos: I. esquizoide. — PE R SO N A LID A D CO M PULSIVA. cuando no obra por falta dé decisión voluntaria.— P E R SO N A LID A D ASTE N IC A. en lo que a falta de Bodones externas se refiere.— El medio que nos rodea provoca en las personas normales reacciones proporciona­ das en cuanto a intensidad. tipo puro — a quien usualmente llamamos flojo o indolente— existe. Pero estos últimos casos son excepcionales. se contraponen y anulan mutuamente. bajo presión de ciertas circunstancias. Fuera de les casos en que delinquen durante accesos de mal­ humor o nerviosidad.— En ella.— P E R SO N A LID A D E XPLO SIVA . la influencia de la escuela psicoenalítica ha logrado que. El paso al esquizoidismo se verifica en los asténicos que se encierran en sí mismos. en el asténico no existe esa propor­ cionalidad. manifestándose entonces en acciones notables por su duración e intensidad.2.— Si bien es un ti­ po discutido y a veces asimilado a otras psicopatías. por el otro — contraposición de “ello” y “super yo". tenemos la psicastenia. se le conceda puesto propio. Si bien el. pero hay que agregar que en los momentos de descontrol de fuerzas. es el polo opuesto de la personalidad asténica. Sobreentiéndase que no por falta de fuerza. Su rasgo característico es el exceso de compulsiones. Se puede decir que. 4. eo ésta la respuesta es menor que el estí­ — 406 — . sino porque aunque ellas son poderosas. Impulsos a obrar por un lado. también se dan algunas derivaciones. como si se careciera de fuerza necesaria para llevarla a cabo. se inclinan más a los delitos de omisión que a los de comi­ sión. se llega a la neu­ rastenia. la criminalidad se acerca más bien a la de los explosivos. en cierto sentido. dentro dei vocabulario del psicoanálisis— . que es el principio de la acción. más a los delitos culposos — negligencia— que a los dolosos —con in­ tención voluntaria de hacer algo— • 3. priman la reacción rápida. como en la astenia. atando los instintos vencen toda resistencia. Sin embargo. las fuerzas impulsivas que son lo suficientemen­ te poderosas como p a n vencer toda resistencia moral y manifes­ tarse en conductas violentas. a la de los asténicos. las conductas criminales de los asténicos no son de tipo violento o que suponga acciones vigorosas y dura­ deras. La criminalidad de los compulsivos puede ligarse. Así. lo que conduce a la parálisis de la acción. desde el punto de vista de la forma de culpabilidad. pues la respuesta es insuficiente. de manera cada vez más corriente. crí­ ticas continuas y detallistas. Hay abulia. preocupándose continuamente de él. cuan­ do el asténico se fija principalmente en el funcionamiento de su organismo. una de las fuerzas puede escapar. perseguidos un momento. 2)7. el que pretenda lucirse con ellos ante los demás. 5. mutile y descuartice. ma­ ñana es abandonada por otra. la inte­ gridad corporal. Di Tullio. p. Su criminalidad destructiva se dirige contra la vida. es verdad que no cabe una asimilación. Esta forma (7) V: Patqniatrfa. la mantenga mientras sea necesario e inhiba todos los estímulos y obstáculos perturbadores. manteniendo secretos que sabe o cree saber. Este tipo de personalidad ha tenido mucha importancia en la historia de la Criminología. en la explosiva. eventualmente. con alegría y entusiasmo. la respuesta es mucho mayor que el estí­ mulo. empero. hace notar Mira López que en estos individuos persisten muchos caracteres infantiles (7). — 407 — . pues se recordará que Lombroso le dio lugar especial. Los inestables lo son en sus ideas. De ahí que un explosivo que ataca a cuchilladas a una persona le infiera decenas de heridas. Como dice el mismo autor. en realidad. en sus gustos.mulo. destrucción de objetos. La fuerza psíquica y vital se desparrama en múltiples ob­ jetivos que. lo hace un agente que desencadena muchos conflictos sociales. cae en hurtos para satisfacer sus necesidades. etc. provoca incendios. entonces más atractiva. Emprendida hoy una actividad. 322. junto al epiléptico puro. en la explicación de la criminalidad natural o nata. a veces las grandes explosiones son desencadenadas por es­ tímulos baladíes.— Es característica la falta de persistencia y de tenacidad en los distintos aspectos de la vida. Ma— I áe P * ih |fc i JOídles. observa que el inestable no tiene condiciones para permanecer en un trabajo. por su parte.— P ER SO N ALID A D INESTABLE . por lo cual. Falta una voluntad bien formada que encamine la actividad en determinado sentido. ésta no es sino una exteriorización de aquéllos. el que el inestable se meta en todo y sea incapaz de contenerse. u otro. la que lue­ go caerá también en el abandono. siga rastrillando el disparador de un revólver aunque se hayan terminado las balas. Este rasgo — la violencia de las reacciones— . Con razón. a cuyo compás varía. p. en sus sen­ timientos. como si la ola impulsiva arrastrara todo resto de con­ ciencia. u otro. actuándose durante algún tiempo de modo puramente animal. son abandonados antes de haber sido alcanzados del todo. fuera de serlo en su conducta. • Los delitos que cometen son generalmente graves y hasta brutales. lleva a que muchos autores denominen a esta personalidad “epileptoide” pues hallan parentesco entre la conducta de ella y la diel epiléptico. de responsabili­ dad— puede llevar a los inestables a variadas formas delictivas. clt. Como que en ellas se presenta la máxima propensión a ser hipnotizadas. 6. Y es que la histeria es mültifacética — camaleónica. se ha señalado como notable característica. la deno­ minada idioplastía. esas exageraciones son parte de la vida corriente del histérico. es decir. (8) V: Trattato di Antropología Crimínale. por medio de hurtos. « llegar al máximo de sugestión. (10) Mira y López. unido a la falta de capacidad crítica.de anormalidad se encuentra mucho entre vagos. delitos culposos y omisivos. La inadecuación al mundo se demuestra por la furnia teatral que tienen de actuar en el mismo. El descenso se nota prin­ cipalmente en el poder de crítica acerca de lo ajeno o lo propio. esto. la conducta del histé­ rico obliga a suponer que en él priman los mecanismos incons­ cientes e instintivos. en energía física (manifestada en formas de acciones o inhibiciones muscu­ lares. dicha anormalidad. (9) Ob. p. aún el más "natum i” exagera en el escenario. hace de los histéricos personas fácilmente auto y heterosugestionables.— He aquí una de las personalidades sobre la cual más se ha especulado en los tiempos actuales. 299. Pueden llegar a afirmar como reales. es decir. Descenso de nivel en la vida psíquica. De ahí también que puedan desdoblar su personalidad. la deno­ mina Moglie (9)— .— P E R SO N A L ID A D HISTERICA. pequeñas estafas. contracturas y parálisis”) (10). p. de domicilio. los que a continuación se enumeran. principalmente contra la propiedad. — 408 — . “que consiste en una mayor facilidad para la conversión del potencial psíquico de las tendencias. hechos que simplemen­ te han fantaseado. principalmente a través de la influencia ejercida por Charcot y por Freud. pp.214. está disociada y su cír­ culo de intereses se reduce. el subra­ yado proviene de allí. Se han dado como caracteres. mendigos y pros­ titutas (s). 441-442. el foco de la conciencia se estrecha. La falta de crítica y el estrechamiento conciencia! permiten explicar por qué los histéricos — en lo cual se parecen a los ni­ ños— confunden con frecuencia el plano subjetivo con el obje­ tivo. La conciencia distinta a la normal. combinada con la forma de vida — cambios continuos de trabajos. Por fin. Todo actor. peque­ ñas falsificaciones de comerciantes ambulantes.. multicaracterizable y capaz de presentarse en muchos grados de gravedad. sobre los conscientes. Manaal de Paleología Jnridica. etc. así como a mentiras. por supuestos delitos contra la honestidad. el his­ terismo se asocia con condiciones anormales referentes al impul­ so sexual. si una mujer histérica. (idiopiastia). perjurios y estafas. También es criminalmente relevante el caso en que el psi­ cópata histérico es víctima. a la calumnia. Por ejemplo. el gusto por las denuncias falsas. por ejemplo. mimado hasta cierto mo­ mento. pues entonces. un gol­ pe en el brazo puede causar una parálisis de tipo histérico. llevada por sus propios deseos. Como muchas veces. p. pronto se convencerá de que así ha sucedido en realidad y denunciará al supuesto violador. etc. cuan­ do desean (plano subjetivo) ser mimadas o muy cuidadas por una persona y se teme que ella no lo haga. en el capítulo de la Biotipolo- (11) Sobreentiéndase que la actuación no obedece a un plan cons­ cientemente elaborado sino a direcciones inconscientes que.— P E R SO N A LID A D C I C L O I D E L A PERSO N ALI­ D A D E SQ U IZ O ID E . son más difíciles de dominar voluntariamente. c ree. ¡Cuánto de eso sucede cuando alguien. 7. lo lleva fácilmente a injurias y calumnias. ciertamente no se trata de las características típicas del histérico. vómitos. por ejemplo. Tanto más que. Su incapacidad de distinguir entre mundo interno y externo. Las ladronas de almacenes y las mecheras suelen ser histéricas en su inmensa ma­ yoría” (l2).Hasta dónde es difícil distinguir la corriente aptitud idioplástica con la anormal del histerismo.estar en peligro de perder su situación privilegiada! La delincuencia de ios psicópatas histéricos es variada aun' que no siempre de la más grave. por autosugestión oueden llegar a sentir algunos síntomas del embarazo y hasta náuseas. “ La crimina­ lidad histérica está caracterizada por la tendencia a cometer hur­ tes y estafas. pero que no son sino armas para lograr la finalidad perseguida! (u ). Si el p’»n es conscientemente elaborado. * — 409 — . 295. por eso. lle?a a ima­ ginar que un hombre la ha violado. según ha demostrado la práctica. (12) Weygandt.— Al tratar. por ju rar en falso y m entir a todas horas. Psiquiatría Forense. a la ofensa y escritura de anónimos. los daños pueden apa­ rentar ser mayores de lo que realmente son. ¡cómo surgen dolores re­ pentinos. livideces o palideces que manifiestan cierta indisposición. por la afición a los arrebatos pasionales. no son raras las falsas denuncias contra tal o cual per­ sona. puede deducirse de expe­ riencias que poseen aún las personas normales. golpes que paralizan momentáneamente y hasta sudores. discute dé onme re scibile. tesulta también explicable el desarrollo que adquiere la proyección. Por otra parte. la personalidad paranoide lo es en relación co¡> ideales políticos. Nos remititnos a lo allí dicho.gía. ca­ lumniándolo o agrediéndole de hecho. puestos a la tarea de justificar todo lo que cree. el individuo se cree envidiado y malquisto por los demás. es testarudo. reaccionará pronto contra el perseguidor. como consecuencia. de ello resultan de litos políticos repetidos en que la testarudez del criminal no cedo ni ante los hechos directamente contrapuestos a las doctrinas qu* defiende. a quienes supone siempre dispuestos a atacarlo de variadas maneras. los raciocinios suceden a los ra­ ciocinios. sus supuestos inventos. llega no despiertan remordimientos en él. Demás decir que los actos antisociales y aún delictivos a que algunas vece. hace y dice. dependiendo la forma de reacción de la manera en que el delirio de persecución se combina con otros elementos constitutivos de la personalidad. 8. la elaborada por Krestschmer. ya murm urando de él. conforme a la errada intención del sujeto. como las ob­ servaciones de los demás las interpreta como tendientes a evitar que realice obras valiosas. El paranoide da la impresión de pensar brillantemente y mu­ cho. Otras veces. porque previamente los ha racionalizado y convertido en mera legitima defensa. Pero la anormalidad del paranoide consiste en que ta­ les encadenamientos de juicios marchan por senderos anormales. a deprimirlo y menguar su Dersonalidad. Cuando se trata de defender sus propiedades. En éste. dimos suficientes detalles acer­ ca de estas dos personalidades. es desconfiado. El tipo de delirio de que sufre el paranoide marca el tipo de delito y de actividad a que se dedica. frecuentemente extremistas. no como enjuiciados sino como — 410 — . En este grupo. como el m undo está contra él. Si se cree un perseguido. Como cree que todo se refiere a él. ya sea iniciándole jui­ cios por supuestos daños. tanto desde el punto de vista de la biotipología general. sus ideas. en su posición de centro de los demás.— P E R SO N A L ID A D SE N SITIV O PA R A N O ID E . da razones para sostener todos sus puntos de vista. que todo tiende a dañarlo. son los estrado? judiciales. te­ miendo siempre ataques. Un lugar donde los paranoides serán encontrados con fre­ cuencia. .— El ya es hipertrofiado y se convierte en centro del universo en estas personalidades. podemos incluir a los multireincidentes que atribuyen sus condenas a que jueces y policías les tienen mala voluntad. se hallan su­ mamente desarrollados los mecanismos de raci nalización. injuriándolo. como de la aplicada al estudio de la delin­ cuencia. es persona susceptible. “De igual modo que existen personas incapaces de distin­ guir ciertos colores y afectadas de lo que se llama daltonismo. intelectuales o morales. donde el tema es ampliamente desarro­ llado. careciendo de oído musical. 429-437. pero sí a menudo. ec Jas pp. “Hétenos llevados. mientras que no existe rastro de facultades m orales”. los lleva a iniciar juicio tras juicio. pues vimos el relieve que le concedía Maudsley y cómo Lombroso su­ puso que la personalidad perversa — el loco moral— constituía una explicación de la criminalidad nata. por ejemplo. tal sucede. que la inteligencia es sumamente aguda. 23 252. una locura. La creencia de haber sido perjudicados en sus inte* rcses materiales. El primero de los auto­ res nombrados. hay gran probabi­ lidad de que el crimen sea llevado a cabo” (l4). por un lado. y que por consecuencia. Maudsley: El Crimen y 1« Locura. al referirse a esta anormalidad. acompañado de una disminución intelectual mayor o menor. persistiendo en ellos con tenacidad exagerada — o. (14) H. en oca­ siones. sí la inteli­ gencia no es lo bastante fuerte para convencerla de que. (13) V: Trattato. pp. 78-79. Una persona que carece de sentido mo­ ral es naturalmente apta para term inar en criminal y. Di Tullio insiste mucho en la aptitud de los paranoides para todos los delitos en que el engaño bien fundado constituye la par* te fundamental.— P E RSO N A LID AD PERVERSA . esto es. sucede asimismo.— He aquí otra de las anormalidades que tiene larga historia en Criminología. por otros.enjuiciantes. pp. de ser considerado por las mujeres. hay personas que carecen de sentido moral. son incapaces de distinguir una nota de otra. decía. con el deseo de brillar. La locura mo­ ral es analizada de manera especial en esa obra.in en los casos en que exista un punto real de apoyo de las preten­ siones— . El autor italiano hace notar lo bien que se combina esta capacidad para engañar y convencer. Este defecto es no siempre. y otras. — 411 — . en muchas estafas. para facilitar la comi­ sión de estafas matrimoniales y bigamia (u). a tratar del parentesco del crimen con la locura. 9. el crimen no tendré buen évito. según el 'más bajo cálculo. en fin de cuenta. Sentencias contrarias a sus peticiones originan apelacio­ nes inmediatas y graves y calumniosas acusaciones contra los jue* ces a ouienes estiman integrantes de la gran conjura. como por la mano. asi. (17) IbMem. en efecto.“ )• Y lo mismo decía Nerio Rojas en su ponencia. p. en este tema. sino a sectores bien delimitados de los mismos. 196-201. (19) V: Psiquiatría. £1 prof. se le dedicó una sesión especial Las discusiones mostraron discrepancias de detalle. 169-173. si bien insistía en que aquél calificativo se reservara p a­ ra quienes sufrían perversiones en los instintos éticos y sociales. Mira y López observa que la con­ ducta — no inmoral. es usual que en las cárceles un homi­ cida no experimente mayores remordimientos por haber matado. H. I. ni siquiera por autores contemporáneos.Si bien esta anormalidad ya no puede ser enfocada con el criterio y alcances de Lombroso. p. la consideraba inclinada al delito y la reincidencia (. 290). 1turra. p. Prueba de ello es que. de daltonismo moral. a que la patogenia no es siempre igual. por ejemplo. pero todos estuvieron de acuerdo en que la personalidad perversa es sumamente proclive al delito. (16) véanse las Actas. otros delincuentes ladrones. sin embargo su importancia cri­ minológica relevante es hoy reconocida de manera general (*’). la no­ ción de personalidad perversa se amplía. pp. pero no en otros ( ís). Pese a lo dicho. por su parte. la verdad es que no resulta fácil caracterizar claramente al perverso o amoral. 5) todavía considera al "loco moral” un equivalente del criminal nato de Lombroso. (18) Ibidem. todavía habla de la “inmoralidad constitucional del criminal nato” (Introducción a la Medicina Legal. 324. 134. p. para estos casos. p. en el Seminario Latinoamericano de Criminología. pero agrega algo que tiene el valor de una observación digna de ser tomada en cuenta: a veces la ceguera moral no se ex­ tiende a todos los valores. — 412 — . la práctica muestra casos en que la conducta perversa causa en la persona que la ha llevado''a cabo la misma satisfacción causada por los impulsos instintivos satisfechos cuyo choque con las normas mo­ rales no se percibe. Gajardo (Medicina Legal. aceptarán con tranquilidad sus crímenes contra la propiedad pero sostendrán que sus ma­ nos jamás derramaron una gota de sangre aiena. pero que se indigne sinceramente cuando se le acuse de haber robado. por ejemplo. 150. eso se debe. parece tenerse una incapacidad innata (15) Pero la concepción lombrosiana no ha sido totalmente abando­ nada. Ferri ya ha­ blaba. también del mismo autor: Medicina Legal II. no obstante la buena inteligencia y educación. sino amoral— puede deberse a tres razones especiales: 1) la excesiva fuerza de los impulsos instintivos anti­ sociales. 2) la carencia o enorme debilitamiento de las inhibiciones y 3) la ausencia de sentimientos morales (I9). V: El Homicida pp. 131-154. así como otros en que. pero no puede dudarse de que esa triple patogenia es admisible. de este modo. pp. Rubino. en parte. mal ejemplo. p. sin sentir ni demostrar remordimiento por lo que ha hecho. hay casos en que ni existen fuertes impulsos a la acción antisocial. el pudor.. 113. Hay que anotar lo temible que es esta personalidad. es el propio autor quien considera que para que aquélla exista. que los actos perversos no tengan una utilidad primitivamente biológica. — 413 — . sólo las circunstancias particularmente adversas o el temor a las con­ secuencias podrán alguna vez detenerle. sin sufrir tampoco ningún déficit intelectual suficientemente marcado para explicar su conducta por un defecto de capacidad de juicio m oral’’ (“ ). Gemelli. de inhibiciones y la hipertrofia de los impulsos primitivos se asocian por definición. se requiere: “ 1) que su grave perversión moral no sea incidental sino permanente. Sin embargo. por otro se impone la necesidad de darle límites. es decir. que se nos muestre perfectamente normal en todos sus restantes aspectos. lo que ouéde deducirse al Estudiar sus características y pensar lo poco que hoy !a ciencia puede influir en ellas (21). que tiene úlceras o cáncer. la inte­ gridad corporal. simplemente porque dicha acción es llevada a cabo sin sentir remordimiento alguno. sin ver su lado inmoral. etc. aunque justamente ampliada la noción de peí** sonalidad perversa. con extensión. habida cuenta de que su carencia de sentido moral. que el corazón su­ fre ataques. En la prisión. cuando no superior. La Penoaalitá del Delinquente etc. el hipocondríaco cree estar continua­ mente enfermo. La capacidad delictiva de la personalidad perversa es prácti­ camente ilimitada. con una inteligencia normal. Durante el juicio hará gala del mayor cinismo.para crear inhibiciones. etcétera) y. allí se encuentra igual­ mente expuesto el discutido y discutible tierna de la imputaudad o inimputabilidad de los locos morales. pp. 2) que no se halle justificada por un factor de am biente (defectuosa educación. locura maníacodepresiva. ni se busca poner en marcha las inhibiciones. por consiguiente. por un lado.) bien clasificable. ataca la fama. que el hígado no marcha bien. como quien se toma un vaso de agua. Suele plantear verdade­ ro: dolores de cabeza a los médicos ante quienes acude continua­ (20) Manual de Psicologia Jurídica. en fin. son difícilmente corregibles. la propiedad. nece­ sidades vitales insatisfechas por un régimen económico opresivo. 3) que el sujeto no sufra nin­ guna otra psicosis (esquizofrenia. la vida ajenas sin mayores consideraciones. 265-270. 10 PE RSO N ALID AD H I P O C O N D R I A C A El núcleo á¿ esta anormalidad es la excesiva preocupación del psicópata por la marcha de su organismo. (21) Sobre esta personalidad. confundiendo los planos real e imaginativo en uno solo: el denominado plano <j!n ensueño (reviere de los franceses)" (H). creemos que la concordancia existe. Sin embargo. pero concluimos por convencemos del todo por influen­ cia de causas emocionales que nos inducen. sabemos que esa concordan­ cia no existe. pues. en cuyo caso se presenta la conocida in­ versión del nerseguido-perseguidor. Generalmente de escasa voluntad y de poca inteligencia. pues llegan a tener fama de imaginativos. se co­ rre siempre el rieseo de atribuir la conducta de éste a premeditad. a afirmar que así lo es efectivamente. razón por la cual es posible que se originen delitos de omisión y culposos. víctima de las más variadas do­ lencias. no tiene capacidad para urdir grandes construcciones lógicas para sostener lo que dice. pero la afirmamos. Subrayado en el original. aue dependen de su propio autoeníaño.— La verdad de una afirmación consiste en que entre lo que en ella se dice y la realidad exista plena concor­ dancia. Imagina algo y luego lo va contando como realmente sucedido. desde el punto de vista de juez. El riesgo es particularmente alto dadas las formas delic­ tivas en que el pseudólogo cae corrientemente.mente ccmo enfermo imaginario. Otras veces. luego. el enredo puede ser fácilmente descubierto sin que el mitómano in­ sista en él. se caracteriza por el exceso de confabulaciones. el nombre dado al proceso en virtud del cual una tendencia afectiva se satisface artísticamente. p. CONFABULAD O­ RA O PSE U D O LO G IC A . Más bien la excesiva preo­ cupación por la marcha de! propio organismo puede ocasionar des­ cuido en el cumplimiento de ciertos tareas y deberes. una mentira. La criminalidad de estos psicópatas no suele ser grave. A veces. 214. mitómana o pseudológica. __________y (22) Mira y López: Manual de Psicología Jurídica. calumnias. A esto se llama confabulación: “confabula­ ción es. porque no existe una maldad de fondo en lo que dice. Es frecuente que no se Ies conceda gran crédito por las personas que los conocen. testigo o per­ judicado por las actividades y habladurías del pseudólogo. La personalidad confabuladora. que son difama­ ciones. — 414 .. atribuyendo los propios su­ frimientos a actos ajenos. sólo estamos parcialmente con­ vencidos. 1 1 PE R SO N A L ID A D M IT O M A N A . sin que asi sea: entonces nuestras afirmaciones no son verdaderas. Otras. a me­ nos que se mezcle con ideas de daño. aquí hay ánimo de engañar. primero a querer que la realidad sea de cierta manera y.! maldad y no a simple incapacidad para distinguir lo real de la ima­ ginario. sino erró­ neas: hay una equivocación. engaños. etc. es decir. para dem ostrar que está mejor enterado que los demás). 12. agregue­ mos (J4). en k ¡ual sin duda se acierta.Nerio Rojas dice que los confabuladores puede delinquir por varias razones. por vanidad (por ejemplo. en ej Maraal citado. 5 alcohólicos y ¡3 psleóticos. II. como lo hace el autor espa­ ñol. (25) El autor español al que principalmente nos atenemos. según dijimos. p. sino más bien perversa.— PSIC O PA TIA S SEXUALES . no construye grandes razonamientos para sos­ tener sus afirmaciones y ante los argumentos contrarios se desdice fácilmente. el pseudólogo. 8 neurasténicos. pp. corrientemente tiene voluntad e inteligencia muy superiores a las del confabulador y sostiene su punto de vista con­ tri1 los argumentos contrarios con habilidad evidente. v. — 415 — . Por difícilmente corregibles. el perverso. como ya dijimos en su lugar: pero no todo confabulador es un histérico. 13 degenerados. tiene otros ca­ racteres propios. (23) V: Nerio Rojas. 182. ob. (24) Criminología. ni en su Psiquiatría ni en su Manual citado concede puesto autónomo a las anormalidades sexuales.— Las psicopatías sue­ len presentarse mezcladas entre sí y sumadas frecuentemente a anormalidades sexuales. la mayor parte de los auto­ res reconocen la existencia de psicopatías sexuales autónomas a las cuales es preciso dar un lugar aquí no sólo siguiendo lo que hacen la mayoría de los psiquiatras sino también por el particular relieve que esas anomalías cobran en el terreno de los delitos (:’). el Maaaal citad». pero es algo más. insistir en que la mitomanla constituye una entidad especial que hay que distinguir de otrafc. los que precisamente los llevan a sus errores. cü. 214. pp. 15 imbéciles. “son hombres en los que la estafa de otras personas y la autoestafa se mezclan de modo inseparable y que precisamente por ello aparecen como es­ pecialmente peligrosos”. 21&-216.. como puede deducirse so) indo bien los caracteres diferenciales de ambas personalidades. que obra mal sabiendo plenamente lo que hace y el ddño que causa. una nueva diferencia podríamos encontrarla en el he­ cho de que los pseudólogos son personas de fuertes sentimientos. pues en este caso ya no existe una personalidad mitómana. para el diagnós­ tico d ici . Conviene también. Sin embargo. principalmente de la histeria: todo histérico es confabulador. p. mientras el perverso se manifiesta corrientemente como persona fría y calculado­ ra (2J). 18 eran epilépticos. puede verse en una estadística presentada por Weygandt: de 86 exhibicionistas estudiados. Hasta qué punto ellas se ligan con otras. Mezger considera que los mitómanos dan buen porcentaje de los multireincidentes en estafas matrimoniales. pero es discutible que otras razones sean la malicia y la perversi­ dad. compárese con lo que dice Mira y López. Por lo demás. 72-73. a fin de lograr el objeto en el cual descargar el impulso. etc. — 416 — . dan opor­ tunidad de caer en varios artículos del código penal.Las anormalidades pueden ser cuantitativas o cualitativas. como por ejemplo la corrupción de menores. 486. le satisfacción es lograda mediante contactos con personas del mismo sexo. etc. aún donde no están tipificados como delitos especiales. los escándalos ligados a actos deshonestos. Las formas de anormalidad cualitativa son sumamente nu­ merosas y tienen por característica el no estar siempre ligadas con delitos contra el pudor ejeno. eso es principalmente verdadero . Précis. celestinaje. Si. los delitos en que se ma­ nifiesta son esencialmente sexuales. produciéndose así violaciones. la integridad corporal. etc. los órganos sexuales. El masoquismo se caracteriza por la relación entre la satis­ facción sexual y el dolor propio. en el segundo. la vida y la propiedad. toma­ dos en cuenta por la mayor parte de las legislaciones penales.. si bien más pro­ bablemente como defensa orgánica adquirida que como causa de la prostitución. Los actos hom*osexuales. Entre las anorm alidad» cuantitativas se hallan los extremos de hipcrsexualidad y frigidez. El exhibicionism o es la anormal tendencia a exhibir en pú­ blico. desde los irrelevantes que muchos ni siquiera califican de anormales. principalmente de sadismo y masoquismo. el de la fri­ gidez suele encontrarse mucho en las prostitutas. (26) V: Barbé. este dolor puede ser físico o mo­ ral. hasta los causantes de heridas graves. En él hom*osexualismo. p. en el primer caso. estas anormalida­ des sexuales se dan más en el hombre que en la mujer (Z6). no es raro que se combine con formas perverti­ das. a veces basta éste para que aquélla se produzca. Los actos sádicos ocupan toda una escala. corrupción de menores. usualmente no existe gran relevancia cri­ minal porque no se llega a extremos. El otro extremo. suelen pre­ sentarse casos de corrupción de la mujer. de muertes sanguinarias y des­ cuartizamiento de las víctimas. en general. preferentemente ante personas del otro sexo. En el sadism o la satisfacción sexual completa es lograda só­ lo ante el sufrimiento ajeno.cuando se trata de las formas más vio­ lentas y criminales del sadismo. sino también contra. seduc­ ciones. La prim era se llama satiriasis en los hombres y ninfomanía en las mujeres. designándose usualmente estas últimas con el nombre de perver­ siones o aberraciones del instinto sexual. sino cuando éste es parte del cuerpo. Peto sí la tiene la pedofiíia. — 417 — . el caso de los transvestitistas. se trata de un ale­ jamiento tan grande de las metas normales y de las formas del acto sexual. lo que da lugar a múltiples formas delictivas. los cabellos. en los cuales la sa­ tisfacción sexual se liga con la necesidad de vestir ropas del sexo opuesto. Sin embargo. por an­ sia de apoderarse del objeto fetiche. la H 1*” 1« de­ lictiva principal es hada kw delitos contra la propiedad. que sólo pueden ser atribuidas a graves alteraciones mentales. o dirección del instinto hacia los niños. por ejemplo. como sucede en los casos de zoofília y de necrofilia. Hay aberraciones instintivas que llevan a pensar inmedia­ tamente en algo más que una mera psicopatía. Usualmente es menos grave y relevante desde el punto de vista criminal. tampoco esca­ sean los atentados contra las personas no sólo cuando se oponen al hurto o robo del fetiche.Los fetichistas ligan la satisfacción del instinto con objetos normalmente neutros desde ese punto de vista. . 1-10. el psiconeurótico puede seguir viviendo en la sociedad común. cosa que no puede hacer el psicótico. — 419 — . 13. agrega.— He aquí otro grupo a ¿normalidades cuya caracterización conjunta no es fácil. The Paychology of BafeMiar Haordata. tal carácter intermedio se nota. lo que. Noyes se limita a decir que las neurosis son anormalidad« leves. como hace notar Cameron. (3) V: Psiquiatra Cltnlca Moderna.C APITULO V NEUROSIS 1. (2) V. (1) V. demencia. dificulta la clasifica­ ción de lo» distintos síndromes O . Peto es tarea imponble fijar fronteras precisas ya que el tránsito de una forma a otra es gradúa}-. en muchos aspec­ tos. pp. estado más grave. como no lo es. En general. el mismo autor no da una de­ finición de lo que ha de entenderse por neurosis y prefiere dar ejemplos en los cuales se vea su diferenciación con las psicosis (J). por ejemplo. Por su paqte. en general. cuando se trata de hacerla en relación con las anormalidades intermedias descubiertas por la psiquiatría mo­ derna y colocadas entre los opuestos extremos de la normalidad —hombre mentalmente sano— y de la anormalidad total —psi­ cosis. etc. pp. idiocia. 291-394. se ha tratado de caracterizar a la neurosis en relación con la psicosis. Ibttem.— CONCEPTO DE NEUROSIS. entre la normalidad y la anormalidad extre­ ma (3).— que eran los únicos reconocidos por la psiquiatría antigua. pp. I . cuyo más claro ejemplo está dado por la labotomia. Hinsie considera que hoy in­ cluye el tratamiento por medio de la moral. Consúltese asimismo el Manual de Psicoterapia. a su vez. concep­ ciones que. 332. la medicina psicosomática —alivio de sínto­ mas corporales a través de tratamiento psíquico— ocupa el polo opuesto de la psicodrugia —alivio de síntomas mentales a tra ­ vés de intervenciones en el cuerpo.'en los que predomina una sintomatología cor­ poral. casi siempre de tipo visceral y localizable a un determina­ do órgano o aparato que (a través de la doble vía diencéfalo-ve- (4) Mira y Lipez: Psiquiatría. la orientación pragmática ante la realidad circundante ni los medios de expresión verbal de quienes la sufren y son esencialmente curables por la Psicoterapia” (4). sino que las distingue en psiconeurosis y órganoneurosis. no alteran esencialmente la concepción del Mundo. apa­ recen principalmente determinadas por una motivación psicológi­ camente comprensible (aun cuando en su patoplastia intervengan. esplritualismo. factores orgánicos). dejando en plano secun­ dario de condicionantes. eclec­ ticismo han llegado también hasta el terreno de la psiquiatría. en buena parte y en cuanto a sus lineas generales. Las trans­ cribimos a continuación íntegramente pues» a pesar de ser com­ plejas y extensas. proponiendo definiciones para cada uno de estos grupos. en la definición anterior se pone el acen­ to en el origen psíquico de la neurosis. a veces. Mira López tampoco da una definición de las neurosis en general. En cuanto a la Psicoterapia o curación a través de la psique. el mundo y la vida. Como se puede ver. introducen mucha claridád en las nociones de estas anormalidades. materialismo. descanso y excitación (V: Conceptos y Problemas de Psicoterapia). definibles como “cursos morbosos. Otra cosa sucede en las órganoneurosis. de Mira y López. no obstante. que hacen sufrir al sujeto íntima e intensamente. en el mismo pla­ no de importancia relativa se hallan los síntomas. Tratar a fondo de estos problemas compete a los especialistas pues desembocan en las concep­ ciones generales acerca de las enfermedades mentales. — 420 — . a los factores orgánicos. propenden a perdurar y hacerse cró­ nicas (cuando no son debidamente tratadas) y. en que se estudian casos concretos de tratamiento y curaciones por psicoterapia. sugestión. dentro de los moldes señalados por el psicoanálisis ortodoxo. p. Bajo la dirección de Raskovsky se ha publica­ do una serie de estudios bajo el nombre de Patología Psteoso■n&ttca. hipo tismo. Con el nombre de psiconeurosis “ se designa a un curso mor­ boso constituido p or un conjunto de perturbaciones psíquicas y somáticas. se ligan con las más generales acerca del hombre. 2. tos. intervienen psicoterapia y fisioterapia. A través de otros síntomas que producen timidez también puede lle­ garse a actos explosivos por sobrecompensación (7). de un sustitutivo a muchas explosiones delictivas. ella suele estar estrechamen­ te relacionada con la llamada neurosis de angustia. si cabe. frecuentemente ligadas con las fun­ ciones sexuales. p. En las anormalidades del aparato genitourinario se advierten muchas influencias psíquicas.' la masticación y la deglución. diarrea. espasmos. (5) Mira y López.— Los sín­ tomas de las psico y órganoneurosis se entremezclan y confunden frecuentemente. p. dolores estomaca­ les. a través de tales cam­ bios. En la cura de las orgononeurosfs. 334. Psiquiatría.— SIN T O M A T O L O G 1A DE LAS NEUROSIS. (7) “Una manifestación vasomotriz que es muy frecuente en la ado­ lescencia y constituye el punto de partida de una molestia actitud neurótica es el cambio de irrigación de la superficie facial y auricular (que da lugar a una palidez o a un enrojecimiento anormales) y provoca secundariamente. palpitaciones. — 421 — . úlcf *s. £1 sujeto teme exteriorizar sus sen­ timientos de timidez. '¿na eritrofobia o una albofobia. dificultades respira­ torias. 339. estreñimiento. trata de broncearse la piel. Se ha llamado la atención sobre un tipo de asma de origen psíquico.geto-hormo-vásculo-muscular) sirve de núcleo de conversión y des­ carga de los malestares y las represiones personales” (5). etc. náuseas. de la existente entre psico y órganoneurosis. se presentan principalmente las relaciones con el hambre y la sed. intestinales. Podemos se­ ñalar también estados de opresión cardíaca. vqfgüenza. por tanto.. a veces se inicia con el asma una serie de influencias perniciosas a través de la formación de m o r finomanías en los supuestos asmáticos a quienes se trata de cal­ m ar así. poliuria. polaquiuria. vómitos. como po­ ne en relieve Mira y López (6). eso puede decirse aún más. (6) V: Ibfdem. etc. palidez y arreboiamieñto cutáneos (principalmente fa­ ciales).. casi podríamos hablar. existe tam ­ bién una abundante sintomatología. etc. etc. Si la diferencia entre distintos dpos de anormalidades menta­ les es simplemente gradual. así tenemos anorexia. resultando muchas ve­ ces imposible toda distinción. desde Luego. En las funciones de circulación y respiración. reactuando luego la morfina sobre el asma. La hipertensión arterial parece estar re­ lacionada con impulsos agresivos retenidos. el dolor y el movimiento a lo largo de todo el aparato digestivo.. en quien lo tiene. se aisla del contacto social. en los estados de gran emoción y en las personas hipersensitivas se dan fenómenos de enuresis. En lo tocante a alteraciones psicógenas de las funciones de digestión y nutrición. (9) Por ejemplo. el temor que se tiene a un trabajo rudo. localizadas o no. d) por privación de objetos libidino­ sos adecuados. b) por desviación persis­ tente o abuso de los órganos productores del placer sexual. p. en tales casos.. o. según Mira y López: “ a) Por insuficiente madurez de las apetencias y hábitos sexuales. que aparecen. palpitaciones. un plan de acción gimnástica y deportiva y una socialización progresiva. los síntomas motrices ligados a las psico y órganoneurosis. el temor de ser herido o muerto durante la guerra (neurosis de guerra). urticarias. seguidas de irradiaciones secundarias y productoras de una desintegración funcional de los deflejos re­ productores” (Ibidem. es eficaz. Casi siempre estos individuos tienen propensión al dermo­ grafismo. el paciente. etc. es fácilmente observable en muchos ejemplos de moviliza clones militares. g) por conflictos de orden ético. bajo tutela médica" (Ibidem. lo que. parálisis. sufren de precordialgias. están las altera­ ciones en la forma de caminar. de presentarse en forma erguida. etc. centra su atención en su irregularidad y la convierte en causa de preocupación constante. de tenerse en pie. etc. deformaciones en las posturas. presentan otros signos de labilidad emocional y vasomotriz. etc. f) por satisfacciones parciales y diferidas de ta ­ les impulsos. por narcisismo o por falta de acción y de independencia en los primeros años de su infancia. etc. c) por repercusión local de estados generales (personales) de des­ valimiento o alteración.etc. que en caso de la impotencia es generalmen­ te el varón. pp. movimientos convulsivos. por pequeña. edemas. e) por represión (voluntaria o forzada) de impul­ sos sexuales. resulta desproporcionada para explicar las alteracio­ nes producidas que. imposibilidad de mantenerse en pie. fundamen­ talmente. Entre las alteraciones cutáneas y sensitivas se hallan algias. Más importancia criminal tienen las alteraciones psicógenas de las funciones sexuales. entre tales síntomas. (8) La importancia de estos síntomas para la criminalidad es deducible del estudio de las causas de ellos. razón por la cual se ha ha­ blado de una “neurastenia sexual" (*). Es corrien­ te que exista simultáneamente alguna alteración somática pero que. por eso. Han cobrado mucha importancia médicolegal y criminal. 342). tales la impotencia y frigidez de origen psí­ quico que pueden IleVar a aberraciones y delitos contra la hones­ tidad como recurso último para lograr el placer normalmente no alcanzado. — 422 — . Tanto o más que una psicoterapia explicativa. tienen que atribuirse fundamental­ mente a factores psíquicos (9). Aquí también pueden citarse los casos en que hay tics. y el aná­ lisis de su historia psíquica nos demuestra que han engendrado un sentimiento de inseguridad e insuficiencia por exceso de mimos. en los últimos tiempos y a raíz del seguro social que establece indem­ nizaciones por traumas laborales. 339-340). creadores de in­ hibiciones parciales. fue poroue primero se engañó a sí mismo. evidentemente no se trata de pla­ nes de engaño consciente y claramente formulados. la inteligencia. no es raro que los jueces y fiscales. envenenamiento. golpes. etc. 351-359. al menos parcialmente. Como se verá. limitados a juzgar sobre datos exteriores V sin asistencia de psiconeurólogos. La aparición de las denominadas indemnizaciones por acci­ dentes de trabajo. de su estado. La mayor parte de las veces. la ca­ pacidad de concentración atentiva. la facultad de dormir (insomnio neurótico). etc. los que creen haber perdido la memoria. !a falta de especialistas hace que la indemnización se pague produ­ ciéndose luego. frecuentemente ofrecido como oportu­ nidad para que se manifiesten predisposiciones histéricas (.— FORM AS CLIN IC A S DE LAS NEUROSIS. La h lw patolofl* Forense. muchos son los que piensan estar fa­ tigados apenas inician un trabajo. paso de electricidad. el traum a no es causa de los síntomas posteriores sino su mero estímulo desencadenante. la súbita y completa mejoría del reclamante.Desde el punto de vista criminológico a que nos referimos — estafas en cobro de seguros— hemos de incluir asimismo la¿ alteraciones psíquicas autoscópicas de origen psíquico: los pacien­ tes gemebundos. es indudable que ha traído por consecuencia un aumento en1 la frecuencia de estos síntomas. traumáticas. pp. pero es inadecuado para explicar las alteraciones indemnizables producidas. al poco tiempo de haberla recibido. e inicie la acción judicial o administrativa correspondiente. 3. en gene­ ral. sino de reac­ ciones neuróticas que llevan a que el paciente mismo se convenza. Mira y López reconoce cuatro de dichas formas. origen. Es frecuente que exista el trauma — por una caída.c). — 423 — .— . Este hecho o el que algún médico descubra que no existen lesiones corporales explicativas de las anormalidades observadas. dichos cuatro grupos se hallan estrechamente relacionados con las constituciones psicopáticas respectivas tanto (10) Estas neurosis han sido denominadas. tanto en ei piano criminal como de los seguros.— Los an ­ teriores síntomas se dan combinados en varias formas clínicas. a causa de su. por lo cual no es posible asimilarlo a los estafadores nor­ males. si bien por sus sintonías pueden ser incluidas en las formas clínicas que luego se expondrán bi estas neurosis tr im&ticas y su enorme iroDortancii lie . con el propósito de cobrar dichas indemnizaciones. lleva a que se inicien demandas con­ tra los trabajadores por estafa consumada o tentada. cada una lo sufi­ cientemente amplia como para perm itir la distinción de subfor­ mas. concluyan por creer en una inexistente voluntad de engañar en el demandado. siendo la ver­ dad que si él engañó a otros. véase: MógHe. de las que pasamos a tratar. Si se trata de una psiconeurosis. satisfacer el propio egoísmo. en relación con los cuales es difícil encontrar unanimidad entre los distintos autores. cae en­ fermo repentinamente concitando la atención y el interés de sus parientes. neurasténica. el cual sufre de insomio y experimenta un malestar general. b). Psiconeurosis neurasténica . inconscientemente deseado. demás decir que ellos están admi­ rablemente dotados para tiranizar a los que los rodean. En la histeria d e fijación. por ejemplo.' Y es que la histeria. para remedio. Es característica de la histeria ansiosa el que el paciente ex­ perimente ansiedad ante algo que lo asusta. sin embargo. La histeria d e conversión se da cuando las fuerzas psíquicas. hallar con­ miseración para la propia debilidad. sigue. . aquélla se liga con algún trauma que causa gran alteración emocional y que. si necesario fuera haciéndolos sentirse culpables de muchos males que realmen­ te no han causado. actuan­ do desde planos infraconscientes y manifestándose durante los ataques histéricos ("). con lo cual no se dice sino esto: todo neto histérico tiene unn finalidad. se convierte en condiciones fí­ sicas que sirven de expresión a aquéllas. a) H isteria . Dentro de estas variedades y recordando los caracteres gene­ rales señalados a los histéricos.— La gran forma clínica denominada histeria h i sido subdividida en varios tipos especiales. generalmente fobias. la anormalidad con­ siste etj que. luego. dañar a otros. obe­ dece a influencias inconscientes que persiguen un objetivo bien establecido. el del anciano que temeroso de quedar solo. Esa intencionalidad in­ consciente de los síntomas histéricos es posible encontrarle aún en los casos aparentemente más alejados de una explicación de este tipo. dejando de pre­ sentarse claramente en la conciencia.en" sus caracteres clínicos como en la criminalidad a que dan lu­ gar. no hay proporción entre lo que asusta u oprime y la ansiedad causada. de manera que las causas orgánicas o no existan o (11) Véase reaumido un caso tipleo 1 w cuando ae balde de Freud y del primer caso que lo ’'ilumino” para concebir parte de su doctrina. compulsiva y an­ gustiosa. etc. serán los motivos psíquicos los que expliquen fundamentalmente el cuadro clínico.— Ha sido más o menos unifórmepiente aceptada como resultado de fatiga y agotamiento que llevan fl una gran irritabilidad del paciente. iniciadas en ondas emocionales. el paciente desarrollo mecanismos de defensa. si bien absurda e inesocrada en 1» aparición de sus momentos culminantes (ataaucs). y son las neurosis histérica. (12) Estos caracteres habrán de encontrarse también en la fatiga auténtica. 366. Por ello el síndrome puede ser descrito como nenrastenohipodoodri&co. se halla más próxima a la melancolia (o. . el examinar continuamente los enchufes por temor de que se haya dejado algo que puede recalentarse y causar un accidente. la tendencia a repetir una acción por temor de que primero no se haya tenido éxito. de modo que el neurótico neurasténico reacciona des­ proporcionadamente ante estímulos pequeños y padece y hace pa­ decer con su malhumor (12). c) Psiconeurosis com pulsiva (H). por ejemplo. ideas hipocondriacas. mas la verdadera hipocondría. puede decirse que tos neurasténi­ cos tienen. por su excesiva repeti­ ción. incluso. a veces la fatiga o envenenamiento es tal que se produce una anestesia general que engloba a la sensación correspondiente que. en efecto. una tendencia autopunitiva. 368. sobrevienen frecuente­ mente ideas delirantes y se observan trastornos cenestésicos y alteraciones del esquema corporal tan importantes que la hacen ser considerada como una psicosis (cuyo grado extremo con­ ducirla al delirio de negación y al denominado síndrome de Cotard. La se­ gunda es la creencia en la omnipotencia del pensamiento. obsesi­ va. efectivamente. imperativa. p la'sensación canestésica de fatiga. Mira y López: Psiqahtria. a mirar una y otra vez un sobre de carta por temor de no haber puesto bien la dirección. en la cual el envenenamiento orgánico producido por la actividad excesiva se traduce en lo corporal por un descenso de la capacidad funcional de los órganos y. en la que según la escuela psicoanalitica hay. La primera es la iteración.sean notoriamente insuficientes en relación con la gravedad d i los síntomas observables. caracterizan a esta psiconeurosis. esti ación no se halla necesariamente ligada a la fatiga misma. Se citan tres notas específicas que. otras veces. (Ibidem. En la hipocondría. las inhibiciones. p. nos referimos. (14) Se dan como sinónimos de compulsiva. y es lo m&s frecuente aún en personas no anormales. Por ejemplo. no se experimenta. (13) “Desde este punto de vista. psicastènica. ) ” . Sin embargo. la sensación d e fatiga puede llevar a que no se tenga capacidad de concentración atentiva y se pierdan el autodominio. junto al narcisis­ mo. pero la reci­ proca no es verdadera. por ello. en lo psíquico. — 425 — . como si lo que en él se decide tuviera inmediato efecto en la realidad. como cuando se estudia una materia in­ grata : a esta sensación de fatiga sin fatiga real. el sentido de la pro* porción. lo que ya fue esbozado al tratar de la psicopatía com­ pulsiva y de las compulsiones en general. p.” . etc. a la esquizofrenia) que a la pura neu­ rastenia. dubitativa. .— Padece de exceso de com­ pulsiones. incoercible. coacta. de alli proce­ de el subrayado. “anancástica. Naturalmente. el paciente mismo se preocupa mucho por su estado corporal (1J). Ja sensación se presenta sin que preexista la fatiga. el insomio suele ser mero resultado del temor de no poder dorm ir. de ahí por qué el compulsivo lucha contra las ideas y deseos para expulsarlos de la conciencia. (1S) Ibidem. la dificultad de llegar a convicciones firmes que permitan llevar adelante una acción: los motivos se contraponen y luchan. con el resultado de que la duda permane­ ce y el acto no se ejecuta. Su carácter fundamental estriba en que los conflictos menta­ les se traducen en sensaciones de *opresión toráxica y d e dificultad respiratoria (asmática). pero sin lograr su objeto. se ana­ lizan las últimas conciencias de la acción que quiere llevarse a cabo y de su inhibición. denomi­ nada también aporioneutosis. La tercera. d) Psiconeurosis d e angustia. 371.— Esta forma clínica. y no por falta de voluntad sino porque no se decide a qué aplicarla. pronto acompañada o seguida de m anifes­ taciones cardíacas y vasom otrices que engendran en el sujeto et convencimiento de que su fin está próximo” (l5). es relativamente escasa en número. — 428 — . p. En­ tre los excluidos del lenguaje. Entre estas psicosis se encuentran las de características para­ noides que desarrollan algunas personas que. según generalmente se la* entiende. son aquéllas que se caracterizan por reacciones anormales en un am­ biente que también lo es y que opera como causa: sin embargo este concepto de causa ha de ser entendido con cierta amplitud pues muchas veces la anormalidad ambiente más que causa pro­ piamente dicha de la enfermedad es simple ocasión reveladora o agravadora de predisposiciones preexistentes. suelen tener origen psíquico. por lo cual se curan eficazmente por la psicoterapia. según denominación de Kraeppelin. si bien en estos casos habrá que anotar que ello implica un aislamiento no meramente lingüístico.— PSICOSIS DE SIT U A C IO N Y RE ACTIVAS.CAPITULO VI PSICOSIS 1.— Las psicosis de situación. Son accesos breves con complicaciones paranoi­ des. se encuentran los inmigrantes que desconocen el idioma del lugar en que actualmente viven. histéricas. las creencias y hasta el repudio que los viejos Jiabiltn- — 427 — . es clásica la desconfianza que muestran los sordos. los delirios de persecusión y daño (sentirse burlado o perjudicado a raíz de su defecto). con su tendencia a la celotipia. sordos y privados de lenguaje. sino mucho mayor. se sienten defectuosas. principalmente los ciegos. Las psicosis de reacción. incluyendo las cos­ tumbres. en relación con el medio. depresivas y angustiosas que abren la posibilidad del suicidio. — 428 — . No se pueden des­ cuidar tampoco las psicosis de cautividad provocadas por el ais­ lamiento. rodeados muchas veces de odios y con el temor de lo que puede suceder en el propio ho­ gar y patria. El mismo autor se refiere a las circuns­ tancias desfavorables originadas en las suegras viudas. las restricciones naturales en la vida del presidiario así como la persistencia de malas condiciones m ateria­ les en algunas partes. como una realidad. por tanto. pp. siendo ellas. calum­ nias y falsas denuncias.todas que tipifican una psicosis situacional. (3) Mira y López. sobre to­ do cuando el hijo único se casa y entra en escena la nuera (*). en quienes se hallában predispuestos” (z). n 469. pa­ ra no hablar de quienes se retraen en sí mismos y se resignan a su suerte ayudados por sus sentimientos religiosos avivados per las circunstancias. perdiendo todo sentimiento moral. la alimentación insuficieote. En los últimos tiempos. A partir de la guerra de 1914 • 18 han adquirido mucha im­ portancia las llamadas psicosis de guerra que Baruk caracteriza más bien como “psicosis desencadenadas. Sin embargo. se suelen crear una psicología apta para las reacciones extremas. Mira agrega las psicosis que denomina “delirio de a u to -r e ­ f r e n d a erótica de las solteras viejas” en las que predominan los mecanismos de proyección en cuanto a los deseos y ataques sexua­ les. los sufrimientos físicos y morales. 381-382. mejores que las del obrero algo menos que me­ dio y libre. dan. desde el embotamiento y la indiferencia por todo lo que sucede y lo que puedan hacer. clt„ p. la sedentariedad. hacen que no sea posible prescindir todavía de las psicosis llamadas carcelarias. con ocasión de la gue­ rra. ob. hasta las reacciones violentas consecutivas con­ tra aquéllos a quienes te considera culpables de la situación. de autoacu­ sación y de misticismo. oportunidad para delitos de injurias. el temor en que viven los prisioneros. las condiciones de vida en ías pri­ siones han mejorado mucho. (2) Précla «le PiychUtrie. en los cuales son frecuentes las reacciones paranoides de persecución. 382. la mala alimentación. Cabe también citar las psicosis desarrolladas en los refugios (principalmente por causa de guerra). el onanis­ mo y el miedo al porvenir” (?). en casos más numerosos de los deseables. Tales psi­ cosis se originan en “la falta de luz y de estímulos psíquicos ha­ bituales. Las alteraciones consiguientes son (1) V: Psiquiatría. así como por el sentimien­ to de desarraigo que ellos experimentan en un país ajeno con cu­ yos habitantes poco o nada se entienden. Los más frecuentes son los actos explo­ sivos. y en el cual. a veces.— PSICOSIS E X O T O X IC A S . indulto o rebaja de condena. delirium tremens. caracterizado por la amnesia anterógrada por falta de concentración y fijación. consi­ guientemente quedan excluidas de este grupo las psicosis postraumáticas y las endógenas activadas en ocasión de un trauma. temor.— Estas al­ teraciones son agrupadas más que por la similitud de síntomas por la de origen el que es externo al organismo. el lugar (cráneo. En el síndrome de Friedman existe una sintomatología similar a la de la neurastenia.formas: amnésica. Mira y López reconoce las siguientes (5): a) Psicosis conmocionales. caracterizadas por cambios caracterológicos duraderos que tienen gran relieve criminológico. 393-397. en el sujeto. estados crepusculares y hasta ac­ cesos comiciales. con tres sub . estados confusionales. b) Las psicosis contusionales que se acompañan de muchas alteraciones volitivas y de alteraciones del carácter y de tipo dcmencial. así. fuera de lshpredisposición que siempre desempeña un papel importante. la edad (los primeros años de vida suelen traer consecuencias más graves). etc. duración del traum a. pues no es raro que se presenten síntomas claros de falta de ac­ tuación de la voluntad. La forma aniñésica entra en el llamado síndrome de Korsakoff. (5) V: Ibidem. pp. especialmente en los presos de alguna edad que interpretan todos los hechos como antecedentes de su per­ dón.— PSICOSIS T R A U M A T IC A S. las clasifica­ ciones que se intenten (4). allí se encontrarán detalladamente dos de las clasificaciones más corrientemente aceptadas. Éntre las distintas formas clínicas. por carencia de inhibiciones adecuadas. La gravedad de las consecuencias del trauma depende de va­ rios aspectos y no sólo de la lesión producida. fuera de perver­ siones éticas. re­ percusiones psíquicas de angustia.. y la falta de inte­ rés por la actividad como emergencia de abulia. — 429 — . al intro(4) V: Ibidem.sumamente variadas yendo desde transtomos en la acción y la pa­ labra has4a delirios. centros vegetativos. pp. 2. Sus variedades son numerosas dependiendo tanto de la ín­ dole del traum a como de los síntomas presentados. c) Personalidades pos traumáticas.). En la forma cniroide se presentan alucinaciones y.— REM ISION. 391-392. 3. etc. oniroide o crepuscular y el síndrome de Friedman. — Son aquéllas que pro­ vienen directamente de las lesiones propias de un trauma. pero como ya nos referimos a ellas en el capitula de Biología Criminal. insomnio. delirios eróticos y de per­ secución. las hemos de tratar en capítulos especiales a los cuales nos remitimos. Desde lue«o. Las disfunciones renales.conciencial es similar al que se da en las más graves enfermedades mentales. Al tratar de las psicosis endotóxicas han de incluirse netesanamente las derivadas de disfunciones endocrinas. Durante la menstruación y tanto por causas biológicas como'psíquicas y sociales. nocivas o porque den­ tro de su normal producción no funcionan adecuadamente los ór­ ganos encargados de anularlas o eliminarlas. sobre todo en algunos casos (psi­ cosis brightica) próvocan alucionaciones. estados crepusculares y convulsiones. se presentan alteraciones favorables al suicidio. Igual confluen­ cia de causas puede anotarse en las alteraciones mentales existen­ tes durante el embarazo: envidias exageradas. Dado el singular papel criminògeno que estas alteraciones poseen. por su cantidad o calidad. en otros casos. no faltando autores que añaden otros síntomas como las alucinacio­ nes. obscenidad e inclinación al suicidio. i. tienen una acción tóxica. porque las fuentes del en­ venenamiento se hallan en el propio organismo.(Jucirse. durante el denominado coma diabético el descenso del nivel. sólo nos queda hacer algunos agregados relativos a la vida endocrina fcn\£nina. más bien depresión que puede llevar hasta el suicidio. el descenso de capacidad mental y ética. el homicidio y las perversiones sexuales. irritabilidad. Junto con la diabetes suelen presentarse síntomas que inclu­ yen la euforia. confusión y delirios de persecución. estas anormalidades pueden relacionarse no sólo con la desnutrición (el nuevo ser quita al cuerpo de la madre substan­ cias que éste necesita) sino con alteraciones endocrinas que en su — 430 — . Esencialmente se trata del al­ coholismo y de psicosis derivadas de envenenamientos con dis­ tintas substancias entre las cuales las de mayor importancia cri­ minológica son los estupefacientes.eurastenia.— PSICOSIS E N D O T O X IC A S . Las investigaciones modernas han demostrado que no se hallaba totalmente desencaminada la antigua biotipología hu­ moral cuando atribuía gran acción al funcionamiento hepático en la determinación del temperamento y del carácter. pesadillas y hasta delirios y alu­ cinaciones. 1 4. En este sentido han vuelto a ocupar lugar prominente las al­ teraciones de origen hepático que se relacionan con estados de m e­ lancolía.— Se denominan también psicosis derivadas de autointoxicación. im­ pulsividad incoercible (cleptomanía). éste segrega subs­ tancias que son. se dejarán para párrafos especiales tanto la encefalitis como la sífilis.lugar dejamos esbozadas. de cada una de las enfermedades infecciosas. sin duda estas altejpciones corporales. pp. PifaraUtrlft Forense. resultar verda­ deros estados hipocondriacos. no se los nom­ bre. sucesivos o simultáneos en su presentación.— PSICOSIS INFECCIOSAS EN GENERAL. estados confusionales y pérdida de (6) Estos mecanismos ion tan ciaron y frecuentes como para extra­ ñar que. (7) V: Mira y López. pues contribu­ yen a crear inclinaciones o a destruir inhibiciones como no lo ha­ rían en circunstancias normales (6). empero. principalmente en las madres solte­ ras. podemos agregar aquí que fuera de las anormalidades ya esbozadas en su lugar.. oh. cuando se trata de las causas del aborto. Sobre los trastornos psíquicos durante la gestión. y. derivar delitos sexua­ les. etU PP. por su relevancia criminal. Algo semejante. puede afirmarse de las alteraciones parejas a la lactancia. por ejemplo. desde el punto de vis­ ta criminológico. pueden resultar otras. un estudio exahustivo debería llevarnos al análisis de las repercusiones mentales primero.427-428. período durante el cual la madre puede debilitarse mu­ cho. Por tal razón. toman­ do en cuenta el punto de vista criminológico. Iguales alteraciones endocrinas. debilitamiento. Eso es prácticamente impo­ sible en un libro de la naturaleza del presente.— Cualquier enfermedad infecciosa puede provocar anormalidades m entales('). inclusive podrá pensarse a veces que no existe en tales cir­ cunstancias un estado capaz de mantener la im putabilidad penal de la infanticida. 454-459. ofuscamiento psíquico. nos limitaremos a caracterizar brevemente las psicosis infecciosas de­ rivadas de las enfermedades más. criminales. acompañadas de fuertes do­ lores físicos. — 431 — . del temor de la impotencia. de intoxicación por otras causas. o de lá atención concedida a la anormalidad. En este párrafo nos reduciremos a dar algunos síntomas ge­ nerales de las psicosis tóxicas y a tratar de algunas de ellas ea particular. véase: Langelüddeke. pero en menor grado. unidas a otras psíquicas cuando se trata de futuros hijos indeseados porque se es pobre o soltera — y en esto entran ya factores sociales— o porque se teme perder la belleza. te­ mor a la censura social. Por tanto. 5. Algo se ha dejado apuntado acerca de las disfunciones geni­ tales de origen endocrino. pueden explicar ciertos ca$ds de infanticidio. pueden conside­ rarse causas del aborto criminal en muchos casos. son el descenso del nivel mental. comunes e importantes. luego. Los síntomas. (10) Ob. al tratar de los delirios toxiinfectivos em­ plean para caracterizarlos la palabra amencia que es igual “a de­ lirio infeccioso más incoherencia y confusión m ental” (8). pp.. Demás decir que. Sin embargo. que es sumamente variable. transtom os en la memoria y en la atención. los resortes inhibitorios se resienten. confusión mental. por tanto. alu(8) Ihídem. tenido él tiempo de internar a la pacientc. da lugar a delirios. la corea. ilusio­ nes y alucinaciones se presentan con carácter terrorífico y son fun­ damentales para explicar las reacciones violentas de defensa. onirismo. — 432 - . delirios poco sistematizados así como alucinacio­ nes variadas. a estados amencialcs. o excitada e inquieta. La conciencia se nubla. La corea — excluida la de Huntington— se relaciona con es­ tados reumáticos infecciosos. la probabilidad de delinquir es aita en los amentes. Estas alteraciones sue­ len presentarse inclusive cierto tiempo después de que la tifoidea se ha considerado curada. con estos ca­ racteres. en cier­ tos casos también existen estupor (qeuraxitis epidémicas e infec­ ciones gastrointestinales) y agitación motriz paroxística. Como delito no raro. 430. hay momentos de logorrea in­ contenible y verborrea. 236-238. si bien ella suele ser disminuida porque la gravedad de los síntomas corrientemente obliga a la reclusión manicomiai. Moglie deja la denominación de amencia para designar las alteraciones duraderas de la persona­ lidad derivadas de estados infecciosos (s). en el reumatismo existe como carácter central la confusión mental. porque no se ha. o sumamente deprimida. Moglie cita el infanticidio cometido durante las psicosis prove­ nientes de infecciones puerperales (10). En la fiebre tifoidea hay delirios. 240. dando ambos lugar a anormalida des mentales. cit. (9) V: La Psicología Forense. por su parte.la orientación. se discute si sólo por ellas: es probable que la amen­ cia esté relacionada con ciertos estados carenciales o deficitarios del organismo. Menos grave es la sintomatología psíquica en la gripe o in­ fluenza si bien todo dependerá de la gravedad de la misma enfer­ medad. la memoria se debilita. La afectividad de los amentes es extremada. p. descenso de la memoria y la atención hasta llegar. excluye los delirios febriles que aparecen y desaparecen junto con las altas tem­ peraturas ocasionadas por algunas infecciones. p. a veces. la amencia ha sido relacionada con meningoencefalitis transitorias resultantes de toxinas provenientes de gér­ menes y que provocan delirios. pero siempre es fugaz. la atención puede ser viva. alucinaciones terroríficas. En general. Algunos autores. sea por efectos del bacilo sobre el propio encéfalo u otros órganos que. reconocida a través de estu­ dios estadísticos. odios insanos. 151. 6 . las alucinaciones e ilusiones que marcan un camino favorable al delito.— Las psicosis deri­ vadas de encefalitis epidémica han adquirido últimamente mucha importancia como causa del delito. sea activando dispo­ siciones psicóticas preexistentes. de procesos infec­ ciosos todavía mal definidos” (n). quizá eso se deba. se ha podido notar egoísmo. repercuten en aquel otro. las perversiones instintivas. — 433 — .p o r Di Tullio: Trottato di Antropologia Criminale. que apuntan hacia la comisión de delitos violento?. la injuria a los senti­ mientos morales — que previamente pudieron ser muy fuertes— . obsesiones (principalmente de no tocar y de limpieza). hay perversiones del carácter y tendencia a las reaccio­ nes agresivas. sea por las repercusiones psíqui­ cas que tiene el paciente cuando toma conciencia de su enferme­ dad y de las limitaciones que ella apareja. En los sanatorios. En la meningitis tuberculosa son claras la disminución de la inteligencia. La encefalitis es una “afección particularmente grave. como observa Baruk. Verwaek ha puesto en evidencia. principalmente irritabilidad. las que más interesan a la criminología son las pertenecientes a la etapa crónica. a que ellas aparecen después de que las lesiones corporales están curadas (M).dnaciones y cambios de carácter. mediante estadísticas. pp. carencia de altruismo (al sujeto poco le importa seguir o no enfermo para tom ar precau­ ciones y no contagiar a los demás). La tuberculosis ocasiona también síntomas mentales. Dentro de las alteraciones ocasionadas por la encefalitis. sobre un sistema nervioso pre­ dispuesto por taras hereditarias o adquiridas. hipeisensibilidad y erotismo en los en­ fermos. (11) ( 12) Ob. a los sín­ tomas generales dfc todas las enfermedades infecciosas. 414. Son frecuentes los síndromes depresivos.. se notan entonces estados de angustia. afección debida verosímilmente a la acción. p.. (13) Definición de Anglade. 349-350. alucinaciones. Cit. la relación que existe entre el erotismo des­ pertado en los tuberculosos y los delitos sexuales por ellos come­ tidos (l2). al ser alterados. ilusiones. El paludismo da lugar a estados confusionales. citada por Barbé: Précts. clt.— LA ENCEFALITIS EPIDEM ICA . irritabilidad. carac­ terizada p or la asociación de un delirio precoz y violento. pero pocas anormalidades mentales notorias. etc. obnubilación mental. 169. violaciones. d t . las per­ versiones sexuales. sobre todo de inferioridad. Barbé la clasifica así: a) letargía: somnolencia. lesiones que tanto pueden causar por sí mismas el delito como. pp. pp. principalmente cuan­ do el sujeto padeció la enfermedad durante la infancia. p. influencias psíquicas. crueldad. b) estados de ensueño. obsesiones. la agresividad. re­ velar o agravar disposiciones preexistentes (1?). con excitación psíquica y motora e insomnio. la gente se burla de los enfermos. raros.” (I5).. 152-153 y 547-548. según Di Tullio. p. delitos sexuales. Noyes: Psiquiatría Clinlca Moderna. los trata como a débiles. LangelQddeke. 434-438. los mima. (16) (17) Ibidem. muchas de ellas de tipo hom*osexual. alucinaciones. delirios y alucinaciones!14). la crueldad brutal. todo lo que da lugar a delitos de violencia. que parece sometida a impulsos irre­ sistibles. y c) onirismo. La sinto­ matología de estos estados crónicos es sumamente variada. cuyos 'caracteres son manifestados luego en la con­ ducta (16). algunas de ellas de manifestación tardía. Estas infecciones casi siempre dejan secuelas. Los cambios en el carácter llevan a delitos disconformes con lq personalidad preencefalítica del paciente. — 434 — . Noyes ha apuntado que los cambios psíquicos son mucho más notables en la etapa crónica que en la aguda y señala las mo­ dificaciones de la conducta. la sintomatología es variada: deli­ rios polimorfos de presentación brusca. cambios en el carácter. a un debilitamiento de la inhibición consciente. así aparecen las psicosis encefalíticas crónicas. ai la­ do de las lesiones somáticas. La fiebre suele ser sumamente alta (40. tales como heridas. Son evidentes el descenso de nivel en los sentimientos éticos.5). homici­ dios. siendo caracterís­ tico el estado confusional. cambios en el carácter y en el humor. 359. Lesiones nerviosas importantes aparecen en los centros sub­ corticales relacionados con la vida afectiva.Durante el período agudo. etcA lo que conduce a la formación de Complejos. con confusión mental. El mismo autor insiste en la necesidad de considerar como causas de las anormalidades. a per­ versiones instintivas. pues al lado de mayores impulsos instin­ tivos antisociales se da una disminución del control moral de la (14) (15) c it. pp. fugas. V: ob. dé máxima importancia criminal. El período agudo puede durar tres o más días. a la “tendencia a m entir y a robar. V: Ibidem. 169-170. ob. etc. fobias. distimias. no ha de dejarse de lado la importancia psíquica del saberse enfermo y con una afec­ ción peligrosa y que ocasiona el repudio social. es muy raiq que ésta no resulte afectada. 438-439. por ejemplo. ob. tienen gran importancia. como Sutherland. 547-548. Carmeteres todos que han hecho que la psicosis crónica encefalítica sea parcialmente asimilada a la locura moral (u ) y que han inducido aun a autores poco inclinados a dar importancia a los factores in­ dividuales en el delito. La aparición de delirios..conducía. así se tiene la neurastenia (18) Asi. sin embargo. sistema nervioso vegetativo. etc. la que toma matices neurasténicos. (20) V: Mira y López. etc. desde el punto de vista de nuestra ciencia.. pp. sin embargo. b) En el período secundario.. delirios cada vez más sistematizados. En la marcha progresiva de la infección. pp. aparecen meningitis circunscritas. a veces. puede ser suficiente para desencadenar irre­ gularidades en las personas predispuestas. y vas­ culares. 7. 239-290. epilépticos. son asimilables a otras enfermedades. Es esta an6rmalidad mental la que ha de ocuparnos espe­ cialmente. Exner: Biología Criminal. delirantes. porque las demás formas clínicas derivadas de la sífilis. podemos distinguir cuatro períodos principales: a) En la sífilis primaria. habla ya de decadencia de la inteligencia. pgro sin llegar a atacar directamente al sistema nervioso. alucinatorios. c) El período terciario se caracteriza por alteraciones men­ tales ya graves y que derivan de múltiples lesiones en las visceras. inclusive. de confusión mental. la¿ toxinas son ya suficientemente poderosas para incidir en la con­ ducta. dt. Di Tullio. eit. los primeros sín­ tomas son de angustia. — 435 — . la infección tiene todavía un carác­ ter local.— Lus anormalidades mentales de origen sifilítico son sumamente nume­ rosas y. Los síntomas mentales» son variadísimos: neurasténicos. sobre la necesidad de evitar una asim ilad« cómatela. esquizofrénicos. en las glándulas endocrinas. ob. la lúes se generaliza en el cuer­ po. depresión. 98-M. el descenso en eí nivel intelectual es suficiente como para poder hablar de demencia encefalítica. a 'que la reconozcan a la encefalitis (19). pp. pp. _ d) En el cuarto período la infección ataca directamente al ce­ rebro y provoca los síntomas de la parálisis general progresiva (20). en algunos casos. (19) V: Principies of Crlminology. etc.— PSICOSIS SIFILITICAS Y M ETAS1F1UTICAS. (21) IBidem. sin em­ bargo. como excepción. debida a la acción tardía del virus si­ filítico y consistente en un proceso demencial. delirios de persecución. La memoria sufre asimismo de un gran debilitamiento. etc. p. principalmente de algunos órganos.sifilítica. pero. creación. temblores en los dedos y en los músculos fa­ ciales. La parálisis general progresiva proviene de una meningeoencefalitis de origen sifilítico y está somáticamente caracterizada por variadas lesiones y degeneraciones nerviosas. puede definírsela co­ mo 7una psicosis orgánica. apreciación de valores. sino que conforman personalidades eufó­ ricas. de que ha­ bla Mira y López. Esta psicosis se acompaña de alte­ raciones neurológicas y humorales específicas y de un decaimien­ to corporal que conduce a la muerte en el plazo de pocos años (uno a tres). entre ellos. en la que predominan las ma­ nifestaciones de tipo delirante. que se creen capaces de todo y que lo poseen todo. puede citarse la denominada parálisis general juvenil. valoración de las circunstancias y las conveniencias en relación con la conducta. también pueden darse los caracteres opuestos: delirios que conducen. a la depresión. circulares. depresivos. En cuanto a los síntomas psíquicos. El tiempo que transcurre desde la sífilis primaria hasta la aparición de los primeros síntomas de la parálisis general se pue­ de calcular entre diez y quince años. posibilidad de seguirlos. tabéticos de origen sifi­ lítico. delirios hipocondríacos y ds negación. más o menos desarrollada y evidente. en mis distintas facetas de observación atenta. Desde un comienzo. esquizofrénicos. aparecen los delirios general­ mente mal sistematizados. ellos son de gran relieve criminológico. Es una enfermedad que afecta principalmente a personas entre 40 y 50 años de edad. si no se consigue detener su evolución fatal median­ te un tratamiento precoz y enérgico” (:1). de grandeza y de enormidad. global y progresivo. la alucinosis sifilítica. hasta term inar en la demencia. que evoluciona bajo una sintomatología psíquica proteiforme. 444. etc. La capacidad inte* lecttúd disminuye cada vez más. inclusive podemos mencionar aquí la denominada pseudoparálisis general (que se pretendió aparecía ya en el período sifi­ lítico terciario). síndromes maníacos. Entre sus síntomas somáticos pueden mencionarse las disartrías (sumamente características). epilépticos. si bien suelen darse excep­ ciones. exageración de los reflejos tendinosos (principalmente rotuliano y aquiiiano). si bien estos últimos no derivan gene­ ralmente en agresiones. el tropezón silábico. a la fatiga. crítica. desigualdad pupilar. — 436 — . en razón de esta su en­ fermedad. abarca desde la aparición de los primeros síntomas. Al lado de ello se observa un progresivo debilitamiento de la volun­ tad. temblores. pp. como quedó dicho. 419-429. del sentido de las convenien­ cias. Barbé.. Mira y L6pez. agresivo. Naturalmente. En contra. inclusive la de origen instintivo. en general. por ejemplo la disartria. la vive el paciente generalmente en los manicomios. Los síntomas somáticos son también más graves. Existen indudable desintegra­ ción psíquica y decadencia mental. asi. no llama la atención la gran variedad de delitos que los paralíticos progresivo« pueden cometer: heridas. en los periodos termina­ les. no estén inclinados. delirios variados que hemos visto. atentivo y mnémico. pp. 319-319. Violaciones. 267-268. de delicadeza moral. también denominada período de estado. exhibicionismo. Si estas formas criminales se citan como las más corrientes. satiriasis. La primera. Es domina­ do por la fatuidad. Baruk. pp. Sobre el peligro de circunscribir a un solo periodo la designación de médico legal. los sentimientos y la voluntad. con agravamiento de los sín­ tomas aparecidos en la etapa anterior.. 450-451 de su ob. estafas (prin­ cipalmente ligadas con la vanidad e imprevisión). homicidios. principalmente tocantes a la capacidad o in­ capacidad del sujeto (2-). ctt. hasta la producción de cambios notables en la esfera ética. aún ji ojos de profanos. La segunda. Es de utilidad criminológica el distinguir las etapas sucesivas que sigue el proceso demencial paralítico. pérdida de los hábitos sociales. cttJ. la imprevisión. El paciente se vuelve irritable. disartrias. ob. generalmente neurasteniformes. quiebras fraudulentas y culposas. . inicial o médico legal. hurtos. los enfermos continúan en libertad y en su vida corriente. ob. la ambición. lo que da lugar a actos no sólo delictivos. — 437 — . merecen consideración los sínto­ mas relativos a los instintos. (22) Algunos autores distinguen dos periodos previos al de estado: el premonitorio y el médico legal propiamente dicho. carencia de sentido de responsabilidad.. ob. fácil­ mente encolerizable o encolerizable sin causa alguna. habida cuenta de tales síntomas. sino relativos al derecho privado. es difícil excluir por principio otras a las cuales los paralíticos. esfera en la cual se dan per­ versiones variadas. paulatina destrucción de las inhibiciones. pues la anormalidad es patente. debilitamiento intelectual. d i. la vanidad.En cuanto a la delincuencia. Este período se ha denominado médico legal porque durante el se presentan las conductas más tomadas en cuenta por las leyes y los mayores problemas de orden jurídico pues. 'etc. Moglie. cit. La sentimentalidad delicada es destruida y. Las anormalidades corporales lle­ gan a su límite. En la tercera etapa. de tipo cenestésico (sensación de quemazón. fosfenos.— Esta enfermedad — también denomina­ da iqal sagrado (morbus sacer). son típicos los ataques paralíticos que denuncian lo avanzado de la infección y de las destrucciones que ella provoca. acom­ pañándose a no de alteraciones visuales. manchas rojas. etc. £1 centro de la descripción del gran mal es el ataque convul­ sivo en el cual podemos distinguir tres períodos. 48S. irri­ tabilidad exagerada. quien sostuvo que la epilepsia era una de las explicaciones básicas de la criminali­ dad nata. La característica fundamental de la epilepsia son los ataques convulsivos durante los cuales se pierde completamente la con­ ciencia. Los equivalentes psíquicos se distinguen porque comportan la anulación de la conciencia o su notable baja de nivel (2i). Sin embargo. del epigastrio o de cual­ quier zona somática y remonta hacia la nuca o el cuello. etc. embotamiento n dolor difuso que parte de una extremidad. frialdad. existe un estado demencial definido. precede en horas o días al ataque. 438 — . somnolencia y por las auras psíquicas que “son casi siempre sensopercepciones anormales. existen diversos tipos de epilepsia. En cuanto al terreno criminológico. delirios (generalmente de persecución y poco sistematizados). el del ataque-propiamente dicho y el post . desde luego. pero. princi­ palmente en los delitos violentos.accesual o prodrómico. El subrayado está en el original. 467.)” (*). Los períodos iniciales son. Puede verse una clasificación en la obra citada de Mira y López. en realidad. pero ya no tanta como en los tiempos de oro de la escuela positiva. La fase prodrómica tiene gran importancia criminológica. Se caracteriza por distimia. mal comicial. p.— E PILEPSIA.— es una de las más antiguamente conocidas y estudiadas.accesual. Hoy se le sigue concediendo gran importancia. picazón. o terminal. la decadencia es total. 8. estos síntomas reciben el nom­ bre de equivalentes epilépticos y constituyen el denominado pe­ queño mal como oposición a los casos en que hay convulsiones y que se denominan de gran mal. ella obtuvo lugar relevante desde los primeros es­ tudios modernos sobre las causas de la criminalidad. para alcan­ zar su cumbre de consideración en Lombroso. hay síntomas que se ligan con la epilepsia. (23) Aquí no damos sino los caracteres generales. impulsividad. los que tienen mayor interés para la Criminología. el llamado malhumor epilép­ tico. sin llegar a ser ataques convulsivos. el pre . p. estados de angustia.. (W) Ibfdem. piromanía. que no son resultado de automatismo. etc.r a los mecanismos inhibitorios superiores. indebidamente. Posteriormente se produce el despertar. su conciencia no retorna completamente. por ejemplo. Pero el acce­ so es sumamente breve. Suelen darse también estereotipias muy semejantes a las que se presentan en los estados catatónicos. Esta amnesia parcial es definitiva en cuanto a los fenómenos sucedidos durante el acceso. la conciencia no se halla total­ mente despierta pero tampoco tan anulada como durante el sue­ — 439 — . Pero existen varios otros más que se explican brevemen­ te a continuación y que son de máxima importancia criminológica.Después llega la brusca irrupción: o el ataque convulsivo o una reacción brutal y violenta. La conciencia se pierde totalmente durante el ataque. El ataque se inicia brutalmente. Las ausencias son brevísimas — duran pocos segundos— in­ terrupciones de la actividad conciencial en la que aparecen como pequeños vacíos. pero su conciencia obnubilada no deja actu. el paciente vuelve en sí lentamente. luego viene la salida de la crisis (estertor). incluyendo sus dos fases tónica y clónica (una fase de rigidez y otra de agitación violenta). actos relativamente complicados que podrían hacer sospechar. sin tiempo para tomar precaución alguna. Entre otros caracteres corporales se dan la cianosis de los labios (signo fundamental). los esfínteres se re­ lajan así como el dominio adquirido sobre ciertas funciones (hay emisión de orina y de materias fecales). en muchos pacientes. son los actos provenientes del automatismo consiguiente a un acceso: el sujeto no tiene clara noción de las cosas. dándose más bien estados crepusculares. en que el paciente se calma y respira regular y pesadamente. el paciente pue­ de emprender las llamadas "fugas epilépticas '. Parti­ cularmente relevantes. operan en él los im­ pulsos primitivos. desde el punto de vista criminológico.. su cuerpo está bañado en sudor. La desorientación y el estado ere* puscular pueden prolongarse durante un tiempo variable. lo reem­ plazan. durante los cuales es posible que continúen las actividades corporales en curso si no exigen la intervención per­ manente de la conciencia. parece asombrado y nada recuerda de lo sucedido (amnesia lagunar). Durante la vigencia del automatismo. sin embargo. Con el automatismo y las fugas entramos ya en el terreno de los equivalentes del acceso y que. actos de cleptomanía. Los estados crepusculares se caracterizan por un estado osci­ lante entre la vigilia y el sueño. por lo cual no hay posibilidad algu­ na de que los fenómenos producidos sean captados por el sujeto. abandonando to­ dos sus deberes y realizando. pue­ den presentarse delitos sumamente variados a ú n fu e r a de ios vio­ lentos. el epiléptico cae como ful­ minado. a veces resuelta en un delito. como consecuencia. exhibicionismo. inexpresividad. invención y crítica) los procesos evo­ lutivos no siempre caminan en la misma dirección. falta de iniciativa. mientras en algunos casos se llega a una degeneración total (demencia epilép­ tica). lentitud que se refleja hasta en el lenguaje (el sujeto habla como si las sílabas se arrastraran difícilmente las unas a las otras.ño. que suelen presentarse como consecuencia del acceso. tanto más que el paciente conserva aún la sufi­ ciente conciencia como para seguir algunos planes. torpeza. dos de ellos tienen especial relevancia: la alternativa viscosidad agresividad y la decadencia intelectual.. pero. se nota disminución de la memoria (por dificultades en la fijación). Julio César. p. desorientación. (25) V: Ibidem. etc. Dijimos antes que las distimias son frecuentes en los epilép­ ticos. existen otros permanentes. En los estados crepusculares estupurosos. 470. angustia junto con alucinaciones teñi­ das de profunda emotividad. de pronto. pero también indepen­ dientemente del mismo. los delitos violentos pueden ser la salida natural de este estado. no suele exceder su duración a los dos días. este estado dura una o dos semanas. los procesos se atrope­ llan y hay una crisis de explosividad que contrasta súbitamente con la untuosidad anterior. hay apatía. desde nuestro punto de vista. como si apenas supiera leer y le costara pronunciar las palabras que se le presen­ tan).se unen a las bruscas alternativas en el ritmo psíquico. pero "no es raro que en el curso del estupor comicial. El epiléptico es usualmente lento en sus procesos. La forma delirante confusional presenta in­ coherencia. en otros parece conservarse intocada. El sonambulismo epiléptico da lugar htfsta a fugas del hogar por impulsos inconscientes. según se admite generalmente. Fuera de estos síntomas sustitutivos del mal comicial y pasa­ jeros. en cuatro formas distintas: sonambúlica. se produzca súbitamente un acto exhibicio­ nista o incendiario o una agresión violenta” (26). inclusive dentro ds un plano de genialidad (Dostoievski. Los estados crepusculares suelen presentarse. pp. En lo que toca a la inteligencia propiamente dicha (capacidad de comprensión. etc. el ritmo se acelera. En cuanto a los fenómenos represen­ tativos. delirante confusional y delirante maniaca (M). — 440 — . estupurosa. 460-471. estrechamiento del campo conciencial y falta de agi­ lidad mental. ellas. la agresividad y la explosividad acompañadas de gran agi­ tación motriz. La for­ ma maníaca o del furor epiléptico se distingue por los accesos de cólera. catatonía. dura de dos a tres semanas. (26) Ibidcsn.). de indigni­ dad. ob. Ño es raro que. para la explicación de éstos hay que recurrir a los estados pre y post . Es lo corriente que la capacidad intelectual permanezca cualitativa­ mente intacta. tengan ante sí un futuro doloroso que es preciso evitarles. el porvenir sólo le ofrece sufrimientos y fracasos. La actividad dcsciepde. todo lo cual explica por qué el suicidio sea tan com ente entre los melan­ cólicos. p*525. se piense que los propios padres.. Al exagerarse las reacciones cíclicas o de alternancia. dejamos anotada la existencia de persona­ lidades en las cuales los estados de ánimo oscilan entre los polos de la alegría y de la tristeza. El temor al porvenir se asienta. sólo habrá de apuntarse la alteración referente a los delitos que se presentan en algunas for­ mas clínicas. resalta su rela­ ción estrecha con muchos delitos. El melancólico vive angustiado. hijos. cU.Por lo descrito acerca de esta enfermedad. todo lo ve negro. pueden presentarse los casos de psicopatías ci­ cloides. tiene ideas de pequenez. en algunos ejemplos delirantes. de la excitación y la depresión: se trata de las personalidades ciclotímicas que se presentan aun en el campo de la normalidad. de negación. esposa. entonces tenemos las psicosis denominadas melancolía y manía. un porvenir sin esperanzas o un mundo al que sobrevendrán catáv trefes. aunque sea más lenta. etc. herma­ nos. también denominada mania cíclica o psicosis circular. La melancolía es un estado depresivo en que prim an los sen­ timientos dolorosos y pesimistas. Pero no siempre en estos psicóticos se presenta la alternancia de los dos polos. salvo en el denominado raptus melancholicus en que hay una hiperactividad semejante a la del raptus epilepticus y que puede conducir a delitos similares. matanzas y hasta la destrucción total.deprensiva.— PSICOSIS M A N IA C O . de ahí los homicidios piadosos en ellos perpe­ trados para prevenirles el sufrimiento (2V). se da la psicosis maníaco . ■ 9.accesuales y a los equiva­ lentes más que al propio ataque comicial aunque éste sea el más característico dentro de la clínica psiquiática.D EPRESIVA — Ya al tratar de Biotipología criminal. coloreando toda la actividad del individuo y determinando un descenso en su potencial psíquico.. Estos delirios participan de la característica depre­ siva y pesimista general y muestran al individuo disminuido. como vulgar­ mente se dice. por un proceso proyectívo. 441 — . que éste deter­ mine la manera de ser de aquélla. pue­ de ocurrir que la personalidad se fije en uno solo. en la creencia de que (27) V: Di Tullio. cuando la exageración es mayor y se ingresa en lo clara­ mente anormal. que ve el porvenir de color de rosa. homici­ dios. contra las personas principalmente. las prohibiciones jurídicas. más que una agitación maníaca existe una hiperactividad desor­ denada.hay genlc que asi lo prepara. son pocos. de hecho. Por eso. Este fluir de ideas (ideorrea) se traduce en el exterior en una verborrea incansable en que las oraciones saltan sin mo­ tivación aparente de un tema a otro. esta­ fas (gira cheques sin fondos. El curso #el pensamiento se acelera al extremo de que la atención es incapaz de fijar suficientemente los contenidos con­ ciencíales. La manía es un estado de hiperexcitación y exaltación men­ tales en que las fuerzas psíquicas parecen robustecidas de mana­ ra extraordinaria. las agresiones contra otros en­ fermaos no son raras. que no concibe las posibilidades de fracaso para nada de lo que intenta. etc. lesiones. son teóricamente cer­ canos a las posibilidades del maníaco (durante la llamada furia maníaca). abusos sexuales. quiebra en virtud de operaciones arriesgadas. La posibilidad de cometer delitos es mayor en los estados de hiponianía (una manía en pequeño) porque el sujeto conserva mejor sus capacidades corrientes y porque no se lo interna con tanta frecuencia como al maníaco declarado. persecutorios que. unidos a las explosiones melancólicas. pero tilín allí. sobre todo los últimos. el m undo es suyo. por Ta conocida transformación del perseguido en perseguidor. precauciones y todo. — 442 — . a p u n ­ tan hacia la comisión de delitos violentos. El maníaco es un hombre optimista. A ello hay que agregar una hiperactividad motriz que hace que los maníacos semejen seres incansables para llevar adelante las numerosas y variadas tareas que emprenden. tiene poder para todu. tales como heridas. de ahí las ideas de grandeza. en el manía­ co eso sucede con las tendencias expansivas. con predominio de la alegría y de la cólera. pero si bien. creencia que se resuelve en delirio. Si en el melancólico predominan las tendencias depresivas. generalmente ya se halla recluido en un manicomio donde se toman precauciones. etc. de invención. el maniaco desprecia las vallas opuestas por las consideraciones so­ ciales. y se lanza a actividades que pueden desembocar en variados delitos. puede cambiarlo. En la hipomanía. La facilidad con que se encoleriza lo hace proclive a los delitos vio­ lentos contra las personas.). ro­ bos. porque cuando el sujeto llega a los extremos de anormalidad. calumnias e insultos (contra los que se le oponen). contravenciones de tránsito. hasta el extremo de provocar una actividad irre­ frenable y un curso acelerado de los procesos mentales. Le son atribuibles en mayor número que a los maníacos. sin embargo. de enormidad. las normas éticas. lo tiene a su disposición. los esquizofrénicos constitu­ yen cciva de la mitad de la población manicomial. se extien­ den frecuentemente al campo kinestésico y cenestésico. por eso el sujeto puede afirmar que vuela. Ese nombre fue posteriormente reemplazado por Bleuler con el de esquizo­ frenia porque el psiquiatra suizo pensaba que lo más caracterís­ tico de la enfermedad es la disgregación mental. por mèdio de mecanismos que rebasan las reglas de la lógica. la destrucción de las asociaciones lógicas.). porque su conducta irreflexiva e im previden­ te puede ser ejercitada libremente en aventuras comerciales y en actos contrarios a la propiedad. cit. se mantie­ (28) V: ob. etc. que está nadando. 285-286. o grupo de enfermedades. i 10. caracteriza­ da por la disociación mental. la posibilidad de que coexistan en el individuo afectos e ideas con­ trapuestos. seducción y corrupción de me­ nores. La importancia médica y criminológica de esta enfermedad. Moglie hace resaltar que la disminución o desaparición de los frenos inhibitorios se traduce en muchas mujeres en actos desho­ nestos. que desaparece en parte o total­ mente. deriva de) hecho de su frecuencia. tales pseudopercepciones se asocian entre sí como las imágenes oníricas. exhibicionismo. llegan a tener notas particularmente absur­ das como la de dar corporeidad espacial a lo que no puede te­ nerla (et pacicnte dice haber visto u oído al tiempo. Entre sus rasgos distintivos existen muchos relacionados de cerca con el delito. Así sucede con las pseudopercepciones que en el esquizofrénico. varios tipos de trastornos que antes se trataban aisla­ damente y no siempre con la necesaria sistemática. la salud y la vida de sus semejan­ tes. — 443 — . la padecen.. la memoria no suele ser muy afectada. (:s). Ilógicas y absurdas son también las ilusiones.— También en el ca­ pítulo sobre Biología Criminal adelantamos nociones acerca de esta discutida enfermedad. pp.entera. etc. preferentemente provocaciones sexuales (que dan muchos dolores de cabeza cuando la hipomaníaca alega haber sido sedu­ cida o violada). como síntomas fundamentales. Inoportunidad que ss les ofrece es mayor. desde el ángulo de nuestro enfoque son relevantes las ilusiones en el campo sexual. Salvo las etapas avanzadas de clara destrucción de la perso­ nalidad. Por lo demás.— PSICOSIS ESQ UIZO FRENICAS. En esta unidad. Kraeppelin fundió. él se­ ñalaba el autismo y la ambivalencia: el primero es la ruptura con el mundo exterior y el encerramiento en sí mismo. al dolor. se calcula que entre seis y sie­ le personas de cada mil. el segundo.los delitos propios de éstos. con el nombre de demen­ cia precoz. La disgregación mental se manifiesta en el hecho de que un pensa­ miento iniciado no llega a su conclusión: se asocia de manera ab­ surda. Los delirios son graves y derivan hacia juicios absurdos que son reconocidos en su carácter anormal aun por el profano. neologis­ mos. conservación y evocación. etc. como ceñido insepa­ rablemente a un tema constante. que surgieron después de la pregunta: ¿cómo esté?: ‘ Está perdido en dos por la cabeza que habla del ruso mafav«4jlzo. tiene el don de la ubicuidad.. los delirios de invención de­ rivan. todo lo cual hace que no se entienda lo que 1 1 paciente quiere detir.. etc. problemas científicos. etc.. la falta de lógica — re­ sultantes de la disgregación mental— se transparentan en la fal­ ta de jerarquía entre las ideas. a otro proceso que probablemente tampoco con­ cluya de manera rotunda. Rincón nunca fue. falta de lógica. delirios relativos a grandes trastornos-cósmicos: te­ rremotos antes jamás producidos. Quítate de ahí viejo joven ven y ven. etc. se trans­ forma en luz. La incoherencia. 519-520. — 444 . mis pensamientos son vistos por los demás. metafísicos que asumen caracteres del mayor absurdo. dis gregación. delirios religio­ sos y de invención: el paciente cree ser un pensador muy profun­ do. en los de persecución. pasti­ lla« para la tos del rebuzno que suspira por el médico. He aquí un ejemplo de neologismos. capaz de plantearse y resolver problemas que para los demás han permanecido en la oscuridad. alguien habla valiéndose de mi garganta.nen relativamente bien las funciones de captación. el pensamiento se torna rígido. Hay disgregación. Pañuelo. rarezas. rarezas. Los vestidos que llevo por la Luna remendera de la (V) Efe la •* el». así como a los trastornos de los de­ más estados internos. ma­ tanzas sin cuento. religio­ sos. pp. Mira y López cita un caso de Amd en el cual el esquizofrénico trataba de averiguar “ por qué el hombre no tiene dos cabezas que traba­ jen una d¿ día y otra* de noche” (29). de manera natural. Calla tonto. La construccionalibilidad del paBaderizante es fea. De­ lirios de influencia: alguien está pensando por mí.. pero hay fallas en el reconocimiento. Los trastornos más salientes se presentan en Las funciones in ■ telectuales. delirios de autotransformación: el enfermo se convierte en aire y puede colarse por cualquier rendija. ¿Cuándo marchará a su casa?.. carente de espontáneidad. pera.— M archaré tan pronto como jamón de las porquerías que salen por la escalera. ilógica. Las alteraciones del lenguaje corresponden a las del pensa­ miento de que son expresión. guerras con nuevas armas. — 445 — . cigarrillo. Desde la-'ventana veo y hue­ lo los rayos que me traspasan el corcho con los sapos verdes me­ lifluos sinculo y del cupo cogote escupo” (“ ). junto 1906. automáticos en que la censura y la inhibición conscientes no in­ tervienen. K. La vida afectiva va muriendo lentamente. 525. carne de cerdo. p. existe la posibilidad de que el paciente sea movido como un maniquí que conserva la postura que se le da: es lo que se llama la impresionabilidad cérea. pesimista v optim ista. pero un extremo no repele al otro o lo sustituye. los de coo­ peración. sobre todo en los primeros momentos. En la acción. el sol. En la catatonía. (30) Ibidem. por la nube de angustia proveniente de la propia anormalidad oscuram ente percibida. Junto con ilogismo y acumulación de de­ talles absurdos. los morales. algodón encarnada. Bernardo X. punto. la tendencia general marcha hacia la frialdad emocional que permite comparar a los casos extremos con trozos de hielo. El enfermo se mueve entre dos po­ los: el de la indiferencia o embotamiento y el de la susceptibili­ dad y delicadeza extremas. arroz comido. por todo ello. por ningún medio (31). Se presentan extremos que van desde la inmovilidad pétrea de la catatonía hasta los movimientos continua e incansa­ blemente repetidos. punto. Igual disgregación. cruz. doble punto. es el mutismo absoluto. (31) En ibidem. Se nota también verbigeración (repetición de las mismas pa­ labras por absurda que sea su colocación en las frases o en las conversaciones del momento). La escisión propia de la esquizofrenia es comprobable tam­ bién en este terreno afectivo. puede verse este otro caso de “ ensalada” de palabras en que ningún pensamiento puede ser seguido: “ 125 millo­ nes. reyezuelo. se da predominio de los actos involuntarios. etc— . Todo envuelto. O tra manifestación común. la luz. sefior G. aunque sólo sea en ciertos momentos del decurso de la enfermedad. 521-522. dentro Uc la característica ambivalencia afectiva de líos esquizofrénicos: d paciente se cree muerto y vivo. los sentimientos más delicados son destruidos progresivamente — tales los de simpatía. timonel. puede verse en la escritura y en los dibujos de los esquizofrénicos. los enfermos pueden cometer los delitos más atroces y repugnantes con toda frialdad y sin sentir remordimientos posteriores. N. piloto. sino que ambos se dan simultáneamente. si bien existen mo­ mentos de hipersensibilidad. el señor X es asesino. Luis X. feliz y desgraciado. K. durante el cual no se logra arrancar una pala­ bra al paciente. marina de guerra no muere por nadie 1906. muere como un asesino.pin de la pon que no me pongo más. pp. Altona. Merece también citarse como clásico. hipocondría. sobre todo en algunos formas de la esquizofrenia. parecen caracterizar más a la psicosis maníacodepresiva que a la esquizofrénica. al hacerse evi­ dente. etc. Moglie considera que la etapa más interesante. que dan lo que puede llamarse la base intelectual del negativismo hebefrénico. ilu­ siones y delirios de la más variada especie: hipocondríacos. el negativismo: el sujeto hace precisa­ mente lo contrario de aquello que se le dice. Los rasgos corporales son los que primero llaman la atención: períodos de rigidez corporal (es­ tereotipias. El paciente es visto simplemente como alguien que comienza a descuidar sus deberes de trabajo o de familia. La vida inte­ lectual es sumamente pobre. La variedad catatònica se presenta cuando este síntoma se une a los demás de la esquizofrenia. etc. en los primeros momentos de la evolu­ ción. es la que inicia el proceso degenerativo. sobre todo por los accesos de distimia. de persecución. da lugar a variados delitos violentos. alu­ cinaciones cenestésicas. La disociación es la característica que. con la psicosis paranoide que puede denominarse “pura — 446 — .dañada ni el sujeto recluido en un manicomio. El hebefrénico inicia precozmente su proceso degenerativo en qu¿ prontamente aparecen delirios variados. unido a la destrucción de los fre­ nos inhibitorios. El síndrome hebefrénico se distìngue principalmente por los trastornos afectivos que. sin duda ctiológicamente distinto del negativismo puro de los catatónicos. acce­ sos de nialhumor. La im­ pulsividad se mantiene lo que. se admiten tres principales.. para el estu­ dio de las relaciones entre esquizofrenia y delito. En lo referente a las formas que asume la esquizofrenia. místicos. parece colocar¿c en una situación de oposición total a las influencias que provie­ nen del medio ambiente. de grandeza. incluyendo los sexuales. En la esquizofrenia paranoide priman las alucinaciones. que parece poco interesado en conservar las formas en las relaciones sociales y que comete actos (32) Es preciso no confurdir la esquizofrenia paranoide. permite el diagnóstico diferencial con la locura circular. cuya sistematización remonta a la labor de Kraeppclin: la hebefrénica. etc.) con violentos estados de agitación motriz muy importantes desde el punto de vista criminológico. en que la capacidad intelectual aún no está seriamente. pero ya se han producido notables cambios en el carácter. se piensa y se quiere. la catatònica y la paranoide ( i:). poco sistematizados. disminución de los sentimientos éticos y sociales-x alteraciones en la capacidad inhibitoria porque hay disocia­ ción entre lo que se percibe. creación Je peligro. ob. pp. sin tener justificativo aparente alguno.. masturbación en público. ponen jus­ tamente en relación. etc. 576-583. En la parafrenia. La in­ teligencia. p. La falta de explicación por parte del agente.— . En los momentos más avanzados del trastorno — que generalmente se instala en personas entre 30 y 40 años de edad— pueden pre­ sentarse también delirios de grandeza. Moblie. por lo menos parcialmente (*).— He aquí conceptos que están entre los más discutidos de la Psiquia­ tría actual y en relación con los cuales las contrapuestas opinio­ nes han creado un estado cercano a la anarquía. la ausencia de remordimientos. se yergue la per­ sonalidad normal que se defiende de la anormalidad. exhibicionismo. tiene cho­ ques más violentos c o q la sociedad y da muestras de no saber lo que hace. cit. etc. pues explosionan cuando menos se los espera. prescindiendo de la parte delirante. los accesos de cólera y se de­ ducirá lo peligroso que es el enfermo. cit. con ¿l delito de deserción (3i).— PSICOSIS P A R A hkE N IC A S Y PARAN O IC AS. Este puede asumir las más diversas formas. fuera de los delitos de violencia — estupros. (35) V: Ibidem. siguen a la comisión del delito. 511-517. pp. Las ilusiones y alucinaciones se traducen pronto en delirios de in­ fluencia. homicidios. pp. según Mira y López (35). 575. ob. el cinismo. siempre relacio­ n a r e s con el grado de anormalidad a que el paciente hubiera lle­ gado. 327-330. agreguemos a ello la creciente disociación m ental. pero frente a ellos. los parafrénicos puedan continuar su vida en sociedad.. Inclusive plan­ tean los especialistas la asimilación de estas entidades a otras. esa carencia de motivos adecuados es precisamente una de las características de la criminalidad esquizofrénica. he­ ridas. el sujeto se encierra cada vez más en sí mismo. muchas ve­ ces.inmorales aparentemente sin darse cuenta. Al progresar la enfer­ medad. se conserva rela­ (33) V: para la criminalidad esquizofrénica en general. son típicos los de­ lirios alucinatorios que se instalan sobre la personalidad normal. como algo aparte.. (34) Una m u":'ra de las discrepancias puede ser tenida de sólo ob­ servar el cuadro sinóptico contenido en Mira y López. sus actos pueden sorpren­ der a cualquiera. hurtos. esa conser­ vación de una parte de la personalidad permite que. £1 autor últimamente citado así como Di Tullio. las llamadas fugas esquizofrénicas. Lo mismo podría afirmarse que sucede en algunas fugas de base epiléptica. ob. pueden darse otros de estafa. de invención. etc. Di Tullio. cit. sin que la víctima pueda prevenirse. — 447 — . el surgimiento de odios inmotivados. II. cit-. de hacer que éste gire alrededor de él. Kl delirio de persecución es una variedad de sumo interés criminológico. a veces son explosivos. a veces. el yo. porque el delirante estará convencido de que obró dentro de los límites de su legítimo dere­ cho de defensa. sino corrientemente lo contra­ rio: cree que el intemamiento es una nueva prueba. Esos delirios suelen asumir. ella es. — 448 — . salvo la frecuencia e intensidad de los accesos coléricos. No se busque en­ t o n t e s arrepentimiento de lo hecho. p. o de deformarlo para hacerle perder la belleza. su inteligencia intacta. éstas tratan de desprestigiarlo por medio de ca­ lumnias. puede esta anormalidad de­ jar intocada la función intelectual en relación con otros temas ajenos al delirio. El intemamiento del paciente en un manicomio no constituye de por sí una pre­ vención de la actitud de defensa. de matarlo. sobre todo en algunos tir'v5 de delirios. La reacción natural es una actitud de defensa c o n tr a lo s injustos ataques externos. acusaciones falsas. mej''*\ el egoísmo. el paranoico se cree perseguido por una persona o grupo de ellas. no raramente con gran detalle y fina apreciación de la realidad para asegurar el éxito. aunque sólo fuera en el pla­ no delirante. El paranoico da el paso si­ g u i e n t e : reacciona contra los presuntos agresores por medio de ca­ l u m n i a s . pero en la mayoría de los casos se tratará de actos planeados. tal aparien­ cia de verdad. para Noyes. como salida abrupta ante una situación intolerable. en los cuales el sujeto desarrolla perfectamente sus actividades. pues gene­ ralmente se considera q u e la paranoia se instala a raíz de fuer­ tes experiencias emotivas. “un trastorno mental de desarrollo insidioso que se caracteriza por ideas deli­ rantes persistentes. Desde nuestro punto de vista. o simple­ mente. se hubieran puesto al servicio de la anormalidad. una nueva manifestación de la persecución que sufre. En cuanto a la paranoia. podemos disponer las formas clínicas de la enfermedad. que revelan eí deseo que el paciente tiene de imponerse al mundo. Por lo demás. sistematizadas y lógicamente ra­ zonadas” (*). La patogénesis tiene importancia criminológica. que el paciente es capaz de engañar a cualquier persona no prevenida. como si la parte sana de la personalidad — por así decir— . de acuerdo al tipo de delirio que existe o que predomina sobre otros que se presentan simultáneamente. Tampoco son mayores las alteraciones afectivas. por tanto. inalterables. heridas. Los actos defensivos llevan el sello de toda la per­ sonalidad. homicidios. súbitos. estará prc(36) Ob. adquiere pa­ pel preponderante.tivamente bien. 421. se inician pleitos y pleitos conti­ nuos e interminables. tras una carnicería.. las probabilidades delicti­ vas disminuirán por las precauciones que se toman. Los delirios de grandeza. su des* confianza estalla también cotilla el juez y contra todo el poder judicial en conjunto. etc. suelen contribuir es­ tados pasionales profundos o sentimientos de inferioridad oscu­ ramente percibidos para no mencionar la creencia en la propia' impotencia que presuntamente lanzaría a la otra parte a buscar satisfacción por medio de la traición. A echar leña al fuego. ha llegado la hora de hacer respetar los derechos mellados. suelen iniciarse en in­ terpretaciones erradas de hechos corrientes. En último caso. que no tienen base real o. En cuanto a los delirios de celos.venido contra médicos y enfermeros. con el suicidio dei delin­ cuente. a veces des conocido. también eti ellos la personal hipertrofia del yo es clara. en casos extremos. pero.— . se hallan confabulados contra él. pues. dan por sí solos una apreciable delincuencia ge­ neralmente relativa a gastos desconsiderados. El delirio de celos suele desembocar en los delitos más graves contra la persona sospecha­ da — generalmente no contra el tercero en discordia. que tan fácilmente derivan en los de persecución. etc. giro de cheques sin fondos. de filiación sospechosa o no. si la tienen. Sólo excepcionalmente se desemboca en delitos con­ — 449 — . por propia mano. pues los tribunales lo dañan injustamente. faltamicnto a la autoridad. en este caso. Así. judicial. Otros delirios sen los de reivindicación y de celos. todo es considerado como prueba de infidelidad del cónyuge o amante. Se ve. inclusive los actos más inocentes. ios peritos. se basa en ia patológica creencia de que un derecho pro­ pio ha sido mellado > que es preciso buscar su reposición por me­ dio de trámites judiciales. mediante homicidios o heridas que se extienden inclusive hasta los hijos. pero puede suceder. por lo demás— . por lo cual los calumnia y los denuncia falsamente. etc. resul­ ta desproporcionada en relación con las fuerzas que el litigante pone para lograr remedio. acusaciones falsas. pleitista. y pueden concluir. que los delitos más comunes son ios de injurias. sino de que el querulante considera que los testigos. Se cita como subespecie de esta manía litigante la denominada paranoia ge­ nealógica en que el paciente lucha porque se le reconozcan los derechos derivador de su alto y noble origen. Los delitos no sólo resultan del hecho denunciado mismo. El delirio q u erjla n te-----reivindicatorío. que se presenten ataques materiales a las personas cuando el querulante considera que. a quienes considerará cóm­ plices activos del atropello y contra los cuales se amplía el derechu de legítima defensa. algo rara. se oponen a que se ins­ taure el nuevo reino. tienen los planes peiiectamentc estudiados pa­ ra resolver una crisis económica o financiera. Ella aparece en algunas personas que tienden al amor platónico. Es clsro que esta forma delirante. citarse y contraponerse a lo que su cede con los auténticos reformadores. ti la mujer o el hombre amado no dan muestras de interés. se los cree formas de coqueteo. daño o reivindicación.religiosos. se inter­ preta aquello como subterfugio para no dar a conocer públicamen­ te los sentimientos íntimos. si se llega a actos de verdadero des­ precio. de la honra o de la salud de sus súbditos. por sí solo. su capacidad de dirección. Por fin.tra las personas. pero pueden presentarse. El calor que ponen en sus prédicas. no lleva corrientemente — 450 . lo que tampoco es raro. De esta madera están hechos muchos regi­ cidas. más que delincuentes suelen resultar víctimas de los aprovechadores. dictadores. A continuación habrá que citar. su tenacidad. a veces naciones enteras. de modo natural. artística o literaria— . etc. salvo cuando concluyen en delirios de persecución. siempre ilu­ sionados. Los delirios de invención — de creación científica. no se está lejos de quererlo limpiar de pecadores o de eliminar a to dos los que. tienen menor importancia. podemos describir la paranoia sexual o erótica. dispuestos a aceptar a cualquier pro­ feta. hacen que al­ gunas veces se produzcan delitos colectivos porque nunca faltan incautos. La historia de los últimos tiempos no escasea ciertamente en ejemplos que podrían citarse. a reformar al mundo. y revolucionarios. Estas personalidades delirantes suelen acompañar sus in­ ventos. de toda suerte de supuestas pruebas. cuanto más haya conservado el sujeto su poder intelec­ tual y más se efectúen sus prédicas en momentos de especial des­ esperación de ciertos grupos. por ejemplo cuando el paciente se cree dueño del mundo. con demoníaca perversidad. ora han pintado cua­ dros maravillosos. eso es tanto más posible. Y así. como lo estaba Don Quijote de Dulcinea del Toboso. capaz de disponer de la vida. estos tenaces ena­ morados. siguen su camino durante mucho tiempo. los deli­ rios de reforma y los místico . políticos y religiosos. Cuando el delirante cree poseer toda la verdad o haber sido destinado por Dios o la histo­ ria.' a purificarlo de todos sus pecados. planes. muchos atentadores contra dirigentes sociales. que tienen fe en el delirante y lo siguen en las aventuras más descabelladas. muchos injuriadores y calumniadores. Con ia cual. hallazgos. se sienten castamente amados y corresponden de igual manera. armas que permiten destruir sin mayores gastos a los ejércitos enemigos. ora han creado grandes maquinarias. muchos conspiradores. 634. hay anorma­ lidades que se presentan desde la más temprana edad. al no ser tratados en esta época. p. pero que frecuentemente sólo podrán ser entendidas bajo la luz de los estudios psiquiátricos. los conducirán (a los ni­ ños). Uno de los problemas capitales que han de encarar actual­ mente las autoridades. la Psiquiatría infantil.. En efecto. cit. las irregularidades pro* venientes de mal funcionamiento de las glándulas endocrinas c de mala alimentación.— Las peculiaridades d¿ la psique infantil han dado lugar a la formación de la psicología evolutiva propia de esa edad. cuando la frialdad se atribuye at nacimiento de nuevos amores. — 451 — . cuando el no haber obtenido plena corres­ pondencia o matrimonio durante años. Las aplicaciones criminológicas son obvias. llega al 10% .a delitos. 212. transtornos “que. por ejemplo. que crece continuamente en volumen e interés. Foco se podrá hacer para tratar de prevenir y de remediar esa delincuencia si no se parte del conocimiento de las causas que han de ser com­ batidas. con­ tinuamente creciente en número y agravada en calidad. o de enfermedades infecciosas o de intoxica­ (37) Mira y López. el primero resulta. se atribuye a dificultades opuestas por algún interesado. como no sea a indiscreciones que por exigir re­ paración judicial. a! alcoholismo o a la enfermedad men­ tal ” r ) . suelen tener mayores repercusio­ nes criminales cuando alguién cree ser amado e intenta obtener los derechos de tal. a la delincuencia. datos norteamerica­ nos confirman que alrededor del 3% de los niños tiene defectos intelectuales que dificultan o impiden la adaptación social. La importancia de la nueva especialidad puede deducirse del número de pacientes a los cuales se refiere. toda vez que el conocimiento precoz de condiciones mentales favorables al deli­ to puede provocar el correspondiente tratamiento antes de que las anormalidades se enconen o lleguen a formar parle de la perso­ nalidad del niño y del adolescente. al lado se ha creado una especiali­ dad médica.— P SIQ U IA TR IA IN F A N T IL. causa$ que muchas veces serán aclaradas por la psico­ logía normal. la pro­ porción de alteraciones del carácter. Sin embargo. es el de la delincuencia de menores. complicándose con delirios de autorreferencia erótica. Los casos extremos tienen que asimilarse a lo que sucede en los delirios de persecución y de celos. el segundo. ob. bástenos recordar que eso sucede con la oligofrenia. se calumnie a la otra parte por supuestos avances ilegales. o cuando. como los de las mentiras. para aceptar esas influen­ cias en todo su pesó. y principalmente las relativas al ambiente familiar. de estudios escolares. injurias. económicas.. etc.. engaños.ciones. psiquiatría y psicología han tenido que detenerse a considerar las influencias familiares. o de procesos degenerativos que se instalan muy pronto (demencia precocísima). Han sido los maestros. Y eso que las advertencias para que se tenga cuidado son ya viejas. a fin de que el lector posea algunos datos acer­ ca de las anormalidades infantiles y juveniles. que son terreno favorable para que se instalen ciertos delitos a veces reprimidos con dureza por autori­ dades poco inclinados a estudiar la psique de los delincuentes in­ fantiles y juveniles. aún en libros de secundaria importancia y no precisamente moderaos. los que mejor com­ prenden la urgencia de recurrir a la ayuda de la psiquiatría. calumnias. a que el niño se inclina. etc. los más posibles. Hay problemas. púber o adolescente. >I tratar más largamente del tema es propio de libros especializados a los cuales nos remitimos. Sin embargo. Inclusive pueden derivar transtomos de la forma de recreo que el niño halla — o no halla— . que concluyen por crear conflictos internos. con cuya actividad tanto se relacionan las tentativas de prevenir y corregir el delito. compatibles con una obra elemental co­ mo es la presente. — 452 — . A lo largo de estos últimos capítulos hemos dado algunos de­ talles. para n o hablar de los transtomos provenientes del medio que rodea al-niño. no hay necesidad de adscribirse cerradamente a ningu­ na escuela psiconalítica: basta observar la realidad que presenta hechos incontrovertibles. pre­ ferimos ahora tratar del tema dentro de la sección destinada a la Psico­ logía Criminal y. el estu­ dio del alcoholismo debió incluirse en el párrafo dedicado a las psicosis tóxicas (')• Sin embargo. Las relaciones entre el alcoholismo como causa.— Desde un punto de vista sistemático. por lo cual hay autores y obras que. por desgracia. como también se hará luego con los estupefacientes (2). en la parte de Psiquiatría Criminal. en ésta. han sido puestas en evidencia desde hace mu­ cho tiempo. y las enfermedades mentales y la criminalidad como conse­ cuencias. no lo han sido en la biblio­ grafía general. Esta advertencia explica el uso de fuentes bibliográficas que al redactar aquel folleto pudimos consultar.C A P IT U L O V II ALCOHOLISMO 1. p. por una par­ te.). Sería. ya no tenemos.— IM P O RTAN C IA DEL ALCO H O LISM O EN L A CRI­ M IN O L O G IA . Ira agregados: y supresiones serán pocos. - 453 — . posibili­ dad que ahora. por otra. al menos en una obra de la índole de la presente. ta­ rea desproporcionada el examinar todos o la mayoría de los es(1) En nuestro primer programa sobre la materia incluíamos el es­ tudio del alcoholismo en la sección de Biología Criminal (también lo hace López Rey en/su Introducción a la Criminología. ha­ bida cuenta de que el delito puede relacionarse más directamente con las alteraciones psíquicas provenientes del uso del alcohol y que esas alteraciones son fundamentales dentro de los síntomas generales. (2) El desarrollo de este capitulo se ceñirá en su mayor parte a nuestra obra: El Alcoholismo ante las Ciencias Penales. mencionados en este capitulo. 148 y ss. la importancia de este factor es tal en la criminalidad que se justifica el dedicarle un capítulo aparte. so­ bre todo. Esta sensibilidad varía de acuerdo a distintos factores co­ mo la constitución biotipológica. Durante el siglo XIX se publican varios libros expresamente dedicados al estudio del alcoholismo como factor de criminalidad. ya hallaremos en Montesquieu la preo­ cupación por el problema cuando se refiere a la distribución de los vicios y de los delitos en Europa.' en Alemania y las de Zerboglio y Colajanni en Italia. mas o menos como si alcoho­ lismo y delito se compensaran más que se compenetraran. las investigaciones han al­ canzado gran extensión y profundidad y se puede decir que los conocimientos elementales sobre el tema son de dominio común. que no hay tratado de asistencia social o de psiquiatría que no toqu>í estos aspectos del problema. Producida la embriaguez. b) Sensibilidad individual frente al alcohol. tales diferencias pue­ den explicarse por las siguientes causas: a) Grado de atracción que el alcohol ejerce sobre cada in­ dividuo.— Es preciso comenzar anotando que el alcohol provoca efectos di­ versos según el individuo de que se trate. nos limitaremos a los prin­ cipales dejando constancia.tudios importantes sobre la materia. de la alimentación y estado de nutrición. de los hábitos adquiridos. afirma que a una mayor de­ lincuencia en la Europa meridional corresponde un mayor alco­ holismo en la Europa septentrional. En lo que va del siglo presente. hasta aquel otro en el cual una dosis mí­ nima es capaz de producir efectos absurdamente desproporcio­ nados. el estado psíquico. de que las opiniones cL los autores son uniformes cuando se atribuye al alcoholismo enor­ me importancia criminògena. Las ligazones entre alcoholismo y delito y otras conductas antiso­ ciales se han tornado tan evidentes a la luz de los hechos. nos referimos. como la de Ba:>. Si dejamos de lado los precedentes más lejanos y nos dete­ nemos en el siglo X V III.— V AR IE D AD EN LO S EFECTOS DEL ALCO H O L. por s:i parte. del hígado y otras glándulas exocrinas. las condiciones del sistema nervioso (cerebro-espinal y vegetativo). desde ahora. o co­ mo si el primero fuera equivalente del segundo. sobre este tema. También aquí se dan grados que van del individuo que puede ingerir cantida­ d e s relativamente grandes de alcohol sin sufrir serias alteraciones corporales o psíquicas. 2. nos obligarían a investigar por sus propias causas). de — 454 — . a aquellas obras ya clásicas al respecto. ella será diferente según la atracción o la repugnancia (las cuales. se insertan en “El Hombre Delincuente * de Lombroso. fuera de los capítulos que. la atracción varía desde una notoria inclinación hasta una invencible repugnancia. de las glán­ dulas endocrinas. . otros ele^ mentos que ejerzan una acción similar que se suma a la del pri­ mero o la multiplica o la disminuye. eso no sería suficiente para escla­ recemos hasta dónde llega el grado de las perturbaciones psíquicas producidas en el individuo. — 455 — . actos crim inales cuyas causas preceden a 'a em briaguez. Lo mismo puede decirse de las especies de bebidas. elem entos especialmente excitantes. por cierta tendencia a sim plificar los hechos. D esde luego. c) Cantidad y calidad de las bebidas. el tipo de trabajo. que las bebidas destiladas ejercen una influencia mayor en la aparición de la embriaguez que el vino y la cerveza (aún considerando sólo la cantidad de alcohol ingerido y no la canti­ dad tota] del líquido). la condicionan o se suman a su influencia.las enfermedades. probablemente será necesario agregar otras causas no individuales. — CAUSAS DE ALC O H O LISM O . agregados al alcohol. no‘ vemos obligados a prescindir d e cualquier afir­ mación definitiva. son los casos del whisky.1 ajenjo. Dentro de esa abstracción. este es un dato puramente objetivo. hol. :s preciso conocer en cualquier estudio criminológico o médico legal. es la asimilada por el organismo. se suelen atribuir sim ­ plem ente al alcohol. Sin embargo. etc. ante nuestro desconocimiento de estudios que se hubiera realizado sobre la composición química o la acción fisiológica úe esa bebida. por ejemplo. como la estación del año. -. ni siquiera este dato puede resolver por sí solo todos los proble­ mas. eso es verdadero no sólo en el cam po m édi­ co y penitenciario sino también en el crim inológico. la s apariencias apuntan en esa direc­ ción. etc. en efecto. perturbaciones que. La incluimos porque su influencia es fre­ cuentemente sostenida y todavía no se han dado puebas para pres­ (3) Entre nosnt. ya que si pudiéramos establecer la existencia de cierta can­ tidad de alcohol en la sangre. sin embargo.— Es preciso detallar estas causas porque todo intento de cura y corrección ha de tener en cuenta lab causas. Y. fuera del a l i . Entre las causas principales del alholism o podem os citar las siguientes: a) La herencia. mucho se ha hablado de que la chicha por con­ tener. Se comprende que más importante que la cantidad de alco­ hol ingerida. etc. Si se considera ais­ ladamente.ru■. las cuales pueden tener. no obstante esto. es causa de gran parte de la nm inalidad violenta que se comete en nuestras regiones del valle. la temperatura. ¡'n efecto. hay que dejar de lado los casos extremos de into­ xicación. se ha podido comprobar. (3). pero tal forma de considerarlo es posible sólo por abstracción y por necesidades di­ dácticas. p........ al menos en eJ momento ac­ tual... 13. cit. las características temperamentales. 137.. de Moscú.... estudió 1239 casos de bebedores y encon­ tró entre ellos 49 esquizotímicos y 90 ciclotímicos.. (6) V...... veremos que hay escasas posibilidades de afir­ mar que existe estrecha relación entre constitución biotipológica e inclinación al alcoholismo........... Por su ladb.. Pero otros in­ vestigadores han llegado a conclusiones diferentes C). 202. según su propia psicología (descontento del mundo y de la vida... en Ibi­ dem.. ya mencionado... etc... según la co­ rrespondencia biotipológica de Kretscomer. En todo caso.... Rield estudió 800 delincuentes.... 20% C) Si basándonos en todos estos datos buscamos...... 50% Atléticos ...si­ guiente: L eptosom os.. 22% eran ciclotímicos y 18% eran tipos mixtos (5)... Estos porcentajes pueden ser confrontados con los de la po­ blación normal que en Alemania central es..... que se deba hablar principalmente de influencias eongénitas y ambientales.. la ........ ya que el niño nacido en un hogar de alco­ hólicos se encuentra desde pequeño en condiciones adversas para llegar a desarrollarse normalmente desde el punto de vista cor­ poral y psíquico. p. cit... en El alcoholismo. Jeslin. de éstos: 60% eran esquizotímicos....... 30% Pícnicos... cuando se estudia cada caso individual^ se halla mucha diferencia entre esquizotímicos alco­ hólicos y ciclotímicos alcohólicos. deseo de huir del (4) V: Palmieri: L’Alcoolismo come Problema Medico-Legale................ entre los cuales 193 eran alhólicos.. Pero también es evidente que...... Así.... b) El biotipo.cindir de ella.... más o menos.........— Las investigaciones hechos en base a la bioíipología de Kretschmer han llegado a conclusiones imprecisas.. angustia.. como explicaremos en la parte cri­ minológica.... 7.... Mezger: Criminología.. p. Más bien puede suceder.. no obstante que las ofrecidas para sostenerla haycn sido puestas en tela de juicio y.. estas cifras absolutas no tienen mucho valor porque no pue­ den referirse a los porcentajes en que los biotipos se dan en la población general........ p.... no puedan admitirse como verdad incontrastable. (5) De Greef: Introdoctiou & la Criminologie. mientras en los primeros hay prevaléncia de las causas internas...... 456 — .. d) Deseo de huir de situaciones dolorosos de la vida y. mal ejemplo familiar. Es el alcoholismo propio de loe sectores más cultivados de la sociedad. en el uso del alcohol. etc. sino sobre todo en personas de cultura refinada y de buena posi­ ción económ ica. sobre todo mental. tormentos físicos y otras miserias. demuestra evi­ dentemente que factores profundos lo conducen literalmente a beber y que es psiquiátricamente enfermo”(7). de buscar en ciertos m edios. al individuo que está cansado de la vida y que busca por todas partes la excitación de sensaciones nuevas. Se debe reconocer. el estudio se hace a posterio­ ri. e) Por ansia de mayor felicidad. (7) En la EuciclopedU of Crimlnolofy. m ás dañosas. en este caso. pero es difícil establecerlo y entenderlo así cuando. se encuentra frecuentem ente en estos tiem pos. en el consu­ m o d e estupefacientes. a este propósito. pero no menor. como la pérdida del trabajo v del prestigio. encontrándola en las form as más aberradas d e la conducta sexual. por eso. que busca transitorio alivio en la em briaguez. com o el alcohol y los estupefacientes. verem os por qué el alcoholism o proveniente de esta causa e s de los m ás graves.— Ya el sim­ ple sentido común nos permite afirm ar que los efectos dei alco­ hol son más profundos y duraderos en el individuo predispuesto por alguna enfermedad. etc. en los segundos suelen prevalecer las causas am­ bientales (imitación. — 457 — . en la$ cuales el alcoholism o loma creciente des­ arrollo com probable por nuestra experiencia diaria.).mundo. un rem edio para dolores físicos y psíquicos. los obreros.). No obstante. p. En efecto. como sucede casi siempre. m iserable. los inculto?. con­ siguientem ente. ya que frecuentemente la enfermedad mental es efecto del al­ cohol. y no su causa. por anhelo de placeres nue­ vos. que este alcoholismo es me­ nos evidente y más ‘‘fino’* que el que se encuentra entre los pobre?. es ne­ cesario tener cuidado en sacar conclusiones rápidas porque en muchos casos se corre el riesgo de confundir la causa con el efee* to. en muchos casos. sin embargo. nos dicen Selinger y Granford: “El simple hecho de que el alcohólico no deje de beber pese a que sufre penosas consecuencias. de que el alcohol está contenido en bebidas destiladas concentradas y. 12 (dirigida por Branham y Kutash). si agregamos que estos in­ dividuos son proclives a diversas anomalías nerviosas y psíqui­ cas. al líido del hombre que com e m al. Es indudable que.. m otivos estos que se encuentran no sólo en las personas po­ bres o enferm as (que más bien se incluirían en el acápite anterior). etc. la enfermedad es causa del alcoholismo. c) Enfermedades mentales y de otro género. con el agravante. En­ tre ellas son las más importantes: a) La temperatura. se hace necesario referirse al alcoholismo llamado mun­ dano que ha establecido la máxima igualdad entre los sexos. b) El ambiente familiar. 16. Consideradas las variantes perso­ nales. es imposible establecer a priori el camino por el cual se lle­ ga al vicio. — 458 — . origi­ nando un aumento desmesurado de este vicio entre las mujeres. sobre todo extremada. Es preciso referir­ se tanto al calor como al frío (en muchas regiones se busca en alcohol un medio para procurarse una pasajera sensación de calor).f) Transformación no advertida del bebedor en alcohólico. en los cuales existe un buen porcentaje de alcohólicos por ra­ zones ya expuestas. Todos los días es posible observar cómo el alcoholismo se va haciendo más común a través de costumbres sociales. que en muchos hogares en que los padres son alcohólicos. ellas se dai¡ simultáneamente. d) La moda que es otra forma de imitación de base más ex­ tendida. En es­ te aspecto. la imi­ tación tiene carácter más acentuado. siendo a veces difícil determ inar la preponderancia de unas y otras. en El Alcoholismo. resaltan en los dos extremos de la escala: en los pobres. La división anterior en dos grandes grupos de causas. complementándose o repeliéndose. lo único evidente es que muchas veces se llega sin sa­ berlo ni quererlo. en él. en efecto. 4. Demás insistir en que los lím. en número y calidad.- (8) Cit. pode­ mos catalogar toda la serie de causas prevalentemente externas. Al lado de estas causas prevalentemente individuales. y entre los ri­ cos. 6te. en los cuales no sólo hay la tendencia de huir de las amarguras de la miseria a través de la embriaguez. los hijos también lo sean y no por una supuesta transmisión hereditaria sino por fuerza de la imitación. c) La situación económica. no tiene sino un valor expositivo ya que. sino también la ilusión de compensar con et alcohol las deficiencias causadas por la mala alimentación. debemos tratar de las diversas for­ mas o especies en que se presenta.— FORMAS DE ALCOHOLISMO. eso es visible en muchos ca­ sos. en la realidad. como dice Palmieri. frío y calor excesivos faci­ litan la asimilación del alcohol (*). p. Sucede a menudo que una pequeña dosis de alcohol concluye poi crear un hábito del que luego resulta imposible librarse y que exige siempre m¿s para ser satisfecho. Si bien en todas las categorías eco­ nómicas podemos hallar alcohólicos. por motivos evidentes.— Fuera de las condi­ ciones y causas del alcoholismo. De cualquier modo. Es frecuente. p. hasta los estados de dem encia alcohólica en que el m anicom io es lugar obligado de intem am iento. cuando las alteraciones personales apenas pueden ser notadas por los fam iliares. hasta estados patológicos. por graves que sean. acostumbra manifestarse por graves delitos de violen­ cia sin causa aparente alguna o con causas desproporcionadamen­ te pequeñas. traumas psíquicos da variado tipo. pero por los varia­ bles grados dentro de los cuales se presentan los casos concretos. es la siguiente: a) Embriaguez patológica. Barbé: Précls. difícilmente determinables sobre todo en ciertos casos concretos. Se dan inclusive delirios y alucinaciones. — 459 — .tes enlre una y otra son imprecisos. La división más aceptable. (9j V. Se produce por ingestión relativam ente considerable de alcohol.— La ingestión de alcohol se manifiesta. etc. es aquella que conduce. Corrientemente es la menos grave de las que aquí enumeramos. en los cuales este tipo de embria­ guez suele darse. son pasajeros. enfermedades graves. en prim er lugar. A quí ya no nos hallam os ante caso> agudos yu e. sean de orden físico. Se ha insistido también en lo mucho que la sensibi­ lidad al alcohol es aumentada por el paludismo (9). Este tipo d¿ embriaguez pertenece integramente al campo de la psiquiatría. Si dejamos de lado el caso de los consuetudinarios. nos queda por referim os a aquellas personas re­ cién salidas de particulares estados de tensión nerviosa. la que trae por consecuencia no sólo un transtorno en la composición química de la sangre ?ino también m achos síntomas psíquicos que la haccn asemejar a lab otras psicosis de origen tóxico. por las alteraciones produ­ cidas en la constitución química y en el funcionamiento del cuerpo. c) A lcoholism o crónico. principalmente desde eL punto de vista criminológico. b) Embriaguez alcohólica aguda ordinaria. 5. Los grados del alcoholism o crónico son muy va­ riados. En lo criminal. como su propio nombre lo indica. como los provocados por guerras. La degeneración personal es más profunda y perm anente y es resultado del uso con­ tinuo del alcohol. van desde sus inicios. en los cuales la reacción es desproporcionada con respecto a la cantidad de alcohol ingerido. 307. suscita serias dificultades. se presenta en los individuos especialmente predispuestos por ciertas condiciones sean de orden psíquico. sino ante un esta­ d o prolongado y duradero cuyos caracteres anormales resaltan in­ clusive cuando el sujeto no está propiam ente ebrio.— SIN TO M A S DEL ALCO H O LISM O . náuseas. así. transtornos en los riñones y en las funciones de los órganos sexuales y en los órganos de los sentidos» Desde nuestro punto de vista. eslas características se agravan. Por eso sucede que los ebrios queden durante largo tiempo en posiciones incom odísim as. la salivar. que llegan hasta la atrofia dj. sin cam biarlas. Los riñones se alteran. p. 298 y 307. especialm ente en los prime­ ros m om entos d e la intoxicación aguda. Ahora vu el­ ve a darse fundam ental im portancia a las hepatitis y otras a lte n cionej del hígado colocándolas en lugar importante en la exp lica­ ción de m uchos síntom as corporales y psíquicos del alcoholism o (u ). C on el progreso de dicha intoxicación. (10) illi Cit. etc. así com o la com posición d e la orina. Se m anifiestan desórdenes perm anen­ tes en el hígado: alteraciones en el tejido nervioso. la temperatura del cuerpo desciende levem ente por la dispersión de calor produci­ da por la vasodilatación" (Palm ieri) ( 10). se ex ­ perimenta vasodilatación. principalm ente los que atienden la sensibilidad dérmica: que­ dan dism inuidos los sentidos del equilibrio. Barbe. con dolores de estóm ago. mas com o ésta no es sin o un vehículo. Vóasi1. Los nervios sensitivos funcionan cada vez con menor agu­ deza. Los síntom as varían en cuan­ to a su im portancia. la gastri­ tis de defensa. del m ovim iento (y más cuanto más pequeños y precisos sean) y hasta la sim ple posibilidad de m overse. V am os a analizar las anorm alidades de acuerdo a los tipos Je fenóm enos psíquicos. a la im potencia. etc. subsi­ gue la alteración en la com posición quím ico de diversos tejidos. en El Alcoholismo. 18. por ejemplo. la corteza cerebral. ob. nos interesan más las altera­ ciones psíquicas que envuelven la personalidad total del individu > y que se presentan — m uchas de ellas— en los diversos tipos de alcoholism o (si bien hay síntom as específicos de tal o cual forma de em briaguez.. Las alteraciones quím icas corporales se evidencian principal­ mente en la sangre. principalm ente en el nervioso. puede llegarse al extrem o opuesto. com o luego verem os). A medida que el alcoholism o deviene habitual y crónico. — 460 — . Sobrevienen vóm itos que son verdaderas tentativas de defensa orgánica. La siM om atología visceral es tam bién notable. cit. 'A um enta el número de las pulsaciones cardíacas. Por otra parte. un aum ento en la frecuencia respira­ toria.. es excitada la actividad funcional del tejido m uscular. la se­ creción urinaria y (un poco m enos).Las primeras dosis operan a m odo de excitantes del sistem a nervioso. Se nuui gran excitación sexual. hay que distinguir síntom as pasajeros y síntomas más o m enos perm anentes. siendo más graves en el alcoholism o crónico. pp. dai> do la apariencia de una gran agilidad mental. que son los que ponen orden en las asociaciones de los adultos normales. pero la tienen cuando la fuga se resuelve en (a definitiva de todas: el suicidio. desconocimiento de la irrealidad de la imagen. se dan formas diversas. A menudo sucede que et alcohólico se form a. gustativo y olfativo. individuos hay que se encierran en sí mismos. aterrados. una imagen tétrica del mundo. — 461 — . suponen ya algo más que un estado agudo de intoxicación y se dan principal­ mente en los alcohólicos habituales y patológicos. Ilusiones y alucinaciones. son captados como manifestaciones hostiles sobre las cuales se edifica toda una serie de actitudes de defensa. Las imágenes resultantes son sumamente variadas. Las alucinaciones son de todos los tipos: visual. pero también los hay que tienden a reaccionar violenta­ mente contra la supuesta hostilidad ambiental. dér­ mico y. que suelen presentarse en los primeros momen­ tos de la intoxicación. una mirada. a través de estas alucinaciones. La secuencia de imágenes en el alcoholismo tiene muchos puntos de contacto con lo que sucede entre sueños: inconexión. un cierto tono de la voz. suele pasar a la reacción cuya compren­ sión también supondrá el estudio de la personalidad anterior del sujeto. hasta las terroríficas que se dan durante el delirium iremens. repetición insistente. En efecto. Las alucinaciones suelen diferir de acuerdo con la personalidad previa del ebrio.a) Vida representativa. Del terror. menos frecuentemente. En lo que se re­ fiere a la fuga del mundo. Es evidente en los alcohólicos una cierta mayor velocidad de las asociaciones de ideas. Las alucinaciones. que son las sensaciones.— La intoxicación se traduce en la peí di da de gran parte de la agudeza y precisión de los sentidos con la consecuencia de que se pierde simultáneamente claridad y pre­ cisión en los elementos básicos para la vida representativa superior. Su importan cia aumenta en el alcoholismo habitual y crónico. especialmente si son graves. auditivo. desde las muy agradables. en el cual ve un con­ junto de personas y de cosas hostiles que conjuran continuamente contra sus intereses. carácter absurdo.— Ambas anormalidades son sínto­ mas de falta de adecuación al mundo real. pero aquí esta expre­ sión “ asociación de ideas" debe ser entendida ante todo como aso­ ciación de imágenes concretas que se subsiguen rápidamente. pero lo que realmen­ te sucede es que tales imágenes se deslizan y encadenan velozmen­ te por falta de frenos inhibitorios superiores y críticos. una palabra. desde el punto de vista criminológico no tienen importancia aquellos casos que se resuelven en el puro aislamiento interior. del miedo. Posteriormente. porque el alcohol retrasa la eyaculación. E! alcohólico. por lo que resulta un marlirio para la mujer. Tal acto es prolongado.— Ellos son característicos durante el período ini­ cial del hábito. pp. según la cual. . el desa­ pego sentimental. entre el instinto exacerbado y la falta de delicadeza moral y de inhibiciones. — 462 — . su desconsideración. De ello tiene cierto conocimiento. Esto lo advierte el alcohólico y no tardará en atribuir n la existencia de un amante la falta de interés del cónguye. 211-212. ya formulada por Kraft-Ebing. tanto como para poder con­ vencer de la realidad de las sospechas de infidelidad a una perso­ na desprevenida. Desde el punto de vista criminológico. palabras inocentes. En los primeros delirios. El alcohol. Luego. los delirios de celos que se presentan en la etapa crónica. El paciente puede llegar a creer que no experimenta placer porque el cónyuge guarda toda la capacidad de proporcionarlo.en la base de todo está la consciente o inconsciente convicción de la propia im­ potencia sexual provocada por el alcohol y del poco atractivo que puede ejercer una persona material y espiritualmente decaída.. tiene acción afrodisíaca. tienen gran relieve. el alcohólico busca satisfac­ ciones aberradas que repugnan al cónyuge que termina por odiar la intimidad. en un> comienzo. enfermeda­ des. ¿Cómo es posible explicarse estos delirios de celos en perso­ nas normales hasta cierto momento y cómo explicarse su aparición precisamente en el alcoholismo habitual y crónico? Existe una hi pótesis. aunque excepcionalmente se los puede observar antes. lo tom an poco atractivo. Miradas.z). en 'otros aspectos. (. Así ya tenemos una base para que se construyan los juicios delirantes. por oscuro que sea. generalmente de persecución. La Psicopatoiogía Foreace. hay crisis de mal humor que duran largo tiempo. el alcoholismo crónico y la demencia alcohólica. la personalidad normal y que el paciente pueda seguir desempeñando su profesión u oficio. es po­ sible que persista. la re sistencia con que se somete a las exigencias exageradas. manchas.Delirios.- (12) V. todo es interpretado por la personalidad delirante como pru. son relativamente sistematizados. Moglíe.n la intoxicación alcohólica. pa­ ra el amante supuesto. el hom­ bre quiere realizar el acto continuamente. el poder sexual decae y es él el que desem­ peña el principal papel en los delirios d e celos. su brutalidad. causa repugnancia a propios y extraños. sonrisas. incluyendo a su esposa j amante. precisamente por el vicio de que es esclavo. Su decadencia moral. impreciso.. En un primer momento. padre. ob. sino también a actos ele aberraciones sexuales: sadismo. Funciones mentales superiores. puede creerse que la inteligencia mejora en su poder creador con el uso del alcohol. 405-406. acerca de la m otivación de los delirios de celos. no dejan de tener importancia también los de invención y de grandeza que.. p. Estos delirios conducen no sólo a provocar la muerte o le­ siones graves en el cónyuge. Por otra parte. hoy generalm ente aceptada. f 13) Sobre esta explicación. exhibicionismo. masoquismo. etc. etc. Mira y López: Psiquiatría. 21-23. véase: El Alcoholismo.ba clara de la infidelidad. hay una aparente lucidez mental. porque en los primeros instantes de la embriaguez se experimenta una sensación de agradable omnipotencia.— Sus transtomos quedan en parle patentes al haber hablado de los delirios. pp. decaerán también las capacidades su­ periores. hermano. (14) Mira y López. sobre todo en las etapas terminales del proceso degenerativo. t “Como síntomas típicos de esta variedad delirante deben ci­ tarse los siguientes: 1) la violencia nocturna de los accesos (coinci­ diendo con la sobrecarga alcohólica). 406. Si bien los de celos son los delirios más notables. lle­ gan a tener carácter absurdo por su exageración. es evidente que siem pre que éstas decaigan. con un in­ consciente o casi inconsciente subseguirse de imágenes que son In­ dependientes dél poder creador. etc. pero todo queda en el terreno de la imaginación irrefrenada. 3) la fijación de la reacción ex­ clusivamente sobre la mujer (y no sobre los supuestos amantes). también. — 463 — . Ahora podemos circunscribirnos a las funciones de creación y de crítica. 2) el carácter siempre agre­ sivo (verbal o motor) del delirio. esto se hace evidente por su con­ tenido inestable. 4) la progresiva extensión de las interpretaciones y las intuiciones delirantes hasta alcanzar un carácter de ilogismo que presupone una grave falta de la capacidad de autocrítica y del juicio de rea­ lidad” (14). pp. que huye apenas el alcohólico pre­ tende fijar el contenido de ellas en obras de arte o de ciencia.. Lo que aquí puede afirmarse es deducible de las premisas: si la vida psíqui­ ca más alta se basa en las funciones inferiores. del cónyuge acusado (” ). Y el cómplice — nueva muestra de de­ cadencia moral— no siempre es sospechado entre personas ajenas al círculo familiar: frecuentemente se señala como ¿culpable al hi­ jo. cit. el coito excesivamente prolongado puede ser tan doloroso como para llevar hasta el suicidio al cónyuge no al­ cohólico. La memoria. pero supuesta la ausencia de crítica.todo volunta­ ria. acude a la fabulación. nada más comprensible que el continuo ir y venir de las más contradictorias afirmaciones. hoy sostenidas con empecinamiento y mañana tenazmente combatidas. en eiecio. Delirium tremens. en el plano de la aprehensión (por falta de buenas percepciones.La capacidad crítica queda reducida a su mínimo. El inicio puede ser tanto súbito como paulatino. El delirium tremens es “un síndrome de excitación psíqui­ ca con desorientación espacial y temporal. aunque no falten casos de síndrome de Korsakoff producido a consecuencia de intoxicación alcohólica aguda. por la debilidad de la voluntad. así denominado porque en las observaciones primi­ tivas se dio maxima importancia al temblor corporal que acompaña a este transtomo. violentas alucinaciones (preferentemente visuales y táctiles). La amnesia anterógrada y retrógrada. Se da principalmente en individuos de cuatro o más décadas de vida y que se hayan dedicado habitualmente a la bebida. de comprensión). confusión mental angustiosa v numerosos síntomas corporales (especialmente temblor e hiperhidrosis) que evolucionan en pocos días hacia la curación o la muer­ te” (15). para rellenar las lagunas de sus recuerdos. cié atención. forman el núcleo de la polineuritis He Korsakoff. de la evocación. que crece paulatinamente en el alcoholismo habitual y en el crónico). — 464 . por alcoholismo del sujeto. 403. (15) Ibidem.— A este mayor desorden en el plano del pensa­ miento. La polineuritis de Korsakoff se origina la mayoría de las veces. del reconocimiento y de la localización (por la confusión mental. así como en infecciones. con la desorientación y la confusión consiguientes. Las paramnesias son también frecuentes. el conjunto de ideas se enriquece y empobrece con lentitud. La misma anorma­ lidad se origina otras veces en intoxicaciones por otros medios. Comienza con insomnio. se suma un progresivo debilitamiento de la memoria. por la fa ­ cilidad con que cambian de ideas. es tu está comprobado por la sugestionabilidad de los alcohólicos. p. mientras permanece vigorosa no se resigna fácilmente a que fuguen o cambien. es­ to sucede porque cada una de las etapas de ella.— También podemos tratar aquí del deli­ rium tremens. la crí­ tica que una vez los ha aceptado. en el estado nor­ mal. sobre. se debilita por sí. El alcohólico. generalmente en su fase habitual o crónica. el poder critico es el que permite escoger entre el material ofrecido por las sensacio­ nes y constituir un conjunto firme y duradero de conceptos. groseros. — 465 — . se des­ amoran de la familia. terminan gradualmente en la abyección.. de dignidad personal. el paciente ve monstruos. sudores profusos.— Para las dosis pequeñas de alcohol o en las etapas iniciales del alcoholismo crónico. En cuanto a los sentimientos éticos. se desinteresan de todo cuanto no les toca de cerca. volviéndose negligentes. pesadillas. A veces lo6 enfermos. perdiendo toda compostura moral. b) Vida ajecliva. además delirios. padres incestuosos” (l7).. afirman. (17) Cit. huye. cínicos. se limitan a descuidar los propios deberes o la limpieza de la persona o las normas de la cortesía. se puede observar cierta tendencia a la euforia. Es en esta categoría de gente donde se encuentran muchos pordioseros profesionales. con ataques epi­ lépticos. del equilibrio (cree girar como un tompo). muchas de ellas terrorí­ ficas. fugas de angustria. el paciente. temblores. Por la fácil pendiente de las transacciones con la propia conciencia. mientras el cuerpo sufre de fiebre muy alta (39 grados o más). p. Poco a poco. todo sentimiento de honor. deso­ rientación. de pudor. en Ei Alcoholismo. alucinaciones cenestésicas (un animal vive y muerde en las entra­ ñas). pierden todo sentimiento altruístico e inclusive de amor propio. grita. etc. Kraft-Ebing dice que la degeneración llega a un punto tal que se convierte en una verdadera y propia enfermedad equivalente a la locura moral (lo). siente que por su cuerpo caminan pequeños animales inasibles. pero gra­ dualmente. Tanzi y Lugaro.“ La decadencia ética y estética es un hecho de los más constantes en el alcoholismo crónico. confusión mental. descuidan o miran con indiferencia escéptica la vida ^pública y las luchas sociales. tal estado va tornándose de optimista'en pesimista: pa­ tetismo. kinestésicas (se halla. se golpea y golpea a quienes tratan de impedirle que se defienda contra los supuestos peligros. chocarreros y procaces. apatía por -! propio estado. al optimismo. seres que lo amenazan. tiembla. períodos de profunda depresión alternados con breves pero intensos fenómenos de excitación y de furia. Con referencia a tales sentimientos. A ello suelen agregarse. madres que prostituyen a las hijas. La gravedad criminal puede aumentar por el hecho de que el ataque de delirium tremens coincide. 24. 25. el sistema nervioso y muscular se ago­ ta y el cuerpo tiembla. (16) Cit. a su ve/. etc. sin fal­ tar a las leyes de la honestidad. con menos frecuencia. a veces. se despojan de toda solidaridad y amistad. en Ibfdem. se agita.nerviosidad. Luego se instalan las alucinaciones. ladrones habitua­ les. cree captar doquiera voces que insultan y amenazan. a la felicidad. escenas espantosas. El paciente se aterroriza. en continuo movimiento). Luego. sino que llega a los sentimientos más elementales. c) Vida volitiva. De lo que precede. Por lo tanto. pueden presentarse instancias intermedias críticas c inhibitorias. o la res­ puesta puede seguir inmediatamente. c) Por el despertar de la afectividad inferior con un poder tan grande como para arrastrar tras de sí a toda la personalidad. enten­ dida como capacidad de elección y principio de acción. Fsta ausencia de dominio sobre la conducta puede explicarlo por varias razones concurrentes: a) Por falta de dominio del pensamiento sobre los músculos. en una especie de corto circuito psíquico tanto más peligroso citanío los instintos y las tendencias antisociales (al menos directamente an­ tisociales). habíamos dicho que el alcohol de­ prime la vida intelectual. En los párrafos anteriores. Nótese. la religiosidad queda reducida a cierta sentimentalidad vaga y plañidera. como los sentimientos de la familia. otro tanto podemos decir en cuanto a’ refiere a la vida volitiva. inclu­ sive los más bajos. prevalencia de los mandatos subcorticales sobre los mandatos cortioales.Entre los sentimientos que son destruidos se hallan también los religiosos. e) Por debilidad de la voluntad propiamente dicha. b) Por falta de poder crítico que permita el análisis de la* diversas posibilidades de reacción. El debilitamiento de la voluntad se manifiesta sobre todo en la falta de frenos inhibitorios. prestigio y predo­ minio. el pro y el contra de cada una de ellas. de tal modo que los impulsos.— Entre el estímulo que se presenta como excitante a la acción y el movimiento que es su respuesta. sociabilidad. d) Por pérdida de la capacidad de valoración. sobre todo ética y estética. buscan y encuentran la salida más inmediata. la respuesta es inme­ diata y se manifiesta sin la intervención de los planos superiores. aquellos que pre­ cisan de una sociedad muy evolucionada para ser entendidos. puramente instintivos. Pero existen otras formas de conducta superiores en las cualcí es evidente la intervención de la inteligencia y de la voluntad. por lo que ha sido expuesto. como los reflejos y los hábitos ya fijados. parecen crecer con el alcohol. En las formas inferiores de acciones automáticas o automati­ zadas. pueden extraerse dos consecuencias: — 466 — . etc. que la degeneración no se limita a los sentimientos más delicados y sutiles. a un ritualismo puramente externo que no servirá para dar un impulso del cual esperar la regeneración a tra­ vés de las potentes fuerzas de la religión. aunque sólo fue­ ra en estado latente.. en efecto. en Ibidem. inhibiendo algunas reacciones. estafa. la vo­ luntad (con sus presupuestos). hurta. Puede también revelarse en forma de intolerancia o de reacción patológica al alcohol. ante el caso concreto suelen presentarse di­ ficultades (que. — 467 — . facilita la apa­ rición de la epilepsia alcohólica. la justa proporción entre estímulo y respuesta. Lo que puede afirmarse es que la preexistencia de ciertos caracteres como la herencia morbosa. Esto no obstante. En general los ataques epilépticos se producen como resul­ tado de la ingestión de alcohol y suelen desaparecer con la abs­ tinencia. p. ni siquiera ante delitos gra­ ves: finge. la de­ bilidad de la voluntad hace que se vuelva imposible dejar de re­ caer en el alcoholismo. Puede presentarse por múltiples cau­ sas. Así se establece un círculo vicioso: el alcoholismo produce la debilidad de la voluntad.I i a) La explicación de la conducta del ebrio. La inclinación a las bebidas puede ser tan pronunciada que. de la alegría al llanto. de vergüenza. d) El alcoholismo y otras enfermedades mentales. es el alcoholismo crónico. por lo demás. (18) Cit. roba. para obtener su satisfacción. 27. la abstinencia. Pero la propia dipsomanía puede ser causa de alcoholismo cuando es sín­ toma de la existencia de otras enfermedades mentales que agra­ van el cuadro total. entre las principales. este ma­ lestar conduce fácilmente a la recaída. La dipsomanía. Con la voluntad perdida o debilitada. en efec­ to. aún breve. una. b) La dificultad para obtener el abandono del vicio. para establecer si la epilepsia preexistía. o si el alcohol fue la verdadera causa eficiente de la epi­ lepsia. también se presentan en el estudio teórico). bajo la influencia de emociones intensas. etc.— Tanzi y Lugaro afirman que “en ciertos casos una disposición latente :i 1^ epilepsia no se manifiesta sino en circunstancias extraordinarias. el ebrio no se detendrá ante considederaciones de honor. nos penpite poner orden y unifor­ midad en nuestra manera de comportarnos. en otras. traumas psíquicos. trae como consecuencia un malestar que el alcohólico no tiene fuerza para soportar y vencer. midiendo. de la acción sin freno a la pereza y al descuido. y el alcohol no ha hecho otra cosa que reve­ larla. en el ebrio se presentan brus­ cos cambios de conducta.— Con el nombre de dipsomanía se indica la anormal tendencia de beber. con el fin de que no se produzcan saltos en nuestra vida. exce­ sos alcohólicos mínimos provocan accesos convulsivos o crisis psíquicas” (1S). esto parece hablar en favor de la segunda hipótesis. Tanzi y Lugaro dicen: “ La intoxicación al­ cohólica entra además como factor predisponente o complicante o agravante en varias otras psicosis. sobre todo las que dependen de arterieesclerosis. Garofalo. acaece más frecuentemente que se hallen ctres c:¡usci:. la conducta del ebrio patológico y otros síntomas acercan esta forma de alcoholismo a la epilepsia: así. incendio. con el fin de no atri­ buirla exclusiva o prevalentemente al alcoholismo sólo porque esta causa es la más evidente.— Co mo ya dijimos. aquí se hace evidente que para explicar los efectos desiguales es necesario bucear en aquello que es diferente entre las causas. la personalidad previa de los ebrios.: (19) Cit. entre los alco­ hólicos que han ingerido la misma cantidad do rk-ohol. ' o tinquen y otros no. en líneas ge­ nerales. en la parálisis progresiva. hace tiempo que se insiste en la importancia qu¿ el alcoholismo tiene en relación con varias enfermedades menta­ les. explosividad exagera­ da. En otras palabras. ' — 468 — .a la ejecución de un delito. 28. etc. en condiciones normales. Además. en los estados de excitación maníaca” ( ') 6. lesiones. la predisposición individual desempeña un papel importante. Este hecho debería ser tenido en cuenta cuando se trate de explicar la delincuencir. fuera de la epilepsia. p. conciencia obnubilada. violación. las relaciones existentes entre el alcoholismo y la criminalidad han sido estudiados desde hace tiempo.. En efecto. (20) Citados en Ibidem. Sobre este tema. El problema de las velaciones entre el alcoholismo crónico y la epilepsia debe ponerse en referencia con la embriaguez pato­ lógica. inclusive cuando consideramos que el alcohol es I. alguna vez. etc ». breve duración. Zerboglio. sobre todo si éste es grave (homicidio. pér­ dida de la memoria de los hechos realizados durante el ata­ que.— EL ALCOHOLISMO Y LA CRIMINALIDAD. accesos de cólera. 28. De acuerdo a las conclusiones a que se ha llegado se puede decir. en Ibidem. Grispigni. en la neurosis traumática. (21) En tal sentido. una mera causa ocasional que ofrece la oportunidad de revelarse a tendencias que. en la epilepsia. Tanzi. etc. podían ser reprimidas (:I): por ello sucede que tantas veces. que el alcohol por sí solo no ha de considerarse como la única causa importante pai. en relación con las cuales el alcoholismo es una fuerza más V.Kraft-Ebing hacía notar que la cumbre de la gravedad de la enfermedad se alcanza cuando se presentan al mismo tiempo la epilepsia tóxica (con los accesos epilépticos) y el delirium tre­ mens (19). Di Tullio. p. o sea. 4% de los hombres internados en reformatorios. coordinación. en El alcoholismo. etc. Un cuarto (25. sin embargo. derivada del uso del alcohol puede muy bien explicar el de­ lito cometido. habían abusado dei alcohol hasta el exceso. existe un ik'iiikt. nos dice Taft que “ los G luecks hallaron que el 39.4% ) de las mujeres delin­ cuentes se habían dado a la embriaguez ya en la adolescencia” (u ). De cualquier modo. 10. 32. 293 cit. como sucede durante la embriaguez. pero no padre del delito Lo dicho puede sufrir excepciones cuando se trata de delitos poco graves. es preciso tener en cuenta que no siempre que delito y alcoholismo se manifiestan juntos se puede atribuir aquél a éste ni siquiera como simple cau­ sa desencadenante. etc. E stadísticas de la cr'uninalidad. el alcoholism o tiene más i:nportancia que cualquier enfermedad mental ( ). el alcohol influye de tantas maneras y tan profundamente. Con referencia a Alemania. Aüiií todo. (25) Criminoiofy.. entonces el alcoholismo es her­ mano. es un hecho que entic los crim inales. memoria. — 469 — . 243. p. Otro tanto puede afirmarse de algunos delitos realizados por omisión. según el psicoanálisis. p. en relación con el delito.— Las estadísticas están para demostrar cuanto precede. A sí. el delito culposo es la manifestación de un querer inconsciente del sujeto.i por el psicoanálisis para los delitos culposos Hay que llama:: la atención sobre los delitos de tránsito. al menos para los delitos culposos más graves. o enfermedad psíquica. que admitimos la opinión de Tanzi.condición sine qua non del delito. alrededor del 25% (22) V: Encyclopedia ol Criminology. i ¡Je aJcohólico-j superior a aquel que existe entre las per­ sonas no delincuentes. (23) Como es sabido. (24) Pslcopatologfa Forense p. Es probable que lo mismo pueda decirse de los delitos cul­ posos en los cuales la faha de atención. será necesario hacer alguna reserva. pues suele suceder que alcoholismo y delito son efectos de una causa común anterior. teniendo presente que no puede ser íntegramente dejada de lado la explicación dad. También y para evitar confusiones. generalmente una defi­ ciencia. p. querer cuya salida al exterior se ve facilitada cuando los frenos inhibitorios y ios pode­ res críticos están relajados. Kraft-Ebing ya había estableci­ do que “el 50% de todos los delitos y de todas las contravencio­ nes se verifican bajo la influencia del alcohol. según cual. en los cuales la pura lógica nos dice que para com­ prender el delito no es necesario buscar profundas raíces en la personalidad precedente del culpable. como la gota que hace rebalsar el vaso. Di Tullio.......... En sus investigaciones........... etc..... 120 Son abstemios o in cierto s... 32% Schied.. cu Ibldem..... (27) BbiogSa Criminal. 33......... 575.......... Tentativa de homicidio Incendio Homicidio premeditado Perjurio Total 775 898 348 954 10.. (31) Cit.. halló entre ellos el 90% con costumbres alcohólicas (K).. Lombroso proporcionaba los siguien­ tes datos: “En las prisiones para condenas a perpetuidad: Delito Heridas y golpes Asalto y asesinato Homicidio simple Impudicia y estupro Hurte ... p.... — 470 — .... p...... Zerboglio hacia notar que en Francia e Inglaterra............ p...... 128.. .... 400 delincuentes reincidentes contra la p ro p ie d a d .... A su vez. 2... sobre 2.... o sea el 72% (:9) . 8 T o t a l . ...... 23 7 ..... Acerca de las costumbres alcohólicas.........950 condenados.. (29) CU. 500 casos no preseleccionados en las cen­ 41% trales de M u n ic h .. Marambat encontró. En cuanto a Alemania... sim plem ente.. 507(28)....... (30) Cit.........212. 33...2% 60..... (entre) 195 delincuentes reincidentes ...........9% 50.. 220. Marro encontró en 507 delincuentes por él estudiados... m Ibfdem.. 5.... Schwaab...1% 2 6 ..... que Abusan de las bebidas alcohólicas.... 33. 379 Las usaban. 618.de las admisiones en los manicomios tienen por causa p rim en el vicio de beber” (“ J......033 252 304 514 590 Alcohólicos 575............. 157......6% 46.124 alcohólicos.... p.8% 4 7.......2% 51... V: El Alcoholismo........... 33........ o sea 0 sea o sea 0 sea 0 sea 0 sea 0 sea 0 sea 0 sea el el el el el el el el si 74..5% 68.. ............8% 63..... en El Alcoholismo... (28) Cit... en cuanto a los alcohólicos que hay entre los delincuentes: “Stumpfl....6 % (31' Sutherland hace notar que el número de los arrestos efectua­ dos en las grandes ciudades es mayor que el de los efectuados ea (26) De igual opinión es la mayoría de los psiquiatras.. 34. 303.000 delincuen­ tes.. 148.. Exner nos proporciona los siguientes porcentajes.. p..............•........ el 20% de los enfermos men­ tales eran alcohólicos. en IMdcm................... etc.......... 44% ”(27)................ en sus estudios sobre 4........ 133 1. son los datos de la p. 120. para mostrar la influen­ cia que ejerce el consumo de alcohol sobre el incremento de la criminalidad. de Bonger.126 1. el 58% era culpable de embriaguez o de conducta desordenada" (*). en cuanto al peligro creado por la tentación.124 879 858 934 900" (32) V. p.069 1.los pueblos pequeños.196 1. p. que su alimento en verano puede ser causado. — 471 — . esta diferencia se nota. Principies of Criminólos?.34. Muy importante. en los arrestos por ebriedad (i2). 75. (34) Ibidem.233 1. por el aumento de consumo de alcohol (M). no se indica el año al cual las estadísticas pertenecen. dice que entre las ciudades de Alemania existe diferencia en el número y calidad de los delitos. Pero habrá que tener siem­ pre presente las otras causas que hacen difícil toda comparación nu­ mérica entre la delincuencia del campo y la de la ciudad. referentes a las relaciones entre delito y número de expendios de bebidas alcohólicas. entre otros.129 1. Citando a Aschaffenburg. D. con referencia a los delitos contra las personas. P. (35) Ibidem. en Méjico O6): “Producción de pulque y delitos contra ¡as personas en ______________________ México. El autor dice que “entre las personas conducidas a las insti­ tuciones penales o reformatorios en 1923. (33) V: Ibidem. es altamente sugestivo.-entre otros.___________________ ____ Meses Enero Febrero Marzo Abril Mayo Junio julio Agosto Septiembre Octubre Noviembre Diciembre Producción de pulque en millones de litros 135 122 134 123 102 101 103 102 98 102 97 99 Sentenciados por delitos contra las personas 1. 13. (36) P. el autor alemán considera que las diferen­ cias en los delitos contra las personas se debían al consumo de bebidas alcohólicas (u). _ Luis Garrido. p. en las notas a ia Introducción a la Crimino­ logía. F. Y opina. da ias siguientes cifras cuyo paralelismo en sus líneas generales. 278. 279.551 1. se presume. hemos consigna­ do las estadísticas que prueban la gran influencia que el alcohol ejerce en la criminalidad. En otras palabras. explicable por la falta de frenos inhibitorios. a) Criminalidad directa.En la ciudad de La Paz. sobre todo porque. etc. hay muchos casos de delitos debidos al alcoholismo ajeno. Llamaremos criminalidad por degeneración hereditaria a aquella que se presenta en muchas personas como consecuencia del alcoholismo de los antepasados.. — 472 — . En las que siguen. a aquella en que la relación entre el estado alcohólico y el delito es evidente.existe proxi­ midad temporal entre un fenómeno y el otro. las reuniones en que se bebe mucho en locales públicos se realizan el viernes en la noche. en la criminalidad indirecta. ése es el período en que hay más detenciones por riñas y peleas y mayor cantidad de accidentes de tránsito. Los delitos re­ sultantes son. d ifi­ cultad tanto mayor si. el alcohol causa ciertos efec­ tos. hasta tornar d ifí­ cil el establecer el nexo causal por el largo tiempo que va de un fenómeno al otro y por otras múltiples causas que se interponen en tal período intermedio. entre el alcoholismo como causa y el delito como resultado. atribuibles. Taft. pero a tra­ vés de mecanismos más complicados y ocultos. han trans­ mitido a sus descendientes la criminalidad o alguna anormalidad biológica favorable a la aparición de la crim inalidad ( H). los cuales engendran una serie de procesos que llevarán a la delincuencia. la siguen López Rey. el alcohol causa más o m enos inm ediatam ente el delito. los cuales. a través de qué mecanismos. Para introducir orden. Llamaremos crimi­ nalidad indirecta a aquella que resulta del alcoholismo. Exner. p or lo común.— En las páginas precedentes. está la destrucció»i de la personalidad normal o su debilitamiento. La influencia de esti criminalidad es evidente en las llamadas curvas semanales de la criminalidad. consecuencias del usojlel alcohol en todos los estados de embriaguez. distinguiremos ¡a criminalidad directa. como luego veremos.— En su base. etc. trataremos de mostrar cómo se puede explicar. aquel au­ mento de criminalidad. Llamaremos criminalidad directa o directamente derivada del uso del alcohol. operando de los modos más diversos. Explicación. sobre todo en los (36) Esta división tripartita es generalmente aceptada. la indirecta y la proveniente de degeneración hereditaria para concluir con un esbozo de los males acarreador por algunas medidas actualmente en vigencia para combatir el al­ coholismo. en su Introducción ■ la Crimiaologfa. en la cri­ minalidad directa. de naturaleza violenta. p.5% se habían veri­ ficado el domingo. 1898).2% en los restantes cuatro días de la semana”. ha concluido que el 70. en El AlcohoUsmo. el sábado. Anotamos algunos ejemplos: “Sobre 2. podemos referir­ nos a divenas autores. Werms y Heidelberg 877 339 173 138 129 134 222 Delitos brutales contra la moral en Viena 282 190 128 100 86 110 128(fc). el 58% habían sido cometidos el domingo por la tarde. Ordóñez. y es lástima. de una en­ cuesta hecha en Zurich en el año 1890-1892.9% de todas las lesiones personales del año se habían veriíificado entre el sábado y el lunes. Por su parte. de Danzig. golpes y heridas observados en seis meses.(Alkohol und Verbrechen. pp. Exner nos ofrece las siguientes cifras: Día de la semana Domingo Lunes Martes Miércoles Jueves Viernes Sábado Lesiones corporales en Düsseldorf. al mayor consumo de alcohol en los días fe­ riados. o sea.4% el lunes. En cuanto a la naturaleza de los delitos. el número de delitos disminu­ ye” (37).8% en estos ties días. p. Mathei. 37. sobre 207 casos de. 83-85. utiliza este mismo argumento — del aumento de la criminalidad en días feriados. (39) V: Programa de Defensa Social.178 delitos analizados por Lombroso. 300. cit. ha hallado que el 27. . el 18.6% . contra el 37. con un total del 62. ex­ cepcionalmente. La contrapueba de la influencia del alcohol se tiene en el hecho de que cuando el domingo. (37) Palmieri. Considera que tiene gran repercusión en la criminalidad colombiana el excesivo consumo de chicha (*'). refiriéndose a la criminalidad colombiana. cit.. el 16. no acompaña estadísticas. pero. etc.delitos por lesiones. es día de trabajo. (38) Ob. “ Lang . Las cifras de lesiones se reproducen aquí en conjunto. en que ge consume más alcohol— para demostrar la importancia que éste tiene para aquélla. Basel.. Loiubroso hacía nota, y las estadísticas modernas lu han con­ firmado, que el alcohol es fuente de los más aberrados y repug­ nantes delitos sexuales (Eber encontró, en cien casos de incesto, 17 ebrios) (w). Esto es comprensible si se toma en cuenta que hay toda una serie de individuos que llega al alcoholismo por causa de una personalidad anormal o, de cualquier modo, desadaptada; con estos antecedentes es común que en ia vida de todos los días se sientan impulsadas o deseos que la presencia de los frenos in­ hibitorios usuales reprime, evitando las manifestaciones externas; pero, con el relajamiento de tales frenos durante la alcoholización aguda o crónica, las tendencias profundas hallan un fácil ca­ mino de salida; no de otra manera puede explicarse que personas más o menos normales en su vida ordinaria, cometan atroces de­ litos sexuales. En otros casos, la vida diaria ofrece la tentación de cometer el hecho y en la embriaguez sólo se busca una fuerza para acallar la conciencia moral o para vencer la repugnancia que aquél provoca (4I). Para probar la naturaleza violenta de la criminalidad, trans­ cribiremos los números siguientes sobre los condenados en Nürenberg y Fürther que eran ebrios: Injurias a la policía del e s ta d o .................................... ....42,6% Injurias a otras p e rs o n a s ............................................... 9,5% Resistencia contra el poder del E s ta d o ..........................67,6% Lesiones c o rp o ra le s .............................................................11,7% Inctuyendo todos los delitos ( m e d ia ) ....................... 5,5% (42). El doctor Peeters halló entre los delincuentes, que los tipos de delitos se repartían de la siguiente manera: C o stu m b res.................................................46% H o m icid io ................................................... 63% Actos in m o rales.........................................60% V io lencias................................................... 74% de de de de alcohólicos alcohólicos alcohólicos alcohólicos^3}. (40) Datos transcritos en Exner, of. cit., p. 298. (41) Esto es comprensible si se recuerda que la inteligencia es el mayor y mejor medio para adaptarse al ambiente; dos referimos a la adaptación socialmente aceptable que, muchas veces, está en contra­ posición con las tendencias instintivas egoístas. Pero, si la inteligen­ cia desaparece o se debilita con la intoxicación, nada raro es que venzan los mecanismos inferiores que llevan a reacciones instintivas en con­ traste con las formas de reacción adquiridas. (42) V: Exner, ob. e it, p. 298. (43) Cit. en El AleohoUamo, etc., p. 39. — 474 — Di Tulliu hace una distinción según el grado de alcoholismo' y presenta estas estadísticas: Alcoholismo mínimo en los delincuentes Carácter alcohólico Degenera­ ción alcohó­ lica 125 25 11 34 82 9 61 312 48 59 10 10 152 Contra la propiedad Contra la propiedad y las personas Contra las personas Sexuales Delitos en general Total i9 38 5 11 84(H). Cuando el alcohol se transforma en una necesidad para el or ganismo, el alcohólico siente el ansia de beber casi con tanta ur­ gencia como el .morfinómano la de usar su estupefaciente; pero como en muchos casos, precisamente por sus costumbres, el alco­ hólico se encuentra sin trabajo o, por lo menos, no lo frecuenta y por eso le falta dinero, para obtenerlo comete delitos contra el patrimonio:.asaltos, robos, hurtas, estafas y fraudes. O tra vía a través de la cual el alcoholismo puede conducir al delito, la encontramos en el campo de los delitos de omisión. La pérdida parcial o total de la conciencia, de ¡a memoria y de la coordinación psicomotora pueden llevar a omitir las acciones exigida¿ por ley (piénsese en los militares en servicio, ferroviarios, guardas, médicos, etc.). Por iguales razones se habla de la repercusión del alcoholis­ mo en los delitos culposos (recuérdese la impericia, la impruden­ cia, la negligencia que forman la base de los delitos culposos). Por ejemplo, en los últimos tiempos asumen caracteres de endemia los delitos culposos cometidos por conductores de vehículos, y por los peatones (homicidios, lesiones, violaciones de normas de trán­ sito, etc., que multitud de veces dependen de la ebriedad). b) Criminalidad indirecta. Esta especie de criminalidad es. sin duda, mucho más importante y extendida que la criminalidad directa; pero si, por la proximidad entre causa y efecto, en ésta es fácil establecer el nexo causal, en la primera, por el contrario, es difícil, por la propia naturaleza de la acción y por muchos facto­ res intermedios que complican y enturbian la neta percepción de la causalidad. Por estas mismas razones, se puede explicar la ca* rencia de estadísticas seguras en relación con la criminalidad irt(44) Cit., en Ibfdem, p. 44. — 475 — directa, mientras las hay abundantes para la criminalidad directa. Por otra parte, como ha de verse luego, gran porcentaje de la cri­ minalidad consignada en las estadísticas como producto de te transmisión hereditaria del alcoholismo, habrá de ser atribuida más bien a los factores indirectos del uso del alcohol. Sutherland nos dice que estos efectos, indirectos “del con­ sumo excesivo de alcohol son mucho más serios que los efectos directos. Tales efectos indirectos se manifiestan principalmente en la incapacidad de mantener a la propia familia y la deteriorización de la vida familiar. Healy observó que en el 31 % de mil ca­ sos de delincuentes juveniles en una de sus series, uno o ambos padres bebían hasta el exceso; en otras seríes, 26,5% y, en sus series de Boston, el 5 1 % ” (4i). Aquí encontramos ya la primera gran causa de la delincuen­ cia indirecta: el empeoramiento del ambiente familiar: los padres comienzan a dar mal ejemplo a los jóvenes y a los niños en la edad en que éstos son más inclinados a la imitación. Luego, cuan­ do los hijos no pueden ser mantenidos por medios honrados, se recurre a medios innobles y aún francamentes ilegales para obtener lo necesario para vivir. La familia pierde su disciplina normal y para restablecerla se recurre a menudo a medios brutales; las riñas entre los progenitores son frecuentes; se pierde el respeto al padre, cuando no se lo odia, por la vergüenza que representa ante otros y por su incapacidad para cumplir con el sostenimiento de la fa­ milia; mutatis mutandis, piénsese lo mismo cuando es la madre la ebria y, peor aún, cuando lo son los dos progenitores. Los niños y los adolescentes salen por las calles a pasar parte de la vida y para gastar el día lejos del indeseable ambiente hogareño; en las calles comienzan a integrar bandas infantiles y juveniles que >e dedican a pequeños delitos. Agregúense la pobreza y aún mise­ ria que son compañeras acostumbradas del alcoholismo y podra­ mos damos una idea de la importancia del conjunto de estas in­ fluencias. Esto basta para justificar k> antes dicho, o sea, que el número de los delitos q u e son indirectamente provocados por el abuso del alcohol es mucho mayor que el número de delitos debidos a in­ fluencias directas; y que es muy difícil determinarlos y reducirlos a estadísticas. c) Criminalidad por degeneración hereditaria.— Este es uno de los temas más discutidos y discutibles. La pregunta del caso puede ser formulada así: ¿Se transmite el alcoholismo de los pa­ dres a los descendientes, por medio del plasma germinal? Y con­ siguiente y especialmente, supuesta la criminalidad de los progeni(46) Ott. efe, p. 103. 476 — tores, ¿se puede afirmar que !a crim inalidad,-sem ejante o n j, manifestada en los descendientes, es debida a una trasmisión h e­ reditaria proveniente de los padres? • En la Criminología, la situación se complica, porque no so trata simplemente de establecer la relación alcoholismo - alcoho­ lismo, sino también, y quizá más importantes, las relaciones alco­ holismo-delincuencia y delincuencia-alcoholismo. Pero aún comprobadas las relaciones anteriores como exis­ tentes no se resuelve el problema sino que meramente se lo ex­ pone. En efecto, como dice Sutherland, “si hallamos que hay una estrecha relación entre la criminalidad de los jóvenes y el alcoho­ lismo de los padres, será necesario conocer si esta conexión es debida a un defecto constitucional que puede ser causa, al mism.' tiempo, del alcoholismo del padre y de la delincuencia del hijo, o si el hijo es delincuente porque los padres gastan demasiado dinero en el alcohol, dinero que debería ser usado para satisfacer las necesidades del niño, o porque la disciplina de la familia es irregular y brutal, o porque el status de la familia está deprim ido” (*). En otras palabras, nos hallamos ante el problema de discri­ minar las influencias biológicas de las sociales. Los sostenedores de la transmisión hereditaria, se hallan ya entre los fundadores de la psiquiatría y la Criminología. Morel, por ejemplo, coloca armónicamente el alcoholismo en su teoría de la degeneración; Kraft-Ebing, Marro. Zerboglio eran sostenedo­ res de la transmisión hereditaria. Y una figura, aún más impor tante, Lombroso, no-sólo acepta esta tesis, sino gue pretende ilus­ trarla con ejemplos escogidos a propósito (4:). Pero no menos importantes por el número y la calidad y, so­ bre todo, por la modernidad, son los autores que consideran no probada aún la influencia hereditaria del alcoholismo. Entre ellos está Sutherland que dice: "han sido hechos mu­ chos esfuerzos para determinar si el alcoholismo de los padres pro­ duce un efecto fisiológico en la descendencia. El trabajo experi­ mental sobre algunos animales no es concluyente; y aunque lo fue­ ra, no lo sería «n lo que se refiere a la criminalidad. Aparente­ mente, la relación más importante entre alcohol y criminalidad es social y económica” (*). La Enciclopedia of Criminology, por su parte, sostiene que no se ha probado aún que el alcoholismo sea transmisible por herencia (*). (46) (47) (48) (49) Ibidem, p. 57. Cit. en El Alcoholismo, etc., p. 43. Ob. cit., p. 104. V: p. 13. — 477 — Siempre dentro del problema general de la distinción, enlrc lo que es debido al am biente y lo que es debido a la herencia, lixncr concluye — y participam os de su opinión— que hay una cierta relación entre el alcoholism o y la herencia, pero que nada de preciso puede afirmarse ni siquiera sobre el problema de si la delincuencia y la degeneración de los descendientes sean nías bien provocadas por el am biente (v ). l’odcm os también preguntarnos si no siendo el alcoholism o específicam ente transmisible por herencia, sin embargo sea trans­ misible una cierta tendencia que finaliza, dados ciertos factores ex ­ ternos, en el alcoholism o de padres c hijos. Sobre este aspecto, i'anzi y Ltigaro aseguran que "en cuanto concierne al alcoholism o, no se tía do discutir sino acerca de la herencia de una disposición. Mas la tendencia a los excitantes es un síntoma corriente de );■ debilidad orgánica y, por lo tanto, puede aparecer en varias gene­ raciones com o signo 110 ya de una herencia específica, sino de una disposición degenerativa de am plios rasgos que puede asumir acaso este aspecto, sea bajo los auspicios del ejem plo y del contagia educativo, sea por fuerza de otras influencias'’ ( “ ). Además, debem os proponernos otra interrogante: si los ras gos degenerativos que se hallan inclusive en los recién nacidos hijo i de alcohólicos, son debidos a la herencia en sentido estricto o a los factores congénitos; porque una cosa es segura: que es posible ha­ llar numerosas anom alías entre los hijos de los alcohólicos. Aquí también hem os de citar la autorizada opinión de Tanzi v Lugaro. quienes dicen: “N o m enor es la importancia del alcoholism o, q u ’ ocasiona en la prole detenciones del desarrollo, y procesos cerobropáticos ensom brecidos por idiocia, epilepsia, retardos de des­ arrollo. tendencia a las bebidas alcohólicas y a los excitantes en general; o bien, 110 hace otra cosa que dism inuir la resistencia de los hijos a los mismos agentes externos, en su mayor parte infec­ ciones que enconándose en los primeros años de vida, los exponen a sufrir e! grave daño de cerebropatías infantiles. El alcoholism o parece tener no poca importancia inclusive si se verifica en la línea paterna, en cuyo caso su acción no puede ejercitarse sino a través de las células germ inales m asculinas alternadas antes de la fo cundación. Especialm ente la fecundación en estado de ebriedad es incurpada de dar productos degenerados" De lo dicho puede concluirse: 1.— No se puede negar, supuesta la unidad del organismo, qu1’ un estado más o meni">s perm anente de alcoholism o y aun (50) OI), cit.. pp. 303 304. (51) Cit. <?n El Alcoholismo, ^te.. p. 44. (52) Iludem. d. 45. — 478 — una intoxicación aguda cambicn de manera sensible b composición química de las células germinales y provo­ quen, así, daños a los descendientes. 2.— Pero la índole y amplitud de tales cambios no han sido es­ tablecidas; por eso no se puede asegurar sic et simpliciteila transmisión del alcoholismo. 5.— Menor todavía es la.certeza en cuanto toca a las relaciones hereditarias alcoholismo-delincuencia y viceversa. 4.— Cualquier investigación sobre la criminalidad alcohólica, no puede prescindir del estudio del ambiente. 5.— Puede admitirse la transmisión de ciertas tendencias gene­ rales que pueden conducir a padres e hijos al alcoholismo y a la delincuencia. d) Delincuencia derivada de la aplicación de erróneas me­ didas de represión del alcoholismo.— Aunque en su mayor parte estas causas de delincuencia pueden ser incluidas en uno de los acápites anteriores, juzgamos preferible darles un lugar especr.il tanto por algunos caracteres típicos de ellas, como porque es pre­ ciso destruir las infundadas ilusiones que muchas personas forja­ ron en base a medidas supuestamente favorables a una política social y criminal antialcohólica. Hornos de referirnos a dos de di­ chas medidas por considerarlas las más extendidas y perjudi­ ciales. El arresto y la multa.— Estos s o o jo s medios más corrien­ temente propuestos por los códigos penales y leyes especiales para combatir la ebriedad; también son los más ineficaces. En efecn. no se alcanza a comprender cómo el arrestu de breve duración puede influir en la reeducación del ebrio y, sobre todo, no se com­ prende cómo el arresto pueda cortar la marcha de las causas cr¡minógenas. Como siempre, o casi siempre, el arresto y la multa son al­ ternativos, lo más frecuente es que los pobres sufran la primera pena porque no tienen dinero para cancelar la segunda. Pero ¿qué significa el arresto para los familiares del ebrio? Ante todo, la ausencia del jefe de familia, con el consiguiente relajamiento de lu disciplina hogareña y la falta de medios para subsistir; el ebrio, supuesto pobre, ve agravarse la situación económica de su esposa e hijos. Ni tampoco son sólo éstos los que sufren las consecuencias como el arresto es generalmente de breve duración, no hay posibi­ lidad de colocarse en los trabajos de la penitenciaría; y aunque se lo lograra, generalmente no se podrá disponer de la totalidad del salario. Ninguna reeducación es posible, porque las penas sue­ len ser fijas y con su conclusión se interrumpe cualquier proceso reeducativo (si alguno se hubiera iniciado). — 479 — Aún podemos preguntamos si es justo que el ebrio (cuya contravención no es de las más graves), deba sufrir la influencia perniciosa a la prisión sólo por haberse excedido en la bebida. Desde luego, este género de privación' de la libertad no ten­ drá, por razones obvias, ningún éxito con los alcohólicos consue­ tudinarios. Tampoco la m ulta debe ser adoptada porque cuando es pa­ gada por un pobre es una sanción desproporcionada cuyas conse­ cuencias caen siempre también sobTe los familiares; cuando la paga un rico, significa poco o nada. El prohibicionismo.— Se conoce con este nombre una me­ dida de vastos alcances, destinada a prohibir el consumo del alco­ hol de modo absoluto o casi absoluto. Es ya conocido el experi­ mento norteamericano y cómo no tuvo éxito, no obstante los es­ fuerzos realizados. Entre las dificultades que presenta este sistema y que pue­ den dar lugar más bien a un incremento de la delincuencia, Taft menciona las siguientes (5J): 1.— La gente simplemente no quiere obedecer; es lógico que no vea fácilmente las razones para ser privada de un placer generalmente inocente. Las estadísticas demuestran, por otra parte, que el consumo aumentó durante el régimen llamado seco . 2.— Por un hecho sin mayor importancia, como es el de beber un vaso, mucha gehte queda automáticamente contra la ley 3.— La vigilancia es costosísima. 4.— El sistema impulsó el conocido “gangsterismo” estadouni­ dense y favoreció el contrabando, la fabricación y venta clandestinas, que se hacían sin garantías sanitarias. 5.— Estallaron muchos escándalos por la corrupción de las au­ toridades, corrupción muy posible, pues con la prohibición los precios de las bebidas alcohólicas subían haciendo que los infractores dispusieran de ingentes cantidades de dinero. Las razones citadas son iguales, mutatis mutandis, para el monopolio estatal y para los impuestos demasiado elevado«, (53) V: Ob. clt. p. 243. — 480 — CAPITULO OCTAVO ESTUPEFACIENTES I-— ESTUPEFACIENTES.— Las anormalidades derivadas dci uso, pasajero o prolongado, de productos estupefacientes, pue­ den ser tratadas junio con las del alcoholismo si nos fijamos en el origen, que es cxotóxico. Ese punto de contacto resalta en ei es­ tudio criminológico del lema pues, como luego ha de verse, la criminalidad derivada de ambas fuentes es sumamente similar y puede ser distribuida en iguales grupos; tanto es esto asi, que al­ gunas consideraciones hechas para el alcoholismo lio habrá nece­ sidad de repetirlas ahora. Sin embargo, mientras- en el caso del alcoholismo sabemos con claridad a que nos referimos, no sucede lo mismo cuando usa­ mos las palabras “estupefacientes”, “sustancias peligrosas”, “dro­ gas ’ o "tóxicos”. Todas estas expresiones, así como las derivadas drogadicción y toxicomanía, son equívocas. Por ejemplo, si droga es, como generalmente se la entiende, toda sustancia capaz de producir una alteración en la marcha del organismo, difícilmente encontraremos alguna sustancia, incluyendo el agua pura, que no merezca ese nombre. Ciertamente no podemos usar el término en sentido tan amplio. Tampoco soluciona el problema el hablar de drogas peligro­ sas pues lo son, por lo menos en algunas formas de uso, sustancias de que aquí no trataremos, como sucede con todos los venenos y la inmensa mayoría de los fármacos — de alú que tampoco será aclarado el asunto si usamos la expresión fármacodependencia— . La propia expresión estupefaciente, aunque tiene a su favor una larga tradición, no es exacta pues no todas las sustancias de — 481 — que trataremos producen acción estupefaciente; las hay que pro­ vocan, por el contrarío, una reacción estimulante, alucinógena, etc. • Es que, en la determinación de cuáles son estas sustancias, no influyen sólo criterios químicos o fisiológicos sino culturales, los que se traducen en leyes. Son éstas las que determinarán más que nunca, el ámbito en que se mueva la Criminología así como otras ciencias penales. Nos referimos tanto a la legislación interna como a los convenios internacionales. Estas normas amplían con­ tinuamente el campo cubierto. Eso resulta evidente con sólo com­ parar el contenido de tratados internacionales de principios de siglo con los actualmente vigentes; o nuestra ley de 1961 con los decretos que hoy ños rigen. Las disposiciones vigentes cubren sustancias que son estu­ pefacientes, excitantes, alucinógenas, hipnóticas, calmantes, anal­ gésicas, etc. Las listas suelen ser largas porque las. sustancias bá­ sicas se venden con muchos nombres según las combinaciones en que se hallen y las fábricas que las producen. Para que se hable de estupefacientes, sustancias peligrosas, etc., en el sentido en que empleamos tales expresiones en este ca­ pítulo, Be tiene que pensar en algunos requisitos entre los cuales ocupa lugar principal el que la sociedad reaccione con una acti­ tud de censura ante los daños que aquéllas producen: el factor valorativo nunca se halla ausente. Entre esos requisitos se hallan también los siguientes: que la sustancia provoque alteraciones psíquicas, que dificulte el nor­ mal funcionamiento del cuerpo y del espíritu; que produzca adic­ ción, «s decir, un hábito dañino, dependencia tal que resulta su­ frimiento cuando el consumo es suspendido — sin embargo, hay sustancias que cumplen este requisito, como el tabaco, el café, etc., que no se hallan prohibidas; además, hay que considerar los ca­ sos en que un solo acto de uso o tenencia, ya constituye delito— ; que produzca creciente tolerancia, o sea, que se necesite cada vez mayor cantidad de sustancia para obtener el mismo resultado. En todos los casos; se toman en cuenta las alteraciones de la inteli­ gencia, de los instintos, los sentimientos, la agudeza perceptiva, la rapidez y exactitud de las reacciones motrices, la fantasía in­ controlable, etc. Como se advertirá, se trata de condiciones muy variadas y que no siempre se cumplen o se temían en cuenta to­ talmente para incluir una droga entre las legalmente prohibidas o para quitarles tal condición (*). (1) Sobre estos puntos, véanse principalmente, Langelüddeke, Psi­ quiatría F oreos«, pp. 497 y ss. y el articulo The Criminalon r af a r a n and dm c ose de Erich Goode, incluido en las pp. 191 de la (Ara Carrea* perspectivas oa criminal btk afltr, dirigida por Blumberg. — 482 — Dada la enorme variedad de sustancias' enumeradas en las leyes, no nos hemos de referir a todas ellas en lo que sigue, sino solamente a las más notorias y más relacionadas con e¡l delito. 2.— C AUSAS DEL CONSUMO.— Tanto las toxicomanías como el alcoholismo h an sido catalogados dentro de las anorma­ lidades que tienen origen en elementos tóxicos externos: son alte­ raciones con causas exo tóxicas. En los dos tipos de anormalida­ des, hay muchos caracteres comunes. Eso puede decirse, en primer lugar, de las causas que incli­ nan al uso de los estupefacientes. Por ejemplo, aquí habrá que con­ tar la nerviosa vida característica de los tiempos actuales, que busca remansos de tranquilidad; los dolores, físicos o morales, la disconformidad con el mundo, que empujan a que se busque la felicidad en los paraísos artificiales según los llamaba Baudelaire: del mundo real, siempre lleno de aristas hirientes, se huye hacia un Nirvana en el cual no se recuerdan las miserias diarias — esto, de­ jando aparte si las esperanzas forjadas son luego realizada»— . No son raros los especialistas que atribuyen el vicio a que sus se­ guidores son psicópatas o, de cualquier modo, anormales menta­ les; sin duda, cuando se estudia a los internados en casas de cura, no puede menos de notarse la abundancia de anormales entre los endrogados lo cual permite deducir que algunos ya lo eran antes de dedicarse a la droga preferida; sin embargo, una generalización es ilícita, porque resulta difícil establecer si las anormalidades fueron causa o efecto del consumo de estupefacientes; tanto más que hay numerosos casos en que se ha podido demostrar que la personalidad anterior era normal; por tanto, debe dejarse de lado esta explicación cuando pretende erguirse en la única capaz de poner luz en todos los casos (:). Se ha llamado, más bien, la atención sobre el relevante pa­ pel que desempeñan la curiosidad y la imitación; la primera tanto más excitante, cuanto mayor es la propaganda realizada acerca de las maravillas provocadas por los estupefacientes, influencia da­ ñina que puede adjudicarse inclusive a gran parte de la propagan­ da destinada a separar del uso de los estupefacientes o de preve­ nirlo; la segunda, porque generalmente se da dentro de estrechos círculos de relaciones que se incitan mutuamente y que, de modo general, concluyen por crear una actitud de indiferencia moral. Desde luego, la simple comprobación de que hubo curiosidad e imi­ tación en los actos iniciales no excusa de una investigación más profunda de las causas, pues siempre será necesario establecer por qué, mientras algunos abandonaron sin pena la práctica de usar (2) A. este respecto, v: Taft, Criminóte(y , pp. 280-291. — 483 — estupefacientes, otros no pueden lograrlo y concluyen por crear hábitos ineludibles. Debe anotarse aquí que existe una causa accidental que d a buen número de viciosos; el tratamiento médico; usada la droga con algún fin terapéutico lleva insensiblemente a crear un hábito del cual luego el paciente no logra desprenderse. Este problema del hábito o de la dependencia es de los más graves pues se relaciona con la dificultad de la cura o rehabilita­ ción de los adictos. Goode cita estadísticas según las cuales, en Chicago, se comprobó una reincidencia del 86% ; hay quienes cal­ culan una reincidencia del 90% (}). Sin embargo, el hábito no tiene igual fuerza en relación con todas las sustancias; es d fcil, por ejemplo, abandonarlo por quienes consumen morfina; pero no por los que usan marihuana. Tiene también importancia la oportunidad o facilidad de que gozan los profesionales de las ramas médicas —médicos, dentis­ tas, farmacéuticos, veterinarios, etc.— en cuanto a sustancias que generalmente requieren receta para su expendio. Si excluimos la marihuana — de uso muy general y que no tiene aplicación médi­ ca, es decir, no se expende ni bajo receta— , en los demás casos, la preponderancia de la clase sanitaria es notoria. Linz mostró que, en Berlín, el 58% de los toxicómanos pertenecían a profesiones médicas (*). Goode informa que del 1 al 2% de los médicos d '. Estados Unidos son adictos a alguna droga, o sea, en ese país hay entre 3.000 y 4.000 médicos drogadictos (5). Moglie expone sig­ nificativas estadísticas sobre la morfina; dice así: “ La morfín.i es el estupefaciente aristocrático, como el alcohol lo es democrá­ tico: el primero domina entre las clases más elevadas y cultas y no extraña, por eso, que cuente mayor número de víctimas entre los médicos, en los cuales la tendencia al tóxico es facilitada en m a­ cho al disponer sin esfuerzo de la substancia. Según las estadísti­ cas de Lawinstein y Pichón, de 230 morfinómanos, 111 pertene­ cían a la clase sanitaria; según las de Oppenheim, el 42% eran médicos, según las de Rodet, 287 sobre mil; siguen los militares, los propietarios, todos los profesionales escasamente ocupados; en último lugar, los sacerdotes y los obreros; los campesinos son com­ pletamente inmunes". (La Psicopatologia Forense, p. 217). *3.— L O S PRINCIPALES ESTUPEFACIENTES.— Nos refe rimos a continuación a las principales sustancias dañinas tomadas en cuenta por leyes vigentes. (3) V. ob. ctt., p. 182. (4) Cit. por LangelQddeke. ob. ctt., p. 468. (9) Ob. cit., p. f69. — 484 — Morfina.— Es muy probable que se trate del estupefaciente más peligroso, tanto por sus efectos como por la facilidad con que crea hábito y por el número de adictos con que cuenta. El producto fundamental es el cloridrato de morfina y, el mecanismo, las respectivas inyecciones. El papel desempeñado por la ocasión,, como desencadenante, puede comprobarse por el hecho de que la mayor parte y los más graves, de los morfinómanos, son médicos, farmacéuticos, enfer» meros, etc. — es decir, personas que pueden procurarse el estupe­ faciente, cuya venta es controlada— , y enfermos‘de males que pro­ ducen grandes dolores físicos cuyo alivio llevó a que se les sumi­ nistrara morfina. Durante la fase de iniciación queda, al lado de indisposición y malestar generales, vómitos, cefalalgias, la satisfacción del dolor vencido; el consumo posterior produce creciente euforia lo que facilita la implantación del hábito. Firme éste, se habla de la luna de miel del morfinismo, porque serán las sensaciones placenteras las que predominen sobre las demás generalmente, aún no se ha establecido una clara degeneración moral e intelectual: el morfi­ nómano sigue cumpliendo sus deberes usuales sin experimentar es­ peciales dificultades; pero el organismo reacciona ante la morfina y crea un cierto equilibrio de defensa lo que tom a más o menos inocuas las cantidades de morfina que previamente se usaban; eso obliga a aumentar continuamente su dosis di se persigue tener las mismas satisfacciones que en un inicio; así se recorre la distancia que llpva a la degeneración aún a los individuos orgánicamente más resistentes: sé ha creado una verdadera necesidad tan urgen­ te com o la de comer o de beber. La voluntad se debilita grandemente; hay falta de iniciativa, de tenacidad, de im pulso consciente al trabajo y, desde luego, de capacidad para evitar conscientemente el uso de la droga; ésta a im oone incontrastada y la necesidad d e procurarla es suficiente pa­ ra recurrir a todos los medios, por ilícitos q ue ellos sean. Los sentimientos morales se debilitan y tanto más cuanto más delicados. El morfinómano vive angustiado y ansioso y cambia continuamen­ te de humor — desde la irritabilidad exacerbada óuando siente falta de la droga, hasta la euforia pasajera que sigue a su uso— . Desciende el nivel intelectual, así como la capacidad memorativa (amnesia retrógada) y atentiva. Desde el punto de vista criminoló­ gico es relevante la frigidez sexual que se instala en muchos mor­ finómanos. Tampoco la abstinencia de la droga es un remedio, pues trae sensiblería, somnolencia, pérdida de lá voluntad, torpeza corporal, agitación, sudores profusos y hasta síncopes; fuera de la obsesión por la droga preferida. La etapa final es menos relevante desde el punto de vista criminal, porque generalmente el enfermo se halla recluido y carece — 485 — hay indolencia. 2) de somnolencia y sueños deliciosos. diarreas. La cocaína crea rápidamente há­ bito y necesidad.— Es el alcaloide de la coca (7). (7) Por desgracia.de oportunidad y. sentido de felicidad y apetito sexual acrecenta­ do. o bebiéndolo bajo forma de láudano o. confusión mental y alucinaciones (8). creando necesidad. la costumbre está formada y existe ne­ cesidad de la droga. — 488 — . como en el de otros estupefacientes. el sueño se halla turbado por pesadillas. para delin­ quir. alucinaciones e ilusiones. Hay indiferencia y abulia. charlatanería. pueden distinguirse tres perío­ dos: 1) de euforia. 334.— De él se extrae la morfina. un debilitamiento notable del sentido moral. de la Índole del trabajo o de otras enfermedades 1 e intoxicaciones con los cuales es fácil confundirlos dados los circuios sociales y económicos en que el uso de la coca se halla difundido. p. hay hipereste­ sias. por el momento. bruscas expansiones de alegría y de risas. 3) de ebriedad coma­ tosa. pero continúa siendo con­ sumido por sí mismo. Puede llegarse al de* lirium tremens y a sentir tendencias al homicidio (6). El exagerado enflaquecimiento. fum án­ dolo. se sobre­ entiende que los efectos eufóricos son comunes y que se dejan de lado kú no raros ejemplos de intolerancia en que las sensa­ ciones experimentadas son patosas. lengua igualmente torpe. Opio. (6) En este caso. tan extendido en nuestro país y en algunos ve­ dnos. sensación de vigor. acerca de los efectos psíquico» del uso de la coca. Gran relieve criminal adquieren los (•) V: Barbé. son los ca­ racteres que pueden señalarse. Menos importancia tiene. marcha lenta y torpe. erotismo y. muchas veces. luego aparece un período delirante semejante al de los al­ cohólicos. alucinaciones. El opio se instala fácilmente como hábito. píldoras o polvo que es absorbido por la nariz. la profunda torpeza intelec­ tual. Cocaína. . pupilas dilatadas. separe los efectos propios de la coca de los provenientes de deficiencias alimenticias —calóricas o vitamínicas—. el consumo de heroína. hasta de capacidad. acompañando a lo anterior. desde luego. albuminuria y luego la muerte. confusión. desconocemos cualquier estudio científico efec­ tuado —al se ha efectuado—. Se ha distinguido el cocainismo agudo del crónico. que se emplea en forma de clorhidrato y se usa sea en inyecciones. y es lo más común. Préd». sea por vía oral (opiofa*gia) comiéndolo. beatitud. En la etapa crónica. la memoria es de­ fectuosa. Y que. cuyas consecuencias son similares. En el cocainismo agudo se experimenta primero un estado de excitación general que deriva en euforia. En la marcha de los efectos. vómitos. estos últimos engendrados a través de un mecanismo similar al de los Celos alcohólicos. por la excitación y por la falta de frenos. En los últimos decenios ha adquirido triste fama en nuestro continente. entre (9) V: Wolf: L* Marihuana en América Latina pp. ansiedad.delirios de persecución y de celos. con doscientos millones de adeptos en el mundo. lo que pue­ de dar lugar a la costumbre. en los momentos en que cundió la moda. W olf con­ sidera que la marihuana tiene influencia criminògena tanto en de­ litos sexuales. inquietud. como porque son fáciles de obtener. Se ha señalado con insistencia que e¡ con­ sumo de marihuana conduce a excesos y delitos sexuales. En Bolivia. conduce hasta la im­ potencia. Méjico y Brasil. en las primeras etapas. el uso de la marijuana o marihuana. Parece evidente que las dosis elevadas excitan a la violencia. Su uso se ha extendido en Estados Unidos. que lleva a muchos excesos y delitos sexuales — recuérdese que. p. objetivamente inmotivados o desproporcionalmente motivados (9). se ha extendido el uso de la marihuana especialmente en círculos juveniles. 8. por su difusión. perversiones sexuales. en esencia. cuenta. Su consumo frecuente trae cambios en el carácter. La capacidad intelectual decae continuamente. conocido por los occidentales desde el tiempo de las cruzadas. El humor es variable caracterizándose. insomio. impulsividad directa y sobreexcitación. como tam­ bién en hechos brutales. en efecto. Su producción es muy difícil de controlar dada la forma en que cro­ ce la planta. mushos de ellos estu­ diantes que han constituido verdaderas fraternidades secretas que facilitan la iniciación en el vicio y dificultan la labor controladora de las autoridades. — 487 — . produce agresividad. 25-40. la cocaína opera como afrodisíaco. Ultimamente se ha llamado la atención sobre los barbitúricos tanto porque son frecuentemente usados en la terapia. en los últimos diez años. sobre todo el hombre. por im a irri­ tabilidad exacerbada que condiciona frecuentes reacciones de vio­ lencia. Algunos es­ tudios afirman que. La gra­ vedad del problema resalta por el hecho de que buena parte de los consumidores son adolescentes y jóvenes. allí Be encuentra el cálculo sobre el número de adeptos. donde se le llama Maconha. hay quienes citan casos en que ese efecto se ha obtenido con un solo cigarrillo. durante la abstinencia. La mari­ huana no es otra. agi­ tacito. que el célebre naxix. se debilitan los sentimientos éticos y la volun­ tad— pero luego. Todos los derivados suprimen o debilitan el dolor y crean estados de euforia. al mismo tiempo. El uso del éter puede revelar psicopatías hasta entonces la tentes. según se cal­ cula. oca­ sionan dificultades económicas y educativas semejantes a lás qtw se han estudiado para el alcoholismo. etc. 876-880. esta crimi­ nalidad directa ha sido considerada escasa (1¿). En cuanto a la otra criminalidad directa. La necesidad creada por la droga es.' <Hrl*ida por Branham y Kutasb. tráfico y expendio de estupefacientes. sin embargo. P esa». Barnes y Teeters. en todo caso menor que el de los alcohólicos. La excepción está constituida por los delitos de tránsito de­ bidos a alteraciones de la percepción y de la capacidad motriz. la situación no suele presentarse. el que se tomen precauciones por los viciosos. tales los calmantes nerviosos. la compra. En cuanto a la familia.— En casi todos los países civilizados existen leyes que declaran delito la producción. y en el surgimiento de una indus­ tria clandestina. es evidente que los altos precios alcan­ zados por los estupefacientes adquiridos en él mercado ilegal. pues hay que suponer otros actos prohibidos por la ley y que han sido cometi­ dos por el endrogado. En cambio. por ejemplo. si los (10) En tal sentido. Tftft. la criminalidad indirecta es abundante. New Horizons fat Crimlnotocy pp. etc. 264-255. mayor que la del alcoholismo. que el número de endrogados no sea muy alto. la derivada de las al­ teraciones mentales subsiguientes al uso de la droga. por ejemplo. repetimos. siquiera por una vez y por cu­ riosidad. pe­ ro esta posición de legalidad es meramente teórica. el que existan eta­ pas de estupor. Y así tenemos señalada la primera repercusión directa de los estupefacientes en el delito. analgésicos. pp. Puede ser estudiada en dos sectores: en el marco de la vida individual del endrogado y de su familia. salvo el caso en que el vicioso se dé maña para obtener recetas. en quienes usan los estupefacientes más peligrosos sino otras drogas respecto a las cua­ les la gente no toma precauciones especiales. por término medio. En todo caso. 130-133 de la Encyclopedia of C n u n lo fy . 4. su inclinación lo lleva fatalmente a caer en la malla de la ley.. etc. en general se ha apuntado que no es muy notable. ea las pp. En esta exigüidad es probable que influyan diversas razo nes. el meto consumo no es considerado delictivo. pa­ ra no ser identificados. fuera de ciertos casos excep­ cionales relativos a la medicina y la industria^ En general.el 20 y el 40% de los alumnos de algunos colegios secundarios privados habían usado marihuana. la criminalidad así resul­ tante está de acuerdo a las características señaladas antes para cada droga. Por ello puede decirse que.— ESTUPEFACIENTES Y D E LITO . _ 488 — . ob ctt. etc. la tenencia injustificada. bandas que. comete abusos de confianza. para obtener dinero. Cotr. Parece que.o la pérdida de la costumbre sólo se lograría por medio de paula­ tinas rebajas de dbsís. al mismo tiempo. los pe­ ligros de una abstinencia total súbita. des­ tinadas a fabricarlas.. como sucede con frecuencia. se dedican a nrotecer su co­ mercio eliminando por la fuerza a entidades competidoras o com­ prando a autoridades judiciales. distribuirlas y ven­ derlas. juegos ilegales y prosn titución.propios recursos se Agotan. — 489 — . (12) Como estos actos derivan de la necesidad creada por el consu­ mo habitual de una droga. es posible tratarlos también en la cri* minalidád directa. Estas implicaciones son más probables por el hecho de la des­ trucción moral y material del hogar. políticas y policiales que pudieran ocasionar dificultades. puede citarse el caso del suicidio en que incu­ rren los endrogados. La prohibición de expendio de drogas y la urgencia de consu­ mirla se suman para que aquéllas adquieran altos aprecios y pro­ voquen el nacimiento de bandas. serían las siguientes: la. se permitiría qae se suministren pues que su finalidad es curativa. Para concluir. teniendo en cuenta los descu­ brimientos de la Criminología. hurta. que se facilite así el cami­ no hacia la corrupción y la prostitución (u). Medidas aconsejables. en las mujeres. el vicioso tiene que recurrir a otros medios para procurarse la sustancia de­ seada. no hay datos que permitan deducir que ellos son muchos o aue derivan directamente del uso actual de la sustancia. estafa. generalmente internacionales. suelen estar monopolizados por las mismas bandas. Los negocios realizados por estas bandas dan pingües ganancias que han creado muchas fortunas. (11) Esta posibilidad es tanto mayor si se piensa que tráfico clan­ destino de alcohol y de estupefacientes. exportarlas o im portarlas.— Someter a tratamiento mécucá obligatorio a los viciosos. (13) También aquí podemos repetir lo dicho al hablar de] alciho lismo y pe» similares razones: que la política criminal suele ¡>ei tan errada como para provocar nuevos delitos en lugar de dis minuirlos. al mismo tiempo. evitando. así como por el descenso de la capacidad ética (12). obe decen fundamentalmente a dos razones: la inquietud causada per una prolongada y ya insoportable abstinencia a la cual no ¡>e ve remedio y los remordimientos presentados en algunas personas que temen el propio desprestigio o el sufrim iento de su fam ilia ( l'). cuando ellos se producen. no siendo raro. A decir verdad. etc. junto con famas internacionales indeseables. esos medios pueden ser fácilmente ilegales: falsifica recetas* roba. ... Asi se iteresaría a los propios viciosos... . mujeres. me­ nos del 2% en la población general.... 6 casos ............................ 153: extranieros.. 5 casos ........ porque el negocio dejaría de ser rendidor... 21.......... Depresores..... 80 casos Clase de droga: Cocaína... enseguida..... Se trata especialmente de tu­ ristas jóvenes................... evitarla............................................ 28 casos ..20 casos ... et........r ^nduimw con nlgun«« estadísticas referentes a la situación boliviana y suministradas por la Dirección Nacional de Control de sustancias Peligrosas... de enero a diciembre de 1976: Casos.. 15 casos De 15 a 20 año«........ la campa fia evitaría ser ella misma excitadora de la cu­ riosidad). 3 casos . en su *b.. por una parte....— Las drogas proporcionadas con el fin anterior se venderían a recios ligeramente superiores al costo de producción... 34 casos .......... jóvenes y adultos jóvenes... y.......... 18% 20% 15% 14% 14% 11% 3% 2% F lo rip o n d io ..... La totalidad de los casos anteriores involucran a adolescen­ tes.. 3a. Esta medida.... ..... ........ G asolina... 164......... 37 casos ... L S D . A este respecto...... Peyote.................18S Por sexo: Varones. 3% Llaman la atención.. Por ejemplo... 242-256. M arihuana.... Thinner... algunos hechos......... no es que no haya casos de personas 3a.... el alto porcentaje de extranjeros: 20% entre los consumidores................— Se llevarla a cabo una campaña educativa a fin de prevenir los males provenientes del uso de drogas.. 90 casos De 20 a 30 años..... se daría un golpe mortal a las bandas de traficantes... Estimulantes........ por otra.......... que se caiga en el vido r mera curiosidad........ Por nacionalidad: Bolivianos.. siquiera en parte................ En cuanto al consumo..... 26 casos . £ K — 490 — . 32 Por edad: De 10 a 15 años.... pp... peto sin exagerarlo*. ....... véase todo el capitulo que Taft dedica a los es­ tupefacientes............20 casos ...... como hoy sucede con frecuencia (desde sgo.... están escasamente representadas o no se han registrado casos. — 491 — . pero es relevante el que no haya. La facilidad de conseguir la droga se manifiesta en el hecho del alto porcentaje de consumidores de cocaína y mari­ huana mientras otras drogas. Ciertamente eso demuestra la gravedad que el problema ha adqui­ rido entre nosotros. mayores a las propias del homicidio in­ tencional— y que los detenidos preventivos por estos delitos no gozan de libertad provisional bajo fianza — situación muy impor­ tante en un país en que el noventa por ciento de los detenidos no tienen todavía sentencia definitiva ejecutoriada— . por ejemplo. En cuanto a elavoración y tráfico. el LSD. el opio. que las sanciones con que se reprimen los delitos sobre drogas son muy graves — en muchos casos. proporcionó los siguientes datos correspon­ dientes a 1976: Personas encausadas por tráfico de cocaína 133 Personas encausadas por elaboración de cocaína 156 Personas encausadas por tráfico de Marihuana 7 El mismo año se descubrieron 46 fábricas y laboratorios de cristalización de cocaína. la misma oficina a que nos hemos ya referido. sin duda. como la morfina.. personas mayores de 30 años. Sin embargo. etc. En los años 1977 y 1978 se dio un fenómeno extraño en las cárceles — de hombres y mujeres— de La Paz: cerca de la mitad de los detenidos lo estaban p o r delitos relacionados con drogas.mayores que. especialmente en relación con la cocaína. comunes en otros países. entre los descubiertos. hay que considerar que esa proporción no puede con­ siderarse sin tomar en cuenta otros factores. saben ocultar meior su conducta. I . que reducir w que citamos y consultamos a los tí mites compátibles con un libro elemental como éste. sí. Tésanos. Klein: El PsfeoaaiBsIa A Nttsa. Loman: IJMtfo and D e M ta . ni originado tantas subescuetas heterodoxas. 11-59^. asume boy proporcione« enormes. tan importantes. Pero aquella psicología era incapaz de sotucio- (1) La biblio grafía psicoanalitica y aun la silia dedicada a Freud y sus discípulos. algunos resúmenes. Nos hemos servido de las siguientes obras: Freud: Obra« CoMpIrtai (en la traducción de López Ballesteros). pro­ bablemente ninguna ha tenido la amplia difusión del psicoaná­ lisis n i h a suscitado tantos problemas novedosos ni provocado tantas discusiones. de los cuales son los m is claros y completos loa conteni­ dos en Hinsie: Conceptea y vraUeaua de Psicatenala (pp25-100) y en Englisb y Pearaon: Nenosia Frecuentes en leo a n ís y los Adultos (pp. von Teslaar: Aa Oí Mm oí Ppyffcosaslyls. Tramoatin: Esquema de to to M c fa ste También. de solucionar algu­ nos problemas viejos.C A PIT U L O NOVENO EL PSICOANALISIS 1. pero recién planteados desde un punto de vista científico. Horney: El Naeva PaleaaaáUsis. — 493 — . for­ zosamente.— O R IG E N DEL PSIC O AN ALISISL— Entre las escuelas psicológicas de cuyo florecer ha sido testigo el siglo presente. como para merecer lugar especial en )ob tratados (*). Mira y López: Loa t a t a m M i del pstciiaiUsie. sin embargo. Los cimientos d d psicoanálisis fueron puestos durante los dos últimos decenios del siglo pasado y obedecían a lia necesidad en que se encontraba la psicología del momento. 21-70 y en « t. encabezada por Bemheim. luego asociado de Freud. el t. La paciente era una joven vienesa de bue­ na familia y cultura que experimentaba los ataques histéricos. tuvieron como punto de partida. pa­ ra no hablar de los métodos hipnóticos usados en la Salpetriere por Chacot. la neurorreflexología. el conductismo. pp. pp. que comenzaban a surgir. como la de la teoría de la forma y el estructuralismo. Como este autor recuerda. esta particular especie de hidrofobia había hecho que la enferma sufriera mucho de sed. cuando pretendía beber agua de un vaso. (I) La situación de callejón sin salida creada por la psicología del siglo XIX jio dio lugar sólo a la aparición det Psicoanálisis sino también de otras escuelas. y los propios de la escuela de Nancy. Tomamos el re­ sumen hecho jpor t í propio Freud en las conferencias que dictó en la Clark univem ty de Estados Unidos y contenidas en la recopilación de Van Teslaar. Para tales ojos resultaban incomprensibles los problemas de la psicolo­ gía animal y la evolutiva. Alexander y Healy: Las Balee« del Crimea. U de las obras completas bajo el tí talo general de a n e e CenfcMneJaa sabré PskaanáUsIs. No hemos hallado mucho de apro­ vechable en las actas de las sesiones del Segundo Congreso Latino-Americano de Criminología. En cuanto a las aplicaciones del psicoanálisis en el estudio cau­ sal explicativo del delito. (3) Sobre el problema de la histeria y para comprensión del caso. nos hemos atenido fundamentalmen­ te a las siguientes obras: Alexander y Staub: El Dettacnente j sas Jaece* desde d panto de viste PdeMnaltlieo. Friedlander: Psicoanálisis de la delincuencia Javeaü. Hemos de referirnos a algu­ nas obras que fueron utilizadas también al redactar los capí­ tulos dedicados a Psiquiatría Criminal.narlos con sus discrepantes opiniones que iban desde el idealismo m is extremo h u t a el mecanicismo que pretendía m anejar los fe­ nómenos psíquicos como se manejan los físicos y químicos. v. las primeras investigaciones y le í hallazgos consiguientes. Vas Ferretea: El Psicoanálisis desde el panto de vista Médico-Legal. X de las obras completas: E* Histeria. durante los años 1880-82. A este trabajo se refieren las notas de las pági­ nas inmediatamente siguientes. el fundador y estnicturador del psicoanálisis (*). 141-150. pa­ ra no hablar de la vigorosa resurrección de la psicología de tipo tomista. y más aún las interrogantes planteadas por la patología mental y nerviosa. Las experiencias d e estos dos últimos autores habrían de ejer­ cer enorme influencia sobre los primeros pasos y concepciones de Freud. Camargo y Marín: El Patee* análisis ea la Doctrina y en la Práctica JüdieUl. porque se vía reducida a beber jugos o comer frutas y otros pro­ ductos que contuvieran buena cantidad de líquido (3). un caso de histeria que fue tratado por Breuer. Jiménez de Asúa: Psicoanálisis Criminal. — 494 — . Ver en dicho tomo n at resu­ men del caso citado. Este concepto acerca de la etiología histérica fue luego ampliado a todas las neurosis (6). T. Quien lea el caso «itero. en la hipnosis. los "síntomas son re­ siduo« y símbolos conmemorativos de determinados sucesos (trau­ máticos)* (*). De este caso. pp. no había hecho observación ninguna. en estas investigaciones. siguiendo el ejemplo de lo que había hecho Bernheim en la escuela de Nancy por él encabezada (s). 147. pp. al que ésta cuidaba. En realidad los ataques fueron desencadenadas en ocasión de una grave enfermedad del padre de la muchacha. aquel enfado que en el mo­ mento en que fue motivado tuvo que reprim ir. estaba bebiendo agua en un vaso. bebió sin dificultad una gran cantidad y despertó de la hipnosis con el vaso en los labios. 151-152. 154-lSS. un repugnante anim alucho. (í) Ibfdem. X: La Histeria. pp. XII: La EtMogfa de la Histeria. de ahí que se hablara de la cura por el habla (talking cure) y de catarsis o purificación (7). El inte­ (4) Ibfdem. Cuando Fteud siguió adelante. por eso se podía decir que los histéricos sufrían de ‘ reminiscencias” y que en la anorm alidad. ésta última. Entonces la paciente. V: Teoría G ettral de laa Neoreela. (5) Ibfdem. el paciente eliminaba de la psique una impureza causante de difi­ cultades. Materna j Anguila. Desde este momento desapareció por completo la perturbación que le im pedía beber1’ (4). — 495 — . comenzó a hablar un día. p. cuando se recordaba el origen del trauma — guardado en lo inconsciente— tal traum a dejaba de actuar como causa de reacciones anormales.Los métodos com entes no habían servido para aliviar los síntomas. XI: Tihlhlrtis. Precisamente. de su institutriz inglesa a la que no tenía gran afecto. Después de ex­ teriorizar enérgicamente. al hablar de él. T. p. Pero aún descubrió más: que existía en la psique una parte consciente y otra inconsciente. tropezó con una dificultad: que no siempre logra­ ba hipnotizar al paciente. 150. asociado con Breuer. y contó con extrem adas muestras de asco. Breuer utilizó el hipnotism o. T. Véanse también T. verá que tam­ bién existia un síntoma paralitico cuya explicación permite a Freud extenderse acerca de la interpretación psicoan&lítica del hecho. en este relato. “cuando ya llevaba unas seis sem anas en tal estado. (7) V:' Cinco Conferencia«. mas no queriendo que la tacharan de descortés o im­ pertinente. 154-155. Utilizó entonces el método de interro­ gatorio a presión. afloraba a veces du­ rante la hipnosis. se purificaba. pero permanecía desconocida durante la vida normal. etc. Por así decir. Breuer extrajo la conclusión de que los síntomas histéricos se debían a la acción de uno o varios traumas psíquicos anteriores. («) V: Ibfdem. que un día había entrado ella en su cuarto y había visto que el perrito de la inglesa. demandó agua. — 496 — . que ahora se oponía al recuerdo. p. Si descubri­ mos. p. permitió a Freud comprobar que erfMía una fuerza que se oponía a la exteriorización de las res­ puestas y que mantenía en la oscuridad a los traumas psíquicos primitivos que se pretendía descubrir. que son los síntomas.' tMlaar* ob. dolor q u e la represión ahorraba revelándose así como uno de los dispositivos protsctores. La incompatibilidad de dicha idea con el Yo del enfermo era. enmascarados. Una investigación comparativa de las situaciones patógenas llegadas a conocer en el tratamiento catártico permitía resolver el problema. por lo tanto. 44) qüe nos parece m is exacta que la traducdta ofrecida par la eotdfa castellana. etc. por medio del psicoanálisis. en lugar de reaparecer ellas mismas. puede tener otras salidas. Da (o d a lo cual resultó la concepción freudiana de que el olvido no es mero resultado del correr del tiempo. la que tUce que com­ plejo es "una agrupación dé elementos idi M co conjugados y saturados de afecto” . las fuerzas represo­ ra».rrogatorio asi llevado a cabo. era la mis­ m a que había hecho olvidar los traumas y la llamó represión. En todos estos casos se trataba del nacimiento de una optación contraría a los demás deseos del individuo y que. de líí n ad ó el concepto de complejo que “es un conjunto de ideas que permanecen uñidps y tienen un tono emotivo común” (. 170. y la hacemos consciente. como luego veremos.)...0). puede tom pensai :n la su­ blimación. d t. o manifestarse en un simple olvido. Lo reprimido subsiste. Pero reprim ir no es suprimir. (10) Preferí moa. La aceptación del deseo intolerable o la perduración del con­ flicto hubieran hecho surgir el dolor en alto grado. (ÚV Ibfdem. el motivo de la represión. Originábase así un conflicto. por ejemplo. Síntomas y fuerzas que no s¿ dan aislados sino en conjunto. y las aspira­ ciones éticas o de otro género del individuo. aunque haya sido momentáneamente anuládo. podía plantearse el problema de cuáles eran estas fuerzas y Cuáles las condiciones de la represión en la cual reconocemos ya el mecanismo patógeno de la histeria. Freud concluyó que esa fufrza de resistencia. sino producto de unu letxtf activa. sienttó expulsada de la conciencia y olvidada junto con ios recuerdos n ella correspondientes. traducir asta definición. pues. "Mas aún. la conexión entre lo reprimido y el síntoma. ctt. fuera de jos síntomas neuróticos. Esas fuerzas. (Lo re­ primido. p. 161. sacadas de lo consciente. V: eb. re­ sultaba intolerable para las aspiraciones éticas y estéticas de la personalidad. del inglés (contenida en van . una lucha interior cu­ to final era que la representación que aparecía en la conciencia llevando en sí el deseo inconciliable iucumbía a la represión. mandan al exte­ rior sustitutos. sobreviene la cura.de la penanalidad anímica’’ (9). arte> religión. II. Por eso.). etc. c) Una doctrina o teoría que trata d e explicar y ordenar esos hechos. d) Una filosofía de la vida. la admi­ sión de un inconsciente proveniente de herencia arcaica y so experiencias individuales (sobre dio. — 497 — . la propia metódica. p.Posteriormente se utilizaron las asociaciones libres y la in­ terpretación de los sueños como métodos psicoanalíticos. b) Un conjunto de HECHOS descubiertos por medio de la aplicación de esos métodos. para ordenarlas. (13) Como luego se verá. v. No sin advertir que esas doctrinas no fueron expuestas des­ de el primer momento tal como ahora se las conoce. en lo tocante a la naturaleza de los instintos sádico-masoquistas. 297). ¿Oe qué naturaleza eran los traum as cuya represión causaba luego los síntomas neuróticos? De naturaleza sexual. nos guiamos fundamentalmente por el he­ cho por Mira y López en Los F in d a ta » tw» del PsicoüiUsls. Freud introdujo complementaciones y rectificaciones (u) a medida que el tiempo transcurría y se acumulaban maymes e x ­ periencias y críticas. (121 Por ejemplo. historia. . derivada de la doctrina y que pre­ tende dar normas de. Pero ya con esto nos salimos de este número destinado simplemente a exponer los inicios del "sicoanálisis. 173. recurriremos a otros autores que intenta­ ron hacer resúmenes sistemáticos del psicoanálisis 413). debemos dejar constancia de que en el psicoanálisis se pueden distinguir los siguientes aspectos: a) Un conjunta de métodos destinados al análisis de la psique total especialmente en su región inconsciente. que nos han parecido adecuadas p a n un libro de Criminología y necesarias para uqa expoaiciÓB al alcance de los estudiantes. Freud mismo no hizo una ex­ posición sistemática. ciencia. T.conducta y de interpretación de to das las formas de la vida {familia. hasta el último momento. los cuales constituyeron el último méto­ do cuya investigación llevó al autor a afirmar el estricto d etern i­ nismo de todos los fenómenos psíquicos. la exposición de Beca contenida en las actas de] Segundo Congreso Latinoamericano de Criminología. ” (“ ). de sus teorías. princi­ palmente la segunda. por lo que. asi cptno las del propio Freud. p. si bien agregándole las opiniones de otros autores. de la que la ^ consciente no es sino la corteza. Por otra parte. por el con­ trario. para entrar en la exposición d e sus doctrinas finales. (11) Ibidam. la concepción de ello. nos detenemos aquí. Por fin. la del super-yo. que ha sido llamada “ la vía regia para lle­ gar al conocimiento de lo inconsciente y la base más (irme del psi­ coanálisis . . Luego Freud dedicó todo un volumen a es­ tudiar los actos fallidos. etc. ase­ gura al paciente que. el tercero es propio sólo de la concepción freu­ diana de la psique. — 498 — . si bien con algunas rectificaciones. ' .— Ellos son fundamentalmente los cuatro que ha continuación se detallan (!4) a) Interrogatorio a presión. son aceptados por casi todos los psicoanalistas. El paciente se recuesta de manera cómoda y relaja sus músculos. entonces se hace evidente la “resisten­ cia“ de que hablaba Freud. comenzando a preguntar por hechos relacionados con el asunto principal. que deje que su imaginación siga su pro­ pio camino sin preocuparse de dirigirla o contenerla por medio de una labor ci tica consciente. El analista pregunta lo que le interesa. si se lo propone.— Como en todos los métodos psicoanalíticos. colocamos entre la vigilia y el sueño. podrá res­ ponder a la pregunta. El paciente comunica verbalmente lo que le va ocurriendo en lo interno. La imaginación dfcl adulto no está atenida a sus solas fuerzas sino que su marcha es canalizada o contenida por acción de fre­ nos críticos conscientes. podrá recordar. el analista advierte al paciente que no debe preocuparse de las observacio­ nes planteadas por la critica mencionada y que debe seguir con el proceso de asociaciones de imágenes. esta aceptación se ha extendido en buena medida. puede iniciarse un ataque de flanco. Técaiea det P itc ta iilh lk . art. en cambio los dos primeros. si aún estos recursos directos fallan.Desde nuestro punto de vista.— Se pide al paciente analizado que comience a divagar. el anatista presiona. incluyendo los hetero­ doxos. donde se incluyen los métodos tera­ péuticos que Sirven para aclarar los de investigación. sentimos que la fantasía comienza a elaborar contenidos por su propia cuenta. 2. b) Las asóciaciones Ubres. se busca con éste descubrir las ligazones entre las regiones inconscientes y conscientes y hacer que aquéllas se ele­ ven al plano de éstas. también a psicólogos de otras escue­ las así como a psiquiatras que podríamos calificar de clásicos. nos internarán sólo los tres primeros aspectos. aunque el paciente no se dé cuenta de ello. en el t.— LO S M E T O D O S DEL PSICO A N A LISIS. cerrando los ojos. Para evitar que esto suceda. el analista apunta y toma también nota de los actos (14) Un resumen de ellos. Resulta entonces algo semejante a lo que a todos nos sucede cuando. con los cuales se hallan estrechamente vinculados. II de las obras completas. en un ambiente del cual se tratan d¿ eliminar todos los estímulos sensoriales perturbadores. para vencerla. en general. — . reprimidos y ño su­ primidos. como ptiede comprobarse recordando los casos concretos que cita en sus obras. Pero los deseos. lo que puede ser aprovechado por los deseos para descuidar la vigilancia a que están sometidos y aparecer en la conciencia. la aparición de tales imágenes y no de otras. en el sueño hay que distinguir Un contenido aparente y un contenido latente. al despertarnos u olvidamos los siíeños. o contra la imposibilidad de realización. si no chocan contra nuestras concepciones más profundas. etc. esos deseos se tomarían molestos y hasta dolorosos. Hay que recordar aquí parte de lo dicho en las páginas ante­ riores: hay deseos que chocan contra nuestras concepciones éti­ cas o de otro orden. c) Interpretación de los sueños . El primero es el que se nos pre­ senta por medio de imágenes. Si los deseos son inofensivos. es posible que se manifies­ ten directa y claramente.). que en un momento los anuló. Por el contra­ rio. etc. siguen actuando. movimientos de los miembros. desde lo más profundo de la psique. sin directiva alguna. la censura. un tren que avanza a toda velocidad y que nos atropella porque somos incapaces de mover­ nos de las vías por las que corre. inclusive los que se presentaron vfvida- — 499 — . inclusive cuando tienen cierta apariencia de lógica y realidad —un animalito que se mete en un hoyo. por medio de lo que el psicoaná­ lisis denomina procesos de elaboración secundaría. sin embargo esa censura se halla especialmente rela­ jada durante el sueño. con uh mínimo de intercepciones censoras. es el caso del niño glotón que sueña estar ante una mesa llena de dulces. Así el analizado manifiesta.— Es el método que más ha utilizado Freud en sus investigaciones. por ejemplo. son las intenciones que provocan. se deja simplemente que el paciente discurra por su cuenta. cambios de postura. actúa la censura o represión que los arroja a lo inconsciente. para evitarlo. en vísperas de un examen difícil. lágrimas. sueña que lo vence con las me­ jores notas y felicitaciones de los examinadores. lo que existe en lo inconsciente de su psique. pero principalmente a raíz de los descubrimientos hechos por Jung con su prueba de las aso­ ciaciones determinadas —véase más adelante— es corriente que ahora aún los psicoanalistas ortodoxos presenten algunas palabras guías relacionadas con los síntomas y problemas que parecen te­ ner especial importancia en el paciente. Algunas veces. Según Freud. notamos algo de oscuro en ellos. de persistir en el plano consciente. o del alumno que. facilitando la labor del investigador. impide que vuelvan directamente a la conciencia.sintomáticos que acompañan a la prueba (suspiros. tienen fuerza y vida. Pero la mayor parte de los sueños no tienen este carácter directo. El segundo. lo curioso as que luego. presenta un elemento que (15) Naturalmente. los dos primeros los más importantes. — 500 — . Se suele decir. así disfrazados. veamos cómo también en la vida normal existen estos desplazamientos. Ahora podemos preguntarnos cuáles son los mecanismos que deforman hasta tal extremo la maner? de presentación de los de­ seos. Los deseos no realizables en la realidad —si se nos permi­ te la expresión— . por esto. tan ilimi­ tados como los de los dibujos animados. en el contenido aparente del sueño. medie un abismo. La dramatización es un proceso por el cual los elementos del sueño desempeñan papeles. o los convertimos en una novela cuyas partes encajan entre sí con lógica estricta.mente. siendo. El desplazamiento es un proceso que permite que ciertos significados o emociones sean cargados. que el reconocerlos a través del contenido aparente es tarea difícil. Tarea del psico­ analista será el colmarlo. en la mayoría de ellos. Así por ejemplo. por ejemplo. Los ejemplos que citamos co­ rresponden a la interpretación freudiana. lo son en el terreno de la mera fantasía. desplazamiento y dramatización. Para mayor claridad. allí donde esté se supone. ia interpretación del simbolismo.s). ya relaja­ da durante el sueño. que la imagen onírica es multívoca. de las instancias censoras. sucederá que un objeto de madera represente al sexo femenino o que la caída de un diente signifique la castración (. El sueño más corriente —quitando los escasos en los cuales la intención es directa—. los deforma para que. eso sucede con la ban­ dera o la cruz que cargan con ideas y afectos que por sí solas no tienen. con la diferencia de que los trucos son muy superiores. por objetos o situaciones normalmente neutros con los cuales aquéllos tienen ligazones asociativas inconscientes. según Freud. El mecanismo de condensación permite que una sola imagen cargue muchos significados. La imaginación onírica los presenta directamente en pocos casos. por eso Freud consideraba que los sueños son una realización imagi­ naria de deseos reprimidos. es simbólico. simbolice muchos aspectos del deseo: por eso algunas imágenes oníricas parecen absurdas y despier­ tan en nosotros la sensación de que se refieren a muchas cosas y a ninguna en particular. puedan burlar la vigilancia. Esos mecanismos son los de condensación. como en una representación teatral. Todos estos mecanismos hacen que entre el contenido apa­ rente y el latente o profundo. está de acuerdo con Las doctrinas desde cuyo punto de vista el sueño es investigado. conocido el contenido aparente (símbolo). ‘Sueño N* 5. comerciante. si ignorara qué es lo que ella representa. donde se encontrarán más detalles. cuando no se citan casos concretos. II de las obras completas. pero si lo es el fondo del deseo. Esa simbología puede ser consultada en las diversas obras de Freud. especialmente ante alum­ nos que por primera vez toman contacto con el psicoanálisis. Introducción al Estadio de ios Sueños. unos hombres llamados cristianos dieran gus­ tosos su vida. tendría derecho para pensar que le» cristianos obraban absurdamente. analizado por Mira y López y contenido en las pp. y no podía ser de otra manera. que presenta una psico- — 501 — . entonces el panorama se aclararía. Eso se relaciona con la concepción amplísima que Freud tiene de la libido sexuaUs. o tiene. averiguar cuál es el contenido real o latente (simbolizado). Esta tarea fue emprendida con mucho entusiasmo por Freud el cual llegó a establecer toda una serie de simbolizaciones que tenían carácter sexual. que hay detrás. véanse. suele dejar en ellos más confusión que claridad. principalmente los tomos VI y VII so­ bre La Interpretación de los Sueños.— Este sueño pertenece a un enfermo de 48 años. así como los resúmenes que se han hecho de ellas (17). aunque sólo fuera de las obras escritas por Freud. Pero si llegara a com­ prender el cristianismo. 67-71 de su otea Los Fundamentos del Psicoanálisis: el ejemplo tiene la ventaja de mostrar cómo pueden colaborar­ se los distintos métodos para complementar al de la interpre­ tación de los sueños. Eso es particularmente verdadero en el campo del freudismo que. El caso es narrado asi. (17) La simple exposición de los métodos. IV: Loa acto« fallidos y los sueños. Lo mismo sucede en los sueños: su apariencia es absurda la inmensa mayoría de las veces. Supongamos que un habitante de otro planeta llegara a des­ cubrir que un par de maderas cruzadas era suficiente como para que.está en lugar de otro. (Observación personal). sin sentido alguno. La bibliografía a este respecto merece ser citada. y. pone cabeza arriba las ideas que traía el bachiller. el problema es determinar a qué o quién simboliza ese elemento aparente. en muchos conceptos. Si se detuviera en la cruz. pero eso sucedería parque se habría lle­ gado al conocimiento del símbolo y del correspondiente objeto simbolizado. por sí misma. para no citar otros casos clínicos o las obras literarias analizadas. durante siglos. dadas sus concepciones acerca de la índole de los deseos reprimidos (l<s). en el t. El analista deberá operar como aquel hom­ bre de otro mundo: investigar lo. Por eso me voy a permi­ tir reproducir un caso. un signi­ ficado directo trivial. el art. en el t. de que luego hablaremos. que todo detalle es de índole sexual. el ab­ surdo dejaría de ser tal. (16) No quiere decir esto. etc.— Las tendencias reprimidas. Contenido manifiesto. muy bien envuelta. neurosis de tipo neurasténico-hipocondriaco. y el perro le lame la sangre”. por cualquier causa. per» he visto tantos desagradecimientos. etc. pero también se dan en personas comple­ tamente normales y por causas similares. respuestas que nos interesa conocer: . y porque. Entre estos actos sintomáticos. con la lata de la tapadera. desde hace dos años. esto no. El sujeto se despierta preocupado por un sueño “tan extraño" y se encuen­ tra al mismo tiempo decepcionado. duran­ te las cuales se siente morir y hace llamar al cura. y que acabamos de transcribir. Estas crisis se presentan preferentemente cuando. escritura y palabra hablada. equivocaciones en la lectura. no lo sé. eso sucede especialmente cuan­ do la vigilia de la instancia censora se halla refajada por cualquier motivo. el cual eje­ cuta con precisión y rapidez sus órdenes. Las personas —con per­ dón sea diche— a veces no lo son. olvidos de propósitos. el perro se dedica a llevarle la comida.Ud ? —Ift. —cosa rara— y desenvuelve en seguida uno de los paquetes de comida: en uno de ellos. —¿Tiene «esentimientos especiales contra alguna persona que no se hasra comportado debidamente con . pueden manifestarse aún en la vida de vigilia por medio de actos que podemos llamar sinto­ máticos (de las tensiones internas). cum­ pliendo mis órdenes. de palabras extranjeras. actos fallidos. y ae queja principalmente de crisis abdominales.).d) Intervención d e los <¡ctos sintomáticos. le planteamos un gran número de preguntas. que Conservan su fuerza. se encuentra solo o tiene modo de encontrarse. Preud estudia los olvidos (ds nombres propios. de ver que ni en sueños pue­ de llegar a satisfacer sus deseos. quizá prefiera la del perro. —¿Por qué? —Porque el perra es un sev fiel y noble. algunas de las cuales provocan de su parte. Tiene un perro muy inteligente y simpático. En el momento del sue­ ño. El sujeto tiene ganas. he teni 4o tintos desengaños---- —¿Qué le recuerda el foie gras Clignard? — 502 — . gran sorpresa constata que esta soledad le es agra­ dable. ¿cuál escogerla? —No sé qué decirle.— Para completar los datos espontáneamente dados por el sujeto.— "Se encuentra solo en medio de un de­ sierto y con. Según vimos. «sos actos sintomáticos se presentan principal­ mente en las neufosis. Psicoanálisis. supersticiones. —Si Ud se hubiera encontrado realmente en la situación soñada y le dejasen escoger entre la compañía del perro y la de alguna otra persona. ve una cajita de foie gras Clignard (hace muchos años que no lo come) y ae precipita a abrirla. pero se hace una herida en la mano. tor­ pezas. porque sus ojos me miraban con una gran expresión de inteligencia. me lo parecía. —¿Por qué dice que el perro del sueño era muy inteligente y simpático? ^-Porque lo veía moverse con una gran seguridad y gracia. Demos algunos ejemplos para aclarar la idea (IS). y provoca manifestaciones de ternura en el sujeto. inteligente. Casa Roque. sol. —Seguramente lo habrá hecho en compañía de una sefiorita o señora. champagne Pommery. al que se le ha hecho una pregunta cuya respues­ ta ignora. peor para ella. . intimidad. . María. por lo menos —Mi feliz juventud. llevado por el Ubre juego de las asociaciones éste nos informa que di­ cha Maria es casada y tiene padre. regeneración. pasiones. engates. verdaderamente requisimo. la imagen de María es evocada en un ambiente rural. compañía. sólo se dan en el momento de despedirse. —Sí. marido e hijos. animal noble. Casa Pedrito del Grano. muerte. dolores. La pri­ mera imagen se nos aparece en medio de uno de los recuerdos de Juergas y es juzgada severamente por el soñador. Podemos ya entrever. fracasado. mala. Siempre he sido aficionado a comer bien y cuando estaba en X . pero no pudiera decirlo por nerviosidad. es verdad. En cambio. simpático. hijos . Esto es muy difícil de recordar. soledad. * — 503 — . —Desierto. querida. ma­ clas . pa­ decer. estimación sincera. barullo. Casa Pipa. . el conflicto esencial es que se encuentra el soñador: decepcionado de unos amaras fáciles (que le han resultado contraproducentes). esposo. se sobre­ entiende. se ha enamorado de una mujer (Maria) imposible de conseguir por la s itu a d « lamí liar en que se encuentra. . no obstante. Jesús. Casa Pepe. fiel. —Dígame todo lo que se le ocurra qe las palabras foie gras. escuela. prome­ sa. su padre. huida de) mundo. . . campo. donde nos servían esta exquisita marca de foie eras. luz. —¿Cuándo ha comido por última vez este foie (ra s y con quién? —No lo recuerdo. al menos. salud. Estos parecen haberse concentrado. . cenas. aire. pureza. quién pue­ da hacer. feliz. felicidad. — K . cariñoso. Cuando una persona bien educada tiene visitas de las que desearía verse libre. mal corazón. tranquilidad. o da a la pregun­ ta un significado totalmente distinto al corriente y que le permite deslizarse hacia un terreno menos ignoto para ¿1 (se supone que la desviación se realiza sin intención o engaño consciente. Del resultado de esta prueba se desprende que el enfermo ha te­ nido diversos desengaños en su vida.Ian>a^a Ia Joven? —Dígame todas las palabras que se le ocurra a partir de la pa­ labra desierto. Un alumno. traiciones. comienza a tartamudear. . en dos personas: Pilar y María. egoísmos. y uno de los que más le debe molestar es el fracaso de sus amores. . corruptelas. Pilar. porque en este caso ya no se trataría de un acto sintomático. . —Perro. vida. Dígame todas las palabras que se le acudan después de perro. solía cenar con unos cuantos amigos en el restaurante N . . bosques. como si supiera lo que ha de decir. perro de caza. María. con dos: una vieja y otra Joven. excursiones. amor. montañas. alegría. asco. comienza a hacerles encargos que. —Foie gras. por tanto. titulado Pilco putei le la Vida Diaria. cft. fidelidad. lejos de las criticas del mundo. Concretamente expresada. por consiguiente. sin embarga. (Por razones que ahora no podemos entretenernos en exponer. El amor que todavía conserva por su anterior querida (Pilar) se encuentra compensado por el sentimiento de su dignidad y del amor propio herido. hemos de decir que este sueño nos ha mostrado claramente la intención de la neurosis. atribuyendo a éste las cualidades mo­ rales de simpatía. Es de todos conocida la facilidad eon que olvidamos una cita indeseada o el Hombre de una persona antipática. no pudiend». La sangre que le produjo la abertura de la ta­ padera de la caja simbólica esta idea). nobleza y estimación dé su querida. 72-73. ásperas discusio­ nes y actitudes que atemorizaban a dicho presidente. Sus deseos . pp. No podemos explicar ahora las razones que han determinado que fuese escogida precisamente la imagen del perro como símbolo. ha acudido al proceso de simbolización y ha sustituido ia imagen de su querida por la del perro (objeto de su preferencia en la finca). aunque podría serlo en otro sen­ tido. ella sabría consolarlo del dolor que este recuerdo le producirla “ (Nota: Posteriormente el enfermo. dijo: queda clausurada la cesión (19). el miedo de quedarse solo que el pacien­ te tenia.iíóo “actos 1 llido ’ puede interpretarse en un sen­ tido amplio. la intención onírica puede resumir­ se así: '"El enfermo seria feliz si consiguiera vivir con su ac­ tual querida. nos dió otra explicación de esta escena final de su sueño: Gomo sea que su ex-amiga lo había engañado con un hombre perdido. el coito realizado con su ex-amante). era en realidad un mecanismo defensivo contra la ten­ dencia Intensa de su subconsciente que lo impulsaba a huir con la mujer que adoraba. dicha abertura expresa simbólicamente. téase fundamentalmente el T. como equivalente de actos sintomáticos en general is( lo toma Mira y López) o como designante de una especie entre ellas. Esta situación afectiva se ha simbolizado igual­ mente de un modo perfecto en el sueño. Si por azar pen­ sara en su anterior amor. a lamer la sangre de la herida.en el spntido que uqui le damos. de la persona querida. — 504 — . Como caso típico-. mediante la herida que le proddce la abertura de la caja de ‘foie gras’. para un profesor experimentado). Mira y López cita el del presidente de una eámara que esperaba. ¿i tenía miedo de haber contraído un mal feo con sü contacto. (IB) V: ob. En el sueño realiza su deseo de huir del mundo que le impide la libre posesión del objeto de su amor. sin olvidar tampoco su gran inteligencia (a juicio del sujeto). en la sesión por iniciarse. Lo vemos en el desierto ton 61. Allí se verá que U í* . expresarse esta tendencia con toda «rudeza. Recuérdete que el Sueño termina acudiendo el perro (María) solícitamente. esto nos Uevaria demasiado lejos.>z hicieron presentes cuando en lugar de decir: queda abierta la se­ sión. aun a sabiendas del daño moral que esta acción provocaría". (IB) Al respecto. ya curado. Pero. que le hace temer un nuevo daño si lo vol­ viese a revivir. I de las obras com­ pletas. (21) Preferimos la expresión “desplazamiento afectivo" a la de “transferencia afectiva” que utiliza Mira y López —pese a que seguimos en mucho el resumen sistemático por este autor efec­ tuado—. al respecto. un significado muy propio. porque ante ciertos actos no habría que investigar en el orden causal. a su vez. no habría explicación posible. derivados de la mera casualidad. permitieron mejoras en el uso de aquéllos. 3. b) Principio del desplazam iento afectivo (¿i). el psicoanálisis ha sostenido que ese vínculo puede romperse para luego establecerse otros. del estudio de los actos fallidos o de los sueños. porque la palabra "transferencia” tiene. los propios métodos del psico­ análisis caerían por su base. Pero mientras algunas escuelas psicológicas del siglo pasado. ex nihilo. en psicoaná­ lisis. que no tenga un afecto adjunto. su investigación se basa en la certeza de que no son actos casuales. — 505 — . interpreta sus juegos considerando que ellos tienen muchos de los caracteres del sueño y se asemejan a los actos que acabamos de detallar. provenientes de la nada. etc. integrando una unidad total. Por eso puede decirse que no hay estado representativo alguno —per­ cepción.— PRIN CIPIO S FUNDAM ENTALES DE L A TEORIA P SIC O A N A L IT IC A . sino a través de rectificaciones y complementaciones. en su obra citada. Melanie Klein. pensaban que la unión entre un estado representativo y su afecto era permanente e indestructible. Tales principios fundamentales son los siguientes: a) Principio del detern in ism o p s í q u i c o Todo fenómeno psíquico se halla estrictamente determinado por otros. imagen fantástica. Eso puede derivarse.— La psicolo­ gía moderna insiste en que los momentos de la vida psíquica son complejos. Existe una causalidad cerrada. sirviendo para designar los la­ zos afectivos que se crean entre paciente y analista durante el tratamiento. cuyo secre­ to es necesario desvelar. por ejemplo. el t. que la distinción entre aspectos representativos.— Con el uso de los métodos detallados fueron descubiertos los principios doctrínales del psiconálisis ios que. para psicoanalizar a los niños. idea. Si se admitiera un libre arbitrismo absolu­ to según el cual hay actos no causados. em-jdvos o volitivos sólo puede hacerse por abstracción pues en la realidad ellos se dan fundidos. La ela­ boración de esos principios no se hizo de golpe. recuerdo. aunque momentáneamente desconocidas. Las emociones pueden abandonar el estado representativo al que pri(20) Véase. principalmente.Aquí también entran los casos de equívocos y de los chis­ tes (-0). III de las obras com­ pletas: El Chiste y su relación con lo Inconsciente. sino de que tie­ nen causas. reprimidas. aún cuan­ do ésta subsista. a través de los :necanismos de compensación (véase más adelante). temor a la noche. que lleva a continuas abluciones y uso de desinfectantes. como el preferir un plato a otro o un color a otro. den­ tro de la corriente evolucionista en que se movía fundamental­ mente la ciencia de su tiempo. Por el principio. por ejemplo. para juntarse con otro. el psicoanáli­ sis pretende demostrar el surgir de fobias y de obsesiones: temor. sino que quedan como un resorte comprimido por una fuerza externa y siempre dispues­ to a saltar ante cualquier debilitamiento de la represión. personajes varios que podrán perder fuer­ za en cierto momento. hasta ese mo­ mento neutro. y otra que arrastra hacia la inmovilidad de-las materias inorgánicas. un lápiz. respectivamente. Así puede suceder que objetos como una mesa. no se realizan por mera casualidad sino que obedecen a determinantes causales. lo hará indirectamente. porque ir más allá nos llevaría demasiado lejos. Unas pueden sobreponerse momentáneamente.— Principio de la tripartición d e la personalidad aduli(i. pero quede aquí sentado el principio. Freud. como todos los fenómenos psíquicos. pero las otras. d). a ciertos animales que no son dañinos. el sol. pero que nunca mueren. li­ bido sexualis e instintos tánico . a la soledad. Veamos en qué consiste y cómo se origina y desarrolla cada una de ellas. c) Principio del pandinamismo psíquico. El Elío está constituido por una serie de instintos estrecha­ mente ligados con el fondo biológico del individuo.mitivainente estaban unidas. el Yo y el Super-yo. Estas dag. y aún casos de ¡a vida diaria. tendencias también se hallan en el hombre. que no provocaron por sí mismos nunca miedo ni asco u otro sentimiento negativo. del desplazamiento psíquico. con­ trapuestas otras. de contagiarse. encuentra en todo ser vivo dos ten­ dencias: una que busca la continuidad de la vida y de lo que le es agradable y placentero o favorable. Naturalmente. la fuerza reprimida tiende a expandirse y si no lo logra de manera directa. tienen un carácter ii Bntivo 6 inconsciente y son denominadas. hacia la muerte. ten­ dencia a deambular inútilmente por las calles. con un impulso irresistible. coadyuvantes entre sí unas. ten­ dencia a beber inmoderadamente. no desaparecen. Todo el que lea a los psicoanalistas tiene la impresión de que le presentan la psique como un vasto escenario en el cual luchan intereses contrapuestos. la libio es una fuerza — 506 — .destructores. de pronto lo adquieran por­ que se asocian a ellos sentimientos provenientes de otras experien­ cias. estos desplazamientos afectivos.— Esas tres partes componentes de la personalidad adulta son el EUo. a las aglomeraciones hu­ manas. — La psique es es­ cenario de un juego de fuerzas. Siempre hay que tener en cuenta ijue reprimir no es suprimir. de inclinación al dolor. Ese sector consciente se denomina YO y está regido no por los principios libidinosos y tánico-destructores. Por su lado. que hierve y se mueve. Ahora bien. a quien im­ pide choques mortales y para el cual busca y halla medios de acomodación al medio ambiente. investigable por introspección. sino por la lógica fría y el “egoísmo”. Y aquí tenemos uno de los puntos más discutidos y discu­ tibles del psicoanálisis: el tocante a la libido sexualis. El niño. éste mundo de las percepciones sensoriales — y de sus deri­ vados representativos de categoría superior— así como los movi­ mientos voluntarios no son ya de naturaleza inconsciente sino consciente. la libido es de naturaleza sexual. no se halla radicalmente separada del ello.creadora y conservadora — del individuo y de la especie— mien­ tras los otros tienden a la muerte y al dolor. esta sección consciente. — 507 — . al castigo. A medida que el tiempo transcurre. que está. Evidente­ mente. favorables a la vida. sino que se enlaza funcionalmenie con él. como antes vimos en palabras del propio Freud. (22) Naturalmente. nos referimos sólo a lo propio del YO porque. el comer. pero muchas otras tenden­ cias que no solemos considerar como sexuales. Desde luego. se pueden dirigir contra el propio individuo —masoquismo— o contra otros — sadismo— ligándose de manera estrecha con las manifestaciones y la evolución de la libido. desde que nace. a la muerte. en la total economfa anímica. Pero ese fondo instintivo no constituye toda la psique del individuo. pero entendiendo esta palabra en un sen­ tido mucho más amplio que el corriente: engloba lo que usual­ mente denominamos instinto sexual. cuyos estímulos recibe y ante los cuales reacciona por me­ dio de acomodaciones. pero permanente e indudable. El YO es como la delgada ca­ pa petrificada en la lava de un volcán. es evidente que éste no es sino un mecanismo protector y acomodador del ELLO. los instintos tánico-destructores. li­ gándose con ese fondo vital de una manera más o menos directa. se halla rodeado de un medio am­ biente. consiste en que también las otras manifestaciones placenteras. —supon­ gamos. la afirmación de Freud. visible y super­ ficial. o el fumar— tienen una naturaleza sexual. como el limite entre la atmósfera exterior y la -lava fun­ dida interior que le sirve de fundamento. se tie­ nen del mundo más claras percepciones y los mecanismos de aco­ modación se manejan de manera más exacta y consciente. como si fuera su órgano de aco­ modación al mundo externo. en lo que tiene de novedosa. si así se nos permite expresarnos (-). como hemos de ver dentro de poco. Perú los elementos conscientes no lo son permanentemen­ te. en lo material. Esto nos lleva a distinguir un inconsciente primitivo —ello— y un inconsciente reprimido. Asi como el dominio del volcán está condicionado a que quienes lo estudian conozcan de £1 algo más que la costra superficial. de modo esencial —aquí no hay límites tempora­ les rígidos— en el primer año de edad. Eso sucede. según las etapas de la evolución. mandados a la inconciencia y allí permanecen. y la tendencia. IX de las obras completas. Surge así la fase anal. o en todo el cuerpo. El nene todo lo lleva« ¡ boca: chupón. el nombre del padre de ca­ da lector que. puede detenerse en cierta etapa de evolución o volver a la misma después de haberla sobrepasado. aunque momentáneamente fuera de la conciencia. asi el dominio de la persona total depende. su ligamen con los instintos tánico-destructores y el nacimiento y formación del SUPER-YO. entre ellos es funda­ mental el de retener la orina y las materias fecales porque su eva­ cuación comienza a obedecer a cierta disciplina. en lo psíqui­ co. es lo que se llama el preconsciente. Pero el nene es destetado y. por lo menos directamente o con los solos medios que sirven para revivir lo preconsciente. por eso. La libido se localiza en ciertas partes del cuerpo de manera preferente. o sexual. siendo imposible tornarlos a la conciencia. gr: un cigarrillo). además. pueden ocupar un instante el foco de la conciencia. fuente de placer sexual. El instinto libidinoso. de que la mayor parte de lo inconsciente sea tornado consciente. Es la fase oral. Otros fe­ nómenos. se manifiesta primero en el acto de alimentarse. dedos. en que la libido se localiza en ese extremo del tubo digestivo. en el propio o en el ajeno. a llevar algo entre los labios (v. si se quiere. un segundo antes había estado fuera de la concien­ cia. Los que salen de la conciencia pueden ser alejados pasajeramente y acuden a aquella ante su llamado: por ejemplo. pueden acudir a ella. — 508 — . Este conjunto de fe­ nómenos que. V: El Yo y Ello. todo lo refiere así: por eso. comienzan a inculcársele hábitos. acude a ella ante esta mera sugerencia. Ahora ya podemos detallar la evolución de la libido a lo lar­ go de la vida. El niño retiene las heces y halla placer en ello (retener que luego se aunque no lo note el observador que está fuera. son reprimidos. en el t. en personas del mismo sexo o del opuesto. considera el psico­ análisis que a esta fase se ligan los celos y envidias. pero luego se alejan de allí para dar lugar a otros contenidos. Expliquemos esto. conscientes un momento. la boca y sus alrede­ dores se convierten en zona erotógena. Que es la tarea fundamental del psicoanálisis: hacer que cada uno conozca y domine su inconsciente. obje­ tos de toda clase. aunque que­ dan rastros. como fuente principal de placer (fase genital). en aquellos en quienes hay fijación o regresión a la fase anal. porque alrededor del falo giran el interés y el placer infan­ tiles.. —afirma Freud— la mujer se siente in­ ferior. En las primeras etapas de !a vida. — 509 — . que se denomina fálica. será un pródigo).manifestará. de lucha u origen de sufrimiento. sobre todo cuando los padres son descuidados —o creen que sus hijos nada se preocupan de lo sexual— los niños petciben ciertos indicios del trato íntimo de los padres y le atribuyen un contenido de contraposición. temor a cuyo acrecentamiento contribuyen las palabras de algunos mayores que amenazan castigar así ciertas fal­ tas de los niños. Corresponde a este mismo período el llamado enigma de la esfinge: el niño se pregunta por su origen. Luego viene la tercera fase de evolución. s^ satisface en sí mismo. incopipleta. pero carente aún del suficiente conocimiento acer­ ca de la anatomía y fisiología humanas. olor. XIII de las obras completas. de dónde viene. Por fin. con las cuales juega y se deleita (**). el niño puede tener el temor de ser también él castrado. llega a creer que ha sido expulsado de igual manera y por los mismos conductos que las materias fecales. en las oteas completas de Freud. por eso. en la avaricia. Estas apariencias durarán hasta la pu­ bertad en que la localización comienza a darse en los órganos ge­ nitales. por qtíé mecanismos ha nacido. 1. Para el niño sólo existe un sexo: el masculino. por fijación o regresión. Las respuestas falsas de los adultos no lo engañan. las niñas son niños castrados. Véanse al respecto. o puede hallarlo en eva­ cuar prontamente las heces (y. las páginas del t. de las anteriores etapas de locali­ zación. En cuanto a lo funcional de la libido. Es lo que se denomina au- (23) El psicoanálisis ha hecho de cada uno de los caracteres de la defecación y de los caracteres de las materias expulsadas toda una gran fuente de inspiración para explicar múltiples cali­ dades humanas. Le interesan el color. (24)) Sobre estos aspectos es fundamental el ensayo: T rarki S e ñ a ­ les Infantiles. el niño es sujeto y objeto de la libido. por eso. etc. se produce una evolu­ ción paralela a la de sus localizaciones. sublimados o no. por ejemplo.a localización i'íiiicn «barca liasla los seis años (:1). Posteriormente se inicia una etapa en que parece que el in­ terés sexual infantil ha desaparecido aunque sólo se halla latente (estado o fase de la(encia). incluido en el t. de las heces. XIII en que trata del erotismo anal. otro. XIV de las obras com­ pletas. en la madre. la libido se fija en el progenitor de sexo contrario: los niños. — 510 — . (26) Es preciso que el lector distinca este concepto de hom*osexua­ lidad. la libido infantil busca objetos extemos del otro sexo. en el padre. por su parte. latu sensu. etc. Pero la libido sigue en busca de un objeto. mató a su padre y se casó con su madre í2')Pero el niño no sólo odia al padre y desea su desaparición — o la niña. tien­ de a encerrarse en sf mismo. el hombre. durante ella. Pero surgen natu­ rales dificultades para satisfacer esas tendencias libidinosas. de manera natural.'a vivir en su mundo interno (s ). odios. el padre del mismo sexo se convierte así en competidor. ella muestra al niño cómo sus deseos son malos. strictu sensu. Entonces el niño co­ (25) De dónde resulta clara la relación entre narcicismo y esquizo _tímia. expliquemos la génesis del SUPER-YO. de la i normalidad que merece ese mismo nom­ bre. t. más o menos). el contacto con el medio y la necesidad dé adaptarse a él provocan el nacimiento del YO. sin saberlo. en que la libido se fija como objeto en in­ dividuos del otro sexo. cuidado y protegi­ do por él. por lo cual le tiene amor y gratitud. fue­ ra de las limitaciones orgánicas que tiene por la edad. complejo de Edipo. de allí resulta la fase heterosexual. que provoca celos. por su proximidad in­ clusive física. caracterizándose por tal fenómeno la llamada etapa narcisística. inmorales. el niño es egoísta. la mujer tiene un papel. como el niño no distingue aún los sexos. por semejanza con el héroe de la tragedia griega que. con lo cual se pre­ senta una situación de ambivalencia afectiva. cumple su tarea. Es la fase que Freud denomina hom*osexual A medida que pasa el tiempo. deseos de muerte. La educación. contrarios a todo deber y que pueden acarrearle merecidos castigos. Durante la etapa fálica-heterosexual (o sea. Así se crea el. las niñas. hacia él tienden las fuerzas libidinosas del ello. Posteriormente. le es indiferente que la persona hacia la cual dirige su libido sea de un mismo sexo o de otro. el niño se da cuenta de las di­ ferencias sexuales y de su distinta consideración en medio de >a sociedad. de su madre— sino que es alimentado. (27) Se habla de complejo (ie Electra. la evolu­ ción del de Electra puede deducirse fácOmente. V: Introdacctóa al Narcisismo. ahora. a partir de los cua­ tro años de edad. cuando es la niña la que desea a su padre y odia a su madre. en las lineas qué siguen aUú se detallará la evolución del complejo de Edipo. Y.toerotismo. quien señala el deber y premia o castiga. guiados por las conveniencias y el utilitarismo. el SUPER-YO tiene la importantísima misión de adecuar al individuo a las normas morales y sociales. porque fue defectuosamente repri­ mido. porque tiene a su servicio los instintos tánico-destructores que vigorizan la ta­ rea de represión. cuando predomina el Yo. por lo mismo. lo qué puede lo­ grar provocando sufrimientos. irresoluto y atormen­ tado. Esa instancia ahora interna. o puede seguir operando continuamente. el niño concluye por introyectar. próximas o remotas. él existe. como resultado in­ consciente de desear poseer a la madre. guía en el campo del bien y del mal. el complejo puede ser liquidado de manera casi perfecta. remordimientos. Ello. Pero eso no ha sucedido sin compensaciones. V: Tótem y Tabú. En efecto. (28)) Freud acepta la teoría evolucionista. no sólo eso. el individuo es quisquilloso. se asemeja a aquel sector anímico que usualmente se denomina conciencia moral. — 511 — . Por tanto. en su caso. aliándose o combatiéndose. analizador de todos las consecuencias de su con­ ducta. las normas morales primitivas tienden a evitar fundamentalmente tales crímenes. dominados por sus instintos. sino que. en la libido (amor a la madre) y en los instintos tánico-destructores (odio y deseo de destrucción y muerte del padre).mienza a reprimir sus deseos incestuosos y parricidas y concluye por olvidarlos (“ ). censora y castigadora. el SUPER-YO no se limita a juzgar sino que castiga. de manera que cause irregularidades. Yo y Supcr-yo: unos pueden imponerse a los otros momentáneamente o de manera casi permanente. los primeros delitos fueron los de parricidio y de incesto. en las que han llegado al suficiente desarrollo para poseer­ lo. tiene sus raíces en lo inconsciente. violentos. según la cual la ontoes un resumen de la filogenia. es lo que Freud denomina SUPER-YO el cual. es sohre todo quien dicta normas. como dijimos. y.. en el t. cuando predomina el Super-Yo. VIH de las obras completas. los individuos son lógicos. aman­ te de los detalles. si bien originado en la experiencia consciente. d niño busca imitar al padre. por hacer que la personalidad del padre sea asimilada por la propia. se dan individuos impul­ sivos. De este modo. quien censura la conducta. La psique se manifiesta como un amplio escenario en el que se mueven. Cuando predomina el Ello. pero también fríos y calculadores. Y cuando. conscientes. en la imagen infantil. por eso admite que. no siempre ocupa el mismo lugar en cuanto a su fuer­ za. identificarse con él. No en todas las personas llega a formarse el SUPER-YO. en Í'enia a evolución de la humanidad. Pero el padre. etc. En el individuo. Ahora bien. Pero lo reprimido. y presionando en un sentido u otro. Para el psicoanálisis freudiano. las afirmaciones de que la neurosis proviene de fijación o regresión. sin que. tal como se suelen dar en una persona ideal. o de las influencias sociales.). e) Principio de autocompensación . del cual resultan los síntomas a que antes nos referíamos. Hay regresión cuando la libido ya desarrollada toma a manifestaciones anteriores (entonces. No habría choque si no hubiera dos elementos contrapuestos. momentáneamente. Pero puede suceder y muchas veces sucede. esta consecuencia puede enunciarse de otra ma­ nera. presto a saltar al menor descuido. oral. etc. se dice que ha habido regresión a la etapa oral. de sumarse continuamente. Aquí no hay contradicción. Eso adquiere fundamental impor­ tancia cuando se trata de la libido. Estas fuer­ zas.— El juego de tendencias e instancias represoras ocasiona el que muchas de aquéllas no pue­ dan manifestarse. de la manera pri­ mitiva y con los mismos móviles. ha de hallarse en tos fenómenos de fijación y regresión la causa explicativa de todas las neurosis (:9).Hemos esquematizado el origen y evolución de los compo­ nentes dispares de la psique humana. que puede ser. no está suprimido. anal. por eso tienen que encontrar al­ guna salida. etc. sólo en lo precons­ ciente. Podemos aquí referimos a los fenómenos de fijación y de regresión. que mientras un sector evolucione. fálica. También lo son de las perspectivas. si. son las influencias sociales las que imponen al SU­ PER-YO e imponen formas de vida y manifestaciones distintas según el periodo de la existencia en que cada uno se encuentra. el conflicto será grave y per­ manente. al menos lisa y llanamente. cuanto mayor haya sido la dificultad para su­ perar cierta etapa de la evolución. por tanto. por fijación o regresión. la libido choca con­ tra las concepciones del SUPER-YO. son la explicación de todas las neurosis. otro se quede retrasado o vuelva a etapas anteriores de desarrollo. Desde luego.). haya contradicción. Allí está como un resorte comprimido. no se excluyen sino que se complementan. El psicoanálisis ha descubierto que la hallan y cómo. teniendo que producirse un combate entre fuerzas re­ primidas y represoras. vive en lo inconsciente o. — 512 — . La regresión de la libido puede ser parcial o total. terminarían por crear un desequi­ librio en la economía anímica. según se ha dicho. las influencias sociales. En efecto. (29) Naturalmente. Podemos fijarnos principalmente en uno u otro. diciendo que la educación. A v> ces se manifiesta la misma tendencia primitiva y en idéntica forma. mayor será la facilidad para re­ gresar a ella. como se ve. Se dice que hay fijación cuando el desarrollo de los ins­ tintos libidinosos se detiene en un momento dado (el de la fija­ ción. — Freud se halla inmerso en las corrientes mecanicistas que tanta importancia tuvieron el siglo pasado en las teorías biológicas. anulan o aminoran las tensio­ nes. es más fácil seguirlo. según el dicho común. Con lo cual se crean válvulas de escape. se refiere a los hábitos que son la repetición de conduc­ ta similares ante estímulos también similares. en línea — 513 — . por tra conducta provocada en condiciones similares.pero con una justificación distinta. repetirlo la vez si­ guiente. pero puede ser que al final lo convenza — ¡cuántos mecanismos irracionales se mueven para lograr tal objetivo!— de que si los apresa o destierra es para salvar a la patria. como si la experiencia pasada les hubiera hecho conocer el camino de su exteriorización. psicológicas y sociológicas. dejaremos para un capítulo posterior especial el tratar de los mecanismos de compensación. El hábito. el hecho de que es te­ ma hoy no reservado al psicoanálisis y su extensión. desterrarlos o encarcelarlos. Cuesta más desarraigar un hábito que implantarlo. constituye una segunda naturaleza. todo hecho pasado deja una huella que será recorrida luego. queda la in­ tención primitiva. por ejemplo. El hombre no evoluciona en un sólo sentido. siendo secundarias las discrepancias acerca de la explicación qus pueda darse a estos hechos incontrovertibles. La comprobación de que la compensación existe constituye un o de los hallazgos más fecundos del psicoanálisis. Por eso. que vencer nuevas resistencias recorriendo caminos iné­ ditos. lo que permite dejar contento al super-yo y evitar remordimientos o represiones. Uno de los principios más comunes de esas corrientes. sieñdi difícil sustituirlo. f) Principio d e la repetición . ' . las conductas habituales se muestran como más rápidas. las únicas que. cuando un político odiador quiere anular a sus enemigos. en eso están de acuerdo inclusive los tratados de psiquiatría de tipo clásico. con lo cual el patriotismo sirve de salvoconducto. Entre otros carac­ teres. al aplicarse a lo psíquico. Todo ello puede explicarse porque abier­ to una vez un camino. Otras veces. en un mundo tan lleno de provocaciones y de conflictos. logran salida sin provocar nuevos conflictos internos. Tal sucede. su super-yo puede presentarse como una valla. Pero dada su particular importancia. Esta explicación nos permite comprender lo sostenido por el psicoanálisis: las conductas tienden a repetirse. Así. psíquicas se compensan. permiten que el hombre permanezca normal. pero no su objeto o su forma. níás precisas. pero que se con­ tenta con romper su retrato. persiste ante un estímulo. por ejemplo el novio despachado que desearía matar a su novia. por otra parte. quizá des­ pués de muchos años. las fuerzas. que empieza entre el cuarto y el sexto (30) Para una exposición detallada. la Medicina Legal. como de una raza distinta que puede reconocerse con facilidad por sus caracterís­ ticas corporales” : Alexander y Staub. ocupando las mismas posiciones. en tantos temas opuesto a las afirmaciones de la psico­ logía clásica y de las concepciones comunes. — 514 — . para el psicoanálisis. reconcebido de nueva manera. desde luego.recta. principalmente del determinis­ mo psíquico. (32) Naturalmente.. XVHI de las obras com pletas. ctt. pues servirá de base a los dem&s aspectos penales. de Karen Horney. es una lógica consecuencia de los otros. pp. sino en los pertene­ cientes al Derecho Penal. la técnica penitenciaría. Hemos de detenernos a tratar sólo el aspecto criminológico (*)• De comienzo puede decirse que la concepción psicoanalítica acerca de la génesis del delito es totalmente opuesta a la de Lombroso (J3). la Criminalística. (31) V: ese ensayo-en las pp. Para el maestro turinés el verdadero criminal nace. aunque sea un tiempo después. como se ve. y con­ serva en su plenitud esta tendencia durante los primeros años de su vida. Oigamos lo que dicen Alexander y Staub a quienes seguimos fundamentalmente por ser los que han realizado el mayor intento hasta hoy conocido para explicar cual­ quier tipo de criminalidad. a través del psicoanálisis: “Todo hom­ bre es innatamente un criminal. la fijación y la regresión (” ). Pero sus seguidores no tardaron en realizar tales aplicaciones y no sólo en el campo causal explicativo mencionado. nace del deseo narcisista del sabio de diferenciarse a sí mismo y a sus prójimos normales de los criminales. sólo escribió un breve ensayo de aplicación del psicoanálisis al campo criminológico. La adaptación del sujeto a la sociedad comienza después de la victoria sobre el complejo de Edipo. ob. la política criminal. es decir un inadaptado. 160-162 del t.— EL PSICO A N ALISIS FREUDIANO EN CRIM IN O LO ­ G IA . etc. (33) “La tendencia de Lombroso y su escuela de hallar una deli­ mitación exacta entre el delincuente y el hombre sano. sino más bien en espiral. descrito por Freud. 4. describiendo en él un caso de delincuencia por sentimiento de culpabilidad (31). pretendiendo. d t. 43-44. Por lo demás este principio de repetición. que todo fuera reestructurado. conforme a los descubrimientos del psi­ coanálisis. él es el principal. se hace. en su período de latencia. véase la ob.— Freud mismo. el procedimiento. en que se ve asomar este prin­ cipió en cada uno de los temas tratados. podemos distinguir. . Es el transcurso de la vida el que enseña­ rá a tomar en cuenta la propiedad.. Esa cla­ sificación es seguida de manera general. del hombre sa­ no hay. Desde un comienzo. inconsciente. el autodominio. pp.Alexander y Staub (3i) dos grupos fundamentales de delincuencia: la fantástica y la efectiva. sino un defecto de educación. las ensoñaciones fantásticas. se esfumarán fácilmente si tienen grietas a raíz de malas influencias sociales. la vida. 43-76. 57-75 de su ob. no una falta congènita. Para la criminalidad reprimida. véasela. cft — 515 — . Pero esa disci­ plina. sólo algunos escapes inocentes. 44-45. usando términos corrientes. excluyéndolos de su motivación y dirigiéndo­ los en un sentido social. prescindiendo de casos límites que requieren un es­ tudio particular. cit. Claro que esta solución propone otro pro­ blema: por qué un inadaptado reacciona con síntomas neuróticos y otro con delitos. puesto que am­ bos han fracasado en lograr una adaptación normal en el mundo que los rodea. . ” (M). la solución sólo podrá darse después de un tynálisis acerca de la psique total del individuo. el criminal fracasa más o menos en esta adaptación. lo mismo que haría el niño si pudiese. 140-152. por el contrario. generalmente. El desarrollo del sano v del normal son hasta este momento completamente iguales. la fama aje­ nas. un parecido entre el criminal y el neurótico. . por tanto. el conflicto se ma­ nifiesta a través de síntomas inofensivos. su evolución y la Re­ lativa fuerza de sus componentes. pp. la salud. como los sueños. en Jiménez de Asúa. reprimir las genuinas tendencias crimina­ les de sus impulsos. y se aprende a -dominar los instintos y a privarse de satisfacciones que se saben malas. . por ejem­ plo. Mien­ tras que el normal consigue principalmente durante el período de latencia del complejo. para luego subdistin­ guir varias divisiones en este segundo grupo. Podemos presentar el conjunto en el siguiente cuadro sinóptico: (34) Ibídem.año de edad y termina en la adolescencia. La única diferencia que hay entre el delincuente y el hombre normal consiste en que éste domina parcialmente sus instintos motores criminales . y. pp. No todos los criminales siguen el mismo camino para llegar al delito. “El criminal transforma en acciones sus instintos inadapta­ dos a la sociedad. una conciencia moral. Es evidente que existe. Por tanto la diferencia entre el delincuente y el hombre normal re­ presenta. de acuerdo a la clasificación de . . (35) V: ob. principalmente. 90-145 y. en el criminal resultan las conductas delictivas. . enton­ ces. entonces se adquiere una disciplina. pero mientras en el neurótico. l a) Delitos por equivocación. el YO se adhiere a los planes forjados por la imaginación. Otras veces.—Accidental b) Delitos de situación. II) Con participación de la personali­ dad total c) Por existencia de SUPER-YO criminal en individuos no neuróticos. pero no existe la fuerza suficiente para exte­ riorizarlos y se quedan en el dominio meramente interno. Hay ve­ ces en que no existe participación de las instancias conscientes y censoras. Vayamos a la explicación de estas conductas.— Fantástica o imaginativa. se engloba bajo la designación de criminalidad fantástica. las tendencias delictivas quedan en el fuero interno. actos equívocos y sin­ tomáticos. téc­ nicamente. etc. la serie de casos en los cuales. d) Por tendencias criminales «enuinas. cosa que sucede especialmente durante el ensueño o la fantasía en estado de vigilia.— En realidad. como sucede en algunos sueños. — 516 — . no se puede hablar en este caso de delincuencia. 1) Por autocoacción o sintomáticos. I A.— C R IM IN A LID A D F AN TASTICA. 1. a) Porque la función del YO está perjudi­ cada o desconsctada. B. porque no se vulnera ningún artículo penal.CLASIFICACION DE LA DELINCUENCIA ]. En efecto.—Crónica b) Delitos condicio­ | nados neurótica­ mente. en el segundo. II) Participación total d e la personalidad . (36) O si esta conducta externa existe. aquí existe la conducta criminal. es un síntoma de ella.— Hay predominio de motivos inconscientes que permanecen fuera del conocimiento y control de la región consciente. exointoxicaciones. Los códigos consideran a estos individuos como irresponsables y son llamados por la psiquiatría imbéciles. y no tiene su carácter delic­ tivo. entonces el delin­ cuente deberá ser incluido en el acápite siguiente. Pueden darse principalmente dos casos: I)' Existencia de autocoacción. El YO es arrastrado por los impulsos inconscientes. porque la causa de ella puede ser una alteración neurótica. es distinta a la intención primitiva. etc. los pirómanos. etc. la racionalización y. el sentimiento de culpabilidad (que podría incluirse en el anterior.— En este caso.. sea porque momentáneamente las tendencias profundas han burlado la vigilancia del YO —se trata. (37) Como hacen notar Alexander y Staub. pero que tratamos aparte por la gran significación que adquiere a la luz de la teoría psicoanalítica). la crónica y la accidental. — 517 — . en la accidental. si bien aquí existe una tendencia Criminal. (37). en el primero opera la proyección de culpabilidad. junto al YO surgen impulsos incomprensibles que lo empujan irresistiblemente a llevar a cabo una conducta. b) D elitos condicionados neuróticamente . dementes.— Es decir. en ciertos casos de in­ toxicación hay que tener cuidado al clasificar. el delito en pleno sentido. 2. psicóticos de base orgánica. de un verdadero acto equí­ voco que está tipificado en las leyes penales— sea porque la si­ tuación externa es tan grave que provoca una respuesta delictiva aún en personas normales. Citemos tres casos típicos. en la crónica existen en el sujeto calidades relativa­ mente permanentes que llevan al delito. una especie de nrimera etapa del delito. los cleptómanos. opcperan mecanismos compensatorios que convencen al YO y al SUPER-YO de tal manera que estas partes de la psique acompa­ ñan plenamente al ELLO durante la ejecución del delito.Repetimos que. a) Porque la fun dón del Y O se halla perjudicada o desconec­ tada.— C R IM IN A LID A D EFECTIVA. una delincuencia aguda. hay en estos casos circunstancias corporales que entran en acción: anormalidades endocrinas. én el tercero. Por ejemplo. pues. idiotas. malformacio­ nes nerviosas. existe más bien una disposición pasajera. no se puede hablar de crimi­ nalidad en sentido reguroso porque 110 hay conducta extema (*). que hacen que el YO o no pueda guiar la adap­ tación o la guíe en escasa medida. Se puede dividir esta criminalidad efectiva en dos tipos generales. altera e inquieta la vida y la toma im­ posible. Fuente de las mayores reformas oropucstas por el -'sicoaná­ lisis en todos los campos penales. Por eso se encuentran delincuentes que. injurias y aún muerte que se causa. hacen las veces de padre. la justicia. habrá que ver un individuo con un complejo de Edipo mal liquidado. el delincuente neurótico efectúa un verdadero juego oues atribuye sus remordi­ mientos al delito cometido. de cometer delitos aontra ella. parecen haberse tranquilizado. a pesar de que éste fue posterior -j aquéllos. a través del complejo de Edipo. en el de­ lincuente político. pp. ayudándolas pa­ ra ello. a deseo de imponer la justicia social o de evitar los abusos e inmoralidades del gobierno. Deseosos de luchar contra la autoridad. con los prim i­ tivos impulsos al incesto y al parricidio. Entonces se busca cometer un delito y se lo comete. Psicoanálisis. para el adulto* el estado. (w) tropiezan con graves dificultades conciencíales para ello. pero lejos de reconocerlos. se le da una base sólida y concreta sobre la cual descansar con tranquili­ dad. Con tal ocasión. El futuro criminal tiene tendencias adulterinas. Pero las instancias conscientes y censoras impiden que se manifiesten las causas de tal sentimiento de culpabilidad pues no son. Así. conscientemente por el delito cometido. Así se racionaliza el sentimiento de culpabilidad. cercana o lejanamente. los proyecta en el cónyuge a quien acusa de infidelidad tentada o efec­ tiva. t. pero si se convence a YO y SU PER-YO de que tales actividades obedecen a patriotis­ mo. Ese sentimiento se experimenta de manera sorda. deseos de romper sus actuales lazos para anudar otros. de modificar el Estado. La personalidad no quiere conocer conscientemente tamaña motivación. lo que también se busca es la sanción. otras que los remoi dimientos ligados. las tendencias inconscientes operan sin provocar remordimientos y además logrando la disolución del vínculo indeseado. después de com eti­ do el crimen y sólo entonces. in­ (38) V: obras completas. (39) En la teoría psicoanalitica. in­ consciente. 17 26. pero poderosa. YO y SUPER-YO pueden plegarse a los golpes. De modo que el ataque a tos squivale a atacar a éste. es el delito por sentimiento de culpabilidad. 0 sea que. Como ejemplo típico de racionalización se cita el de algunos delincuentes políticos. — 518 — .Como ejemplo de proyección que conduce al delito puede mencionarse lo que dice Freud acerca de los celos patológicos (M). Desde luego. esas instancias darán pase libre a lab primeras tendencias y les permitirán manifestarse. porque han sido convencidos de que ese delito no es otra cosa que una reacción ante las infidelidades ajenas. V. De esa manera. come librado de un peso insostenible. pero siembre. el pecado propio es atribuido a otro. los go­ bernantes. conscientemente, por los deseos incestuosos y parricidas; es claro que muchas veces las instancias egoístas luchan por evitar el cas­ tigo; o el castigar no es tan fácil pará las autoridades, porque no logran identificar al culpable; pero la mejor prueba de aue el cas­ tigo es experimentado como una necesidad, está en que a la lar­ ga o a la corta, de modo más o menos transparente, el criminal se tntrega a la justicia C40). En la explicación de este delincuente por sentimiento de cul­ pabilidad, se encuentran varias afirmaciones que chocan con las creencias comunes. Se dicc, por ejemplo, que primero se experi­ mentan remordimientos y después se delinque o sea que primero es el remordimiento y después ei delito. Se sostiene, asimismo, qua el criminal desea la pena, delinque por lograrla, o sea que la pena no previene el delito sino que lo alienta y atrae. Por fin, que la in­ vestigación judicial es facilitada por el propio delincuente y no entrabada por el mismo. Ya pueden deducirse cuáles son las ex­ traordinarias consecuencias que, de aceptarse estas afirmaciones, yodrían derivarse en el campo de todas las ciencias penales. c) Delincuencia de hombres no neuróticos con SUPER-YO criminal.— La instancia moral y censora, el SUPER-YO, no es otra cosa, para el psicoanálisis y según vimos, que el padre introyectado; a formarla contribuyen todas las influencias ambientales. Por consiguiente, si tal ambiente familiar y social es criminal por­ que ha aceptado como moralmente tolerables conductas que cho­ can contra las normas penales, se habrá formado en el individuo un SUPER-YO criminal; por tanto, la tendencia hacia el delito no encontrará censura sino ayuda, no chocará con la conciencia mo­ ral, sino que se acomodará a ella. Tal el caso, como decíamos al tratar el tema, de algunos gerentes de prostíbulos, que se sienten tan satisfechos consigo mismos como si se dedicaran a cualquier industria honrada; tal el caso de las muertes dadas •'or venganza allí donde ésta no sólo suele ser un derecho consuetudinario, sino un deber para con la familia, el grupo social o la región. Lo mismo puede decirse de muchos tipos de robo entre nosotros, por ejem­ plo, el de electricidad. d)' Criminalidad genuina.— Se da en aquellos individuos que, por cualquier circunstancia, no se ha‘n formado un SUPER-YO y, por consiguiente, carecen de instancia censora y de frenos mora­ les. En ellos predominan los impulsos instintivos. Si se evita el delito será por mero temor al castigo o a otras consecuencias dolorosas. Aauí no existen frenos internos a los cuales echar mano, sólo operan las amenazas exteriores. (40) Naturalmente, el delito cometido tendrá que ser más leve que aquél por e! cual realmente se obra. — 519 — B.— Crim inalidad accidental.— Como ya dijimos, pueden distinguirse dos variedades, según los mecanismos que operan. a) D elitos p o r equivocación .— Existen tendencias criminales (como en todos los hombres). Pero son reprimidos normalmente a causa de la vigilancia que sobre ellas ejercen el Yo y el Super-Yo. Sin embargo, puede suceder que la vigilancia, por algún motivo, se relaje: porque el YO está distraído, porque se encuentra con­ centrado en otras actividades,etc.; entonces la tendencia criminal escapa y produce el acto penalmente sancionable. Este es el me­ canismo de los delitos culposos. Ellos serían punibles, según el psi­ coanálisis, porque corresponden a una real tendencia de la psique, aunque no de su región consciente sino de la inconsciente. A sí, el guardavías que se duerme y ocasiona un grave accidente, en rea­ lidad quería — inconscientemente— causar el descarrilamiento. Lo mismo digamos de la madre que, al dormirse mientras da mamar a su hijo, se mueve de tal modo que concluye por matarlo aplastado. b) D elitos d e situación.— Se trata de aouellos casos en que las condiciones ambientales son tan extremas que producen un dolor insoportable en el sujeto —aunque fuera normal— y lo impelen, como reacción, a delinquir. Estos casos extremos excitan la com prensión común y hasta la justificación. Así, por ejemplo, cuando un marido mata a su esposa infiel que fue sorprendida in fraganli. O el padre que, por carecer de otros medios, hurta para alimentar a sus hijos. EL SU ICID A. — También merecen citarse el suicidio y las explicaciones que de tal acto da el psicoanálisis. El suicidio entra en el campo del derecho penal; la prueba está, en nuestro código, por ejemplo, en que al suicida fallido se le aplican sanciones; y que ésta se impone cuando se ayuda a otro a suicidarse. Si no se castiga al suicida exitoso es norque no habría a quién castigar. Este acto representa, sin duda, un triunfo de lo s instintos do muerte sobre los de vida. Pero es evidente que alguna satisfacción se asocia al hecho de quitarse voluntariamente la vida. Esa satis­ facción puede lograrse a través de variados mecanismos. H em os de resumir los que consigna Jiménez de A súa (41). En primer lugar está el que se suicida a causa de una defor­ mación masoquista. Piensa que su vida causa dificultades a otros; que él mismo es indeseable y que su muerte lo convertirá en un ser querido del cual se conservarán sólo los recuerdos gratos. (41) V: Ob. d t , pp. 75-7«. ' — 520 La pérdida de un objeto o situación que producía placer —un pariente, ser amado, riqueza, etc.— puede llevar a que el sujeto se identifique con el bien perdido y quiera desaparecer, inclusive', con los mismos detalles de forma. Muchas veces, el suicidio es un gesto con el cual se pretende vencer al mundo hostil que rodea al individuo, incapaz éste de imponerse en la realidad, dirige su agresión contra sí mismo, pe­ ro con el inconsciente deseo de causar mal a ese mundo hostil el cual, en primer lugar, queda burlado al no tener ya a quién atacar. En segundo lugar, el suicida piensa en los remordimientos y pesares que su desaparición causará; por eso tantas veces lleva a cabo, antes de suprimir su existencia, verdaderas representaciones dra­ máticas para que luego los supuestos atacantes sientan remordi­ mientos; o deja cartas en las cuales atribuve a tal o cual persona la causa de su extrema determinación. Es claro que hay suicidas en los cuales la muerte no tiene ese carácter agresivo sino que el hecho es resultado de la simple imposibilidad —material o moral— de conseguir algo, consecuen­ cia de sucesivos fracasos ante un mundo que se teme. Según vemos, el psicoanálisis ortodoxo tiene la pretención de explicar todos los delitos, así aquellos que tienen un carácter claro aún para el no experto en tal disciplina como los otros aue resul­ tan incomprensibles a la luz de los conocimientos corrientes. Antes de hacer una valoración crítica, hemos de detenernos en un ejemplo. Eso es tanto más necesario, poraue la mera expo­ sición de los principios generales suele dejar en los alumnos —a quienes se dedica especialmente este libro— la impresión de algo extraño, bello en cuanto a la construcción teórica, pero excesiva­ mente alejado de las aplicaciones prácticas. Como uno de los casos universalmente citados, hemos d¿ transcribir el contenido en la obra de Alexander y Staub El delin­ cuente y sus jueces desde el purtío d e vista psicoanalítico (pp. 159­ 170) porque demuestra claramente la l’orma en que se explica, desde ese punto de vista, un delito. UN DELINCUENTE POR SENTIMIENTO DE CULPABILIDAD “En el presente caso, debemos el material de estudio a las buenas relaciones entre el procesado y su defensor, que por la con­ fianza existente entre ambos, produjeron cL mismo efecto de una transplantación (übertragung) positiva del paciente ante el médico, como corresponde a la situación analítica. Sin embargo, no dejó de ser deficiente la información, por otros motivos. Aparte de los expuestos, en este caso, el material reprimida infantil, que sólo s; puede hacer asequible mediante la libre asociación metódica, úni­ — 521 — camente se pudo reconstruir por alusiones. Y aunque, por este mo­ tivo, la etiología del caso no puede satisfacer las exigencias tera­ péuticas, son suficientes los conocimientos logrados para la com­ prensión psicológica de los mecanismos criminales inconscientes. Se trataba de un intelectual de treinta y cuatro años de edad —a quien denominaremos. Bruno— que había sido condenado a un año de prisión por algunos hurtos de poca importancia. Uno de los autores, encargados de su defensa, lo encontró en el perío­ do de detención preventiva en buen equilibrio anímico y hasta satisfecho. Sus hechos no estaban conformes con su posición so­ cial ni con las demás circunstancias de su vida. Durante varios años había ejercido la profesión de cirujano, utilizando un titule falsificado; pero con muy sólidos conocimientos médicos. Era muy estimado y conocido, especialmente entre los directores de clíni­ cas, y había obtenido éxitos científicos publicando estudios teó­ ricos originales y en investigaciones de laboratorio. En el transcurso de su actuación profesional en una capital del centro de Europa, hurtó unos libros médicos de una librería, para llevarlos a vender, sin quitarles las etiquetas del comerciante, a otro establecimiento próximo. El hecho produjo el natural asom­ bro. Le dijeron que volviese a otra hora y él se marchó, dejando nota de su nombre y dirección completos. Fue descubierto y de­ tenido, resultando que era médico y que usaba un diploma falsi­ ficado. Desde el punto de vista de un hurto corriente, este delito, como todos los demás que cometió el mismo sujeto, carece de móviles. En la librería donde cometió el hecho se le conocía desde hacía bastantes años como un cliente de confianza, con crédito bastante para poderse llevar cualquier libro. Se hallaba en buena situáción económica, por haber sido nombrado, poco antes, ayu­ dante de una clínica ginecológica de la universidad, con buena re­ tribución. Algún tiempo despues de su detención, fue puesto ¿n libertad provisional, en razón a la insignificancia de los delitos, si­ guiendo, naturalmente, el procedimiento criminal incoado contra él. Entonces, provisto de algún dinero, se trasladó a Berlín, donde se instaló en un hotel, dando su verdadero nombre. Al cabo de una corta temporada, visitó algunas librerías del barrio de los hospita­ les y hurtó varios libros médicos, que llevó con sus etiquetas a otras librerías, repitiendo fielmente su conducta anterior. Produ­ jo la misma extrañeza. Se le rogó volver más tarde. Dejó su nom­ bre y dirección y fue detenido. Ante el comisario de policía, que le notificó su libertad pro­ visional, en vista de lo insignificante d¿ los hurtos de libros, de­ claró que poco antes habla robado también en una tienda de óp­ tica unos anejos de microscopio. Sin embargo, no se le quiso en­ — 522 — carcelar. Entonces confesó que durante Su viaje a Berlín había ro­ bado en Leipzig unas figuras de porcelana, en una exposición, y mostró estas figuras. Acabó por conseguir que lo encarcelaran, quedando a disposición del juez instructor. Ya con esto se sintió bien y como aliviado. Tenía la única preocupación de poseer li­ bros científicos, en los que estudiaba con gran celo. Durante su detención parecía como si nada le hiciera falta. Era feliz y estaba satisfecho. Su comportamiento era excelente. Intentó hacer amistad con el médico de la prisión, que, si bien al principio desconfió de sus conocimientos y preparación médicos, luego le admiró franca­ mente, intentando ayudarle. Al defensor le constaba a primera vis­ ta que no era posible explicar los delitos cometidos por móviles conscientes y que se trataba de un caso típico de actuación neuró­ tica. Hasta a los criminalistas más profanos en psicología profunda tenía que causar asombro lo irracional de la conducta de Bruno. Era evidente que sus acciones tenían el fin de llevarlo a la cárcel. En la ejecución de los hechos se observa una falta completa de pre­ cauciones y de todo intento de impedir su descubrimiento, hasta el punto de que fueron fácilmente descubiertos y sólo puede ex­ plicarse esto por el afán inconsciente de ser castigado. Debe adver­ tirse que el sujeto no podía ganar nada con los hechos que realizó y, por el contrario, tenía siempre que perder. Su conducta ante la policia berlinesa, confesando durante un rato delitos y delitos desconocidos, hasta que hizo imposible su libertad provisional, de­ muestra claramente el influjo de su deseo de ser castigado. Como problema inmediato se plantea de qué origen puede tener este afán tan impaciente hacia el castigo. Si suponemos que sus delitos provienen del impulso inconsciente de causarse daño, podría opinarse que este impulso representa una reacción por eí empleo del diploma falsificado, tanto más cuanto los primeros hurtos de libros conducen al derrumbamiento de su carrera, fun­ dada en este fraude. Pero la historia de su vida nos mostró luego que los sentimientos de culpabilidad, aparentemente enlazados con su profesión médica, tienen un fundamento anterior y más pro­ fundo. Su primer .delito lo cometió a la edad de diecisiete años, poco más o menos, perteneciendo como cadete a una academia militar. Robó en la cantina unos dulces a presencia de los vigilantes. El mismo lo considera una falta grave, reconociendo su culpa y la ra­ zón con que fue expulsado de la academia. En realidad se le quizo castigar solamente con una sanción disciplinaria. Pero él prefirió desertar y, por esto, fue excluido del escalafón. Una alusión a las causas más profundas de sus sentimientos culpables nos la ofrece la circunstancia de que el hecho ocurrió inmediatamente después de una visita de su madre dn estado de embarazo. Bruno contaba — 523 — a su defensor cómo se avergonzó entonces terriblemente y tuvo la sensación de que todos le señalaban con el dedo. Vemos que el pritner hecho delictivo que comete es un caso clásico del delito r<or conciencia de culpabilidad. Se sentía culpa­ ble por el embarazo de la madre, tomándose en su fantasía incons­ ciente como el autor, y quiere suprimir los remordimientos prove­ nientes de este hecho, realizando una acción relativamente inocen­ te, que le conduce a un castigo. Considera tan grave el insignifi­ cante delito cometido, por la sencilla razón de que le pueda servir para satisfacer su deseo de expiación por un afán reprimido muchí­ simo más malo, transplantando a aquél parte de la gravedad d ’ éste. Un recuerdo de su remota niñez nos explica por qué utiliza precisamente el hurto de dulces para provocar la pena. Su padre, de un gran rigor para educar al niño en sus costumbres puritanas —se trataba de un funcionario de elevada categoría— había reglamentado cuidadosamente el gasto de azúcar que había de ha­ cer su hijo. Este cuenta, aún hoy, con tristeza, que el padre no le dejaba tomar más de un trozo de azúcar en el té o en el café, mien­ tras que su madre le permitía tomar un segundo trozo, clandesti­ namente, porque de advertirlo el padre lo hubiera azotado. De esta manera, la degustación del dulce se hace el símbolo de una relación oculta con la madre, prohibida por el padre y cuyo descu­ brimiento traería como consecuencia una pena. Téngase también en cuenta que el azúcar y los dulces se consideran como el sustitutivo de la leche materna y por esto simbolizan el cariño de la progenitora. La afición a los dulces responde a la fijación oral de la lactancia, que es la primera relación de placer sensible entre -íl niño y la madre. Este primer delito cometido en la academia militar reúne la» dos características que, según Freud, ha de tener el delito por con­ ciencia de culpabilidad: el hecho se ejecuta porque está vedado v para el fin de enlazarlo con un sentimiento de culpabilidad preexisten y que provenía del complejo de Edipo, suavizándolo al sufrir el castigo. 'El delito manifiesto esconde la acción de Edipo, querida'en realidad. Cuán lejos se extienden en su niñez los sentimientos de culpa­ bilidad, lo demuestra su neurosis infantil: una fobia que estalló súbi nente en su quinto año de edad. Había ido solo con su madre a la ciudad para esperar a su padre. Unos caballos desbocados que se precipitaron sobre ellos, le asustaron de tal manera que durante varios años tuvo miedo de t¡alir a la calle. Esta reacción excesiva puede explicarse fácilmente por las experiencias psicoanalíticas del sentimiento de culpabilidad, que se había despertado en el ni­ ño en una ocasión en que *<1 deseo era continuar el mayor tiempo posible solo con la madre y lejos del padre. La escena de los ca­ — 524 — ballos solamente pudo reproducir esta exagerada reacción neuró­ tica porque sorprendió al muchacho en tal situación de conflicto. En el momento en que iba pensando en su ensueño: “me gustaría estar siempre asi, solo con mamá; papá no debía venir”, apare­ cieron de pronto los caballos indómitos, representando, a la manera de las fobias infantiles de animales, la venganza del ofendido p*dre cuya muerte se había deseado. Merece especial mención el procedimiento que empleó para convertir la nimiedad del hurto en el cuerpo de cadetes en un even to importante de su vida. Entonces obligó a sus padres a perdona* lo, median un fingido intento de suicidio, y obtuvo permiso para estudiar el bachillerato, lo que antes se le había impedido a con­ secuencia de diferentes enfermedades infantiles y ”or consejo del antiguo médico de la casa. Parece como si éste facultativo hubiera desempeñado un papel fatal en su vida. Fue él el que impidió el deseo, manifestado muy pronto en el niño, de estudiar medicina, convenciendo a los padres para que le hicieran escoger otra pro­ fesión que exigiera un trabajo corporal y no intelectual, por el dé­ bil estado de salud del niño. Esta intromisión del médico había de afectarle, tanto más cuanto el doctor tenía entrada libre en la alcoba de la madre, continuamente enferma. Así, la profesión mé­ dica, para él vedada, recibió la significación de una carta de cor­ sa para la libre relación corporal con la madre. Este era un privi­ legio que el médico compartía con el padre. La equiparación de la medicina con la satisfacción de sus deseos infantiles incestuo sos, auedó favorecida especialmente por la prohibición de estu­ diar dicha carrera. Ambas formas de acercarse al cuerpo de la ma­ dre le estaban prohibidas. La estrecha conexión que, para él, existía entre la profesión del médico, la curiosidad sexual infantil y el afán de ver, demues­ tra un hurto que cometió, cuando asistía como oyente a las cla­ ses de la facultad de medicina. Durante una clase robó a una com­ pañera un aparato fotográfico y fue descubierto en seguida, porque no se alejó del aula. Por los sentimientos de culpabilidad, que en él están enlazado^ con los conocimientos médicos (interés anató­ mico, deseo de ver, respecto de su madre), hurta un objeto óptico, para ser castigado por este delito y no por su grave culpa en el te­ rreno óptico. Así encontramos un nuevo delito sintomático por sentimiento de culpabilidad. Ahora podemos comprender por qué siempre hurtó libros mcdicos e instrumentos de óptica. La ocupación médica adquiría pa­ ra él el valor sentimental absoluto del hecho de Edipo. Por estp tenía que hurtar, enroñar y luchar para obtener conocimientos u instrumental médico y el falso diploma, contra la lev. Era 1« ma­ nera de proporcionarse dos resultados psicológicos. Sus obstinadas — 525 — «uaciones le permitían equiparar los dos hechos prohibidos ob­ teniendo así el premio del nlacer por el hecho de Edipo, mientras que, por otro lado, los sentimientos de culpabilidad recaían sobre el delito menos grave, frecuentemente sólo formulario. El hecho de ejercer la profesión de cirujano sin diploma, a pesar de sus grandes conocimientos médicos, es sencillamente una transgresión leve y de mero carácter formalista, en comparación con su significado in­ consciente, que son las relaciones con la madre. Cuando leemos en su diario la frase de triunfo de que sin diploma y a pesar de las prohibiciones de todas las autoridades, podía operrr quirúrgica­ mente mejor que muchos médicos provistos de diploma, compren­ demos el especial premio de placer que le produjo este mecanismo. El mantenimiento de esta rebelde actitud le fue posible mien­ tras se dedicaba, con toda clase de sufrimientos y privaciones, a su profesión como asistente no retribuido. Pero, cuando ascendió en categoría y se le nombró médico para una plaza bien pagada junto a un jefe bondadoso y además en una clínica de ginecología, cayeron por su pie los sentimientos de obstinación, para dar paso a los de culpabilidad. En este momento de su vida, cometió los mencionados hurtos de libros, que llevaron a su descubrimiento. El hecho de que le persiguieran y atacaran, siendo ya un médico reputado, por una falta formalista como la del diploma, le pro­ porcionaba un especial alivio en sus sentimientos de culpabilidad, como prueban la euforia y el afán de trabajo que siente en la cár­ cel, y esto le permite colocar de nuevo a las personas que le rodean en urja situación de injusticia, «ara poder justificar su rebeldía. Ya tnunfante, después de ser puesto en libertad, escribe a su de­ fensor que ha comprado lícitamente un nuevo microscopio, much.i mejor que el robado, y “quisiera demostrar al mundo que no es un peso muerto para la sociedad”. Esta rara supervaloraron del microscopio, proporcionado inmediatamente después de recobrar la libertad, nos muestra de nuevo en qué gran medida su afán in­ fantil de ver, forma especial de su deseo incestuoso, se había tras­ plantado a la posesión de este instrumento científico. El hurto de las figurillas de porcelana, que eran modernas y de bastante poco valor, tiene ya un carácter más cleptomaníaco. Pero hay un hecho que nos proporciona otra indicación, aparte de las ya conocidas, sobre este acontecimiento: su confesión espon­ tánea, al referir esta acción, de que su madre había tenido, y en mucha estima, una colección valiosa de figuras de porcelana anti­ guas. No es fácil resolver si hubo en este caso una identificación con la madre o el afán de apoderarse de ella, según el principio “pars pro toto”, común a los sucesos inconscientes. Su obstina­ ción en el deseo de poseer a su madre, corrobora la mayor im­ portancia de la última determinante. — 526 — De todos modos, su vida se desarrolla bajo el signo de un tenaz mantenimiento de sus deseos incestuosos, en obstinada re­ beldía frente al padre. Todos sus actos tienen la finalidad de. pro­ vocar la injusticia del mundo exterior, ya que los demás hombres, desaparecido el padre, lo siguen representando, induciéndolos a un comportamiento duro e injusto, liberándose así de sus senti­ mientos de culpabilidad, sin tener que desistir de su rebeldía. Sólo puede aguantar los modelos paternos malos, crueles e injustos. Por esto rechaza al jefe bondadoso, en la clínica, y después, la ayu­ da y el psicoanálisis desinteresados de su defensor. En su juven­ tud no había aprendido más que a ser hostil a su despiadado y apedagógico padre, y todo su aparato anímico está adaptado a es­ ta atmósfera juvenil. Un padre benévolo y comprensivo le hubiera desconcertado, llevándole su relación con él a una desconocida y lúgubre situación de culpabilidad. Así, huye de la oferta de su de­ fensor y le escribe, asegurado por la ausencia: “¿Quiere usted, sa­ ber por qué no he aceptado la ayuda que me prometió? Porque el saldo de nuestra cuenta entre el debe y el haber, es demasiado unilateral. Durante toda mi vida sería su deudor y no puedo sopor­ tar esta id e a . . . Mi encarcelamiento no debía haber terminado nunca. He nacido con muy mala estrella”. No había dificultad en que atribuyese a la justicia penal ac­ tual el papel de oadre injusto, restableciendo así el ambiente de la casa paterna. Tampoco le habría de costar gran trabajo sustraerse al influjo moral de un padre que siempre le castigaba injustamen­ te y con una dureza propia de la moral muy limitada de funcionario, privándole de todo premio de placer, mientras fue niño, y que mal­ trató a su madre v la engañó. Así podía é! mantenerse en su com­ plejo de Edipo. De los pequeños pormenores que conocemos de los métodos educativos del padre —golpes por un pedazo de azúcar, permiso para jugar con los juguetes sólo en los días festivos— se deduce una moral militarista del deber a toque de cometa, propia de la anteguerra, que hacía con tanta frecuencia imposible toda identificación con los modelos pedagógicos y que condujo a la for­ mación de un super-yo, que quedó como un cuerpo extraño en la personalidad. Cuando, además, este padre maltrata d¿ palabra y de obra a la madre, espiritual y socialmente más elevada,, en presen­ cia del niño, y la engaña faltando a la moral predicada hipócrita­ mente por él, comprendemos por qué el hijo tiene siempre tenden­ cia a colocar en la injusticia todos los modelos paternales, liberán­ dose por este fácil procedimiento de su influjo impeditivo. Deci­ mos que el procedimiento es fácil, porque las instituciones del es­ tado de nuestros días no ofrecen, en verdad, obstáculos para encon­ trar en ellas un padre apedagógico. De todas maneras, Bruno, lo­ gra por completo esta finalidad. Y esto significa para él un triun­ — 527 — fo sobre la sociedad, y también la satisfacción de ser castigado co­ mo buen cirujano y médico, de excelente preparación científica, después de haberse abnegado en la curación y alivio de muchos de sus semejantes. Triunfo y satisfacción que le envidiarían muchos hombres normales en sus sanas sublimaciones. El tratamiento de este caso de criminal neurótico, correspon­ diente al delincuente por sentimiento de culpabilidad, con rasgos cleptomaníacos y de una peligrosidad social muy limitada, serúj, como reacción adecuada para el futuro, el internamiento pasajero, para intentar en él su curación psicoanalitica. El castigo, en el sentido que hoy tiene, carece de objeto. Para obtener la enmienda del reo es ineficaz y socialmente nocivo, por­ que incita al agente a realizar nuevos delitos. Adviértese que a este sujeto no se le podía hacer favor más grande que cometer con él lina injusticia, mientras que todos los beneficios le desconcertaban. En tanto la sociedad castigue a individuos de esta especie, deján­ dose engañar por sus provocaciones inconscientes, ellos tienen cier­ to derecho a no dejarse curar, privándose así de estas posibilidades de satisfacción. Sólo cuando se les deje de castigar, tendrán unn espectativa real de convertirse en individuos normales”. Citamos este análisis de un criminal, por ser clásico; pero los ejemplos pueden encontrarse con relativa abundancia en los libros especializados sobre psicoanálisis criminal. (*-). 5.— CRITICA DEL P SIC O A N A L ISIS— Las polémicas que han suscitado las teorías freudianas han llegado hasta el grueso público lo cual, lejos de facilitar una exacta comprensión de los problemas, los ha deformado y simplificado hasta límites lindantes con lo ridículo. Por eso se han tomado posiciones extremas igual­ mente injustificadas. Estos extremismos, sin embargo, se dan también entre perso­ nas que conocen o dicen conocer bien las teorías de Freud. Aquí, (42) Véanse, al respecto, los casos incluidos en ei propio libro de Alexander y Staub, en el de Alexander y Healy, asi como los numerosos resúmenes contenidos en el de Jiménez de Asúa. Otros varios ejemplos, y de primer orden, de psicoanálisis apli­ cado al estudio de la delincuencia juvenil, en el libro citado de Kate Friedlander. La investigación psicoanalitica es sumamente prolongada: en las obras antes mencionadas se dan sólo sucintos resúmenes del trabajo del analista, casi sólo sus descubrimientos y con­ clusiones. pero, no tos medios por los cuales llegó a ellos. Si se quiere'tener una idea de la marcha detallada de la investiga­ ción. puede leerse: Lindner, Bebel wlthont & Cata» si bien, para evitar equívocos, es preciso advertir que no se tr$ta de una obra estrictamente psicoanalitica. — 528 — como siempre, tampoco faltan las noticiones intermedias que, re­ conociendo por un lado los indudables méritos de las nuevas doc­ trinas, señalan concretamente cuáles fon sus errores y sus defi­ ciencias; pero estas poáiciones intermedias no son siempre las mis­ mas: admiten una gran variedad de matices que van desde quie­ nes apenas ven alguna falla hasta quienes apenas ven uno que otro acierto accidental. A continuación, hemos de resumir tales opiniones. Para in­ troducir algún orden en su exposición, nos referiremos primero a las criticas planteadas al psicoanálisis, er. general; para luego refe­ rimos a las que se han hecho de manera especial a sus aplicacio­ nes criminológicas. Hay quienes consideran que el psicoanálisis es la llave maes­ tra que permite ingresar en las profundidades de la psique y no quedarnos en la mera suoetficie, como hacen las demás escuelas psicológicas (4J). Enunciar los simples nombres de quienes adop­ tan esta actitud llenaría muchas páginas como puede comprobarse con leer cualquier bibliografía psicoanalitica. Pero es evidente que muchos psicoanalistas, sobre todo mo­ dernos, aún aceptando algunos principios fundamentales de Freud, han tomado una actitud crítica clara, tratando de revisar muchas concepciones primitivas a las que una experiencia larga había qui­ (43) Ya se sabe que la superficie consciente de la psique ha sido tomada en cuenta por el psicoanálisis; pero lo típico en él es el estudio de lo inconsciente. Es posible distinguir diversos estratos, cada vez más diversificados, en la psique humana y con relación a los cuales es difícil encontrar unánime asenti­ miento en los snec ilistas. Para dar desde ahora una idea de la diversidad di estratos, es aceptable la disiente clasifica­ ción de Tramontin (ob. d t , pp. 129-129), la que tiene la ventaja de sintetizar las concepciones de Adlc*. Freud y Jung: 1.— Lo consciente. 2.— Lo preconsciente, que puede turnar a la conciencia, presen­ tándose en ella de manera lógica. 3.—'Lo subconsciente, conjunto de p «a afectivos “estruc­ turados de acuerdo al pee ut primitivo infantil” es decir dentro de las normas seftaladas por el pensamiento mágico y no el lógico. 4.— Lo inconsciente individual, resultante de la experiencia per­ sonal de uno. 5.— Lo insconsdente heredado, llamado inconsciente colectivo por Jung, 4ue contiene todo lo que tiene esta calidad pero depende d o de las experiencias individuales, sino de lo que es común a toda la especie humana, o a ciertos grupos raciales, nacionales o locales. — 529 — tado fundamento (M). Lo que admira, es que los nuevos psicoana­ listas difieren tanto entre sí, que no se sabe qué pensar en un pri­ mer momento: si el psicoanálisis muestra, por esa anarquía, su extraordinaria capacidad vital y sus múltiples potencialidades o só­ lo su carencia de fundamentos seguros. Es indudable que hay problemas que, al menos como tales, han sido puestos por el psicoanálisis a la consideración de la cien­ cia; es también evidente que muchos no han sido resueltos a la luz de los nuevos principios; algunas soluciones se han mostrado o insuficientes o totalmente equivocadas. Con lo cual se ha origi­ nado el cúmulo de discrepancia arriba mencionado y el de matices de fervor con que se sigue el maestro. Hay que recurrir, sin em­ bargo. a esas opiniones discrepantes de los especialistas para tratar de ver qué es lo más aceptable, qué lo dudoso, qué lo rechazable. En esta tarea, poco ayudan, por ejemplo, las opiniones de Peixotó (4S), de Beca (tt) u otros semejantes, para los cuales el nsicoanálisis tiene “mucho” de aprovechable, en general, y en el cam­ po criminológico, sin que especifiquen, empero, qué es lo aprove­ chable y qué lo inútil. La primera crítica surge de la impresión general que se tiene de ta obra de Freud y sus discípulos, cuando se la compara con la que dan exposiciones de otras escuelas. Estas se esfuerzan por dar una impresión lógica de sus principios y aplicaciones, concatenán­ dolos de manera racional y clara para lograr una demostración de lo que afirman o niegan. En cambio, las obras de Freud y sus se­ guidores .sorprenden por la ausencia de aparato demostrativo d ' las afirmaciones o interpretaciones hechas; carecen del rigor y mé­ todo que deben caracterizar a la psicología científica; y eso es evi­ dente inclusive —quizá sóbre todo— para "uienes no pueden me­ nos de reconocer, al lado de deducciones aplicaciones incompren­ sibles, aciertos intuitivos geniales e irrefutables. Por eso, Tanet pu­ do decir con toda razón que el psicoanálisis es "la última encar­ nación de las prácticas mágicas v psicológicas que caracterizaban al llamado magnetismo animal, con una falta absoluta de toda crítica”: en otro lugar, agrega: “Este procedimiento permite su­ primir la observación clínica, reemplazándola por la fantasía. Lo cual conduce a las inverosímiles explicaciones de los sueños, o (44) Las criticas y posiciones de Jung y Adler se darán en el ca­ pituló siguiente; aquí nos referimos a otros autores, como se verá. (45) V: Criminología, p. 82. (46) V: Actas del Segundo CanCreso Latino-Americano de Crimino­ logia, n . pp. 291-317. — 530 — Por eso. ocultaciones. agrega. 107. Una de las críticas más sólidas que se han hecho valer con­ tra el psicoanálisis. represen­ ta un esfuerzo seductor para hacer menos doloroso nuestro “ignorabimus”. (51) El propio Mira y López ofrece un apretado resumen de las cri­ ticas hechas al psicoanálisis en su Mannal de Psicoterapia pp. enmascaramientos co­ mo de bailes carnavalescos” (*). la obra citada de Camargo y Marín.. 119. quien expone muchas contradicciones internas del sistema (y. 517. 135-137. cit. se incluyen problemas como el del sueño pro­ fètico. . cosas que no pueden discutirse se­ riamente” C7). las relaciones de algunos descubrimientos freudianos en el sentido del Karma hindú. — 531 — . " nos las escribe en acechos. . donde al lado de aciertos. el análisis de obras literarias de quinto orden. ya que no cuenta con una base objetiva —universalmente demostrable— de hechos y deja demasiado al arbitrio y a la imaginación del investigador la interpretación de ios datos que el enfermo suministra v que pueden ser involunta­ riamente sugeridos por el médico” í30). en su desprecio por las alteraciones y condicio­ (47) Ambos trozos. (48) Ob. citar la opinión de Mira y López. p. “A las entidades psicológicas las hace personajes. las antropoformiza como en una fábula griega. Laburu. p. En el mismo plano se mueve Magalhes Drummond. (49) V: Estados de psicologia e Dircito Penal. critica las aplicaciones que pretenden llevarse al terreno dél dere­ cho penal) r e ­ podemos inclusive. la hipótesis psicoanalítica del inconsciente . Subrayado en el original. 267. mas no debe ser tomada como expresión de una auten­ tica realidad científica. citados por Laburu en Anormalidades d d Ca­ rácter. antagonismo! transacciones. el profesor español re­ chaza las doctrinas psicoanalíticas. por ello.de las inversiones sexuales. Véa­ se. por ejemplo. a quien 110 se puede tachar de radicalmente opuesto a las técnicas y prin­ cipios del psicoanálisis: “Evidentemente —dice el psiquiatra es­ pañol— . (50) Psiquiatría. todos los cuales más bien crean confusión que claridad. Y podemos preguntamos qué puede mantenerse sólidamente de las doctrinas psicoanalíti­ cas si se rechaza su teoría del inconsciente (*'). por su parte. tachadu­ ras como en los de los diarios de la prensa. Desgraciadamente tales criticas pueden aplicar­ se a muchos seguidores de Freud. p. más bien disminuyen el volumen de la teoría que lo amplían. en el mismo sentido: “Freud tuvo una gran capacidad imaginativa. cosa que nadie puede ne­ garle”. somnolencias. más que a éste mismo. pp. sobre todo en las relativas a anormalidades sexuales (H). mejor comprensibles a la luz de nuevas teorías (55). por eso. pp. 4-5. Supongamos el caso de Alien. Fuera de los anteriores. por ejemplo. para este autor. pp. V: Psychodyuamlcs of Abnormal Behavior. Las explicaciones nuevas bus­ can. que rechaza la teoría del complejo de Edipo. 12-16. también:London. No han faltado tentativas de introducir en el freudismo mo­ dificaciones de todo orden. por ejemplo.nes orgánicas a las que considera meros predisponentes o coadyu­ vantes. la verdad es que han introducido mucha claridad en algu­ nos casos particulares. pp. aunque no en otros. tenemos que limitamos a las objeciones en grande. se ha hecho notar repetidas veces que si bien el freudismo obtiene éxito en algunos casos. V. 20-39. el tabú del incesto y las ten­ siones familiares pueden explicarse muy bien como simple con­ secuencia del ansia de conservar la specialización de cada uno en la familia y del deseo de autoafmnarse. Brown acep­ ta muchas explicaciones psicoanalíticas acerca de las enfermedades mentales. No cabría aquí ni siquiera una síntesis de las críticas de de talle que se han hecho sobre cada uno de los puntos de vista espe­ ciales'de Freud. V: Psicoterapia Infantil. Esta tendencia a la aceptación parcial de las conclusiones del psicoanálisis es corriente hoy. en tal censura insiste Baruk quien. — 532 — . quien reconoce que el freudismo sirve para ciertos campos. V: Conceptos y Problema« de Psicoterapia. por lo cual su uso es limitado. así lo hace London con su nueva teoría acerca de la libido. pero hace notar que iguales o superiores resultados así como gran economía de tiempo se lógran mediante aplicaciones de la psiquiatría clásica. aún en la histeria (5-). lo que también puede afirmarse de las teorías de Adler y de Jung (H). Lo mismo hace Hinsie. 241-248. llegar a bases menos unilaterales que las del freudis­ mo primitivo. si estas novedades nó han logrado hallar un fun­ damento universal para todos los actos psíquicos —normales o no— . En este sentido sólo nos queda un par de puntos acer­ ca de la terapia psicoanalitica. reconoce que el psicoanálisis ayuda en la comprensión de muchas anomalías. cuyos éxitos con sus caracteres de portento fueron los primeros en atraer la atención del mundo mé­ dico. como consecuencia de los indiscuti­ bles aciertos de aquella doctrina así como de sus comprobados erro­ res. A este resoecto. pero no causas fundamentales de las anormalidades psí­ quicas. principalmente sexuales. Libido and Detaslta. pp. no los obtiene en otros. a veces. sin embargo. podemos citar otros autores de primer orden que abonan este concepto general. Es (52) (53) (54) (55) Prieto. lo que demuestra que sus explicaciones son unilaterales. Estas observaciones acerca del éxito relativo de la terapia psicoanalítica nos llevan a otra crítica sumamente sólida: que las observaciones se han efectuado generalmente sobre anormales no viéndose lá razón para extender a los normales las conclusiones que se hubieran extraído de aquel material (S7). (58) V: El Nuevo Psicoanálisis. de los distintos aspectos que tiene la teoría psicoanalítica. La mayor parte de los autores están de acuerdo en que exis­ ten puntos aprovechables.destructores com­ plejo de Edipo. quizá quien mejor los haya resumido sea Karen Homey. En cambio.. si bien no con la extensión e implicaciones que ouisieron atri­ buírseles en un comienzo. puede decirse que. etc. lle­ va meses y aún años. pero esa pretensión puede darse hoy como propia de sólo un re­ (56) Para estas cifras. fases de evolución de la libido. pues se trata de un es­ tudio critico detallado acerca de los principios esenciales del freudismo: sueños. el descubrimiento de la inconciencia y de la emotividad como origen de conflictos mentales. durante páginas y páginas se maneja un aprecia­ ba conjunto de hechos y razones para rechazar esas fundamenta­ les concepciones freudianas. lo dicho anteriormente sirve de mucho. que se cura buena cantidad de neuróticos. para quien tales puntos son: el determinismo psíquico. instintos tánicos . como la filosofía de la vida que de ella se desnrende. el señala­ miento de los mecanismos de compensación y algunos otros puntos derivados de los anteriores. cit„ pp. loe. 75-85. En cuanto a las aplicaciones que el psicoanálisis freudiano pu­ diera tener en las ciencias penales y principalmente en la Crimi­ nología. por lo cual es razonable suponer que muchos casos mejoran por la simple influencia ejercida por la presencia del médico y no del psicoanálisis que él cree poner en marcha (**). etc. la resonancia reconocida de los fenómenos psíquicos infantiles en la vida del adulto. según los moldes freudianos. Pero se rechaza lo demás ($). ob. se han aceptado sobre todo los des­ cubrimientos de hechos —si bien algunos de ellos se atribuyen más a la genialidad intuitiva de Freud y de algunos de sus discípulos que al valor objetivo de sus métodos— . ¿tor ejemplo. hay mucha resistencia para admitir tanto la doctrina psicológica edificada para explicar los hechos. 16-21. (57) V: Ibídem. pp. no se olvide que el tratamiento. pero ca^i ningún psicòtico.. En general. en detalle.evidente. por lo demás. Pero puede leerse toda la obra con sumo provecho. Es evidente que ha querido crearse una Criminología estrictamente psicoanalítica. 28. libido. 27. véase Vaz Ferreira. muchas de las curas pueden deberse a la mera sugestión y no a la técnica psicoanalítica. algunos de estos métodos. origen de las neurosis. — 533 — . cit. por lo extraño de sus móviles. que las preguntas del analista pueden inducir al delincuente a que racionalice su conduc­ ta. Pero las objeciones más sólidas. ob.. — 534 — . d t. son las siguientes. en el especializado campo criminal.— El ^sicoanálisis puede ponerse en relación con la medi­ cina —cuyo auxilio es requerido para explicar algunas causas— con mucha más dificultad que la psiquiatría corriente. SO. 77-103. hoy por hoy para la apli­ cación del psicoanálisis en las ciencias penales — fuera de varias que se han hecho al psicoanálisis en general— . los códigos están basados en la teoría del libre arbi­ trio mientras el psicoanálisis lo está en el deterninismo psíqui­ co (“ ). en general. se admite que el freudismo ha logrado dar una explicación satisfactoria de algunos delitos que. 3. 249-260 de la ob. (59) Véase un buen resumen de las objeciones. Por ejemplo. que se le asigna en la explicación de delitos sexua­ les. que se tropiece con la negativa del delincuente. (p).— El psicoanálisis no resuelve muchos problemas que se presentan al crúqinólogo y al juez.— En las que luego se dan como las más importantes se ha tomado también en cuenta la opinión de Vaz Ferreira. valederas inclusive para quienes son partidarios de cualquier for­ ma de psicología profunda: 1. Menor es la eficacia.ducido grupo de estudiosos. al respecto la obra citada de esos autores. con lo cual todo proceso penal podría detenerse. No es que se rechace en bloque todo lo que dice el psicoanálisis. la aplicación exitosa será excepcional. véa­ se. etc. p. que la sugestión por él ejercida puede cambiar las condiciones reales del caso. puesto que. en tas pp. Igual éxito es. Las objeciones que se han hecho valer. son muchas. pp. Pero en otros casos. 2. (60) El problema no es resuelto por la propuesta hecha por Ale­ xander y Staub en sentido de que la responsabilidad se determine tomando en cuenta la participación del YO en cada caso. En general. por ejemplo. posible que se presente en muchos delitos raros por sus caracteres objetivos o por la perso­ nalidad previa del agente. dt. pero no puede menos que dudarse de sus aplicaciones cuando los simples principios son tan discutidos y discutibles. quedaban oscuros con la aplicación de los conocimien­ tos psiquiátricos corrientes. de Jiménez de Asúa.— Tampoco resuelve el problema de la responsabilidad o irresponsabilidad o semirresponsabilidad del criminal. el de la parálisis general progresiva. aunque sigue re­ conociéndosela.. principalmente anormales. — La investigación y obtención de conclusiones supone un tiempo demasiado largo. Véase Vaz Ferreira ob. principalmente familiar. 137-154. aan por los adversarios del psicoanálisis. pp. cit.— La psiquiatría corriente puede operar con más éxito que el psicoanálisis cuando el delincuente se opone a ser estudiado. 5. la obra citada de Friedlander a lo largo de todas sus páginas. pp. no ha podido menos que ejercer una saludable influencia. (61) Quizá pudiera darse un dictamen provisional rápido utilizando el método de las asociaciones determinadas de Jung. — 535 — . 18-2$. Pero hay un punto cuya importancia positiva es difícil exa­ gerar.. li­ brada del aparato teórico al que estaba ligada. principalmente para hallar los puntos débiles de muchas teorías exageradamente antropologistas que estaban en boga coetáneamente con los primeros dece­ nios de vida del psicoanálisis (H).4. pero especialmente en el capi­ tulo sobre factores ambientales de la delincuencia. idea que. se trata del relieve que el psicoanálisis da al medio ambien­ te. durante el cual el proceso penal debería detenerse í41). en la génesis del delito. (62) A este respecto contiene muchos datos aprovechables. . en el instinto o voluntad de podar. los interpretaban de manera totalmente revolucionaria. de los círculos más próximos al maestro. Rank.— LO S H E T E R O D O X O S . de entre sus discípulos más aprovechados y distinguidos.C A P IT U L O X ADLER T JUNO 1. trató de fundar toda explicación en el trauma del naci­ miento. Los se­ gundos. con sus dogmas y sacerdotes propios. Los mejores heterodoxos salieron. alteraban profundamente las concepciones de Freud y. princinalmentc metódicos. Sin embargo. Y esto para no citar sino a las personalidades más impor­ tantes. la de los ortodoxos y la de los heterodoxos. empero. ¡mocados los principios fundamentales. Los primeros seguían fielmente las enseñanzas freudianas. en una psicología compleja que se relacionaba « m i su vida de hijo de un pastor. pronto surgieron discrepancias entre ellos y se hicieron evidentes las urgencias de complementar o rectificar las primitivas enseñanzas. Jung. hasta el extremo de haber dado lugar a la aparición de nuevas es­ cuelas. en cambio. se extendió por todo el mundo en breve tiempo. nacieron así sociedades de psicoanalistas y los discípulos distinguidos se congregaron en gran número alrededor del maestro. Adler. por ejemplo.— Ei movimiento de psicolo­ gía profunda iniciado por Freud. si bien conservaban algunos hallazgos. — 537 — . limitándose a extenderlas a campos no tocados por el fundador o a ampliarlas o rectificarlas en algunos ountos que dejaban. confirmando así un hecho común en la historia. Así se presentaron dos corrientes. (1) La bibliografía acerca de Adler y su sistema.— IN TRO D U C C IO N A L SISTEM A DE ADLER. 209 229. 272-298 del OntHne of Psychoanalyais dirigido por van Teslaar. (2) Sobre la noción filosófica de individuo palabra que puede en­ tenderse "como significativa del atributo de la indivisibilidad". desde un comien­ zo. en las pp. en cuanto a poner énfasis en las influencias ambientales y la relación de depen­ dencia hacia ellas en que se encuentra la perdona humana. podremos aproximarnos a la razón que se tuvo para elegirla. pp. este nombre sería mal interpre­ tado si se entendiera como un intento de resaltar. esto sin prejuzgar acerca de la solidez y amplitud de los sistemas totales erigidos por cada uno. Sin embarga. más aun que la de Freud. v: Recasens Siches: Vida Hamana. Mira y López: Los Funda­ mentos del Psicoanálisis pp.— Las enseñanzas de Adler han sido designadas por él mismo con el nombre de Psicología Individual. 171-179. pp. Adler: La Psicología Individual y la Escuela. como luego veremos. Adler (y otros): Guiando al Ntto. I ADLER 2.En cuanto toca al psicoanálisis heterodoxo. Si tomamos una explicación acerca de lo que significa la voz “individuo”. 'más ilustres han sido Adler y fdng. In-dividuo es lo que no se halla dividido. se puede decir que sólo el primero de los recién nombrados tiene gran importancia para la Criminología. siendo limitada la contribución del segundo. yendo más allá podríamos decir que es lo que no puede dividirse sin perder su naturaleza. entendido como opuesto a la sociedad o como independiente de ella (*)• Por el contrario. se ha dicho y repetido qué la psicología de Adler es la más socializada. Sociedad y Derecho. Jiménez de Aaúa: Psicoanálisis Criminal. Para ¡tac' ¡1 presente nos hemos ate­ nida fundamentalmente a éstas: Adler: El Sentido de la Vida. que el motor de todos los procesos es el individuo. campo en el cual es nosible que fung supere a Adler. es unánime el consenso en sentido de que los hereje. es sumamente copiosa. — 538 — . individuo es un ser en el cual el todo de­ pende de las partes y éstas de aquél (2). Paul BJerre: The Adler Conceptfcüi of Neuosia (Dufereatla] Psychology). 233-248. referen­ cias a ella se encuentran en las obras que hemos citado en el capítulo precedente. aunque no tan grande como la del freudismo. a la última de éstas pertenece lo citado entre comillas. pp. como que el estilo de vida. Adler opone así el finalis­ mo al causalismo (*). Eso significa que no basta ex­ plicar: preciso es captar el todo. Y eso no sólo sucede en un momento dado en que toda la personalidad se coordina. Adler hace notar que el fundador del psicoanálisis tiene una ingenua confianza en la exac­ titud de las leyes naturales y en la facilidad para descubrirlas. Inútil insistir en el parentesco que se evidencia entre la filosofía de la vida en Adler y la teoría de los'valores.Porque cada persona es un in-dividuo.. (7) V: El Sentido etc.ahogado sino que influye en nuestro presente e influi­ rá en nuestro futuro. éstas no son independientes sino que integran un todo.— Después de estas citas. pp. no queda definí tivamente . a este probabilismo explicativo se adhiere Adler (*)• (3) (4) (5) (6) Sobre ello. con razón. * En esa vida. a f estudiarlo no pue­ de separársela en partes autónomas. apunta en gran ihedida contra Freud. p. sino que se apoya eu la mera probabilidad. es preciso ‘‘comprender”. con lo cual no hace sino seguir el espíritu reinante en el siglo XIX. la forma en que reaccionamos frente a ella y al mundo. lo que rebasa los límites de la mera explicación (*). metas y caminos. El Sentido. Bjerre: ob. considera todo anhelo humano como uní tendencia hacia la perfección” (5). etc. V. Lo anterior. V: Ibidem. no es posible hacer cortes. a las causas eficientes. De donde deriv4 la enorme importancia que hay que reconocer a las vivencias y hábitos infantiles. 292-288. objetivo y me­ dios. por el contrario. pero el creador de la psicología individual señala. pp. “Nuestra Psicología del In dividu a se coloca decididamente en el terreno de la evolucióu —dice Adler— . . que ese optimismo en la capacidad humana. sino a Id largo del tiempo: por eso el pasado pervive en nosotros. pero no son ellas las únicas que actúan en el hombre. queda definitivamente a­ sentado en sus rasgos generales. así como el que existe con la psicología de la forma. ha sido abandonado por ia ciencia moderna la que va no cree en leyes científicas umver­ salmente válidas. 7. fin y explicación. y a la luz de la misma. oue lo condu­ cen y orientan. hay una serie de sucesos Fue una tentativa fa­ llida de Freud el quererlos poner en plena luz apelando a un deter­ ninismo cerrado. V: La Psácolocia bdlvfchul etc. es decir. 68-69. cit-. según puede fácilmente deducirse. Ese deterninismo sólo muestra las causas efi­ cientes. En efecto.. durante los cuatro o cinco prime­ ros años de vida (*). 7 y 34. — 539 — . ésta obra en mira a ciertas finalidades. 25. .. p. el (8) .E l Sentido. 36. (11) IbUem. 1B5-206. en la investigación utiliza muchos de los métodos pre­ conizados por Freud. re­ chaza el simbolismo que aquél les da y más bien los considera como un medio para lograr el objetivo de la superioridad. una condena acerca d¿ la distinción entre consciente e inconsciente y también acerca de la naturaleza de éstos í9). p. p. etc. Pese a estas críticas. sucesivamente. desprovisto de resistencia.En realidad. este autor ataca así. Ya de ello resulta. etc. su sexualismo predominante. — 540 — . 13. pero no le asigna el puesto de honor. no represen­ ta más que una exageración de determinada clase de semejan­ zas" (®). . La triparidóo de la personalidad adulta. con la cual anhela confundirse y a la cual vuelve como un refugio cuando. el pretendido complejo de Edipo no es un fenómeno “básico”. (10) B Sentido. Por ejemplo. “Lo que Freud ha llamado el “Com­ plejo de Edipo”. 33.. como efecto de una educación débil que no le ha enseñado a ven­ cer debidamente/al mundo. quien es el juguete. ES subravado proviene del original. En cuanto al complejo de Edipo. v: ibidem. “El intento de enlazar todas las formas de la conducta humana con la sexualidad. sino a que tal individuo. de sus deseos sobreexcitados” (n). la de Adler sigue siendo una psicología profunda. huye de éste y busca un refugio se­ guro. p. 95. propugnada por Freud. sino más bien un producto artificial y perjudicial de las madres que miman a sus hijos” (ICr). Adler no desconoce la importancia de éste. (12) V: Ibfdem p. sobre todo el análisis de los sueños. no es otra cosa sino una de las múltiples for­ mas de manifestación en la vida de un niño mimado. sobre la teoría adlerlana d" suefios y ensuefioa. p. es rechazado totalmente “ . fue mimado por su madre. Es evidente aue los sueños y otras manifestaciones de algu­ nos adultos. pres­ cindiendo de los cauces trazados por el sentido común (1Z). pero ello no se debe a la persistencia del supuesto complejo de Edipo. ->oncn de manifiesto deseos incestuosos. (9)) V: La Paleología. choca inmediatamente contra las concepciones unltaristas de Adler. de modo natural. todos los puntos fundamentales del freudismo. de niño. 189. pp. considerándolo como el fundamento natural del desarrollo anímico. pero. y merced a t í conseguir algo que no lograríamos con la lógica. Cuandc Jguí tiene. etc. segfin aquél. aunque no comprendamos un suefio. 89-90). y no la comprendo en absoluto’. Por el contrario. sentimientos y emo­ ciones subsisten. No se puede negar que. el del trabajo o profesión y el del amor. La psicología individual na solucionado este enigma y ha dado el paso ñ u s importante para la comprensión de nuestra vida oní­ rica.sexualismo no es llave par« comprenderlos. Estos estados afectivos. mitológica con la cual se enfocan todos los problemas y que lleva a aue uno se pierda en un laberinto de “metáforas sexualizantes* (■*). El que tiene un examen próximo y no confia mucho en sf mismo. experimentará e f so­ ñador algún ’obstáculo que se interponga en su camino. y con este estado afectivo se someterá valerosamente a la prueba” . no obrará al día siguiente con valor. pp. los problemas que el hombre tiene que resolver pueden re­ sumirse alrededor de estos tres: el del YO y el TU (socius. peto no en el sentido que Freud les da (. sino pro­ ducir estados afectivos y sentimientos a los cuales no se puede sustraer el soltador. El suefio no tiene como fin el ser comprendido.. (13) ReproduciHK» aqui dos trosos de Adler que in |ai n luz sobre lo dicho: “El punto de partida para la comprensión de loa suefios fue para mi el siguiente: ¿Por qué sueltan los hombrea sin com­ prender sus suefios? ¿Por qué esta dificultad da interpretación? Despiertan con el sentimiento: ‘Boy he »fiado una gran tonte­ ría. Los mecanismos oníri­ cos son una ayuda. No conceden ninguna impor­ tancia a sus sueOos porque no saben qué hacer con ellos. que camina por una soleada pradera. Según Adler. (La Pstcelsfia. sue­ ña que ha' caldo por la pendiente de una roo«tafia. por ejemplo. si tenemos esto en cuenta. pierda completamente el valor y el siguiente día no comparezca al examen. en donde emerge rráentinamente un magnífico palacio que le llena de gran alegría y entusiasmó.J). sofiará. mejor aún. éste último es censurable por ha­ ber dejado de lado la concepción científica del conocimiento. — 541 — . pro­ blema de la sociedad). Hay aue dar toda la importancia 'que tiene una otra criticH de Adler a Freud. un suefio de an­ gustia. Otro individuo que tenga confianza en sí mismo verá forzado en su suefio el senti­ miento de seguir adelante. éstos existen y tienen fundamental importancia. el estado afectivo producido por él está en nosotros y nos mueve. Pero lo anterior no implica ei desconocimiento de que el in­ dividuo debe superar graves problemas durante su vida. Precisamente por­ que produce ese estado afectivo y no otro. Sofismos para colocarnos en un estado afec­ tivos. No nos ma­ ravillemos que si la afectividad angustiada de este sujeto se ha visto forzada por este suefio. Este hombre se despertará fresco y alegre. y. comprenderemos por qué sofismos. por ejemplo. adop­ tando en cambio una visión mágica. conservando al mismo tiempo el sentido de su estilo de vida.— El individuo se forja ideales de perfección forzosamente. p. Estudiando nuestra vida onírica podríamos ver que cuando alguien está seguro y sabe siempre lo que debe hacer. loe. (14) El Sentido. Por eso Adler dice: "La superación Luego agrega.). no hay ninguna diferencia funda­ mental entre la vida de los sueños y la vida despierta. algún uroblema. la perfección. su­ perarse y conseguir esos ideales. comprobado que en el sueño se produce un afecto. trabaja mos también con sentimientos y afectos cuando nos queremos persuadir de algo" (Ibidem. Lo que se intenta en el sueño es producir un estado afectivo que nos arrastre para poder resolver cuestiones y problemas de la vida cotidiana. 110. de la mosaica y cristiana.— LA S COM PENSACIONES. quiere sobresalir. Í (15) V: Ibidem. la libido sexual desempeña a veces el pficio de omnipotente guía del destino humano. una dirección psíquica que marca un camino de­ terminado. Esa falla se traducirá en dificultades para vivir normalmente. Y he ahí la fuerza impulsora de la actividad psíquica: la voluntad de poder. La psicología ndividual ha. una línea directriz en la cual nos debemos mover. que no se pueden resolver en la vida diurna sin este estado afec­ tivo. Pero esto ya nos lleva a otro tema. 3. sino que tiene objetivos. sabemos cuál era el concepto que Freud tenía acerca de la religión en general y. cit. pp. porque necesita algo para dominarlo. El olvido del cielo fue reparado más tarde mediante la creación del ‘ideal del yo’. 24. no sueña.— E L COMPLEJO DE INFERIO RID AD . 129.$). pues. 98-99). “Así.Las tres cuestiones se hallan estrechamente enlazadas entjre sí de modo que una falla en una solución. Ser hombre quiere decir anhelar la superación. y que conduce a la solución de esta dificultad que no se podía dominar en la vida diurna con los procedimien­ tos de la lógica. el deseo de vencer que lo lleva a obrar. especialmente. el cual quiere seguir el soñador. la seguridad (l<). La crítica tiene especial relieve por cuanto. Cuando nos encentramos ante un probletna se produce en el sueño un estado afectivo. En realidad. inspirado en el concepto de una ideal finalidad de perfec­ ción descrita por la psicología del individuo’” (Ibidem. y el pe­ cado original por el sentimiento de culpabilidad". No se trata. (16) V: Ibidem. de una fuerza cie­ ga. una emoción'. Una persona sueña cuando cree que no podrá resolver en la vida despierta alguna dificultad. (. p. Los horrores del infierno están representados por el inconsciente. p.— LA V O L U N T A D D E PODER. dificulta el hallarla en los otros dos camnos. etc. — 542 — . ptura mayor claridad: “Los hombres han com­ prendido instintivamente que sólo sueña el que no está comple­ tamente seguro de su situación. . etc. — 543 — . p. el individuo se sabe. y en el trabajo colectivo de to­ dos los copartícipes con vistas a la consecución de todos los objetivos mencionados “ (loe. buscando nuevas sendas para ello. Muchas veces el resultado es el fracaso. "La tendencia hacia la autoconservación engloba la comprensión y la evitación de peligros. . considerada como senda evolutiva hacia la perpetuación de una partícula somá­ tica aún más allá de la muerte personal. entonces. (19) Puesto que. pues. de dominio. p. lo ha hecho porque se sintió inferior a sus ideales y siguió pugnando por alcanzarlos (20). y más que saberse. Es de recordar que. la enorme amplitud que tiene la voluntad de poder. por superarse. cercanas o remotas. (17) Ibidem. pp. ya que e! hombre no es un ser aislado sino que está ya colocado desde un comienzQ en una sociedad. El saberse y sentirse menos empuja a ser más (. a quien el sentimiento de inferioridad no deja nunca tranquilo (’9). sino en toda la historia de la huma­ nidad. si bien con algunas variantes y. la colaboración en el desenvolvimiento de la humanidad —con lo que se inmortaliza el espíritu de los colaboradores—. Cuerpo y Alma se adap­ tan a esa tarea para poder pervivir y también — carácter esen­ cial— para poder convivir. si ésta ha progresado. por adaptarse. pero no es así. por eso. surge la acción para llegar a aquél. El que se siente inferior. Bobre todo. prosigue la lu­ cha para alcanzar su objetivo.7). (20) “El movimiento histórico de la humanidad debe ser interpre­ tado como la historia del sentimiento de inferioridad y de los intentos para superarlo" (Ibidem. 71). inferior a su situación. (18) V. generalmente bajo los'nombres de instinto (te prestigio. Ibidem. la ley fundamental de la vida” (. sin este carácter tan fundamental. ade­ cuarse a él. la fuerza de vencer. Este último podría parecer contradictorio.anto somático como psíquico. “ser hombre quiere decir sentirse inferior" (Ibidem.e s . la voluntad de poder. al lado del sentimiento de inferioridad. De la tensión existente entre el ideal que llama y la voluntad de poder. En efecto. co­ mo su fundamento. son admitidas por todas las escuelas psicológi­ cas. para Adler. el sentimien­ to de inferioridad se convierte en el principio de la superación. 52.). se siente. y la tendencia hacia la perfección” .s). la procreación. de lucha. según Adler. el crecimiento corporal y anímico. 71). Se verá. tanto considerada en si misma como en sus consecuencias. 712-72. En seguida agrega: “A su servicio están la ten­ dencia hacia la autoconservación. sigue persistiendo la tendencia hacia el poder y la superación. Y esto no sólo es verdadero en cada hombre. Así. la tendencia hacia el equili­ brio {. uno de los motores del progreso humano. d t. Pero siempre hay distancia entre el ideal que nos forjamos y deseamos alcanzar y la capacidad real para alcanzarlo. de ahí procede el llamado sentimiento de inferioridad.. p. (22) Ibidem. Ya sabemos que hay ladrones que se empeñan en destacarse y perfeccionarse en su arte y. del cual hablaremos dentro de poco. cada ideal realizado es un peldaño que posibilita el pensar en otro superior1. sino que se crea una forma de vida. . el ser radicalmente distinto (negro entre rubios. Logrado un objetivo. El individuo no marcha adelante como en los casos arri­ ba mencionados. E] sentimiento de inferioridad. va no se trata de un sentimiento aislado. se halla poseído e impulsado por un sentimiento de inferioridad1’ (u). (23) Ibidem. por ejemplo. Pero ésta no siempre es concebida de la manera mo­ ralmente más alta. 26. se enorgullecen de él. es el fenómeno constante de las consecuencias del senti­ miento de inferioridad y de su mantenimiento forzado (y) se ex­ plica por una acentuada carencia del sentimiento de comunidad” (:4). . . logrado un buen éxito. — 544 — . un estilo per­ sonal que busca salidas indebidas. el primer acto creador que el mismo realiza utilizando sus aptitudes e impulsado por su sentimiento de inferioridad" (Ibidem. Y eso desde la más temprana edad (2t). puede darse el caso de que el sentimiento de inferioridad sea tan prolongado. Aquí. oue radica en fracasos continuos y que. por tanto. con sus fuerzas y fines. p. Esta comprobación tiene que llevarnos a otros puntos señalados por Adler.. p. p. “Mientras el individuo no cesa de compararse con la perfección ideal inasequible. la debilidad de los mismos. o (21) “La adaptación del niño a b u primer medio ambiente es. cada uno se forja ideales. generalmente. Entre las causas del complejo están. impulsa hacia la perfección. Pero si el centro de investigación ha de ser la conducta del individuo. por tanto. p. resulta que tendencia de superación. sino de un conjunto entrelazado de ellos (es un complejo). son los pilares de la nue­ va escuela (2J). 76). se propone en se­ guida otro. siempre entre los extremos de ansia de poder y sentimiento de in­ ferioridad. (24) Ibidem. que se con­ vierta en un complejo de inferioridad. Desde niño. 85. al que trata de dominar. ñor tanto. “El complejo de inferiori­ dad .de donde el progreso resulta continuo. la inferio­ ridad física: la carencia o deformidad de óiganos. sentimiento de inferioridad y sentimiento de comuni­ dad. En primer lugar. un sentido de la vida que le sirve de carril por el cual discurrirá su actuación a lo largo de su existencia. obedece a causas per­ sistentes.Esta tendencia a la superación busca su objetivo en el circundante. tan invencible. 25. y si la psicología individual quiere lograr éxito en esa investigación. como un estudio sumamente provechoso. esa situación ocasiona la denominada protes­ ta viril (") cuyas consecuencias se ven én muchas neurosis feme ninas. si él mismo es odiado o des­ preciado o pospuesto. Básicamente.viceversa. tanto por ser feo. ilegitimo. Aquí se ve otra discrepancia con Freud: la mujer. 59-73. — 545 — . pp. aunque en ellas se encuentra es­ pecialmente. como si le dirige hacia la independencia y autorresponsabilidad. demasiado alto o gordo. de mayores derechos desde temprana edad. simplemente porque su organismo no responde. También hay que tomar en cuenta las condiciones sociales y económicas. la madre. (26) Puede leerse. según Adler. ello deriva de que aún hoy suele existir una acentuada pre­ ferencia por los hijos varones. etc. envidia al hombre por un órgano que éste tiene y aquélla. pe­ ro se les obliga a usar la mano derecha. los que gozan de mavores liberta­ des y.). (27) La protesta viril contra el ambiente que lleva al fracaso no es propia sólo de las mujeres. pues. Adler ha insistido en la fundamental importancia que tiene ta educación familiar. del propio Adler. in aetemum: para Adler. tanto por el mimo como por el odio. También se da en los hombres. no (la famosa envíe du pénis). cómo la mujer ha sido subaltemizada. El niño mimado quiere ser siembre el centro en todo. aa decir. sordo o duro de oído. Un caso ejemplar a este respecto. como efecto de la si­ tuación social. desaparecerán c tan lo la sttaarián social subordinada de la jnujer haya sido superada. si enseña al niño a atenerse en todo a ella. La diferencia en cuanto a consecuencias es tam­ bién fundamental. pero otros fracasan. etc. como por ser inesperado. el s e r zurdo (**). esclavizada. El ej¿ es la madre. para Freud esa envidia e inferioridad sub­ sistirán mientras subsistan las diferencias orgánicas. dice Adler. Inclusive el ser demasiado bonito. lo consti­ tuye la situación de la mujer. gran parte de la historia nos muestra. miope. Cuando ellas son extremadamente duras fracasan in­ clusive los que hubieran tenido una exitosa adaptación en cir­ cunstancias normales. (26). del respeto a sus derechos. El niño no formará una adecuadá idea del prójimo. contribuyen a crear complejos de inferio­ ridad e inadaptaciones sociales. mujer. También el art. según demuestran numerosos estudios clínicos. si no puede llama«’ (25) Quizá las dos terceras paites de las personas sean zurdas. hecha dependiente. el hogar entero. porque suele provocar mimos. etc. según éste. la que le crea un ambiente para que forme su estilo de vida. inclui­ do en Guiando al Niño. hijastro. tanto si se comporta bien o mal. principalmente en la escuela: muchos superan esta dificultad adicional de la ense­ ñanza. tanto por su excelente como por su pésima conducta. defectuoso. es la familia la que primero forma al niño. la otea de Landis y Bolles: Personalidad y Sexualidad de la M¿]er FWcamente Defectuosa. en general. pp. ser el centro de la consideración ajena (M). (SI) V: m U im . etc. 182*183. ya que éste. excesi­ vamente cuidado. pero luego es destronado. El primogénito o mayor.la atención por sos cualidades. da muestras de la protesta viril (*). demás exagerar su influencia en la deformación del carácter del niño. Sobre todo debe acrecen­ (287 *V6ase a este respecto el magnifico ensayo: The Oaly or Favo­ rite CUM Ib A dut Ufe. (32) V: pp. (29) V: B Señado. (38) V* Briden. El hijo único es mimado. Aquí es preciso incluir los mismos deri­ vados de las enfermedades infantiles. sobre todo si no hay gran distancia temporal. imponerse. a su vez. viene ya for­ mado. Véase también el trabajo de Ale­ la r dra Adler sobre el hijo único. pp.A. incluido en Guiando al Nifto. es más débil y precisa ser más comprendido. 213-222. llamar la atención. por ejemplo. pero tropieza con dificultades naturales. por su propia condición. ocupa el centro de las preocupaciones hogareñas durante ud tiempo. siente un ansia enorme de avanzar a toda velocidad para descontar ventajas (*). k> hará usando el camino del mal: el caso es vencer. cuidado y alentado. El hijo segundo se ve precedido por otro. se cree el centro de todo' y quiere conseguirlo todo sin esfuerzo o por caminos extraviados P ) . — 546 — . p.. 179-178. pp. si los padres carecen del ne­ cesario tino. si bien se han presentado problemas también en niños que tenían un año cuando nació el siguiente). Situación similar se presenta si un hermano «quien! es. 178-178. (33) V : OMjia. tres años o más. ante los privilegios de los varones. el hijo menor es corrien­ temente mimado y tiene un gran deseo de superar a los demás (®). reales o supuestos. con oportunas compensaciones. También el articulo de Seidler sobre riválidad e d m hermanos. 128-138. de A. Estos celos frater‘ nos son difíciles de evitar. destronado por otro que nace luego (®). principalmente cuando hay mimos y preferencias. sé halla más próximo al fracaso. tan magníficamente apro­ vechadas por los nifíos para convertirse en pequeños tiranos. surgen graves dificultades cuando el niño se acos­ tumbró al trono (tiene. En cuanto a la dureza disciplinaria. quiere superarlo. recibe un niño que. lo malo. en cuanto a lo esencial de su estilo de vida. la escuela prosigue la tarea hogareña. 205-210 de Gafando al NUo. Brill. La hermana. 178. Mimados y castigados suelen tener la tendencia a escapar del mundo real viviendo en un mundo de fantasías. Adler ha profundizado también el estudio de la posición re­ lativa que tienen los hermanos. Por fin. se presentan odios y deseos de muerte contra él destronador. Por su lado. pero puede mejorar lo aue tiene de bueno o contrarrestar. pp. pp. pp. 178-182. incluido en An Oatliae of F n c k t m M i . se convirtió en el mejor orador ateniense. buscan ser com­ pensados por medio del éxito. de desarrollar lo bueno. Stekel insistía también en la capacidad tera­ péutica del ansia de vivir. se inclina a la promiscuidad para sentirse amada v admirada. El niño débil sigue un régimen severo que lo convierte en un adulto fuerte y bello. sentirse inferior al ideal lle­ va a desearlo y buscarlo más. según vimos. desemboca en un complejo de inferioridad.. pero quedando siempre en el terreno de lo socialmente loable. Sin embargo. el hombre puede sacar provecho de todo y al­ canzar su ideal. 56. (35) V: Ibidem. pintando cada voz mejor. (34) V: La Psicología. Otros casos son aún más claros. ser un luchador" (La V o tn M 4? ** r. IB). a veces muy acen* tuados (*). busca perfeccionarla. hay también el deseo de sobresalir: pero se sobresale en lo indebido. P. Ya hemos visto el caso de quien. Como vemos. en lo desagradable y lo antisocial (*). 37. etc. . sus parcialidades y pri­ vilegios pueden formar también un ambiente favorable al comple­ jo de inferioridad. sino que la reavivan.tar el sentido de comunidad para que no aparezcan condiciones fa­ vorables al complejo de inferioridad. asalta un banco '«ara demostrar su valor o es el ejemplo de todos los vicios. fuera de la pobreza hogareña y de sus. apren­ diendo y sacrificándose. es frecuente encontrar entre los pinto­ res a individuos que tienen defectos visuales. a fin ae que ésta no se encamine n a l ni se abandone. En estos casos. hasta el completo de inferiori­ dad. desarrolla sus capacidades intelectuales o sentimentales hasta des­ tacarse entre las demás. es utilizada precisamente para lograr el triunfo. En elt caso de los sentimientos de inferioridad. et del niño tímido y miedoso que quiere demostrar valentía y hie­ re o tiraniza a sus compañeros. etc. — 547 — . El pintor que no está satisfecho con su obra. . el de la mujer que.. ya sabemos que ellos impulsan a la superación. es evidente que no siempre se producen estas compensaciones loables. de no ren­ dirse y aconsejaba aceptar lo que deefa el ppeta: “Vivir sifni fica . la mala organización económica general. Por ejemplo. Por fin. Detnóstenes. o cambiarlo. p. que tenía graves defectos de pronunciación. A veces. inclusive se da una sobrecompensación: una causa que pudo llevar hasta el fracaso. Así. p. Por eso hay que dar a cada persona un ideal adecuado de lucha. en un terreno apto para engendrar compensaciones y aún sobrecompensaciones. etc. sabiéndose fea. Una mujer que se sabe poco atractiva físicamente. injusticias. Sentimiento y complejo de inferioridad no destruyen el ansia de superación. humanidad o incluso 'ideal del yo'). <ff) “E s sismiae U carencia del sentimiento ds. Para tostado. Entonces sobre­ viene la inadaptación: neurosis. degeneración. la sociedad entera. formado durante su vida. 81). que éste sea anormal pe no estar completamente desarrollado o por ha­ berse dí uto)1' o en una dirección equivocada. lo que es viudo no silo para él nifio. 1c tue. Es. ahora vamos a explicar en qué consiste. 31). primero. cuenta con un sentimiento d e com unidad . en el seno del hogar don­ de se plantean los conflictos iniciales por el dominio o por la cooperación. o. El problema de la comunidad es planteado originalmente para el niño en sus relaciones con la madre que es el primer “tú ” con el cual le toca enfrentarse.noUo psíquica deben su erigen e impulso a las conexiones con loa demás. sin que «1 nombre que le demoe tenga importancia (solidaridad huma­ n a «sopotarfór. sino para toda la humanidad“ (IWisai. criminalidad í37). — 548 — . por ejemplo— logran una adecuación a t i mismas. "Nuestra miaUn ea hacer del nifio un instrumento del progreso soda!» Este es el núcleo de la pricotngla individual como conespette del mundo” ObMam. especialmente en los pri­ meros años y a cuyo impulso «acoge como compensaciones o sobrecompensaciones modos de conducta que están de acuerdo con los intereses e ideales sociales. por fin.— Decíamos antes que el hombre no es un ser aislado tino que vive dentro de una sociedad. a ). luego el escolar y. la que VMtoa ana p n f aredfia tasufletento para enCrsntane ecn to­ tee ke proWsasas de la vida" (B M U * etc. significa una preparación que llevará ai choque con los ideales de la socie­ (N) "Estamos uonveaddoe de que todos loe problemas del desa­ . Ambientes hostiles. p. Ahora bien: d to n a s circunstancias —las que hemos men­ cionado antes— pueden hacer que él niño. p. teniendo que ade­ cuarse a la comunidad. El ambiente familiar. se ve impulsado por ella y así se supera. luego. con ideales distintos a los corrientes —hogar criminal. sabiendo que sus derechos terminan donde comienza los ajenos {*). 4. A este sentimiento lo hemos citado ya en las páginas anteriores. el adulto no formen un cabal sentimiento de comunidad. El hombre busca esa adecuación. pandilla delincuente. comunidad. en conexión con sus semejantes.¿Fot qué cria diferencia entre los que compensan bien y los que no compensan o lo hacen mal? Poique los primeros poseen sentimiento de comunidad y los segundos no. y.— EL SENTIMIENTO DE COMUNIDAD. según Adler. deben contribuir a que se forme un recto sentimiento de comunidad. en resumidas cuentas. «ues.. Tales experiencias no nos proporcionan nun­ ca nada nuevo. por lo menos carente de las imperfecciones de las sociedades de este mundo. Sin embargo. de dónde sabemos esto. Desgraciadamente. etc. el cumplimiento definitivo de la evolución. 5. el óreano afectado funciona de tal manera que busca corregir la nrooia deficiencia. otros protestan contra ello. Se preguntará desde luego. IJámase a es­ to posición especulativa o “transcendental“ . Pudo comprobar que. en la escuela.— Los prima­ ros trabajos de Adler versaren acerca de las anormalidades físicas. Tan sólo la idea global puede enlazar en un conjunto estas circunstancias y hechos aislados. con eso se aban­ dona el campo estrictamente empírico para entrar en otro ajeno. Unos lo encuentran bien. y lo que se dice del diagnóstico puede también afirmarse de cualquier co­ nocimiento teórico del individuo. ante todo. Pero proce­ diendo asi detendríamos Zas posibilidades de evolución y cual­ quier idea nueva. con gran consecuencia consiga mismo. — 549 — . si ellas existen. No se trata. Lo mismo sucede en el organismo entero cuando una de sus partes falla. Toda idea nueva está más allá de la expe­ riencia empírica. no hay ciencia que no desemboque forzosamente en la Metafísica. sociedad perfecta. No existe en la realidad. sino que es un objetivo meramente pensado. en modo alguno. sino de que el objeti­ vo que fuere más apto para la perfección debiera ser tal que representara la comunidad ideal para toda la humanidad y. o de las aplicaciones cute nodrán hacerse en el seno del hogar. un diagnóstico tiene que hacerse no sólo en el estudio de la psicología. Adler lo reconoce pero. de una comunidad o sociedad actual. el grupo de trabajo. con ello.dad normal. sino también de la sociología. afirma que eso es necesario siempre (*). Por eso.. trata de compensarla. el afán por una forma de comunidad aue fuera concebida como eterna. Evidentemente. tal c^mo podríamos representárnosla en el caso de que la huma­ nidad hubiese alcanzado ya el objetivo de la perfección. hay que aclarar que la sociedad hacia la cual uno tiende. Seguramente no por la ex­ periencia inmediata y he de reconocer que tienen razón sobrada aquellos que encuentran en nuestra ‘Psicología del individuo* vestigios de una Metafísica.1Y a esta verdad no obsta el hecho de que (381 "Sentimiento de comunidad quiere decir. cuando ha influido tan hon­ damente en la vida de los hombres y en toda a i evolución '’ (lbfc dem. que busca como meta de las propias actividades y a la cual desea adecuarse no es una sociedad real sino ideal. No veo la razón por la cual deberíamos tener a ésta.— LAS AN O R M ALID A D E S M ENTALES. 212). ni tampoco de formas políticas o religiosas. p. existe gran número de personas que tienen un concepto completamente equivocado de la Metafísica y que quisieran excluir de la vida de la humani­ dad todo cuanto no pudieran palpar directamente. así oora el aue. 272 y ss. por ejemplo. luego. pp. los ata­ que«. de refugio y de mecanismo de seguridad. aguas.1 sentimiento de in­ ferioridad” Ó . facilitando el camino a reacciones hipo­ condríacas. pero sufriendo y haciendo sufrir (c ). la impaciencia que. se encierra en el capullo que ha fabricado. no pertenece total­ mente al mondo féal.. se encontraré un buen resumen ie las teorías de Adler acerca del origen de las neurosis. El individuo se siente deficiente. a la humanidad. p. los estertores neuróticos se convierten así en arma secreta. 279-283. como uoa crisálida. porque la compensación supone consumo de una especial energía nerviosa (w). El neurótico. sumada a la hipersen- (39) Bjerre. e lt. en este ultimo caso. Eli el otro extremo. la realidad le resulta ingrata. sufriendo en él y que. los ata a su lecho de enfermo y le permiten convertirse en un tirano v dar rienda suelta a su ansia de dominio: los desmayos. se halla muchas veces el genio. Lo primera que se comorueba en los neuróticos es que son hipersensj&les y aue este rasgo es “expresión He. se desprende del mis­ mo. descubrimientos científicos o creaciones artísticas. salvándose en algo de las agresiones ex­ temas. causa de muchos triunfos. En medio. inferior a otros. - <*>0 — . ji 119 Hn esta obra. pues. 117-135. por eso. tenemos al degenerado que ha roto todo con­ tacto con el mundo externo y que vive exclusivamente en la pro­ pia fantasía: los posibles triunfos reales no le llaman la atención. mortificado por el ambiente. op. (40) Ibblan. En este reino interno se puede obtener lo que la realidad extema niega. pp. se puede decir que el genio sublima a la realidad. pues éstas pueden atraer la aten­ ción ajena o la propia. busca introducirse en un mun­ do de fantasías que le sirven. pero »u fantasía le sirve para adentrarse a su tiempo. . al mismo tiempo. no que se desprende de ella totalmente. para eüo se crea una serie de reacciones sintomáticas que le permiten flotar entre dos.a veces la compensación sea imposible y conduzca a una nueva debilidad sobre todo. En un extwmo. para beneficiar con inventos. Por eso. Pero es preciso distinguir entre las distintas personalidades que buscan huu de) mundo.41) El Scatido. etc. El paso a la anormalidad mental ya podemos apuntarlo a partir del estudio de las físicas. deseoso de atraer la atención de sus parientes y no lográndolo por medios socialmente aceptables. presenta graves apariencias dé enfermedad que preocupan a sus familiares. se halla el neurótico que quiere huir del mundo por medio de la fanIgsiq pero que también pretende triunfar realmente en él. pero sólo logran meterse por caminos equivocados (**). pero lo hacen en campos socialmente inútiles y per­ judiciales. así. 140. Por tanto. El neurótico es una persona que. guardar las apariencias. es evidente que tiene muchos puntos de contacto con fas demás formas de inadaptación social. es el que hace aparecer el síntoma. quieren.— Ya de lo anterior podemos deducir lo que Adler piensa acerca del mecanismo delictivo. desemboca naturalmente en hiperemotividad que busca seguridad y superación. por tanto. p.sibilidad. la neurosis es “un intento de evitar un peligro mayor. por falta de sentimiento de comunidad. el cuadro sinóptico de la p. “el factor exógeno (lo proximidad de una tarea que exija cooperación y solidaridad). (43) “La hom*osexualidad no depende en absoluto de las hormonas". por­ tarse como héroes. los que padecen de deficien­ cias orgánicas. 129). se hallan entre los más dispuestos a tomar el mal (42) Ibidem. el suicidio. 8. Son clarificadoras estas otras expresiones: el neurótico "se asegura” por medio de su retirada (p. Los delincuente? buscan com­ pensaciones. pro­ blemas que muchas veces se originan en la nropia personalidad del neurótico. Los niños mimados. la neurosis y la neuropBicosis. pero menos que si los en­ frentara y fracasara. Ibidem. En primer lugar. (44) Ibidem. Y lo mismo puede de­ cirse de los pervertidos (4J). en efecto. sufrirá. asemejarse a la divinidad. p. sobre todo en cuanto a la impor­ tancia de los factores externos.— EL D E L IT O . el sentimiento de comu­ nidad ausente es la clave de la explicación. — 551 — . Aquí también. la criminalidad. “La neurosis es la utilización de las vivencias de shock como defensa del prestigio amenazado" (p. también ellos. oculta su falta de valor. (45) Véase a este respecto. 130). 6 . loe odiados. de ese modo. se ha­ lla mal preparada para resolver los problemas de la vida. 167 de La Psicología. p. un intento de mantener a toda costa la apariencia por lo menos de que uno no deja de poseer valor y de que se halla disDuesto a pagar todo lo que esto cuesta — ¡oh dolor!— sin abandonar por eso el deseo de alcanzar este objetivo sin pagar el costo” (42). etc. las toxicomanías y las perversiones sexuales” ("). se retira permanentemente ame ellos por­ que cree que. la educación difícil.t 123. sí. Pero el neurótico vacila ante loe grandes problemas de los vida. La mitad de los que llegan a cometer un delito son trabajadores sin una profesión deter­ minada. durante una crisis econó­ mica. etc. Pero las cir­ cunstancias momentáneas tienen también enorme importancia. por la acti­ tud de disconformidad y protesta que asumió desde su más tem­ prana edad (47). y de que con cada delito qUe llevan a cabo les hacen una mala jugada a las leyes y a sus defensores. Sus recuerdos más {fjanos de infancia le muestran siempre — 552 — . Si queda convicto y sorprendido in fraganti. pue­ de suceder que éstos se agraven a causa de influencias que escapan al control del individuo: por ejemplo. un gran desorden político. en la sociedad. Investigando hasta la infancia los orígenes de la propensión a la criminalidad. No trabo amistad más que con gente de ni­ vel inferior al suyo. el mimo o el descuido como motivos principales que determinan el desenvol­ vimiento del estilo de vida hacia la criminalidad. (46) “El Complejo de inferioridad se hace constante tan pronto co­ mo el fracaso se deja sentir en la linea de la comunidad. demostrando así lo reducido de sus sen­ timientos amistosos.camino. se ha­ llará dominado por completo por la convicción de haber omitido algún nimio detalle y que esto fue lo que le perdió. pero. p. no hay acaso ni un solo cri­ minal que no haya cometido más delitos de los que se le acusan. Era el hijo mayor de una familia muy honrada. así. que fracasaron ya en la escuela. las inferioridades orgánicas. revelando así su sentimiento de inferiori­ dad. en la escuela. Sin olvidar que el niño cria­ do en condiciones inferiores. existen personas que tenían suficiente educación como para su­ perar normalmente los problemas corrientes de la vida. Un gran número de los criminales detenidos por la policía sufren de enfermedades venéreas. sefial de la insuficiente solución del problema del amor. encontraremos. Me enviaron ese joven antes de que se descubriera su delito. desde luego. haciendo abstracción del. 102). El es quizá el motivo más frecuente entre todos" (El Sentido. junto a la actividad precoz y mal empleada. Siempre se había mostrado extremadamente ambicioso y en toda ocasión quiso desempe­ ñar el papel de jefe. A pesar del gran riesgo de te­ ner que cumplir una pena previa de 3 años en caso de reinciden­ cia. el pre­ ferido y muy mimado de su madre. etc. volvió a apoderarse poco tiempo después de una peque&a cantidad. Su delito consistió en el hurto de una respeta­ ble suma de la caja de su jefe.. considerable número de crímenes que quedan sin aclarar. era un muchacho guapo. que fue puesto en libertad provisional tras seis meses de prisión. No buscan sus amistades sino única y exclusivamente en­ tre gentes de su estofa. se halla nial preparado para adaptarse a la sociedad normal. (47)) He aquí un caso sacado de la experiencia de Adler: “N. Su complejo de superioridad proviene de la convicción de que son superiores a sus victimas. en el amor. que él considera injustas. En efecto. junto a los rasgos hostiles de carácter y a la falta de senti­ miento de comunidad. El criminal realiza su delito en la seguridad de que no será descubierto si se las sabe arre­ glar bien. por falta de sentimiento de comunidad í46). en beneficio propio. (w). aparte de su afición a las golosi­ nas. como vimos. Realizó su hur­ to cuando se le presentó ocasión. el repliegue ha arrastrado tras sí no sólo a la afectividad fugitiva del mundo real. incluido en las pp. sin embar­ go aún en sus sueños se acordaba de que esto no es posible en la cárcel. Ya en la cárcel. Suefios de fantasía y situaciones asimismo soñadas en las cuales ¿1 era siempre el héroe. Intenta con astucia ser fuerte y triunfar sobre los demás” (La Psicología. Un criminal no lo tiene. desde luego. en persona: abandona­ das (descuidadas) durante su infancia no podría ser ya un secre­ to después de lo que venimos explicando. Citamos este caso no sólo porque es clásico dentro de la forma en que Adler explica la criminalidad sino porque. 223-236 de Guiando al Niño. y otros en estados semejantes. s manifiest el predominio de la afectividad que impide. psicóticos. Su segundo hurto —el de menos importancia— lo realizó como protesta contra la condena condicional y contra la colocación de escasa importan­ cia que le habían asignado en aquel entonces. el fruto del trabajo de los de­ más. se trata de falta de valor para adaptarse socialmente venciendo las grandes dificultades que su­ pone la vida honrada (*). al mismo tiempo. en momento en que su padre habla quedado sin colocación y no podía atender como de costumbre a las necesi­ dades de la familia.En el fondo. En el neurótico. etc. que lucha en el mundo real y que quiere dominarlo por medio de esa actividad. Considerar la criminali­ — 553 — I . por poco que sea su conocimiento de la criminología freuaiana. como se verá. por ejemplo. el convencimiento de ha­ llarse predestinado al éxito con toda seguridad. pp. etc. Sobre el niño odiado. persona que se había formado desde su infancia una opinión tal de la vida. hacer la diferencia entre el criminal y otros inadaptados. El hecho de que este tipo se encuentre preferentemente en niños mimados y. En la casa en que cometió el mayor de sus robos se vio rodeado de gente muy rica. 34). de mostrarse superior a su padre. Este sueño revela. El criminal es un ser activo. esa intensa actividad para superarse. 104-105). criminales neuróticos. Dejando de lado. soñó que le servían los platos que más le agradaban. véase el tra­ bajo de Holub y Zauker. más o menos consciente. (48) “En los actos fracasados de un hombre no podemos hablar de valor. lo contrario sucede en estos inadaptados. los ca­ sos evidentes en que estas formas de inadaptación se presentan juntas. que se cree autorizada a aprovechar. (49) “La estructura del criminal muestra claramente el estilo de vi­ da de una persona provista de gran actividad pero poco propen­ sa a la vida en común. Conviene aquí. Se puede decir que mientras en las personas normales el altruismo vence al egoísmo. pero en un papel pasivo y nunca desempeñando un activo papel. en cambio. su protesta contra el fallo que le condenara" (ibídem. p. en cuanto al psicòtico. con el objetivo. con menor frecuencia. sino también la inteligencia. cual1 quiera se dará cuenta que Freud pude sx los hechos de manera totalmente distinta. caracterizan su anhelo ambicioso y. (50) Por ejemplo. (51) El penalista español Jiménez de Asúa. p. éstos huyen antes de haber sufrido la derrota y porque la temen y esperan. etc. Dice Hamlet: ‘Esta nube. el*. eso sucede con sus estudios acerca de los niños mimados. directores de correccionales. a un camello" (El Sentido. o juzgarla como consecuencia de las formas primitivas de la perversión sexual infantil (haciendo in­ tervenir tal vez hasta el mismo ‘complejo de Edipo’). primogénitos.. 79). Plantea la necesidad de conciliar el dad como un autocastigo. etc. como vimos. Su concepción de las neurosis corresponden en buena medida a la realidad (p°). se hayan inclinado a asimilar y seguir más las indicaciones de Adler que las de Freud (*)• Sin embargo. los otros las rehu­ yen encerrándose en sí mismos en mayor o menor proporción. a quien encantan las metáforas que se le presentan en la vida real. Lo mismo puede decirse de otras consideraciones acerca de las influencias del ambiente general. 7. Muchas de sus conclusiones pueden ser aceptadas inclusive por quien no participe en sus puntos de vista teóricos. son pro­ cedimientos fácilmente refutables. acepta sus res­ ponsabilidades« aunque da respuestas erróneas. En cuanto al suicidio. se deja prender con demasiada facilidad en los lazos de similes y comparaciones. Es verdad que la teoría de éste tiene un mayor vuelo. 9-14. etc. — 554 — . La psicología individual. una vez llegados a la com­ prensión de que el hombre. ¿no se parece a un camello?' y Polonio le contesta: “Desde luego. Horney se adhiere a la tesis de que las neurosis provienen del deseo de lograr mecanismos de puridad ’rente a la hostilidad ambiental. para Adler no es sino otra forma de ataque proveniente de la carencia de sentimiento de comunidad. por el contrario. penitenciaristas. V: El nuevo Psta ili pp. es innegable que el esquematismo adleriano po­ co puede envidiar al de Freud en su afán de simplificar excesivamen­ te los fenómenos de la vida.mientras el criminal persiste en la sociedad real.— A PR E C IA C IO N C R ITIC A . por ejemplo. logra sus mejores éxitos en sus aplicaciones a ella. pegada de cerca a la rea­ lidad. muestra esa preferencia. V: ob. Aquel busca el combate. de eso mismo derivan muchas de sus flaquezas. pero. Y no es poco el mérito que puede atribuírsele por el hecho de haber mostrado la inconsistencia de muchas de las tesis de Freud.. descuidados.— La simple práctica de todos los días nos muestra casos que se adecúan esencialmente al esquema trazado por Adler. padres de familia. entre otros. odiados. lo que ha sido demostrado porque pedagogos. en Mira y López. Expone los casos en que surge un complejo de in­ ferioridad. en este lugar. Idem The C ontat «f the P in k o ie i (pp. Sus conquistas permanentes actuales probablemente sean mayores que las del psicoanálisis ortodoxo (aunque éste haya abierto mayores horizontes para el futuro). 25M71 del Omhie of Psychoanalytfa). Durante la primera.— LA T E O RIA D E JUNG Y SUS A PO R TES A LA CRI M IN O L O G IA . Mu­ (52) Una síntesis de las criticas mencionadas. Jung se atuvo a las pruebas experimentales y se mantuvo adherido a la realidad. hasta desem­ bocar « i una auténtica metafísica. cli. nos hemos de atener a lo establecido por la psicología analítica con sólo bre­ ves referencias a lft compleja <P). nos hemos servido de Jung: M Psicológicos. supieron superar la cri­ sis O52). pp 111-208. en la segunda.ansia de dominio con el sentimiento de comunidad. oh. Pe­ ro obra unilateral que Drecisa ser complementada. pero deja en la oscuridad el por qué otras personas que se hallaban en las mismas circunstancias. aunque sus explicaciones se relacionan claramente con la axiología. Manual de Psicología pp. 218-254 del Outline menekmado): Mira y López: Lee tw h im stw del PricoaaálM». 155-183. el de mu­ chos delitos políticos). Jung fue cabeza de la denominada escuela de Zürich. II JUNG 8. por eso su interpretación del delito resulta inadecuada para muchos casos concretos (por ejemplo.. cuando trata del delincuen­ te. los tonas derivaron paulatinamente de la experimen­ tación a las construcciones cada vez más abstractas. — 555 — . que pronto se apartó de las líneas directivas señaladas por Freud. Obra fecunda. Hinkle: Aa b M k I m to Ana­ lytic Psychology (pp. 177-179. pp. (53) Para redactar este acápite. sin embargo deja de lado.— Se ha señalado que la obra de Jung puede dis­ tribuirse en dos épocas distintas: la de la psicología analítica y la de la psicología compleja. Y. Por eso. pues. Idem. con lo cual no hace otra cosa que resucitar una antinomia expuesta clarísimamente desde antiguo. las valoraciones implícitas en el Derecho Penal y por ello cae en generalizaciones. desde el comienzo d. Es indudable que dicha prueba puede ser utilizada con mucho provecho en Criminología para tener una visión rápida y de con­ junto acerca de la personalidad del delincuente. Pero mantiene la creencia del maestro en el determi­ nismo psíquico.P o r eso se compara la libido jungulana con el “élan vital" de Bergson (V: Contení of thè Pslehoses. 185. en la misma obra. de la sexualidad adulta.chas fueron las divergencias. Por ejemplo. Dios. El hallazgo más impor­ tante logrado con este método es. se contrapusieron otras concepciones. la prueba de las asociaciones libres. pueden encontrarse en Mira y López: Manmal. pp. Jung reemplazó.) y permiten darse en breve tiempo. Esta prueba se realiza en condiciones similares a aquélla. pp. de los cua­ les hablamos al tratar de biotipología.. p. Jung propuso una noción de. 186-188. 267). para el maestro zuriqués. Casos concretos tocantes a problemas comunes de la vida o a delitos. se reproduce la lista de las cien palabras tipo. en cuanto método. Por otro lado. el de los tipos psicológicos introvertido y extravertido. Mayor utilidad aún puede prestar a la criminalística. desde nuestro punto de vista.libido que excedía en mu­ cho a la freudiana. en Mira y Ló­ pez. p. pues por medio de palabras inductoras debidamente introducidas entre otras más o menos neu­ tras. (55) Véaselas en Ibidem. expuestos. sin crítica previa. así. tales palabras están relacionadas con los problemas principales de la vida (amor. odio. pp. por la prue­ ba de las asociaciones determinadas de propia creación. efe. libido es el principio que engloba a toda fuerza que imptdsa a la actividad psíquica (**). quien lo desee. se le dan palabras a las cua­ les debe asociar. Los Fundamentos. con lo cual queda superado uno de los obstáculos principales de la técnica psicoanalítíca ortodoxa C56). Durante sus primeros estudios. pero en vez de dejar divagar libremente al sujeto. — 556 — . (56) La prueba ha logrado gran difusión. es más que lo sexual. 159-161. por ejemplo en relación con la in­ terpretación del complejo de Edipo o la explicación del origen de las neurosis. etc. una idea acerca de la personalidad del paciente investiga­ do. un aparecer antelado. Para Jung. de Freud. padres. aunque lo comprende. si bien haciendo algunas aclaraciones (^5). la sexualidad in­ fantil no es otra cosa que un adelanto. las que se le ocurran. etc. la escisión. La prueba se vuelve aún más exacta cuando se adaptan aparatos para medir las alteracio­ (54). Es suficiente apuntar estas discrepancias pa­ ra darse cuenta de las que siguen. puede ha­ llar los variados tipos de asociación. pueden lograrse buenos resultados. 258-262. la necesidad de explicar la naturaleza y origen de tales formaciones lo llevó a intentar crear una anatomía. — 557 — . su es­ cuela no ha trabajado en este sentido. la psicología compleja (o de los complejos). no podemos señalar otros de Jung a la Criminología. Como antes había suce­ dido con Freud. Jung pudo descubrir mu­ chos complejos. v: ibídem. (57) Como lo ha hecho Rosanoff. anterior y más profundo que el individual. lejos de arro­ jar luz sobre las teorías junguianas las ha tomado aún menos pe­ netrables. pp. Desgraciadamente. 162463. fuera -de este aporte metódico de gran va­ lor. eso lo condujo a la labor de su segunda ¿poca. fisio­ logía y patología de la psique con métodos muchas veces alejados de los propios de las ciencias experimentales.nes corporales simultáneas capaces de ser interpretadas como sín­ tomas correlativos (57). Sus conclusiones son abstrusas y la afirmación de la existencia de un inconsciente colectivo. Con la aplicación de esta prueba. . en que sólo se tuviera en cuenta el interés común aun destruyendo la individualidad. sin freno ni medida. en realidad no lo eran. ahí están los millares de delincuentes. Lo que se busca es un com­ promiso-entre el individuo y la sociedad. prostitutas. de educarlos. no la anulación de . vagos. No puede haber quien predi­ que un ideal humano de este tipo. toda misión hubiera sido cumplida satisfactoriamente. el individuo se puso en contra de la sociedad normal. en que la personalidad de los miembros nada importara. Por descontado que esa adaptación no es siempre fácil. como si al domesticar ella a sus integrantes. De ahí por qué. sino de do­ mesticarlos. son formas de conducta seguramente necesarias para la conservación del indivi­ duo y de la especie. en el más amplio sen­ tido de la palabra. eso estaría bien en una sociedad animal. de encausarlos. de ser ple­ na y directamente manifestadas. pero apenas cabe imaginar lo que el mundo sería si se manifestaran totalmente. desde los primeros días siguientes al naci­ miento comienza no la tarea de anular los instintos. de modo que. con los instintos. alcohólicos.CAPITULO XI FORMAS DE ADAPTACION SOCIAL 1. mendigos. al asimi­ larlos. por ejemplo. viciosos.ano — 559 — .—L Cada ser humano posee tendencias que. Tampoco el problema puede ser enfocado sólo desde el lado de la sociedad. parásitos para demostramos o que la socie­ dad no tuvo éxito' en su tarea o que los modelos que se presenta­ ron como ideales. imposibilitarían la normal adap­ tación a la sociedad. Eso sucede.— TENDENCIAS IN D IV ID U A LES Y A D A P T A C IO N SO C IA L . que hoy constituyen tema en la nftyor parte de los propios libros de Psiquiatría. El mérito de haber iniciado una investigación sistemática sobre estos mecanismos. lo que se busca por medio de la adap­ tación mutua es que ambos sobrevivan. se atiende m is bien al crite­ rio freudiano. anular. (3) Véanse dos casos. Brannam y Kutash: Enciclopedia of Crtminology. — 560 — . es mejor ha­ blar de los mecanismos de adaptación en general. entre las cuales. Los An­ damentos del Psicoanálisis. Si optáramos por referirnos sólo a los mecanismos compensatorios. Cameron prefiere moverse dentro de los marcos señalados por el conductísmo. (1) Creemos que. y hay quienes admi­ ten los mecanismos como hechos indiscutibles. en cambio. pp. aún a costa de embrutecer. el ser humano tiene una maravillosa plasticidad de adaptación a la que recurre a fin de lograr dos objetivos al mismo tiempo: satisfacerse a sí mismo y. y no sólo de los mecanismos de compensación. sin que la visión de aquéllos se oscureciera (*). sin embar­ go. la práctica ha demostrado que no es necesario aceptar toda la teoría psicoanalítica para tener una explicación satisfactoria de estos mecanismos. Sin embargo. corresponde sin duda alguna al psicoaná­ lisis. ( Pasamos a estudiar en detalle esos mecanismos. enfermedades mentales. Estos son menos que aquéllos.— o a la sociedad —formas antisociales de conducta. Paiaotatria. pp. el delito— . 80-87. desde el punto de vista criminológico.15-40.. 141-186: Noyes. Mental Mechanisms. sino también que sus aplicaciones terapéuticos son indudablemente beneficio­ sas. las agresiones y retiradas directas que. otras escuelas los han asimilado a sus propios principios.no dañar a la sociedad. (2)) AI respecto pueden verse: Mira y López. 234-242 (art. Manu l de Psicologfa Jvidlca. pero su importancia es tal. Mira y López. en los cuales quedan incluidos. Esos mecanismos de adaptación (') serán estudiados en este capítulo con cierto detenimiento dada la importancia que asumen en la explicación del delito (2). tendríamos que dejar de lado. pp. ni la socie­ dad sea suprema reguladora en todo. pp. Por suerte. 24-29 ídem. Cameron. 60-67 idem. Psiquiatría Clínica Moderna. etc. lo que demues­ tra no sólo que se trata de hechos incontrovertibles. The Psychology of Behavkw Disorders. sin manifestar la necesidad de explicarlos a través de una u otra escuela exclu­ sivamente.de ellos en interés del otro. o enloouecer a sus componentes. a veces llevan una di­ rección torcida y lo flue se obtiene es precisamente un resultado que daña a la personalidad —complejos. Pero. los mecanismos que pone en marcha. por ejemplo. que ni e! individuo triun­ fante con sus tendencias sea un elemento destructor. implican un intento de adaptación. de hecho. de Leland Híñale. pp. pp. Ante el problema que suscita una situación cualquiera. principalmente omisivos y culposos. la’ retirada busca que desaparezca el sujeto. por cuanto todo depende del punto de vista que se adopte. Pero puede llevar a conflictos inter­ nos. será la única forma adaptativa posible. pero pueden eventualmente causar otros. sólo en contadas ocasiones pueden ser utilizados direc­ tamente y puros. que es el miedo. formas temperamen­ tales infantiles que se toman raras entre los adultos. tal como lo vimos. que salva la sociedad y los intereses individuales. es también un meca­ nismo basado en una emoción primaria. Su existencia es general. etc. cuando se produce una agresión ante la cual no queda sino la legítima defensa. de técnicas más refinadas. las reacciones ansiosas. pero sus manifestaciones directas pueden llegar hasta imposibilitar la adaptación social y son fuente de innumerables delitos de los más graves. como por ejemplo. En cuanto a la retirada directa y pura. Por ejemplo. como que es una de las reacciones emocionales pri­ marias a que se refiere el conductismo. Cameron parte de los dos sentimientos prima­ rios de agresión y huida (cólera y miedo). Estos últimos pueden presentarse inclu­ sive en las naturalezas que no se inclinan a la agresión. El mecanismo agresivo es poseído por todos y desde tem­ prana edad. a la timidez.— Estos mecanismos de adaptación. Pero tomar la costumbre de echar mano continuamente de este mecanismo es claro que ha de crear m¿. sólo pocas veces es posible lograr una solución total por medio de la agresión y de la huida. Si 'a agresióp trata de resolver un conflicto por medio de la elimina­ ción del objeto. pero que llegan a sus formas más violentas como efecto de un miedo exa­ gerado. Como hizo Alejandro con el nudo gordiano. el sujeto abandona el campo y evita la contienda.— A G R E SIO N Y R E T IR A D A . al tratar de los sentimientos y del complejo de in­ ferioridad. Clasificarlas es ta­ rea difícil. Es frecuente cuando se tiene certeza o casi certeza de que la agre­ sión está destinada a fracasar.<¡ problemas nuevos que los que quedan resueltos. Ante los problemas suscitados por la vida social. siendo una variante del mismo los denominados berrinches infantiles. ñor eiemolo. Muchos de estos actos de retirada evitan la comisión de ciertos delitos. fuera de los derivados de los conflictos in­ ternos mencionados. puede caber la reacción agresiva. entonces.2. la tentativa de destruir el objeto que representa la dificultad. algunos mecanismos son — 561 — . Algunas veces. generalmente hay que echar mano de mecanismo« más complicados.. — 562 — . y que comprendería la negación del deseo. en rea­ lidad no son sino variedades de mecanismos adaptativos más amplios. junto con otras. Razones que. tendríamos los mecanismos de escape. aunque adquieran lugar aparte en las clasificaciones. Al pasar del tiempo. son compensadas por medio de ciertos mecanis­ mos. Entonces. malhumor o fingiéndose enfermo. la represión y la fantasía (4). la compensación. para no que­ dar perpetuamente reprimidas creando así una fuente de desequi­ librios anímicos. como el mentir. gritos.— EL LLAM AR LA ATEN CION . a v:ces. en que la tendencia es realizada. Mira y López toma en cuenta la existencia de tendencias irrealizables. Es también difícil determinar de manera definitiva. por su finalidad última. nos-Jlftmos de sumar a este criterio.. es en que el fondo del mecanismo tiene carácter inconsciente. por medio de rabietas. En lo que todos estarán de acuerdo. pero de tal modo que los conflictos conciencíales son anulados. estos últimos mecanismos serían los de catatimia. por ejemplo. El niño lo hará. pp. prefieran la simple enumeración. la regresión. la realización imaginaria del deseo y la sublimación. en los cua­ les predomina la huida o retirada. la holotimia. Estos pueden repartirse en dos grupos: aquél en que la ten­ dencia primitiva no es realizada. son las siguientes: el aislamiento. porque chocan contra la conciencia moral o contra la posibilidad material. éstas pueden denominarse técnicas de defensa. ruptura de objetos. Por otro lado. 152-153. esas tendencias. han movido a que autores. la identifica­ ción. aunque uno pre­ domine sobre los otros. la racionalización y la proyección. según Cameron.variantes de la agresión como el llamar la atención.— Ya el propio niño llora o grita para llamar la atención de quienes lo rodean. el número y naturaleza de esos mecanismos que. A la verdad. pe­ ro luego se adoptan esas actitudes u otras equivalentes. acudirá a mecanismos cada vez más cercanos al delito. y el otro. los pequeños hurtos. 3. agrega otra forma compensatoria. en los Fun­ damentos del Psicoanálisis. proyección y racionalización. tanto más que frecuentemen­ te actúan varios mecanismos al mismo tiempo. establecer líneas absolutas entre una forma com­ pensatoria y otra no es tarea fácil. a fin de que ellos suplan alguna necesidad material momentánea. por parecemos hoy el menos peli­ groso. tales técnicas. cát. la malacrianza per(4) V: ob. que puede colocarse en el primer grupo. como Hinsie y Noyes. el negativismo. '1 ser procaz en el lenguaje. simple­ mente para ocupar el centro de la atención ajena. salir fotografiado o mera­ mente citado en los periódicos. el cual es posteriormente introyectado. se abren hacia más vastos círculos. una simple manera de manifestación lateral. piénsese. Y no es menor la importancia criminológica. Este es el sentido expreso en el autor mencionado. lo que bus­ ca es la figuración. son cometidos por razones aparentemente incomprensi­ bles. co­ mo si esos atributos fueran propios. Hay personas que. etc. La exageración de este mecanismo tiene mucha importancia psiquiátrica pues puede ser síntoma de una nersonalidad anormal.— IDENTIFICACION . llamar la atención sobre sí mismo. y a reaccionar ante objetos y símbolos como si él participara de las virtudes adscritas a ellos” (6). pero un análisis cuidadoso muestra que pl delincuente pre­ tendió con su acto.— Cameron la define como “una técnica adaptativa habitual que reduce las tensiones de necesidad o ansiedad facilitando a una persona el reaccionar ante los actos. Durante ellos. es un hecho que no puede ser negado {^). entre otros. status y posesiones de otras personas o grupos. por mil razones diversas. tal coiño lo ha establecido Adler. aún de adultas. (6) Ob. 4. ocupar un lugar importante. que el llamar la atención puede ser y ge­ neralmente es. otras. a veces muy graves. con las cuales se identifica. Tiene mucha rela­ ción. 154. p. — 563 — . fundamentalmente. por ejemplo.manentc. en el narcisismo freudiano o en las compensaciones adlerianas. representarlo. En otras palabras. los hom­ (5) Este mecanismo ya nos puede servir de ejemplo acerca de la ma­ nera en que las técnicas adaptativas se imbrican y suponen. El origen de esta técnica adaptativa puede también ser en­ contrado en los primeros años de vida. así como con los celos. características. como se habrá visto. Eso sucede. con los códigos morales que tan bien ha ob­ servado Freud y que lo llevaron a afirmar que el Super-yo no es otra cosa que la'identificación del niño con el padre. etc. pero otros se limitan a caracterizar a este mecanismo como el tomar el lugar de otro. En efecto. con los instintos de supremacía y con los desplazamientos de cariño. siguen pegadas a esta tendencia de identificación estrictamente intrafamiliar. Fúndese este sentimiento en la agresividad. c it . la agresión contra los hermanos. la práctica demuestra que muchos delitos. de otros mecanismos. el niño está a cargo de otros y su progreso se traduce a través de imitaciones con que reproduce la conducta de las personas más allegadas e in­ fluyentes del círculo familiar. la virtud. Problemas psiquiátricos y criminológicos se presentan cuan­ do la existencia de una personalidad débil hace que el individuo busque en la identificación continua y exagerada. hasta exageran las condiciones d? sus antecesores en cuanto a la inteligencia. un modo para resolver los conflictos de adaptación social. muchas veces idea­ lizadas. exaltados por una propaganda mal entendida. se presenta cuando la identi­ ficación se efectúa dentro de un grupo familiar criminal o mera­ mente anti-social. etc. etc.— en que el delito está continuamente presente. social. exageradas. la discoteca. insumidos en la unidad familiar. deportivo. Son estas identificaciones las que explican la existencia de ciertos prejuicios entre los propios criminales. tienen en gran estima y. por ejemplo. con la cual se ha­ llan identificados y cuyas formas de conducta. su vida ostentosa o algo similar. etc. a nuevas heroínas.— Cuando el mundo externo se mues­ tra hostil y cuando la adaptación activa al mismo produce sufri­ miento en el sujeto. niño y adulto se autodefienden y pres­ tigian. se ofrecen como modelos dignos de imitación. el brillo e importancia sociales. por aislarse del mundo.individuo. el amor propio de los asesinos que se loan de no ha­ ber robado jamás. su riqueza. las mujeres. Para no hablar de los casos en que la identificación se produce con gran­ des criminales que. éste puede concluir por encerrarse en sí mismo. Pero el caso más claro de éstos. este mecanismo puede ser considerado normal y corriente. su valor. las joyas.bres admiran a nuevos héroes. llega a vivir en un medio ambiente —la pandilla. la biblioteca. el orgullo por la técni­ ca del robo. Pero. religioso. etc. defendiendo y prestigiando a su familia. sobrepasando los límites fa­ miliares. si la tal antisocialidad está estrechamente rela­ cionada con conductas delictivas. por ello. Igual. pretendiendo hallar asf una forma de adaptación pasiva que huye de las influencias extrañas o no las — 564 — . Por ejemplo. cuando el . etc. por su inteligencia. dentro de ciertos límites. Igual identificación puede operarse en relación con los ob­ jetos: la calidad de la ropa que se usa.— AISLAM IEN T O . a las cuales se subordina todo y en aras de las cuales no es difícil que aparezcan delitos. Y lo que se dice de la fami­ lia puede afirmarse también del grupo nacional. Es lo que sucede en muchas fa­ milias en las cuales existe criminalidad a través de varias gene­ raciones. se preocupan en reproducir. ¿Quién no posee identificaciones de este tipo u otro seme­ jante? Sin embargo.. 5. y todos tratan de imitar e identificarse con los modelos soñados. la ve­ cindad. niño y adulto. la casa. el sentido del honor y de la lealtad. pueden llegar a constituir ver­ daderas manías. Esta actitud es principalmente notable en ciertos niños y ado­ lescentes. pero se aceptan tales riesgos menores como buen precio a cambio del cual se pretende haber dado una demostración de fuerza de vo­ luntad. Sin embargo. así como en personas ancianas que. 6. Aquí es fundamental la sensación de fracaso. porque se parte del principio de que es imposible ac­ tuar y lograr éxitos en la vida social.toma en cuenta y que es capaz de reducir la cantidad de choques con el ambiente. o de ambas unidas. co­ mo si tal concesión demostrara debilidad. tratan de que esa debilidad quede oculta. Sin embargo. Esta técnica adaptativa tiene más interés para la psiquiatría general que para la Criminología. a ojos del sujeto.— N E G A T IV ISM O . Es claro que el negativismo puede acarrear algunas pe­ queñas dificultades así como represalias del mundo exterior. la mayor parte de éstos reaccionan favorablemente. aunque no siem­ pre muy evidente. El negativismo puede servir de mecanismo protectivo de la propia personalidad que no quiere dejarse arrastrar por otros. primero ante sí y luego ante los otros.— Cuando una situación exige la par­ ticipación de los individuos que en ella se encuentran interesados. una personalidad robusta y no débil ni obsecuente. pero hay otros que adoptan una posición relativista. sabiéndose débiles. aunque las razones en que se funda son similares. Pero más importante. hemos dicho que pueden resultar algunos deli­ tos a raíz de los momentos explosivos que caracterizan a algunas situaciones negativistas. también es posible que sirva de medio de venganza así como de autosatisfacción sentida porque la resistencia permanente hacia el mundo exterior demos­ traría. sea de la particu­ lar debilidad del sujeto. prin­ cipalmente en los primeros. tras las cortinas de humo de las poses negadvistas. Este mecanismo supone una actitud mucho más agre­ siva que el mero aislamiento. Hace poco. El negativismo puede dar lugar a graves explosiones afecti­ vas durante cuyo curso pueden cometerse delitos de gran violen­ cia. proveniente sea de la dureza o extremadas exigencias del medio. contraria a los re­ querimientos del medio al cual parecen complacerse en contrade­ cir en todo. puede notarse su influencia en algunos casos de delitos omisivos y culposos. porque el sujeto no se deja influir ni siquiera por las leyes que mandan hacer positivamente algo. es la influencia que resulta a través de mecanis­ — 565 — . lo corriente es que se siga la vía escogida que no es la de la agresión directa sino de una forma más pasiva. es decir. Se huye hacfc el mun­ do interior. Tal sucede. como el exhibicionismo. explicados cuando se trataba de la psicología de Adler y especialmente al hablar acerca de la* compensaciones y sobrecompensaciones. Las tendencias pri­ marias de reacción no pueden ser manifestadas continuamente a menos que se desee desencadenar dolorosas consecuencias para uno mismo. de modo que si reprime algunas tendencias. etc. que desprecian las órdenes de las autoridades y los man­ datos legales. no será sólo el temor a las conse­ cuencias materiales de la acción. nada más que porque la actitud negativista les ayu­ da a autorrespetarse. en buena parte. el niño va forman­ do su sentido moral. pero que manifiestan uniformemente el deseo de oponerse a la sociedad como condición de autoafirmación.mos menos directos.— REGRESION. Hay una inconsciente añoran­ za del bien que se gozó antaño y eso conduce a buscar la vuelta al pasado. En realidad. Una de las maneras de superar tal dificultad es la regresión. Muchas de estas involuciones regresivas no tienen sino una importancia psiquiátrica.— REPRESION . por ejemplo. desde lue­ go más numerosos que a través de las explosiones afectivas. buena parte de nuestro proceso educativo no consiste sino en reprimirnos. sino en el neo­ nato. — El ser humano. que entonces fueron las más adecuadas y que causaban estados de felicidad. Posteriormente.— En cierta medida. 7. a medida que se des­ arrolla. la adopción de formas de conducta propias de anteriores etapas de evolución. hay adolescentes y jóvenes que hacen lo contrario de lo que se lea indica. Así. cuando la regresión se liga a formas de conducta sexual impropias del adulto y legal­ mente perseguidas. No hemos de extendernos mucho más sobre estos temas porque ya quedaron. Eso puede notarse no sólo en el hom­ bre ya adulto aue desea adecuarse a la sociedad. es decir. — 566 — . fraca­ sos y dolores. poco a poco. pero otras se hallan sumamente cerca de la criminalidad. puede también de­ nominarse negación del deseo. desde los primeros momentos de su vida. la hom*osexualidad. Pero bien puede suceder que las circuns­ tancias y exigencias del medio adulto causen decepciones. 8. puede hacerlo no por mero temor a los sufrimientos suscitados si­ no porque chocan contra su conciencia. va adquiriendo nuevas formas de conducta que el momen­ to muestra como adecuadas para adaptarse a las exigencias per­ sonales y ambientales. Las responsabilidades y urgencias de la etapa de madurez en que realmente se vive son demasiado duras para la resistencia dei individuo. De allí resultan múltiples delitos. Ya vimos hasta qué consecuencia ha llevado este hecho in-‘ dudable. no podemos deducir lisa y lla­ namente que ha ocurrido algún cambio radical. aunque sea por vías secundarias de escape. los sueños. En cuanto a lo criminológico. como un résorte momentáneamente comprimido. Es evidente la relación de la represión con el delito —y con la manera en que él es evitado— en los casos en que el mecanis­ mo de adecuación falla porque las instancias represoras se hallan relajadas. etc. Una parte de los delitos culposos puede ser explicada a través de este mecanismo. las asociaciones libres de ideas. si bien posteriormente. sobre todo si se suma a un exagerado número de tendencias en igual estado o no tiene al frente fuerzas adecuadas ni compen­ saciones subsidiarias. etc. más bien. es lo que en su momento vimos al tratar de los actos fallidos. encadenados has­ ta el momento. De ahí por qué. haber sucedido que el delito fuera manifestación directa de tales tendencias. patológico o no. puede. empero. es claro que la represión de las tenden­ cias que chocan contra la inmoralidad o imposibilidad de su rea­ lización externa. en el adulto y en relación con tendencias que entonces aparecen. es capaz de reaparecer. es frecuente la represión ple­ namente conscientes. a los excesos sexuales. Lo repri­ mido. a los tcóricos del psicoanálisis ortodoxo. Entonces. al suicidio. Tal sucede. de enfermedades y he­ ridas. en momentos en que el control represor se halla relajado. de obnubilización mental por uso de drogas. al convertirse la represión en habitual. por lo menos en sus primeros momentos. puede convertirse en origen de serios des­ equilibrios psíquicos. tendencias a la apropiación de lo ajeno. de momentos de exaltación. que reprimir no equivale a suprimir. la primitiva tendencia escapa al control y se producen delitos a veces sumamente graves. proviene de mecanismos en los cuales la mayor parte es inconsciente. ante un delincuente que obró de modo total­ mente contrario al corriente en él. Sin embargo. en sus tendencias. por ejem­ plo. como sucede en circunstancias de alcoholización. — 567 — . Adviértase. ella se toma inconsciente y automática —como sucede en todos los hábitos ya estabilizados— . pe­ ro siempre pronto a saltar apenas la ocasión se presente. etc. ai exhibicionismo. cuando existen deseos de agresión y muerte. Las fuerzas que fueron vencidas por otras superiores quedan como en reserva. Esas peligrosas manifestaciones se presentan generalmente cuando hay una causa que provoca la relajación de los mecanismos represivos. siendo lo reprimido algo que persiste. En el caso del niño. — R E AL IZ ACIO N IM A G IN A R IA DEL DESEO. la característica distracción. ya en­ contramos antecedentes en la infancia. como sitio en el cual re-crear fuerzas con las cuales volver al mundo. que hacen del refugio algo permanente. Por ejemplo. lo evidente es que el hombre normal vuelve a la fantasía sólo como un refugio momentáneo. el niño hace un brioso corcel de un palo de escoba. etc. en que el mundo externo se muestra más duro y más invencible. triunfadores aquí. La realidad es hermoseada para adecuarse a los propios deseos. Vistas las cosas desde este ángulo. De esa actitud surgen los sueños más o menos estereotipados. Pero existen personas tan castigadas por el ambiente. la desventura. la huida de los estímulos materiales. en que el mundo interior escapa al derecho y en que sólo se toman en cuenta las exteriorizaciones. originador de sufrimiento. — 568 — . En efecto. que en el adulto normal. el que come poco. por lo menos en los sistemas penales modernos. porque el individuo adquiere paulatinamente mayor aptitud para distinguir el plano objetivo del subjetivo. o internamente tan débi­ les. Fracasados allí. si se quiere. También cuando se trata de fantaseo o. Siempre tenemos la misma situación de partida: un deseo. lo que el mundo real niega. queda siempre el mundo interno. plenamenté correspondidos aquí. es ofrecido en super­ abundancia por la imaginación. una tendencia que no pueden realizarse externamente ya porque chocarían contra la conciencia ya porque su resultado sería un se­ guro y estrepitoso fracaso. las dificultades. la vida de ensoñación.9. en blanda cera. El proceso de maduración psíquica se caracteriza. el de la fantasía.— Tam­ bién ha sido denominada fantaseo o ensoñación. en felicidad. como tal. de ninguna manera. de la función salvadora y consoladora que tiene la imaginación. sobre todo en los momen­ tos más difíciles. ella sigue siendo un refugio. en riqueza. por el contrario. imagi­ na banquetes a que es invitado. es claro que la peligrosidad criminal queda reducida a muy pequeñas proporciones. Aquí. la fantasía deje de cumplir muchas de las funciones que ya cumplía antes. Pero eso no signi­ fica. Todo se transtrueca: el desprecio. amantes desdeñados allí. como en las formas que siguen. la pobreza. en el cual somos dueños y seño­ res y que se halla totalmente a nuestra disposición. tiene sus aspectos positivos y negativos— sino un verdadero mecanismo de compensación. no sólo existe ugf mecanismo de adaptación social —que. en amor. entre otros rasgos. Sin embargo. Pero si el mundo exterior está cerrado como escenario. pero inofensivamente porque ha cambiado el objeto. La sustitución o sublimación puede efectuarse. suprimirlo. todas las formas de com­ pensación. Tampoco obtamos por el vocablo “compensa­ ción" usado por Cameron porque si bien lo substancial desarro­ llado por ¿1 con ese nombre corresponde al concepto. Lo mismo sucede cuando un individuo. Demos algunos ejemplos. no lo hace. pero el vocablo usado por Cameron tiene la ventaja de no prejuzgar en relación a si el sucedáneo es mejor o peor ue lo sustituido. El empleado subalterno que es humillado por las amonesta­ ciones de un jefe prepotente. incapaces de valerse en el mundo real. sin que queden incluidas.— (7) Es. pero al llegar a su puesto de trabajo to­ ma una hoja de papel y la estruja rabiosamente entre los dedos. Una persona tiene un feliz competidor en arte. como ello traería graves consecuencias. ena­ morado de una lejana y bella artista de cine. ha de tenerse en cuen­ ta que el exceso de fantaseo crea personalidades débiles de volun­ tad.— SUBLIM ACION O SU STITU CIO N . S — 569 — . junto con la racionalización.hablamos de sublimación. En cuanto a cambio de forma. en ciertos aspectos lo excede. todo lo que también puede conducir al delito.Sin embargo. por cambio de objeto o por cambio de forma de manifes­ tación o por cambio de ambos a la vez. a veces poseedoras de individuales códigos de conducta.referirnos sólo a estos dos nombres. rebajarlo materialmente. La tendencia se ha manifestado. según lo di­ cho. de tal modo que su realización se hace posible o ya no choca contra la conciencia. amor o algo semejante: desearía da­ ñarlo. se re­ prime momentáneamente. cambia de objeto o de manera de manifestarse. Al mismo tiempo. porque esta palabra tiene en psicoanálisis —la escuela que más ha trabajado en esta forma de compensación— un sig­ nificado especial. que aqui explicamos. de sublimación. ciencia. 10. uno de los mayores mecanismos de com­ pensación de que dispone el adulto normal. se contenta con besar su fotografía. Hay una canalización útil de las tendencias. pero no pudiendo h v (7) Preferimos. Para no hablar de las consecuencias patológicas que suelen ser graves. La tendencia primitiva —imposible o indebida en su realiza­ ción directa— es canalizada. Dejamos de lado el otio sinónimo usado por Mira y López. pueden aparecer delitos culposos como conse­ cuencia de negligencias. De ahí la enorme im­ portancia que tiene en Criminología y fuera de ella. siente deseos de aniquilarlo o de gol­ pearlo. algo de lo cual se desliza naturalmente cuano . sin embargo. el de “transfe­ rencia”. si bien por caminos indirectos. pues. De otra manera ya no se trataría de sublimación de una tendencia primitiva. cit. se limita a burlarse a costa de él. se contenta con estrecharle calurosamente la mano. Sin embargo. más bien de una selección arbitraria de los datos. o por otra peor. — 570 — . porque éste posee una serie de sentimientos previos que deforman la realidad. en nuestro pafs. sino que evita múltiples delitos. Tal el caso.) (8). Naturalmente. loe. El individuo que. de los cuales se da gran importancia a algunos mien­ tras otros son dejados en la oscuridad.cerlo directamente. deseando abrazar — o algo más— a una inuchcha. en que una tendencia mala es sus­ tituida por otra igualmente mala. desdeñado por la mujer amada. se dedica a conspirar. y re­ sulta la mayoría de las veces. según sean los intereses que (8) En tal sentido. es lo que se denomina catatinia. puede resultar. O cuando alguien que fra­ casó en obtener la deseada figuración política por medios legales. Cambios de forma y de objeto. 11. La deformación no siempre es tal. de manera no rara. imposibilitado de obtenerlas por medios ho­ nestos. pero hace circular contra él anónimos ofensivos. de modo que la subli­ mación sea la que ocasiona el delito (aunque satisfa*ga algunas tendencias internas del sujeto). no es excepcional el que una mujer desdeñada por el gran amor de su vida. puede suceder que lós sucedáneos o sustitutos sean peores que los sustituidos. hay que suponer en el sujeto alguna satisfac­ ción interna. Cameron. se dedica a los deportes o. es de­ cir alteradora inconsciente de algún dato. El sustituto puede ser el delito u otras conductas antisociales (fracasos en el amor o la profesión que conducen al alcoholismo o a las drogas. se tome de costumbres fáciles. Como se verá. O cuando aquél mismo empleado vengativo no ataca materialmen­ te al jefe. cuando el sustituto empeora objetivamente la situación anterior. en estricto sentido. crear revoluciones. Lo mismo sucede con el alumno fracasado en sus estudios. se pone a realizar una difícil investigación. etc. — El mundo no es captado en toda su objetividad por cada individuo. las busca por los deshonestos.— CATAT1MIA. Pueden darse casos. o dañar al estado. la sublimación es uno de los mecanismos que no sólo aquieta a la persona. en que un hombre emprendedor y ansioso de riquezas. El proceso defor­ mador de la realidad a causa de afectos preexistentes. U otro que. por ejemplo. a la política de fáciles éxitos. sino de hechos que tienen un origen in­ dependiente: no habría propiamente compensación. Posteriormente se establece que el muerto no llevaba arma alguna. Por ejemplo. para ello adquiere un re­ vólver. Tal sucede. adaptada a las necesidades de la conducta del sujeto. La gente acude. El agresor es interrogado y arguye que ha obrado en legítima defensa. sino que.— PR OYECC IO N — Consiste en atribuir a otro. sobre todo si ha dejado tras de sí algún resquemor. Una persona desea agredir a otra. en legítima defensa. ve sólo el lado bueno del ser amado. cuando una madre ve que su hijo se ha hecho una ligera herida sangrante en la cabeza y comienza a pedir auxilio diciendo que su hijo se muere porque se ha partido la cabeza. sea él de cólera. cabe realizarla sin que operen estos impedimentos. Estas deformaciones permiten una adaptación. tropieza con la dificultad de que el enemigo es fuerte físicamente y de que de darle un balazo ciertamente 1c causará heridas graves con lo cual la conciencia del agresor no está de acuerdo. entonces. sin muchos velos — 571 — . En los niños. ve que lleva la mano al bolsillo y que extrae una pistola u otra arma. Al usar el revólver ha descarta­ do la ventaja física del oponente. el joven enamorado de una muchacha comienza por creer que es la muchacha quien lo ama. si previamen­ te la realidad ha sido deformada. miedo u otro semejante. mientras éste se halla enamorado. En cuanto al mecanismo. En este caso no es que se desee algo contra los propios sentimientos. es todo lo contrario de raro. por ejemplo. También hay que citar aquí la que Mira y López denomina catatimia negativa.guían al individuo. se presenta en todas las ocasiones en que un sentimiento fuerte se presenta. Por ejemplo. amor. lo ve venir. acalla a su propia conciencia. los mecanismos proyectivos pueden ser fácil­ mente estudiados y con gran pureza. al suponerlo agresor. pero sucede precisamente lo contrario algún tiempo después de un rompimiento. es decir. se sabe que la exageración del mal ocasionará un socorro más pronto y eficaz. 12. Pongamos un caso. Un juez desprevenido podrá pensar que el asesino —considerándolo así— simplemente trata de engañar a la justicia. inconscientemente. odio. Un día se encuentra con el enemigo en una calle poco transitada. lo pro­ pio. etc. El envidioso se con­ sidera envidiado. Cuando existe una tendencia a obrar en un sentido y se tro­ pieza en seguida con la imposibilidad o inmoralidad de la acción. pero ésta es sumamente peligrosa desde el punto de vista criminal. cuando quizá sólo se trate de que se engañó él mismo primero. Sin embargo. dis­ para y mata. Muchas veces. Los mecanismos proyectivos se dan con frecuencia en per­ sonas de edad avanzada bajo la forma de envidioso —envidiado y de perseguidor— perseguido. por eso. sino que convence a otros. Es decir. han sido preparadas para justi­ ficar algo objetivamente injustificable. no hace sino de­ fenderse de injustos ataques. no son sino meros pretextos. Lo que sucede. durante un paseo bajo un sol abrasador. — 572 — . para realizarse. la conducta que ha de adoptarse. en que un profundo sentido de agresividad en el paciente. de desacreditarlo. quien considerará que. que sus fuerzas declinantes ciertamente han de ser vencidas por las nuevas. mientras surgen competidores jóvenes. Supongamos un profesor que. entre otros. nada raro será que las murmuraciones. 13. Si de la proyección deriva una con­ vicción profunda. éste comienza a sentir que su posición es insegura. en la plenitud de su capacidad física y mental. le dice: Papá. lle­ gado a cierta edad. Ese mecanismo puede también observarse. Cualquier padre recuerda cómo su hijo. al obrar así. éstos se preo­ cupan sólo de señalar los defectos de aquél. la causa ver­ dadera es aquella tendencia primitiva que fue capaz de tener a su servicia un ingenio fértil en recursos. es proyectado en otras personas o en el mundo cir­ cundante total. lo que se da principalmente cuando en éstos existe un terreno predispuesto. ya no es él quien siente temor y envidia sino sus jovenes rivales. no sólo logra autoconvencerse y acallar la propia con­ ciencia. se da oscuramente cuenta de que sus facultades comienzan a declinar. Teme y envidia. pero entonces se produce la proyección. en este caso. de ponerlo en ridícu­ lo. Apenas éstos jóvenes se preocupan de los mismos temas que el profesor. las acu­ saciones de ofensas supuestas se conviertan en conducta habitual del profesor.— Siempre partimos de la ba­ se de que una tendencia interna encuentra dificultades. Demás decir que la proyección se halla en el fondo de mu­ chos delitos de variada especie. de otra manera.— R A C IO N A L IZ A C IO N . compremos helados porque TU tienes calor. sobre to­ do morales. para ello basta con encontrar razones que justifiquen ante el su­ jeto. serían moralmente imposibles. el proyectante hace obrar a los otros como él tiene deseos de obrar. en los delirios de persecución. Las que se alegan como causas de la conducta. no es que no haya razones. sino que las aducidas son falsas. con ello se facilita la comisión de actos que. esa tendencia tiene a su servicio la inteligencia del hombre que le va abriendo caminos. Cuando el individuo es muy inteligente.perturbadores. Es sumamente común. y más fre­ cuente y peligroso cuanto más inteligente y frías aquéllas sean. Sin embargo. se halla en una obra literaria anterior a l tiempo en que la racionalización fuera estudiada sistemáticamente. así. nada raro que ter­ mine él mismo por convencerse de que esas razones fueron reales y se considere justificado. Como que uno de los grandes beneficios subjetivos de la racionalización de ciertas conductas es la tranquili­ dad interna que provoca y que sería destruida si conociéramos la motivación real de nuestros actos. el individuo que odia una forma de gobierno o a sus representantes. La racionalización se encuentra con mucha frecuencia en el campo delictivo. bajo el pretexto de que es necesario asegurar el orden y la paz social contra los perturbadores. para aniquilar una tiranía. por ejemplo. para actuar dando salida a las tensiones internas. protagonista de la novela Crimen y Castigo. los antecedentes pueden encontrarse ya en la niñez cuando muchas veces se presenta por presión de los padres. Para no hablar de los casi siempre impunes delitos cometidos por los gobernantes de toda la jerar­ quía administrativa. — 573 — . de presentar­ se nuevamente las anteriores circunstancias. El individuo cree haber obrado bien y. En ellos. Delitos todos que son especialmente notables en tiempos y países de institu­ ciones no firmes. Es un mecanismo'propio de las personas mayores. en tal situación. Tales reincidencias no han de ser consideradas como manifestación de una interna (9) Uno de los más profundos análisis que se ha hecho sobre este mecanismo. por ejemplo. la libertad. reincidirá sin sentir mayores remordimientos. en los delitos políticos. el niño comienza a fabricar razones en las cuales previamente ni soñaba.Este es el mecanismo llamado racionalización que consista en que se dan razones justificadoras objetivamente falsas. Pretexto. etc. en la delincuencia. como es nuestro caso. de que se tiene que llevar una vida digna. convenciéndose de que el asesinato o la conspiración o la revolución. cuando el niño hace algo inadvertidamente y aqué­ llos comienzan a preguntarle las razones que ha tenido para ha­ cerlo. como el de que es preciso salvaguardar al honor familiar. Lo hizo Dostoyevski en Raskolnikooff. justifica su conducta y hasta se considera mártir. La racionalización. contra él se van'a estrellar todas las tentativas penitenciarías de reeducación. etc.. no son muchas veces sino la máscara con la cual se da salida a muchas tendencias inconfesables O . lo qué' es frecuente. tiene otra importan­ cia: construido el aparato intelectual justificativo de una conducta. expuestas ellas. eran una necesidad para salvar a la patria. el presente es regulado por el futuro. comparativamente. o él todo entero. Al respecto. Casi todas las religiones consideran que una parte del hombre.— El sentimiento de lo sagrado. el más eficaz. se realiza el bien. Por eso.perversidad sino como resultado del temor de que una conducta distinta lleve a que el sujeto descubra la verdadera índole de los actos ejecutados. no se con­ sidera muy largo. Existe un mundo al cual se llega por la puerta de la muerte. en las personas verdaderamente creyentes. las ac­ ciones de este mundo. dentro de un plazo que. Entonces se re­ prime el mal. por lo que sucederá en el otro. aunque momentáneamente se sien­ ta dolor. nos remitimos a lo que quedó dicho en el ca­ pítulo especialmente dedicado a estudiar los factores religiosos en el delito. la holotimia suele ser el único que queda y. goza de la inmortalidad. sin embargo. premiados a través de una justicia exactamente administrada. En ese mundo se da la posibilidad de que los actos malos sean castigados y los buenos. De esta manera. puede conducir a ciertos deli­ tos tanto por algunas circunstancias exteriores como porque las creencias son deformadas por falta de educación. Este mecanismo.— H O L O T IM IA . — 574 — . porque la recompensa y la satisfacción han de llegar con seguridad. cuando todos los demás mecanismos fallan para im­ pedir un acto. 14. eso tiene que ser evitado por él a toda costa. Cuarta Patte CRIMINOLOGIA APLICADA E L DICTAMEN CRIMINAL . . Entre esas ciencias. Este divorcio no podía sino ser perjudicial para todos. Las otras. como lo demostró la práctica. como la propia Criminología.— C RIM IN O LO G IA APLICADA. Las unas se atenían a los hechos y. concluían por despreciarlas y por desco­ nocer todo carácter valorativo en el delito. des­ cuidadas de las normas. sumidas en un mundo de secas y frías abstracciones. otras tienen un carácter eminentemente jurídico. como dejamos dicho en las primeras páginas de esta obra. buscando ate­ nerse exclusivamente a principios generales.— La Criminología es la ciencia que trata de establecer las causas del delito considerado como fenómeno individual y social.C A P I T U L O I EL DIAGNOSTICO CRIMINAL 1. prescindían de la humana e irreductible realidad del delito y del delincuente. como el De­ recho Penal y el Procedimiento Criminal. Existen otras. en el segundo— . Sin embargo. en el primer caso. — 577 — . en el segun­ do— . sino también a los métodos que emplean —eminentemente inductivos en el primer caso. deductivo. las hay que son eminentemente natura­ lísticas. Cuando logra hallar dichas causas. De esta contraposición se originó una tendencia al divorcio entre am­ bos grupos de ciencias. Las diferencias entre ambos grupos no tocan sólo a los objetos que consideran —hechos reales. la Criminología no es la única ciencia que tra­ ta del delito. normas jurídicas abstractas. pues aún las distin­ ciones que aceptaban eran de tipo general. puede decirse que su objetivo se halla cumplido. Criminalística y la Penología. lleva a que el Derecho Penal tenga que considerar la personalidad del delincuente y flexibilizar las sanciones que es­ tablece.. N9 13. S.M. 194-198). la condena condicional. Es verdad que el tratar ampliamente este tema. no invadiendo su jurisdicción. así las considere como castigo. está constituido por la Criminología. como correctivo o como un término medio entre ambos. la libertad condicional y vigilada. para que éstas se acostumbren a no prescindir de él.M. Quizá sea posible. la demostración de la enorme variedad de cau­ sales del delito. La última y cuarta parte de esta obra. la libertad con­ cedida al juez para escoger entre ellas. sino pro­ porcionándoles los antecedentes que ellas no podrían hallar por sí solas. inclusive. La interrelación es evidenciada como una necesidad. A. La Creación de Ins­ titutos de Especialización en Ciencias Crtanlnnlágicaa en las F a­ cultades Jurídicas. está destinada a mos­ trar las aplicaciones que la Criminología tiene en relación con las demás ciencias penales. Sanciones de tipo especial. Por ejemplo.S. tratar de introducir al delincuente de carne y hueso. Esta ponencia ocasionó el que el Congreso Hispano-Luso-Americano Penal y Penitenciario. por eso nos limitamos a los aspectos fundamentales del mismo ('). en el derecho de me­ nores. la sentencia indeterminada —to­ (1) Es un ac&pite central. requeriría de una obra especial. porque ello conduciría a guiarse exclusivamente por visiones parciales. principalmente pp. por la organización de los modernos Institutos de Ciencias Penales. 136-137. en realidad eso¿ aspectos no pueden ser tratados independientemente.. donde la excesiva especialización es com­ batida. Puede hoy decirse que uno de los puentes por los que transi­ tan las mutuas influencias. al respecto: Giribaldi Oddo. Eso se ha visto claramente. Pue­ de vérselas reproducidas en la Revista de Derecho de la U. vivo y humano. aun­ que se refirieran específicamente al peritaje médico-legal. pp. Esta finalidad ha sido claramente establecida por Piga en su ponencia: Valor del Diagnóstico Pslcomédico en lo Criminal (V: Revista de De­ recho de la U. N? 14. ante el que fue presentada.A. Véase. en las ciencias jurídicas. afirmar que esta ciencia ha sido el principal nexo que hoy impide el desperdigamiento de las demás. hoy de ac­ tualidad. coma la variedad de penas aplicables para cada delito.De ahí surgió la necesidad de establecer los puntos de con­ tacto y de cooperación entre las distintas ramas que se ocupan del delito y del delincuente ya que aunque cada una tomara a su car­ go el estudio de determinado aspecto de ellos. por ejemplo. aprobara al­ gunas conclusiones que tienen interés para la Criminología. donde las conclusiones criminológicas han servido de base para la dictación de medidas adecuadas al tipo humano a que s? dirigen. — 578 — . sería imposible en la práctica si no se conocieran las causas'que impulsaron al delincuente. Key tusaos tn Cnmlnolocy. 43-55. Hood y Sparks. — 579 — . Estas dificultades de principio se traducen en otras de tipo práctico y económico. pp. Pero ésta sería imposible o debería atenerse a improvisa­ ciones. ya vimos que hay causas que afectan no sólo a tal o cual delincuente sino que se hallan presentes en gran número de casos.— Sellin: L'etade Socioieriqne de la Criminalité p. para demostrar también esa influencia. 110-140 y 193-214.— DIFICULTADES DEL DICTAM EN — La emisión del dictamen — sea de diagnóstico o de pronóstico— supone el cono­ cimiento de las causas que llevaron al delito así como de la perso­ nalidad del delincuente. si no contara con los datos que le proporciona la Crimi­ nología (2). En cuanto al procedimiento. por lo menos en sus rasgos fundamentales. de diagnóstico y de pronóstico. etc. en sus dos variedades. la total personalidad del mismo. Pero. pp. etc. 112. uno de los postulados de aquélla. anormales. Y aquí hablamos tanto del régimen penal como de la asistencia que tendría que dispensarse al delincuente una vez cumplida la condena. para un buen dictamen se re­ quiere el establecimiento de instituciones dedicadas a la inves- (2) V: Kempe: La Tarea del Criminólogo en la Sociedad. 2. pp. Atacar a aqué­ llas supone el prevenir el delito. en sentido de que detallar las formas y maneras en que la Criminología influye en las demás ciencias. En cuanto a la criminalidad como fenómeno social. Langle: La Teorfa de la PoUUca Criminal. Puede hoy afir­ marse que una Fenología sin base criminológica es inconcebible. Por ejemplo. la individualiza­ ción de la pena.. Por eso nos hemos de limitar aquí a tratar el problema del dictamen criminal. Para no hablar de la ejecución de las penas.tal o parcialmente— . Lo dicho es suficiente para justificar la afirmación hecha má« arriba.. Por ejemplo. Esa es tarea de la Política Cri­ minal. tarea que incumbe esencialmente a la Criminología. dada la índole compleja de la conaucta humana se compren­ derá hasta dónde es difícil Úegar a un conocimiento adecuado. N* 47-50. baste considerar el que se sigue para los menores. 39-49 de la Revista Penal y Penitenciaria. son los frutos penales recogi­ dos por los estudios criminológicos. sería contenido sufi­ ciente para una obra especial y no breve. la reconsideración de 4as penas privativas de libertad de corta duración. sino también la preexistencia de tipos delincuenciales. pe­ nitenciarías.— El diagnóstico criminal tiene por objeto determinar las causas que han llevado a cometer un delito así como el tipo de delincuente de. psiquiatras. sino en la reincidencia de los delincuentes. será incapaz de tomar todas las medidas que se requerirían para evitar los delitos. Fuera del personal. En suma. que se atengan a los datos científicamente establecidos y a las consecuencias de ellos derivados. pedagogos. Sin embargo. El segundo paso será el de tipificar o clasificar al delin­ cuente. con médicos de las distintas especialida­ des. el establecimiento de institutos de dictamen es la base siquiera para disminuir apreciablemente el número de de­ litos y para tomar con cada criminal las medidas correccionales más apropiadas para el caso concreto.— N ATU RALEZA Y BASES DEL D IAG N O STIC O . La propia índole de las causas de los delitos es suficiente para asegurar de antemano que esa prevensión total excede la capacidad humana.. que deberán cootar con especialistas que establezcan las causas sociales en el caso. Ello supone no sólo un conocimiento de su total perso­ nalidad. clínicas. ¿te. Inclusive si suponemos la existencia parale­ la de instituciones penitenciarias modelos. Y si abandonamos el campo del tratamiento individual para inci­ dir en el de la Política Criminal. siempre habrá que esperar un apreciable número de fra­ casos. la — 580 — . El conocimiento de las causas del delito supone una inves­ tigación adecuada de las mismas así como el establecimiento de sus correlaciones y de la relativa importancia que puede asignár­ sele dentro del complejo estructural que se resolvió en el delito. establecimientos de distinto tipo. comprobaremos que aunque ésta se asiente en los datos elaborados por la investigación criminoló­ gica.tigadóo. P a o aún establecidos los medios para diagnosticar y pronos­ ticar la oonducta criminal. Ellos se manifestarán no sólo en la inadecuación de los medios correctivos empleados. etc. será suficien­ te para elevar el nivel moral de la sociedad así como evitarle los gastos que ahora debe hacer con el fin de mantener juzgados. psicólogos. se precisa de un equipo humano nu­ meroso y bien rentado así como de grandes gastos de instalación material. El número de personas que de esta manera son mantenidas lejos del campo criminal o que son preparadas para no incurrir de nuevo en él. deberán constituirse laborato­ rios. que se trata. el análisis más concienzudo será inca­ paz de evitar errores. 3. para no hablar del per­ sonal destinado a reunir los distintos datos a fin de tener la visión total del caso. . entonces.i una ttoría dinámica del delito ha de tomar en cuenta el hecho de que el delincuente ocasional capta la ocasión conforme a su per­ sonalidad y que el delincuente disposicional o por tendencia tie(3) V: Exner. principalmente en el capítulo de biotipología: la tarea de crear tipos y de clasificar conforme a ellos a lo» individuos es una necesidad sistemática ineludible. corporales o no. un primer paso que arroja luz sobre el caso concreto. en líneas generales.posibilidad de subsumir en ellos al ser individual (l). el diagnóstico implica la previa existencia de una clasifi­ cación. En las clasificaciones hoy más admitidas. 439. no han tenido otro objeto las varias clasificaciones de los criminales intentadas desde Lombroso hasta nuestros días. Según en su lugar se esta­ bleció. Con una advertencia que evite toda rigidez y exageración. — 581 — . p. Por tan­ to. después tendrán que darse los relativos a la consi­ deración del hecho y del individuo como algo irrepetible. Ya dijimos que si bien es imposible determinar de manera matemáti. camente exacta la proporción en que se distribuyen las causas cri­ minales de uno u otro origen. concorde co. si bien tampoco podían considerarse como aceptables en su con­ junto. dis­ tinguir un delincuente disposicional o por tendencia y un delin­ cuente por ambiente u ocasional. Sólo así se explica el que nadie se contente con la mera clasificación y el que no se hable de tratamiento penal por tipos. sino de acuer­ do a cada persona. cabe la posibilidad de establecer. Pero lo que ha subsistido es la conciencia de la necesidad d-¿ las tipificaciones generales. dentro de su teoría antropologista. cuál grupo de ellas ha sido más significativo para determinar el delito de que se trata. Como ejem­ plo. sino simplemente una mayor acentuación en algunas de ellas. Biología Criminal. Vimos también que estas clasificaciones teman el inconveniente de atri­ buir a ciertos caracteres. debían servir para clasificar a los de­ lincuentes. se hace patente la subsistencia del viejo problema disposición-medio ambiente. Advertencia que no es sino repetición de lo que muchas veces se ha dicho en esta obra. Cabe. La clasificación. pero no es sino eso: un primer paso. una capacidad distinti­ va que la experiencia ha demostrado que no poseían. Este hecho fue claramente visto desde los primeros momen­ tos de existencia de la Criminología. Caracteres más dignos de tomarse en cuenta se contenían en las clasificaciones de Ferri y Garófalo. recordamos los rasgos anatómicos lombrosianos que. Ambos tipos no implican un ex­ clusivismo en cuanto a las causas. como natos o no. Alguién podrá decir que es preciso que no actúen antes de tener firme certeza. Es de suponer que si la disposición prima en un delincuen­ te. con los de aquéllos que se corrigen en tales condiciones. como aún no se ha descubierto y es difícil que llegue a descubrirse en el futuro. quedarse con los brazos cruzados es tam­ — 582 — . La acumulación de éstps en el mismo individuo puede lógicamente llevar a la con­ clusión de que sé trata de un delincuente por tendencia o por ocasión. un rasgo típico del criminal disposicionaJ. pese a cambios ambienta­ les. que es en gran parte disposición adquirida del medio ambiente. Pero eso equivale a desconocer que juez y penitenciarista tienen que actuar. porque se trata de un tipo mixto. es. influye sobre la conducta del juez y la dét ejecutor de la pena. Sin embargo. los cambios ambientales tendrán influencia decisiva en el alejamiento del delito. queda siempre el problema de establecer los caracteres distintivos del criminal por tendencia — por disposi­ ción o de estado— para diferenciarlo del criminal ocasional. co­ mo que aquí se hace referencia a la disposición actual. ambí» tienen que apoyarse en algo más o menos firme para actuar aunque eventualmente se equi­ voquen. aquélla ha de empujar al delito aunque se den algunos cam­ bios en el ambiente. la clasificación manifiesta en el diagnóstico tie­ ne consecuencias prácticas. comparando a posteriori los ras­ gos de los delincuentes que reinciden. Esa dificultad especial surge del hecho de que las fáciles características de tipo lombrosiano o similares han sido dejados de lado al demostrarse su inconsistencia. Con él se cometen. necesario encontrar otras características. si sus bases han sido sentados científicamente. pues. la persistencia en el crimen. por el contrario. pero siempre es posible una equivocación. resulta claro que el diagnóstico no puede pretender ser absolutamente seguro. En efecto. queda siem­ pre pendiente el problema inclusive en relación con los ejempla­ res más característicos. Los estudios efectuados demuestran que hay notas que se presentan en un caso con mucha más frecuencia que en el otro. más riesgos correrían de dejarse guiar sólo por su leal sa­ ber y entender. o mejor.ne esa disposición ya integrada por fenómenos ambientales. De ahf la reincidencia. no pueden quedarse con los bra­ zos cruzados. menos errores que con apreciaciones a ojo. Aun dejando de lado los numerosos casos en que es muy difícil o im­ posible decidirse. lo cual da base para juzgar que sen caracteres diferenciales. La falta de certidumbre absoluta es un riesgo que hay que correr. Sin embargo. En el ocasional. Ellas no pueden establecerse sino por inducción. (bj) Habrá de recordarse siempre. pues también es posible esta­ blecer que el delito pasional se debe predominantemente a la dis­ posición o a la ocasión (4). Sin embargo. ob. cit. se hallan funda­ mentalmente los que a lo largo e esta obra han sido señalado como particularmente significativos para la aparición del de­ lito. 441.. El diagnóstico se basa en ellos. es de recordar que la clasificación no se hace solamente en dos grupos —criminal por tendencia o por ambiente (ocasional)— sino en tres. además. aquí no hacemos sino recordarlos. 4. pues. v: Exner. se han establecido muchos que son sostenidos de modo revela­ doramente uniforme por criminólogos de las más diversas escue­ las. y que deje morir al paciente antes que actuar basado en una mera probabilidad. que es ma­ yor en los delincuentes tendenciales que en los ocasionales. Dentro de los caracteres propios del criminal por tendencia. p. lo que habla en favor de aquéllos y abonan su relativa certe­ za. tal como tam­ bién lo hace el propio Exner— 583 — . (6) Sobre estos rasgos. necesidades prácticas las que impulsan al diag­ nóstico. Ambas bondades dependen de que en Alemania se efectuaron investigaciones amplísimas a raíz de la arden de 30 de noviembre de 1937 que impuso pautas uniformes para el trabajo de informes biológico-criminales en todo el país. Hemos de escoger la exposición que de ellos hace Exner por la cantidad de material con que se ha trabajado y el rigor metódi­ co con que se le manejó. con lo que se recoge una larga tradición criminológica que siempre pretendió hacer de estos delincuentes un tipo aparte. según sigue (6). por ejemplo. y no todos. nos remitimos a cada lugar en qu* fueron tratados. sino sólo relativos en su frecuencia. que estos rasgos no son absolu­ tamente típicos.bién una forma de actuar. Equivale. 442 y ss. Son. Como ya fueron explicados en su lugar. por alta que ¿lia sea. Nótese. (4) V: Ibidem. Antes de pasar al párrafo siguiente. es más conveniente hacer lo aconsejado por Exner.— RASGO S DISTIN TIVO S DEL CRIMINAL PO R TEN DENCIA 0 ). es decir.— Esos rasgos pueden clasificarse en varios grupos. subsumirlo ven los dos tipos anteriores. a pedir que ante un enfermo el médico se cruce de brazos hasta tanto adquie­ ra todos los conocimientos posibles y seguros acerca de la enfer­ medad contra la que debe combatir. que entre los rasgos apuntados. No se dan apar­ te los caracteres de los criminales ocasionales porque ellos pue­ den ser fácilmente deducidos. sin per­ der de vista los rasgos predominantes del criminal pasional. agregando a los dos anteriores el delincuente pasional o afectivo. Podemos señalar los casos en que existe nacimiento ilegítimo.— Para ello hay que tener en cuenta los diversos medios que realizan la tarea educativa.7% Que habían ya sido condenados 2-4 veces en dicho año 65. inmoralidades peque­ ñas. II.. (8) E n er.— Puede decirse.7% Que habían ya sido condenados 5 veces o más en 1902 83. la comisión de alguno facilita la repetición cuando se han derivado de los anteriores satisfacciones mayores a los per­ juicios.. Hay que tener en cuenta varios aspectos de la carrera delincuente: A) Número de delitos . or­ fandad. mala conducta en el ejército. etc. — 584 — . Exner reproduce los siguientes números comprobatorios en relación con la reincidencia por grupos: "De los condenados por primera vez en 1902 . como en seguida se verá. III. los grupos escultísticos.. el temor a la censura social o al casdgo penal. 443.. p. fracaso en las agrupaciones extraescolares.— Ascendencia . hogar mal constituido. fracaso culpable en la escuela. dificultades en las relaciones familiares. también aquí se crea un hábito que facilita cada vez más el romper las resistencias presentadas por la propia conciencia...— Hablan en favor de delincuencia disnosicional. Según las investigaciones modernas. Parece que.3% (8). que cuantos más delitos tiene uno tras de sí.— Carrera delincuente . más tiene de­ lante de sí. ob. (7)) Nótese que aquí no se dice nada acerca de si la criminalidad es o no hereditaria. hay que des­ cartar las psicosis. como sucede generalmente con los actos humanos.1% Que habían ya sido condenados una vez en dicho año 48. etc.... como los exploradores.. mal rendimiento intelec­ tual y mal comportamiento en ella. la familia. el alcoholismo o la criminalidad de los progenitores (7). el ejército. carencia de relaciones amistosas o mala calidad de las mismas...I. tales como la escuela. carencia de una preparación técnica adecuada para desempeñar un buen trabajo que permita obtener lícitamente la satisfacción de las necesidades que el indi­ viduo tendrá. simplemente se comprueba el hecho de que cuando existe en los padres. 22. tiende a aparecer también en los hijos. salvo las epilépticas y las relativas a conduc­ tas sexuales. clt. pero sostenidas.— Relaciones educativas . las psicopatías.— Es uno de los elementos de mayor importancia en la determinación del diagnóstico. sobre todo si es profesional. El delincuente por tendencia. si hay sólo un breve lapso entre la puesta en libertad y la reincidencia. pues entonces podría más bien deducirse que el individuo es capaz de resistir a las tentaciones. etc. capaz de reconocer una técnica de eje­ cución por detalles personales del criminal. Como Exner observa. el caso del reincidente múltiple. ha de pensarse en la existencia de disposición aunque el lapso hasta la reincidencia sea largo. como sucede en las estafas. como si el (9) V: Ibidem. ganarse confianza.La existencia de disposición para el delito se manifiesta en el hecho de que la criminalidad se presenta en ocasiones diferentes entre sí.— La disposición marca con un sello la actividad del delincuente. requería de una larga preparación. como ya lo anotara Ferri. tomando en cuenta que hay delitos que requieren de cierta madurez social —ocupar altos puestos. que el peso irresistible de la disposición se haga patente a través de un prontuario variadísimo.— . No así cuando pasa un tiempo largo. Aquí se impone un análisis detallado del caso concreto. B) Momento . puede suceder que la aparición retar­ dada del primer delito se deba a que hasta ese momento el cri­ minal se encontraba en circunstancias especiales que impedían la salida de las tendencias profundas. El segundo. salvo que el delito pueda ser atribuido fundamentalmente a las pasajeras crisis que se sufren durante la pubertad y la adolescencia. Puede suceder más bien.'tiende a la especialización. £1 primero. hay que pensar preferentemente en delincuencia ocasional. en cuanto al momento en que se perpetró el pri­ mer delito. en ciertos casos. bancarrotas. Tal el caso de los soldados profesionales que comenzaron una carrera de reincidencias múl­ tiples. La precocidad es casi siempre un síntoma de delin­ cuencia disposicional. como ocurre con los delitos propios de la edad senil. cuando fueron dados de baja (?). 444-445. — 585 — . aunque de ello no pueda deducirse que todo delincuente profesio­ nal es necesariamente de estado. C) El modo . cuando el delito posterior es grave o. o viceversa. Est< tiene sus propias maneras de obrar. como sabe todo policía experto. Sin embargo. o de cierta madurez biológica.— Hay que tomar en cuenta dos aspectos. puede deducirse una criminalidad disposicional. Pero de lo dicho no hay que deducir lisa y llanamente que cuando la criminalidad se presenta en la adultez y aún más tardíamente. manejar fondos considerables. pp. tener experiencia. de cualquier modo. ya porque suponen organizaciones criminales que protegen a sus miembros. el 25% de los presos tenian otros antecedentes penales. p. policianos o por faltas. eso puede deberse tanto a que si conocimiento que de él tiene la policía de un lugar le impulse a trasladarse adonde estén menos prevenidos. . 24.5% 77.7% 61. — Es característica en el criminal por tenden­ cia. ese tér­ mino medio general es. la criminalidad interlocal. p. — 586 — . habrá que tomar en cuenta también el tipo de delito cometido y las circunstancias que lo rodean. 13. aunque ésta tiene tam­ bién la significación de haberse introducido al domicilio ajeno para cometer otro delito. Waite. Es también evidente que ciertos delitos son reveladores. que son difíciles de resistir. p. Estas cifras hay qu¿ ponerlas en relación con el término medio de reinciden­ . por tan­ to. según el mismo autor. no puede siempre pretenderse una traducción exacta. v: lbfdem.criminal no pudiera resistir a la tentación aunque se presente de diversas maneras. ▼: Manifestaciones predominantes de la delincuencia en el Cragnay. a que precisa encon­ trar nuevas oportunidades pera cometer los delitos en que se ha (10) Traducimos así la expresión "burglary". que se encuentran en prisiones.7% 58. por su ganancia u otras facilidades. Esta se da sobre todo en delitos contra la propiedad o contra la salud pública. D) El lugar. ya porque presentan tentaciones. Carballa calcula que.1% 75. del 50%. 23. nos da los siguientes números en relación con la rein­ cidencia en ciertos delitos: "Envíos a prisión o reformatorio por Homicidio Robo Violación de domicilio (lú) Abuso de confianza y fraude Falsificación Violación Violación de leyes sobre drogas Previas reclusiones (no necesariamente por el mismo tipo de delito) 61. dadas las variaciones legislativas y la tradición penal que se encuentra de­ trás de cada expresión extranjera.0% 90. tes en todos los delitos.9% 65. a i) Waitei-The Prevenüon of Repeated Crixne. en el Uruguay. como en los demis. Algunos de ellos parecen apuntar menos que otros a la reincidencia.3% ” (»). Aquí hay que tener en cuenta también el tipo de delito que se comete. En este caso. el matrimonio realizado mal. 49. al que tra­ baja irregularmente y no cumole con tal modo de adaptarse social­ mente. en suma. el captar el sentido total de ellas dentro de un conjunto estructurado que. tenemos al bebedor exagerado o consumidor de estupefacientes. Los datos señalados tienen un gran valor objetivo. como ser frialdad de sentimientos. el reincidente suele tener. Por tanto.especializado o a que particulares anormalidades le inducen a fre­ cuentes cambios de domicilio. fuera de otros defectos intelectuales. pero después ha de venir necesariamente una labor más subjetiva. Ya dijimos que ninguno de estos caracteres merece ser con­ siderado como típicamente criminal. etc.— Los señalados son de tipo eminen~ temente social e implican un desajuste en relación con las normas que el grupo reconoce como moralmente aceptables. es el que empuja o no al delito. especialmente si se efectúa con un delincuente. menos inteligencia que el primario.— Otros caracteres . que es la interpretación dinámica de esas causas. el mal empleo del tiempo libre en diversiones que no son socialmente loables. IV. aunque fuera por un camino distinto. podemos agre­ garles otros. 170-180. volubilidad. para evitar repeticiones. aunque éste haya sido reno­ vado con conocimientos modernos. pero aún así y teniendo el cuidado de evitar los lazos de la concepción general de Di Tu­ llio. la asociación con grupos antiso­ ciales. son una sóli­ da base sobre la cual puede operarse. pp. Es verdad que su concepción está muy teñida de lombrosianismo. — 587 — . por ejemplo. Di Tullio ha reunido un material de investigación sumamente notable al hablar de la "constitución delincuencial” entendida como “una predisposición constitucional a la delincuencia en general” (t2). Ayudarán a esta interpretación varios otros datos no con­ tenidos en los acápites anteriormente detallados. por término medio. pero no menos impor­ tante. pueden entresacarse muchos caracteres propios del que se denomina delincuente disposicional y que son aprovechables para el diagnóstico. en él se presen­ tan con más frecuencia las anormalidades del carácter. Ver también. por ejemplo. eso implicaría volver a Lom­ broso. el valor de ellos proviene de la forma en que se acumulan y en que se com­ binan entre sí o con otros caracteres favorables para el delito. etc. Dejando de lado los puntos en que existen coincidencias con los señalados por Exner. En este último aspecto. Princi­ pios de Criminología Clinica y Psiquiatría Forense. Asf. p. las alteraciones infecciosas y tóxicas (en- (12) Trattato di Antropologia Criminale. impulsividad exagerada. Por ejemplo. Habrán de tomarse en cuenta también. sobre deter­ minados tipos de criminales: asesinos. etc. anormalidades del sistema nervioso. la motivación que impulsó al delincuente. el sexo. de dominio. impulsividad exagerada. el tipo y la grave­ dad de la pena. (13) V: Ib Ídem. Esas clasificaciones dependerán de las posibi­ lidades de investigación en cada lugar y.)» deficiencias morales. ladrones. — 588 — . algu­ nas anormalidades corporales o mentales significativas. etc. per­ versidad. ca­ lumniadores. hipo-evolución en el desarrollo. Pero se pueden agregar otras clasificaciones que nos acerquen cada vez más a la individualización. desde luego. etc. prepotencia. agresividad. dos cate­ gorías en que la mayoría de los criminólogos están de acuerdo: el criminal por tendencia o disposición y el ocasional. priman en el primero tas condiciones personales —hereditarias o adquiridas— y en el segundo. 60-73. se harán distinciones según el tipo de delito co­ metido. las conclusiones a que han llegado algunos estudios de Criminología especial. parasitismo. de defensa. carencia de capa­ cidad inhibitoria. El primer tipo de clasificación supone. de la utili­ dad que puedan tener en el tratamiento penal y en la determina­ ción de la sanción aplicable. violadores. si se trata del primer delito o el individuo puede ser considerado habitual o profesional. No hacemos sino citáis las características más importantes (u). pp.fermedades como la tuberculosis y la sífilis así como disfuncioncs glandulares). como se ve. de los instintos (sexual. las circunstancias del medio. la edad. dos aspectos distintos pero complemen­ tarios de la prognosis. demás decir que una lucha cien­ tífica contra el delito supone.CAPITULO II EL PRONOSTICO CRIMINAL 1 N ATU RALE ZA DEL PR O N O ST IC O CRIMINAL. En cuanto a la importancia. De ello pueden deducirse la importancia y la dificultad del pronóstico. sino en la aplicación de la misma. que no hayan de lanzar­ se nuevamente a la circulación. Tenemos. Tampoco se ha de pensar simplemente en la liberación o sus­ pensión de algún tipo de pena. la determina­ ción judicial de una sanción y su ejecución posterior se basan ne­ cesariamente en una prognosis acerca de la forma en que el delin­ cuente reaccionará frente a la pena que le ha sido impuesta. han de recaer con mucha probabilidad en ellos. habiendo come­ tido uno o varios delitos. el pronós­ tico pretende predecir la conducía futura del delincuente en cuan­ to a la reincidencia. entre otros.— Si el diagnóstico criminal busca establecer cuáles fueron las cau­ sas de un delito y cuál la personalidad del delincuente. por tanto. Pre­ vención y derechos del delincuente se contraponen en cierta medi­ da y será tarea/del pronóstico el tratar de armonizarlos. entre ellos el de libertad. Pero frente a esa necesidad preventiva se alzan los dere­ chos humanos. ésta puede ser: — 589 — . pues dentro de un Derecho Penal flexible y humano. a individuos que. la que no debe ser limi­ tada a menos que existan fuertes razones morales para ello. Todo el derecho punitivo se encami­ na en esa dirección. debe contestar a ia cuestión de si el preso puede ser libertado del esta­ blecimiento penal o de la casa en que cumple la medida de segu­ ridad sin que sean de esperar por él posteriores reincidencias” OíLa prognosis de ex-carcelación es más completa que la de juicio pues no sólo cuenta con los datos establecidos para ésta. si­ no con otros que provienen de la observación sistemática a que el reo hubiera sido sometido mientras cumplía su condena. sometido a una observación sistemática. el juez ha de pronosticar la conducta futura del reo. se lo retendrá mediante la aplicación de medidas adecuadas. y den­ tro de ellas). si el pronóstico es positivo. se hace sobre muchos datos incontrolables o difícilmente comorobables. se puede decir que el material relativo a actos previos a la condena es enriquecido porque se dispone de más tiempo para comprobarlo durante la ejecución penal. con­ forme a principios procesales modernos. si como con­ secuencia de la misma.— P R O G N O SIS DE E X C A R C E L A C I O N . porque el criminal no estuvo. el que el diagnóstico que es su principal punto de arran­ que. De estos dos enunciados ya puede el estudiante de Crimino­ logía* deducir la decisiva importancia del pronóstico y la necesi­ (1) Exner.a).— Es> la que debe efectuar el juez en el momento de dictar sentencia y como uno de los fun­ damentos de la misma. pues éste. p. Tal prognosis ge basa en el diagnóstico cri­ minal. . es de todos reconocida. debe ser tan corto como . si llega a presumirse que el delincuente no reicidirá de ser puesto en libertad. Biología Criminal. . En base a tales datos. (2) Desde luego. b). Inclu­ sive. es decir.— “ . La prognosis de juicio tiene muchas limitaciones. que ya presenta al enjuiciado como criminal disposicional o por ocasión. en este lugar no puede decirse mis. a fin de determinar la pena en cuanto a especie y duración (siempre que tales posibilidades le sean concedidas por el sistema penal. se establece que el reo. entre ellas. durante su vida libre. una vez liberado. es decir. Por el contrario. En general. — 590 — . 448. tiempo de que no se dis­ none usualmente antes de la prognosis de juicio. La variedad y flexibilidad de instituciones creadas por el Derecho Penal moderno a fin de llevar a cabo una eficaz lucha contra el deli­ to. consienta la administración racional de la justicia. si la prognosis es negativa. la sanción puede darse por concluida aún antes de que se haya cumplido totalmente o se emplearán simples medios indirectos de control (2). ha de reincidir.— PRO G N O SIS DE JUICIO . sus posibilidades de corrección. . se halla Incluido en las pp. 427-443. el juez. se lo retendrá hasta que se tenga un apreciable grado de se­ guridad de que la reincidencia no ha de producirse? A esta pre­ gunta no puede responder la Críminológía sino el Derecho Penal y. 324-330 de la Encyclo­ pedia of Criminelonr dirigida por Branham y Kutasb. la concepción general que se tenga acerca de los de­ beres y derechos correlativos de la sociedad y del individuo. de Hall: Tbeft. no es abusivo el suponer que las personas co­ locadas en las mismas circunstancias reaccionarán. pronosticamos en la vida diaria no sólo acerca de nuestros pro­ pios actos sino de los ajenos. Pndfctlon of Criminal Bellavior. Criminología. en las pp. A la verdad. (4) Una buena exposición do las criticas al pronóstico criminal. pp. Por lo demás. Siempre existirán casos intermedios en que el investigador y. en general. También es lícito suponer que la misma persona. 2. de Monachesi. Desde un comienzo se dijo que era vana la pretensión de pronosticar la conducta humana. incluyendo a los escépticos. 288 y sa. véase el Art. 323-336. Lew and Society. en López-Rey. En cuanto al método para establecer un pronóstico criminal científico. Pero lo que se busca con el pronóstico criminal es algo menos presuntuoso: simplemente pronosticar con eran probabilidad y ex­ clusivamente sobre la conducta criminal f). ¿Se lo liberará entonces o. — 391 — .— DIFICULTADES DEL P R O N O S T I C O Supuesta la necesidad de llegar al pronóstico criminal como base para la ade­ cuada realización de la política criminal y penitenciaria queda to­ davía por establecer el camino que debe seguirse (l). de igual manera. (3) Para darse idea de la diferencia entre el pronóstico y otros sis­ temas. todos nosotros. compfiseg» el fiatema actual con el criterio —basado en el buen comportamiento en el penal y en el arrepentimientopreferido por Dorado Montero: V: Paleología Criminal. tan escéptica posición tiene fun­ damento cuando se refiere al pronóstico que quiere darse como absolutamente seguro y valedero para todos los actos humanos. etc. tras éste. como baso p a n conceder indultos. luego. pp. se sentirán incapaces de decidir acerca de la fu­ tura conducta del criminal. aquí tiene primordial importancia el que se haya optado por el principio in dubbio pro reo o in dubbio pro república.dad de que se creen bases para que él se equivoque lo menos po­ sible. Nuestros planes no tienen otro fun­ damento: nunca podríamos forjarlo si tuviéramos la certeza de que la conducta humana es totalmente imprevisible. libertad condicional. por el con trario. Un ejemplo da cómo del conocimiento de las causas del delito puede demelne un adecuado tratamiento penal. No nos va­ mos a extender en este aspecto. Pero esa tarea ha sido llevada a cabo y sen los éxitos logrados los que más han contribuido a confirmar la solidez de las esperanzas que se fundaron en el método. Y es la influencia de estos factores natu­ rales la que permite establecer un pronóstico. reaccionará de igual modo. no considera que la libertad sea abso­ luta e ilimitada. Acá.— H ISTO RIA DEL P RO N O STICO CRIMINAL. en sentido moderno. pero éstos no de­ muestran que se esté en el camino equivocado. sin embargo. sino sólo las fundamentales de entre ellas. pero dentro de un ámbi­ to de necesidad. Aunque.) Su sistema de diagnóstico y pronóstico se basaba lógicamente en la teoría del criminal nato. no rein(5. por experiencia. Es evidente que la total igualdad de circunstancias no existe sino como suposición teórica pues en la realidad es prác­ ticamente imposible. esta historia se inició hace cien años. y esto.— En sentido amplío. Los factores naturales influyen en nuestra con­ ducta en un alto grado. aunque sea hecho por los médicos de pri­ siones. en la mayoría de los casos. cuanto mayor sea el número de causas naturales que han sido tomadas en cuenta. — 592 — . naturalmente. Es evidente que el pronóstico presupone el análisis de los fac­ tores de la criminalidad en general y en el caso concreto. Ella existe ciertamente. sin excepción. ya no se tratará de establecer un cuadro completo de todos los antecedentes. No con la preten­ sión de que se cumpla siempre. tiene cincuenta años de existencia. sabemos que son las que tienen más peso. por tanto. Exner nos da los siguientes datos para demostrar la mag­ nitud de los fracasos: de 391 casos con prognosis mala. es verdad pese a los fracasos parciales que se han cosechado. y tanto más. en su conjunto.ante las mismas causas. volviendo a uño de los prin­ cipios de la filosofía clásica. contraria a toda libertad. que determinaron una conducta. 5. sino simplemente que la tarea no ha sido aún completamente realizada y que queda aún mucho por recorrer y por investigar. Se podrá argüir que el admitir el pronóstico supone tomar una posición determinista. surge otro problema que ha de ser resuelto antes de hacer el pronóstico: el de determinar cuáles son los rasgos principales a que nos referimos y que han de tomarse en cuenta. Pero. aque­ llas que. Debemos dejar de lado las tentativas de un dictamen emiti­ do de manera intuitiva. pero sí conviene recordar que hoy la inmensa mayoría de los filósofos. con la at>aridón de la escuela positiva en la Criminología (s). pero sí con grandes probabilida­ des de ser cierto. sino sólo de los principales. sí es posible acercarse a esta­ blecer cierta semejanza de antecedentes causales cuando no busca­ mos averiguar todas las causas. ob. pero otros fracasaron.2% 15. de determinar y clasificar científicamente los datos del pa­ sado del criminal. (7) V: Monachesl.cidieron 105.4% 44. resaltaron algunos diferencias a veces sorprendentes. Dichos autores trataban.3% 12.8% 8. p. Para ejemplo. de 338 casos con prognosis buena. tan­ to más que los médicos dictaminaron sobre los casos que consi­ deraron seguros o poco menos. para lograr el pronós­ tico.3% 24. — 593 — . 449-450.?% 5.8% Este cuadro muestra que l<ik delincuentes que tenían un buen registro de trabajo difícilmente fracasaban en la prueba de la li(6) V: Exner. ofrecemos el cuadro relativo al trabajo registrado en la etapa previa a la encarcelación y el posterior fra­ caso o éxito en la libertad condicional (se citan separadamente las tres instituciones de las cuales los liberados procedían en igual proporción: mil de cada una). «b. (8) Transcrito en tbídem. prescindiendo de aquellos dudosos (6). 321 y u . Ta­ les antecedentes fueron clasificados en 21 categorías. parte de tales li­ berados tuvieron éxito en el cumplimiento de las condiciones. clt.. dentro de cada una se buscó establecer en qué se diferenciaban las carac­ terísticas del exitosamente liberado. Los errores son demasiado grandes para que el pronóstico así emitido mereciera ser tomado en cuenta por las autoridades..1% 28. en que nos inspiramos prin­ cipalmente para hacer este resumen de las investigaciones nor­ teamericanas —las primeras en su lénero— acerca del pronós­ tico.4% 30. Burgess clasificó los datos relativos a tres mil presos perte­ necientes a tres instituciones penitenciarias de Illinois. 326.2% 28. que habían recibido el beneficio de la dibertad condicional. ' _ ------ - Registro de trabajo previo ______ ________________________________________ - .5% 25. Porcentaje de violación «or instituciones * ' Todas las personas (trifOinalN) Sin registro de trabajo pfvvfo Registro de trabajo casual Registro de trabajo irregular Registro de trabajo regular Pontiac Menard foliet 22. p. res­ pectivamente f7). El pronóstico criminal moderno se inició con los estudio? norteamericanos de Burgess y de los Glueck. clt.0 % 27. pp..4% 21.5% 26. reincidieron 137: son fallas del 20% y 40% respectivamente y sólo tomando en cuenta observaciones hechas cinco años después de la liberación.0% 31. en 1928 y 1929. con las deí que fracasaba en la prueba. Al comparar los antecedentes de unos con los dz los otros. cada vez que éste se en­ contraba dentro de las características favorables al éxito de la li­ bertad condicional. pe­ ro posteriormente simplificaron tales cálculos.8 26.8 71.3 70. En las veintiún categorías de causas elegidas por Burgess.1 73.1 28. su sistema se basaba en cálculos sumamente complicados. con la predicción de la conducta criminal.8 30.1 69. Se sumaban esos puntos y cuantos más fueran. así como de poner en claro las correla­ ciones entre los mismos y sus mutuas influencias. Vamos a dar un ejemplo relativo a la influencia que la edad de los delincuentes juveniles pudiera ejercer en resultado de la libertad condicional: investigación sobre 896 individuos. es decir. Así se estable­ ció el primer módulo de pronósticos basado en la observación de datos concretos debidamente analizados y no en meras concep­ ciones teóricas.2 N* 12 32 60 97 57 258 % 28. Los Gluecks ciñeron su investigación a los factores que apa­ recían como más estrechamente ligados con el fracaso o el éxito. 327. En un comien­ zo. demostraba haber fracasado menos que el término medio de los presos puestos en libertad condicio­ nal. El trabajo'de Burgess marcó hito en la historia de la investi­ gación criminal. se hizo notar que aquel autor asignaba igual puntaje tan­ to en los casos en que la correlación entre el factor analizado y el fracaso era pequeña como cuando era íntima: se vio enseguida la necesidad de establecer grados de importancia criminògena en­ tre los distintos factores._________________________ Resultado d e la libertad condicional Total No violadores Violadores Edad de los delin­ cuentes N* N9 10 años o menos 11 — 12 años 13 — 14 años 15 — 16 afios 17 años o más Totales 42 115 196 325 218 896 30 83 136 228 161 638 (9) Transcrito en Ibidem. Pero en seguida.7 (*). es decir. . p. sobre todo por obra de los Gluecks.4 72. — 594 — % 71. siempre que perteneciera al grupo que dentro de cada categoría. sucediendo lo contrario con los que tenían un mal registro. este autor asig­ naba un punto favorable al delincuente. era de super ner que existían menos probabilidades de fracaso. La correlación era suficiente clara como para poder predecir que los que poseían un buen registro no fracasarían en la prueba mientras los que lo tenían malo fracasarían.6 29.bertad condicional.5 27. en diferencias de 4 a 7. También merece siquiera citarse los trabajos de Monachesi. pera ellas son tan pequeñas que surge inmediatamente la duda de si deben ser o no tomados en cuenta. esta sugestión trae una iniciativa muy interesante y. 1003-1051. siguiendo las pautas ya se­ ñaladas por Burgess y los Gluecks. de 7 a 15. en efec­ to. es claro. sin duda. a raíz de la necesidad de fundar científicamente la política penal y penitenciaria.— EL SISTEMA ALEM AN DE P R O N O S T I C O Los mencionados estudios de pronóstico norteamericanos tuvieron amplia repercusión en todo el mundo. estando ellos aún en pañales en otros conti­ nentes. tales los de Argow. más de 26. descuidada por gran parte de los investigadores del pronóstico criminal. apreciable asociación: de 15 a 26. como por ejemplo en el transcrito de Burgess. pero éstos fueron de tal modo reducidos y sim­ plificados. También en el sistema alemán. En otros casos. había escala relación. considerable asociación. la terminología de Di Tullío. sino también de su confrontación con los factores que detienen el delito. siempre como resultado de la técnica esencial de los (10) Los último« datoa acerca de la magnifica investigación de los Gluecks se hallan en su obra Later Criminal Careen. quien su­ girió que así $omo se hacen cómputos de los puntos desfavora­ bles se hiciera también de los puntos favorables. se ha admitido una califica­ ción por puntos. íntima relación. Posteriormente siguieron otros estudios que nos llevan has­ ta la situación actual del problema. se hicieron los mejores y más amplios es­ tudios de Europa. Los Glueclcs establecieron que cuando las comparaciones mostraban una variante de tres o me­ nos —como en el caso recién transcrito— no podía considerarse como existente la relación entre el factor estudiado y la conducta resultante. éste debería resultar no sólo de la suma de los puntos con­ trarios a un buen pronóstico. pero fue en Alemania don­ de. 4. por lo menos en los extremos. Laune y Weeks. pp. que existen correlaciones. para la evolu­ ción de este sistema. Sheldoo Glueck: The problem oí áeUnqMncy. Estos porcentajes de relación llevan a establecer un promedio general que es el que sirve para deter­ minar el pronóstico criminal (10). esa duda no es posible.Si tomamos el porcentaje final de éxitos y fracasos en la vi­ da bajo libertad condicional. usando. — 595 — . donde existe enorme material de consulta. puede decirse que el pronóstico debe basarse en un balance de las fuerzas crímino-impelentes y de las fuerzas crímino-repelentes. V: también. y re­ sulta claro que el dignóstico es ya un primer paso. Por el contrario.— Mala aplicación en la escuela. clt. no tomando en cuenta cada materia en especial sino el aprovechamiento general y la conducta. — 596 — . (12) Aquí también bemoa de aconsejar que se tengan presentes los aspectos favorables al delito que quedaron estudiados a lo lar­ go de esta obra. el pronóstico.fundadores. En efecto. dis­ posición o tendencia tendrán un pronóstico desfavorable.— Malas condiciones de educación familiar. los delincuentes con diagnóstico “de ocasión” tendrán un pronóstico generalmente favorable sal­ vo que se presuma que han de caer. Meywerk y Schwaab. que su traslado a otros países ofrece no sólo grandes probabilidades de éxito sino también de complementación. a su salida del penal. 3. (11) A este auto«. y muy impor­ tante. los delincuentes diagnosticados como de estado. los malos influjos hogareños sobre los niños. para citarlos como ejemplo del sistema alemán. en algún estudio que luego se verá. así como el suicidio y el alco­ holismo en los consanguíneos. 2. pues aquellos puntos son sumamente flexibles. tal como lo ha­ ce Exner (u). (13) Punto válido. en -con­ diciones iguales. Por cada categoría en contra se da un punto desfavorable al delincuente de tal manera que de la acu­ mulación de ellos se deduce la probabilidad o no de una reinci­ dencia. 4. Los criminólogos alemanes tuvieron a su favor el hecho de contar con millares de diagnósticos legalmente obligatorios. 453 y ss. a las que primero los arrastraron al delito. la suposición de una mera casualidad debe descartarse. a catorce. Su número ha sido reducido a quince y. Los puntos tomados en cuenta para la predicción son los siguientes (u): 1.—Tara hereditaria¡ bajo este acápite se comprenden las enfermedades mentales y nerviosas. son los de Schjed.— Criminalidad hereditaria en la ascendencia ('*). Por tanto el punto se refiere principalmente a los últi­ mos y más indisciplinados de cada cuno.nos atenemos: véase su ob. por razones ya anotadas. p. los tres llegan a conclusio­ nes tan similares. pese a haber trabajado con distinto material. es decir. aunque no se estime que exista criminalidad hereditaria strictu sensu. Los trabajos que hemos de tomar en cuenta. a me­ nos que durante la detención se hubieran producido grandes cam­ bios de personalidad o que se presuma que el ambiente en que vivirán luego de liberados será tan fuerte como para ahogar la disposición al delito. — Deducible del hecho de que las sentencias provengan de juzgados con distinta jurisdic­ ción.— Psicopatías. el 14 y el 13 se refie­ ren más. 9. 14. 12.— Más de cuatro antecedentes penales. 13. Cambios frecuentes e in­ motivados de trabajo. 11. según diagnóstico especializado.— Las que permitirían suponer que el liberado debe­ ría adoptar una actitud contraria para vencer las tentaciones de la situación social o familiar.— Criminalidad interlocal. 6. 13.— Mala conducta en la penitenciaría. si el nue­ vo delito es grave o de complicada preparación.5. 7. más tiempo.— Trabajo irregular. tal afirmación es parcialmente vá­ lida también cuando se trata del punto 13.— Los que comenzaron una enseñanza y no ¡a terminaron. holganza permanente o por largos períodos. menos de 5 ó 6 meses entre la liberación y el nuevo delito. bien al delincuente de ocasión.— Liberación antes de ¡os 36 años. Las relaciones entre dianóstico y pronóstico pueden eviden­ ciarse por el hecho de que los doce primeros puntos dan la pau­ ta de un delincuente de estado. 8 . según informe de las autoridades de la misma. sin que exista justificación.— Alcoholismo.— Midas condiciones sociales y familiares después de la liberación.— Primer delito antes de los 18 años.— Reincidencia especialmente rápida. — 597 — . 10. 598 — .— Antecedentes pe­ nales de más de 4 casos 9.— Trabajo irregular 7. de ahí por qué fa comparación con los otros estudios es posible.— Mal resultado en la escuela 5.— Criminalidad in­ terlocal (14) Schwaab se fija en los puntos favorables que no son sino la contra partida de los favorables.Los resultados prácticos pueden colegirse' del siguiente cuadro: En los 200 casos de Hamburgo (Ua^jwerk En los 400 delincuentes contra la mo­ ral con ante­ cedentes (Schwaab) (14) % 64 85 77 77 67 “ 70 83 84 67 74 81 65 75 79 76 83 79 70 76 77 71 73 73 90 84 78 97 78 80 De los condenados que mos­ En los 500 traban signos graves fueron casos de reincidentes según las cau­ Munich sas en los porcentajes que (Schied) % damos al lado: ' 1. que el autor mencionado no toma en cuenta sino 14 puntos. para este cuadro y los siguientes.— Criminalidad en la ascendencia 3.— Comienzo de la criminalidad an­ tes de los 18 años 8.— Malas condicio­ nes de educación 4.— Tara hereditaria 2. Pero hay que anotar.— Enseñanza comen­ zada no termina­ da 6.— Reincidencia de­ masiado rápida 10. Esa verdad. ob.— M alas relaciones sociales y fam ilia­ res después de la liberación. — 599 — .— Alcoholismo 64 73 74 77 80 84 13. Si en cada punto como antecedente existe tan notoria rein­ cidencia. p. ya establecida por los investigadores norteame­ ricanos ha sido plenamente comprobada por los alemanes. 455.De los condenados que mos­ En los 500 traban signos graves fueron casos de reincidentes según las cau­ Munich sas en los porcentajes que (Schied) % damos al lado: En los 200 casos de Hamburgo (Maywerlc) En los 400 delincuentes contra la mo­ ral con ante­ cedentes (Schwaab) % % 11.— Liberación del es­ tablecimiento an­ tes de los 36 años. calcúlese lo que será cuando aquéllos se acumulan: ma­ yor sea la acumulación.— Psicopatías 12.— M ala conducta gegeneral en el esta­ blecim iento 71 84 85 56 69 73 83 78 89 (*5). 14. clt. tal co­ mo resulta de los siguientes cuadros: (15) Reproducido de Exner. mayor será la probabilidad de reinci­ dencia.. 15. de Mi­ de indi.Entre SM c u n de Moúeh (Schied) •ta ts Entre 201 casos de Hnmbargo (Mejrwerk) N éacn. vidooe en cada grupo grupo i 0 30 il 1 — 3 in 3% 4 101 15 = 15% 40 5 = 13% 4 — 6 170 69 = 41% 40 10 = -25% IV 7 — 9 118 81 = 69% 67 60 = 90% V 10— 11 50 47 = 94% 37 34 = 94% VI 12— 15 31 31 = 100% 12 12 = 100% 1 = 0 = 0% .De eUoa fueron m i desfavorable» NAmero de Indi­ De ello« fueron Número viduos e& e td i reiarfíteatea . reincidentea . En la misma Aleínania. p. sobre todo en cuento toca a las relaciones mutuas entre los distintos factores criminògene» y las direcciones en que se desarrollan las anomalia*.5% III 7— 8 75 46= 61% IV 9 — 10 122 80 = 66% V 11 — 13 136 133 = 98% VI 14 11 11 = 100%(w). Pensemos. Las ganancias ya obtenidas. 467. Esta última etapa tiene naturaleza fundamen­ talmente intuitiva. Paro viene luego la también nece­ saria visión de conjunto. estof puntos no significan sino una base objeti va sólida. por ejern(16) Ibidem. por e l contrario. expertáientaaa • imprescindible —todo lo cual cons­ tituye un verdadetb «M anto— para una evaluación total de la personalidad.E atre 440 delincuentes contra la propiedad con varios antecedente« oenales (Schwaab) Grupo desfavorables Número de Indi­ viduos en cada De ellos fueron reiaddentea trap o 1 0— 4 8 0 = 0% 11 5— 6 48 6 - 12. en la cual se dispongan estructuralmente todos los factores. pues propone cali­ ficaciones de 1 a 4 según sea la relación entre cada carácter y la reincidencia. Sin embargo el camino por recorrer es aún mayor. son ciertamente notables. — 601 — . Gatéeles ha propugnado un sistema de puntuación más cercano al da los Glueck. Pero debe tenerse en cuenta que este trabajo de compilación de puntos no releva al criminòlogo de cualquier otro posterior. Estas cifras son de por si elocuentes pata demostrar hasta dónde la Criminología aplicada ha logrado su finalidad de prede­ cir la reincidencia de loe delincuentes. como puede verse por lo ex­ puesto en las páginas anteriores. en este vasto campo. Tanto más que los puntos anotados. en el sistema Fe­ dera! de prisiones. Maycr ('OEl sistema de tablas de puntuación ha sido recogido por va­ rios estados de Estados Unidos y. Pero. pp. los es­ posos Giueck. Criminología. quienes han reducido el número de causas toma­ das en cuenta hasta solamente tres. Este sistema muestra que hay que tomar en consideración algu­ nos puntos propios de la situación en cada lugar y tiempo. . Nos hemos extendido en los ejemplos anteriores porque ellos son ejemplares en cuanto a la forma en que deben ser establecidas las normas del diagnóstico y porque muchas de éstas siguen sien­ do aplicadas inclusive en los estudios más modernos. Mannheim-Wilkins y F. en los problemas hoy irresolubles que plantean los delin­ cuentes con puntuación intermedia. Es lo que han hecho. Por ejemplo. más reducido y concreto. sino en la predicción de la criminalidad prima­ ria o predelincuencia. Tal sucede. si bien no simples. implican siempre la posibilidad de una adaptación a cada situación local. aunque se basan en estudios internacionales y ratificado por la investigación en luga­ res muy diversos entre sí. con los casos de Frey. tráfico. últimamente.pío. 297-306. uno de los puntos fundamentales es el relativo a las drogas —uso. y nos daremos cuenta de lo mucho que todavía le queda por hacer a la Criminología aplicacada. y que tiene un marco relativa ments limitado. (17) Ver un resum en en Goeppinger. se han conseguido menos logros que en el otro. por ejemplo. También se ha trabajado no sólo en el pronóstico de la rein­ cidencia. por ejemplo. como hemos hecho aquí. É¿ el resul­ tado de la aplicación de las computadoras al establecimiento de normas para el pronóstico y para la determinación de la pena. fabricación— que quizá en otros países no tenga tanta importancia. En él se utiliza un sistema de siete puntos cen­ trales con variaciones y puntuaciones diferenciales. CUADROS . . .. ..... 7 0............. 12 0.1653 N* 32 50 13 2 1 29 24 167 RESU Raza Blanca India ......................... Falsificación de documentos en general ............... 0.......0006 Pagos de cheques sin provisión de fondos 2 0.................0020 Fratricidios......................................................0033 Viciación..............................0006 Estafas y otras defraudaciones................. Mestiza Negra ... 3 0...0060 SUMAN 249 0.... R obo.......CUADRO N» t CLASIFICACIONES DE INFRACCIONES Blanca N* Ib % Contra la paz y dignidad del Estado___ 5 10...0273 Abigeato..........................................0273 Homicidios......... 0............. Lesiones....................................... ó 0.........0006 H urto........................ 41 0........................ ..........0060 injurias. 1 0..0006 Rebelión y atentado contra funcionarios Usurpación de atribuciones................................0013 Del falso testimonio y del perjurio....................... 3 0.......... Uxoricidios................0080 De los quebrados y deudores punibles . 18 0................. ...........0020 Contra la salud pública.................. 3 0 0020 Atentado al p u d o r... 9 0.......... Otras ............... 2 0.....0033 Contra la seguridad interior del Estado ............................................... 1 0......0020 Tentativa de homicidios................................................................................ 1 0........ 41 0....... 3 0..............0020 Celebración de matrimonios ilegales ..... 72 0.........................0046 Contra la libertad de conciencia y pensamiento.......... 9 0.. ........ 3 0...............0480 Tentativa de asesinatos....................................................... 1 0.0033 Parricidios.......... Sodomía......... Infanticidios .............................................0120 E stupro. ................0006 A sesinatos.......0006 Contra la actividad judicial. 0.................................0013 Incendio y otras destrucciones....................... ...... .6 12.................1 0.......2 3..5(14)..2 13..1 13........6 5.9 74. p...2 20........8 0.000 de población...... ..... Abuso de confianza. Falsedades.. Encubrimiento... Otra claae de delitos sexu ales...... ........ 308........3 43......1 3..0 0.................... etc.........3 5.3 5....4 1...1 37.........2 0...1 4......8 24......9 20........2 0.5 0.1 9...9 01 Total 337...CUADRO II Personas {owVntrtu...4 2.7 2.. Asesinato y homicidios ..7 9.....0 98........0 8..0 1. 10......7 3..5 12..................5 84. Robo calificado.......6 2.4 1............2 0...9 2...... Delitos contra las personas Lesiones calificadas...2 43....0 3........ calculado para al SI de diciembre de 1904).9 0...............7 0................. de 10 ■floa de edad en « M a n » (promedio anual de loe aftos 1001—1009.. Delito* contra la mora) p úb lica.4 0....1 25........7 29. Inmoralidades con n iñ o........3 2.4 Católicos Judíos Innominados 416.5 0..7 25.5 0...5 54.............5 9...0 10...........5 0.... Atentados al pudor.. estupro y violación Rapto..3 1..................6 40.3 7.. Delitos contra la autoridad..6 8... por cada 100....2 11....... Robo sim p le........7 1.1 1... DELITOS Protestantes Toda daae de d elito«....9 L2 1.0 2............4 1. .......9 2...........2 9...0 80.4 8... □ Tomado de Geloof en Misdaad.... e t c ...0 1....0 0.9 0...5 3...................6 212.... 0026 4 4 0.0080 1 ! 0.0026 —.0006 0.“EL DEUTO EN RELACION CON LA RAZA” dl« N* % _ — i — — j ■ -- — 1 0.0013 1 0.0086 0.0066 — — — 48 0.0020 0.0315 38 0. --- _ — — n — -- -- — -- 1 0.0680 0.1346 39 0.6644 0.0160 0.0040 6 8 0.0093 0.1180 6 0.0006 0.1653 0.0006 .0006 — — 1 — 0.0086 10.0066 0.0006 0.0033 — _ — 7 13 1 — — — _ — 0.0315 0.0193 i 0.0006 102 0.0006 0.0060 0.0006 -- -- -- -- 1 1 0.0006 — — — — — 5 — 1 1 — 0.0026 27 0.0006 __ — —— --— --- _ — 0..0013 1 _ % — 9 j 0.0333 — Otrw % N» 0.0006 202 0.0040 9 0.0006 221 0.0086 10 0.0026 1 0.0013 0.0106 4 0.0260 ' 0.0020 — — 13 0.0249 __ — 0.2000 0.0213 ! 0.0045 1 0.0106 0.1108 0.0006 0.0100 ----- 4 0.0249 — — .0006 — 0. ! .D013 — - N' 16 3 i N egn Mestiza % 249 167 998 48 38 % 0.0053 12 0.0013 — U.0006 — — 2 1 3 0.0046 0.0020 0.1473 300 0.6644 MEN N« . 0..0060 1 i 0. -- 1 IS 0.0033 lí.1108 998 14 10 2 — 1 ! : 0. 7 6.2 0.7 0.6 03 7..4 2.2 0.. ..9 0.4 Violencia en la propie­ dad o en animales ..8 2.2(151 ... p.2 4.. 8..0 1..6 3. 1.2 2.2 25 0..0 T o ta l..5 4.8 2.3 8. 45.9 12 TOMADO DE CRIMINALITEIT IN AMSTERDAM EN VAN AMSTERDAMMERS (Información estadística publicada por la Oficina de Estadística de la Municipalidad de Amsterdam.CUADRO UI PERSONAS CONDENADAS.. N* 94.4 0.7 0. 1932.0 1.8 03 02 01 0.4 03 00 0..000 DE LA POBLACION DE AMSTERDAM.0 5.6 1.4 2.2 0.4 2.1 0. .0 0.7 7.0 1...0 2.2 0.6 53...6 8.6 Contra la vida o la salud de las personas .4 0..0 43.0 6.2 0..7 3. .0 00 0.5 44...0 0. POR CADA 100....8 8.2 0. Contra la moral 7..6 38 99 23. De carácter económico ..0 0.. Mendicidad y vagancia Otras informaciones .3 0.8 0. 6..1 0..3 23.0 0.9 24 80 28.1 0....9 7.....0 1.4 1.5 0.0 0.1 22.0 00 0... .7 14. 15. EN LOS AftOS DELITOS 1823-1027 Protestantes Católico* ImeHtas Innominado« Total Hombres-Mujeres Hombres-Mujeres Hombrea-Mujeres Hombres-Mujeres Hombres-Mujeres > Contra el orden público y la autoridad..3 33.. BIBLIOGRAFIA . . Hufo: G¡L DELINCUENTE Y SUS JUECES DESDE EL PUNTO DE VISTA PSICOANALITICO-— Ed. — 611 — . Nueva York. 1950.— Sex­ ta reimpresión revisada. CURSILLO DE CRIMINOLOGIA Y DERECHO PENAL. Simón Wencelblatt Alzate Calderón. 1947. Conde. Buenos Aires. Henrl: PRECIS DE PSYCHIATRIE. WilUam: LAS RAICES DEL CRI­ MEN. Montalvo. Seminarlo de Ciencias Penales. París. 1946.— Trad. Harry Elmer y Teeters.. Alezaader. H.. 1946.— Ed.— Ed. Adler. Lewis. Rosario. Santiago de Chile. 1948. Doin. Belbey. prólogo de No­ tan D. 1950. Paidós. s/f. Femando: FACTORES GEOGRAFICOS Y METEOROLOGICOS DEL DELITO EN CHILE. Werner Goldschmidt y V. Frederlc: PSICOTERAPIA INFANTIL — Ed.— Prólogo de Frank Tannenbaum. Puebla (Méjico). Alfredo: EL SENTIDO DE LA VIDA. 1948 — Contiene 27 trabajos de varios autores Aiexmnder. Fondo de Cul­ tura Económica.— Colección Testut. Cajica. B a ñ e s .C. 1935. Barbé André: PRECIS DE PSYCHIATRIE.— Ed. Bernaldo de Qniroi. Claridad.— Trad. Ciudad Trujillo. 1947. David: DEUTO Y PSIQUE. Santiago de Chile. Franz y Healy. José: LA SOCIEDAD Y EL DELITO. Buenos Aires. Constando: CRIMINOLOGIA. Rosario (Argentina). José M. Prentice Hall. Id. se refieren a la siguiente lista bibliográfica..— Trad. Barak.— Ed. Id. Buenos Aires. Asociación Psicoanalitica Argentina. Negley S . Adler. 1941. Masón & Cié.— Ed. Ed. Inc. Alien. 1945.— Ed. PANORAMA DE CRIMINOLOGIA. Abrahamsen.— Ed.— Ed.— Puebla (Méjico).Las notas y menciones del texto.. 1948.— Ed.— Ed. Franz y Staub. Cultura. G. NEW HOR1ZONS IN CRIMINOLOGY. Biblioteca Nueva: Madrid.— Ed. Teodoro Ortiz. México. Id Id. 1940. Caji­ ca. Alfredo y otros: GUIANDO AL NIÑO. Paris. José M. Congreso Hispano-Lnso-Americano Penal y Penitenciario: CON­ CLUSIONES. 1953. 1945 — Trad. S. Cambridge University Press. Fondo de Cultura Económica. 1969. Madrid. Paris. Id. Santiago de Chile. 1947.A. F. 1943. Inc.— Trad. Btthler.A. Monninger. Manheim. . Knoff. y Kutash. Branham. César: EL PSICOANALISIS EN LA DOCTRI­ NA Y EN LA PRACTICA JUDICIAL. Sigisfredo Krebs.— Se halla también incluido en la publicación oficial de los trabajos presentados para el Seminario Latinoamericano para la Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente. Sigisfredo Krebs.— Ed.— Incluye cola­ boraciones de varios especialistas. Bonger. 129-142. Comisión Presidencial: THE CHALLENGE OF CRIME IN A FREE SOCIETY. Coon. Philosophical Library.: THE PSYCHODYNAMICS OF ABNORMAL BE­ HAVIOR.: INTRODUCCION A LA CRIMINOLOGIA— Ed. 1947. — 612 — .: SOCIOLOGY OF DEVIANT BEHAVIOR. Inc.: EL ALCOHOLISMO ANTE LAS CIENCIAS PENALES. Brown. Blumberg.: INFANCIA Y JUVENTUD.— Ed. Estados Unidos. Holt k Co. Carmichael. México.— Ed. América.— Alfred A. Norman: THE PSYCHOLOGY OF BEHAVIOR DI­ SORDERS.— Trad.— Ed. México. Espa­ sa-Calpe Argentina. 1939. Leonard: MANUAL OF CHILD PSYCHOLOGY (di­ rigido por). C.. Don Bosco. Arturo Valla. Rinehart and Winston.. Naciones Unidas. 153-176. pero incluye co­ laboraciones de varios otros. Rio de Janeiro. M.— Ed.— Ed. M. Nascimento.— Tercera edición. Cameron. 1968.: CURRENT PERSPECTIVES ON CRI­ MINAL BEHAVIOR.— Ed. P.— Ed. Domínguez. Antonio Peña. Carr Saunders. Nv 14.— Avon Books. B.— La obra ha sido dirigida por los autores mencionados.: LAS RAZAS HUMANAS ACTUALES. 1946. 1947. Bailliére & Fils.— Ed.M. Marshall B. New York. Chavigny. pp. Aguilar. Nathaniel F. A. Buenos Aires. Nueva York. J. New York. Buenos Aires. A.— Trad.— Ed.Ed.S.. Id.: SEXUALITE ET MEDICINE LE G A LE . Luis: HERENCIA BIOLOGICA Y DERE­ CHO.— Ed. Nueva York. Id. W. .. Buenos Aires 1943. La Paz.— Ed.— Edi­ ciones Guadarrama. Abraham S. J. Charlotte: EL CÜRSO DE LA VIDA HUMANA COMO PROBLEMA PSICOLOGICO. 1953.— Holt.. Couifto Maclver.: ENCYCLOPEDIA OF CRIMINOLOGY.— Pr61.Sigisfredo Krebs. 1968. Id. S. Espasa-Calpe Argen­ tina. Hermann y Rhodes. Caltas K. 1939.. Huáscar: LOS ESTABLECIMIENTOS PENALES Y CORRECCIONALES ABIERTOS EN RELACION CON LA REALIDAD BOLIVIANA. Boston. 1941...: CRIME AND SOCIETY. 1943 CUnard. pp.— Con la colaboración de Karl A.— En la Revista de Derecho de la U. Houghton Mifflin.Blondel. Id. 1974. Willey & Sons. reimpresión. YOUNG OFFENDERS. Nueva York.— 2da. 1840. Samuel B. Con­ tiene trabajos de varios autores. McGraw-Hill. Cantor. Vernon C.— Ed. Nazario F. Espasa-Calpe Argentina.— Trad. Nueva York.— Trad. Madrid.: LA VIDA PSIQUICA DEL ADOLESCENTE. Londres.— Ed. s/f. Id. 1948. Charles: PSICOLOGIA COLECTIVA.. de Luis Garrido. Camargo y Marin. Carleton S. . Id. Losa­ da. Celia Segura. J. Crimina lia. prólogo para la edición española. Buenos Aires. Id. Madrid. Imán. 1977. Magalháes: ESTUDIOS DE PSYCHOLOGIA E DIREITO PENAL. Enrique: LOS DELINCUENTES EN EL ARTE. Buenos Aires.— Ed. Siguí and: OBRAS COMPLETAS. Amaldo Rascovsky. RACE AND SO CIETY.— Trad.— Ed. 1948. Dirección de Investigación Racional: ESTADISTICA NACIO­ NAL POR DEPARTAMENTOS. Reus. Frolov. Spnrgeon y Pearson.— Ed. Emilio: EL SUICIDIO. Lautaro. — 613 — .— Ed.— Trad. de A. Reus. Duna. W.: EL HOMICIDA EN LA PSICOLOGIA Y LA PSICOPA­ TOLOGIA CRIMINAL.— Hay traducción española de Josefina Alvarez. Revista Forense. Roma. Madrid. Friedlander.— Trad. S.— Trad. Constancio Bemaldo de Quiroz.— Prólogo y notas del mismo. Id. Rivero de Aguilar. Americalee: Buenos Aires. 1928. de Eugenio Florian.— Trad. 1943. 1946. Ferri.— Ed.. Reus. La España Moderna. Mariano Ruiz Funes. París 1937. Río de Janeiro.— 7 vis.— Ed.— Ed. Benigno: PRINCIPIOS DE CRIMINOLOGIA CLINICA Y PSIQUIATRIA FORENSE. English. 1945. 1943. Id. López Oliv&n y Ceferino Palencia.: Juan del Ro­ sal.: HEREDITY.— Estudio de Sociología. Americana.: ESTUDIOS DE ANTROPOLOGIA CRIMINAL. Id. Dorotby: LA GUERRA Y LOS NI­ ÑOS. Domingo Teruel Carralero.— Trad. P. 1950.— Trad.Deutscii. Masaveu. H. T.— Ed.: HOMICIDIO SUICIDIO — Ed. Y. 1966. Dmmmond.— Ed.— Trad. Concha Peña.— Trad. J. Paidós. L.—i Ed. Buenos Aires. 1947. Nueva York.— Trad.— Ed.Antonio Soto y Hernández. Aguilar.— Trad. 1942. Krauss. Li­ brería de Victoriano Suárez.— Ed. Franz: BIOLOGIA CRIMINAL EN SUS RASGOS FUN DAMENTALES.— Prólogo de Artemio Moreno. Helena: LA PSICOLOGIA DE LA MUJER.— Prólogo de Primitivo González del Alba. Felipe Jiménez de Asúa.— Ed. Asociación Psicoanalítica Argentina. Nueva York. s/f. 1945. Madrid. Exner. Emi­ lio Mira y López. Buenos Aires. Frend. s/f. 1947. Penguin Books. Id. C. Lewis: THE BOY SEX OFFENDER AND HIS LATER CAREER.— Estudio sobre el autor y notas de J. Barcelona. Drabovitch.— Ed. Gruñe & Stratton.— Con un Apéndice de Scipio Sigílele. Madrid. Madrid. 1934. Bosch. Ma­ drid. s/f. Madrid. Anna y Buiiingham. Hermán & Cié.— Ed. Ellis. y Dobdiansky. Masaveu y R.— Tiene un estudio preliminar sobre “El Suicidio en España*' por Mariano Ruiz Funes. Id.: TRATTATO DI ANTROPOLOGIA CRIMINALE — Ed.— Ed.— Prólogo y notas del mismo. Buenos Aires. Id. Góngora.— Ed. Di TnlUo. 1899. 1912-13. Madrid. 1943. Id. Reus. Colección Jurídica. 1945.— Trad. Durkhelm.— La Paz. Id.— Trad. Hachette. Kate: PSICOANALISIS DE LA DELINCUENCIA JUVENIL.: LA ACTIVIDAD CEREBRAL. Havelock: ESTUDIOS DE PSICOLOGIA SEXUAL. Carlos: CRIMINOLOGIA Y EDUCACION. Frend. Luis López Ballesteros.: SOCIOLOGIA CRIMINAL. Font&n Balestra.— Ed.— Estado actual de la teoría de Pavlov. Doahay.— Ed. Bue­ nos Aires. 1930. con el titulo: EL NIÑO DELINCUENTE SEXUAL Y SU EVOLUCION POSTERIOR. Buenos Aires.: LES REFLEXES CONDITIONNES ET LA PSI CHOLOGIE MODERNE. Gerald: NEUROSIS FRECUEN­ TES EN LOS NIÑOS Y EN LOS ADULTOS — Ed. Trad. 1970. Diego Abad de Santillán.— 2 ts. Richard: KEY ISSUES IN CRIMINOLO­ GY. — The Free Press.— Apéndice de L. Hinsle. Ello: INTRODUCCION A LA CRIMINOLOGIA (con especial referencia al medio venezolano).VELLO STUDIO E NELLA PREVENZIONE RULLA DELINQUEN­ ZA. 1975. 1936.— Ed. Carelli. Roger y Sparks. Hood.— 3 ts.— Ed. McGraw-Hill. Hans von: CRIMINOLOGIA: CAUSAS Y CONDICIONES DEL DELITO. Id.: Estados Unidos. 1950. 1946. Godoy. A. Ercilla. Appleton Century Co.la 2* editata. 1974.— 2* Edición. 1912 — Trad. Ensebio:. Atalaya.: PSICOPATOLOGIA SEXUAL.. Universitaria. Gloeck. Agostino: PERSONALITÀ DEL DELINQUENTE NEI SUOI FONDAMENTI BIOLOGICI E PSICOLOGICI. Rio de Janeiro.— World University Litirary. Sheldon: THE PROBLEM OF DELINQUENCY. C1IMINOLOGY AND PUBLIC POLICY. Rafael: CRIMINOLOGIA. Contiene contribuciones de varios autores. Naciones Unidas. Ferracuti y G. 1933. Flo­ rencia. Buenos A'ires. Madrid. Id.— Ed.: Boston 1959. Hans: CRIMINOLOGIA. 1942.: Madrid. con un apéndice. A SYMPO­ SIUM (dirigido por). S.: METODI. GiUln. Id Id.— Ed. Giuffré. Gemelli O. Letand: CONCEPTOS Y PROBLEMAS DE PSICOTERA­ PIA. McMillan: Nueva York.: LATER CRIMINAL CARREERS. F. John Philip: AN INTRODUCTION TO SOCIOLOGY. 1953. 1942.— Ed. 1955. Caracas. Gltiin. Gómez Grillo. 1943. Nueva York. Americalee. Edgar: EL CRIMEN EN LOS ESTADOS UNIDOS— Ed.— Ed. Buenos Aires. 1944. Buenos Aires. y notas de José Cerezo Mir. Gillespie. Milán.: EFECTOS PSICOLOGICOS DE LA GUERRA EN LOS CIVILES Y EN LOS MILITARES.— Ed. 1964.. D. 1946. Salvat.— Ed. María Luisa Schwark e Ignacio Luzárraga Castro Grispigná.M. Pablo Simón. A. The Common­ wealth Fund: Niieva York. Milán.— Ed. 1972. La Facultad. 1936.— Ed. Gómez. Heatig.— Ed.. Santiago de Chile> 1941.Garófalo.P. Tartaglone.— Trad. John Lewis: CRIMINOLOGY AND PENOLOGY. Giuf­ fré. Hood.— Trad. Id. Contiene contribuciones de varios au­ tores. Pedro Borrajo. Irma A. Id.— Ed. COMPITI E LIMITI DELLA PSICOLOGIA .— Trad. Filippo: DIRITTO PENALE ITALIANO. Douglas: HISTORIA DE LA MEDICINA. John Lewis y GUIin. Nueva York.— Trad.— Trad.— 2* im­ presión.— Ed.— Universidad Central de Venezuela. Espasa-Calpe S. Lorenzo.: EL DELITO. Id.— Hou­ ston Mifflin Co. Genoveva: MANIFESTACIONES PREDOMINANTES DE LA DELINCUENCIA EN EL ECUADOR— Ed. Buenos Aires. Glueck. Reus.— Ed.— Ed. — 614 — . Id. Madrid. DELINCUENCIA POLITICO-SOCIAL.— Ed. Inés Cane FonteciDa. Eleanor y Sheldon: PREVENTTG CRIME.— Ed. 1945. Roger: CRIME.— Presentación de Benigno di Tullio.— Trad. Milán. Reimpresión de .: FISICO E DELINQUENZA. Jorro. R. McGraw-Hill Book Co. 1937.— Trad.. New York. Buenos Aires. Progreso y Cultura. Vita e Pensiero. Kraft. Guthrie. Goeppinger. Hoover. Barcelona 1947 H&rtwitch y Krafft-Ebi . Id. Biblioteca Jurídica de Autores Contemporáneos.— 3 vols. A.— 3? edición.— Trad. Robert M. Espasa-Calpe Argentina. Hnos. E1 Ateneo. Madrid. Turin. K. 1945. Lo­ sada: Buenos Aires. 1972.: L'UOMO DELINQUENTE.— Ed. Felicitas: LA MUJER. Sólo el Atlante. Franz von: TRATADO DE DERECHO PENAL. Instituto de Ciencias Penale» de la Universidad de Chile: SE­ GUNDO CONGRESO LATINOAMERICANO DE CRIMINOLOGIA— Ed. Albatros. 1948. Karen: EL NUEVO PSICOANALISIS.— Trad. J. M. Horoey.— Ed.— Trad.— Ed. Madrid. Hnrwitz. Dr. Fondo de Cultura Económica.: L’UOMO DELINQUENTE. Luis Beneytez Merino. Buenos Aires.: BASES DE LA EVOLUCION PSIQUICA.— Actas de las se­ siones. Palermo. Léauté.— Ed. Bornet— Prólogo de M. Kohler. J. Reus. 1972. * Le Boa. Alean.— Ed. Laburu S. Barcelona. F. 1897. Buenos Aires. Cambridge (M ass. 1893. 1948— Trad. Jiménez de Asfia. G. Id. Montevideo. Carlos: LAS DEFORMIDADES DE LA SEXUA­ LIDAD HUMANA. Fratelli Bocca. Mosca.: REBEL WITHOUT A CAUSE— THE HYPNOANALISYS OF CRIMINAL PSICHOPATH.. Wolfgang: PSICOLOGIA DE LA FORMA. Madrid.— Ed. Liszt. Ariel: Barcelona. Id.. Haro-Garda— Prólogo de Octavio Pérez-Vitoria.— Trad.— Ed.: TIPOS PSICOLOGICOS. José A. 1925. Ramón de la Serna. Argonauta.— Trad.— Epi­ logo de Femando Herrero Tejedor.— Ed. Solé S. El Ateneo. Kroeber. Stepimn: CRIMINOLOGIA. Albrecht: PSIQUIATRIA FORENSE. Ernest Albert: CRIME AND THE MAN.— 3» edición.: L'HOMME CRIMINEL— Ed. 1897— 5* edición.— 2* edición.— Ed. Klein.: ANTROPOLOGIA GENERAL— Ed.— Trad.— Ed.— Ed.— Ed. Letorneau. Bue­ nos Aires.— Trad. Méjico. Salvador Echevarría. 1943.— 2» edición. Madrid. Ingenieros. Carlos Astrada. Id. 1947. Jacques: CRIMINOLOGIE ET SCIENCE PENITEN TIAIRE. Remo Sandron. Koffka. Paris. César: GENIO E DEGENERAZIONE— Ed.— Ed.: ESCRITOS DE POLEMICA. Buenos Aires.— Ed. Sudamericana.—•• P resses Universitaires de France. A.— Trad. Navarro de Patencia.— Ed. 1941.Hooton. 1939. Harvard University Press. Langelüddeke. El Ateneo. Ernesto: CONSTITUCION Y CARACTER — Ed. LIndner. 1942. 1945. Arminda de Pichón R. EL DELITO Y LA SOCIEDAD— Ed. Guerra. C. París.— 7® reimpresión. Jung. G. Buenos Aires. 1944— Prólogo de Eleanor y Sheldon Glueck. 1941. Regnier y A.: ANORMALIDADES DEL CARACTER— Ed. La­ bor. Fratelli Bocca. 1926— Trad. Buenos Aires. Buenos Aires. con anotaciones del segundo.. Houssay. Universidad de Chile. Luis: PSICOANALISIS CRIMINAL.). J o s é : CRIMINOLOGIA. 1956. Turin. Bernardo: FISIOLOGIA HUMANA (dirigida por).— Ed. Lagos Garcia.— Ed. Gustavo: PSICOLOGIA DE LAS MULTITUDES. Id. Jorro. 1943. 1975. A. 1887. Asocia­ ción Psicoanalítica Argentina. Lombroso. Id. Raquel Valente de Tortarolo. Klimpel. Id. Santiago de Chile.— 4» edición.— Trad.— Ed. Buenos Aires. 1943. Es pasa-Calpe S. Id.— Sólo el segundo volumen.. de Luis Jiménez de Asúa y Quintiliano Saldaña.J. México. Melanie: EL PSICOANALISIS DE NIÑOS.— Trad. Gruñe & Strat­ toni Nueva York. Fondo de Cultura Económica. 1913. — 615 — . 1945. 1889. L. Kretachmer. — Ed.: EL CRIMEN Y LA LOCURA. 1942. Mesaer. E. s /f. Id. — Con un prólogo de Luis Jiménez de Asúa.— Trad. Santiago de Chile. 1975. 1942. y Fioretti. E. C.— Con un ensayo de Ramón Pérez de Ayaía. Mézger. 1946. Médico-Qui­ rúrgica. G. M. — 616 — . Medraao Ossfa».: LA PSIQUIATRIA DE LA GUERRA:— Ed.— Gráfica Americana. Id.— Ed. Manael: CRIMINOLOGIA (Teoria. Lombroso. La Espafia M odena. 1948. N asci­ mento. R. Lombroso. Aniceto LApes.: Garófala.— Trad. R. GnUlermo: LA FEMME C 8D H NELLE ET LA PROSTITUEE.— Ed. MANUAL DE PSICOLOGIA JURIDICA.— 2 vis.: TEORIA Y ESTRUCTURA SOCIALES.: PSICOLOGIA EVOLUTIVA DEL NIÑO Y DEL ADOLES­ CENTE— Ed. Potosí. 1945.— Ed. Anselmo Romero Marín. Id.: LE CRIME POLITIQUE ET LES REVOLUTIONS. Prevención. Buenos Aires. Maris de Oliveira y Matos P i­ menta. 1947 ' Id. Universidad Autónoma Tomás Frías: Potosí.— 24* edición. Alean. El Ateneo. Revista d e Occidente Ar­ gentina'. Fondo d e Cultura Económica. Louise Melile. Id. El Ateneo. Angosto: CRIMINOLOGIA.— Biblio­ teca Jurídica. Bueno« Aires.— Ed. Joan Manad (h): CRIMINOLOGIA (Parte Estática). 1944— Versión española hecha por el propio autor.: LA ES­ CUELA CRIMINOLOGICA POSITIVISTA. Id. Mertoa. Id. Boocfaard. Id. César y Laschi. México. Universidad Autónoma Tomás Frías. Agallar. 1896. William: AN INTRODUCTION TO SOCIAL PSY CHOLOGY. Id. Americalee. Buenos Aires.— Ed. 1945. A ngu lo: PSICOLOGIA.: MANUAL DE PSICOTERAPIA— Ed. E l Ateneo. Espasa-Calpe Argentina. E.— Trad. López-Rey.. Mira y López: PSIQUIATRIA. A. Buenos Aires.Lombroao. Id.— Ed.— Ed.: ENDOCRINOLOGIA Y CRIMINALIDAD. s/f. Yahn. Buenos Aires.— Ed. Paulo de Barros. Robert K. Buenos Aires.: ¿QUE ES DELITO?. Id. 1880.— Ed. 1944. Arturo Rodríguez Muñoz. Id. MacDongafl. Id. Id.— Ed. H. Atlántida. Delincuencia Ju­ venil. Mos­ so vi ch. 3* reimpresión. J. Buenos Aires. Buenos Aires.— Trad. Id!: RESPUESTA Y OBJECIONES A UN PENALISTA. Alean. Caracas. R evista de D efecto Privado. Buenos Aires. Madrid.— Trad. Torner. Id.: INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA CRIMINOLO: GIA.— Ed. Greco rio: ENSAYOS SOBRE LA VIDA SEXUAL— Ed. Madrid. Paris. de su obra: "Psychiatry in War” . 1941. 1946.— Gráfica Americana. Id. 1963.— Trad.— Ed.. Buenos Aires. 1892. Ibftfiez Abelian.— Ed. Saturnino Ca­ lleja. El Ateneo. Ferri. Mayorca. Id. París. 1943. Londres.— Ed.— Con estudios de Braulio Moyano. César y Ferrerò.— 3* edición.: INTRODUCCION AL ESTUDIO DE LA PROSTITU­ CION. Id. Caracas. Methuen * Co.— Ed. Madrid. Predicción y Tratamiento). José: LA RESPONSABILIDAD PENAL D E LOS INDIGENAS. Florentino M. Mandsley.— Prólogo de Santiago González Encinas.— Ed. Id. 1972. Maraftón. 1942. A. s/f. 1945.— Madrid.: LOS FUNDAMENTOS DEL PSICOANALISIS. Pica. Roma. Montes. La Paz.— Ed. Nueva York. Madrid.— Ed. 2«: L’UOMO DELINQUENTE: La "facies” esterna.: CRIME AND JUS­ TICE. Martín: JUVENILE DELINQUENCY IN MODERN SOCIETY. Espasa Calpe Argentina. Fratelli Bocca.— Ed.— 3 vis..— Ed. Mfiller. 1977. Ma­ drid.. Nicéforo. con el titulo: BIÓTIPOLOGIA Y CRI­ MINALIDAD.) y 1952 (3er. Madrid.. Julio: LA PSICOPATOLOGIA FORENSE. Lab: EL INDIO. Leon y W e U p s f Manria E. La Paz. Salvat. P . Pani: PSICOLOGIA DEL DELINCUENTE. Pavlov. La Habana. 1971.— Trad. Ü1-1H. Radzlnowics. La Prensá Médica Mexicana. 1954. Austral. Afrmnio: CRIMINOLOGIA.— Basic Boocks. O ten . 1943. Barcelona.— Prólogo de Rafael Salillas. Pende.— Ed. 1947. Noyes. 1902. México. — 617 — .Ed. A. 1941.— Ed. 1911. Buenos Aires. Cuenca (Ecuador).— Ed. McGraw-HUl.: VALOR DEL DIAGNOSTICO PSICOMEDICO EN LO CRIMINAL. y 29 vis.— Ed.— Trad. 1950 — 3» edición. Mario: ANTROPOLOGIA CULTURAL BOLI­ VIANA. 1936.— Trad.i LOS REFLEJOS CONDICIONADOS.— Cusco.— 2* edición.A. Dionisio Nieto. B edd ess. Watter: CRIMINAL BEHAVIOR. 1948. Monsalvé Bozo. Ox&mendi.: Veccchie e Nuove Dottrine.— 3* edición. Gustavo Adolfo: FIGURA Y CARACTER DEL IN D IO . Milán.— Ed.— Ed.5* impresión.— Ed. Netuneyer.— Se halla incuido jen la Revista del Instituto de Ciencias PeDales y Pe­ nitenciarias. Incluye traba­ jos de varios autores. 1936. N« l i .— 2* ed. N* 1. CRIMINOLOGIA. Casa Municipal de la Cultura "Franz Tamayo” . Donato Boccia y Rossi.— También en la Revista de Derecho de la U. Reus.— Ed. Arthur: PSIQUIATRIA CLINICA MODERNA — Ed. Compañía Editora Na­ cional. 1953. Montato Aragón.— Ed. 1933. Prólogo de Lewis E. México. Aloya: PSICOLOGIA. Id. ine. Lawes. 1925.— Ed. Alfredo: LA TRANSFORMACION DEL DELITO EN LA SOCIEDAD MODERNA. Id. CRIMINOLOGIA. 1945 (1er.— Ed. América. Ives Washburn. 3»: L'UOMO DE LINQUENTE: La "facies" interna. 1938« Farmele«. Libreria de Victoriano Su&rez. vi). HAMPA AFRO-CUBA­ NA — Ed. Constancio Bernaldo de Quiroz. Nuev York. s /f. 1940.. Barcelona. Mona han. 1940. Valentia Guerra. Nueva York.— Carta Prólogo de César Lombroso. Florence: WOMEN IN CRIME. José Gaos. 1948.— Ed. Madrid. < Pavlov.— Ed. Ortis Fernando: LOS NEGROS BRUJOS. Jesús Multerò.— Trad.— 3 vis. Juventud. Pozzi.-r Trad.M.— lo.— Trad. Jerónimo: PRECURSORES DE LA CIENCIA PENAL EN ESPAÑA. 1905. Nueva York. CUESTIONES DE SU VIDA Y SU PASIÓN. Peixoto. Van Nostrad. Ricardo: CRIMINOLOGIA. Maurice. Nicola: TRATADO DE BIOT1POLOGIA HUMANA. . San Pablo (Brasil).S.— Prólogo de Luis Jiménez de Asúa. 177-240.^. Ponee de León. Universidad Nacional de Colombia. Fraaeisoo: SITUACION JURIDICO-PENAL DE LOS ABORIGENES PERUANOS.— Incluye un Apéndice de Benigno di Tullio.Moglie. pp. pp. Bogotá. Pollita. L. Julio César Cerdeiras. Librería de Victoriano Su&rez. Labor. 1940. Romero. Organo del Instituto de Biotípología Crimi­ nal de la Penitenciaria del Estado de San Pablo (B ral)— Vis. La España Moderna.— 10* edición. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires.— 2 vis.: SOCIOLOGIA Y PSICOLOGIA COLECTIVA— Ed. Henri: ELEMENTOS DE PSICOFISIOLOGIA.— Con un Apéndice de Juan Cuatrecasas.Rivoire.— Separata de la American PUlosophical Sod ety: VI. Schreider. Clifford y McKay. Sellin. Salda&a. s /f. Pase nal: PSICOLOGIA COLECTIVA MORBOSA— Ed. 2 .: LA MUCHEDUMBRE DELINCUENTE— Ed. México. Id. Madrid. Saavedra.. Felipe Jiménez d e Asúa.— 2* edición. Es­ pasa-Calpe Argentina. 1944— Trad. Kdaaido: FORMAS DE VIDA— Ed. Eduardo Ovejero. Prólogo de Gregorio Marañón. Hermes. y notas: José María Rodrí guez Devesa. Francisco y PaccUrelli. U. . Ernesto: TRATADO DE CRIMINOLOG .. R. 1944. La Paz. Engento: LOGICA— Ed. 1910— 2« edición. Artística. Buenos Aires.— Trad. Buenos Aires. Losada.A. Rafael Sampayo. Buenos Aires. Ronstan. 1931. 1948. Poblet. 1946— Trad. 1958— Trad.— 6* edición.— Ed.— Ed. Ramón de la S a n a . Rois F w u a .A. 1932. Id.— ü. Aguilar.— Separata de un articulo publicado en el Journal of Criminal Law anc Crüninology. Saavedra. Henry D. 23-203 de la Re vista Penal y Penitenciaria. Government Printing office. 1944.S. Bue nos Aires. Rosal. Inc.— Trad. 1942— Trad. Id. Adolfo: TRATADO DE CRIMINOLOGIA. Madrid. Rojas. S ha«.: L’ETUDE SOGTOLOGIQUE DE LA CRIMTNALITE.— Ed. Jaim e Masaveu— Original en francés. Nerlo: MEDICINA LEGAL. . Si^tele^ Sdpifin: LE CRIME A DEUX— Ed. — 618 — .: LECCIONES DE PSICOLOGIA— Ed. D. Id Id.Abril.— Ed. 97. Soler. Spraager. Roger. Revista de Oc­ cidente Argentina.— 2 vis. Was­ hington. Bautista: LOS ORIGENES DEL DERECHO PENAL Y SU HISTORIA— Ed.: LA CIENCIA DE LAS HORMONAS. 1977. Pedro Dorado.— 2 vis. 1950. 1936— Trad. Amé­ rica. Trad. Schafer. Stephen: VICTIMOLOGY: THE VICTIM AND HIS CRIMINAL— Res ton Publishlng Company.: SOCIAL FACTORS IN JU VENIL D ELIN Q U EN CY. pp.: EVOLUCION DEL DELITO POLITICO— Ed. Juan r — 2* edición Seellg.— Ed. Reston (Virginia. Barcelona. Sebastián: DERECHO PENAL ARGENTINO— Ed.— 2 vis. Madrid.S. 194)8— Trad.— Es el primer volu­ men de una obra cuyo título general era: COMPENDIO DE CRIMI­ NOLOGIA. Qniatillano: NUEVA CRIMINOLOGIA— Ed. Madrid.— 3* edición. Engenta: LOS TIPOS HUMANOS. 1953. Ar­ gos. Buenos Aires.)). Id. EX y X. La Espafia Moderna. Id. 1943.Instituto d< Estudios Políticos. Ei Ateneo: Buenos Aires. La Paz. Carbonell y Esteva. Mariano: CONFERENCIAS— Pp. Santiago Fuentes. 1901. n o r te a : THE MEASUREMENT OF CRIMINAUTY W GEOGRAPHIC AREAS. s /f — Trad. Id. 1947. El Ateneo. Buenos Aires. 1W-130. Giard y Briere: París. Gregorio Fingerenan. Donald: PRINCIPLES OF CRIMI­ NOLOGY. Rio de Janeiro.Oxford University.— Ed. Freitas Bastos.: JUVENIL DELINQUENCY. McGraw-Hill. Moreno Barutell. 1976. y Miles. 1946.— Ed. Lippincott.— Contiene trabajos de varios es­ pecialistas. Term an..Ed.— Ed. Nueva York.— 2 vis.— 2* impresión. Tarde. ZUbootg. Tamtenbaum..Press. Buenos Aires.— Ed. Fijdfc». Universidad de Chicago. 1949. Nueva York. McGraw-Hill. Id.— J. Marvin E. 1934. HISTORIA DE LA PSI­ COLOGIA MEDICA.— 3* edición. Donnedien de: TRAITE ELEMENTAIRE DE DROIT CRIMINEL. Edwin: PRINCIPLES OF CRIMINOLOGY. Agui­ lar.— McGraw-Hill Book Company. 1944.— Trad. Nueva York. 194S.Id. Tappan. Taft. McMi­ llan.: PSICOLOGIA DE LA EDAD JUVENIL.— Ed. B.— 2* impresión.— Ed. JUSTICE AND CORRECTION. revisada. Chicago.— Reimpresión. Id.: L’OPINION ET LA FOULE. Void. Sutherland. J. S. Losada.— Ed. Wolfgang. Madrid. Recueil Sirey.. Lippincott Co. 619 — . Boston. Paris. Verger. Nueva York. W. Antonio Vidal y Moya.— Ed. Nuevn York.— Ed. 1946.: CRIME. 1934. Eugenio y Rafael Luengo. Paris. Teslaar. 1939.— Eld. Paris. 1922. Id. 1938. Nueva York.— 5* edición. Id.— Trad. Felipe Jiménez de Asúa. Alcan.. George B. Inc. 1960. 1941. 1928. Sutherland. Lewis M.. Id. 1936. Biblioteca Boliviana. 1947. Hachette. 1925.— 8* impresión. L. Pion. Frank: CRIME AND THE COMMUNITY. 1974. Id. Fraaz: CREACION DE LA PEDAGOGIA NACIONAL. Vlvetros d e Castro. 1910. La España Moderna. 1943. Paul W. Gabriel: LA CRIMINALIDAD COMPARADA — Ed. Carlos: EL PSICOANALISIS DESDE EL PUNTO DE VISTA MEDICO-LEGAL— Ed. La Paz..— Prólogo y notas de Adolfo Posada. Id. José: ESQUEMA DE LO INCONSCIENTE. Quintero. y SeUtn. Thorsten: DE­ LINQUENCY IN A BIRTH COHORT. Bar­ celona. Trad. Francisco José: ATTENTADOS AO PU ­ DOR. Edwin y Cressey. Gregory y Henry. Buenos Aires.— Ed. . Buenos Aires. Weygandt.— Ed.— 2* edición.: THEORETICAL CRIMINOLOGY. Ramón de la Serna. Tamayo. Ginn A Co. Catharine Cox: SEX AND PERSO­ NALITY.— Ed. Chicago.— Prólogo de Norval Morris. Heurt: EVOLUCION DEL CONCEPTO MEDICO SO BRE LA RESPONSABILIDAD DE LOS DELINCUENTES. El Ateneo.— Ed.— Ed. Chicago.: FILOSOFIA PENAL. 1951. AN ATTENPTAT SYNTHETIC INTERPRETATION WITH A CULTURAL EMPHASIS. Varios: L'HOMME DE COULEUR — Ed.— Ed.. Madrid. Robert M. Ma­ drid.Trad.— Trad. Va* Ferreira (hijo).. Vabres.— Trad. 1955. B. Biblioteca de Publicacio­ nes Oficiales de la Facuttad de Derecho y Ciencias Sociales de Monte­ video. s /f. Vi­ centa P . Trmmootln.— Ed. 1893. van: AN OUTLINE OF PSYCHOANALYSIS. Revista de Occidente Argentina. Donald: CRIMINOLOGY. Buenos Aires.: PSIQUIATRIA FORENSE. J. Modern Library.— Ed. Labor. George W. La España Moderna. Montevideo. Varios: ASPECTOS CIENTIFICOS DEL PROBLEMA RACIAL. . 4...........................................— Cultura y delito........— Caracter den tífico de la CttmtnnlogU ....................—1Penolngia ......— El Delito....................INDICE GENERAL PROLOGO PRIMERA PARTE — INTRODUCCION GENERAL Capítulo I............... LA CRIMINOLOGIA: DEFINICION Y CONTENIDO ttRBtfCKCtS Pfc.— Filosofía juridico-penal.— La Criminología....................... 5— El nom bre...................— La estadística criminal — 621 — ¿O?» Capítulo III: LOS METODOS ................. .......— Definición de Criminología .. StKBttH Capítulo II: LA CRIMINOLOGIA Y SU RELACION CON OTRAS CIENCIAS 1..........E l método casi iadtfidnal 3............... 5..................... 8....................— Contenido............ 6...... (terna ramas jurídicas 4..... 7.......— El método 4..........— El Método en Criminologia a ........................................ 2.. 1.............— Realidad y v alo r... saber mulüdisdpiinario ....... 3... *................ 3...............................— Familias criminales ..........................— Teorías de base psiqui&trica' ..........................— Antecedentes y supuestos............ 71 72 73 77 78 79 Capítulo III: LAS TENDENCIAS SOCIOLOGISTAS 1...— Ferri (1850 — 1929) ...........— Importancia de la historia de la Criminología..— Lombroso (1830 — 1909)...........— OtrasMotipologías ...........SEGUNDA PARTE — HISTORIA Capítulo I: PRECURSORES Y FUNDADORES 1............................................ 3...............................................—' Von Rohden................................. 2................— La escuela fran cesa.........................................................................................................— Los precursores..................... 4....................................................— M ezger.................. 117 118 125 131 — 622 — ......................... 4........... 5....................... 3..................El sociologismo economidsta ........— Gemelli ........................— La biotipología de KretBchmer..................................... 53 54 5% tt Í5 Capítulo II: LAS TENDENCIAS ANTROPOLOGICAS 1.... 2..............................................— Estudios de Psicología crim inal.. 4.... 3... ......... 5............... 81 82 84 85 87 Capítulo IV: LAS TENDENCIAS ECLECTICAS 1.— La herencia y el homhre .... ....— Herencia y ambiente — . 6...................... ..............— La herencia de lo anormal .......... 103 105 108 110 114 Capítulo II: BIOTIPOLOGIA 1.................................— El sociologismo en Criminología .............................. 2. 5........... ............................ 3................ 4.... Pág........................... 4....—............................................................... 2.....— Los norteamericanos — Sutherland y Merton... . ..........— Estudios sobre melUaos..........— E x n er....— VonUszt ..........— Los seguidores de Lombroso...... 3........— Las tendencias antropológicas....................................................... 2................ 4..................................... 91 92 95 97 TERCERA PARTE: CRIMINOLOGIA SISTEMATICA — LECCION PRIMERA BIOLOGIA CRIMINAL Capítulo I: LA HERENCIA 1.....................— Garofalo (1852 — 1934) ....— Criminalidad de los tipos Kretschmerianos....................................... 5...........— El eclecticismo..........*......................................................... ......... ......................... f ............................................ ............................................... 2........... Lange y Hooton................— Las tendencias endocrínológicas.......... Documents Similar To Huascar Cajias - CRIMINOLOGIA MejoradoSkip carouselcarousel previouscarousel nextLa Raza – Influencia en La Criminalidaduploaded by Ed Marcel Cano SanchezRESUMEN DE CRIMINOLOGIA.docxuploaded by Roxana Monica Quiroz ValverdeCRIMINOLOGIAuploaded by api-3823907Zaffaroni Eugenio Raul - Criminologia ion Desde Un Margenuploaded by Miguel Antonio Morón CamposPrincipios de criminologia. La nueva edici - Vicente Garrido Genoves.pdfuploaded by carlaBalistica y Pericia 1uploaded by Dulce Maria GomezCRIMINOLOGIAuploaded by Leon Mayta CamachoCriminologia y Sistema Penal de Alessandro Barattauploaded by IvanManual Basico de Criminologia - Elbert, Carlos Albertouploaded by Cindy Dayana AsturiasInforme Criminológico Forense - Garridouploaded by Nancy Cisneros BaezIngenieros Jose - Criminologiauploaded by api-3699754Perfilación Criminal SICARDuploaded by millos1313CRIMINOLOGIAuploaded by Gabriel PomalazaManual de consultoria en psicologia y psicopatologia clinica - Bernat-Noel Tiffon.compressed.pdfuploaded by Radames Luis YarangoCRIMINOLOGIA__CAUSAS_Y_COSAS_DEL_DELITO_-_FRANCISCO_SALVADOR_SCIMEuploaded by Pepillo GrilloLa Criminología y el Sexouploaded by jesusCRIMINOLOGIA- Antonio Garcia Pablos Molina.pdfuploaded by CrisPsiología Criminal- Hilda Marchioriuploaded by hectorWael Hikal Criminologia Psicoanalitica Conductual y Del Desarrollouploaded by Jorge TrianaAlcoholismo en Boliviauploaded by Jherson Vera HinojosaManual de Victimologiauploaded by agis2626Grafologia cientificauploaded by Emiliano Gonzalez CamachoLa Herencia en Criminologiauploaded by jans Delincuencia de menores tratamiento criminológico y jurídicouploaded by Karla LeonDERECHO PENAL BOLIVIANO PARTE GENERAL.pdfuploaded by fernandoalvisHistoria de La Criminologia y Sus Precursoresuploaded by Dante Carlos RockoVarios Autores - Criminología Crítica y Control Social 1 [El Poder Punitivo del Estado]uploaded by api-3757245Victimologiauploaded by Alex GarduñoCRIMINOLOGIAuploaded by ivanMANUAL ORG Y FUNCIONES FELCC.docuploaded by JosephLuisMPMore From Leon Mayta CamachoSkip carouselcarousel previouscarousel nextLa Alienacion Como Sistema Ludovico Silvauploaded by Leon Mayta Camachomarxismo para obreros.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoTarzán el Terrible.pdfuploaded by Leon Mayta Camachosindicalismo politico.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoRosental Los Problemas de La Dialéctica en El Capital de Marxuploaded by Leon Mayta CamachoPozo - Teorías cognitivas del aprendizaje.pdfuploaded by Leon Mayta Camachoclara-zetkin-la-cuestion-femenina-y-el-reformismo.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoEl-Nuevo-Curso-Leon-Trotsky.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoEstados_Unidos_y_America_Latina.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoGuevara Ernesto - Reforma universitaria y revolucion.pdfuploaded by Leon Mayta Camachonociones del sindicalismo.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoEstado y Derechouploaded by Leon Mayta CamachoRosental Diccionario Filosófico Marxista.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoTeoria y Practica de La Ideologiauploaded by Leon Mayta CamachoHyppolite Jean - Logica y Existenciauploaded by Leon Mayta CamachoHISTORIA DE ROMA parte I......pdfuploaded by Leon Mayta CamachoInstalacion de Una Antena Parabolica Tv Digital Satelite Libre Astra Hispasatuploaded by Leon Mayta CamachoLora Guillermo - Historia Del Movimineto Obrero Tomo iuploaded by Leon Mayta Camachoel Nuevo curso y Problemas de la vidacotidianauploaded by Leon Mayta CamachoECONOMIA POLITICA Y DERECHO ECONOMICO MERY ALVARADO rIBAS.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoCRIMINOLOGIAuploaded by Leon Mayta CamachoEl Matriarcadouploaded by Leon Mayta CamachoHegel - FENOMENOLOGIA mejorado.pdfuploaded by Leon Mayta Camachovencer al atraso y al hambre.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoRazón y Revolución uploaded by Leon Mayta CamachoHegel - Enciclopedia de Las Ciencias Filosoficasuploaded by Leon Mayta Camachoel indianismo katarista, una mirada critica.pdfuploaded by Leon Mayta CamachoADORNO Theodor Tres Estudios Sobre Hegeluploaded by Leon Mayta CamachoClase Partido y Direccionuploaded by Leon Mayta CamachoLuxemburgo, Rosa - La Acumulación Del Capital [1912]uploaded by Leon Mayta CamachoMenú del pie de páginaVolver arribaAcerca deAcerca de ScribdPrensaNuestro blog¡Únase a nuestro equipo!ContáctenosRegístrese hoyInvitar amigosObsequiosAsistenciaAyuda / Preguntas frecuentesAccesibilidadAyuda de compraAdChoicesEditoresLegalTérminosPrivacidadCopyrightRedes socialesCopyright © 2018 Scribd Inc. .Buscar libros.Directorio del sitio.Idioma del sitio: English中文EspañolالعربيةPortuguês日本語DeutschFrançaisTurkceРусский языкTiếng việtJęzyk polskiBahasa indonesiaUsted está leyendo una previsualización gratuita.DescargarCerrar diálogo¿Está seguro?This action might not be possible to undo. Are you sure you want to continue?CANCELARAceptar

Comments

Report "Huascar Cajias - CRIMINOLOGIA Mejorado"

Copyright © 2024 UPDOCS Inc.
Huascar Cajias - CRIMINOLOGIA Mejorado - Free Download PDF Ebook (2024)
Top Articles
Latest Posts
Article information

Author: Terence Hammes MD

Last Updated:

Views: 6348

Rating: 4.9 / 5 (49 voted)

Reviews: 88% of readers found this page helpful

Author information

Name: Terence Hammes MD

Birthday: 1992-04-11

Address: Suite 408 9446 Mercy Mews, West Roxie, CT 04904

Phone: +50312511349175

Job: Product Consulting Liaison

Hobby: Jogging, Motor sports, Nordic skating, Jigsaw puzzles, Bird watching, Nordic skating, Sculpting

Introduction: My name is Terence Hammes MD, I am a inexpensive, energetic, jolly, faithful, cheerful, proud, rich person who loves writing and wants to share my knowledge and understanding with you.